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Guía de lectura

Teoría de la Educación Profesora: Edith


Valencia C.
Lectura 4

Los niños tiranos   

  El año pasado llegaron 259 casos como el de Daniel –nombre


ficticio–. A los ocho, comenzó a mostrar un comportamiento muy
agresivo. En varias ocasiones prendió fuego a los enseres de su
casa, y ahogó a un cachorro recién nacido en casa de unos
amigos.
Los continuas regaños de sus padres no hacen efecto o, más
bien, al contrario. Los insultos y las amenazas son constantes.
"Los odio", "Algún día me las pagarán y será pronto", escribió él
mismo, en letras mayúsculas, en la pared de su habitación.
Desencadenante: ¿hay una señal de alarma? La primera pataleta,
el insulto en voz baja, el portazo sonoro... ¡Es difícil saberlo!

Lo que hace actualmente la sociedad es decirles: “no se preocupen por nada, nadie les puede hacer daño;
nadie les va a exigir nada, sólo pasenlo bien; luego, cuando tengáis 16 años, pero fundamentalmente a partir
de los 18, ya empezaréis a rendir a la sociedad”.
Si a ello se le añade el bombardeo publicitario, que les insta a conseguir todo de forma rápida, y la
concurrencia de estimulantes externos, como las drogas o la pornografía en Internet, el cóctel resulta
explosivo.
Vicente Garrido, psicólogo criminalista y profesor titular de la Universidad de Valencia dice: este es un
problema social, de gran magnitud, que amenaza con quebrar para siempre los cimientos de la sociedad y de
la familia. Si el niño tirano crece sin que nadie le marque el más mínimo límite (por aquello de: "¡Pobrecito,
que no se traumatice!"), lo más probable es que se convierta en un despótico energúmeno, sin ninguna
libertad, ya que será un pobre esclavo de sus instintos más primitivos.

Fernando Savater dice: "Para que una familia funcione educativamente es imprescindible que alguien en ella
se resigne a ser adulto. Y me temo que este papel no puede decidirse por sorteo ni por una votación
asamblearia. El padre que no quiere figurar sino como "el mejor amigo de sus hijos" es algo parecido a un
arrugado compañero de juegos, sirve para poco; la madre, cuya única vanidad profesional es que la tomen
por hermana ligeramente mayor que su hija, tampoco vale para mucho más".
Vamos a contracorriente los que predicamos el retorno a las figuras de autoridad en la familia, que los hijos
tienen que aprender a cumplir con sus obligaciones, y que los padres desde la familia debemos fomentar las
virtudes y la adquisición de valores positivos.
Hay que abolir, de una vez por todas, la absurda creencia de que al niño no hay que negarle nada. Así pues,
no teman decir "NO" las veces que haga falta.

Cómo crear un niño tirano en pocos días:


Es muy fácil que un menor se convierta en tirano. Las líneas maestras para crear un niño tirano son las
siguientes: tiene que consentirle todo, no decirle nunca "no" a ninguna de sus demandas y doblegarse
siempre a sus caprichos.
Estas son las características de la familia de un tirano:
Padres hiperprotectores que impiden que sus hijos maduren por sí mismos.
Desde los primeros años, los padres claudican continuamente ante sus peticiones y caprichos.
Incapaces de ver al niño "sufrir", acceden a todos sus deseos.
Para no ver al niño "con ansiedad", ante la primera señal de malestar le retiran de la situación
Tienen diferencias (importantes) en el estilo educativo que practican ambos progenitores
Está uno de los progenitores en alianza con el hijo tirano y en contra del otro.
Ausencia de límites educativos y de figuras que representen mínima autoridad
Padres con miedo a mantener una actitud educativa firme por malas experiencias durante su propia
educación ("A mí me educaron a golpes y no quiero que pase lo mismo con mi hijo", argumentan) Educación
sólo en manos de los abuelos o de otras personas (por ejemplo, servicio doméstico, canguros, etc.), más
laxos en imponer disciplina.
 Consideración del niño como especial: hijo muy deseado, con dificultades para tenerlo, hijo único, hijo
adoptado, concebido por padres muy añosos, considerado como niño prodigio, con discapacidad física o
psíquica, etc.

Características del niño tirano:


Es muy caprichoso.
Sabe molestar a los demás pero no soporta que lo molesten a él.
Muestra una baja tolerancia a la frustración: no acepta los fracasos.
Es egocéntrico, egoísta, con necesidad de llamar la atención, exigiendo siempre sus derechos, pero no le
importan los de los demás
 Atemoriza a los padres mediante pataletas (si es pequeño) y amenazas de fuga y/o autolesionarse (si es
mayor).
Hace sentir culpables a los padres mediante comparaciones con otros niños y constantes quejas de no ser
querido lo suficiente ("todos lo tienen menos yo!", grita y gime cuando quiere algo)
Hijo único (en el 35% de los casos), también puede ser el hijo mayor o el pequeño cuando hay diferencia en
años con los mayores.
Varón en la mayoría de los casos: se calcula que hay una niña tirana por cada cinco niños tiranos.

Javier Urra, autor de otro libro (El pequeño dictador) y psicólogo de la Fiscalía de Menores del Tribunal
Superior de Justicia de Madrid, discrepa de las tesis de Garrido: "La herencia marca tendencia, pero lo que
cambia el ser humano es totalmente la educación, sobre todo en los primeros años, en los primeros meses y
días, incluso antes de nacer, es muy distinto si eres un hijo deseado o no, si eres un padre relajado o
agresivo". En la etnia gitana, explica, es imposible que un hijo pegue a su madre, pero en España "algunos
psicólogos y pedagogos han transmitido el criterio de que no se le puede decir no a un niño, cuando lo que le
neurotiza es no saber cuáles son sus límites, no saber lo que está bien y está mal. Ésa es la razón de que
tengamos niños caprichosos y consentidos, con una filosofía muy hedonista y nihilista".

Según Javier Urra, si tienes un niño pequeño que hace lo que quiere, que piensa que todos a su alrededor
son unos satélites, que a los dos años no ayuda a recoger los juguetes, que jamás se pone en lugar del otro,
aprende que la vida es así y la madre es una bayeta que sirve para ir detrás de él. "Si eso no se frena,
cuando tiene 16 o 17 años se desborda: exige mucho dinero y cuando un día la madre dice no, no lo tolera.
Lleva 17 años oyendo que sí a todo. ¿Cómo que no?, dice. Entonces la empuja contra la pared, le tira la
comida a la cara, la amenaza. En la fiscalía hemos recibido de enero a septiembre del año pasado 6.500
denuncias contra menores, y eso que los padres casi nunca denuncian. Denuncian los médicos o los
vecinos".

Algunas normas prácticas para reconvertir al niño tirano y educar a los hijos:
Establecer reglas claras que regulen la convivencia familiar
Explicar con razones las reglas y la disciplina sugerida
Ser coherentes en el modelo de vida a trasmitir
Autoridad parental, sin autoritarismos
Procurar gratificar, más que castigar
Mejorar la tolerancia a la frustración del hijo, animándole a conseguir autonomía.
Fomentar vínculos de respeto y cariño mutuos.
Trasmitir los valores éticos, culturales y religiosos.
Acostumbrar al niño a "pararse y pensar" antes de actuar.
Considerar las consecuencias de la conducta en los demás.
Distribuir y reafirmar el papel de cada uno de los progenitores, hermanos y demás familiares.
Para que una orden o instrucción sea eficaz dé solo una instrucción cada vez (no repetir órdenes mil veces).
Ha de especificar la conducta deseada de una manera breve y clara.

Dedicar tiempo a los hijos es la mejor inversión que pueden hacer los padres, pero eso sí: tiempo educativo,
en servicio permanente, con el nivel de exigencia que corresponda.

Fuente: http://www.solohijos.com/
ACTIVIDAD:
1. Escribe una reflexión respecto a la lectura. (No menor de diez líneas)
2. ¿Crees que la sociedad latinoamericana está en riesgo del surgimiento de este tipo de niños? ¿Porqué?
3. ¿Qué mecanismo crees podrían prever esta problemática?

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