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¡Hola! ¿Cómo están? ¡Un gusto inmenso volver a encontrarnos!

Esta vez, el formato será el de clase invertida. Esto significa que les vamos a brindar
los contenidos a trabajar a partir una secuencia didáctica y luego en el espacio
presencial, compartiremos reflexiones y conversaremos sobre las dudas y los modos
de pensar la realidad a partir de la propuesta teórica. Así que les proponemos que
lean atentamente toda la secuencia y vayan tomando nota, tanto de las inquietudes
que les surjan, como de las respuestas a las consignas que les vamos a ir
proponiendo.

Aquí vamos...

En esta oportunidad, y para seguir trabajando sobre el rol del equipo directivo en la
construcción de buenas escuelas, nos vamos a detener para profundizar en un
aspecto fundamental de este proceso que es el acompañamiento a la tarea docente:
La evaluación.

En primer lugar, y para organizar los contenidos, les ofrecemos un índice que nos
guiará en el trabajo y nos va a ayudar a no perdernos. Esta será nuestra agenda:

1.- Repaso ¿Qué evalúa el equipo directivo?

2.- Criterios de evaluación

3.- Lineamientos Institucionales de evaluación

4.- Rúbricas de evaluación

5.- Cierre

1.- Repaso ¿Qué evalúa el equipo directivo?

En el último encuentro del año pasado, recordarán que trabajamos sobre la


evaluación, y vimos que desde la gestión directiva se trabaja sobre dos dimensiones,
la institucional y la pedagógica-didáctica.
En relación a la evaluación institucional, vimos que era una etapa fundamental
dentro del proceso de mejora escolar.

Si desean, pueden volver al esquema de síntesis del proceso de mejora para refrescar
cuáles eran cada uno de estos momentos: diagnóstico, planificación,
implementación, monitoreo, evaluación.

Aprovechamos para consultarles:

- ¿Pudieron realizar una evaluación sobre el Plan de acción diseñado el año pasado?

- ¿Se encontraron con los resultados esperados?

-¿Qué agregarían o modificarían al nuevo Plan para este ciclo lectivo en función de
esta evaluación?

Asimismo, habíamos visto que la evaluación que realiza el equipo directivo cumple
distintos propósitos:
En este encuentro nos vamos a concentrar en la evaluación en su dimensión
pedagógica-didáctica, como una de las posibles formas de acompañamiento que tiene
el equipo directivo a sus docentes.

2.- Criterios de Evaluación

¿Se acuerdan de la frase “cada maestrito con su librito”? Nos parecía natural y da
cuenta de una realidad. Muchas veces en la escuela cada docente tiene “su método”
de enseñanza, “su criterio” de evaluación y “su visión” de la educación. El problema
es que el estudiante es uno y los y las docentes son muchos. En este desconcierto los
chicos no saben cómo armar sus trayectorias estudiantiles porque cuando se dan
cuenta de los modos y criterios de evaluación de un docente, muchas veces ya pasó
el primero o segundo periodo evaluativo y tienen perdida la materia.
En una conversación un docente afirma “Algo debo haber hecho mal, porque
aprobaron todos los alumnos, seguramente hice muy fácil el examen” ¿Cuál es el
criterio que avala esta afirmación? ¿Se condice con los criterios institucionales de
evaluación?

¿Cómo construir un criterio de evaluación?

 Debe respetar los lineamientos institucionales de evaluación.


 Debe estar vinculado a un objetivo de aprendizaje y dar cuenta de un logro.
 Debe evidenciar qué debe saber el estudiante para dar cuenta del logro del
objetivo.

Los criterios de evaluación tienen que ser explicitados con anticipación a los
alumnos: en qué consistirá la evaluación, cómo se desarrollará, cuáles son los
resultados esperados.
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Acá les compartimos algunas preguntas disparadoras para reflexionar sobre la


evaluación al interior de nuestra escuela:
“La retroalimentación cobra sentido en el enfoque que considera que la evaluación,
además de certificar o acreditar los aprendizajes, tiene otros propósitos y funciones,
como contribuir a la mejora de los aprendizajes de los estudiantes y de los docentes
en tanto enseñantes”. (Anijovich, 2010:24)

Muchas veces en las escuelas y en otras instituciones (deportivas, artísticas, otras)


entendemos evaluación como si el concepto de evaluación sumativa envolviera todo
el significado de evaluación. Lo visualizamos como el “momento de la verdad”. Es
como si jugáramos un partido y la evaluación es el resultado del partido. Ganaste o
perdiste, aprobaste o desaprobaste. Fin del proceso.

Esta mirada es muy limitada. No sólo no ayuda a conformar un proceso de mejora,


sino que crea en los alumnos falsas autoimágenes de éxito o de fracaso. Que te haya
ido mal en una prueba o en un partido, no significa más que eso. Te fue mal en esa
instancia.

Pero a su vez es una oportunidad de aprender qué faltó, qué no sabías, qué deberías
tener en cuenta en la próxima, qué podés aprender de nuevo. Esto se hace evidente
si en lugar de hablar de evaluación o de ganar o perder, aprobar o desaprobar,
hablamos de instancia de retroalimentación.

La instancia fundamental de cualquier proceso formativo es la retroalimentación. Es


lo que hace que ese proceso formativo no quede como una foto incorruptible e
inmodificable, sino como un hito en el camino para lograr la mejor versión posible.

¿Todos imaginamos que nuestros alumnos pueden mejorar, jugar mejor un deporte,
tener mejores resultados en matemática, ciencias sociales, etc. o creemos que
hicieron lo máximo de sus posibilidades? ¿Somos potenciadores de las capacidades de
nuestros alumnos o limitadores? El efecto Pigmaleón es una realidad palpable en no
pocas situaciones de aprendizaje.

Cuentos que contamos (de Marlon Fernández)

Carlitos llegó a la escuela, ese día la profesora recibió a todos los niños y les dijo:
Hoy vamos a pintar. Carlitos se puso muy contento, pensó para sus adentros, “me
parece genial, me encanta pintar”, a continuación sacó los crayones y rápidamente
se puso a hacer monigotes, a pintar autitos que era lo que más le gustaba hacer. La
profesora le dijo: un momento, empiecen a pintar sólo cuando yo lo ordene, Carlitos
esperó la orden. Acto seguido la profesora dijo: Ahora pueden empezar, pero hoy
vamos a pintar flores. Carlitos se dijo para sí: ¡uyyy, genial!, también me encanta
pintar flores y pintó una margarita. Pero la profesora le dijo: No, no, hoy vamos a
pintar rosas, no vamos a pintar margaritas. Carlitos inmediatamente hizo una rosa
con tallo negro y pétalos amarillos, ¡lindísima! Pero la profesora inmediatamente
dijo: No, vamos a pintar rosas de tallo verde y pétalos rojos. Carlitos la hizo, le
quedó muy linda y le gustó como le quedó su rosa.

Al día siguiente la profesora dijo a los niños: Hoy vamos a jugar con barro. Carlitos
saltó de alegría e inmediatamente empezó a hacer muñecos hasta tanto la profesora
dijo: No, no, empiecen sólo cuando yo lo ordene. Carlitos esperó. A continuación la
profesora dijo: hoy vamos a hacer platos. Inmediatamente Carlitos empezó a hacer
platos pequeños, platos grandes, y la profesora dijo: No, no, vamos a hacer platos
hondos como éste que estoy dibujando aquí. A continuación Carlitos hizo el plato
hondo, le quedó muy bien y él quedó muy contento con lo que había hecho.

Finalmente Carlitos pasó de año, pero esta vez se pasó a la mañana, porque para su
familia era mejor ese horario. Cuando llegó al nuevo curso la profesora le dijo el
primer día: Niños, hoy vamos a pintar. Carlitos se dijo internamente: ¡Maravilloso! Y
esperó. Al buen rato y dándose cuenta de que sus compañeros estaban dibujando
dijo: ¡Profesora!, usted no ha dado la orden de empezar. La profesora respondió:
No, yo no tengo que dar ninguna orden. Fíjate que los otros niños ya están
dibujando. Carlitos le preguntó a la profesora: sí señorita pero, ¿qué pinto? La
profesora respondió: Tú tomas la decisión y pintas lo que quieras. A lo cual replicó
nuevamente Carlitos: No, pero si usted no me dice, entonces yo no sé qué hacer. Es
tu decisión, dijo nuevamente su profesora. Carlitos estuvo pensando unos minutos,
finalmente sacó los crayones y con mucha tristeza dibujó una rosa con tallo verde y
pétalos rojos.

Nos preguntamos:

¿Cuál es el sentido de nuestros procesos educativos? ¿Cuál es el sentido de la


evaluación?

3.- Lineamientos Institucionales de la Evaluación

Los lineamientos institucionales de evaluación son las pautas que se establecen desde
la escuela para que existan criterios comunes para la definición de los criterios de
evaluación en los distintos ciclos, grados y áreas curriculares.

Los criterios están contenidos en los lineamientos institucionales. La escuela propone


sus lineamientos, que se plasman en criterios de evaluación por curso y por materia
para cada alumno.

Nos preguntamos:

Pensemos algunos lineamientos posibles:

• Las consignas de evaluación serán claras y significativas.

• La evaluación reconocerá los avances de cada alumno.


• La evaluación contempla la diversidad de ritmos y estilos de aprendizaje.

• La evaluación considerará los aciertos y errores como disparadores para que los
alumnos aprendan más.

¿Se animan a pensar algún/os otro/os?

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Los invitamos a revisar la herramienta adjunta con algunos lineamientos


institucionales de evaluación posibles.

¿Por qué es importante? ¿Qué prácticas dan cuenta de que se cumple? ¿Qué prácticas
lo contradicen?

Luego de leer la ficha seguramente podrán enriquecer y sumar algún otro indicador
¿Cuáles agregarían?

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4.- Rúbricas de evaluación

¿Qué son?

Las rúbricas son guías precisas que valoran los aprendizajes y productos realizados.
Indican el logro de los objetivos curriculares y las expectativas de los docentes.
Permiten que los estudiantes identifiquen con claridad la relevancia de los
contenidos y los objetivos de los trabajos académicos establecidos.

Muchas veces los criterios evaluativos están presentados a partir de indicadores vagos
y desconocidos. El ejemplo típico es la nota de concepto.

¿Cómo se construye esa nota? ¿Da cuenta de qué desempeño del alumno, del primer
día, del último día?

Cuando se quiere dar una retroalimentación en un deporte, le decimos jugaste bien,


jugaste mal. Qué criterios tuvimos para evaluar ese desempeño.

Las rúbricas nos permiten ajustar los criterios de juicio frente a un proceso
educativo. Ayuda a que los alumno/as sepan que se espera de ellos y que por tanto
mejoren sus desempeños porque conocen qué cuestiones atender.
Es importante que las rúbricas sean consensuadas y adecuadas a los lineamientos
institucionales. También que los alumnos conozcan lo que se espera de ellos. Que
sepan qué espera su profesor o entrenador. Saber esto con claridad y sentir que hay
un voto de confianza en la posibilidad de lograrlo, mejora los procesos de
aprendizaje.

¿Cuántas veces los docentes o entrenadores, más allá de los resultados, ponen un
voto de confianza en sus alumnos? ¿Quién confió en nosotros?
Bibliografía sugerida:

• Anijovich, R. (2010), La evaluación significativa, Buenos Aires, Paidós.

• Directores que hacen escuela en colaboración con Beatriz Moreno (2015),


Asesoramiento en evaluación, Buenos Aires, OEI.

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