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EDUCACIÓN CIUDADANA.

Ciudadanía: cualidad y derecho de ciudadano; conjunto de los ciudadanos de un pueblo o


nación; comportamiento propio de un buen ciudadano.

Ciudadano: natural o vecino de una ciudad; persona considerada como miembro activo de
un Estado, titular de derechos políticos y sometido a sus leyes.

“El Diccionario de la Real Academia Española.”

La educación ciudadana ha sido un asunto fundamental en las sociedades democráticas las


cuales tiene en cuenta esta educación con el objetivo de que todos los individuos asuman su
lugar en la sociedad en la que les ha correspondido vivir.

La educación para la ciudadanía de la que se habla consiste en formar ciudadanos


democráticos, sociales, políticos, participativos, activos y críticos que ponga en práctica su
ciudadanía en un lugar, en un territorio, en un espacio geográfico, para lo cual se requiere
que los estudiantes en su proceso formativo alcancen los aprendizajes básicos para vivir en
la sociedad de hoy, lo que incluye la adquisición de las competencias cognitivas,
comunicativas, de conocimiento del mundo actual, éticas, de valores y responsabilidad, que
permitan un suficiente nivel de autonomía y de progreso personal y profesional.

Una educación ciudadana que forma buenos ciudadanos requiere que cada ciudadano
posea cualidades éticas y morales.

Todos los tipos de educación ciudadana inculcan el respeto hacia los demás y el
reconocimiento de que todos los seres humanos son iguales. Combaten además cualquier
forma de discriminación al fomentar un espíritu de tolerancia y armonía entre las personas.

La educación ciudadana va más allá de la ciudadanía centrada en los derechos y las


obligaciones de acuerdo con una membresía a una comunidad nacional, dado que se
considera que con ella se busca una transformación profunda de la vida colectiva. De otra
manera será muy difícil conseguir que en las sociedades contemporáneas exista una
convivencia pacífica y armoniosa, basada en el respeto a los derechos humanos en
contextos de profunda multiculturalidad y con graves y acentuados problemas de
desigualdad, exclusión y pobreza.

Alan Touraine (1999) cierra su libro ¿Podremos vivir juntos? con un capítulo dedicado al
tema de la educación del sujeto en las sociedades contemporáneas; lo cual da una idea de
la gran importancia que tiene la educación, pues en ella se juega la posibilidad de que
logremos “vivir juntos”. La propuesta de este autor está enfocada en la libertad del sujeto
personal o individual, la comunicación intercultural y el funcionamiento democrático de las
sociedades.

Hoy las instituciones educativas, tanto públicas como privadas, de diferente niveles, son
insuficientes para dar respuesta a las exigencias de las sociedades. Sin embargo, el Estado
tiene la responsabilidad de garantizar que se respeten ciertos principios en la educación
ciudadana, como el carácter público y laico, la justicia social, el respeto a los derechos
humanos, el acceso a grupos en desventaja, entre otros.

El reto es mayor ya que la preocupación en la educación para promover las prácticas y


valores democráticos rebasa el espacio de la escuela formal y los sistemas educativos. Si
bien diferentes propuestas se encuentran en ellos, también hay otras cuya mirada está
puesta en otros espacios como la familia, la comunidad, el trabajo, los medios de
comunicación.

Desde el punto de vista técnico, el ciberespacio es un territorio virtual generado con la


tecnología, pero este territorio es un espacio social que se estructura a partir de los actores
que lo integran. A diferencia de los vínculos físicos del mundo, los seres del ciberespacio son
una fabricación intelectual y manipulable.
Es así como el ciberespacio posibilita la generación de culturas que se basan en tres
principios: interconexión, comunidades virtuales e inteligencia colectiva. En esta cultura cada
vez son más los artefactos que se interconectan para enviar y recibir información
permitiéndole a buena parte de la humanidad superar las fronteras territoriales.
El segundo principio se refiere a las comunidades virtuales que se construyen a partir de
afinidades de intereses o conocimientos, compartiendo proyectos, en un proceso de
cooperación o de intercambio, y esto independientemente de las proximidades geográficas.

Por último, la inteligencia colectiva, como tercer principio de la ciber-cultura y fin último de
esta, consiste en unir conocimientos, creatividad y acciones de los miembros de una
comunidad virtual de manera se generen causas cuyo efecto sea superior a la suma de los
efectos individuales.

En general, en el plano de la escuela que los estudiantes deben aprender a convivir y a


trabajar en equipo, lo que les va a permitir desenvolverse con propiedad y hacer aportes
significativos en comunidades virtuales de carácter global.

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