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Una lista de "condicionantes" que marcan las diferencias de América Latina y

Europa, en los campos político, económico y social, fue dictada en Cartagena,


en el marco de un taller de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) de la
Fundación Carolina.
Mientras en Europa "hay economías maduras", en América Latina, éstas son
"emergentes", dijo el profesor Ignacio Berdugo, asesor del Area Universitaria
de América del Grupo Santander, y ex rector de la Universidad de Salamanca.
También en Europa "hay iniciativas para el consumo y en América Latina se
trata de sobrevivir", agregó Berdugo, al expresar esas "condicionantes" en la
intervención del taller de RSE al que asisten 26 empresas del patronato de la
fundación y que concluye mañana, viernes.
Otras de las diferencias aluden a que, mientras en Europa "hay poco
territorio y depende de materias primas", en Latinoamérica hay "un amplio
sentido de menor necesidad de conservar" las tierras y los recursos
naturales.
En Europa "hay presión al 'Buen Gobierno', y en América Latina ineficencia, y
existe la corrupción".
En el Viejo Continente, dijo también Berdugo, "hay competencia" entre los
países, y en América Latina "cada uno va por su cuenta".
Europa dispone de recursos humanos capacitados y en América Latina "hay
que arar con los bueyes que se tienen".
El catedrático se refirió igualmente a diferencias en otros asuntos como los
servicios públicos, la salud y la educación entre las dos regiones.
Berdugo enumeró esos ejemplos y subrayó que la aplicación de RSE tiene que
recorrer aún buen trecho.
Todavía son una minoría, en muchos países, las empresas que tienen RSE
pese a que en los últimos años, en los casos de España y de varios países de
América Latina, se intensificaron las estrategias de divulgación, las
conferencias y las publicaciones.
Las asociaciones gremiales y sindicales promueven la RSE en casi todos los
países y hay un creciente interés de la sociedad civil que supera la filantropía
en las grandes empresas, anotó Berdugo.
El experto reveló también una serie de "muchas diferencias" entre las
Pequeñas y Medianas Empresas (PYMES) para abordar la RSE y dijo que esa
situación en América Latina tiene "implicaciones para empresas españolas".
Añadió que hay especial "vulnerabilidad en las empresas de servicios
públicos" y que, "los resultados de privatizaciones cayeron en desgracia".
Otras implicaciones son el "estigma colonial", y la "brecha creciente entre
España y América Latina" en algunos países y en algunos asuntos.
Para Berdugo, se requiere potenciar la "estrategia" de comunicación por
cuanto la RSE se percibe "como instrumento de desarrollo: para suplir
deficiencias del entorno, en particular el Estado", y también "como
instrumento de cohesión social y estabilidad política".

fuente: https://www.semana.com/diferencias-entre-america-latina-europa-
segun-ignacio-berdugo/33974/

La integración económica de
Europa y América Latina en
perspectiva comparada
El modelo europeo de integración económica se ha convertido en una
referencia inevitable para cualquier proyecto de integración. El
compromiso político fuerte y sostenido, la construcción de un sistema
jurídico e institucional supranacional y las políticas y acciones
comunes tendientes a consolidar la integración económica constituyen
tres componentes esenciales de ese modelo, que han configurado un
«triángulo virtuoso» con capacidad de incidir positivamente sobre el
desarrollo económico. En América Latina, los diversos procesos de
integración enfrentan –más allá de algunos avances– serias
limitaciones. Sin caer en comparaciones fáciles, la experiencia
europea permite extraer algunas conclusiones útiles para la región.
El modelo europeo de integración económica se ha convertido en una
inevitable referencia para cualquier proyecto de integración. En los proyectos
en los que participan países en desarrollo como los latinoamericanos, es
aconsejable utilizar la referencia europea con precaución, ya que existen
importantes diferencias estructurales entre ambos bloques. A pesar de esto,
algunas características de la praxis de la integración económica europea
proporcionan útiles directrices para el nuevo regionalismo latinoamericano.
En este sentido, es relevante destacar que la experiencia europea sugiere
que:
1. El compromiso político es una precondición básica que ha de cumplirse
para que la integración económica avance.
2. El sistema jurídico e institucional es un factor clave para la integración
económica. En el caso europeo, el derecho comunitario ha dado lugar a un
ordenamiento jurídico supranacional que ha permitido una gradual
aproximación de las legislaciones nacionales en temas económicos.
Asimismo, las instituciones comunes, dotadas de un poder de decisión
supranacional, un conjunto claro de competencias y una cierta cantidad de
recursos financieros propios, han ayudado a perseguir intereses económicos
regionales claramente identificados.
3. Las políticas y acciones comunes de acompañamiento –tales como políticas
comerciales, macroeconómicas y sectoriales– y de compensación –fondos
estructurales e instrumentos de cohesión social– son factores claves para
que los efectos netos potencialmente positivos de la integración económica
se materialicen en la práctica.
La evolución del nuevo regionalismo en América Latina difiere
sustancialmente de la experiencia europea. Los procesos subregionales de
integración económica se han reactivado o creado sin un compromiso
político fuerte y sostenido y con un débil marco jurídico e institucional.
Tampoco han sido capaces de aplicar las políticas y acciones comunes de
acompañamiento básicas para establecer una unión aduanera y lograr un
grado adecuado de convergencia macroeconómica. Por lo que se refiere a las
políticas y acciones comunes de compensación, estas apenas han sido
consideradas. Sin medidas adicionales destinadas a atender las necesidades
específicas de los Estados miembros relativamente menos desarrollados, los
potenciales beneficios de la integración económica apenas los alcanzarán, y
las asimetrías intrarregionales se agravarán.

Todos estos factores explican las serias limitaciones de la integración


económica latinoamericana. Si estas limitaciones no se superan con medidas
adecuadas, el nuevo regionalismo no podrá contribuir eficazmente al
desarrollo económico de América Latina ni tampoco podrá convertirse en un
instrumento eficaz de inserción internacional. En un mundo globalizado e
inmerso en una crisis económica con perspectivas inciertas, el costo de
oportunidad de debilitar aún más la integración latinoamericana puede ser
muy alto.

fuente: https://nuso.org/articulo/la-integracion-economica-de-europa-y-
america-latina-en-perspectiva-comparada/

Europa y América Latina: democracias con rumbos


distintos

Tras el final de la Segunda Guerra Mundial en 1945, el mundo estuvo dividido


gran parte de la segunda mitad del siglo XX en 2 paradigmas distintos: el
comunismo y la democracia liberal. Con la caída del Muro de Berlín, en 1989,
la polarización de ideologías desapareció y la democracia comenzó a
esparcirse a lo largo y ancho del planeta.
En Europa, los gobiernos democráticos se han consolidado a través de los
años y han logrado permear a sus sociedades con dichos valores. “Los países
europeos han tenido terribles experiencias con regímenes no democráticos,
autoritarios e incluso totalitarios (...) Por lo tanto, existe algo así como una
cultura política democrática, que es una garantía para la preservación de las
bases de la democracia. Se podría hablar, en este contexto, de la existencia
de una sociedad civil”, dijo a Deutsche Welle Rudolf Hrbek, profesor de la
Universidad de Tübingen.
En contraste, los países latinoamericanos aún no han logrado fortalecer sus
democracias y, por ende, sus sociedades se enfrentan constantemente a
hechos que amenazan la estabilidad de este sistema de gobierno. Ejemplo de
ello es la intención de algunos presidentes de la región, en los últimos años,
de modificar sus constituciones para poder reelegirse y mantenerse en el
poder. En este aspecto poco pesan, al parecer, los colores ideológicos.

Reeleccionismo de izquierda y de derecha

Por vía de un plebiscito realizado en febrero de 2009, el presidente


venezolano, Hugo Chávez, logró su objetivo de modificar cinco artículos
constitucionales, lo que le permitirá su reelección ilimitada y la de otras
autoridades, como gobernadores, alcaldes y diputados.
Por su parte, el conservador Álvaro Uribe, presidente de Colombia, también
se encuentra cerca de la posibilidad de una reelección. A principios de
septiembre, el congreso colombiano aprobó un proyecto de ley que convoca
a un referéndum que, en caso de ser positivo, le permitiría al mandatario ser
elegido para un tercer periodo consecutivo de cuatro años. Las próximas
elecciones en dicho país se llevarán a cabo en mayo de 2010. Hasta el
momento, Uribe no ha expresado oficialmente su intención de presentarse
como candidato.
“En lo general me parece que las naciones latinoamericanas tienen muchos
problemas con la democracia porque ésta, en su versión moderna, es liberal,
y América Latina ha sido un reducto del anti-liberalismo en casi toda su
historia y en casi toda su extensión. Los gobiernos en América Latina suelen
ser más de corte caudillista”, destacó desde México Macario Schettino,
profesor del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey .

Por una cultura política democrática

Las democracias latinoamericanas no sólo requieren del establecimiento de


instituciones fuertes para afianzarse, sino también de ciudadanos
responsables que participen activamente en la protección de sus derechos y
libertades, según analistas.

“Mientras una Constitución democrática puede ser establecida en un solo


día, se necesitan muchos años para consolidar las instituciones democráticas
y para integrar una cultura política democrática en la ‘psique' de una nación”,
mencionó Richard Crowe, asesor del Servicio Jurídico del Tribunal de Cuentas
Europeo.
Gran parte de los países latinoamericanos son considerados democracias
jóvenes, luego de la caída de las dictaduras militares en dicha región en los
años ochenta. La transición democrática se ha caracterizado como un
proceso lento y lleno de tropiezos. Expertos opinan que en América Latina
hace falta la consolidación de una cultura política democrática y liberal.

“El anti-liberalismo latinoamericano se refleja sobre todo en el populismo,


entendido éste como la relación directa del caudillo con las masas. Esto es
posible porque tenemos una cantidad muy grande de personas en situación
económica muy grave, lo que los hace susceptibles a ser contentados con
muy poco”, comentó Schettino. “Lo que impide la democracia, el éxito
económico, y la igualdad social en América Latina es la falta de un
pensamiento liberal”, agregó.

Países ex-comunistas: la otra cara de la moneda

Después de haber vivido durante décadas bajo regímenes totalitarios, donde


el poder se había ejercido de manera arbitraria y donde las libertades
individuales eran muy limitadas, los países de Europa Central y Oriental
querían gozar de las mismas libertades democráticas que se disfrutaban en el
resto de Europa. El entusiasmo inicial por la democracia estaba reflejado en
el discurso inaugural del nuevo presidente checo, Václav Havel, quien dijo en
1990: "¡El Gobierno ha vuelto a tus manos, pueblo!"

Veinte años después de la caída del Muro de Berlín, hecho que representó el
punto culminante del fracaso del proyecto comunista, las democracias en los
países de Europa Central y del Este se han afianzado. Expertos en la materia
mencionan que el factor principal de las exitosas transiciones democráticas
en la región se deben a la presencia de la Unión Europea (UE).
“En los años posteriores a 1990, la perspectiva de adhesión a la UE
desempeñó un papel importante en la consolidación y estabilización de las
nuevas democracias”, señaló Richard Crowe. “En particular, los Estados
debían incorporar las normas de la UE referentes a la protección de los
derechos humanos en su legislación interna, para que su candidatura a la UE
fuera considerada”, agregó.

En 2004, la UE incrementó su número de Estados miembros de 15 a 25, con


la inclusión de Polonia, Hungría, Lituania, Malta, Letonia, Eslovenia, Estonia,
la República Checa, Chipre y Eslovaquia. Tres años más tarde, Rumania y
Bulgaria se sumarían a dicho proyecto, dejando en 27 el número total de
participantes de dicho bloque.
“En Europa Central y del Este, la presión que ejerce la UE es suficientemente
grande como para que los ciudadanos puedan comprender que la
democracia y el capitalismo son el mejor camino disponible. En América
Latina no podemos entender eso”, destacó Schettino.

Integración regional: ¿una solución para América


Latina?

Las democracias en Europa Central y Oriental se han fortalecido con la


presencia de las instituciones de la UE, que en muchos casos cuentan con
facultades supranacionales. Diversos analistas estudian la idea de que una
mayor integración regional en América Latina podría favorecer las
transiciones democráticas en la región.
“América Latina ciertamente podría buscar inspiración en el proceso de
integración europea, pero la selección del tipo de integración que podría
funcionar mejor en América Latina tendrá que ser determinada teniendo en
cuenta las características políticas, económicas, históricas y sociales de esa
región”, destacó Crowe.

En América Latina ya se han puesto en marcha diversos proyectos de


integración regional, como lo es el Mercado Común del Sur (Mercosur), que
es una unión aduanera integrada por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
Sin embargo, analistas opinan que los esfuerzos en la región por crear
mayores lazos entre los países no han desembocado en la consolidación de
las democracias latinoamericanas, debido a que el sistema de creencias en
sus sociedades aún no está plenamente regido por preceptos democráticos.

“Un proceso de integración en América Latina podría contribuir a una mayor


democracia, sin embargo, los países latinoamericanos requieren de una
cultura política democrática en sus sociedades como condición previa para
formar una organización internacional que vigile y se base en valores y
principios democráticos”, dijo Hrbek.

fuente: https://www.dw.com/es/europa-y-am%C3%A9rica-latina-
democracias-con-rumbos-distintos/a-4685656

El presente trabajo pretende llamar la atención sobre algunas


consideraciones de orden teórico e histórico-filosófico que debemos tener en
cuenta cuando emprendemos la tarea de explicar y comprender las formas
que históricamente han adoptado las relaciones culturales entre Europa y
América Latina. Con ese fin, se considera pertinente incluir y articular crítica y
reflexivamente en nuestras investigaciones históricas e histórico-filosóficas
tres consideraciones imprescindibles: a) el hecho de que nuestras naciones
son resultado de un largo proceso de conquista y colonización europea; b)
que dicho proceso fue programado y ejecutado bajo las determinantes
económicas, jurídicas y políticas del modo de producción capitalista y de su
máxima expresión cultural: la Modernidad; y c) que a pesar de ello han
existido, desde siempre, discursos opositores o de emancipación que tensan
críticamente aquellas relaciones culturales que nos permiten pensar una
contrapropuesta cultural a la impuesta por un mundo occidental y, más allá,
en la necesidad y la posibilidad de construir un proyecto civilizatorio propio.

Latinoamérica tiene una grandísima diversidad cultural, las diferencias


étnicas y culturales que perduran aún a día de hoy permitirían trazar un
mapa diverso y heterogéneo, en el que encontramos líneas que hunden sus
raíces en las culturas precolombinas, junto a otras que toman forma tras la
llegada de colonos europeos, la población africana que llevaron aquellos para
trabajar como esclavos y, más tarde, la llegada de otros emigrantes de todo
el mundo.
En esta primera parte, vamos a acercarnos al problema de los encuentros y
desencuentros culturales haciendo un poco de historia. En un recorrido por
el tiempo y el espacio, como trasladándonos en una máquina que pudiera
viajar en el tiempo, vamos a remontarnos primero al pasado más remoto,
buceando en la prehistoria, para luego dar un salto hasta el siglo XIX, hasta
encontrarnos con Darwin en sus viajes por Suramérica y la historia de Jemmy
Button, conocido como “el indio de Darwin”.

Jemmy fue un joven indígena de Tierra del Fuego que Darwin tomó bajo su
tutela a bordo del Beagle y que terminará viajando a Inglaterra para después
volver a su hogar en la Patagonia, viviendo un conflicto que hoy
calificaríamos de “choque cultural” que resultó en un feo desenlace, como
veremos.

En tiempos del colonialismo europeo del siglo XIX y también en la primera


parte del siglo siguiente había en Europa una “obsesión regionalista”, eso
que también se conoce como “eurocentrismo”, que se extendía entre toda
clase de personas, y en diversas culturas de todo el mundo. Así encontramos
políticos, intelectuales, científicos _otrora aventureros que sobrevivían a
tempestades, enfermedades tropicales o volcanes en erupción_ que creían y
defendían, cada uno a su manera, que existía una cierta superioridad cultural
de Europa sobre el resto del mundo.

Y pensaban así, no solo por el desarrollo de la modernidad política, científica


e industrial en Europa tras la caída del Antiguo Régimen, sino incluso porque
hasta hace bien poco, se creía que los hallazgos en Europa de utensilios y
producciones culturales humanas pertenecientes al Paleolítico o Edad de
Piedra, eran los primeros y “únicos hallazgos” hasta el momento. Pero vamos
a ver cómo se desarrolla la historia y cómo nos lleva hasta “el indio de
Darwin” y, sobre todo, vamos a ver cómo todo esto sirve de introducción
para el problema que queremos tratar en este post y los que le sigan.
Estos “primeros” hallazgos dejaron de ser los “más antiguos” vestigios de
cultura material paleolítica en el mundo a medida que la investigación
paleontológica se extendía por el resto de continentes. Los primeros
europeos modernos, llamados hombres de Cromañon por el lugar en que se
descubrieron sus restos, cantaban y bailaban, hacían utensilios de hueso,
cuero y piedra hace más de 40 mil años, como también lo hacían los primeros
pobladores del sureste asiático (desde India hasta China, incluso llegando a
Australia), Asia central o la costa oriental asiática. Desde aquellas regiones
del sureste asiático se inició una larga ruta migratoria que llevó a pueblos
nómadas y exploradores a cruzar desde Siberia a Alaska, a través del estrecho
de Bering, aprovechando un período interglaciar hace unos 22-25 mil años
(unos diez mil años antes de lo que se decía hasta hace poco) y, siguiendo
una ruta costera que les llevaría a través de Norteamérica antes de que las
praderas se helaran con última glaciación, fueron capaces de llegar hasta la
cordillera de los Andes y las selvas tropicales de América del Sur, desde
donde siguieron explorando hasta llegar al extremo más austral, en los
confines del continente cercanos al polo Sur[i]. Para conocer mejor los
caminos que sigue la primera expansión de la especie hasta colonizar la
superficie de los cinco continentes (partiendo de un nodo de expansión
primigenio que se encuentra entre Egipto, Israel y la península Arábiga),
recomiendo la lectura de «Los Senderos del Eden: Orígenes y evolución de la
especie humana» (Oppenheimer, 2004. Editado en Crítica, Barcelona).

Ya en el continente suramericano, en Monte Verde (Chile), se encontraron


utensilios y huellas de un campamento humano datados en más de 14 mil
años en una región conocida como Los Lagos[ii]. Ante este hecho, los
arqueólogos tuvieron que aceptar estas evidencias que contradecían las
anteriores tesis del poblamiento tardío de América – conocidas como
Consenso de Clovis- , dando pie a otras teorías que ya hablan de un
poblamiento temprano. Pero esta aceptación llevó desde el año 1977-79 en
que se excavaron y estudiaron la mayoría de los restos, hasta 1997 cuando
un panel internacional de científicos visitó el yacimiento para verificar estos
hallazgos ante la comunidad científica especializada.
Al fin y al cabo la arqueología se fundó en Europa y la mayoría de los
arqueólogos hace 100-150 años eran europeos. Ellos descubrieron el arte
rupestre en las cuevas de Altamira o Lascaux, y les habría sorprendido
enormemente encontrar pinturas similares de la misma antigüedad en
lugares tan lejanos a Europa como Indonesia o Australia (recientemente se
encontraron en Sulawesi hermosas pinturas tan antiguas como las del
continente europeo, con 40 mil años de antigüedad[iii]).

¿Qué tiene que ver esto que con los jóvenes de hoy? No desesperes lector,
ya vamos llegando a ellos …

El viaje del Beagle y el Indio de Darwin


Saltamos en el tiempo y vamos a encontrar a Charles Darwin escribiendo su
diario _otra lectura muy recomendable para unas vacaciones es “El viaje del
Beagle”, título con el que comúnmente se conoce la publicación que Darwin
en su día titulaba “Diario y Observaciones”_ mientras navegaba en el Beagle,
reflexionando a la luz de una lámpara o bajo las estrellas del hemisferio
austral, sobre las costumbres de los pueblos indígenas que iba conociendo en
su viaje, pensando y dando vueltas en su cabeza si estaría ante formas de
vida similares a las de sus antepasados europeos, haciendo conjeturas quizá
de si éstos pueblos serían inferiores incluso a los europeos prehistóricos –a
juzgar por los pocos vestigios que se tenía de ellos en tiempos de Darwin.
Ante estas dudas, los aventureros, políticos, militares, científicos que se
embarcaban en estas misiones colonizadoras, siendo gentes tan diversas y
con intereses tan distintos, tenían casi todos en común una idea: había que
hacer un esfuerzo por civilizarlos.

Como ejemplo de esta “misión” de los colonos europeos por tierras


americanas, está la historia de Jemmy Button, el indio de Darwin. Se trataba
de un joven de la tribu de los Yámanas, una de las etnias que habitaban en
Patagonia y Tierra del Fuego, que demostró especial inteligencia y habilidad
en su trato con esos extraños europeos que venían a explorar sus tierras.
Aprendió rápidamente su idioma y se ganó la simpatía de todos, decían de él
que era muy alegre y reía con facilidad. Darwin le dio el nombre de Jemmy
Button en referencia al precio que había pagado por su compra, un botón de
nácar, lo tomó bajo su tutela y le enseñó a leer y escribir, a vestirse y
comportarse como un gentleman inglés, mientras les hacía de intérprete en
su exploración de aquellas tierras del Sur.
Jemmy Burron aprendía tan rápido que Darwin y el capitán Fitz Roy, que
compartían ideales humanistas, decidieron llevarlo junto a tres indígenas más
a Inglaterra, con el fin de civilizarlos conociendo la misma capital del
imperio. Una vez allí pagaron sus gastos de educación y los presentaron en
sociedad, llegando incluso a visitar la corte londinense y las sociedades
científicas de la época. Pasado un año volvieron a su tierra navegando de
nuevo en el Beagle, con ellos viajaba un misionero que al igual que Darwin y
Fitz Roy, albergaba la idea de iniciar una nueva era en aquella región austral,
llevando la civilización occidental junto con la fe cristiana a las tribus que
poblaban aquellas tierras. Y la cosa no pudo acabar bien…

Pero esto habrá que contarlo en la próxima entrada de la serie, en la que


junto con el final de la historia de Jemmy, plantearemos el problema de la
educación en la diversidad cultural en la actualidad, con cuestiones que
siguen vigentes en América del Sur ¿Donde quedan las etnias y culturas
indígenas?

Anticipando algunas de esas preguntas, ¿se sigue queriendo imponer unos


patrones culturales dominantes sobre otros, que quedan en situación de
debilidad o inferioridad por diferentes razones? y nos preguntamos también:
¿Es posible educar dentro de itinerarios estandarizados_ escolares,
universitarios, profesionales_ respetando la diversidad cultural? o por el
contrario ¿la integración en los sistemas educativos nacionales solo es
posible si se dejan atrás los rasgos identitarios de otras culturas?

fuente: https://www.observatoriodelajuventud.org/educacion-y-diferencias-
culturales-en-america-latina-i/
Estas son algunas de las diferencias que vi durante este periodo de
intercambio y esta basado en mi entorno.

Los europeos toman más en serio los estudios, es decir, la responsabilidad es


muy importante y hay más distancia con los profesores. Los latinos somos
"amigos" de nuestros maestros hasta el punto de hacer bromas con ellos.

El famoso mito de que los europeos son super fríos; es verdad en parte, pero
con las personas cercanas a ellos no son así (en la mayoría de los casos). Los
latinos vamos repartiendo amor por el mundo y nuestro espacio personal es
más reducido, también somos mas románticos.

Los europeos son más abiertos que nosotros y yo diría que se debe a que a la
mayoría no le importa la religión ( o no son religiosos), entonces como que
nada va en contra de sus creencias y nosotros somos mayoritariamente
católicos por lo tanto hay muchos tabúes.

La puntualidad es algo muy importante. Los latinos somos conocidos por ser
impuntuales. Más de uno habrá tenido problemas con eso, yo no por suerte.
Siempre intenté ser puntual porque eso dice mucho de nosotros como
personas.
Ellos pueden ser muy amigos pero nunca haber ido a la casa de ese/a
amigo/a. En los países latinos hasta vivimos juntos.

Los europeos se divierten raving y nosotros perreando hasta el amanecer.


Nada como una buena fiesta latina.

Ellos hacen sus planes con bastante anticipación y los latinos... bueno
nosotros planeamos en el momento!

"Lo que no se planea es mas divertido"

Pero es algo bueno que sean tan organizados

Los europeos son directos, nosotros preferimos dar unas vueltas al asunto
primer, tal vez por miedo a la respuesta...

Tienen una cultura en la que toman bebidas alcohólicas desde jóvenes por lo
tanto tienen mayor tolerancia al alcohol (no se aplica a todos obviamente).
Los latinos también beben desde jóvenes pero hasta no poder más.
Los latinos estamos orgullosos del país del que venimos y los europeos... no
son tan patriotas, la mayoría ni siquiera sabe el himno nacional de su país.

Tienen la facilidad de viajar mucho más de lo que podemos nosotros, me


refiero a la infraestructura y distancia. Como resultado a esto pueden
también dar un vistazo a la realidad mundial.

Hacen menos gastos innecesarios (generalmente). Cuando había llegado


recién creía que todos o al menos la mayoría iba a tener celulares de última
generación y demás, fue todo lo contrario.

En la mayoría de los colegios no se utiliza uniforme por lo cual el día a día es


como un desfile de moda. Los latinos iríamos casi como "vagos" si
asistiéramos a un colegio así en nuestro país. Pero estando acá debemos
adaptarnos o seremos "forever alone" jaja no, es mentira.

Europa esta llena de inmigrantes, es por eso que no les llama la atención ver
a uno más. Para nosotros ver a un extranjero es ver a un nuevo amigo, una
ventana de oportunidades. Somos sociales por naturaleza.

Somos mucho más conversadores, como ya dije, hablamos con un tono de


voz bastante elevado, a veces hasta somos molestos.
Los europeos siempre tienen que tener planes, deben hacer algo. A nosotros
nos encanta estar sin hacer nada. Somos más relajados.

Con lo que respecta al colegio tienen más vacaciones que nosotros, para
algunos el régimen es más exigente acá pero eso ya depende del colegio y el
país.

No siempre tienen paciencia con los extranjeros no se si se debe a los


estereotipos o a qué. Como ya dije nosotros somos muy sociables y nos
interesamos en todo. Somos bastante curiosos.

Por la diversidad cultural; los europeos tienen un mejor nivel de inglés, es


decir, si no hablan muy bien al menos se pueden comunicar. Con los latinos
es diferente porque la mayoría habla español entonces no se ve como una
necesidad. A mi me ayudó bastante tener un buen nivel de inglés.

Los europeos usan mucho más los transportes públicos de lo que nosotros
los utilizamos, lo mismo con las bicicletas. Nosotros ni siquiera tenemos bici
sendas ( en Paraguay). Por esta razón es bastante peligroso andar en bicicleta
en la calle. Acá es algo normal, de todos los días.

fuente: https://victoriabenitez98.wixsite.com/wanderluster/single-
post/2016/04/22/20-diferencias-cultura-europea-vs-cultura-latina

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