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El sentido y la practica de la formacion

ciudadana “una experiencia en proceso


de construcción en la universidad del
cauca”
por Alejandra444 | buenastareas.com

EL SENTIDO Y LA PRACTICA DE LA FORMACION CIUDADANA


“Una experiencia en proceso de construcción en la Universidad del Cauca”

Autor: Alejandra Martínez Erazo


Universidad del Cauca
Alejandra tt3@gmail.com

Para la elaboración del presente documento se ha tenido en cuenta conceptos de autores


como Norbert Lechner, Abrahán Magendzo, María Amelia Palacios, Catalina Albacete,
Isabel Cardenas y Consuelo Delgado; en el contexto de la importancia de la participación
en el proceso de la formación ciudadana. El ensayo inicia con unos interrogantes acerca
del ejercicio de la ciudadanía; que se tratan de resolver mediante la reflexión, sujeta al
análisis crítico y a la discusión.

En el contexto de un mundo globalizado, de cambios rápidos y profundos, en los que


están en cuestión normas, valores y tradiciones ciudadanas, hay un socavamiento de las
identidades colectivas; surgen algunos interrogantes como: “¿Qué es ser ciudadano en
sociedades que han hecho de la violencia un modo de vida? ¿Qué es ser ciudadano en
una sociedad que no acepta la corrupción y no se organiza para evitarla? ¿Qué es ser
ciudadano en una sociedad que no se abre a la plena participación? Debemos reconocer
que la construcción de la ciudadanía se hace inconcientemente difícil en la práctica. No se
puede desconocer que los problemas que la afectan son diversos y en ocasiones no se
encaran con mirada ciudadana y con altura de miras, sino con desconfianza, inclusive con
mezquindad y obcecación”[1].

Ser ciudadano en sociedades que han hecho de la violencia un modo de vida, hace parte
natural de algo inevitable que dicepresente y ocupa de manera constante todo nivel de la
cotidianidad personal, interpersonal e intra-grupal. Será necesario entonces recrear las
controversias, asumiendo la paz y el conflicto; no como opuestos, sino complementarios
inherentes a las relaciones sociales; evitando enmarcar los conflictos en un esquema
polarizado propio de una batalla a ganar o perder; sino como un problema solucionable
con apertura y equidad.

Compete a todos los ciudadanos y ciudadanas, cerrar las puertas de muerte y violencia
que se abren a cada paso y andar por caminos que puedan imaginar y esbozar culturas
alternas; igualmente corresponde a las comunidades universitarias orientar sobre la
realidad social, configurada en diferencias legitimas, (diferencias individuales, culturales,
profesionales, ideológicas…), que la enriquecen sin dificultar la lucha por la igualdad;
permitiendo conformar un poder civil no violento, capaz de construir una sociedad justa y
solidaría; con vida digna, con oportunidades de desarrollo y en armonía con el medio
ambiente; un poder ajeno a la violencia como método para solucionar conflictos, que se
construye desde las acciones cotidianas, allí donde todos podamos actuar; fundamentado
en

posibilite el encuentro con el otro a su diversidad, y en la renuncia incuestionable de la


violencia como método.

Bajo esta perspectiva, la formación ciudadana y comunitaria implica practicar la


deliberación y el juicio, desarrollar capacidades y competencias para analizar dilemas
éticos de alcance social y público, argumentar acerca de los fundamentos de las
controversias y construir desdela cotidianidad universitaria la noción de la “esfera pública”
en la cual se manifiestan tensiones y controversias que deben ser procesadas a través de
la comunicación, igualmente implica la necesidad que tienen los estudiantes para conocer
y profundizar en los instrumentos normativos y legislativos nacionales e internacionales;
así como las instituciones que se hacen cargo de garantizar tanto nacional como
mundialmente no sólo los derechos civiles y políticos, sino también los económicos,
sociales y culturales, los derechos ambientales y los derechos de los pueblos de igual
forma que conozcan, comprendan, apliquen y hagan exigible en sus vidas cotidianas las
normas jurídicas que aprueban los diferentes derechos.

La formación ciudadana en la educación superior no sólo debe ocuparse de los problemas


sino también tener una visión ética con un horizonte de alternativas y acciones posibles,
con un mundo de oportunidades, con variables de solución a los problemas planteados,
que haga posible una ciudadanía activa que permita dejar la indiferencia; creando
condiciones intelectuales, emocionales para rescatar desde la formación; la tolerancia,
transparencia y justicia entre los jóvenes; generando reflexiones grupales e individuales,
manifestándose en comportamientos y actitudes cotidianas, que permita autoevaluarse y
evaluar el comportamiento de los demás, de forma respetuosa, superando las diferencias
y conflictos que puedan existir.
Uno de los caminos que hará posible la paz es innegablemente la educación; la cual tiene
el compromiso y la responsabilidad, no solo de dar cumplimiento a laspolíticas
institucionales, sino también la de dinamizar e impulsar procesos académicos y
curriculares , de gestión educativa que permita dar cumplimiento a lo estipulado en la
constitución de 1991; planteando cambios relacionados con las nuevas dinámicas de
participación que se traducen en normas y leyes tales como: la ley 115 de 1994 (Ley
general de la educación), la ley 30 de 1992 (reglamentaria de la educación superior) que
posibilita el desarrollo de las potencialidades del ser humano de una manera integral,
entre sus objetivos contempla que la educación superior es un factor de desarrollo
científico, cultural, económico, político y ético a nivel nacional y regional; y la ley 60, que
sitúa un marco institucional y legal para avanzar en el trabajo educativo en el que la
pedagogía es la llamada a reflexionar sobre el proceso educativo. Es así como el Sistema
Educativo Colombiano, en sus disposiciones legales, traza una gran responsabilidad
social de los educadores colombianos y de las instituciones de educación superior.
Acorde con esta disposición la Universidad del Cauca lo manifiesta en su misión “Formar
personas con integridad ética, pertinencia e idoneidad profesional, demócratas
comprometidos con el bienestar de la sociedad en armonía con el entorno”[2], igualmente
en la visión “La Universidad del Cauca, fiel a su lema “POSTERIS LUMEN MORITURUS
EDAT” tiene un compromiso histórico, vital y permanente con la construcción de una
sociedad equitativa y justa en la formación de un ser humano integral, ético y solidario”.[3]

“Consecuentemente, con la relación estrecha que se ha establecidoentre derechos,


responsabilidades y ciudadanía democrática; la formación ciudadana asume su pleno
sentido, cuando contribuye a formar ciudadanos sujetos de derechos.”[4]

“Una adecuada formación democrática considera que el alumno no debe constituir, en


ningún caso, su propia identidad apoyándola en rasgos negativos
y delimitándola solamente por exclusión, en función de lo que no es; por el contrario, la
necesidad de convivir con los demás requiere que el individuo conforme su identidad
partiendo de una caracterización positiva de autoestima, autoaceptación y conciencia de
los propios límites; capaz de propiciar, en el mayor grado posible, los procesos de
interrelación y de socialización que requiere la vida democrática en común.

Los mecanismos de un sistema democrático requieren también tener en cuenta que, al


tiempo que existe una identidad personal la identidad concebida como tal, por la que el
individuo es consciente de su carácter, sus ideas y sus actos, y responde de ellos ante los
demás, se da también una conciencia de identidad de grupo que puede superar, incluso,
las manifestaciones de la propia identidad individual. La conciencia de grupo, cuya
función, en principio, es aglutinar el interés general y dar sentido al esfuerzo común con
objetivos positivos, puede llegar, en ocasiones, a homogeneizar y despersonalizar la
acción colectiva e incluso a manifestarla en forma de agresividad, utilizada por el propio
grupo para marcar su propio territorio, con el fin de señalar límites que lo identifiquen
separándolo de otros colectivos; en este caso el individuo se desvincula de
suresponsabilidad como persona y actúa de modo totalmente desinhibido y
antidemocrático, como masa irresponsable. El máximo exponente del desarrollo agresivo
de la identidad de grupo reside en la peligrosa actitud del etnocentrismo que entiende las
normas, pautas de conducta, tradiciones y elementos configuradores de la propia cultura
como mejores a veces únicos a tener en cuenta y justifica ubicarlos por encima de los
otros grupos, midiendo estos últimos por los raseros de los primeros” [5]:

El etnocentrismo convierte nuestra cultura en un patrón con el cual medimos todas las
otras culturas y las calificamos de buenas o malas, de adelantadas o atrasadas, de
convenientes o extravagantes, en la medida en que se asemejen a la nuestra (Horton y
Hunt,1988:73).

Ser ciudadano en una sociedad que no acepta la corrupción, no se organiza para evitarla
es una práctica compleja que requiere, además de, conocimientos, actitudes y hábitos
colectivos. Para ello desarrolla habilidades y referentes; un buen estudiante no es
automáticamente un buen ciudadano “Uno se hace, no nace ciudadano”, Sin embargo, su
sensibilidad a lo universal y a la fuerza del argumento puede ayudarle a serlo. Un
ciudadano competente, es quien sabe y tiene un conjunto de habilidades, de
conocimientos, disposiciones y actitudes favorables al desarrollo de la ciudadanía, que
facilitan y propician su propia participación como ciudadano y también, los procesos
colectivos de construcción de ciudadanía. “Las competencias son conocimiento hecho
práctica”, que busca encontrar y fortalecer en cada individuo sus mayores habilidades
para convivir. El ejecentral para ser ciudadano es entonces, pensar en el otro ,es tener
presente no sólo al otro que ésta cerca y con quien sabemos que vamos a relacionarnos
directamente, sino también considerar al otro más lejano, al ser humano aparentemente
desconocido, o a quien hará parte de las futuras generaciones; reconociéndole
compañeros de un camino largo.

El concepto de ciudadanía da criterios para evaluarse, para evaluar a los demás, para
exigirse y para formarse expectativas. Se busca que el ciudadano se examine, piense, se
autoevalúe, se autorregule, participe y acuerde. Parte de la construcción del ciudadano es
poder ejercer la ciudadanía y realizar acciones que la desarrollen, adquirir la identidad de
ciudadano y aceptar que como tal, tiene los mismos deberes y derechos de otros
ciudadanos.

Se hace necesario, por lo tanto, que las Instituciones Educativas y entre estas las de
Educación Superior, analicen los problemas coyunturales que vive hoy la sociedad; la
formación ciudadana desde su significado mas profundo debe estar inmersa en los
problemas sociales, no puede eludir estos problemas en sus conflictos, contradicciones y
tensiones. Su tarea es evidente y de búsqueda de soluciones de manera colectiva. El
propósito inmediato es aportar a la transformación y a la producción de cambios que
aseguren incrementar la ciudadanización democrática de la sociedad y no desarrollar su
academia alejada de los contextos reales, lo que debe plantearnos un nuevo concepto de
formación de los estudiantes que son los ciudadanos de hoy y de las futuras
generaciones, en potenciar una educación no solamente enlo intelectual, sino en una
educación “en y para la vida”, siendo un medio para formar personas que como
ciudadanos (as) contribuyan a la construcción de una mejor sociedad; promoviendo la
eficiencia en la gestión pública, orientando la gestión de la administración a la obtención
de resultados conforme a las necesidades sociales, estableciendo esquemas de
responsabilidad, de rendición de cuentas e intentando desmontar la cultura de corrupción.

“Dado que el ejercicio de la ciudadanía se ejerce en los espacios que confieren identidad
y pertinencia a una colectividad de iguales pero distintos en una comunidad de intereses
compartidos, la formación ciudadana refuerza su sentido colectivo al crear “capital social”
que se traduce en el grado de confianza existente entre los actores sociales, las normas
de comportamiento cívico practicadas y el nivel de asociatividad que caracteriza a sus
miembros.

En esta misma perspectiva la formación ciudadana contribuye a apropiarse del espacio


público, en donde los ciudadanos se pueden reconocer y reencontrar como miembros de
una comunidad con historia y tradiciones comunes. El espacio público constituye un lugar
de encuentro, de desarrollo de identidad y pertenencia en todas las escalas- barrio,
ciudad, región y país- así como expresión de diversidad cultural, generacional y social”[6].

La pluralidad, la diversidad, las diferencias, integradas con el cuerpo social, dan lugar a
procesos de socialización conducentes a la formación de grupos, mediante los cuales el
individuo trasciende el ámbito de su propia identidad para entrar en contacto con la de
losdemás; es así como el primer paso para que el estudiante se integre a este proceso de
socialización democrática y desarrolle las actitudes que lo orientan, consistirá en descubrir
que la relación de un ciudadano con los demás se conforma a partir de su pertenencia a
un grupo social , fundamental para socializar al individuo, para que participe y actué en
común, junto con otras personas.

“El futuro ciudadano avanza un paso más en el proceso de su formación democrática


cuando percibe el significado social de los conceptos de pluralidad, diversidad y
diferencia, y los identifica como manifestaciones de un mundo multicultural sobre el cual
se construye una sociedad democrática abierta a todos y opuesta al mundo forzosamente
homogeneizado y unánime de los sistemas autoritarios. Los alumnos deben ser
conscientes de que la historia de su país, de su pueblo, está hecha secularmente de
variedad, de mezcla y de intercambios continuos entre culturas, visiones del mundo,
etnias, de ideas, lenguas y mentalidades distintas; deben conocer también, que la
diversidad y la pluralidad son la expresión del dinamismo social, y que, en función de
ellas, la sociedad se organiza en grupos en la medida en que éstos aglutinan a los
individuos según sus diferentes intereses, ideas o aficiones. La correcta percepción de
todos estos conceptos teóricos los llevará al conocimiento de los valores democráticos
(libertad, igualdad, justicia) y a la práctica de actitudes de aceptación (respeto, tolerancia,
comprensión…) y de participación (convivencia pacífica, solidaridad…); también
estimulará su espíritu crítico, conducente aun proceso de trasformación y mejora social, y
fomentará su capacidad de diálogo y negociación así como el uso racional del conflicto y
el ejercicio de la disidencia que, por el contrario, no tienen cabida en las sociedades
regidas por una uniformidad forzosa. El revés de la trama está en la desigualdad, que
agudiza las diferencia hasta el punto de generar rechazo, marginación, mantenimiento de
privilegios y abuso de poder”[7].

La presencia de los ciudadanos en una sociedad que no se habré a la plena participación


en los asuntos públicos, es una condición necesaria para alcanzar la gobernabilidad
democrática. Puede decirse que la realización progresiva de los derechos humanos, está
en relación directamente proporcional al aumento de la calidad de la participación
ciudadana, sin embargo, prevalece en nuestra sociedad una marcada exclusión de la
mayoría poblacional respecto a la toma de decisiones sobre los asuntos públicos; de
manera que, el consenso se reduce a minorías no representativas de la pluralidad de
intereses societarios.

Una de las causas generantes de tal marginamiento, es la deficiente información a la que


la ciudadanía tiene efectivo acceso y por otro lado, la ausencia de conciencia que se tiene
acerca de las posibilidades ofrecidas por el marco jurídico (constitución de 1991) en
cuanto al reconocimiento formal de espacios de participación.

La presencia del ciudadano en las decisiones que le afectan, tanto individual como
colectiva, precisa de una adecuación funcional que permita el acceso y la conformación
no excluyente de centros de decisión a nivel local, que en últimainstancia, también sean
capaces de incidir en la formación de voluntad sobre las decisiones que exceden el
ámbito del Estado-Nación. No basta con desear participar, es indispensable saber cómo
hacerlo y sobre todo, organizarse para ello, ya que la sociedad desorganizada en vez de
participar lo que hace es obstaculizar.
De ahí la importancia de la participación ciudadana, a la cual el abogado costarricense
Rafael González Ballar define como: " un proceso gradual mediante el cual se integra al
ciudadano en forma individual o participando en forma colectiva, en la toma de decisiones,
la fiscalización, control y ejecución de las acciones en los asuntos públicos y privados,
que lo afectan en lo político, económico, social y ambiental para permitirle su pleno
desarrollo como ser humano y el de la comunidad en que se desenvuelve."

Participar es hacer el ejercicio legítimo como ciudadanos de nuestro deber de construir


nuestro propósito como nación y ejercer el control y la vigilancia de la gestión publica.

“La participación es una acción social, consciente y deliberada, que consiste en intervenir
en la planificación, toma de decisiones y actuaciones de cualquier tipo de colectivo social,
así como en dar respuesta a sus problemas.

Todo sistema participativo persigue contribuir activamente a la configuración de la


voluntad colectiva cuyo fin es construir un modelo de sociedad generador de convivencia
pacífica, concordia y solidaridad. Pero la participación no sólo supone actuación
comunitaria; desarrolla también procesos de conducta individuales por medio de los
cuales cada ciudadano se implica en losproblemas colectivos y asume su cuota de
responsabilidad en la toma de decisiones como coprotagonistas de la realidad social que
pretende construir, transformar o consolidar”. (Albacete Catalina y otros).

“Todo proceso de participación requiere la existencia de dos elementos esenciales:


información y capacidad de decisión. Disponer de información fiable y frecuente es
requisito indispensable para ejercer una participación eficaz, basada en datos suficientes,
que permitan desarrollar, con el correspondiente apoyo documental las gestiones que
interesan a la colectividad; no disponer de ella, por el contrario dificultad la plena
participación y entorpece la consecución de resultados satisfactorios. La otra clave de la
democracia participativa está en la capacidad de tomar decisiones por parte de todos los
implicados en el proceso de participación: “no se puede participar sin decidir” (Santos
Guerra, 1996: 52).

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[1] Magendzo Abraham. Formación Ciudadana. Cultura democrática. Bogotá: Cooperativa


Editorial Magisterio, 2004.
[2] UNIVERSIDAD DEL CAUCA. Informe de Gestión año 2004
[3] UNIVERSIDAD DEL CAUCA. Informe de Gestión año 2004
[4] MAGENDZO Abraham. Formación ciudadana. Bogotá: Cooperativa Editorial
Magisterio, 2004
[5] ALBACETE Catalina, CARDENAS Isabel y DELGADO Consuelo. Enseñar y aprender
la democracia. Editorial Síntesis, S. A. Vallehermoso. Madrid-España.
[6] MAGENDZO Abraham. Formación ciudadana. Bogotá: Cooperativa Editorial
Magisterio, 2004
[7] ALBACETE Catalina y otros. Enseñar y aprender democracia. Editorial Síntesis, S.A.
Vallehermoso-Madrid

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