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KANT

12-5

El ser humano (finito) no puede acceder al conocimiento de las cosas EN SÍ, tal como son.
Accedemos a la realidad limitados. Esos conocimientos no están a nuestro alcance

No hay presencia inmanente de las cosas. Las cosas no se nos presentan como son, las
percibimos según lo que nosotros somos y percibimos, en nuestra interacción con el
objeto.

La metafísica

● es inevitable para la razón humana


● es donde analizamos cuestiones que van más allá de nuestra experiencia y se pone
en contradicción con el sentido común (por ej. DIOS)
● La razón humana que sobrepasa los límites de la experiencia
● El gran problema es mostrar indiferencia frente a la metafísica ya que es parte de
la razón humana

LA CRÍTICA DE LA RAZÓN PURA

PREGUNTA FUNDAMENTAL: ¿qué y cuánto pueden conocer el entendimiento y la razón


con independencia de toda experiencia?

→ debe ser el tribunal que garantice, a través de leyes, un nuevo análisis de la razón pura
para que no caiga en dogmatismos

→ Se trata de repensar la posibilidad o imposibilidad de una metafísica en general y de


señalar tanto las fuentes como la extensión y límites de la misma, todo ello a partir de
principios.

→ Certeza y claridad

→ La metafísica no es más que el inventario de todos los conocimientos que poseemos,


sistemáticamente ordenados por la razón pura

La crítica que ahora publica debía, ante todo exponer las fuentes y condiciones de su
posibilidad, y necesitaba desbrozar y allanar un suelo completamente inculto.
Contexto:

Siglo XV y XVI “temprana modernidad” → época de crisis.

1. Geográfica. “Descubrimiento” de américa. Choque de valores entre los europeos y


pueblos. Se pone en cuestión la moral entonces si hay otros con distintos valores,
los míos ya no son universales.
2. Espacio astronómico
3. Crisis de la religión
4. Crisis en la filosofía

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Introducción y prólogo

● Posiciones dogmáticas- racionalistas ( conocimiento a partir de la vía intelectual)🡪


constantemente está atravesada por contradicciones.
● posiciones escépticas: todo conocimiento viene a partir de las sensaciones, y la
razón es algo incapaz de brindar conocimiento universal.

Kant escribe en el medio de una crisis en la metafísica (la causa primera de todas las cosas
) ha caído en un desprecio. Xq esta en crisis la metafísica?

No hay una sola respuesta que permita admitir una causa primera (ni desde lo empírico, ni
lo supraempírico). Su pretensión de dar una respuesta queda anulada.

Por ello Kant propone una idea donde la razón tendrá una pretensión crítica, que le
permita fijar una “frontera” a la razón, HASTA DÓNDE LLEGARÁ LA RAZÓN. Ese es el
objetivo de la crítica a la razón pura. Por un lado estará el racionalismo, y por el otro el
empirismo.

Introducción de la crítica a la razón pura:


● nuestro conocimiento COMIENZA desde la experiencia, de lo sensible, por lo que
NO EXISTE un conocimiento puramente racional.
● PERO no todo el conocimiento surge de la experiencia, con eso no basta. Es
necesario algo más, algo EXTRAEMPÍRICO.
● Hay conocimientos A PRIORI( conocimiento independiente de la experiencia) y A
POSTERIORI (basados en la experiencia)
El conocimiento a priori es: Necesario y Universal
Este tipo de conocimiento el que debe fundar la ciencia. Nos proporciona un hilo
conductor. Sin embargo la razón pura no se ha cuestionado estos conocimientos,
por lo que no sabemos si esas proposiciones en las que se basa su posición son
efectivamente juicios a priori, necesarios y universales.

. ¿En qué consiste el cambio de perspectiva que propone Kant para el


establecimiento de un conocimiento a priori (universal y necesario), de los objetos
dados a la experiencia?
Puesto que lo que nos ofrece la experiencia siempre es contingente y singular, un
conocimiento basado exclusivamente en ella no puede ser nunca necesario y
universal, es decir, a priori. Si se pretende un conocimiento a priori, éste no
puede derivarse de lo dado por la experiencia; sólo puede derivarse, en cambio,
de la facultad cognitiva de la subjetividad considerada. En el caso del ser
humano, tal facultad es el entendimiento, y la condición de posibilidad de su
aplicación para el conocimiento yace en una manifestación que lo afecta
espacial y temporalmente, es decir, sensiblemente, dando lugar a la
experiencia.
En otras palabras, la universalidad y necesidad del conocimiento se derivan ya no
de los objetos conocidos, sino de la “forma de conocer”, por así decir, del sujeto
cognoscente. Es este cambio de perspectiva respecto del elemento rector en la
relación sujeto-objeto que caracteriza al conocimiento lo que suele denorminarse la
“revolución copernicana” planteada por Kant (aunque tal expresión no pertenezca
ella misma a Kant). La universalidad y necesidad del conocimiento pueden fundarse
en la estructura cognitiva de la subjetividad.
Los objetos mismos, en tanto objetos de experiencia, serán vistos como el
resultado de una constitución subjetiva. Esto requiere dos aclaraciones. Por un lado,
los objetos no se conciben aquí como una invención o producción absolutamente
subjetiva: la subjetividad aporta sólo “formas” (sean sensibles, como el espacio y el
tiempo, sean categoriales, gracias a los conceptos del entendimiento), pero no
genera los objetos ex nihilo (“de la nada”). Por otro lado, la forma de la constitución
de la objetividad no está dada por sujetos individuales, concretos y diversos (como
si diferentes sujetos pudiesen constituir diferentes formas objetivas): en la medida
en que se considera un nivel de análisis “trascendental”, que concierne las
condiciones de toda experiencia posible, es también una subjetividad trascendental
(como suerte de estructura genérica) la que efectúa la constitución de la
objetividad.

● El conocimiento a posteriori es:


� Contingente
� particular

✔ Juicio analítico: el conocimiento está incorporado en el sujeto . es una


tautología, no proporciona nuevos conocimientos. (los enanos tienen
estatura baja). No permite un progreso en la ciencia porque no me da nada
nuevo
✔ Juicio sintético: el predicado no está implícito en el sujeto. Brinda nuevo
conocimiento (todos los papeles al fuego, se queman). Es un juicio
extensivo

2. ¿Qué rol desempeñan los conceptos de la razón (ideas) que no tienen una
correspondencia posible en la experiencia?
Todo lo que ofrece la experiencia es contigente y singular, y por tanto
condicionado tanto por la forma espacio-temporal de nuestra sensibilidad como por
el ordenamiento categorial aportado por el entendimiento; una mesa, por ejemplo,
se manifiesta en un momento y en lugar determinado, y se distingue del libro que
sostiene. Pero la razón no logra satisfacerse con lo condicionado, sino que se dirige
naturalmente a lo incondicionado.
Si cada cosa de la experiencia tiene una causa, sólo la idea de un ente capaz de
ser causa primera (Dios) evita que la razón caiga en una regresión infinita. Si cada
experiencia es singular, sólo las ideas del mundo (como totalidad de todas las
experiencia posibles) y del alma (como totalidad de todas las experiencias efectivas
de un individuo) pueden ofrecer un horizonte de coherencia y evitar que la razón se
pierda en la fragmentación.
Las ideas, en este caso Dios, Mundo y Alma, son entidades incondicionadas y
totalizantes que, por definición, no pueden darse en una experiencia que es siempre
contingente, singular y condicionada; consiguientemente, no pueden ser objeto de
conocimiento. Su postulado responde a una exigencia de la razón que el
conocimiento no puede satisfacer, y su necesidad incumbe tanto el orden
especulativo como el práctico, asumiendo una función regulativa. Respecto del
aspecto especulativo, las ideas orientan el conocimiento e impiden la caída en la
regresión infinita y en la fragmentación. Respecto de su aspecto práctico, será la
defensa de la posibilidad del pensamiento de la idea de libertad lo que, en última
instancia, fundamenta la moralidad, es decir, la necesidad de una acción por deber.
Kant descubre que hay juicios sintéticos a priori Y NADIE SE HA DADO CUENTA DE ELLO.
Me brinda nueva información pero no dependo de la experiencia para su conocimiento.
Basado en ello la metafísica podría constituirse como una ciencia. Kant explica que esto
ya existe: por ejemplo en las matemáticas y la física:

2+3=5 Este conocimientos es sintético a priori ya que no está incluido el predicado en el


sujeto

Cómo es posible la metafísica como ciencia? 🡪 Kant no la contesta, pero podemos, por
otros pensadores, llegar a la idea que NO ES POSIBLE. No hay conocimiento científico de
las ideas, de los noúmenos. Las ideas sólo pueden ser PENSADAS, NO CONOCIDAS. Sin
embargo esto no quiere decir que este estudio sea en vano ya que las crítica tiene dos
funciones:

 POSITIVA: abrió el espacio de lo PRÁCTICO, lo moral. Aquello que tiene que ver
con el uso moral de la razón. Marcan cómo debemos comportarnos.
 NEGATIVA: Establece un límite al conocimiento. El conocimiento no puede
conocer ideas, sólo fenómenos

● Hay una predisposición natural de los hombres por preguntas metafísicas


(dios, el alma, el mundo) por ello será necesario adoptar una filosofía
trascendental (nuestra manera de conocer los objetos, las condiciones que
hacen posible la experiencia o cualquier conocimiento. Giro copernicano
sujeto-objeto)
● El conocimiento empírico depende de presupuestos no empíricos,
racionales
● Todos los sujetos portan las condiciones de sensibilidad y del
entendimiento que le permiten la experiencia como tal. Conocemos sólo
que nos es dado en lo sensible.
● La razón propiamente dicha se encarga de dar unidad a los conocimientos
del entendimientos múltiples a través de un solo concepto que lo abarca (el
mundo, dios, el alma). Lo propio de la razón propiamente dicha es el
PENSAMIENTO de noúmenos.
Solo pueden conocerse FENÓMENOS y pensarse IDEAS

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2 de junio. FILOSOFÍA

Resumen crítica de la razón pura

● Condiciones que hacen posible el conocimiento: elementos supraempíricos


(estructura del sujeto trascendental: la sensibilidad –espacio y tiempo como
formas puras de la intuición- y el entendimiento –categorías-) hacen posible el
conocimiento empírico. Hacen que la MATERIA se constituya en FENÓMENOS
(posibles de ser conocidos. Sin mis facultades sensibilidad y entendimiento no hay
conocimiento posible. Todos tenemos estas facultades🡪 giro copernicano: el
SUJETO DETERMINA EL OBJETO.
● Para que haya conocimiento, algo me tiene que afectar (por eso la intuición es
pasiva/derivada). Pero el ENTENDIMIENTO tiene que atravesarlo, condición
suficiente para que la experiencia suceda.
● Cuando hablamos de conocimiento hay una cooperación entre sensibilidad-
entendimiento
● Todos los fenómenos son condicionados, carecen de sentido, de un fin, de un
valor. Responden a las leyes de la naturaleza causa-efecto. Ahí es donde aparece la
importancia de la crítica de la razón pura: PONE UN LÍMITE AL CONOCIMIENTO
para abrir un espacio al ámbito del pensamiento. Fenómenos e ideas (noúmenos)
se corresponden al ámbito del conocimiento y del pensamiento
RESPECTIVAMENTE. Por eso es necesaria la crítica de la razón, impongo el límite
de lo cognoscible por el pensamiento. Las ideas corresponden a la razón, son
incondicionadas, infinitas y absolutas; tienen sentido y orientación.
● Única forma absoluta del bien: la buena voluntad
3. ¿Cómo se comprende, según este cambio de perspectiva en el orden del
conocimiento, la expresión según la cual ha resultado necesario limitar el
saber, para dar lugar a la fe?
Limitar el conocimiento a los fenómenos que ofrece la experiencia implica para
la razón no sólo postular ideas capaces de garantizar la posibilidad coherencia y
totalidad de aquellos, sino postular, además, “noúmenos”. La distinción
fenómeno-noúmeno refleja una diferenciación entre la forma en que se nos
presentan las cosas (es decir, entre las cosas “para nosotros”), y cómo éstas
puedan ser independientemente de su manifestación a una subjetividad (es
decir, las cosas “en sí”). Esta distinción da lugar, a su vez, a otra que permite
concebir un mundo sensible, de fenómenos, y un mundo inteligible, de
noúmenos, cuyas formas de legalidad no necesitan ser las mismas. Mientras
que mundo sensible de la experiencia, territorio en el que el conocimiento es
posible, está sometido a una legalidad natural basada en la causalidad eficiente,
el mundo inteligible puede ser pensado como sometido a una causalidad final.
Pero esta distinción fenómeno-noúmeno no sólo vale para “las cosas”, sino que
el ser humano se vale de ella respecto de sí mismo. Se conoce a sí mismo sólo
en tanto fenómeno (puesto que sólo gracias los fenómenos de la experiencia
puede haber conocimiento en general), pero se desconoce a sí mismo respecto
de cómo sea “en sí”, es decir, en un aspecto nouménico. La crítica de la razón
pura limita el conocimiento al mundo sensible, a la experiencia, por lo que
parece ser una empresa meramente negativa. Pero la crítica de la razón
práctica (que en este curso recorremos a través de la Fundamentación de la
metafísica de las costumbres) muestra que gracias a dicha límitación del
conocimiento puede fundarse una moral universal y necesaria. El
desconocimiento fundamental del ser humano respecto de cómo sea en sí
mismo sirve a su vez a la defensa de la idea de su libertad como
fundamentación moral.

Fundamentación para una metafísica de las costumbres:


¿Cómo se divide el conocimiento racional en general, y cómo se divide la ética en
particular?
Todo conocimiento racional se divide en material y formal. El conocimiento racional
formal se ocupa sólo de la forma del entendimiento y de la razón; esto es, de la forma del
pensamiento en general sin considerar objeto alguno. La filosofía formal es, pues, lógica.
La filosofía material, en cambio, considera siempre objetos, así como las leyes que los
rigen. Ésta se divide en dos categorías: la primera de ellas es la física –o teoría de la
naturaleza-, y se caracteriza por estudiar las leyes de la naturaleza a las que están
sometidos los objetos. La física se refiere a las leyes según las cuales todo, de hecho,
sucede. Es decir, determina las leyes de la naturaleza y los objetos de la experiencia. La
segunda categoría de la filosofía material es la ética -o teoría de las costumbres-, y se
caracteriza por estudiar las leyes de la libertad a las que se ven sometidas las costumbres.
La ética se refiere a las leyes según las cuales todo debe suceder. Es decir, determina las
leyes de la voluntad como determinantes de acciones.
Tanto la física como la ética tienen una parte empírica, que arraiga en fundamentos de la
experiencia, y una parte pura, es decir, dada a priori en la razón. La parte pura o racional
de la física se llama metafísica de la naturaleza, mientras que su parte empírica se llama
física, a secas. En cambio, la parte pura de la ética se llama moral –o metafísica de las
costumbres-, mientras que su parte empírica se llama antropología práctica. De aquí se
deriva una nueva diferenciación: si bien toda filosofía formal es pura, no toda filosofía
pura es meramente formal; la filosofía pura que se aboca al estudio de determinados
objetos del entendimiento, se llama metafísica.
1. ¿Qué ventajas reviste la elaboración de una filosofía moral pura? ¿Dónde debe
hallarse el fundamento de una obligación?
Una ley para valer moralmente –es decir, para constituirse en el fundamento de una
obligación- tiene que comportar necesidad absoluta; es decir, tiene que valer sin
excepción para todo tiempo y lugar. Ahora bien, semejante necesidad no puede hallarse
en la empiria, que sólo me da casos, como mucho reglas prácticas, pero nunca leyes.
Semejante fundamento absoluto de la obligación no puede buscarse, pues, sino a priori,
es decir, exclusivamente en conceptos de la razón pura –esto es, independientes de la
experiencia-. Sólo una filosofía moral pura, aquella que se emancipa de todo elemento
empírico perteneciente a la antropología, puede aportar semejante fundamento.

2. ¿Por qué se hace necesario elaborar una fundamentación de la metafísica de las


costumbres?
Una metafísica de las costumbres es indispensable, afirma Kant, no sólo por motivos
especulativos –es decir, por el afán de saber cómo está constituida nuestra razón-, sino
también y sobre todo porque nos permite descubrir a priori, en nuestra razón, el origen de
los principios prácticos según los cuales hemos de regirnos. Sólo el descubrimiento de
esos principios puros nos permitirá fundamentar una norma suprema válida como criterio
para el enjuiciamiento moral de las acciones. Ahora bien, mientras falte dicha norma
suprema, no contaremos con un “hilo conductor” que evite la corrupción de nuestras
costumbres. Esta norma suprema es llamada ley moral por Kant, quien afirma que no
puede buscarse más que en una filosofía pura.

3. ¿Cuál es el objetivo general de la obra?


Una fundamentación de la metafísica de las costumbres consiste en una investigación
acerca de la idea y los principios de una voluntad pura posible, con lo cual se diferencia del
mero racconto de acciones y condiciones del querer humano en general, de los que se
ocupa la psicología. No se trata de describir meramente lo que de hecho sucede en el
campo de las costumbres, sino de lo que de derecho es lícito esperar como posible. Esto
es: se trata de una “fundamentación” en la medida en que el autor pretende dar cuenta
de las condiciones de posibilidad de una ética fundada en principios puros y, por tanto,
con pretensión de universalidad. Es en tal sentido que se trata de una investigación sobre
el principio supremo de la moralidad.

2 advertencias:

 Cualquier cosa que uno adjetive como “bueno” sólo lo será


CONDICIONADAMENTE: EXCEPTO La buena voluntad, ella será INCONDICIONADA
 El hombre naturalmente está dispuesto para la vida, entonces uno supone que
habita este mundo para ser feliz: pero LA FELICIDAD NO DEBE SER PENSADA
COMO EL FIN ÚLTIMO PARA OBRAR. La felicidad tiene que ver con la experiencia,
con los apetitos sensibles. Lo importante NO es lograr ser feliz, sino que ESA
FELICIDAD SEA DIGNA. La dignidad es proporcionada por mi moralidad en la acción
(separada de las inclinaciones sensibles)

Obra de índole moral: cómo debo obrar


Kant se plantea entonces: qué puedo querer como bueno en forma absoluta y sin
contradicción?:
La buena voluntad → Bien incondicionado, absoluto

CAPÍTULO 1.

La buena voluntad:
 Se nos presenta como un imperativo, una exigencia, un mandato
 la voluntad es finita. Su principio de obrar es contingente (puede obrar bien o mal)
 la buena voluntad por eso se relaciona al hombre como un deber
 el valor moral de la acción reside en el QUERER de un hombre. Hay acción moral
cuando mi principio subjetivo del querer coincide con el principio del deber;
CUANDO QUIERO LO QUE DEBO. Cuando lo que me guíe es la RAZÓN, no los
impulsos
 la voluntad para que sea moral solo puede ser determinada por una ley: LA RAZÓN

 Relación buena voluntad-deber: El imperativo, la imposición como traducción de


la buena voluntad en el hombre. Supone el esfuerzo del hombre por obrar así, ya
que su voluntad no es necesariamente buena, debe escoger qué hacer.
 El valor moral de una acción no reside en lo observable, sino en la faz interna,
formal, a priori: en el QUERER (si lo hago por el querer obrar bien o por intereses
propios)
 Por respeto hacia la ley. Sólo puedo respetar aquello que se vincule con mi
voluntad como FUNDAMENTO y no como efecto. La moral tiene que ser el
fundamento de mi obrar. La acción es moral porque se relaciona con LA LEY
MORAL como fundamento, y no un efecto

1. ¿Qué es la “buena voluntad”? ¿Por qué es buena? ¿Cuál es su relación con la


razón?
Kant comienza el capítulo 1 exponiendo que la buena voluntad es lo único bueno sin
restricción, que dirige y acomoda a un fin universal el principio general de la acción. Es
absoluta y sin contradicción, por tanto tiene un valor intrínseco e incondicional, lo que
implica que es buena por sí misma sin un propósito exterior. Por un lado, que sea buena
“en sí misma” indica su a priori, esto significa que siempre es así, en todo tiempo y lugar,
independientemente de lo que suceda en la experiencia. Por otro lado, “sin un propósito
exterior” quiere decir que se encuentra incondicionada, que no está determinada. En este
sentido, es buena no por lo que efectúe o realice, ni por su aptitud para alcanzar un
determinado fin. Sólo es buena por el querer, es decir por su intención. No se encuentra
condicionada por su efectividad, la utilidad no es un criterio para medirla, incluso si fallara
sería buena. En esta línea, Kant expone que cuanto más la razón se ocupa de alcanzar la
felicidad, más se aleja de la verdadera satisfacción. La razón está destinada propiamente
para otro propósito, su destino verdadero es justamente producir una buena voluntad,
buena en sí misma (y no como medio). La razón en tanto capacidad práctica tiene influjo
sobre la voluntad. Esto es así porque la naturaleza ha procedido con un sentido de
finalidad en la distribución de las capacidades, se encuentra ya en el entendimiento, por lo
que no precisa ser enseñado, sino ilustrado.

2. Explique el concepto del deber en sus tres aplicaciones: contrario al deber,


conforme al deber y por deber.
El concepto de buena voluntad se relaciona íntimamente con el de deber. Esto es así
porque el “deber” significa que una acción es necesaria por respeto a la ley: objeto de
respeto (o mandato) sólo es aquello que se relaciona con mi voluntad como fundamento.
El término respeto alude entonces a la conciencia de la subordinación de mi voluntad bajo
una ley sin la mediación de otros influjos. ¿Qué se puede relacionar con mi voluntad como
fundamento? La ley moral. El obrar, expone Kant, se puede relacionar con el deber de
forma contraria, conforme o por él, conllevando así la acción una determinada relación
con la moral.
 El obrar puede ser contrario al deber, siguiendo las propias inclinaciones, por lo
cual no es moral.
 Conforme al deber: Exteriormente coincide con una acción moral, pero la
motivación es una inclinación egoísta, al igual que el obrar contrario al deber, no
responde a la Ley de la Razón o a la Ley moral, por más que exteriormente parezca
que sí.
 Por deber: Es una acción que no depende de las inclinaciones o de la sensibilidad.
El contenido moral de la acción es la motivación interna de la misma, no como
medio, sino como fin en sí misma. Kant la llama “inmediata” inclinación. No tiene
su valor moral en el propósito que por medio de ella se quiere alcanzar, sino en la
máxima por la cual ha sido resuelta, esto es la ley de la razón, la ley moral. No
depende de la realidad del objeto de la acción, sino por el principio del querer
según el cual sucedió la acción. Los propósitos o fines no proporcionan valor moral,
sino que este reside en el principio de voluntad, que es el que determina el
principio formal del querer en general cuando una acción sucede por deber. Esto
implica además que una acción moral no depende de la realidad del objeto de la
acción, lo cual significa que no se mide por sus efectos (lo empírico, la experiencia,
lo resultante) sino por su principio (a priori, puro, independientemente de cómo
resulte esa acción).

Imperativo categórico:
Debemos obrar de una forma que nuestra máxima no se contradiga cuando la
convertimos en ley universal. Podamos QUERER EL DEBER de forma universal (sin
contradicción).La ley de la moral internalizada

1. ¿Qué es un imperativo para Kant? ¿Qué diferencia hay entre el imperativo


categórico y los imperativos hipotéticos?
Los imperativos son fórmulas de determinación de la acción. Un imperativo es la fórmula
de un mandato, de una orden, y se expresa por medio de un “deber ser”. De allí que los
imperativos muestran para Kant la relación entre una ley objetiva de la razón y una
voluntad que, por su constitución subjetiva, no se encuentra determinada necesariamente
por tal ley (constricción). Los imperativos son fórmulas para expresar la relación entre las
leyes objetivas del querer en general y la imperfección subjetiva de la voluntad de tal o
cual ser racional. De allí que en el caso de la voluntad divina -la voluntad santa- los
imperativos carecen de sentido ya que en ella el querer coincide necesariamente con la
ley.
Todos los imperativos mandan. La diferencia se encuentra en el tipo de mandato que cada
uno de ellos implica. En el caso del imperativo categórico, se trata de un mandato que
solicita la representación de una acción por sí misma, como una objetivamente necesaria,
sin referencia a ningún otro fin más que ella misma; mientras que los imperativos
hipotéticos representan la necesidad práctica de una acción posible pero como medio
para conseguir otra cosa que se quiere (o que es posible que se quiera). Con lo cual, si la
acción es buena como un medio para alguna otra cosa, entonces el imperativo implicado
allí es un imperativo hipotético; pero si la acción es representada como buena en sí, esto
es, como necesaria en una voluntad conforme en sí con la razón, como un principio de la
voluntad, entonces el imperativo vigente es categórico.
El imperativo hipotético, por ende, se refiere a la elección de los medios para la obtención
de lo que se estima es la propia felicidad. En este sentido, establece que la acción es
buena para algún propósito -posible o real: en el caso de que se trate de un propósito
posible se trata de un principio problemático-práctico y en el caso de un propósito real, se
trata de un principio asertórico-práctico. Por el contrario, el imperativo categórico, sin
referencia a ningún propósito o fin ulterior afirma el valor objetivo y necesario de la acción
en cuestión. Por eso mismo, tiene el valor de un principio apodíctico-práctico.
Recordemos que “apodíctico” significa que se trata de una verdad concluyente y necesaria
y que “asertóricas” son las verdades de hecho y no necesarias, es decir, contingentes.

2. ¿Cuáles son las tres versiones del imperativo categórico kantiano?


- “Obra sólo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne ley
universal”.
- “Obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de
cualquier otro, siempre como un fin al mismo tiempo y nunca solamente como un medio”.
- “La voluntad de todo ser racional como voluntad legisladora universal”.

3. ¿En qué consisten la autonomía y la heteronomía de la voluntad para Kant?


La autonomía de la voluntad es la constitución de la voluntad por la cual ella es para sí
misma una ley -independientemente de cómo estén constituidos los objetos del querer. El
principio de la autonomía consiste elegir solamente siguiendo el siguiente principio: que
las máximas de la elección, en el querer mismo, sean incluidas en él como ley universal.
Por el contrario, la heteronomía de la voluntad consiste en la ineptitud de la voluntad para
darse sus propias máximas. Cuando la voluntad busca la ley que debe determinarla en
algún punto que no es la aptitud de darse sus propias máximas, ella sale de sí a buscarlas
en la constitución de algún objeto puntual y, en ese caso, obra de manera heterónoma.
No es la voluntad la que se da a sí misma la ley, sino que es el objeto, por su relación con
la voluntad, el que la dicta. Este funcionamiento de la voluntad sólo permite establecer
imperativos hipotéticos: “voy a hacer determinada cosa porque quiero alguna otra”.

Ley universal: La razón


Esta ley no es ajena a la voluntad del hombre, sino que le es propia, de allí surge el
Principio de autonomía. Sólo los hombres poseen RAZÓN, que le permite apartarse de sus
inclinaciones con el fin de actuar MORALMENTE.

1. ¿Cuál es la relación entre la ley moral y la razón?


Si el valor moral de la acción no reside ni en el efecto de ella ni tampoco en una
motivación que sea medio para un efecto buscado, esto implica para Kant que reside sólo
en “la representación de la ley en sí misma”, que sólo tiene lugar en seres racionales, en
tanto que esa representación es el bien moral, el motivo de la voluntad. En este sentido, la
ley moral se encuentra ya en la razón del hombre, y por tanto todos los hombres la
portan. La moral es universal tanto porque forma parte de la estructura trascendental del
sujeto como también porque no depende de la experiencia, es puro, de esta manera se
opone a lo contingente, a lo empírico. De esta manera, la moral no puede anclar en lo
empírico, ni en la búsqueda de felicidad, ni en las virtudes, sino en la propia razón, bajo la
forma de ley. La ley en sí misma objetivamente determina mi voluntad, en tanto ley que
nos imponemos a nosotros mismos, en tanto que proviene de la razón misma, en este
sentido legalidad y moralidad se encuentran íntimamente unidas, y esto implica una
autonomía, es una auto determinación.

2. ¿Cómo podemos saber si nuestro querer es moralmente bueno? Especifique la


legalidad universal como principio de la voluntad.
Que la ley moral ancle en la razón y por tanto en todo ser racional, por un lado, y que la
moral tenga que despojarse de todo elemento contingente, por otro, implica
necesariamente una legalidad universal de las acciones en general, que tiene que valer
como único principio de la voluntad. Es decir, es la legitimidad en general lo que sirve de
principio de moralidad, por lo tanto para asegurarme de que actúo moralmente debería
actuar de modo que pueda querer que mi máxima se convierta en ley universal. Entonces,
si me pregunto ¿puedo querer que mi máxima se convierta en ley universal?, lo que me
estoy preguntando es si racionalmente puedo pretender, es decir no caer en la
contradicción lógica de, que lo que guía mi querer sea universalmente válido. Si no es así,
no puede incluirse como principio en una legislación universal posible. Kant pone como
ejemplo para explicar esto a la promesa y la mentira. Si uno aplica el “poder querer
convertirse en ley universal” a la mentira, o a una promesa que no se piensa cumplir, si
uno se pregunta si mi máxima debiera valer como una ley universal, para cualquier sujeto
racional, la pregunta es si la mentira vale tanto para mí como para los demás. Ahora bien,
expone Kant, si uno quiere la mentira es por la excepción, pero no vale en tanto
universalización, porque sino entraría en contradicción. Si todos mienten, nadie creería,
razón por la cual se autodestruiría.

Hay autonomía de voluntad cuando quiero lo que la ley universal impone. La libertad es
la obediencia de la ley moral, NO el libre albedrío. Gozamos de la dignidad cuando la
obramos por deber como un FIN EN SÍ MISMO. → Me considero a mi y al resto como un
fin en sí mismo, con un valor intrínseco: su dignidad.

Reino de los fines: la conjunción sistemática de distintos seres racionales legislados por
una misma ley universal. Una comunidad en la que todos nos consideramos fines en sí
mismos
III capítulo

● La voluntad es a priori: independiente de la experiencia/ de los sensible.


● La libertad:
→ definición negativa: es la causalidad que va a permitir que uno obre
independientemente de las inclinaciones/ de las causas ajenas (no ser determinado por la
experiencia)
→ definición positiva: es la AUTONOMÍA, la propiedad de la voluntad para ser una
ley para sí misma. Seguir la ley de la razón.
PERO si la libertad es autonomía, y la autonomía es libertad, caemos en un
RAZONAMIENTO CIRCULAR.
Cómo se resuelve? → Hay 2 mundos:
● El fenoménico, de la experiencia→ regido por leyes EFICIENTES explicado
por la ley de la causalidad
● El inteligible, de las ideas, de los nouménico, de las cosas en sí (no
podremos conocer nada, sino solo pensarlo) → regido por la ley DE LA
RAZÓN

→ Tesis: Hay libertad. El hombre es libre


→ Antítesis: No hay libertad, sino sólo causalidad de tipo eficiente.

Para Kant: ambos mundos (tesis y antítesis, razón y naturaleza, libertad y necesidad) son
legítimas por igual, ya que no son contradictorias, son meros PUNTOS DE VISTA. Ambas,
naturaleza y razón han de ser pensadas como conciliadas en el mismo sujeto. Así
rompemos el pensamiento circular autonomía-libertad, ya que:
SÓLO SOMOS LIBRES EN EL PLANO DE LO NOUMÉNICO. Allí podremos obrar moralmente.
Reconocemos la autonomía
EN EL PLANO DE LO FENOMÉNICO obramos por el deber.
→ Nos reconocemos como seres finitos que poseen RAZÓN E INCLINACIONES . Ni seres
angelados, ni animales Estamos desdoblados en ambos planos:El hombre es razón e
inclinaciones.

LA LIBERTAD ES REALIZAR ALGO NUEVO EN EL MUNDO. Eso nuevo puede ser la buena
voluntad, el bien absoluto, sin contradicción.

● Cómo es posible la idea del imperativo categórico?


→ por la IDEA DE LA LIBERTAD; permite pensarme perteneciente al mundo
inteligible.
→ como también tengo inclinaciones, la autonomía de la voluntad se me impone
como un deber. la razón práctica pura.

No hay un conocimiento de la libertad, ya que no es un concepto de la experiencia.

1. ¿Qué diferencia plantea Kant entre la “metafísica de las costumbres” y las


llamadas “filosofías prácticas ‘populares”?
Los principios de la moralidad, tal como se exponen en una metafísica de las costumbres,
tienen su fundamento en la razón pura, es decir, deben ser remitidos, en última instancia,
a una dimensión a priori, esto es, por completo independiente de la experiencia. En este
sentido, ella funda una moralidad también pura, basada en principios abstractos,
universales y necesarios, que no remite, bajo ningún punto de vista, al plano empírico
para su desarrollo y justificación. De modo que la metafísica de las costumbres podría ser
denominada, sin inconvenientes, como una “filosofía práctica pura”. Por el contrario, las
“filosofías prácticas populares” creen fundar una moralidad universal o bien como
resultante de la observación y generalización de las prácticas humanas concretas o bien,
partir de principios, injustamente tomados por moralmente válidos (muchas veces
provenientes de la teología o la religión). Estas filosofías prácticas vulgares apelan a
resortes sacados de los sentimientos, las inclinaciones o conceptos centrales del orden
humano y, de modo contingente, consolidan esas nociones como fundamentos necesarios
de una moralidad injustamente planteada. En este sentido, ellas pecan de una omisión
decisiva que consiste, nada menos, que en su falta de crítica; pues, recordemos, ella es la
que ha permitido la mostración del ámbito trascendental propio del ser humano que se
pone en juego, necesariamente también, en el orden práctico al cual determinan.

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