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Expertos explican realidad sísmica del estado Zulia

06-11-2009 a las 03:16:10

El dinamismo tectónico puede sorprendernos, aunque la región zuliana se considera aislada de un sismo de
gran magnitud. Protección Civil y Funvisis aseguran que el mayor riesgo está en la reacción de la gente y la
respuesta de nuestras edificaciones.

Carolina ya está en la oficina. Sigue con la costumbre de llegar temprano sin importar que la jornada comience
media hora después. Prende su computadora y se va hacia la cocina a prepararse un café. Tiene 32 años, de
los cuales ha pasado 8 trabajando en el décimo piso de ese edificio; sin embargo, no lo conoce como ella cree.
Ni siquiera sabe dónde se encuentra la salida de emergencia, peor aún, no sabe si existe.

Apenas le alcanza el tiempo para llenar la jarra de agua. El proceso se interrumpe. Las luces se vuelven
intermitentes. Los aparatos eléctricos, los artículos de oficina y hasta el suelo empiezan a tambalearse, pero su
mundo se paraliza. Los segundos se vuelven eternos. Resulta imposible descifrar qué pasa por su mente en
ese momento: quedarse quieta, gritar, salir corriendo… La falta de cultura sísmica le impide tomar una decisión
pertinente. Y usted, ¿sabría qué hacer en caso de que ocurra un sismo leve o un terremoto?

Más de la mitad de los venezolanos tampoco lo sabe. Una encuesta publicada en la página web de la Dirección
Nacional de Protección Civil y Administración de Desastres demuestra que 1.740 personas (62,48%) ignoran
cómo elaborar un plan de emergencia. Ese el gran problema que enfrentan los organismos oficiales.

El director regional de Protección Civil, ingeniero Herman Bracho, asegura que ellos están preparados para
actuar ante un fenómeno natural, como un movimiento sísmico, pero la población no: “Eso se debe a que los
sistemas educativos nacionales, regionales y municipales carecen de una política de Estado dirigida a formar a
las personas desde niños en la prevención en cultura de riesgo. La Dirección Nacional de Protección Civil
mantiene una pelea con la intención de incluir estos temas en los currículos de estudio de las escuelas y
liceos”.

A pesar de contar con poco personal humano y de los recortes presupuestarios, esta organización se encarga
de dirigirse a las escuelas y a las comunidades con la intención de efectuar charlas que propicien un
comportamiento adecuado en caso de una situación de desastre. Sin embargo, afirma Bracho que las
escuelas carecen de conciencia para darles continuidad a las prácticas conceptuales y actitudinales, porque
los docentes consideran esto superfluo.

Falta también la infraestructura acorde para atender y albergar a las víctimas de los fenómenos naturales.
“Cuando ocurren tragedias de este tipo, se utilizan las escuelas para llevar a los damnificados, lo que ocasiona
la interrupción de las clases y ocasiona daños a las instalaciones”, explica el ingeniero.

Por otra parte, existe la Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas (Funvisis), institución
dependiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias, que ofrece talleres de prevención
sísmica a comunidades, grupos estudiantiles e instituciones, los cuales buscan transmitir pedagógicamente los
mecanismos de autoprotección en caso de sismos.

Tanto Protección Civil como Funvisis organizan simulacros que recrean situaciones de alerta, para enseñar la
manera de actuar ante ellas. Herman Bracho considera necesario que las personas se organicen y exijan a las
autoridades este tipo de actividades.

Riesgo en el Zulia

Hasta principios de 1970 se creía que el estado Zulia no era zona sísmica; es decir, estaba blindado ante una
manifestación de esa naturaleza, por lo que sería prescindible e innecesario tomar previsiones en la
construcción de inmuebles con las normas de seguridad óptima y en la capacitación educativa para superar
situaciones de catástrofe.

Los datos históricos parecen afianzar estas creencias, pues el promedio de movimientos sísmicos en el
estado se encuentra entre 2 y 5 grados en la escala de Richter. No obstante, esa situación puede variar
porque los continuos movimientos tectónicos son capaces de provocar una liberación de energía causante de
un sismo fuerte en cualquier parte del mundo, según Herman Bracho.

Gustavo Hernández, profesor jubilado de la Escuela de Ingeniería Geodésica y especialista en geología


tectónica, explica que las investigaciones desarrolladas por la Universidad del Zulia analizaron un sistema de
fallas tectónicas (discontinuidades que se forman en las rocas superficiales hasta unos 200 kilómetros de
profundidad por fractura de las placas tectónicas) primario que involucra las fallas de Santa Marta, de Boconó y
del Caribe, las cuales forman un triángulo llamado bloque tectónico del Zulia “casi independiente de lo que
significan como tal los bloques tectónicos del Caribe y de América del Sur, que influencian principalmente a la
región”.

Adicionalmente, se estudió un sistema de fallas secundario: falla de Oca-Ancón, cerca de Isla de Toas; de
Icotea, pasa por el Lago de Maracaibo; y de Valera; éstas son transcurrentes, tienen corteza partida y producen
movimientos sísmicos que no pasarían de 4 grados.

“Nuestra sismicidad, si se quiere, puede definirse como benigna en el sentido de que no seríamos
afectados por un terremoto de gran magnitud, por lo menos no ante el histórico que existe en la actualidad. Sin
embargo, aunque faltan datos estadísticos que den previsiones acerca de un terremoto mayor, máximo 5
grados en la escala, podemos ser afectados por coletazos fuertes de sismos mayores cuyos epicentros
estarían fuera del estado Zulia, por ejemplo en Táchira, Mérida, Lara y los estados colombianos afectados por
la falla de Santa Marta”, agrega Hernández.

Advierte que un sismo moderado sería capaz de traer secuelas funestas en Maracaibo, pues un sismo de
4 grados a una frecuencia determinada pudiera ocasionar el fenómeno de licuefacción del suelo, el cual
consiste en la pérdida de resistencia de los suelos arenosos saturados en agua.
“Debajo de la ciudad existe una gran cantidad de acuíferos subterráneos que pudieran producir
hundimientos significativos del suelo en ciertas zonas de la ciudad, desconocidas por la inexistencia de un
estudio de microzonificación sísmica, que destruirían las edificaciones que allí se encuentren”, explica el
profesor.

Las investigaciones hechas por la Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas (Funvisis) y sus
reportes reflejan que la sismicidad en el estado Zulia, al occidente de Venezuela, es baja. El 25 de diciembre de
2004 un sismo de 4,9 en la escala de Richter a las 5:08 de la mañana y a 9,4 kilómetros de profundidad al
noroeste de Villa del Rosario se sintió fuertemente sin dejar pérdidas de ningún tipo.

A las 5:43 de la mañana del 1 de enero de 2006 algunos zulianos pudieron sentir que la tierra marabina
temblaba. Se trató de un terremoto moderado de magnitud 5 grados en la escala de Richter, a una profundidad
de 91 kilómetros.

Otro sismo de 5 grados de magnitud sacudió al Zulia el 25 de febrero de 2008. Ocurrió en la madrugada de
aquel lunes, con epicentro a unos 37 kilómetros al noreste de Bachaquero.

24 de julio de 2009: un sismo de 2.8 grados de magnitud se presentó en Maracaibo, capital del Zulia, cuyo
epicentro se localizó a 9 kilómetros del noreste del estado Barinas.

Entre los sismos más recientes destacan dos de 4.1 de magnitud, ocurridos el 30 de septiembre de 2009, uno a
5 kilómetros al suroeste de Coro, estado Falcón; y el segundo a 79 Km al norte de Maracaibo, estado Zulia, a
las 4:37 de la tarde, con una profundidad de 107,6 Km.

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