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8.product Manager
8.product Manager
Por tanto, las funciones que realizará el product manager sobre el análisis, planificación
y desarrollo de nuevos productos, vendrán marcadas en las siguientes etapas:
LA MARCA
Es una de las variables estratégicas más importantes de una empresa ya que día a día
adquiere un mayor protagonismo. No hay que olvidar que vivimos actualmente una
etapa bajo el prisma del marketing de percepciones y por tanto resalta la marca frente
al producto. Para estar bien posicionados en la mente del consumidor y en los líderes
de opinión, la marca de nuestra compañía debe disfrutar del mayor y mejor
reconocimiento en su mercado y sector.
Cada vez los productos se parecen más entre sí y es más difícil para los consumidores
distinguir sus atributos. La marca es, además del principal identificador del producto, un
aval que lo garantiza situándolo en un plano superior, al construir una verdadera
identidad y relación emocional con los consumidores. Podríamos decir que la marca se
forma por la unión de dos factores:
La diferencia entre una y otra es que la primera se sitúa en el plano del emisor y la
segunda en el del receptor. El diseño de la identidad corporativa queda recogido en un
manual tras un proceso meditado de análisis, desarrollo y estudio del conjunto de
valores y creencias que conforman la personalidad de la empresa. Todo ello plasmado
en un logo-símbolo, es decir, en una tipografía determinada (logotipo) y en la imagen o
recursos gráficos que la acompañan (anagrama).
¿Qué se quiere transmitir? Lo primero, hay que determinar cuáles son los
valores con los que se desea que se identifique a la empresa. Para ello, hay que
analizar factores como el sector en el que actúa, la competencia, los puntos fuertes que
valoran los clientes, etc.
¿Cómo se va a transmitir? Esto implica elegir el nombre y los símbolos que
acompañarán a la marca. Teniendo en cuenta que ésta representará a la empresa a lo
largo de su vida, su atractivo deberá perdurar a lo largo del tiempo.
Por lo que se refiere a la imagen de marca, es el valor que percibe el mercado de ella y
se forma como resultado acumulativo de todos los mensajes que emite la empresa.
Para conseguir un buen posicionamiento y una imagen positiva es fundamental que
todos los mensajes emitidos a través de la empresa y sus productos estén controlados,
sean coherentes entre sí, y comuniquen una idea de empresa previamente formulada
en función de sus objetivos estratégicos.
Para construir una marca poderosa, no sólo hay que tener un buen producto y
capacidad creativa, sino que habrá que:
Este fenómeno del consumo y del distribuidor inició su andadura en los años 80 con la
denominación de marca blanca, pero es actualmente cuando ha adquirido un gran
protagonismo, acentuado por el fenómeno de Mercadona y sus marcas Hacendado y
Delyplus. La evolución positiva de las marcas de distribución es una de las claves de la
competencia vertical entre fabricantes y grandes superficies, ya que comercializado el
producto con el nombre del establecimiento, ofrece por lo general una relación calidad-
precio altamente competitiva.
POLÍTICA DE PRECIOS
El precio es una variable del marketing que viene a sintetizar, en gran número de
casos, la política comercial de la empresa. Por un lado, tenemos las necesidades del
mercado, fijadas en un producto, con unos atributos determinados; por otro, tenemos el
proceso de producción, con los consiguientes costes y objetivos de rentabilidad fijados.
Por eso deberá ser la empresa la encargada, en principio, de fijar el precio que
considere más adecuado.
Por tanto, podemos definir el precio como la estimación cuantitativa que se efectúa
sobre un producto y que, traducido a unidades monetarias, expresa la aceptación o no
del consumidor hacia el conjunto de atributos de dicho producto, atendiendo a la
capacidad para satisfacer necesidades.
• Costes. • Mercados.
• Cantidad. • Tipos de clientes.
• Precios. • Zonas geográficas.
• Beneficios fijados. • Canales de distribución.
• Medios de producción. • Promoción.
Por tanto, una política de precios racional debe ceñirse a las diferentes circunstancias
del momento, sin considerar únicamente el sistema de cálculo utilizado, combinada con
las áreas de beneficio indicadas. Para una más fácil comprensión indicaremos que
estas áreas quedan dentro de un contexto de fuerzas resumidas en:
Objetivos de la empresa.
Costes.
Elasticidad de la demanda.
Valor del producto ante los clientes.
La competencia.
Objetivos de la empresa
Costes
Elasticidad de la demanda
Competencia
Las empresas, además de considerar otros factores, establecen sus precios en función
de las acciones o reacciones de la competencia. Temas como el alza o baja de precios
alcanzan su importancia estratégica en función de las posibles reacciones de los
competidores y productos sustitutivos y de la elasticidad de la demanda. Se puede
señalar, por tanto, que los factores de fijación de precios pueden clasificarse de la
siguiente forma:
Factores internos:
– Costes de fabricación más costes.
Factores externos:
– Elasticidad demanda/precio.
– Competencia.
El punto muerto es, pues, aquella cantidad de ingresos que genera un margen de
contribución (porcentaje sobre ventas) igual a la cuantía de costes fijos. Por encima de
dicha cantidad se obtienen unos ingresos que, una vez absorbidos los costes fijos,
proporcionan beneficios y por debajo de la misma proporcionan pérdidas.
Beneficio = B
Ingresos totales = It
Precio unitario = p
Unidades vendidas = q
Costes totales = Ct
Teniendo presente que en el punto muerto el beneficio es nulo, es decir, los ingresos
totales son iguales a los costes totales.
It = Ct ; q x p = CF + CVU x q
q (p – CVU) = CF
CF Costes fijos
Punto muerto, en cantidad = =
p - CVU Contribución unitaria
CF
Punto muerto, en euros =
Margen de contribución
Contribución unitaria
Margen de contribución =
Precio unitario
EJEMPLO 1
La gran utilización de este procedimiento se debe a que resulta muy fácil de aplicar, al
conocerse mejor los costes que la demanda, y a que su uso por parte de todas las
empresas del sector lleva a ofrecer precios similares, evitando situaciones de
competencia en los precios.
Beneficios B
r= =
Capital invertido K
El beneficio viene dado por la diferencia entre ingresos totales (PQ) y el coste total, es
decir, el coste variable (Cv*Q) más el coste fijo (Cf), donde Cv* es el coste variable
medio o unitario, y Q el volumen de producción o ventas: Por tanto:
B = PQ – Cv* Q – Cf
PQ – Cv* Q – Cf
r=
K
Obteniendo el precio:
Cf + K x r
P= = + Cv*
Q
Cf + K x r
Margen unitario = P – Cv* =
Q
El margen calculado para un nivel Q de ventas estimado recuperará los costes fijos y el
beneficio deseado, tal como se refleja en la siguiente figura:
EJEMPLO 2
Una empresa que tiene unos costes fijos de 25.000 euros, unos costes variables de
500 euros y quiere obtener una rentabilidad del 20 por 100 para un capital invertido de
500.000 euros. Si estima sus ventas anuales en 2.000 unidades de producto, puede
calcular el margen de la siguiente forma:
Cf + K x r
Margen =
Q
ESTRATEGIA DE PRECIOS
Hace unos años, los empresarios eludían la utilización de los precios como
instrumentos para ampliar su cuota de mercado, por una serie de razones, entre las
que destacaban: el ser acciones inmediatamente detectadas por la competencia, con lo
que la respuesta era inmediata; y el que en los casos de descenso generalizado de los
precios se restablecía el equilibrio con un menor beneficio para todos los competidores,
salvo cuando la demanda era muy elástica, como suele suceder muchas veces, en las
que los hombres de marketing crean la necesidad de un mercado que, de otra forma,
sería difícil de motivar. El precio mantiene un fuerte protagonismo en las diferentes
estrategias de marketing, lo que obliga a la mayoría de las compañías a entrar en un
juego que intentan evitar por todos los medios.
La empresa decide su precio sin conocer a los competidores y sin conocer si obtendrá
el contrato. Presumiblemente, cuanto menor sea su precio más fácil será obtenerlo. En
función de su experiencia puede establecer una posibilidad de éxito asociada a cada
precio, P (P), con lo que al conocer la diferencia entre ingresos y costes puede calcular
su beneficio esperado:
Los costes pueden ser calculados dadas las circunstancias del contrato y los ingresos o
bien será igual al precio ofertado (en caso de un producto), o puede ser obtenido a
través de él (en caso de múltiples unidades de un mismo producto). La dificultad mayor
en el modelo estriba en calcular la distribución de probabilidad de la obtención del
contrato. Para ello pueden utilizarse los datos de experiencias anteriores, o bien acudir
a estimaciones subjetivas de probabilidad.
EJEMPLO 3
Una empresa que concursa para la realización de un edificio y que estima, basándose
en las empresas competidoras del sector, la probabilidad de alcanzar el contrato.
Precio concurso Probabilidad de obtener Coste estimado Beneficio esperado
80 0,98 90 – 9,80
81 0,96 90 – 8,64
82 0,90 90 – 7,20
83 0,85 90 – 5,95
90 0,60 90 0,00
91 0,30 90 0,30
92 0,10 90 0,20
93 0,05 90 0,15
Por tanto, optaría por concursar con una oferta de 91.000.000 de euros y con unas
expectativas de beneficio que podemos estimar en 300.000 euros. A veces, se ha
ofertado y ganado un concurso a la baja; significa que aun perdiendo dinero ha
interesado, por diversos factores, introducirse o continuar en la empresa.
Por lo que respecta a la fijación de precios para una línea de productos, hay que
considerar los posibles efectos de los costes de producción conjunta, en la medida en
que un cambio en el nivel de producción de uno de ellos pudiera afectar a los restantes
componentes de la línea. Por otra parte, la demanda puede estar interrelacionada y las
ventas de un producto incrementarse a costa de algún otro producto de la misma
empresa. Por último, cada producto de la línea ocupará posiciones diferentes en un
segmento de mercado, lo que dará una característica especial a su precio. Por ejemplo,
dentro de una línea de automóviles, podría ocurrir que sólo hubiera un vehículo familiar
con potencia intermedia, lo que le daría un poder considerable dentro de su segmento
de mercado.
En realidad, el problema se resuelve estableciendo los precios proporcionalmente a los
costes de producción de cada uno de ellos. Desde un punto de vista teórico, los precios
de toda la línea de productos deben determinarse simultáneamente mediante un
modelo general de optimización que considere no sólo las elasticidades de precios,
sino también las elasticidades cruzadas entre cada uno.
Estos modelos anteriores no son aplicables cuando se fijan los precios de un producto
nuevo. Para éstos existe menos información que en los casos anteriores y la
determinación del precio no se hace mediante consideraciones de beneficio a corto
plazo, sino de acuerdo con su explotación a lo largo del ciclo de vida.
Supongamos que el bien es normal; es decir, una curva de demanda con pendiente
negativa, y que por lo tanto, al incrementar el precio, disminuye la cantidad
demandada.
Una elasticidad de precio igual a uno significa que las ventas suben (o bajan) en el
mismo porcentaje que el precio baja (o sube). En este caso el ingreso total no se verá
afectado.
Una elasticidad superior a uno significa que las ventas (x) suben (o bajan) en mayor
proporción de lo que el precio baja (o sube). En este caso los ingresos totales suben.
Una elasticidad inferior a uno significa que las ventas suben (o bajan) en menor
proporción al porcentaje en que el recibo baja (o sube). En este caso los ingresos
totales disminuyen. Por tanto, para saber el resultado o los efectos de una variación del
precio es muy importante conocer la elasticidad.
1. Que cuando una empresa baje el precio, las demás lo bajen también.
2. Que cuando una empresa suba el precio, las demás no lo suban.
Al variar la empresa el precio de un bien, debe tener en cuenta estudiar los posibles
efectos de esa variación sobre la demanda de los otros productos de la empresa.
En un mercado de oferta y demanda, donde el precio juega una gran baza a la hora de
comercializar el producto, el empresario y el profesional de marketing tendrán que
responder a una serie de interrogantes antes de realizar cambios en el valor dado al
producto:
¿Los precios fijados nos permiten alcanzar los objetivos marcados para este
año?
¿Debemos revisar la política de descuentos antes de tocar el precio?
¿Qué reacción tendrá la competencia frente a nuestros nuevos precios?
¿Elaboramos otro envase con diferente capacidad para no variar el precio?
¿Cómo será aceptada por el canal de distribución la nueva tarifa?
¿Reducimos la financiación de nuestros productos antes de cambiar los precios?
¿El precio fijado es coherente con el resto de la gama y el posicionamiento que
queremos darle?
¿Nos permitirá posteriormente el precio marcado una flexibilidad comercial?