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LA IMPORTANCIA DE LOS

PODERES FEDERALES
DERECHO CONSTITUCIONAL II

INSTITUTO UNIVERSITARIO DE YUCATAN, CAMPUS TABASCO.


LIC. ELIDÉ CRISTINA VIDAL GRAMAJO
INTRODUCCION

El Supremo Poder de la Federación se divide en tres poderes


(Ejecutivo, Legislativo y Judicial), esta división de poder la establece el artículo 49
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la división de
poderes nos sirve para que ninguna persona o institución pueda tener el control
del país. En el presente ensayo vamos a abordar los inicios de la división de este
poder, dónde y cómo surgió así como el hecho de qué tan bien organizados están
los poderes ya que gracias a estos en México no puede existir un Rey o algún
absolutismo, sino que las decisiones se toman mediante el debate y participación
de distintas fuerzas políticas, desde donde surgen nuestras autoridades que
directa o indirectamente son elegidos libre, periódica y democráticamente por los
ciudadanos. Cada uno de estos poderes tiene una función específica, que son:
Un Estado de Derecho tiene tres funciones principales. En primer
lugar crear las leyes por las que se va a regir ese Estado. En segundo lugar,
gobernar el país de acuerdo a esas leyes. Y en tercer lugar vigilar que todo el
mundo sin excepción, cumple esas leyes que se han creado. Las tres
funciones son esenciales.

Las leyes deben diseñarse de forma que respeten el Estado de


Derecho, porque si no es así, ya no estaríamos ante un Estado de Derecho.
Una vez promulgadas las leyes, las personas que gobiernen el país deben
hacerlo respetando esas leyes. Y por último debe haber alguien que vigile
constantemente el respeto a esas leyes, ya que unas leyes muy buenas que no
se respetasen no servirían para nada. Cada una de estas funciones se llama
Poder.

CONCEPTO

El poder Ejecutivo:

Se conforma por el Presidente de la República, los Gobernadores de


los Estados y los Presidentes municipales. Su función principal es administrar
los recursos públicos para invertirlos en el desarrollo social, político y
económico del municipio, estado o país que representa mediante programas,
acciones, planes y estrategias gubernamentales.

El poder Legislativo:

Se conforma por los Senadores y diputados. Ellos son nuestros


legisladores y se encargan de hacer, modificar o eliminar leyes desde las
cuales se expresan nuestras garantías individuales, nuestras obligaciones, la
estructura política del país y en general la normatividad para garantizar el
adecuado desarrollo político, social y económico del país con orden y paz.
Además de lo anterior, los Diputados tienen la gran responsabilidad de aprobar
y evaluar año con año, la Ley de Ingresos y de Egresos, desde donde se
determina el dinero que obtiene el gobierno de nuestros impuestos, la forma en
que se gastarán y la evaluación de dicho ejercicio.

El poder Judicial:

Conformado por los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la


Nación, los Magistrados y Jueces; este poder es el encargado de hace valer la
Ley e impartir justicia. Desde este poder se catalogan los delitos (de fuero
común o federales) y se determinan los castigos o sentencias a quienes falten
a la normatividad vigente en nuestro país. Como podemos ver en teoría estos
poderes están bien organizados, pero el problema que existe es que aun así, a
pesar de la división del poder que existe, sigue siendo demasiada carga,
demasiadas tareas y demasiada responsabilidad dentro de cada poder y es
claro que esto es lo que ocasiona problemas de mal gobierno ya que al tener
tantas funciones dentro de un mismo poder, todo se acumula y les es imposible
resolver todo a la vez, lo que da como resultado problemas en la
administración del estado, en las leyes y sobre todo en la población, en el
presente ensayo trataremos de encontrar la mejor solución a estos problemas.

En ese contexto, la importancia de la división de poderes estriba en


impedir que un solo individuo ejerza un poder de control ilimitado sobre el
Estado, puesto que la distribución de las funciones estatales históricamente ha
implicado el equilibrio de las fuerzas, en el que cada poder se ocupa de
distintas tareas, restringiendo que algún poder se encuentre por encima de otro
y lo subordine, para impedir la instauración de un régimen absoluto.

De ahí que el equilibrio de poderes sea una condición indispensable


para que subsista el Estado republicano.5 Si alguno de sus órganos prevalece
sobre el otro conllevará su propia destrucción, pues acabará con la función del
otro poder. Esto no significa que no exista posibilidad de control entre los
poderes, especialmente cuando la función del mismo sea eso: controlar alguna
actividad del otro poder, lo cual deberá efectuarse dentro de los parámetros
que la Constitución establezca.

En relación con las funciones consignadas a los poderes, a manera


de ejemplo tenemos que el Ejecutivo, entre otras funciones, se encarga de la
administración del país; por su parte, el Legislativo funge como el órgano que
crea los ordenamientos que regulan el actuar de la sociedad, y el Judicial, por
su parte, se encarga, entre otras cuestiones, de la impartición de justicia, todo
lo cual genera un equilibrio entre los poderes, tenemos que si bien la
Constitución establece de manera taxativa las atribuciones que corresponde a
cada uno de los poderes de la Unión, lo cierto es, que como se vio, algunas de
ellas son un tanto flexibles, ya que en casos excepcionales también pueden ser
ejercidas por otro de ellos, con la finalidad de salvaguardar la autonomía y la
independencia de cada poder; empero, ajustándose en todo caso a lo
establecido en la Carta Magna, pues, de no ser así, podrían vulnerarse los
principios aludidos, ya que los poderes por sí mismos no pueden asumir
facultades que no les fueron expresamente conferidas por el Constituyente.

Bajo esa lógica, es evidente que el sistema de división de poderes


permite la distribución uniforme de las funciones que ejerce cada una las
fracciones de los órganos del Estado, garantizando con ello la autonomía y la
independencia en su actuación, lo que a su vez genera un equilibrio que impide
que un individuo ostente el ejercicio absoluto del control del Estado, lo cual por
sí corrompería la soberanía y el federalismo de nuestra nación.

Cabe destacar que el hecho de que la división de poderes subsista


implica para los propios gobernados la garantía de existencia de un Estado
Democrático y de Derecho, en virtud del cual el sistema de contrapesos
constituye un límite del ejercicio arbitrario del poder público, que genera
confianza y certidumbre a los miembros de la sociedad que la conforman, en
relación con el respeto a sus derechos, y que refleja la solidez de las
instituciones que la integran.

La división de los poderes se traduce en una división de funciones


que en lo esencial supone que el que hace las leyes no las ejecute ni juzgue;
que el que las ejecute no las haga ni juzgue; que el que las juzgue no las haga
ni las ejecute.

La división de funciones va así acompañada de una división de


órganos: Legislativos, administrativos. (Órganos dependientes) y judiciales
(órganos imparciales —ajenos a la contienda ante ellos discutida e
independientes no sujetos a órdenes.)

La función judicial es exclusiva al Poder Judicial; la función


legislativa es privativa al Poder Legislativo; pero los tres Poderes realizan
función administrativa. Mientras que Poder Legislativo y Poder Judicial realizan
su función principal y además la administrativa, el Poder Administrador sólo
realiza su propia función, la administrativa.

El Poder Ejecutivo no realiza función jurisdiccional, porque se lo


prohíbe el artículo 95 de la Constitución, y también el 18 en cuanto declara
inviolable la garantía de la defensa en juicio de la persona y de los derechos. El
Poder Legislativo tampoco realiza esta función, salvo la posible excepción del
juicio político.

Luego, como regla, sólo el Poder Judicial realiza esta función, que
definimos entonces como la decisión con fuerza de verdad legal de
controversias entre partes, hecha por un órgano imparcial e independiente.

El Poder Ejecutivo no realiza función legislativa, porque sus


reglamentos no tienen el mismo régimen jurídico de la ley, sino que están
subordinados a ella; lo mismo ocurre con el Poder Judicial. Por ello, sólo el
Poder Legislativo realiza esta función, que definimos como “el dictado de
normas jurídicas generales hecho por el Congreso.”

El objetivo de la división de poderes, en este sentido, es evitar la


concentración de los poderes del Estado en una sola persona, órgano o
corporación, lo que vendría a posibilitar los abusos de autoridad y, con el
tiempo, el surgimiento e instauración de un régimen autoritario o tiránico.

En la división de poderes es fundamental para la existencia de la


libertad, porque con ella ninguno de estos poderes tendrá la fuerza suficiente
para imponerse sobre los otros e instaurar un régimen autoritario.
El absolutismo monárquico, los totalitarismos modernos o las tiranías
recientes de izquierda y de derecha son algunos de los ejemplos de regímenes
políticos que desconocieron el principio de la división de poderes, e instauraron
regímenes de corte autoritario, totalitario o dictatorial, que cercenaban las
libertades ciudadanas.

COMENTARIO

El Poder Legislativo, hoy por hoy, juega y ha jugado un papel de


primordial importancia en la historia de nuestro país; de esta gran nación que
conformamos casi cien millones de mexicanos que nos regimos por medio de
las leyes que han emanado de este importante Poder, el cual, para su ejercicio
se divide en la Cámara de Senadores y la Cámara de Diputados, conformando
el Congreso de la Unión, el supremo representante de la nación y depositario
por tanto, del Poder Legislativo.

Desde el inicio de la vida independiente de los mexicanos, se


marcaron formas de representación popular, que en realidad no eran muy
atinadas, puesto que su estructura misma, desligaba por completo a los
representantes con los ciudadanos que les eligieron. Sin embargo, la búsqueda
de la representación popular ya estaba presente en la mentalidad de los
individuos y de la sociedad en su conjunto.

A pesar de las grandes diferencias económicas, sociales e


ideológicas entre los miembros del Congreso, los representantes de la nación,
lograron unirse para la toma de decisiones, buenas o malas, que condujeron el
gobierno del país, en las diversas formas que adquirió.

Una de las razones por lo que es importante el Congreso de la


Unión, es que, como ya mencionamos, sus integrantes son representantes de
los ciudadanos; deben velar y proteger sus derechos, a través de la creación
de normas y modificación de las existentes que le traigan un beneficio a los
representados, y a la nación en su conjunto.

Las relaciones entre las distintas fracciones parlamentarias que


conforman el Congreso gracias a la pluralidad democrática, deben ser cada
vez más fructíferas y sus partidarios deben evitar anteponer los intereses de
partido sobre los de la nación.

Los representantes en general, fueron elegidos por el pueblo, es a él


a quien le deben entregar cuentas de su quehacer legislativo. En este sentido
se deberían buscar formas que favorezcan la realización de este encargo, pero
también de sancionar la falta o el abuso del mismo.

Es importante también, que los representantes adquieran


conocimiento sobre la institución de la cual forman parte, de sus normas y
reglamentos, así como de la forma de conducirse al interior de ella y con sus
homólogos. Deben ser personas pensantes y actuantes pero con plena
conciencia de la importancia y de las consecuencias que pueden originar con
sus decisiones, y tomar más en serio el encargo que les fue encomendado.
CONCLUSION

Por todo lo anterior, es imperioso que en nuestro país prevalezca la


división de poderes, instaurada en la Constitución Política vigente, por la
importancia que tiene dicho principio para la permanencia de la soberanía y el
federalismo en nuestro país, en el que ningún poder debe subordinarse o
colocarse por encima de otro; de igual forma, cada uno de los poderes de la
Unión debe evitar irrumpir en la esfera de competencias de los otros,
apegándose exclusivamente a las facultades y las excepciones estatuidas en la
Norma Fundamental, pues de lo contrario se atentaría contra los principios de
autonomía e independencia de cada poder, lo que a su vez repercutiría sobre
la imagen de nuestro país a nivel internacional, al generar incertidumbre, tanto
en el interior como en el exterior, por el desconocimiento de los valores y los
principios contenidos en la Carta Magna, lo que por sí restaría legitimidad al
Estado mexicano en relación con los compromisos internacionales que ha
asumido y los que se pretendan generar con otros Estados.

Cada Poder debe ser totalmente independientes de los otros dos, y


las decisiones de un Poder no pueden ser invalidadas, anuladas o modificadas
por otro Poder. En caso contrario, sería algo normal y habitual las injusticias de
todo tipo. Piense que si los mismos que hacen las leyes son los que gobiernan
el país según esas leyes y, a la vez, son quienes dicen quién cumple o deja de
cumplir la Ley, sería muy fácil para ese grupo de personas hacerse las leyes a
su medida (pensando en lo mejor para sus intereses y no para el conjunto de
los ciudadanos) violar las leyes pero no recebir ninguna sanción por ello (ya
que se vigilarían ellos a sí mismos, y no se sancionarían a sí mismos), etc.

Un Poder no puede elegir a otro Poder, ya que en caso contrario no


habría independencia entre ellos, convirtiéndose uno de ellos en una simple
marioneta del otro.

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