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ADMINISTRACIÓN PUBLICA Y DERECHO

La administración tiene su contenido de origen en la Constitución y el derecho


constitucional, determinan la naturaleza, organización, funcionamiento, fines y
justificación del estado, lo que significa la fusión del órgano que lleva a cabo la
administración pública.
La administración es un proceso necesario para alcanzar los objetivos, a través del
esfuerzo humano coordinado y eficaz, con la aplicación de adecuadas técnicas y aptitudes
humanas. La administración pública aprovecha los principios y procedimientos de la
administración para lograr sus fines de interés general, por medio de una acción
desinteresada de todo tipo de propósito de lucro, mientras los individuos viven en un
plano de igualdad jurídica.

De acuerdo al Diccionario de Derecho, la Administración Pública es el conjunto de los


órganos mediante los cuales el Estado, las entidades de la Federación, los municipios y los
organismos descentralizados atienden a la satisfacción de las necesidades generales que
constituyen el objeto de los servicios públicos. Dentro de los fines o de las necesidades a
realizarse, debe prevalecer la producción de bienes y servicios más eficientes para la
colectividad. El organismo más importante del Poder Ejecutivo es la Administración
Pública, regida por el Derecho Administrativo.

El Derecho Administrativo es una rama del Derecho Público, cuyo particular objeto de
estudio y de regulación es la administración pública y la relación de estas con los
particulares. Asimismo, es la expresión o manifestación de la voluntad de la
administración pública creadora de situaciones jurídicas individuales, para satisfacer
necesidades colectivas. De igual manera al derecho administrativo se le define como “la
rama del derecho público que tiene por objeto regular la actividad de la administración
pública, encargada de satisfacer las necesidades esenciales de la colectividad”.

El poder del Estado desenvuelve su actividad por medio de sus funciones, las cuales
comprenden la función legislativa que tiene como acto a la ley, la función jurisdiccional a
la sentencia y la función administrativa al acto administrativo.
ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y ECONOMÍA

La economía y la administración analizan conjuntamente las políticas monetarias,


crediticias y bancarias que toman en cuenta la inversión extranjera y el comercio
internacional. La economía y la administración buscan la movilización del beneficio. Como
sabemos bien la administración se controla, planea, dirige y organiza de manera que la
economía es la parte fundamental ya que se relacionan en las tomas de decisiones en
cuanto a la economía del país.

LA ECONOMÍA se encarga además de la interacción y el análisis de y entre MERCADOS, la


ADMINISTRACIÓN de la interacción el análisis a nivel EMPRESA.

LA ADMINISTRACIÓN Y LA ECONOMÍA: se relacionan porque todos los bienes que se


producen en una sociedad, los cuales son escasos deben ser distribuidos eficaces y
eficientemente por las empresas entre los ciudadanos.

LA ADMINISTRACIÓN: tiene una estrecha relación con la ECONOMÍA ya que esta se va a


encargar de administrar los recursos escasos.

LA ECONOMÍA: le brinda al administrador la capacidad de comprender y describir la forma


en que se comportan los mercados nacionales e internacionales de bienes y servicios de
trabajo.

Ambas aplican la misma ley “LA LEY DE ORO” conocida como la ley económica básica es
una ley de uso universal.
ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y CULTURA

La Cultura, en la Administración Pública, no siempre y no todos, en muchas ocasiones,


hemos priorizado más el continente que el contenido y, la mayoría delas veces, lo hemos
hecho de espaldas a las personas, promoviendo el clientelismo.

Hemos ofrecido Cultura a coste cero. Fomentando en el ciudadano la creencia de que la


Cultura no vale nada. Financiando proyectos externos al 100%, repartiendo el dinero
público, sin analizar lo que esos proyectos aportaban a la sociedad, sin estrategias claras ni
objetivos concretos.

En muchos casos nos hemos limitado a programar actividades y gestionar espacios sin
tener muy claro ¿por qué?, ¿para qué?, ¿para quién? y ¿a qué coste?

Hemos olvidado la importancia de educar para apreciar la Cultura, para entenderla y para
valorarla. Hemos potenciado la Cultura florero, utilizándola de manera banal y como mero
accesorio, sin tener en cuenta que la Cultura puede ser bella e inocua, pero también
incómoda y contestataria.

La Administración, en su caso, tiene que tener clara su estrategia y sus objetivos y trabajar
codo con codo con todo aquel que se adapte a ellos para alcanzarlos, mejorarlos y
superarlos. Ayudaría mucho que los políticos que nos dirigen los tuvieran claros también.
Pongamos a la Cultura en el sitio que se merece, como algo importante y necesario, cuyo
valor no se puede poner en duda. La Cultura como bien social, imprescindible para
forjarnos como personas

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