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El gobierno italiano convocó a la Comisión de Riesgos Mayores para reunirse con las autoridades
locales, el vocero informó al público: “…no hay razón para pensar que el enjambre sea precursor de
un evento mayor…”. 6 de abril: Terremoto MW 6,3; 309 muertos, 1.500 heridos, 67.000 personas
perdieron sus viviendas; destrucción de edificios en el centro histórico, residencias estudiantiles y un
hospital.
El sismo ocurrido el 6 de abril del 2009 en L’Aquila región de Bruzzo de 6.3 Mw ¿Fue un evento
natural que se pudo predecir o mitigar?
La región de L’Aquila, es un sitio realmente hermoso, con mucha historia por contar, ruinas romas y
antiguos y numerosos castillos forman parte del paisaje. Pero no es lo único que acompaña
históricamente a la región, esta se encuentra rodeada por un sistema de fallas activas cercanos a los
montes Apeninos, y el catálogo de sismos italianos, nos indica que existe una cierta recurrencia de
sismos destructivos con epicentros muy cercanos a la zona, como el evento de 1703, con datos que
arrojan resultados de hasta 6000 muertes en L’Aquila.
Entonces, a partir de octubre de 2008 hasta inicios de abril 2009, en la región de Bruzzo, se tuvo
registros de la ocurrencia de un enjambre sísmico, y lamentablemente ganó el misticismo.
Los enjambres sísmicos, se consideran a menudo como síntomas precursores de un evento importante
próximo a suceder, en muchas regiones del mundo ha sucedido que la mayoría de los enjambres
Universidad Central del Ecuador
Facultad de Ingeniería en Geología, Minas, Petróleos y Ambiental
Escuela de Geología
Gestión de Riesgo y Ordenamiento Territorial
Así que a ciencia cierta, el enjambre sísmico en Bruzzo, podría o no haber sido el precursor de un
sismo de gran magnitud, que al final terminó siendo la realidad de los habitantes de L’Aquila.
A finales del 2008, un aficionado a la sismología Gioacchino Giampaolo Giuliani, realizó estudios
de fugacidad de radón en el suelo, que se puede conjeturar con un evento sísmico próximo, esto no
tiene un fundamento científico, ya que como tal no se ha demostrado que la emanación de radón sea
un indicio primordial en los estudios sísmicos, el Sr. Giulani, publicó sus resultados en la prensa y en
el internet, y claro la prensa ha tomado posiciones contradictorias e inconsistentes en cuanto a la
cobertura del papel inmerecido de protagonista al Sr. Giuliani. Con su sensacionalismo, la prensa
alimentó el estado de ansiedad y desinformación del público, lo cual, desafortunadamente ha sucedido
con frecuencia en otros países, como por ejemplo en Centroamérica y Sudamérica.
Para inicios de Abril del 2009, el nerviosismo ya había tomado lugar en la población. Esta situación
fue causada por la insuficiencia y confusión entre las opciones y contradicciones relacionadas con la
información y respuestas a las cuales tenía acceso el público, tanto de parte de las autoridades
nacionales, de protección civil y científicas. La situación llegó a agravarse tanto que las mismas
autoridades locales, no sabían que decisión debían tomar.
Por este motivo el 31 de marzo del 2009, el gobierno italiano, convocó a la Comisión de Riesgos
Mayores, acudieron autoridades del gobierno local, funcionarios de la Protección Civil y seis expertos
en geociencias e ingeniería.
De esta comisión se obtuvo una minuta, de dos páginas, de la cual el vocero, para ese entonces Subjefe
Operativo Nacional de la Protección Civil, informó al público las conclusiones: “…no hay razón
para pensar que la secuencia de sismos, de baja magnitud, como la que se presenta, sea premonitora
de un evento mayor…”. También indicó que no es posible predecir los sismos y que el enjambre
había generado aceleraciones muy bajas, las cuales solo provocan daño a las estructuras frágiles. Por
otra parte afirmó que “…la comunidad científica considera favorable el proceso continuo de
liberación de energía y, por lo tanto, de haber un evento futuro, este no será demasiado intenso…”.
Siete días más tarde, el 6 de abril de 2009 sucedió el terremoto de L’Aquila a las 00:32 horas, con
una magnitud de momento MW 6,3; con una profundidad de 8,8 km y producido por una falla normal
NW-SE. Su epicentro se encontró a 8 km al SW de L’Aquila, tuvo una intensidad máxima EMS de
VIII+.
El saldo del evento fue de 309 muertos, 1.500 heridos, la destrucción de numerosos edificios en el
centro histórico y también de algunas residencias estudiantiles y de un hospital, estos últimos
construidos recientemente.
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Gestión de Riesgo y Ordenamiento Territorial
En realidad, observando los hechos, la comisión debió mantenerse alerta, aunque la magnitud hubiese
sido pequeña, es responsabilidad de protección civil, informar la ocurrencia de los sismos en las
cercanías, no era necesario el alarmar a la población pero si mantenerla bien informada; el caso del
Sr. Giulani, es particular, la academia debió tomar cartas en este asunto indagando la procedencia del
señor, y los objetivos que este tenía y de ser necesario, proceder al allanamiento de instrumentación
que a mi manera de ver, solo personal capacitado debería operar.
La resolución del juez, tras condenar a los técnicos por no prever el sismo, es algo totalmente absurdo,
es imposible predecir un evento sísmico, en realidad, la resolución condenatoria pudo habérsela dado
al entonces subjefe de defensa civil, por un mal tratamiento de la información.
Las construcciones que eran relativamente recientes en ese entonces, colapsaron, esto quiere decir
que no hubo una adecuada recepción de la información que se plantea en las normas de la construcción
en Italia. ¿Por qué construir edificaciones tan grandes e importantes en una zona que tiene una historia
sísmica tan recurrente? Y de ser el caso ¿Por qué no se construyó con las normas sismo resistente
más adecuadas? ¿En realidad sirve tanto abaratar costos? ¿Cuánto puede valer la vida de una persona?
Es necesario adquirir una red sísmica más sofisticada pero en mayor magnitud saber controlar la
información que se obtiene, los sismos no son tema para abordarlos superficialmente, pueden traer
complicaciones y desastres si no se realizan medidas de prevención, acción y reconstrucción; entender
que la gestión de riesgo de desastre es primordial en el desarrollo de una nación debe ser un tema de
discusión durante los congresos y reuniones gubernamentales, para evitar este tipo de hechos
lamentables.
Bibliografía:
Mora S., La sentencia sobre el terremoto del 6 de abril de 2009 en L’aquila, Italia: lecciones
para la gestión del riesgo en América Central., 2009