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POR UN INDULTO A LOS PRESOS POLÍTICOS CHILENOS Y MAPUCHE

Objetivos

Se requiere visibilizar la problemática de los presos políticos, no solo respecto de quienes han
estado involucrados en la Revuelta Popular del 18 de octubre, sino que también por las
dinámicas criminizalizadoras de la protesta que ha ejercido el Estado chileno con los Pueblos
Originarios, y más específico en la historia reciente, con el Pueblo Mapuche. Desde hace
años existe una protesta social contra el orden legitimado por la Constitución ilegítima y
colonial, que ha excluido de la institucionalidad históricamente a los indígenas. Es protesta ha
tenido como única respuesta la militarización, muerte y la invocación de la ley antiterrorista,
que explica la emergencia del preso político mapuche.

La Convención Constituyente es un órgano cuyo poder es soberano, y emerge de la voluntad


expresada por conducir el quiebre social de una manera democrática. No por ello podemos
olvidar que surge producto de la deslegitimación de los poderes instituidos, las prácticas
abusivas de la política, y la violencia implícita de un modelo que impuso la economía por
sobre la vida y la dignidad.

Como tal, si bien no tiene facultades sobre esta materia, su postura y trabajo político es
crucial para llevar este proceso hacia una reconstrucción de verdad, justicia y reparación de
una sociedad maltratada ante discursos falsos de una bonanza económica que solo ha
beneficiado de una manera desproporcionada a una oligarquía política y económica. Y
cuando se han levantado las voces por avanzar, la respuesta Estatal ha sido categórica: más y
más represión. El Pueblo Mapuche es el grupo social más afectado por la invocación de la ley
antiterrorista en el país, desde el inicio de la reforma procesal penal, más del 80% de
imputados por terrorismo han sido mapuche, más del 70% de las querellas antiterrorista se
interponen en Wallmapu, sobre el 60% de los juicios antiterroristas en Chile, se verifican en
Wallmapu.

En ese contexto, urge un posicionamiento de los constituyente Mapuche y no Mapuche


conscientes, pues en la Revuelta se evidenciaron prácticas sistemáticas de criminalización,
abuso y utilización política del sistema punitivo del Estado, las que han sido históricamente
vividas por el Pueblo Mapuche, prácticas que se han visto fortalecidas en estos últimos 30
años.

Además, es urgente darle celeridad, y para ello, es necesario reconocer el poder


comunicacional y político que encierra el proyecto de Indulto del Senado que tiene a la actual
Presidenta del Senado como firmante. Con ese fin se ha elaborado esta propuesta que busca
reforzar la tramitación del Indulto a los presos políticos de la revuelta e interpelar a los
sectores políticos conscientes para respaldar una indicación parlamentaria que incluya en el
proceso de indulto a los presos políticos Mapuche. La carencia de proyectos presentados
-sólo uno respecto a los presos de la revuelta- da cuenta de la enorme resistencia que provoca
abordar temas complejos en términos jurídico-políticos por parte del Congreso. Por lo que
resulta urgente ejercer presión política, mediante la comunicación oficial a las presidencias de
ambas cámaras, sobre la necesidad de avanzar en esta materia.

El presente documento busca servir de base para la elaboración de una moción parlamentaria.
Proponemos una fundamentación política y jurídica sobre la necesidad de incluir a los presos
políticos Mapuche en el indulto que se tramita, por lo que a continuación se presenta un
resumen del actual proyecto que busca el indulto de los presos de la Revuelta: Boletín Nº
13941-17, y de otro proyecto de reforma legislativa que se tramitan en el Congreso: Boletín
Nº 13715-17-, que sin referirse al indulto o la amnistía de los presos políticos Mapuche, versa
sobre algunos derechos, especialmente intrapenitenciarios. Finalmente, se propone una
indicación para que sea presentada como moción parlamentaria por congresistas conscientes
que agreguen un inciso segundo al artículo 2° del proyecto de reforma legal que se tramita
bajo el Boletín Nº 13941-17, en el siguiente sentido:

Inclúyase como inciso segundo al artículo 2°:

“En el caso de las Regiones del Bio Bio, Araucanía, Los Lagos y Los Ríos, el plazo se
extenderá desde el año 2001 hasta el día de la presentación del proyecto de ley que da
origen a la presente norma.”
Proyecto para indicación al Boletín Nº 13941-2017

I. Introducción

La prisión política siempre implica una crítica antidemocrática al contexto en el que se


produce. Esto explica que algunos organismos internacionales de DDHH, aun cuando han
constatado la violación reiterada y generalizada de DDHH en el contexto de la Revuelta de
Octubre, eviten aplicar el concepto a los encarcelados por los delitos cometidos en la protesta
social. Sin un asidero jurídico claro, se reduce la prisión política al “preso de conciencia” por
el peso simbólico que tiene sobre un Estado afirmar que mantiene presos políticos. Por eso,
es más fácil hablar de ellos en dictadura y no en una democracia, aunque su
andamiaje-político-jurídico-económico sea el mismo del régimen dictatorial, y la protesta
social, busque precisamente transformar ese orden dictatorial que pervive en una cáscara
democrática.

Quienes en nuestro país han explicado el derecho y la democracia exclusivamente a partir del
respeto a las formas legales, consideradas como enunciados sin historia ni contexto, han
confrontado una realidad ineludible: que una Constitución que engendra y preserva un orden
injusto y antidemocrático, cambia sólo cuando una fuerza social generalizada se expresa
fuera de y contra las formas jurídicas antidemocráticas. La Convención Constitucional es
fruto de los protestantes encarcelados y desconocerlo es perpetuar el fetichismo de juristas y
políticos, que persisten en explicar lo jurídico con prescindencia de la realidad material a la
que responde; declaran la independencia e imparcialidad del Poder Judicial y la vigencia del
principio de legalidad e igualdad en el país, pero ¿quienes están presos hoy, los violadores de
DDHH o quienes propiciaron la Convención mediante la protesta? La Nueva Constitución no
puede nacer de espaldas a quienes la hicieron posible.

Cuando se habla de los presos políticos el tema se ha abordado desde un punto de vista
jurídico-teórico, donde se evalúa si una situación cuadra o no dentro de los requisitos
desarrollados por la doctrina o la jurisprudencia, o bien, se ha considerarlo como un hecho
social, porque existen sujetos que acuñan el término para definir su situación carcelaria y
actúan en tal condición (Dirk Van Zilt Smith, 1998: p. 33). Ambas situaciones, jurídicas y
sociales, se dan en el caso de los y las manifestantes de la Revuelta de Octubre del año 2019.
Sin embargo, es también una realidad que desde hace años se da en el contexto de la protesta
mapuche en Wallmapu, donde también existen mutilados, asesinados y encarcelados por
actos de una protesta social. La Constitución que pretendemos cambiar es también causa de
esa protesta, igual que casi la totalidad de las Constituciones chilenas que han declarado
como inexistentes a los Pueblos Originarios, excluyéndolos de la institucionalidad y de la
idea de Estado para legitimar la apropiación de sus territorios. La Constitución ilegítima que
pretendemos cambiar es también la Constitución Colonial, y si queremos superar esa herida
colonial, las autoridades nacionales deben asumir su cuota de responsabilidad en las causas
de la protesta chilena y Mapuche, que es lo que da sustento al proyecto de Indulto o
Amnistía, que no es sino una respuesta política ante un conflicto social cuyas causas son
políticas.

II. Fundamentos jurídicos

En Chile no existe una regulación específica en torno a la prisión política, aunque la


existencia de los delitos políticos puede desprenderse en una interpretación a contrario sensu
del actual artículo 9º inc. final de la Constitución; una norma que niega el carácter de delito
político a los delitos terroristas, que entonces era aplicada exclusivamente contra la disidencia
a la dictadura cívico-militar y que hoy se aplica preferente y recurrentemente en contra de los
Mapuche.

La Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura del año 2005 [CNPPT], que analizó
las violaciones cometidas durante la dictadura de Pinochet y los civiles, dio cuatro criterios
para considerar la existencia de prisión política. Los presos políticos apuche y de la Revuelta
cumplen al menos dos de ellos: la aplicación de leyes de excepción en la represión de los
delitos y que se trata de delitos cometidos para impulsar cambios políticos en el país (CNPPT,
2005: p. 29). A los presos de la Revuelta se les aplica generalmente la Ley de Seguridad del
Estado, a los miembros del Pueblo Mapuche la Ley Antiterrorista (LAT), cuya invocación por
parte del Ejecutivo data desde el año 2001 en el denominado Caso Lonkos. Dicha aplicación
significó para el Estado de Chile de una condena internacional por la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, entre otros por la violacion a la igualdad ante la ley, la protección
judicial y la presunción de inocencia . Más el 70% de las querellas que el gobierno ha
interpuesto por terrorismo en todo el país, tienen lugar en Wallmapu. De todos los juicios en
que el Ministerio Público ha presentado una acusación terrorista -25 casos en el país-, el 68%
han tenido lugar en Wallmapu -17 casos- y el 60% están relacionados con la protesta
mapuche -15 casos-. Bajo la reforma procesal penal se han formalizado a 147 personas por
terrorismo en Chile y 121 de ellas han sido en contexto de la protesta Mapuche, que equivale
el 82,3% .

Si se mira en el derecho comparado, la Resolución Nº 1900 del año 2012 dictada por el
Parlamento Europeo, que provee cinco criterios para determinar el carácter político de la
prisión, puede concluirse que los presos Mapuche cumplen al menos tres de ellos: la duración
del encarcelamiento es desproporcionada, la aplicación de la LAT se ejerce de forma
discriminatoria, y los procedimientos de detención y juicio son injustos y motivados
políticamente, dada la presencia de testigos sin rostro, la invocación selectiva de la LAT y la
presencia del derecho penal subterráneo que opera en Wallmapu, performado groseramente
por la Operación Huracán (Parlamento Europeo, 2012: letras c, d, e). En la doctrina también
se ha señalado que reprimir una protesta política por medio de normas de excepción, es un
claro antecedente del carácter político de la prisión impuesta a esos manifestantes, lo que se
verifica con los presos de la Revuelta de Octubre y los presos de la protesta Mapuche
(Rivera, 2018).
En consecuencia, tanto la experiencia internacional más relevante como la nacional en esta
materia, se han pronunciado por una idea amplia sobre la prisión política que comprende: (i)
personas privadas de libertad exclusivamente con base en sus ideas y/o actividad política; y,
(ii) personas en prisión por actos con conexión política o por delitos comunes, a quienes se
les persigue y/o violan sus derechos humanos por razones políticas. Las violaciones de
derechos humanos con motivación política dicen relación, preferentemente, con el derecho a
la libertad personal, integridad personal, debido proceso, protección judicial y no
discriminación.
Como ha sostenido Claudio Nash, esta visión amplia de la prisión política es concordante con
los estándares internacionales sobre las obligaciones del Estado frente a la protesta social. En
efecto, el Estado puede tomar medidas para castigar delitos cometidos en el marco de la
protesta social, pero no puede utilizar el instrumento penal con fines de control social, no
puede violar derechos humanos de los manifestantes, incluidos los violentos y, en particular,
no puede utilizar la prisión preventiva como una forma de castigo político, ya que dichas
actuaciones deslegitiman la respuesta del Estado.

III. Las iniciativas legales que existen hoy en favor de los presos políticos

En el Congreso nacional, desde el 18 de octubre de 2019, se han recibido solo dos mociones
referidas a temas relacionados con presos políticos.

● Boletín Nº 13715-17, proyecto de ley que modifica el código penal y procesal penal
en materia de reconocimiento de derechos de las personas pertenecientes a pueblos indígenas.

Ingresado el 14 de agosto de 2020 por moción de Ricardo Celis (PPD), Miguel Crispi (RD),
Carmen Hertz (PC), Marcos Ilabaca (PS), Claudia Mix (Comunes), Manuel Monsalve (PS),
Emilia Nuyado (PS), Luis Rocafull (PS), Alejandra Sepúlveda (Regionalista Verde),
Leonardo Soto (PS). Nunca ha sido puesto en tabla y actualmente está radicado en la
Comisión de Derechos Humanos y Pueblos Originarios de la Cámara, cuya presidenta es
Emilia Nuyado, quien tiene atribuciones para ponerlo en tabla.

Contenido del proyecto:


Tiene cuatro artículos, el primero, para efectos de la aplicación de la ley de conductas
terroristas, excluye como asociación ilícita terrorista a toda organización que persiguiere una
reivindicación territorial cuya legitimidad fuere reconocida por el derecho internacional.
En su artículo segundo modifica el código Penal en dos sentidos, primero, para eximir
responsabilidad penal a las autoridades ancestrales cuando, en el contexto de actividades
culturales, porten sustancias consideradas ilegales; y segundo, facultar al Tribunal para
cuando deba aplicar penas de cumplimiento efectivo, a permitir cumplir la mitad de la pena
fuera del establecimiento carcelario, fijando en la sentencia las condiciones de trabajo y
residencia que deba llevar el condenado, y el tiempo por el cual se concede este beneficio, el
que podrá suspenderse o revocarse por el Tribunal.
En su artículo tercero modifica el Código Procesal Penal en el sentido de facultar al tribunal
para que, en atención a la calidad indígena del imputado, pueda preferir las medidas
cautelares del Art 155 antes que la prisión preventiva. Y aun cuando el juez no opte por ello,
está obligado a ordenar en su resolución que se resguarden los derechos del imputado en
orden a desarrollar sus ceremonias religiosas al interior del recinto o en los espacios
culturales propios de cada pueblo, según corresponda.
En el mismo sentido, cuando se imponga una condena sobre una persona indígena, el
Tribunal deberá dar especial aplicación a lo dispuesto en el artículo 54 de Ley Indígena al
analizar las circunstancias modificatorias de la responsabilidad penal, así como las
características económicas, sociales y culturales del condenado, prefiriendo la aplicación de
penas sustitutivas a las penas privativas de libertad; y la sentencia deberá expresar
detalladamente los fundamentos del análisis de las circunstancias modificatorias de la
responsabilidad penal, así como las características económicas, sociales y culturales del
condenado, que determinen la aplicación de penas sustitutivas a las penas privativas de
libertad.

● Boletín Nº 13941-17, proyecto de ley que concede indulto general por razones
humanitarias a las personas que indica y por los delitos que señala

Con fecha 09 de diciembre del 2020 ingresa moción presentada por los senadores Latorre
(RD), Allende (PS), Muñoz (PPD) y Provoste (DC), y el señor Navarro (País Progresista). El
proyecto fue enviado a tres comisiones: la de Derechos Humanos, Constitución y Seguridad
Pública. El proyecto ya pasó por dos comisiones y está desde el 15 de junio en la comisión de
Constitución, cuyo presidente, para efectos de ponerlo en tabla, es Pedro Araya (IND, ex
DC).

Contenido del proyecto:


Consta de 8 artículos, el primero de ellos concede indulto general a todos quienes, en calidad
de autores, cómplices o encubridores, hayan incurrido o se encuentren imputados por hechos
delictivos consistentes en las figuras descritas en los artículos 121, 126, 261, 262, 268 sexies,
268 septies, 269, 391 en grado de frustrado, 474 a 481, 484, numerales 1, 6, 7 y 8 del artículo
485, 486 y 487, numerales 1, 4 y 21 del artículo 495, numerales 1 y 5 del artículo 496; y los
que queden comprendidos en las figuras del 449 ter, 449 quater y el inciso final del 450 del
Código Penal; en la ley N° 17.798, Sobre Control de Armas, y sus modificaciones; en los
artículos 416 bis, 416 ter y 417 del Código de Justicia Militar, los de la ley N° 12.927 sobre
Seguridad del Estado, sea que se encuentren o no sometidas a investigación formalizada o
desformalizada, imputadas o condenadas, y si cumplieren las condiciones establecidas en los
artículos 2º y 3º siguientes de forma copulativa. Asimismo, se concederá el indulto general
antes mencionado a los adolescentes que hayan incurrido en los delitos señalados en el inciso
anterior y se encuentren siendo investigados de conformidad a la ley N° 20.084 de
Responsabilidad Penal Adolescente.
El artículo segundo establece que serán beneficiados por el indulto quienes hayan sido
imputados o condenados por hechos que hubieran acontecido entre el 07 de octubre de 2019,
hasta el día de la presentación del proyecto de ley que da origen a la presente norma.
El artículo 3 establece que serán beneficiarios del indulto las personas imputadas o
condenadas, por hechos ocurridos en protestas, manifestaciones o movilizaciones sociales, o
con ocasión de ellas, y establece una estándar probatorio (presunción).
El artículo 4 establece que las medidas cautelares privativas o restrictivas de libertad, serán
revisadas invocando la concurrencia de los presupuestos de esta ley, y serán revocadas en
cada caso, hasta que el juez de la causa resuelva sobre la solicitud. Sin perjuicio de las reglas
generales, la resolución que revoque las medidas cautelares de conformidad al inciso anterior,
será inapelable.
En su artículo 5º se señala que será competente el tribunal que conoció de la respectiva causa.
El artículo 6º se refiere a cómo quedarían los antecedentes penales de aquellos indultados.El
artículo 7 excluye de la aplicación del indulto el inciso final del artículo 14 D de la ley N°
17.798 Sobre Control de Armas y las letras d) y e) del artículo 6º de la ley N° 12.927 de
Seguridad Interior del Estado. Y finalmente, el artículo 8 excluye a miembros de las Fuerzas
Armadas y de Orden y Seguridad Públicas, o funcionarios de cualquiera de los organismos y
poderes del Estado a la época de la comisión de los hechos.

IV. Propuesta de indicación en favor de los presos políticos mapuche

Por las razones expuestas, y ante la ausencia de una respuesta política a la situación de los
presos políticos mapuche, cuya protesta se explica también por la persistencia de una
Constitución excluyente y colonial, y la aplicación de leyes de excepción -como es la Ley
sobre conductas terroristas- a lo menos desde el año 2001, los constituyentes mapuche y no
mapuche firmantes, proponemos:

Inclúyase como inciso segundo al artículo 2°:

“En el caso de las Regiones del Bio Bio, Araucanía, Los Lagos y Los Ríos, el plazo se
extenderá desde el año 2001 hasta el día de la presentación del proyecto de ley que da
origen a la presente norma.”

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