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DICCIONARIO LUPO: UN MILAGRO DE POESÍA Y EMOCIÓN

…todo comienza con alguna plenitud jadeante.


con mi alma en arrebato.
Ylonka Nacidit

Rafael J. Rodríguez Pérez

He visto a una mujer transfigurarse en poema y emoción. Unos segundos antes


del prodigio, parecía solamente una mujer menuda, penetrante, ceñuda. Eso,
hasta que un nombre flotó por el espacio, el nombre de un gran poeta: Lupo
Hernández Rueda. Entonces ocurrió: Ylonka Nacidit, que así se llama la mujer,
fue creciendo despacio, como un réquiem, se le quebró la voz, que adquirió
resonancias de evocación y de lamento… y mientras se elevaba, copando con
su nueva presencia el gran salón, el poeta Hernández Rueda iba
corporizándose en sus ojos. Luego lloró. Nadie lo supo entonces, pero afuera
comenzó un aguacero. Solo la gran poesía nos trae estos milagros. Aquellos
que saben ver esencias, y estaban en el Lockward del Teatro Nacional este
sábado 21 de abril, en la puesta en circulación del Diccionario Lupo, pudieron
constatarlo.
La trasfiguración de Ylonka Nacidit, prominente poetisa, ensayista y crítica
literaria, tuvo el mejor de los motivos: honrar a su maestro Hernández Rueda. Y
lo logró de un modo original, quizás definitivo: publicando un diccionario que
agrupa una selección de metáforas extraídas de toda la obra de Rueda.
Publicado por Santuario, la editorial de los escritores y educadores
dominicanos, el Diccionario Lupo es un texto de orfebrería poética, pues queda
claro que la autora debió, primero, “sumergirse” en la obra de Rueda como un
explorador en una sima, y e ir sacando de allí, pieza tras pieza, todo el oro que
luego fundiría en la talla final.
Cientos de metáforas Ruedianas, ordenadas por orden alfabético --de Dios al
alma, del hombre al suelo, del mar al cielo--…; dan fe de la riqueza poética de
Lupo Hernández Rueda, autor al que fue dedicada la Feria Internacional del
Libro Santo Domingo 2018; pero también dan fe de la pasión de su
compiladora Nacidit por la obra del maestro, por la certeza de un brillante
legado del cual, confesó, es deudora absoluta. “Necesito llorar la muerte de
don Lupo”, dijo. “Fue mi maestro. Mi amigo. Uno de los más grandes
humanistas que ha dado la nación”.
La Doctora en Filosofía María Eugenia Osorio, profesora titular de la
Universidad de Antioquía, en Colombia; y presentadora del Diccionario, afirmó
que la obra, además de ser un homenaje singular al poeta, recrea y trasmite la
intensidad de su universo lírico y las “dinámicas profundas de su lenguaje,
siempre rozando lo inefable.”
Entre los invitados de esa mágica tarde de homenaje, estuvieron también los
familiares de Lupo, entre ellos su hijo Carlos Hernández Contreras, que
acompañó en la mesa de honor a Nacidit Perdomo, a la ministra dominicana de
la Mujer, Janet Camilo y a la doctora Graciana de los Santos, jueza de la Junta
Central Electoral.
Cuando acabó la ceremonia, afuera, cesó también la lluvia. Pero estaba bien
claro que adentro, y más adentro aún, hacia las almas, persistía la llovizna de
la grata poesía y la emoción. Volví a mirar a Ylonka Nacidit. Había vuelto a su
estado normal, pero un brillo secreto, un destello de sueño realizado o de deber
cumplido, le iluminaba el rostro todavía...

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