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Rev Esp Salud Pública 2002; 76: 395-408 N.

º 5 - Septiembre-Octubre 2002

COLABORACIÓN ESPECIAL

ENCUENTROS Y DESENCUENTROS ENTRE LA PERSPECTIVA CUALITATIVA


Y LA CUANTITATIVA EN LA HISTORIA DE LA MEDICINA ...

Fernando Conde Gutiérrez


Cimop

RESUMEN ABSTRACT
La presentación de las técnicas de investigación cualitativa The Similarities and Differences
en el ámbito sanitario subraya el carácter exterior, el carácter
ajeno de dichas técnicas en relación a las tradiciones científicas Between the Qualitative and the
en el ámbito de las Ciencias de la Salud. Éstas serían de carác- Quantitative Perspective Throughout
ter cuantitativo, se suele poner la epidemiología como ejemplo, Medical History
mientras se señala la vinculación de las técnicas cualitativas
con las denominadas Ciencias Sociales. El artículo pretende,
por el contrario, señalar que las metodologías cualitativas for- The presentation of qualitative research methods in the
man parte intrínseca de las tradiciones de las Ciencias de la Sa- health care field underlines how these methods are irrelevant to
lud, más ricas y complejas que la aproximación cuantitativa. and inconsistent with scientific traditions in the Health Scien-
Un recorrido por los principales hitos y acontecimientos de la ces field. These methods are to of a quantitative nature — epi-
historia de la medicina permite poner de manifiesto el estatuto demiology usually being cited as an example — the connection
paradójico de las Ciencias de la Salud, a caballo entre las Cien- between but qualitative methods and what are referred to as the
cias de la Naturaleza y las Ciencias Sociales, a caballo entre la Social Sciences seems predominat. This article is aimed, on the
mirada cualitativa y la cuantitativa. De modo más particular, contrary, at pointing out that qualitative methodologies, which
dicho análisis se centra en la doble aproximación a la enferme- are richer and more highly complex that the quantitative ap-
dad, vía signos y vía síntomas, como condensación de dicho es- proach, do comprise an intrinsic part of Health Science tradi-
tatuto paradójico. El análisis histórico permite constatar como tions. A run through the major milestones and events throug-
la doble y compleja vía de signos y síntomas es equivalente a la hout the history of Medicine reveals the paradoxical protocol of
compleja relación existente entre la perspectiva cualitativa y la Health Sciences, overlapping the Natural Sciences and Social
cuantitativa. Los signos serían la aproximación cuantitativa y Sciences, overlapping qualitative and the quantitative view.
los síntomas la más cualitativa y las relaciones entre ambos se- More specifically, this analysis revolves around a twofold ap-
rían similares a los que se producen entre las perspectivas cua- proach to illness, by way of signs and symptoms, as a conden-
litativas y cuantitativas en el ámbito de las Ciencias Sociales. sing these paradoxical protocol considered. A historical analy-
Dichos resultados permiten enraizar la perspectiva cualitativa sis reveals how the twofold, complex way of signs and
en las propias tradiciones médicas y, por tanto, puede facilitar symptoms is equivalent to the complex relationship which
su uso por el conjunto de profesionales sanitarios. No conviene exists between the qualitative and the quantitative perspective.
olvidar que la «semiología», hoy de moda en las ciencias socia- The signs correspond to quantitative approach and the
les, tiene una de sus fuentes en la «semiología clínica». symptoms to the more qualitative. The relationships between
the two would be similar to that existing come to bear between
Palabras clave: Historia. Investigación cualitativa. Signos the qualitative and quantitative perspectives in the field of the
clínicos. Síntomas clínicos. Social Sciences. These results show the qualitative perspective
to be rooted in medical tradition itself and may therefore facili-
tate its use these by all health care professionals as a whole.
The fact that the «semiology» so in vogue today in the social
sciences stems from «clinical semiology» should not be over-
looked..
Keywords: History. Qualitative research. Clinical signs.
Clinical symptoms.
Correspondencia:
Fernando Conde
Cimop
Sagasta, 28
28004 Madrid
Correo electrónico: fernandoc@retemail.es
Fernando Conde Gutiérrez

INTRODUCCIÓN ción, un abordaje intrínseco a las Ciencias


de la Salud y que, por tanto, dicha perspecti-
La presentación habitual de las denomina- va no sólo no es ajena y exterior a las mis-
das «técnicas de investigación cualitativa» en mas sino que forma parte constitutiva y con-
el ámbito de la salud suele hacer hincapié en sustancial del corpus teórico e histórico de
dos argumentos centrales, su especificidad dichas «ciencias». De hecho, la «semiolo-
frente a las denominadas «técnicas cuantitati- gía» clínica, una de las disciplinas que con-
vas» y el diferente espacio conceptual en el figuran el corpus teórico de la medicina,
que se inscriben unas y otras. Mientras se está plenamente integrada en la perspectiva
acentúa la vinculación de las técnicas cuanti- cualitativa. En este sentido esta posición es
tativas con las denominadas Ciencias de la diferente, más radical si se quiere, que la de-
Naturaleza, en el caso de las técnicas cualita- fendida por F Baum6, que limita esta aproxi-
tivas se subraya su asociación con las deno- mación al más reducido ámbito de la Salud
minadas Ciencias Sociales, ya sea la Antro- Publica. Por el contrario, en este artículo se
pología, la Etnografía, la Sociología, la Psi- defiende la citada complejidad para el fenó-
cología Social u otras disciplinas1,2,3. En esta meno de la Salud en general, no sólo para la
misma línea argumental, suele ser frecuente dimensión de la Salud Pública.
presentar las Ciencias de la Salud como un
conjunto de disciplinas científicas plenamen- Si distinguimos entre «metodologías» y
te integradas en el espacio de las Ciencias de «técnicas de investigación», tal como reali-
la Naturaleza, siendo el paradigma biomédi- zan Iñiguez y otros autores7,8,9, definiendo la
co dominante el ejemplo más emblemático metodología como la aproximación general
de dicha integración4. al estudio de un objeto o proceso, es decir,
el conjunto de medios teóricos, conceptua-
Dicha forma de presentar la cuestión de les y técnicos que una disciplina desarrolla
las técnicas cualitativas en la investigación para la obtención de sus fines y las técnicas
en el ámbito de la salud suele tener, entre como los procedimientos específicos de re-
otras, dos repercusiones que interesa desta- cogida o de producción de información, po-
car. Por un lado, reducir la complejidad de demos observar claramente cómo la meto-
las ciencias de la salud a la de uno de sus dología cualitativa sí es consustancial a las
componentes, el paradigma biomédico, Ciencias de la Salud, mientras que en el
cuando la aproximación biomédica, por im- caso de las técnicas cualitativas concretas sí
portante y central que sea en la actual prácti- sería cierto que algunas de ellas (por ejem-
ca médica, sólo constituye uno de los abor- plo, la del grupo de discusión), se han desa-
dajes posibles al fenómeno multidimensio- rrollado en otros ámbitos o disciplinas de las
nal de la «Salud», ya sea en el terreno Ciencias Sociales. O dicho de otra forma, lo
individual o colectivo. Por otro lado, pre- que puede ser «exterior» a la formación mé-
sentar la perspectiva cualitativa como un dica actual es el conocimiento de dichas téc-
aporte exterior al patrimonio de las citadas nicas particulares, no el de la perspectiva
Ciencias de la Salud, que se traduce, por cualitativa como tal orientación metodoló-
ejemplo, en que muchos profesionales sani- gica.
tarios vivan la formación en metodología
cualitativa como algo ajeno a su docencia, El abordaje de este artículo pretende ins-
exportado a la medicina desde otras discipli- cribirse en una reflexión más general sobre el
nas científicas. carácter singular que las Ciencias de la Salud
ocupan en la clasificación general de las
La perspectiva de este artículo es muy di- Ciencias, en el sentido de que frente a la tra-
ferente, ya que lo que pretende es subrayar dicional y dicotómica división de las mismas
que lo que podemos denominar «perspecti- en las llamadas Ciencias de la Naturaleza o
va cualitativa» es una mirada 5, una orienta- ciencias «duras» y Ciencias Sociales o cien-

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cias «blandas», las Ciencias de la Salud se ha expresado a lo largo de la historia de


caracterizarían por su carácter híbrido, a ca- la medicina en la duda sobre la propia de-
ballo entre uno y otro tipo de ciencias, como nominación de la misma, entre el dilema
un conjunto de saberes y disciplinas fronteri- de llamarla Ars Médica o Ciencia Médi-
zas entre lo natural y lo social, como ciencias ca, como nos recordaba Gadamer12.
que no son ni estrictamente naturales ni es-
trictamente sociales, sino que participan de En este contexto, este trabajo quiere cen-
ambas dimensiones. Estatuto muy sui gene- trar su argumentación en poner de manifiesto
ris de las ciencias médicas que podríamos cómo a lo largo de la historia de la medicina
llamar paradójico 10 en el sentido de que las la ambivalencia entre la perspectiva que se
constituyen unas disciplinas que deben soste- acerca a los problemas de la salud y de la en-
nerse simultáneamente sobre estos dos cam- fermedad a partir de la observación de los
pos, «naturaleza» y «sociedad», tradicional- «signos» y/o de la interpretación de los «sín-
mente enfrentados en nuestra cultura. tomas» no sólo ejemplifica muy bien la cita-
da ambivalencia estructural de la práctica
Esta característica fronteriza de las Cien- medica, sino que también pone de manifiesto
cias de la Salud se puede ilustrar por tres la necesidad del pluralismo metodológico 13
momentos claves de la historia de la medici- como algo intrínseco a dicha práctica.
na en particular y del pensamiento occiden-
tal en general:
— En la Grecia clásica, en el momento de la LA AMBIVALENCIA DEL SÍNTOMA Y
creación del propio mito fundador de la DEL SIGNO
medicina se configura ya esta ambivalen-
cia. Así, Esculapio, el padre de la medici- Cualquier estudiante de medicina, de en-
na, tenía dos hijas, Panacea e Hygeia, fermería, o de cualquier disciplina que tenga
que personalizaban respectivamente esta relación con lo que hoy se entiende y se
ambivalencia, esta perspectiva simultá- practica en el ámbito de las ciencias de la sa-
neamente dura y blanda de las Ciencias lud, sabe que la aproximación a la enferme-
de la Salud. dad, la caracterización de la misma, cual-
quier diagnóstico, se fundamentan en la arti-
— En un segundo momento crucial de nues- culación singular en cada sujeto de todo un
tra historia, durante la creación de las pri- conjunto de «síntomas» y de «signos» pro-
meras universidades, de nuevo vuelve a ducidos en el estudio del caso. De hecho,
ponerse de manifiesto la ambivalencia de podríamos apuntar una definición del «buen
la medicina al resultar inclasificable en la médico» como aquel profesional que sabe
ordenación de los saberes y de las ense- ajustar en cada caso concreto, en cada suje-
ñanzas de la época. Las enseñanzas esco- to, el análisis de los «signos» observados y
lásticas organizaban los estudios en dos la interpretación de los «síntomas» que rela-
grandes ramas: el trivium y el cuadrivium, ta. O dicho de otra forma, una buena prácti-
escapando a dicha división lo que hoy po- ca médica se basa en la adecuada articula-
demos entender como «Medicina». ción de las informaciones procedentes de
— Más adelante, en el nacimiento de la ambos ámbitos, tal como tratamos de esque-
Edad Moderna, de nuevo la Medicina matizar en la figura 1.
queda en una posición inclasificable en
la gran reflexión fundadora del pensa- En este marco cabe señalar que la perspec-
miento moderno. La medicina queda en tiva configurada a partir de la observación y
una posición de «tercero excluido» en la del análisis de los «signos» podría entenderse
gran división que Descartes organiza en- como una perspectiva «cuantitativa», mien-
tre la llamada red cogitans y la denomi- tras que la configurada a partir de la escucha,
nada red extensa 11. Esta indefinición se análisis e interpretación de los «síntomas»

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Fernando Conde Gutiérrez

Figura 1
Planos de la ambivalencia y de la articulación entre los síntomas y los signos

Lo objetivo

Subespacio
de los “signos”

Lo singular DIAGNÓSTICO Lo generalizable

Subespacio
de los “síntomas”

Lo subjetivo

podría muy bien conceptualizarse como una de la anatomía. Caracterizaciones que hablan
perspectiva «cualitativa». No sólo eso sino por sí mismas sobre la citada orientación pa-
que la polémica, la ambivalencia entre la radigmática cualitativa y cuantitativa de la
perspectiva asociada a la lectura de los signos aproximación a través de los «síntomas» y a
y a la interpretación de los síntomas puede través de los «signos» respectivamente.
considerarse como isomorfa a la existente en
el ámbito de las Ciencias Sociales entre las A su vez, en cualquier manual de ciencias
denominadas perspectivas cualitativas y sociales dónde se aborden ambas perspecti-
cuantitativas. En la 21.º edición de 1980 de vas podemos encontrar textos muy similares
un texto de amplia difusión entre los médi- a los anteriores referidos, en este caso, sobre
cos14, podemos observar cómo mientras los la caracterización de ambas perspectivas15.
«síntomas» son definidos como los datos Así, por ejemplo, en Cook y Reichardt16 po-
subjetivos, es decir, las sensaciones que el demos leer cómo la perspectiva cuantitativa
enfermo experimenta y nos manifiesta, y que se asocia con el positivismo lógico, con la
el médico completa por la anamnesis, los medición penetrante y controlada, con lo ob-
«signos», por su parte, son caracterizados jetivo, con lo fiable, con los datos sólidos y
como los hallazgos objetivos anormales, so- repetibles, con lo generalizable, etcétera,
máticos (orgánicos o funcionales) del enfer- mientras que la perspectiva cualitativa se
mo, que se obtienen en la exploración física, asocia con la fenomenología, con la observa-
los cuales se pueden apreciar con el auxilio ción naturalista y sin control, con lo subjeti-
de nuestros sentidos, fundamentalmente me- vo, con los datos reales, ricos y profundos
diante la inspección, palpación, percusión y pero no generalizables,... Atributos estructu-
auscultación. En este sentido, la propia defi- ralmente equivalentes con los utilizados por
nición citada subraya cómo la «palabra» del Noguer Molins y Bacells Gorina para definir
paciente se asocia a lo «subjetivo», mientras los «signos» y los «síntomas»14.
la exploración por parte del médico se asocia
con lo «objetivo». División que más tarde re- De esta forma, tal como tratamos de repre-
cuperaremos en el apartado del nacimiento sentar en la figura 2, la caracterización de la

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Figura 2
Polémica entre las perspectivas cualitativas y cuantitativas

Lo objetivo

Subespacio
de los «signos»,
de la perspectiva
cuantitativa

Lo singular Lo generalizable

Subespacio
de los “síntomas”,
de la perspectiva
cualitativa

Lo subjetivo

polémica entre la perspectiva cualitativa y la ALGUNOS ELEMENTOS DE LA


cuantitativa en las ciencias sociales presenta HISTORIA
los mismos rasgos estructurales, se inserta en
los mismos espacios semánticos de debate Una vez señalada esta equivalencia, esta
que la existente en la práctica médica cotidia- homología entre «síntoma» y «signo» y las
na entre la lectura basada en los signos y la perspectivas cualitativa y cuantitativa, va-
basada en los síntomas. Polémica entre los mos a recorrer brevemente algunos de los
citados espacios semánticos íntimamente hitos de la historia de la medicina para ob-
asociada a la existente entre la singularidad y servar cómo a lo largo de la misma dichos
la posible generalización de una observación, rasgos se entremezclan, cómo en unos pe-
es decir, sobre la posible representatividad de ríodos ha dominado la perspectiva centrada
la misma. La ambivalencia entre el síntoma y en los síntomas, es decir, la perspectiva cua-
el signo en la práctica médica es estructural- litativa, y en otros la centrada en los signos,
mente equivalente a la tensión existente entre es decir, la perspectiva cuantitativa pero
la perspectiva cualitativa y la perspectiva cómo, en todo caso, ambas perspectivas for-
cuantitativa en el ámbito de las Ciencias So- man parte intrínseca de las tradiciones, de
ciales. La diferencia radica en que mientras los saberes y de las prácticas que configuran
los profesionales sanitarios han desarrollado las actualmente denominadas Ciencias de la
su profesión sobre la combinación más o me- Salud y cómo ambas perspectivas han esta-
nos lograda de ambas perspectivas, han tra- do, de una u otra forma, presentes en la
bajado con las informaciones procedentes del aproximación del diagnóstico clínico.
ámbito de los signos y la procedente de los
síntomas, han desarrollado toda una serie de
reflexiones, procedimientos y rutinas que La aproximación a la definición de la
han «naturalizado» dicha ambivalencia en el enfermedad en la Grecia clásica. La
seno de su práctica profesional hasta el punto medicina hipocrática
de olvidarla, en el ámbito de las ciencias so-
ciales las citadas perspectivas han estado en- En el marco inestable de las distintas co-
frentadas tradicionalmente, a veces de forma rrientes que componían las prácticas médicas
algo maniquea. en la Grecia Clásica, la aproximación a la en-

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fermedad y a su definición que realizaban las ración social en aquella época. Así, Platón y
personas más cercanas a lo que hoy denomi- Aristóteles se oponían a la citada investiga-
namos «médicos», como pueda ser el propio ción empírico-analógica de carácter «cuali-
Hipócrates, se fundamenta en una doble tativo» por pensar que la misma desnatura-
aproximación. Por un lado, en la propia de- liza 24 los fenómenos sobre los que se realiza
claración del sujeto y en la finura en la ob- la experimentación, considerada artificial
servación y en la descripción del cuadro sin- en la citada concepción aristotélica. Frente a
tomático, como subraya Lain Entralgo17. En dicha experimentación, ambos filósofos de-
palabras de Sournia18, la identificación de la fienden la potencia de sus sistemas lógicos y
enfermedad por los médicos hipocráticos re- la observación de los «signos» de los pa-
posa sobre las quejas de los enfermos y so- cientes. Observación directa que va acom-
bre lo que constatan por sí mismos. Por otro pañada del diálogo con el supuesto enfermo,
lado, al estar prohibido intervenir en el in- al que no se toca. La principal aportación de
terior del cuerpo humano, los médicos hipo- Aristóteles, siempre según Grmek, habría
cráticos tenían que acudir a los llamados mé- sido la de comenzar a tener en cuenta los
todos analógicos para poder diagnosticar la signos (semeia) a partir de la pura observa-
enfermedad. Aproximación analógica de ca- ción exterior por más que, luego, la escuela
racterísticas esencialmente cualitativas sub- aristotélica no extraiga consecuencias gene-
rayada por autores como Guillerme19, que rales de los mismos, es decir, no los consi-
señalan cómo la medicina en Grecia estaba dere representativos de algún fenómeno más
inscrita en el reino de la cualidad sin contem- general y, por tanto, no los considere como
plar en ningún momento lo que podríamos «signos» significativos de «algo» digno de
llamar una aproximación cuantitativa. generalizarse.

Métodos analógicos, cualitativos, que


permitían, en cualquier caso, reflexionar so- La Edad Media
bre lo invisible, esto es, lo que ocurría en el
interior del cuerpo humano, a partir de lo vi- La perspectiva abierta en Grecia persiste
sible, o sea, los «signos» que se observaban durante muchos años al punto que en la
en la naturaleza que rodeaba al ser humano. Edad Media continúa la división entre refle-
En este sentido, en la medicina hipocrática xión filosófica, muy bien valorada, y el con-
se consideraban que eran representativos, es junto de saberes práctico-quirúrgicos rele-
decir, generalizables al ser humano, la inter- gados a un lugar de segunda importancia. La
pretación de los «signos» procedentes de creación de las Universidades (el título de
dos fuentes principales de analogías, de la doctor fue creado por Roger II de Sicilia en
naturaleza y, más en concreto, de los anima- 1240), no cambia inicialmente este panora-
les y de las actividades artesanales de la ma ya que, en un principio, lo que en ellas se
época20,21,. Por ejemplo, para demostrar que hace es analizar los tratados antiguos con un
la epilepsia humana procede de la humedad espíritu puramente dogmático-escolástico, y
del cerebro, Hipócrates disecaba el de una de fidelidad extrema a las tradiciones de las
cabra enferma de vértigos22,23. grandes autoridades clásicas, principalmen-
te Galeno. Uno de los mayores inconvenien-
Junto con esta aproximación más experi- tes que tuvo que vencer el nacimiento de lo
mental realizada por lo que García Ballester que podríamos llamar la medicina «moder-
denomina los sanadores en la Edad Media24, na» fue lo que algunos autores caracterizan
la otra tradición dominante en Grecia es la como el inmenso respeto por el saber clási-
de los filósofos. Como es sabido, éstos do- co 25. De esta forma, a lo largo de la Edad
minaban la reflexión teórica en Grecia y se Media se mantiene, cuando no se incremen-
oponían a estas experimentaciones analógi- ta, la división entre un pretendido saber
cas realizadas por personas de poca conside- «teórico», basado en las discusiones de los

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citados textos, y un saber práctico relegado do de subrayar el historiador español López


a la práctica profesional de los barberos y ci- Piñero27. Si hasta ese momento la palabra y
rujanos y de otras figuras profesionales (las la interpretación de los «síntomas» del pa-
comadronas, por ejemplo) de estatus social ciente van asociadas a la exploración del
claramente inferior a los «universitarios» y mismo, mientras que los «signos» se inscri-
desconocedores de la lengua sabia de aquél bían en una perspectiva teórico-escolástica
tiempo, el latín. Dicho de otra forma, a lo desprovista de contacto con la realidad de
largo de la Edad Media, las tradiciones aso- los pacientes, si quienes practicaban la apro-
ciadas al estudio de los «síntomas» y de los ximación a la enfermedad a través de las pa-
«signos» se mantienen disociadas. Los «sín- labras y síntomas ocupaban una posición so-
tomas» constituyen un punto de partida cen- cialmente subordinada frente a los teóricos
tral en los quehaceres prácticos, los «sig- escolásticos de los «signos», a partir del na-
nos» en los quehaceres teóricos. cimiento de la anatomía se produce una do-
ble inversión, como subraya Risse, y se re-
coge en las citadas definiciones de «sínto-
El nacimiento de la anatomía ma» y «signo»,

El desarrollo de la anatomía va a imprimir En primer lugar, la palabra y los síntomas


un giro fundamental a la medicina y al lugar pierden fuerza teórica y predictiva de la en-
respectivo que, hasta ese momento, habían fermedad frente a la inspección directa de
ocupado «síntomas» y «signos» en sí mis- los «signos» en el marco de un discurso teó-
mos y en su compleja relación con la pala- rico en el que cada vez tiene menos lugar la
bra del enfermo y con la experimentación palabra del paciente. En segundo lugar, se
directa sobre el mismo y, en particular, so- produce una no menos importante transfor-
bre su cuerpo. Como subraya Risse26, la mación en el estatuto social de las «prácti-
Anatomía al focalizar la atención del médi- cas» que hoy podríamos calificar como mé-
co sobre el cuerpo del paciente y sobre las dicas. Es decir, los filósofos dejan de dedi-
lesiones localizadas contribuía a la desper- carse a la medicina y los hasta ese momento
sonalización del enfermo. Esta manera de denostados cirujanos y barberos pasan a
actuar limitaba la atención del médico a los convertirse en el centro de las enseñanzas
sígnos considerados útiles para establecer médicas que van a desarrollarse en paralelo
las correlaciones clínicas y patológicas. al nacimiento de la clínica.
Las otras informaciones, notablemente el
testimonio del paciente sobre su vivencia de Hasta entonces los cirujanos miraban y to-
la enfermedad se volvían secundarias. En caban, sabían explorar las conexiones y las
consecuencia, la «anamnesis» perdió el es- masas anormales dentro del cuerpo. Lo mé-
tatuto privilegiado del que había gozado en dicos, sin embargo, procedían de una tradi-
el pasado y los factores psicológicos, socia- ción más escolástica apoyada en una obser-
les y geográficos perdieron su importancia. vación distante del enfermo. En este contex-
Las descripciones nuevas de los casos clíni- to, la fusión de ambas figuras y tradiciones y
cos reflejan un cambio trascendente en sus la preeminencia concedida a los saberes y
consecuencias: la palabra del paciente se quehaceres prácticos van a conllevar una im-
pierde para dejar su lugar a un discurso portante transformación de las mismas, en
médico abstracto y técnico, más basado en especial de la propia práctica médica de
la lectura de los signos que en la interpreta- modo que, poco a poco, la medicina clínica
ción de los síntomas. Este cambio de orien- va a sustituir a la tradicional medicina de la
tación (fundamental en la historia de la me- observación que hasta ese momento se había
dicina) va a significar una inversión de las practicado. Dos imágenes procedentes de
polaridades existentes en la caracterización grabados de la época pueden visualizar dicho
paradójica de la medicina, como no ha deja- cambio28. En la primera, de 1494, puede ob-

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servarse al médico impartiendo su teoría, dis- pués, podemos observar ya cómo el médico,
tante del cuerpo del cadáver, mientras un re- el propio Vesalio, rodeado de una multitud
ducido número de estudiantes observa la di- de estudiantes, diseccionaba el cadáver, es
sección realizada por un ayudante (figura 3). decir, lo tocaba y no sólo lo teorizaba (figu-
En la segunda, de 1555, unos 60 años des- ra 4).

Figura 3 Figura 4

En este marco del cambio de la medicina descifrar, como subrayaban Noguer Molins
de la observación a la medicina clínica, se y Balcells Gorina al definir los signos14.
produce un importante desarrollo de todo un
conjunto de instrumentos y tecnologías mé-
dicas que van a posibilitar ir adentrándose LA MEDICINA MODERNA. EL
en el interior del cuerpo humano, haciéndo- NACIMIENTO DE LA CLÍNICA
lo más accesible al médico que observa y
toca, que escucha los ruidos del interior, La Revolución Francesa
etc., es decir, al médico que utiliza más sen-
tidos que la vista en su relación con el cuer- El proceso de cambios y de progresiva
po del paciente, que utiliza las manos, la afirmación de la revolución anatómica va a
palpación, el oído, la escucha, no tanto para encontrar en la incorporación de la clínica a
la palabra del paciente sino para sentir los las enseñanzas médicas, durante la Revolu-
«signos» que expresa el cuerpo enfermo. ción francesa, el momento cumbre de su
Signos que el médico sabe leer, interpretar, proceso de institucionalización. Así, el de-

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creto de 4 de diciembre de 1794 obligó la De lo singular a lo poblacional


enseñanza de la medicina no en las Univer-
sidades al uso, sino en los hospitales. De En la segunda etapa, siguiendo siempre el
esta forma, en la nueva Universidad el pro- análisis de Lopez Piñero, el objetivo central
fesor no sólo desnudaba el paciente, lo que de la patología fue conseguir, además, una
no se podía ni haber imaginado algunos explicación científica de las enfermedades y
años antes, sino que enseñaba a palpar el sus causas sólidamente cimentada en los sa-
cuerpo, lo que durante siglos sólo habían beres biológicos, químicos y físicos. Por ello,
hecho los cirujanos 29. la investigación experimental de laboratorio
(conviene recordar cómo las modernas co-
A partir de este momento y en el contexto rrientes de sociología, el denominado «pro-
más general de los cambios socio-culturales grama fuerte de sociología de las ciencias,
y políticos de esta época, la experiencia po- hace del laboratorio la matriz de todo el más
sitiva y la cuantificación van a dominar so- moderno desarrollo científico), pasó a ser
bre los otros aspectos de la relación con el una fuente primordial de la ciencia médica.
paciente y con la enfermedad. Cambio tras- De hecho, algunos autores han llamado a esta
cendental que está en el origen de las cien- segunda etapa «medicina de laboratorio», en
contraposición a la «medicina hospitalaria»
cias médicas actuales y de su vinculación
propia del período anatomoclínico anterior.
dominante con las denominadas Ciencias de
Otro célebre teórico de la medicina, el fran-
la Naturaleza como sugiere el historiador
cés Claude Bernard32, definió de modo termi-
Lopez Piñero31, quien al referirse a la medi-
nante la nueva situación al declarar: yo consi-
cina del siglo XIX, heredera de esta revolu-
dero el hospital sólo como el vestíbulo de la
ción anatómica, subraya cómo la aporta- medicina científica, como el primer campo
ción esencial de la patología del siglo XIX de observación en que debe entrar el médi-
fue la construcción de una explicación de co; pero el verdadero santuario de la medici-
las enfermedades como trastornos y dinámi- na científica es el laboratorio.
cas del cuerpo humano mediante los recur-
sos de las ciencias modernas de la naturale- Ahora bien, las tecnologías de laboratorio
za. En esta misma línea de análisis, López aplicadas sistemáticamente a la medicina
Piñero continúa destacando cómo el citado conllevan varias repercusiones importantes
triunfo de las nuevas ciencias médicas, de- en relación a los temas cardinales de la re-
cantadas del lado de las ciencias de la natu- flexión de este artículo:
raleza, se produjo en dos etapas muy signifi-
cativas en relación a la argumentación desa- — La propia relación médico-paciente se
rrollada en este texto. aleja cada vez más de la palabra y de la
entrevista clínica, se distancia cada vez
más del tacto y de la relación directa y fí-
sica del médico con el paciente, para si-
De los síntomas a los signos tuarse en una relación crecientemente
mediada por la tecnología, por un análi-
sis exterior a la propia relación que no re-
La primera, vinculada al método anato- quiere la palabra del paciente. Tendencia
moclínico, se desarrolló a partir del conoci- llevada, hasta ahora, a su máxima expre-
miento producido por las autopsias, que fa- sión con la telemedicina. Como subraya
cilitó que los diagnósticos médicos ya no es- F.Dagonet33, el gran aporte de las tecno-
tuviesen, en palabras de Lopez Piñero, logías médicas es permitir exteriorizar el
únicamente fundamentados en los síntomas cuerpo y analizarlo sin necesidad de
expuestos por el enfermo, sino en los signos abrirlo ni matarlo. Ni siquiera de hacerlo
anatomopatológicos como fenómenos obje- hablar, apuntaríamos por nuestra parte.
tivos recogidos al explorar a los pacientes. Con las nuevas tecnologías de laborato-

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rio, la aproximación a la definición de la análisis de las manifestaciones normales,


enfermedad se decanta por la aproxima- sino que va dirigido precisamente hacia lo
ción a partir de la lectura de los signos, que se aparta de la norma, es decir, a los es-
relegando a un segundo plano más se- tados de enfermedad del organismo. Plan-
cundario la aproximación a partir de los teamiento de Fleck que cuestiona, de nue-
síntomas, o dicho de otro modo, el pa- vo, la clasificación de las ciencias médicas
ciente es cada vez más un «objeto» y me- como ciencias naturales dirigidas al estu-
nos un «sujeto». dio de las regularidades para ubicarlo en
una cierta ciencia de lo incierto34, de lo no
— Por otro lado, la introducción masiva de las regular, que tendría en la estadística un útil
pruebas de laboratorio también conlleva imprescindible (la reciente «moda» del
una no menos importante modificación de «diagnóstico basado en la evidencia» pare-
las características del «sujeto» que, tradi- cería inscribirse en una lógica de hacer
cionalmente, ha constituido el «objeto» del «norma» de la no regularidad dando un
saber médico. Con la medicina de labora- paso atrás en la reflexión de Fleck de pri-
torio el propio sujeto/objeto de las discipli- meros de siglo). Útil estadístico que en el
nas médicas es, cada vez menos, un «suje- caso de la medicina clínica exige, en todo
to» individual constituyéndose, de modo caso, su interpretación en función del aná-
creciente, como un «objeto» colectivo, lisis de cada persona, de cada paciente en
como una «población de individuos». Has- singular. Interpretación que debe realizar el
ta la medicina de laboratorio, durante la «clínico» en su relación concreta con cada
misma revolución anatomoclínica, la per- uno de ellos. De esta forma, la generaliza-
sona singular, individual, era el sujeto de la ción de los análisis clínicos, de la medicina
relación médico-paciente. Ya fuese me- de laboratorio, en su dimensión poblacio-
diante su palabra y la interpretación de los nal, requiere en su aplicación singular en
síntomas, ya fuese mediante el análisis de cada sujeto de la perspectiva cualitativa, de
los signos, el paciente era el centro de la la perspectiva que recupera la historia sin-
relación y de la observación. La medicina gular de cada uno de ellos.
de laboratorio, sin embargo, va a cons-
truir/desplazar este sujeto hacia un nuevo
centro: la población de individuos. Pobla- LA EPIDEMIOLOGÍA Y LA HIGIENE
ción que se configura como la referencia o PÚBLICA
«patrón de medida» indirecta de los resul-
tados individuales. Desplazamiento de la En todo caso, donde la estadística va a en-
«persona» a la «población de individuos» contrar su aplicación más importante y direc-
que conduce a autores como Fleck34, a su- ta va a ser, sin embargo, en el marco de la in-
gerir que la «estadística» debería ser una tervención creciente del Estado en la regula-
conceptualización casi obligatoria en las ción social relativa a la Salud. La Revolución
ciencias médicas, dadas las características Francesa y, en general, todos los Estados eu-
tan específicas de las mismas. Reconocien- ropeos desde finales del siglo XVIII, van a ins-
do el protagonismo de la Estadística en las titucionalizar no sólo la enseñanza universi-
propias Ciencias de la Salud, el propio taria de la medicina sino las medidas de hi-
Fleck destaca el estatuto singular de las ci- giene y salubridad pública necesarias para
tadas Ciencias al señalar cómo, a diferen- atajar las enfermedades infecto-contagiosas
cia de las Ciencias Naturales que tienen en de aquellos años y mejorar los niveles de sa-
el estudio de las regularidades su criterio lud de la población35. De este modo, a lo lar-
de investigación, en el caso de las citadas go del siglo XIX se van a desarrollar paralela-
Ciencias de la Salud el uso de la Estadísti- mente dos perspectivas dominantes en el ám-
ca es muy particular en la medida en que su bito de la salud: la ya en aquel entonces más
estudio no está dirigido a la regularidad, al clásica vinculada a la enfermedad y a las for-

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ENCUENTROS Y DESENCUENTROS ENTRE LA PERSPECTIVA CUALITATIVA...

mas de curarla; y la más novedosa de la hi- del estudio de las epidemias (y de la propia
giene y de la prevención, por más que tuvie- salud pública), generan un desplazamiento
ran muchos antecedentes a lo largo de los si- hacia el terreno del ámbito «cuantitativo» de
glos anteriores. Última perspectiva que va a las ciencias médicas, desde el estudio del
encontrar en la estadística y en los estudios caso personal al estudio de poblaciones, con
epidemiológicos uno de sus útiles más im- la estadística como herramienta de trabajo a
prescindibles en el necesario abordaje colec- añadir a las ya existentes, cabe pensar que,
tivo y poblacional de la salud. en la actualidad, los nuevos fenómenos y
desarrollos de la medicina anteriormente se-
ñalados estarían haciendo necesaria la rein-
LA SITUACIÓN ACTUAL corporación al instrumental de las ciencias
médicas de la metodología cualitativa, algo
En este marco socio-institucional, fomen- olvidada en estos últimos años. Mejor aún,
tado por la tecnología y por la mejora gene- la reincorporación de la palabra a las cien-
ral de las condiciones de vida de la pobla- cias de la salud, cuya función se habría ido
ción, se ha producido a lo largo del siglo XX perdiendo en la más reciente historia de las
un salto cualitativo en la esperanza de vida mismas.
de la población, que algunos autores como
Abdel Omran denominan transición epide-
miológica (a modo de la «transición demo- Por un lado, en el terreno más social e ins-
gráfica» de los demógrafos)36, el cual ha titucional, la Salud se ha convertido en un
conllevado un cambio en el perfil de las en- tema de conflicto y demanda social en nues-
fermedades que causan una mayor mortali- tras sociedades occidentales democráticas.
dad en Occidente, desde las enfermedades Conflicto político, económico, social, etc.,
infectocontagiosas y las epidemias de los si- que tiene en la lucha discursiva, en las pala-
glos anteriores y de este mismo primer ter- bras, en la elaboración de discursos sociales,
cio de siglo, a las enfermedades degenerati- un ámbito clave de desarrollo. Un ejemplo
vas, crónicas y a otro nuevo tipo de enfer- claro de esta importancia lo pueden sumi-
medades y de problemas de salud asociados, nistrar las políticas de salud orientadas a li-
en gran parte, al progresivo envejecimiento mitar los problemas derivados del consumo
de la población en el Occidente. Este patrón del alcohol y tabaco. Por ejemplo, más allá
se ha visto acompañado de la generación de de la demostrada asociación del tabaco con
brotes epidémicos en los que convergen el cáncer de pulmón, en la implementación
nuevas enfermedades asociadas, en gran de dichas políticas se entremezclan los inte-
parte debidos a la creciente intervención hu- reses y discursos de los profesionales sanita-
mana en la naturaleza (la enfermedad de las rios con los de las administraciones públi-
vacas locas, por ejemplo), viejas epidemias cas, los de las empresas fabricantes, de los
olvidadas y hoy en pleno auge (el cólera, el sindicatos, de los productores, con los dis-
paludismo), junto con otras enfermedades cursos de los publicitarios, con los de las
como pueda ser la propia enfermedad del empresas de medios de comunicación reti-
VIH-sida, de tanta importancia en las dos centes a perder las inversiones de los anun-
últimas décadas del siglo XX y en estos años ciantes, etcétera. Algo similar cabe señalar
de inicios del siglo XXI. de la puesta en marcha de la política de me-
dicamentos genéricos o de cualquier otra
medida política en el ámbito de la salud. Es
Los enfermos como nuevos actores decir, de una forma u otra, las decisiones en
sociales políticas de salud en un sistema democrático
cada vez pasan más por debates previos en
Si la medicina de laboratorio y las innova- la opinión publica y, por tanto, requieren de
ciones tecnológicas, junto con el desarrollo forma creciente de la aproximación cualita-

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Fernando Conde Gutiérrez

tiva a la investigación y del análisis de los cientes del hospital. Actores sociales que
discursos sociales. producen discursos sociales y comporta-
mientos colectivos que pueden ser investi-
Por otro lado, en el mismo terreno de la gados cualitativamente.
patología, el crecimiento de las enfermeda-
des crónicas y de las nuevas enfermedades Hasta cierto punto, pues, de modo similar
infecciosas, como el vih-sida, parecen in- a como la estadística es utilizada como ins-
ducir un nuevo cambio en los paradigmas trumento necesario en el contexto del des-
médicos y sociales -cambio del que todavía plazamiento persona-población de indivi-
pareciera que no fuéramos del todo cons- duos, la investigación cualitativa y, más en
cientes- en el sentido de que los enfermos concreto, el análisis de los discursos socia-
lejos de ser «objetos», de ser «pacientes», les, sería también un útil de investigación
se están convirtiendo en los nuevos «acto- imprescindible en el marco de algunos de
res» de la Salud, tanto desde el punto de los desplazamientos señalados anteriormen-
vista del conocimiento científico de las en- te, es decir, en el cambio de los sujetos des-
fermedades y su participación activa en los de el rol de pacientes al de actores sociales,
tratamientos, como desde la génesis de dis- en el contexto más amplio de la transforma-
cursos sociales sobre la salud y sobre ámbi- ción de la Salud de ser un tema de especia-
tos colaterales que obligan a modificar listas y profesionales a ser un tema central y
determinadas pautas de conducta «científi- clave, a ser una cuestión cardinal de la polí-
co-médicas». La historia del vih-sida sumi- tica democrática, en el mejor y más amplio
nistra importantes y clarificadores ejem- sentido de la expresión.
plos, desde la polémica sobre el propio
nombre de la enfermedad al cuestiona- No se trata, sin embargo, desde mi punto
miento de la noción de grupos de riesgo de de vista, de producir otro salto pendular en
raíz epidemiológica, y al de los protocolos las ciencias médicas para aproximarlas de
de realización de los ensayos clínicos con nuevo y desde una perspectiva distinta a la
los diferentes fármacos y antiretrovirales. del pasado, a las ramas de las ciencias
Cambio inducido por las nuevas enferme- «blandas», a las «ciencias sociales» que
dades contemporáneas que implícitamente priorizan la aproximación cualitativa sobre
conllevan la transformación de los «suje- la experimentación «cuantitativa». Por el
tos/objetos» configurados previamente por contrario, se trata de reconocer la compleji-
la revolución anatomo-clínica y por la me- dad de los fenómenos de la Salud, de apren-
dicina de laboratorio. Doble cambio de en- der de la Historia y de considerar que el es-
fermos «paciente/objeto» a «actores socia- tudio de las Salud/es y de las enfermedades
les» y «sujetos» y de «población de indivi- demandan, por sus singulares y complejas
duos» a «actores sociales» en conflicto. características, de metodologías plurales en
Este cambio parecería ir asociado: a) a un las que tienen su lugar tanto las cuantitativas
cierto declive-desplazamiento del hospital como las cualitativas. Pluralismo metodoló-
al domicilio como centro prioritario para el gico que, sin duda, puede enriquecer las
desarrollo de los cuidados médicos37 y b) a ciencias médicas y mejorar los niveles de
una cierta necesidad de complementar los salud de la población que, a fin de cuentas,
estudios epidemiológicos y estadísticos es de lo que se trata.
con estudios cualitativos que permitan in-
vestigar los nuevos actores sociales, sus
comportamientos, demandas, discursos, BIBLIOGRAFÍA
etc. Es decir, que permitan estudiar el con-
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