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Construcción de gobernabilidad

democrática en América Latina

Jorge l. Domínguez
Michael Shifter
Editores

FONDO DE CULTURA ECONÓMICA


COLOMBIA
Primera edición en español: Fondo de Cultura Económica, 2005

Construcción de gobernabilidad democrática en América Latina 1 traducción


Dora Jaramillo.- Editores Jorge I. Domínguez y Michael
Shifter.- Bogotá: Fondo de Cultura Económica, 2005.
528 p.; 24 cm.- (Tierra firme. Serie continente americano)
Título original en inglés: Constructing democratic governance Contenido
in Latin' Ar,nerica, second edition.
l. Derriocracíá- América Latina 2. América Latina- Política
y gobierno- 1980,3. Opinión pública- América Latina l. Domínguez,
jorge!., !945- · , ed. !!. Shifter, Michael, ed. Il!. )aramillo, Dora, tC:
IV: Tít. V: Serie.
320.98 cd !9 ed.
A)B9727

Prefacio 1 ix
Colaboradores 1 xiii
Acrónimos y abreviaturas 1 xvii

PARTE I INTRODUCCIÓN

Moderación de las expectativas de la democracia 1 3


Michael Shifter

PARTE II TEMAS y ASUNTOS

© The )ohns Hopkins University Press, !996, 2003 2 Presidencialismo e instituciones representativas 1 11
© Traducción de Dora Jaramillo
John M. Carey
© Fondo de Cultura Económica
Carretera Picacho-Ajusco 227; 14200 México D.E 3 Cuestiones militares en América Latina 147
Ediciones Fondo de Cultura Económica, Ltda. Rut Diamint
Carrera 16 # So-18; Bogotá, Colombia
4 Reformas de mercado 1 82
Diagramación: Vicky Mora Javier Corrales
Diseño de cubierta: Nacho Martínez
5 Los trabajadores en América Latina 1 111
M. Victoria Murillo
Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier 6 Mujer y democracia 1 13 2
medio, inventado o por inventarse, inc.luido el diseño tipográfico y Mala N. Htun
de cubierta, sin la autorización por escrito de la Editorial.
7 La opinión pública 1 153
Impreso en Colombia- Printed in Colombia Marta Lagos
www.fondodeculturaeconomica.com • www.fce.com.co
' 1

15
Construcción de gobernabilidad
democrática en América Latina.
Una evaluación de la década de 1990
Jorge l. Domínguez

La práctica de la gobernabilidad democrática mejoró en la mayoría de los


países latinoamericanos durante la segunda mitad de la década de 1990, en
comparación con las circunstancias que prevalecían durante la primera
mitad de esa década (analizadas en la primera edición de este libro) 1• Los
gobiernos constitucionales sobrevivieron; muchos de ellos se fortalecieron. ·
Todos los golpes militares, menos uno, fallaron. Los partidos políticos se
hicieron más confiables y responsables en la mayoría de los países. Los cam-
bios en la sociedad resultaron en nuevas funciones para los sindicatos y
para la mujer en la política y en la fuerza laboral. Cada vez se emplearon
más las leyes aprobadas por el Congreso que los decretos presidenciales
para ejecutar las principales reformas económicas y en otras políticas. Va-
rias cortes supremas mostraron una mayor independencia y firmeza. En
2ooo, un candidato de la oposición fue elegido presidente de México por
primera vez desde la revolución de ese país a principios del siglo xx y Al-
berto Fujimori fue obligado a renunciar como presidente de Perú, pues su
tercera reelección consecutiva estuvo manchada por fraude electoral, com-
pra de votos y un abuso rampante del poder. ·
No obstante, este progreso fue sumamente disparejo entre un país y
otro. Los retrocesos en la gobernabilidad democrática a finales de la década
de 1990 fueron pronunciados en la región andina. Especialmente preocu-
pante fue el deterioro del gobierno constitucional· en Colombia y Venezuela,
dos de las democracias más antiguas de América Latina, así como el abuso
388/ Jorge I. Domínguez Una evaluación de la década d_e 1990/389

del poder presidencial de Alberto Fujimori en Perú y la fragilidad e inestabi- de r 990 acerca de la trayectoria política de la región para el resto de la década;
lidad del régimen democrático en Ecuador (donde en 2000 se llevó a cabo el esas expectativas fueron comprensiblemente infladas pero también irra-
único golpe exitoso contra un presidente elegido libremente en un periodo cionales, dados el contexto y las circunstancias de la región.
de veinte años). El desastroso comportamiento económico afectó la estabi-
La supervivencia del gobierno constitucional:
lidad politica de Argentina en 2002. La calidad mejorada de la gobernabi-
intentos de golpe y enjuiciamientos
lidad constitucional no alcanzó los estándares aceptables de desempeño de-
mocrático en muchos países al terminar la década de 1990. Por ejemplo, a En la década de 1990, el gobierno constitucional perduró en todo el mundo
mediados de esa década, Guatemala finalmente superó decenios de una aun cuando su desempeño dejó mucho que desear. Las Fuerzas Armadas no
brutal guerra civil, un logro importante, pero las Fuerzas Armadas del derrocaron a ningún gobierno constitucional en la antigua Europa comunis-
país permanecen débilmente subordinadas a las autoridades civiles, los par- ta. La frecuencia de los golpes militares contra los gobiernos constitucionales
tidos son inestables y su organización deficiente, y el imperio de la ley toda- también decayó en el Sudeste Asiático; las Fuerzas Armadas no derrocaron a
vía no ampara a amplios segmentos de la población indígena. Aún más, las ningún gobierno constitucional en el Este o el Sudeste Asiático, aun en me-
condiciones que afectan la vida diaria de la mayoría de los ciudadanos en dio o después de la crisis financiera de r 997 en toda la subregión. En América
cási todos los países latinoamericanos han mejorado muy poco desde la Latina, sólo un presidente civil elegido constitucionalmente fue derrocado
primera basta la segunda mitad de la década de r 990. por las Fuerzas Armadas (Jamil Mahuad de Ecuador, en enero de zooo).
Por lo tanto, la mayoría de los ciudadanos latinoamericanos considera- Aun en este caso, la presión nacional e internacional obligó a los conspirado-
ron sumatnente insatisfactorio el gobierno constitucional, como se eviden- res militares a entregar el poder pronto al vicepresidente constitucionalmen-
cia en muchas encuestas de opinión pública2 . En términos más generales, te elegido y al Congreso. A pesar de las repercusiones en toda la región del
el funcionamiento interno del gobierno constitucional continuó fallando pánico financiero de México entre 1994 y 1995, y del pánico financiero de
en muchos países donde los presidentes todavía trataban de dominar a los Brasil de enero de 1999, o del prolongado declive económico que comenzó
parlamentos. El imperio de la ley se mantuvo precario dondequiera que la en Argentina a finales de la década de 1990, las Fuerzas Armadas no derro-
aplicación de ésta era impredecible, con algunas variaciones en el tiempo y caron a ningún otro presidente civil latinoamericano. En décadas pasadas,
en cada caso. Las cortes también permanecieron lentas y a veces no son estos desastres económicos hubieran tumbado a varios gobiernos3•
profesionales. La corrupcióh siguió siendo la plaga de gran parte de la re- La frecuencia de los golpes militares dirigidos por la Presidencia contra ei
gión; en muchos casos las reformas al mercado carecieron de transparen- Congreso disminuyó en América Latina. En 1992, el presidente peruano
cia. Los retos para la construcción <;le ura gobernabilidad democrática efec- Alberto Fujimori obtuvo el apoyo militar para cerrar el Congreso y purgar a
tiva persistieron, por lo tanto, al iniciarse el siglo xxr. las cortes de sus enemigos. En mayo de 1993, el presidente de Guatemala,
En este capítulo, sin embargo, sostendré que el efecto neto de los patro- Jorge Serrano, intentó sin éxito un golpe militar. Ningún atentado de este
nes de la década de 1990 fue el fortalecer el desempeño y las perspectivas de tipo se presentó en la región durante la segunda mitad de la década de 1990.
gobernabilidad democrática en la mayoría de los países latinoamericanos. La frecuencia de intentos fallidos de golpe parece haber disminuido
Distingo entre niveles y tendencias. El nivel de gobernabilidad democráti- durante la década de 1990, aunque quizás no todos estos intentos se hayan
ca en muchos respectos, aunque no en todos, se mantiene bajo, no sólo en la hecho públicos. En la primera mitad de esa década, se intentaron o se pla-
región andina sino también en muchas otras partes de América Latina. Las nearon extensamente golpes contra las autoridades civiles elegidas en Ar-
tendencias hacia una mejor gobernabilidad democrática son más esperan- gentina, El Salvador, Paraguay (r989) y Venezuela. Todos fallaron. En la
zadoras a lo largo de la región, con excepción de algunos países andinos y segunda mitad, por el contrario, sólo Paraguay presenció intentos repeti-
de Nicaragua, Paraguay y Cuba,;Al argumentar que la tendencia es positi- dos de golpe (1996, 1999, 2000), aunque fallidos. En Perú hubo dos intentos
va, comparo los países latinoamericanos con su propia historia, no con un fallidos de golpe asociados con el desmoronamiento del régimen corrupto
conjunto de categorías idealizadas. Tampoco estoy comparando el desem- de Alberto Fujimori a finales de 2000. El antiguo jefe del servicio de inteli-
peño de las democracias latinoamericanas con las expectativas esperanza- gencia, Vladimiro Montesinos, trató detanzar un golpe en septiembre de
doras que muchos ciudadanos y analistas tenían a comienzos de la década 2000 cuando el presidente Fujimori lo despidió, pero la cúpula militar se
3901 Jorge l. Domínguez Una evaluación de la década de 1990l391
1
negó a apoyarlo. En octubre de 2000, dos oficiales de mandos medios del presidente. Además, las Fuerzas Armadas todavía intervienen en la políti-
ejército, los hermanos Ollanta y Antauro Humala, iniciaron una breve re- ca cotidiana de varios países latinoamericanos. La persistente violencia de
belión en un área remota de Perú para presionar la renuncia de Fujimori. narcotraficantes, guerrillas y paramilitares arruina a Colombia, como lo
En abril de 2002, un intento de golpe militar en Venezuela falló. muestra Fernando Cepeda en su capítulo, por lo cual necesariamente se
Los golpes no son las únicas amenazas a la supervivencia del gobierno asignó a las Fuerzas Armadas un papel político muy destacado (no obstan-
constitucional. Los graves conflictos entre el presidente y el Congreso, como te, las Fuerzas permanecen subordinadas a las autoridades civiles). El capí-
lo muestra el capítulo de John Carey, también plantean serios retos, aun si tulo de Diamint muestra que los gastos militares aumentaron en Colom-· ·
los procedimientos constitucionales de enjuiciamiento y destitución del bia, lo cual no sorprende, Ecuador y Paraguay desde mediados de la década
presidente son seguidos al pie de la letra. Las acusaciones han ocurrido por de 1980 hasta finales de la de 1990.
razones muy diferentes. En la primera mitad de la década de 1990, los presi- Perú siguió enfrentando a los restos de los grupos terroristas que, a prin-
dentes Fernando Collar de Mello (Brasil) y Carlos Andrés Pérez (Venezuela) cipios de la década de 1990, habían amenazado con agobiar a las debilitadas
fueron destituidos de sus cargos por medio de procesos constitucionales. El instituciones nacionales. A finales de la década de 1990, esta violencia política
Congreso de Guatemala destituyó al presidente Serrano después de su fa- se había convertido en una tarea que la policía podía manejar pero, como lo
llido golpe contra el Congreso, pero el Congreso también se disolvió a sí muestra en su capítulo Carlos Iván Degregori;Ias Fuerzas Armadas mantu-
mismo y convocó a elecciones. En la segunda mitad de la década de 1990, el vieron una fuerza política significativa hasta el final de la presidencia de Al-
Congreso acusó y destituyó al presidente Abdalá Bucaram (Ecuador), acu- berto Fujimori a finales de 2000. Chile es un modelo de progreso en varias
sándolo de enfermedad mental, y al presidente Raúl Cubas (Paraguay), dimensiones de la política, la economía y la sociedad al ingresar al siglo XXI
acusándolo de violar la Constitución y de complicidad en asesinato. El pero, como lo demuestra Felipe Agüero, hay prerrogativas militares muy·
Congreso peruano insistió en.no aceptar la renuncia del presidente Fuji- altas arraigadas en la Constitución chilena, muchos años después de la tran- '
mori a finales de 2000 con el fin de enjuiciarlo y destituirlo, un argumento sición de la dictadura del general Pinochet al gobierno constitucional. Las
discutible aunque simbólico; el Congreso peruano también se disolvió a sí Fuerzas Armadas chilenas mantienen un presupuesto discrecional y privile-
mismo y convocó a elecciones. Aunque el número real de enjuiciamientos gios políticos de corte autoritario garantizados por la Constitución, que en
y destituciones presidenciales fue el mismo durante toda la década de 1990, cualquier otro sistema político democratico se considerarían "inconstitucio-
la frecuencia de la actividad en acusaciones aumentó algo en esos diez años. nales". Han ocurrido actos repetidos de indisciplina militar coordinada, en
También hubo intentos serios, aunque finalmente fallidos, de enjuiciar y especial en la primera mitad de la década de 1990) No obstante, entre 1999 y.
destituir al presidente Ernesto Samper en Colombia y a Amoldo Alemán 2000 las Fuerzas Armadas chilenas participaron voluntariamente en diálo-
en Nicaragua a finales de la década. Había una causa probable para la des- gos con los civiles acerca de las violaciones a los derechos humanos cometidas
titución de los presidentes en todos estos casos, pero los más dudosos desde en las décadas de 1970 y 1980 y ofrecieron más información sobre algunos de
el punto de vista constitucional fueron la destitución de Pérez y la de los "desaparecidos"4. En Venezuela, el fallido golpista Hugo Chávez fue ele-
Bucaram. gido presidente en 1998. Chávez nombró a oficiales militares en cargos hasta
entonces ocupados por civiles y aumentó el presupuesto militar de manera
El problema de la supremacía civil deliberada y entusiasta, como lo explican Michael Coppedge y Diamint en
Las Américas todavía no pueden respirar tranquilas, sin embargo. La ten- sus capítulos, a veces a pesar de la renuencia de los oficiales militares profe-
dencia hacia la supremacía civil sobre las Fuerzas Armadas es positiva, pero sionales a asumir papeles por fuera del ámbito estrictamente militar.
el nivel de desempeño en el ejercicio efectivo de dicho control sigue siendo En contraste, el control civil institucionalizado sobre los militares llegó
bajo en la mayoría de los países latinoamericanos, como lo revela clara- más lejos en Argentina y Uruguay. A finales de la década de 1990, el presi-
mente Rut Diamint en su ~pítulo. El gobierno constitucional no estará dente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, también hizo progresos en
seguro hasta que la supremacía civil deje de ser cuestionada. El gobierno esta dirección. En los países centroamericanos, como lo anota Diamint, la
constitucional sigue en peligro en Ecuador, Paraguay y Venezuela, donde reducción de las Fuerzas Armadas como resultado de varias transiciones a
ha habido intentos de golpe (uno exitoso, en Ecuador) y enjuiciamientos al gobierno civil y el final de las guerras civiles en general no estuvo acampa-
Una evaluación de la década de 1990 l393
3921 Jorge l. Domínguez

ñada por el surgimiento de un control civil efectivo sobre los militares. El también apoya este argumento. A pesar de la incertidumbre política y del
,¡_....-nivel de desempeño permanece bajo. vacío de poder, en Perú no se pidió ningún gol pe militar cuando el régi-
_" ___ _'Además, el aumento en la crímínalí-

dad contribuyó enormemente a la inseguridad ciudadana. No obstante, la men de Fujimori se desenmarañaba a finales de 2ooo; así que los intentos
tendencia hacia una desmilitarización importante en Centroamérica es un de golpe fracasaron.
sorprendente logro para una región que durante tanto tiempo ha simboli- No obstante, la regularidad mundial en la disminución de la frecuencia
zado las tiranías militares y que ha sido arruinada por la guerra civil desde de golpes de Estado sugiere que los factores internacionales constituyen
el decenio de 1960 hasta principios del decenio de 19905• una tercera explicación. El final de la Guerra Fría privó a los posibles gol-
pistas de razones anticomunistas de "seguridad nacional" y del apoyo de
Explicación de los patrones de relación cívico-militar Estados Unidos a esos posibles golpes; en cambio, aumentó la probabilidad
rlDos patrones necesitan explicación. ¿Por qué la tendencia hacia menos
golpesi_\En la primera edición de este libro, Domínguez y Gíraldo identifi-
de que este país apoyara los gobiernos democráticos. La Unión Europea
también se interesó en la consolidación del gobierno constitucional en .
..... _,
caron dos factores para explicar la disminución en la frecuencia de los gol- Europa Oriental. Argentina, Brasil y Estados U nidos ayudaron a que los
pes6 Por un lado, la propensión a intentos de golpe militar y la frecuencia intentos de golpe en Paraguay fracasaran. La OEA, con el apoyo de Estados
de éstos parecen estar relacionadas con el nivel de profesionalismo de las Unidos y de la mayoría de sus países miembro, ha ayudado a frustrar algu-
Fuerzas Armadas: cuanto más bajo nivel de profesionalismo (como en Ecua- nos intentos de golpe militar desde la adopción de nuevas políticas (la De-
dor y Paraguay, por ejemplo), mayor probabilidad de intentos de golpe. Este claración roSo de Santiago) en 1991. En general, los esfuerzos de varios
patrón se aparta de la tendencia predominante en los países latinoamerica- gobiernos, grupos de gobiernos y ONG fortalecieron la eficacia de las nor-
nos a finales de la década de 1960 y a comienzos de la de 1970, cuando a mas democráticas internacionales, con efectos saludables también para
mayor profesionalismo de los militares, más probabilidades y éxitos de los América Latina.
intentos de golpe 7 . ¿Qué explica la inversión de este patrón? A pesar de su El nivel de influencia militar en !a política, el segundo patrón a explicar,·
profesionalismo, los militares en su mayoría gobiernan mal, con frecuencia no se relaciona, sin embargo, con los factores arriba mencionados. Dos ele-
dañan las instituciones militares en el proceso. Como resultado, la mayoría mentos citados para las tendencias hacia menos golpes (la reducción de la
parece haber sido vacunada contra intentos de golpe. La "oferta" de golpes demanda y factores internacionales) tienen efectos convergentes y unifor-
disminuyó. Sólo el tiempo dirá si el efecto de estas vacunas durará para mes en todos los países. Explican la ausencia de variación: prácticamente no
siempre. hay golpes contra gobiernos constitucionales. Pero en consecuencia, no pue-
La "demanda" de golpes también cayó. Con la excepción del Chile del den explicar las diferencias y la variación en el nivel de la influencia militar.
general Augusto Pínochet y, gracias al auge petrolero, del gobierno militar Tampoco los factores del lado de la oferta (el nivel relativo de profesiona-
ecuatoriano de la década de 1970, ningún régimen autoritario en el poder lismo militar) explican la influencia relativa de las Fuerzas Armadas en las
durante el "momento" democratizante (1979-1990) manejó bien la econo- políticas democráticas de un país (tabla 15.1). Las Fuerzas Armadas de Ar-
mía; ejercieron el poder en deterioro del nivel de vida. Todos los regímenes gentina, Brasil y Chile están entre las más profesionales de América Lati-
autoritarios reprimieron las libertades públicas y a las personas; algunos na, con niveles muy similares. En los tres países, la tendencia ha sido en direc-
cometieron actos de horripilante crueldad. La demanda de golpes de Esta- ción de un mayor control civil sobre los militares, pero aún existe una amplia
¡_ do también se redujo gracias a la evidente fuerza de los partidos de dere- variación en la extensión de las prerrogativas?. Las prerrogativas militares de
•··¿ha; muchas elites empresariales dejaron de confiar en los golpes militares las Fuerzas Armadas en Chile son muy altas, las de Brasil, medianas y las de
para hacer progresar sus objetivos porque ahora tienen una influencia dí- Argentina, bajas. Niveles más bajos y bastante similares de profesionalismo
recta sobre el gobierno civil. Por ejemplo, los partidos de centro-derecha y militar prevalecen en Colombia, México y Perú, donde las Fuerzas Armadas
de derecha, solos o en coalición, consisten temen te ganaron elecciones mu- han sido arrastradas a operaciones antinarcóticos y se han vuelto vulnerables
cho más libres en Brasil desde la transición del gobierno militar en 1985 y a la corrupción. Pero las prerrogativas militares han sido muy altas en Perú,
en El Salvador, Guatemala y Nicaragua desde el fin de sus respectivas gue- medianas en Colombia y mucho más bajas en México 10 El profesionalismo y
rras civiles en 1992 y 1996, respectívamenté. El fin del régimen Fujimori la influencia militar parecen no estar correlacionados.
394/ Jorge I. Domínguez Una evaluación de la década de 19901395

Tabla 15.1 Grado de profesionalismo militar y de influencia a esas demandas. Los partidos políticos son esenciales para la organización
política en la década de 1990
de la vida parlamentaria, tanto en el respaldo como en la oposición a la
Grado de profesionalismo militar rama ejecutiva. La negociación entre ellos sirve para reducir la intensidad
Grado de Alto Bajo
de conflictos agudos y puede crear espacios políticos no partidistas que per-
influencia Alto Chile Perú mitan a instituciones "neutrales", como las cortes, funcionar con mayor
política de Medio Brasil Colombia eficiencia.
los militares Bajo Argentina México
Hace casi medio siglo, Anthony Downs identificó dos características
que todos los partidos políticos en cualquier país requieren para poder ga-
Diamint insiste de manera acertada en que la clave para explicar el ni- nar las elecciones. Se podría sostener que los partidos políticos también
vel de influencia militar es el nivel relativo de institucionalización de la deben tener estas cualidades con el fin de promover la consolidación de la
subordinación militar a la autoridad civil.'; En algunos países, los políticos democracia. "Un partido es confiable", afirma Downs, "si sus declaracio-
~iviles no han logrado invertir su capital p;Íftico para institucionalizar el con- nes de políticas al inicio de un periodo electoral-incluidos los de su campa-
trol civil, en parte porque parecen satisfechos siempre y cuando los militares ña de preelección- pueden ser utilizados para hacer predicciones precisas
no amenacen con un golpe y en parte porque creen que tienen prioridades de su comportamiento". Además, un "partido es responsable si sus políti-
más apremiantes para gobernar. La variable demanda civil efectiva por una cas en un periodo son consistentes con sus acciones (o declaraciones) en el
subordinación militar explica los niveles variables de influencia militar. Donde periodo anterior, es decir, si no repudia sus anteriores opiniones al formu-
las autoridades civiles han demandado subordinación militar y tienen el po- lar su nuevo programa" 12 • Según estas normas, muchos políticos y partidos
der para hacerla cumplir (Argentina, México), lo han logrado. latinoamericanos eran poco confiables e irresponsables a finales de la década
En resumen, los militares no han derrocado gobiernos constitucionales de 1980 y principios de la de 1990. A finales de esta última, por el contrario,
como lo hacían antes. La frecuencia de intentos de golpe disminuyó a pesar los candidatos presidenciales ganadores en la mayoría de los países latinoa-
de nuevas crisis económicas que desataron golpes en el pasado. Pero sigue mericanos estaban menos inclinados a anunciar políticas que contradije-
siendo una tarea ardua el garantizar que el gobierno constitucional perdu- ran rotundamente las promesas de campaña, y los partidos sucesivos en la
re, no sólo nominal, sino efectivamente, y eso requiere un control civil ins- misma administración por lo general continuaban con políticas similares 13
titucionalizado y más capaz sobre las Fuerzas Armadas del que han logra- Los electores llegaron a confiar en la reputación del partido y del político
do los gobiernos latinoamericanos, con pocas excepciones!. El control civil para obtener información importante para votar.
requiere pasos sistemáticos y recurrentes de las autoridades civiles para Como lo ha demostrado hábilmente Susan Stokes, a finales de la déca-
implantar la supremacía civil sobre las Fuerzas Armadas e igualmente pa- da de 1980 y a principios de la de 1990 existía una brecha descomunal entre
sos sistemáticos y recurrentes de debida obediencia de los oficiales milita- las promesas presidenciales de un candidato en su campaña y sus políticas
res a los funcionarios civiles constitucionales 11 El profundizar el gobierno como presidente 14 . Obviamente, siempre hay brechas entre las promesas·
constitucional necesariamente requiere de tiempo y de su uso efectivo para de campaña y la posterior puesta en marcha de las políticas. Stokes acierta
estos propósitos. Pero la mayoría de los gobiernos latinoamericanos no han al llamar la atención sobre la considerable desviación, no sólo de detalles de
logrado instituir procesos para fortalecer el control civil, incluso una o dos las políticas, sino también de toda la orientación general prometida por un
décadas después de la transición de la dictadura. El nivel de control civil, nuevo gobierno. Los partidos no son confiables, hubiera concluido Downs.
en resumen, permanece débil, pero las tendencias hacia menos golpes son Las políticas económicas prometidas por Carlos Andrés Pérez en Vene--
positivas. zuela (1988), Carlos Menem en Argentina (¡989) o Alberto Fujimori en
Perú (1990) durante sus respectivas campañas para la Presidencia, tenían
Partidos y polfticos responsables y confiables
muy poca relación con las políticas neoliberales con dependencia del mer-
Los partidos son importantes para las políticas democráticas. Son los instru- cado que ejecutaron una vez llegaron al poder, Lo que se esperaba de las
mentos más efectivos para articular y agregar las demandas de la sociedad, políticas de los partidos de Pérez, AD, y de Me!lem, los justicialistas (pero-
establecer prioridades entre ellas y dar los pasos necesarios para responder nistas), era que estuvieran estrechamente asociadas con una fuerte inter-
Una evaluación de la década de 19901397
3961 Jorge I. Domínguez

vención estatal en la economía y con la industrialización para sustituir las Tabla 15.2 Creciente confiabilidad en las políticas de los partidos
en la década de 1990.
importaciones, no con la liberalización del comercio, la desregulación, la
privatización y la estabilidad monetaria que las respectivas administracio- ¿Los partidos cumplen en su administración las promesas de campaña?
nes de Pérez y Menem llevaron a cabo. De igual manera, los candidatos Sí No Total
triunfantes a la presidencia de Ecuador, tanto en las elecciones de 1988 como
1988-1991 8 7 15
en la de 1992, prometieron un fuerte papel del Estado en la economía, pero en
1992-1995 11 3 14
cambio siguieron políticas con una mayor dependencia del mercado 15 . 1996-2000 15 o 15
La amplia acogida que dio la región a políticas más orientadas hacia los
mercados también fue evidente en los partidos que mantuvieron la presi-
dencia de un periodo a otro, pero cambiaron drásticamente las políticas tro de Finanzas en 1994 y luego para la reelección con su desempeño como
económicas y escandalizaron a sus electores. Por ejemplo, el gobierno de presidente en 1998. Cardoso siguió con sus promesas de campaña después
AD en Venezuela bajo el presidente Jaime Lusinchi (1984-1989) continuó de su primera elección y con sus políticas después de su reelección, como lo
las políticas tradicionales del partido de una economía estatal. Los electores anota Bolívar Lamounier en su capítulo. En Perú, Fujimori (1990-1995,
que apoyaron al candidato de la AD, Carlos Andrés Pérez, en las elecciones 1995-2000) compitió por la reelección con su trayectoria hasta en 1995, como
presidenciales de 1988, se sorprendieron de que Pérez, uno de los pilares de lo muestra Degregori, y de nuevo en 20oo, y persistió en políticas económi-
las anteriores políticas económicas de la AD, hubiera retornado a la presi- cas similares durante su segundo periodo 17 •
dencia como un renacido defensor del libre mercado. El PRI de México fue Las políticas económicas persistieron entre las administraciones gober-
por décadas hasta 1982, el arquitecto de la industrialización para la sustitu- nantes del mismo partido, o de la misma coalición de partidos, pero bajo
ción de importaciones y de la intervención del Estado en la economía. La un presidente diferente, lo cual indica la responsabilidad de partido
administración del priísta Miguel de la Madrid (1982-1988) giró hacia una downsiana. En México, las políticas económicas de la administración del
mayor dependencia de los mercados. Estos partidos fueron irresponsables PRI del presidente Ernesto Zedilla (1994-2000), continuaron las de su pre-

en términos downsianos. decesor y copartidario Carlos Salinas de Gortari (1988-1994). En El Salva-


A finales de la década de 1990 esta conducta se volvió menos común; de dor, las políticas económicas de tres presidentes consecutivos del partido de
acuerdo con la evidencia de Stokes, la tendencia hacia el cambio ya era la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) fueron consistentes, a saber,
evidente a principios de ese decenio. En siete de las quince elecciones presi- las de Alfredo Cristiani (1989-1994), Armando Calderón Sol (1994-1999) y
denciales que se llevaron a cabo entre 1988 y 1991 en quince países latinoa- Francisco Flores (1999-2004). En Colombia, César Gaviria (1990-1994)
mericanos se presentaron cambios en la orientación programática general anunció durante su campaña en 1990 que profundizaría las políticas inicia-
prometida durante la campaña, hacia otra orientación bastante difere'nte das por su predecesor Virgilio Barco (1986-1990), también liberal, especial-
que fue la que se puso en práctica una vez posesionados. Sin embargo, en- mente proponiendo una mayor apertura de mercado así como una refor-
tre 1992 y 1995 sólo tres de quince elecciones presidenciales presentaron ese ma constitucional 18 • En Chile las políticas económicas de las tres
cambio drástico 16 • Utilizando el criterio de Stokes para los mismos quince administraciones de la coalición de Concertación Democrática (los demó-
países durante el periodo 1996-2000, posterior a su estudio, ninguna de las cratas cristianos Patricio Aylwin [1990-1994], Eduardo Frei R. [1994-2000]
quince elecciones presidenciales fue seguida por cambios drásticos entre y el socialista Ricardo Lagos [2ooo-zoo6]) se construyeron una sobre la otra.
las promesas de campaña y lo que se ejecutó (tabla 15.2). La responsabili- Los electores todavía se quejan de que los políticos no cumplen todo h
dad de los partidos aumentó. que prometen. Ser candidato para un cargo es diferente a gobernar. Lo que
Por lo tanto, América Latina terminó el siglo xx con políticas de partido dejó de suceder a mediados de la década anterior fue la chocante traición
más responsables y confiables. En Argentina, Menem (1989-1995, 1995- en masa de toda la orientación del programa de campaña. Las brechas en-
1999) compitió por la reelección con su trayectoria hasta 1995 y continuó tre las promesas y su cumplimiento en la América Latina contemporánea
con políticas similares durante su segundo periodo. En Brasil, Cardoso ya no son más amplias que en democracias del Atlántico Norte con una
(1994-1998, 1998-2002) primero compitió con su desempeño como minis- larga trayectoria democrática.
398/ Jorge I. Domínguez Una evaluación de !a década de 1990/399

Los candidatos presidenciales de la oposición también se volvieron más menos dos periodos consecutivos en Argentina, Brasil, Chile, Colombia,
confiables y responsables en términos downsianos cuando ganaron la Pre- El Salvador y México.
sidencia. En Argentina, Fernando de la Rúa (1999-2001) anunció políticas Sin duda, dos de las campañas "más mentirosas", las de Menem y Fuji-
económicas que adelantaría una vez fuera elegido. En México, Vicente Fox mori, se enfrentaron a una situación económica catastrófica al asumir la
basó su exitosa campaña de 2000 en su pasado como ejecutivo de Coca- presidencia en su primera posesión, en 1990. América Latina había sufrido
Cola, en vez de repudiarlo. Amoldo Alemán fue elegido presidente de Nica- una amplia depresión económica en la década anterior, que provocó estas
ragua en 1996 con una plataforma abiertamente inclinada al mercado que espectaculares instancias de ruptura de confianza entre los políticos y los
prosiguió a tratar de poner en marcha. En Perú, Alejandro Toledo aceptó la ciudadanos. La situación económica de América Latina se estabilizó, en
economía de mercado como el marco para las políticas que esperaba poner gran parte, en la primera mitad de la década de 1990. A pesar de numero-
en práctica si era elegido presidente; aunque perdió ante Alberto Fujimori sos problemas en el desarrollo económico durante este periodo, la econo-
en el año 2ooo, en unas elecciones ampliamente percibidas como fraudu- mía creció en la mayoría de los países, lo cual permitió que los políticos y
lentas, ganó la presidencia en junio de 2001 con una plataforma similar. los partidos en el gobierno fueran más confiables y responsables, como ha-
Una mayor responsabilidad y confiabilidad no es una propiedad exclu- bía predicho Downs. Aún más, las alternativas entre los marcos de políti-
siva de los que proponen una economía de mercado. Hugo Chávez fue cas económicas se volvieron más claras. Las políticas orientadas hacia el
elegido presidente de Venezuela en 1998 por sus promesas de hacer su amada mercado polarizaron a los partidos, a los políticos y, en menor medida, al
revolución bolivariana, revisar todo el sistema político y poner énfasis en va- electorado. Los gobiernos y los políticos de la oposición demarcaron sus
rias políticas de economía estatal. Lo cumplió una vez elegido, como lo deja líneas divisorias de política, se las explicaron a sus electores y acrecentaron
en claro Coppedge en su capítulo. Existió una transparencia comparable así su confiabilidad y responsabilidad.
en la responsabilidad y confiabilidad de la política económica en la izquier- Algunos pueden objetar que Cardoso, Menem y Fujimori sólo eran in-
da política, entre los candidatos presidenciales que fueron derrotados como dividuos dominantes; sus partidos poco tuvieron que ver con los resultados
Cuauhtémoc Cárdenas en México (elecciones de 1988, 1994 y 2000), Daniel generados por sus administraciones. Esto es cierto con respecto a Fujimori,
Ortega en Nicaragua (elecciones de 1990, 1996 y 2001) y Luiz Inácio da quien, como lo demuestra Degregori, destruyó partidos existentes y no creó
Silva (Lula) en Brasil (elecciones de 1989, 1994 y 1998). Sin embargo, cada ninguno propio. Pero en Argentina y Brasil los plenos cambios de política
uno de estos tres candidatos se volvió perceptiblemente más amigo del económica fueron hechos por medio de actos del Congreso en contextos
mercado en el momento de la elección presidencial más reciente. democráticos. En Brasil, a diferencia de Perú, los votos legislativos no esta-
ban en los bolsillos del presidente. Ningún presidente latinoamericano tuvo
Explicación de la creciente confiabilidad y responsabilidad de los partidos que trabajar tan duro como Cardoso para mantener sus mayorías en el Con-
A finales de la década de 1980 y principios de la de 1990 los presidentes "no greso. Cardoso requirió de supermayorías para hacer enmiendas constitu-
confiables" e "irresponsables" sentían, como lo ha anotado Javier Corrales, cion~les que permitieran implantar su programa económico. En Argenti-
que no tenían otra alternativa: traicionar las promesas de sus campañas y na, los justicialistas pusieron a un lado su fatal atracción por el Estado y
los planteamientos de sus partidos para hacer políticas que consideraban votaron, a principios de 1991, por la Ley de Convertibilidad, una privatiza-
esenciales pero que tenían poco apoyo popular, o ver al país hundirse en un ción tras otra y políticas similares para promover el mercado. En 1999, cuan-
abismo económico. También pensaban que tenían que darle una sacudida do Menem ya no era candidato, Eduardo Duhalde, el candidato presiden-
al sistema para ganar la confianza de los escépticos. Los presidentes por cial de su partido, mantuvo una plataforma económica de conformación
consiguiente tuvieron que trabajar duro para transformar sus bases iniciales de mercado. Bajo la Unión Cívica Radical, el presidente De la Rúa se en-
de apoyo populista/laborista, en nuevas coaliciones para respaldar y sostener frentó a una peligrosa caída de la economía entre 2000 y 2001, que en épo-
las reformas económicas. El comportamiento de la economía de América cas pasadas podría haber disparado un golpe militar; los miembros
Latina durante la última década no fue estelar; políticos y partidos tuvie- justicialistas del Congreso votaron una y otra vez las políticas económicas
ron que construir apoyo para sus nuevas políticas. Estas nuevas coaliciones de conformación de mercado propuestas por el gobierno, a pesar de su nuevo
reformistas explican el regreso del mismo partido a la Presidencia en al papel en la oposición. En 2002, los dos principales partidos en el Congreso
4oo/ Jorge l. Domínguez Una evaluación de la década de 19901401

le ofrecieron un apoyo esencial a Eduardo Duhald~, que había sido elegido notable mejoría de las relaciones con Brasil, Chile y Estados Unidos. La políti-
presidente por el Congreso en enero de 2002 (pues De la Rúa había renun- ca exterior argentina insistía en la cooperación para la seguridad con sus veci-
ciado). Argentina empezó el siglo xxr con serios problemas, pero la irres- nos y con las instituciones internacionales, los compromisos regionales de
ponsabilidad de los partidos de Downs no era uno de ellos. integración (especialmente el Mercado Común del Sur, MERCosuR), y la cola-
En algunos países, las enmiendas constitucionales que permiten la reelec- boración con Estados U nidos con respecto a temas globales. Estos tres cri-
ción inmediata del presidente contribuyeron a la responsabilidad y con- terios de política compartida facilitaron que el sistema político, no sólo los
fiabilidad de los partidos y del candidato. Carlos Menem y Alberto Fujimori partidos individuales, se volviera más confiable y responsable, y permane-
mintieron una vez pero no podían mentir dos veces. Cuando compitieron cieron a pesar de la crisis económica de 2002.

por la reelección, tuvieron que hacerlo con el historial de su propio manda- En resumen, muchos políticos y partidos políticos latinoamericanos se·
to. Fernando Henrique Cardoso también compitió por la reelección inme- volvieron más responsables y confiables en el sentido definido por Downs.
diata, pero en este caso era su segunda campaña presidencial exitosa con un La tendencia fue positiva; actuaron en esa forma para competir con efecti-
amplio programa de gobierno similar. vidad en las elecciones, pero al hacerlo, mejoraron la calidad y el alcance de
La importancia analítica y normativa de los partidos para una goberna- las políticas democráticas. .--
bilidad democrática efectiva es agudamente demostrada en el capítulo de
El déficit democrático de los partidos
Steven Levitsky sobre Argentina. Desde finales de la década de r920, hasta
finales de la de r98o, Argentina había sido el mejor ejemplo del hemisferio La historia de los partidos políticos en América Latina es, sin embargo,
de una mala gobernabilidad sostenida. Ni la libertad, ni la igualdad, ni la menos alegre de lo que implicaría la sección anterior. A lo largo de la sísmica
prosperidad se beneficiaron con sus dictadores o sus demócratas. Sin em- Cordillera de los Andes (excepto Bolivia), los terremotos políticos derrum-
bargo, en la década de r990 Argentina reconstruyó un sistema político de- baron los sistemas partidistas. Los partidos no pueden ser ni responsables
mocrático, fortaleció la protección a los derechos civiles, permitió el creci- ni confiables en la mayoría de países andinos porque apenas sí existen. El
miento de unos medios poderosos e independientes y albergó a una nueva déficit democrático de los partidos también ha sido serio por mucho tiempo
y activa sociedad civil, gracias en gran medida a la transformación de sus en Brasil. Los candidatos a cargos buscan grupos electorales que resultan
dos grandes partidos tradicionales. Los partidos argentinos se movieron efímeros, se comprometen con un programa no discernible y son incapaces
políticamente hacia el centro, donde se hallaba el mayor número de votos. de hacer cumplir la cohesión o la disciplina de partido en el Legislativo. La
Los partidos argentinos redescubrieron la utilidad de las instituciones de- vida interna de los partidos es débil y su contribución a la democracia sigue
mocráticas para salvarse a sí mismos y, al hacerlo, proporcionar mejores siendo deficiente.
bienes públicos. Venezuela y Perú terminaron el siglo xx con sistemas de partidos mucho.
Los principales partidos argentinos adoptaron tres criterios compati- más débiles\ como lo muestran Coppedge y Degregori en sus respectivos ca-
bles y fundamentales de políticas, en temas que habían dividido a la nación pítulos yen su trabajo más amplio. Los partidos históricamente poderosos
por mucho tiempo. U no fue el sistema de políticas económicas orientadas de Venezuela, la AD y el COPE!, durante mucho tiempo mantuvieron las
al mercado, aunque en las elecciones de r999 giraron un poco a la izquier- cuatro quintas partes de los escaños en el Congreso. Sin embargo, su influ-
da prometiendo más programas sociales. Los partidos continuaron dife- encia declinó drásticamente a principios de la década de 1990, lo cual dio
renciándose sobre políticas económicas específicas pero no buscaron recrear paso al surgimiento de una amalgama de partidarios de las muy populares
pero poco institucionalizadas fuerzas políticas que apoyan al presidente
\ todo el sistema económico al acceder al poder presidencial. Estas decisio-
nes tuvieron vastas consecuencias en la vida política, la economía y el moví- Chávez y a unos grupos amorfos de oposición. Al finalizar la década, la A¿·'
miento obrero (capítulos de Levitsky, Corrales y Murillo). El segundo fue sólo tenía cerca de la sexta parte de los escaños en la Asamblea Nacional y
el consenso sobre la importancia de la supremacía de los civiles sobre las el COPEI mantenía una fracción mucho menor. Durante esa misma década
'
Fuerzas Armadas, un proceso que se construyó sobre los logros que empe- en Perú, el presidente Fujimori debilitó sistemáticamente incluso a los par-
zaron durante la presidencia de Raúl Alfonsín. El tercero fue el acuerdo tidos políticos embrionarios que había establecido como vehículos para
sobre los lineamientos básicos de la política exterior argentina, incluida la agrupar su apoyo electoral. El APRA fue uno de los partidos más fuertes y
4021 Jorge I. Domínguez Una evaluación deladécada de 1990/403

mejor institucionalizados de América Latina desde la década de r 920 hasta partidos de izquierda obtuvieron mejor representación en el Congreso, y
la de r98o, pero la desastrosa administración del presidente Alan García eran los más disciplinados, y también porque en la segunda mitad de 1990
(1985- 1990), de ese partido, lo debilitó gravemente. El APRA sólo se recobró los partidos de centro y derecha de la coalición del presidente Fernando
después del retiro de Fujimori, cuando Alan García volvió a presentar sn Henrique Cardoso mostraron una mejor disciplina de partido.
candidatura en las elecciones presidenciales de 200 r. García obtuvo un cuar- El déficit democrático de los partidos tampoco es de cosecha reciente. La
to.de los votos en la primera ronda electoral y su partido ganó 28 de los 120 AD y el coPEI en Venezuela y el APRA en Perú colapsaron durante la primera
_:~scaños parlamentarios. mitad de la década de 1990, como se anotó, aunque la AD retuvo una sexta
En Colombia, como observa Cepeda con preocupación, los partidos Libe- parte de los escaños en la Asamblea Nacional elegida a finales de 1999 y el
ral y Conservador se debilitaron y fragmentaron durante la segunda mitad APRA protagonizó un regreso en las elecciones nacionales de 2001. Las con-
de la década anterior. A principios del nuevo siglo, estos partidos corrieron el diciones de indisciplina de los partidos poííticos en Brasil y Ecuador estu-
riesgo de una suerte similar a lo que les aconteció a sus vecinos de Venezuela vieron presentes mucho antes de la década de r99o; no fueron producto de
y Perú. El Partido Conservador tuvo dificultades para ganar puestos, aun las transiciones democráticas de finales de los decenios de 1970 y 1980 o de las
con sus antiguos bastiones de apoyo político. La fragmentación del Partido reformas económicas que sus gobiernos intentaron durante el de 1990. ..,
Liberal continuó mucho más allá de sus experiencias anteriores. Políticos En general, los partidos tendieron a ser más fuertes en algunos países de
que no pertenecían a un partido ganaron importantes cargos regionales, como 'ltardía" transición a la democracia, en especial en Centroamérica. Nicara-
la Alcaldía de Bogotá, la capital. Y en 2002 ganó la Presidencia Alvaro Uribe gua terminó el siglo xx con un conjunto de partidos más fuertes que en los
(antiguo senador liberal y gobernador) que no era candidato de un partido. comienzos de la última década (los liberales y los sandinistas) 21 ; lo mismo
. Brasil y Ecuador hace tiempo comparten un dudoso honor en términos hizo El Salvador alrededor del mandato del partido ARENA y de la reconsti-
del déficit de sus partidos democráticos. En promedio, entre las décadas de tución civil de las antiguas guerrillas del Frente Farabundo Maní para la
r98o y 1990 aproximadamente un tercio de los miembros del Congreso Liberación Nacional (FMLN). Como argumenta Denise Dresser en su capí-
elegidos para un periodo determinado se cambiaron de partido político tulo, la consolidación del sistema tripartito de México en la década de 1990
cuando éste iba a terminar. Aunque en un momento dado los legisladores es una de las claves para su transición hacia la democracia: el PRI aprendió
de estos partidos son capaces de tener una conducta unificada, su propen- que debía acudir a los electores, no sólo dominarlos; el Partido de Acción
sión a desertar de sus partidos con el tiempo complica enormemente la tarea Nacional apeló a un electorado mucho más heterogéneo, y el Partido de la
de gobernar, como lo anota Lamounier 19 Hay muchos partidos en cada Revolución Democrática comprendió la importancia de unificar varias fuer-
país; algunos duran sólo unos pocos años y luego se desintegran y reacomo- zas y facciones en la izquierda política. En esta forma, los partidos mexica-
dan en nuevos partidos. nos se fortalecieron a sí mismos, al sistema de partidos, y su capacidad para
En Brasil, sin embargo, algunos partidos políticos están cohesionados representar más efectivamente los intereses y valores de los electores mexi-
internamente. En general, cuanto más cerca están de la ideología de iz- canos. Estas tendencias hacia partidos más fuertes, y su persistencia en paí-
quierda, hay mayor disciplina de partido. Entre los partidos brasileños gran- ses donde los partidos habían sido fuertes desde hacía mucho tiempo como
des, el más cohesionado es el izquierdista PT. Aun en otros partidos por lo en Argentina, Chile, Uruguay, Bolivia, Costa Rica y República Dominica-
general hay una orientación política consistente, presente inclusive entre na, son un buen presagio de política democrática. ../
políticos que cambian lealtades entre los partidos con poca disciplina20. Los
cambios de partido ocurren principalmente dentro de "familias ideológicas" Explicación del déficit democrático de los partidos
por lo cual hay una sustancial cohesión legislativa de bloques ideológicos. Así, ¿Por qué, entonces, en Colombia el antiguo y probado sistema bipartidista
aun los brasileños que cambian de partido en el Congreso, pueden ser con- se desintegró a finales de la década de 1990? En la primera edición de este
fiables y responsables en términos de políticas, aunque su comportamiento libro, Domínguez y Giralda dieron explicaciones para el colapso de la AD,
político aparte de esas políticas dificulta más la tarea de gobernar. En efec- el COPEI y el APRA a principios de esa década que también ayudan a explicar
to, el nivel general de disciplina de partido desplegada por los miembros el colapso del sistema de partidos en Colombia al finalizar el decenio. Estos
del Congreso brasileño aumentó un poco en la década anterior porque los autores sostienen que la AD y el APRA sufrieron por un voto retrospectivo, es
404/ Jorge I. Domínguez Una evaluación de la década de 19901405

decir, los electores evaluaron el cumplimiento del gobierno y lo declararon crático de los partidos marcó especialmente a la región andina, donde debi-
lamentable.'El capítulo de Cepeda provee un análisis agudo de la política litó la capacidad de las instituciones para representar y beneficiar los intere-
~colombiana, pertinente a este punto. Colombia había tenido por un largo ses de los gobernados y obtener su consentimiento.
periodo el mejor desempeño económico en América Latina durante la se-
gunda mitad del siglo xx. En la segunda mitad del decenio de 1990, su Transformaciones sociales
economía se desplomó. El voto económico retrospectivo castigó al gobier- La política democrática exige gobiernos constitucionales eficientes con la
~no delliberál Ernesto Samper (1994-1998) y al del conservador Andrés debida obediencia de los militares a las autoridades civiles, basados en elec-
Pastrana (1998-2002). Igual de importantes son las acusaciones de corrup- ciones libres en donde los partidos compiten por los cargos públicos, así
ción que rondaron la administración de Samper,.·desacreditando a los miem- como el libre y efectivo ejercicio de los derechos ciudadanos. Con el objeti-
-·bros del Partido Liberal y contribuyendo a la victoria de Andrés Pastrana, vo de profundizar la política democrática, los trabajadores deberían de te-
que encabezó una coalición de oposición alrededor del Partido Conservador. ner derecho a ayudar a moldear las condiciones en las cuales trabajan; por
Además, los niveles de violencia aumentaron drásticamente durante la se- esta razón, es imposible que existan políticas democráticas sin sindicatos
gunda mitad del decenio y debilitaron la lealtad hacia el gobierno de polí- (aunque su simple presencia no es suficiente garantía de una política de-
ticos provenientes de los dos partidos tradicionales: parecía como si ya no mocrática). Los derechos ciudadanos implican, por supuesto, que tanto
pudieran gobernar el país eficientemente. mujeres como hombres sean iguales ante la ley y puedan buscar activa-
Domínguez y Giralda han señalado un segundo factor, que se desprende mente y obtener cargos públicos, así como promover intereses generales y
de un trabajo anterior de Coppedge: la persistencia de un establecimiento específicos ·de género. La mayoría de los países latinoamericanos están lle-
partidista preexistente que encarna un duopolio de poder y emplea las leyes vando a cabo extraordinarios cambios con respecto a los roles de los traba-
electorales para aferrarse a los cargos públicos, desafiando los cambios en las jadores y de las mujeres.
preferencias populares. Colombia había sido por mucho tiempo el principal
ejemplo de un comportamiento coalicional entre sus dos grandes partidos El papel político de los sindicatos
políticos; ningún país latinoamericano había presentado un duo polio tan es- Los sindicatos en los países latinoamericanos, como en cualquier parte del
table. Por sí mismo, este factor nunca antes había alterado la política colom- mundo, han desempeñado un papel clave en la democratización política.
biana; combinado con tiempos difíciles en términos económicos, corrupción Los sindicatos contribuyeron a la ampliación del derecho al sufragio, pro-
y violencia, debilitó a la AD y al COPE! en Venezuela en la primera mitad de la movieron los derechos efectivos a la participación política, económica y so-
década de 1990, y a los liberales y conservadores en Colombia en la segunda. cial y exigieron políticas en beneficio de los intereses de la mayoría de los
Las tendencias a la partidocracia también hirieron el sistema de partidos en ciudadanos. Así mismo, se beneficiaron de la democratización política que
Costa Rica, donde la colaboración entre los dos grandes partidos sobre la les permitió llevar a cabo sus tareas. A mediados del siglo xx, como lo
política económica aumentó durante la segunda mitad de la década de 1990. señala Victoria Murillo, los sindicatos de América Latina habían desa-
En las elecciones de 2002, los dos partidos más grandes ganaron sólo 63% de rrollado preferencias por la intervención estatal en las relaciones industria-
¡ocios los escaños legislativos en comparación con el88% de 1998.
r.. A principios del siglo XXI, el déficit democrático de los partidos sigue
les para avanzar en sus intereses sociales y políticos, y por la industrializa-
ción para sustituir importaciones como un medio para defender las
i siendo grave y se puede argumentar que peor en Colombia. Los países que condiciones económicas de sus miembros. Muchos sindicatos no eran de-
habían sido testigos del colapso de partidos por mucho tiempo poderosos mocráticos. La expansión de opresivas dictaduras desde mediados de la
(Perú y Venezuela) a principios de la década anterior se demoraron en cons- década de 1960 hasta finales de la de 1970, y el posterior colapso del modelo
truir nuevos partidos exitosos. Por otro lado, a pesar de que persisten mu- de sustitución de importaciones así como la apertura de las economías, gol-
chos problemas, a finales de la década los partidos empezaron a fortalecer- pearon el poder de los obreros sindicalizados. Los gobiernos eran hostiles a
se en Brasil, México, Nicaragua y El Salvador; permanecieron fuertes en los sindicatos y los salarios reales cayeron. El desempleo y el subempleo se
Argentina, Bolivia, Chile, Costa Rica y República Dominicana (la vida de elevaron en toda la región, en tanto que la aflliación a los sindicatos descen-
\
partido cambió poco en Guatemala, Ecuador y Paraguay). El déficit cierno- dió en la mayoría de los países.
406/ Jorge I. Domfnguez Una evaluación de la década de 1990/407

Para explicar la respuesta de los sindicatos, Murillo llama la atención les. La escogencia de la estrategia de los sindicatos, a su vez, ayudará a.
sobre el alineamiento político porque se relaciona con el alcance de la com- moldear un importante aspecto de la política económica de cada país. ¿Se
petencia interpartidista en el movimiento laboral y el de la competencia opondrán los sindicatos a las economías abiertas, u operarán dentro del
intersindical. La primera debilitó los incentivos de los líderes sindicales contexto de las nuevas políticas económicas orientadas al mercado? 22 •
para cooperar con sus copartidarios por temor a perder apoyo obrero a otros
partidos. Así, los sindicatos aliados al partido AD de Venezuela a menudo se Género y política
opusieron a las políticas del gobierno de la AD de Carlos Andrés Pérez con Las tendencias en el papel político de la mujer son más claras y por lo ge(le-
el objetivo de no verse desplazados por CausaR u otros partidos que com- ral positivas gracias a la convergencia de tendencias sociales, económicas y
petían por el apoyo obrero. La competencia entre sindicatos, en contraste, políticas con el tiempo. Como argumenta Mala Htun en su capítulo, la
debilita los sindicatos en su relación con un partido político dado o con el democracia expande las oportunidades de las mujeres para participar en
gobierno porque los funcionarios de estas organizaciones juegan con un política como funcionarias elegidas, a través de sus acciones en movimien-
sindicato en contra del otro. Así, fue más fácil para el PRI mexicano que tos sociales y organizaciones por grupos de interés, y como electoras. A
para otros partidos latinoamericanos ingeniárselas para manejar al dividi- finales de la última década, al menos quince gobiernos habían lanzado ini-
do movimiento obrero, a pesar de las políticas gubernamentales que debi- ciativas para detener la violencia intrafamiliar. Casi todos habían elimina-
litaron el poder de los sindicatos en la década de 1990. do algunos efectos de discriminación en razón del género, especialmente
Murillo analiza las nuevas estrategias de los sindicatos para ponerse a tono con respecto a la propiedad matrimonial y a los derechos de padres y ma-
con las nuevas configuraciones de la política y con las economías más abiertas dres. Durante las últimas tres décadas del siglo xx, explica Htun, la partici-
al mercado. La primera estrategia, el intento por formar nuevas alianzas po- pación de la mujer en las asambleas legislativas nacionales creció de una
líticas y sociales, no ha sido muy exitosa, aunque estas alianzas se discuten a veinteava a una séptima parte. En países tan variados como El Salvador, Chile,
menudo. El PT brasileño es el único ejemplo de la creación a finales del siglo Costa Rica y Colombia, las mujeres constituían una cuarta parte de los
xx de una alianza entre un partido y los sindicatos, pero se forjó desde finales miembros de los gabinetes al finalizar el siglo xx. Mireya Moscoso llegó a
de los años setenta. U na segunda estrategia sindical es la búsqueda de una ser presidenta de Panamá y las mujeres fueron candidatas presidenciales
autonomía organizativa. Esa ha sido por mucho tiempo una estrategia en creíbles en otros países. Ciudad de México y Sao Paulo fueron gobernadas
Brasil y se ha vuelto más importante en Argentina y México. La tercera es- por alcaldesas. Grupos femeninos y mujeres participantes en varios movi-
trategia es menos común en federaciones nacionales sindicales pero cada vez mientos sociales también se han convertido en parte del paisaje de la socie-
es más común en ciertas federaciones sindicales de sectores laborales; se trata dad civil en todos los países de América Latina.
de la participación industrial ligada a los nuevos compromisos para aumentar Estos cambios se han dado en parte por la política democrática (por
la productividad y la compétitividad de las empresas en economías abiertas. ejemplo, pocas dictaduras tienen asambleas legislativas nacionales) pero
En síntesis, las transformaciones sociales por lo general han sido adver- Htun argumenta que otros cambios sociales más amplios también son cau-
sas a los sindicatos de trabajadores. El que estos contratiempos para el mo- sa de estos resultados. La expectativa de vida de las mujeres en América
vimiento laboral también sean contratiempos para la política democrática Latina aumentó en r8 años durante la segunda mitad del siglo xx; y su
es un aspecto que varía mucho. Por ejemplo, la altamente autoritaria es- participación en la fuerza laboral se amplió en doce puntos porcentuales.
tructura sindical en México había sido por mucho tiempo un impedimento La fertilidad de las mujeres se redujo a la mitad, sólo tres hijos por mujer
a la democracia en el sistema político y en la sociedad, como lo anota Dresser; en '995· Las mujeres están mejor educadas, más sanas y son más indepen-
el rompimiento de esa estructura es un paso hacia la democratización. El dientes económicamente, por lo tanto, pueden desempeñar papeles más
movimiento laboral chileno, en contraste, había sido bastante golpeado por efectivos en la política.
la dictadura de Pinochet. La reconstrucción de la democratización en Chile Por ello puede sorprender que las leyes y políticas gubernamentales so-
requiere una mayor capacidad de los sindicatos para representar los intereses bre salud reproductiva hayan cambiado tan lentamente en la región, y casi
de sus obreros. Agüero muestra que el gobierno del presidente Ricardo nada con respecto al aborto (en gran parte, un tributo a la continua influen-
Lagos tomó varias medidas hacia el fortalecimiento de los derechos labora- cia de la Iglesia católica), a pesar de las diversas batallas políticas durante el
4081 Jorge l. Domínguez Una evaluación de la década de 19901409

último tercio del siglo xx. Ni los países con leyes muy liberales sobre el mulgadas por medio de leyes. Las reformas constitucionales de Argentina,
aborto, como Cuba, ni aquellos con absoluta prohibición del mismo, como Perú, Colombia y Venezuela no se centraron principalmente en temas eco-
Chile, hicieron cambios legales al respecto, a pesar de otros cambios en sus nómicos. Sin embargo, Argentina y Perú, y en alguna medida Colombia,
contextos sociales y políticos. También es sorprendente que como lo de- instituyeron por ley cambios institucionales de largo alcance ya permitidos
muestra Htun, las mujeres en países como Brasil, Chile y México, están por sus constituciones, con el mismo propósito. Sólo en Venezuela en la últi-
consistentemente algo menos inclinadas a votar por candidatos presidencia- ma década, la reforma constitucional representó un paso atrás para las políti-
les de la izquierda que de la derecha. En Chile, durante las elecciones presi- cas conformes con una economía de mercado. Los cambios a favor de los
denciales de 2000, Joaquín Lavín, el candidato de la derecha, derrotó a Ri- derechos de propiedad en todos menos en uno de estos países deben verse
cardo Lagos, el candidato de la coalición de centro-izquierda de como parte de un movimiento internacional amplio en la misma dirección,
Concertación Democrática, entre las mujeres votantes tanto en la primera apoyado por el gobierno estadounidense y por las instituciones financieras
como en la segunda vuelta; Lagos ganó gracias a una sólida mayoría entre los internacionales. El giro general en la orientación de la política macroeconómi-
hombres votantes23 . Estas diferencias de género en la conducta de los electo- ca explica el momento de la adopción y el contenido de estas nuevas reglas.
res han disminuido con el tiempo y pueden disminuir aún más, a medida que Consideremos algunos ejemplos. En Chile, las reformas constituciona-
las mujeres ganen en educación y en su participación en la fuerza laboral. les para asegurar la independencia del banco central fueron parte de una
Las circunstancias de los sindicatos y de las mujeres cambiaron conside- negociación para permitir la transición a la democracia. La Asamblea Cons-
rablemente en el último cuarto del siglo xx. Cambios en el mercado laboral tituyente de Brasil de 1988 produjo un extenso texto que buscaba ordenar
afectaron a ambos grupos, y en especial a las mujeres trabajadoras. Las ten- tanto la vida social y económica, que difícilmente pasaba un año de la década
dencias con respecto a las mujeres como ciudadanas en general fueron posi- siguiente sin que el Congreso tratara de enmendarla. Los gobiernos demo-
tivas, ampliando los derechos sociales, cívicos y políticos efectivos, aunque el cráticamente elegidos de Brasil de la segunda mitad de la década de 1990
nivel de participación de las mujeres en política sigue siendo modesto en la tuvieron éxito en promulgar cambios constitucionales para la apertura ha-
mayoría de los países. Las tendencias con respecto a los sindicatos fueron más cia la economía de mercado y otros cambios institucionales. En México
preocupantes; su capacidad para defender los derechos colectivos, que nunca tuvieron lugar cambios similares en un contexto político democratizante.
había sido fuerte, se debilitó al final del siglo. Sólo unos pocos sindicatos ha- La Constitución mexicana de 1917, heredera de una de las revoluciones
bían sido capaces de enfrentarse a la furia de las transformaciones sociales, sociales más intensas del hemisferio, ha sido enmendada varias veces. A
económicas y políticas que se arremolinaban alrededor de ellos24 • finales de la década de 1980 y a principios de la de 1990, sin embargo, exis-
tió un modelo sistemático para las muchas enmiendas adoptadas: eliminar
Una evaluación de las reformas institucionales
las normas de economía estatal. El capítulo de Corrales explica la política
En las dos últimas décadas del siglo xx, para muchos políticos latinoameri- del arduo camino hacia el mercado.
canos reformar la Constitución se volvió casi tan popular como jugar fút- En la década de 1990, las enmiendas constitucionales de Argentina, Bra-
bol. Cada uno de los siete países analizados en este libro reformaron la sil, Perú y Venezuela fueron hechas principalmente para apoyar el deseo
Constitución en algún momento durante aquellos años con diversos resul- de los presidentes de eliminar las prohibiciones formales en contra de la
tados. Negociar con la reforma institucional fue a menudo un síntoma de reelección inmediata. En Perú y en Venezuela, como Degregori y Coppedge
la amplia insatisfacción con la gobernabilidad. Los políticos creían que ha- anotan en sus capítulos, muchos otros cambios fueron promulgados para for-
bía que cambiar las reglas fundamentales con el fin de enfrentarse a una talecer de manera desproporcionada las facultades de los presidentes Alberto
crisis profunda y generalizada durante el último cuarto del siglo25 • Fujimori y Hugo Chávez, debilitando las credenciales democráticas y las
Se hicieron enmiendas fundamentales a las constituciones de Chile y de prácticas de ambos sistemas políticos. En ningún país las reformas constitu-
México durante estos años, y a la del Brasil en el decenio de 1990, buscando cionales fortalecieron la capacidad de las instituciones legislativas para repre-
fortalecer los derechos de propiedad y el contexto constitucional para polí- sentar más efectivamente el consentimiento de los gobernados, pero durante
ticas de mercado amistosas; favorables a una economía de mercado; ésta esta década sólo en Perú y Venezuela hubo un evidente propósito autoritario
fue también la dirección seguida por muchas reformas institucionales pro- en las motivaciones y en los procesos para revisar la Constitución.
4ro/Jorge L Domínguez Una evaluación de la década de 19901411

El capítulo de John Carey analiza los efectos y la utilidad de varios cam- • Prohibir la reelección presidencial inmediata pero permitirla en el
bios institucionales importantes. Algunos de éstos fueron parte de reformas periodo siguiente incentiva la lucha fratricida interna en los parti-
constitucionales más amplias; otros fueron adoptados por leyes, o dentro dos, entre el presidente en ejercicio y sus antiguos aliados, quienes
de las organizaciones de los partidos. El análisis empírico de Carey encuen- de repente se convierten en posibles oponentes para su reelección.
tra que cuando se pusieron en marcha los siguientes cambios institucionales • La segunda vuelta en las elecciones presidenciales exigiendo ma-
en América Latina, por lo general patrocinaron o profundizaron la gober- yoría aumenta lo impredecible de éstas y promueve un gobierno di-
nabilidad democrática: vidido28

• La adopción de elecciones primarias para escoger candidatos presi- Este análisis subraya la complejidad de la revisión constitucional y la
denciales, como en Argentina, Chile, República Dominicana, México necesídad de examinar las diferencias entre las instituciones en contextos
y Uruguay (las elecciones primarias presidenciales en Venezuela en democráticos, para distinguir entre el valor de cambios institucionales es-
el pasado proporcionaron un elemento de competencia democrática pecíficos y su abuso por parte de líderes autoritarios, y para identificar las
dentro de los partidos más grandes)2 6, favorecen la competencia y el condiciones estructurales que les permiten a los presidentes abusar de sus
compromiso de los copartidarios. facultades. La reelección presidencial tiene mala reputación entre los de-
• La expansión de la tecnología hace más fácil conducir los asuntos mócratas debido a los ejemplos de abuso y violación de los procedimientos
legislativos en público, para difundir informes y otra información, y electorales, como en el caso de Alberto Fujimori en Perú y el temor de
para registrar los votos legislativos con absoluta transparencia, evi- abusos similares en un futuro por parte de Hugo Chávez. Pero Fernando
tando el velo del anonimato que en el pasado a menudo ocultaba la Henrique Cardoso ganó la reelección en Brasil en una contienda limpia y
conducta legislativa ante el escrutinio ciudadano. justa, que profundizó la gobernabilidad democrática y continuó el progra-
• Los procedimientos de topes al presupuesto total llevan al máximo ma de reformas en la política macroeconómica. El valor democrático de la
la discreción legislativa sobre la asignación de fondos entre los pro- reelección inmediata, por lo tanto, es altamente variable e incierto.
gramas de gobierno a la vez que mantienen un incentivo general
para contener los gastos del presupuesto, estimulando así el gobier- Negociación de reformas constitucionales: ¿reformas plenas o graduales?
no constitucional y la prudencia fiscal.
Desde la perspectiva de un gobierno democrático, la plena revisión consti-
Carey también encuentra que varios cambios institucionales muy tucionalllevada a cabo en Colombia en 1991 y en Venezuela al finalizar la
publicitados prácticamente no tuvieron efectos importantes: misma década señala los riesgos de tales ejercicios: debilitan la democracia
constitucional o la gobernabilidad. El caso de Venezuela, lúcidamente des-
• La creación del cargo de primer ministro y de algunos elementos que crito en el capítulo de Coppedge, ejemplifica la concentración del poder
exigen la confianza parlamentaria en los gabinetes ha tenido efectos político en las manos del presidente Hugo Chávez. Desde su primera elec-
insignificantes, como en Argentina, Perú o Venezuela. ción en diciembre de 1998, el presidente Chávez y sus aliados trabajaron
• El giro hacía el unicameralismo ha tenido muy pocas consecuen- para quitarle poder a los órganos constitucionales que todavía no estaban
cias, como en Perú o Venezuela27 . bajo su control, como el Congreso y la Corte Suprema; socavaron a la Igle-
• El veto al presupuesto rubro por rubro a las partidas del presupuesto sia católica y lucharon contra el movimiento sindical. Contrario a la tradi-
no tiene efectos mensurables en los déficit. ción política venezolana desde el final de la dictadura en 1958, el presiden-
te Chávez designó muchos oficiales militares en su gabinete y les confió
Finalmente, Carey identifica algunas malas ideas que persisten en mu-
chas constituciones: importantes tareas civiles a las Fuerzas Armadas. La vieja Constitución de
Venezuela había creado una presidencia poderosa; la nueva retuvo estas
• Los límites a los periodos constitucionales de presidentes y legislado- facultades. La principal diferencia fue el colapso de la oposición partidista
res reducen a lo largo del tiempo tanto su capacidad de aprender como organizada que podría enfrentarse al poder del presidente. El efecto clave
su eficacia; impiden el ejercicio del poder de las mayorías democráticas. de la nueva Constitución fue evidente a través del proceso político: la diso-
4121 Jorge I. Domínguez Una evaluación de la década de 19901413

lución de las instituciones constitucionales preexistentes por medio del autonomía como la oficina del Procurador General, varias comisiones
mecanismo de aprobar una nueva Constitución, que les permitió a Chávez regulatorias y la Corte Constitucional. La descentralización con instrumen-
y a sus aliados el purgar todas las ramas del gobierno de funcionarios que tos débiles de rendición de cuentas a los electores y a las instituciones nacio-
no eran de su agrado. Venezuela seguía siendo un sistema político demo- nales perjudica la gobernabilidad.
crático al terminar el siglo xx, pero la perspectiva de su supervivencia no Una explicación fundamental de los resultados que debilitaron la gober-
había estado tan débil desde mediados del siglo. nabilidad en Colombia fue la composición de la Asamblea Constituyente de
La plena revisión de la Constitución de Colombia aprobada en 1991, y 1991. Sus miembros incluyeron representantes del antiguo movimiento
las leyes asociadas indican diferentes problemas. Como argumenta Cepeda guerrillero M-19, además de miembros de los ya profundamente fractura-
en su capítulo, la gobernabilidad se debilitó con las reformas constituciona- dos partidos Conservador y Liberal. La Asamblea protegió los derechos de
les que intensificaron el patrón preexistente de política personalista. Los las facciones políticas así como las perspectivas de coaliciones entre faccio-
partidos no tienen control sobre el uso de su nombre. El partido nacional nes y los derechos de las fuerzas políticas minoritarias. Además, la Asamblea
no puede evitar que una "lista" de una sola persona, que compite basada en estuvo bajo una intensa presión de los medios y del público para delegar au-
una maquinaria electoral personal, aparezca en los tarjetones compitiendo toridad efectiva a los gobiernos regionales o a las entidades autónomas des-
con la lista principal del partido que incluye a múltiples candidatos. En el centralizadas al nivel nacional. Estos múltiples "empujones" para debilitar
nuevo Senado, todos los miembros son elegidos de la misma circunscrip- el poder central tuvieron éxito, en vísperas de una intensificación de la vio-
ción nacional, intensificando los incentivos para cultivar un apoyo electo- lencia política derivada de la guerrilla, el narcotráfico y la actividad
ral personalista para competir con los otros candidatos que pretenden ser paramilitar. La capacidad de Colombia de gobernarse a sí misma se debili-
del mismo partido. La inserción del procedimiento de la segunda vuelta tó en el mismo momento en que las perspectivas de su futuro se volvieron
electoral facilitó la fragmentación del aparentemente más grande, el Parti- más calamitosas.
do Liberal, y facilitó la victoria conservadora de Andrés Pastrana en la En contraste, un ejemplo de reforma eficiente fue la revisión constitu-
segunda vuelta de 1998 como cabeza de una amplia coalición (después de cional argentina de 1994. El Pacto de los Olivos de 1993 entre los líderes de
haber perdido en la primera vuelta). Por supuesto, no todos los males de la los dos partidos más grandes (el presidente Carlos Menem y el ex presidente
fragmentación de los partidos se inventaron en la reforma de 1991. El expe- Raúl Alfonsín) limitaron el alcance de la reforma. La posterior convención
rimento del Frente Nacional en Colombia (1958-1974) ordenó la coalición constitucional se reunió siguiendo la disciplina de partido, y se centró en la
gubernamental entre liberales y conservadores. Los hábitos políticos de per- agenda acordada. Como lo anota Levitsky en su capítulo, muchos de estos
petuar la coalición de partidos debilitó en forma considerable la cohesión de acuerdos mejoraron la calidad de la democracia argentina, como la elec-
partido y la disciplina. Como comenta Cepeda, sólo una vez desde 1945 Co- ción directa del presidente (que abolió el colegio electoral), los senadores
lombia estuvo gobernada por uno solo de los dos grandes partidos políticos y (previamente elegidos por las asambleas legislativas provinciales), y el al-
por un periodo breve, durante la presidencia de Virgilio Barco (1986-1990). calde de la capital federal (que antes era nombrado por el presidente). Otras
La Constitución de 1991 contribuyó a empeorar el nivel preexistente de frag- reformas democratizadoras incluyeron la creación de un defensor del pue-
mentación de los partidos. La reforma constitucional sólo pudo lograr fun- blo y de un auditor general, ambos seleccionados por los partidos de la
cionar en el contexto político colombiano recurriendo con mayor frecuencia oposición, y la creación de una sala independiente de magistrados para su-
a las prácticas clientelistas, las mismas que la reforma 1991 buscó contener. pervisar la selección y la disciplina de los jueces federales.
Los efectos contraproducentes de la reforma constitucional colombiana El balance de las experiencias latinoamericanas con la negociación de-
de 1991 también son evidentes en otras formas. La Constitución ordenó las una reforma plena de la constitución no es bueno. Las tendencias adversas
transferencias fiscales a los gobiernos regionales equivalentes a casi la mitad fueron especialmente preocupantes porque la región no empezó con un
de los ingresos ordinarios del presupuesto nacional, sin proveer igualmente buen nivel de eficiencia en la gobernabilidad democrática. Desde finales de
apoyo institucional para el uso eficiente de esos recursos en tales regiones. la década de 1980 hasta finales de la de 1990, las Asambleas Constituyentes
Colombia encontró más dificultades para manejar su presupuesto porque de mayor alcance en Brasil, Colombia, Perú y Venezuela, produjeron nue-
también la nueva Constitución creó nuevas instituciones con considerable vas constituciones que, o debilitaron la democracia liberal (Perú, Venezue-
414/Jorge l. Domínguez Una evaluación de la década de 1990/415

¡· . la) o la gobernabilidad (Brasil, Colombia). La construcción de la democra- cia contra la Presidencia. Los partidos competitivos tienen un incentivo para
cia constitucional se dio más por medio de reformas parciales (Argentina, preservar la independencia de la Corte Suprema como un árbitro neutral.
México o Brasil en la segunda mitad de la década de 1990). Éstas fueron El Salvador ofrece un buen ejemplo de estos comportamiento de la Corte
hechas por veteranos miembros del Congreso, conscientes de los actuales Suprema. Todos los magistrados de la Corte Suprema de este país pertene-
hábitos políticos y sus límites, y conocedores de los temas prácticos de go- cían al mismo partido del presidente hasta 1994- El remplazo constitucio-
bierno. Estaban inclinados a comportarse bajo la disciplina presidencial o nal en 1994 tuvo lugar después de los acuerdos de paz de 1992, en circuns-
de partido y se centraron mejor en un conjunto de problemas clave. tancias de una alta competencia entre partidos. La nueva Corte Suprema
reunió a magistrados de varios partidos con una experiencia más profesio-
Los órganos legislativos y las cortes nal que en el pasado. La nueva Corte empezó a comportarse con más inde-
En la década de 1990 las diferencias en la actuación de los cuerpos legislativos pendencia tanto del presidente como del Parlamento29 •
nacionales y las cortes supremas latinoamericanos aumentaron. A principios Los presidentes Hugo Chávez y Alberto Fujimori debilitaron los órga-
de la década, en todas partes éstas eran instituciones débiles, a menudo con nos legislativos nacionales, las cortes supremas y los partidos políticos en
escaso personal de apoyo, bajos presupuestos y sin preparación para tomar Venezuela y Perú. Sus métodos fueron diferentes pero los resultados fue-
decisiones eficientes. Durante la década, el poder de las asambleas legislati- ron parecidos, como lo muestran Coppedge y Degregori. En ambos países
vas y de las cortes supremas sólo se debilitó bastante en Perú y Venezuela, los viejos partidos colapsaron; no surgieron nuevos partidos, fuera de vehí-
amenazando las perspectivas de la gobernabilidad democrática, mientras culos personalistas para Chávez y Fujimori. Chávez demostró su popularidad
que se fortaleció en diferentes grados en los otros cinco países incluidos en por medio de plebiscitos para zafarse del Congreso, donde sus oponentes te-
este libro. La iniciativa presidencial y el colapso de los partidos políticos nían la mayoría, y para intimidar a la Corte Suprema y despojarla de sus
explican las diferentes experiencias de Perú y Venezuela. poderes. Llenó con sus seguidores la nueva Asamblea Nacional y la nueva
En general, la competencia entre los partidos hace más difícil para la Corte Suprema. Fujimori lideró un golpe contra el Congreso y la Corte
Presidencia imponer su voluntad sobre los otros órganos constitucionales. Suprema en 1992, también construyó un apoyo político por medio de ple-
La competencia entre los partidos y la disciplina de partido dentro de ellos biscitos, patrocinando reformas constitucionales de su gusto para evitar que
ayuda a crear el "espacio político" requerido para que los Parlamentos ejer- de ahí en adelante el Legislativo tuviera derecho a exigirle al Ejecutivo que
zan su autonomía constitucional. Por otro lado, una imperfecta disciplina rindiera cuentas. Cuando en 1996 la Corte Constitucional se atrevió a ac-
de partido les permite a los miembros del parlamento mantener un mar- tuar con independencia (intentando negarle a Fujimori la oportunidad de
gen de autonomía frente a los líderes del partido (aunque a riesgo de que competir por la Presidencia en un tercer periodo consecutivo), la mayoría
utilicen esta independencia para propósitos personales y no para el interés fujimorista del Congreso despidió a los magistrados que lo habían ofendi-
público), pero frustra la capacidad de los líderes de los partidos del Con- do. El principal agente político de Fujimori, Vladimiro Montesinos, sobor-
greso para movilizar la influencia de sus colectividades contra el Ejecutivo. nó a los miembros del Congreso elegidos en las listas de la oposición y lite-
La competencia entre los partidos también es la clave para explicar la ralmente los compró para aumentar la base fujimorista en el Congreso.
independencia de las cortes supremas. Éstas son instituciones políticas, y se Muchas veces Montesinos filmó tales transacciones; las cintas de video se
inclinan a delegar decisiones en la Presidencia cuando sólo un partido pue- hicieron públicas a finales de 2000 y en 2001. Tan escandalosa conducta fue
de ganar las elecciones en un futuro predecible; el largo periodo de subor- posible porque, como ya se anotó, Perú no tenía verdaderos partidos políti-
dinación de la Corte Suprema mexicana a la Presidencia es un buen ejem- cos en la década de 1990. Chávez y Fujimori concentraron el poder en sus
plo. Las cortes supremas siguen las encuestas de opinión pública y los manos y la competencia entre los partidos declinó notoriamente. En conse-
resultados de las elecciones; empiezan a inclinarse contra presidentes y par- cuencia, la autonomía del Legislativo y de la Corte frente al Ejecutivo tam-
tidos muy dominantes sólo cuando anticipan el remplazo de estos políticos bién decayó tanto en Venezuela como en Perú. (El gobierno que siguió a
en los cargos. En situaciones de alta competencia entre partidos, la Corte Fujimori, liderado por el presidente interino Valentín Paniagua, removió
Suprema puede esperar encontrar apoyo político para sus decisiones en seg- a los magistrados corruptos de sus cargos y fortaleció considerablemente la
mentos grandes y bien organizados de la sociedad cuando dicta la senten- independencia judicial.)
4161 Jorge l. Domínguez Una evaluación de la década de 19901417

Los siguientes parlamentos y cortes supremas más tímidos fueron los cambios sustantivos. El número de proyectos de ley iniciados por el Ejecu-
de Argentina y México. La disciplina de partido había sido muy alta y por tivo en el Congreso cayó al nivel más bajo de todos los tiempos. En 2001,
lo tanto limitaba el alcance de la autonomía parlamentaria frente a los líde- ningún partido político obtuvo la mayoría en ninguna de las cámaras del
res de los partidos. El ejemplo argentino, sin embargo, muestra cómo los Congreso mexicano; ello permitió la formación de combinaciones políticas
órganos constitucionales dirigidos por partidos pueden construir mayor y, por lo tanto, mayor autonomía parlamentaria. En los primeros meses de
independencia frente a la Presidencia, y también puede apuntar al futuro la presidencia de Vicente Fox, el Congreso modificó en forma sustancial
de México. El Congreso argentino desempeñó un modesto papel durante todas las leyes de iniciativa presidencial y forzó al presidente a negociar
los primeros dos años de la presidencia de Carlos Menem, cuando el Ejecuti- ampliamente. En forma similar, la Corte Suprema mexicana designada du-
vo gobernó por medio de la expedición de Decretos de Necesidad y Urgen- rante el largo mandato del PRI ya no sintió más la misma deferencia hacia
cia (oNu). Sin embargo, como argumenta el capítulo de Levitsky, después presidentes de otros partidos políticos.
de 1990 la amplia mayoría de las propuestas de reforma económica de Los órganos legislativos nacionales y las cortes eran más importantes en
Menem se canalizaron a través del Congreso, incluidas leyes sobre política los otros tres países de este análisis. En el Congreso chileno la estrecha división
monetaria y tasa de cambio, reforma a la seguridad social y la privatización de partidos políticos altamente disciplinados hizo que el Ejecutivo considerara
de los sectores del gas y del petróleo. El Congreso forzó al Ejecutivo a retirar prudente negociar para hacer cambios importantes. Este comportamiento
y repensar sus diferentes propuestas sobre reforma laboral. El número de empezó inmediatamente después de la transición a un gobierno constitu-
oNu por año cayó de 78 a 36 desde el periodo 1989-1993 hasta el 1994-1998. cional. Por ejemplo, la importante reforma fiscal de 1990 resultó de nego-
El Congreso se volvió más influyente a medida que la política argentina se ciaciones explícitas que generaron una mayoría calificada, que involucró a
hacia más competitiva durante la década de 1990, para culminar con la los partidos de gobierno y al partido más grande de la oposición, aseguran-
derrota del Partido Justicialista en 1999, en tanto que la nueva coalición do que la reforma durara aun si la Presidencia pasaba a otro partido en el
presidencial no pudo ganar el control de ambas cámaras en el Congreso30 • futuro31 •
El comportamiento es similar con respecto a la Corte Suprema. El pre- Sin embargo, el Senado chileno, como nos lo recuerda Agüero en su
sidente Menem contempló el mismo pensamiento del presidente Fujimori: capítulo, encarna algunos de los más sorprendentes legados antidemocráti-
lograr que la Corte Suprema interpretara la Constitución para permitir un cos de la dictadura de Pinochet, principalmente los senadores no elegidos.
tercer periodo consecutivo en la Presidencia. En Perú, Fujimori obligó a la El pueblo elige directamente 38 senadores, pero otros 9 son nombrados:
Corte a ceder porque la oposición organizada partidista era muy débil; en por el presidente (dos), la Corte Suprema (tres) y el Consejo Nacional de
Argentina, como nos recuerda Levitsky, la Corte Suprema, tomando nota Seguridad (cuatro); así las Fuerzas Armadas chilenas obtienen representa-
de la debilidad de Menem en las encuestas de opinión pública, rehusó cum- ción en el Senado. (Además, cualquier presidente anterior de Chile que
plir con sus deseos y fue ampliamente respaldada por los partidos políticos haya servido por seis años se convierte en senador vitalicio.)
(incluida un ala de los justicialistas). En 1999, sin duda previendo una nueva La Corte Suprema de Chile actuó con mayor independencia a finales de la
presidencia después de las futuras elecciones de ese año, la Corte Suprema década de 1990, especialmente a través de sus sentencias sobre el tema de los
declaró inconstitucional un decreto presidencial que ampliaba el impuesto derechos humanos, gracias a una reforma de la Corte Suprema y al hecho
a las ventas, y por primera vez limitó la discreción presidencial para expe- de que en 2000 sólo cuatro de 21 miembros de la Corte eran herencia de la
dir decretos que tuvieran fuerza de ley (oNu). La creciente independencia dictadura de Pinochet. La reforma de la Corte, señala Agüero, surge de los
de la Corte estuvo unida a una mayor competitividad del proceso electoral. acuerdos entre el gobierno y los partidos de oposición para garantizar el
El Congreso y la Corte Suprema mexicanos, como lo demuestra Dresser, papel de aquélla como árbitro imparcial con un amplio apoyo. Al finalizar
habían estado aprendiendo a ser más independientes. Por primera vez, en la década de 1990 la Corte ordenó que los casos de "desapariciones" para
1997, ningún partido político obtuvo la mayoría en la Cámara de Diputados, los cuales aún no existía responsabilidad se consideraran secuestros, toda-
lo que creó una dinámica política más compleja que al final hizo posible que vía bajo investigación. En consecuencia, la ley de amnistía no podía apli-
el Congreso ejerciera una influencia independiente. Los presupuestos para carse a los casos que todavía no se habían resuelto. El8 de agosto de 2000, la
los siguientes años fiscales fueron modificados en comités, y se hicieron Corte Suprema dictó que el antiguo dictador y senador vitalicio, Augusto
418/ Jorge L Domfnguez Una evaluación de la década de 19901419

Pinochet, fuese despojado de su inmunidad parlamentaria y juzgado por cas clientelistas son una forma malsana de la autonomía del Congreso, que
los crímenes cometidos durante su dictadura32 • fomentan la corrupción y debilitan las perspectivas de un mandato demo-
Las cortes supremas de Brasil y Colombia, y la Corte Constitucional de crático. El comportamiento que busca partidas del presupuesto para el pa-
Colombia, como lo anotan Lamounier y Cepeda en sus respectivos capítu- tronazgo político de legisladores políticamente autónomos, motivados por
los, ya no son tímidas. Han declarado inconstitucionales algunas de las prin- el clientelismo, es más pernicioso en parlamentos sin disciplina de partido
cipales propuestas de reformas económicas en cada país. La Corte Supre- precisamente porque tal conducta es menos restringida.
ma Federal de Brasil y las otras cortes federales por lo general se han ganado En América Latina, la posibilidad de una gobernabilidad democrática··
el respeto por su independencia frente a las ramas ejecutiva y legislativa del efectiva, es decir la representación de los intereses y propósitos públicos, es
gobierno; por ejemplo, la Corte Suprema declaró inconstitucional la signi- mayor en parlamentos con altos niveles de disciplina de partido, compe-
ficativa reforma propuesta al sistema de seguridad social. Sin embargo, el tencia, y con una autonomía política de los miembros individuales mu-
sistema de cortes estatales conserva muchas fallas y es mucho más vulnera- cho menor, como en Argentina, Chile y por fin México, entre los estudia-
ble a la corrupción. En Colombia la Corte Suprema y la Corte Constitucio- dos en este libro. Una alta autonomía política de la Corte Suprema parece
nal han dictaminado en extenso sobre temas relativos a la extradición de aumentar las perspectivas de libertad democrática en América Latina pero,
narcotraficantes, la seguridad personal y sobre varios intentos para frenar a principios del siglo XXI, a menudo a costa de demorar y aumentar los
la violencia en el país. El mayor alcance de la competencia política en am- costos de las reformas en materia económica. El dilema es que el funciona-
bos países, incluida pero no limitada a la competencia entre los partidos, miento de estos órganos constitucionales fundamentales parece exigir el
amplía el espacio para esa conducta de las cortes. Sin duda, como sugiere sacrificio de algunos valores que valen la pena en la búsqueda de maximizar
Lamounier, algunos se preocupan por la "judicialización de la política", los logros de otro valor significativo. En la práctica real en América Latina, la
esto es, la sobrecarga de tareas impuestas a las cortes porque los ciudadanos autonomía de cada miembro del parlamento es contraria al apoyo parla-
y las organizaciones les piden resolver problemas políticos ordinarios, arries- mentario que requiere una gobernabilidad democrática efectiva, y la auto-
gándose a que surjan nuevas formas de politización de lo judicial. Lascar- nomía institucional de la Corte Suprema puede salvaguardar la libertad a
gas sobre estas cortes también se han aumentado como resultado de las refor- expensas de reformas económicas necesarias.
mas orientadas al mercado, que requieren que las cortes establezcan leyes
¿I>ernocraciassindernócratas?
sobre contratos y otras normas que conforman el mercado.
Los Congresos de Brasil y Colombia tienen la mayor autonomía políti- Existen algunos rompecabezas notables en las actitudes de la gente en algu-
ca y la menor disciplina de partido entre los países que se consideran en nos países latinoamericanos. Por ejemplo, consideremos la evidencia presen-
este libro, dos características que se refuerzan entre sí33 El Ejecutivo no tada por Marta Lagos en su capítulo respecto a Chile y Uruguay, dos países
puede confiar en los votos de los miembros del Congreso de su propio par- con una larga experiencia de gobierno constitucional que fue interrumpida
tido o en el supuesto apoyo de una coalición de partidos porque los miem- por sendos golpes militares a principios de la década de 1970. A finales de la
bros pueden ejercer su autonomía individual. Para asegurar el apoyo a sus década de 1990, la preferencia del público chileno por la democracia como
programas, el Ejecutivo en efecto "compra" los votos de miembros del Con- una forma de gobierno era de apenas ss% en contraste con los niveles de
greso de su propio partido y de la oposición, con prácticas clientelistas ge- preferencia de la democracia en Uruguay, por encima de 8o%. Esta diferen-
neralizadas: cambian favores por votos. En Brasil estas prácticas ocurren cia es difícil de explicar porque la tasa de crecimiento promedio anual del PIE
miembro por miembro y le permiten al presidente gobernar, como observa era el doble de alta en Chile que en Uruguay durante esos años. ¿Por qué los
Lamounier, con un considerable apoyo legislativo. En Colombia el inter- chilenos consideraban de menor valor la democracia, aun cuando ésta pare-
cambio clientelista ocurre algunas veces a través de las facciones en que cía desempeñarse mejor en su país que en Uruguay?
están formalmente organizados los partidos. Los miembros del Congreso Otro acertijo es el de las actitudes de los venezolanos, quienes en 2000
emplean su relativa independencia para obtener beneficios materiales para expresaron los más altos niveles de optimismo por el futuro económico de
quienes lo apoyan o para ellos mismos, no para monitorizar la conducta su país y por su propio futuro económico. Éste era un tributo a la habilidad
presidencial o para centrarse en los temas de políticas públicas. Las prácti- del presidente Chávez para encantar a los venezolanos durante los dos
4:2ol Jorge I. Domínguez Una evaluación de la década de 19901421

primeros años de su presidencia. Sin embargo entre 1999 y 2000, las tendencias Perú y Venezuela. Algunas revisiones constitucionales redujeron las pers-
del PIB per cápita en Venezuela eran las segundas más bajas de la región; había pectivas de gobernabilidad en Colombia y de prácticas democráticas en
• . sena
muy pocas razones para creer que elfuturo economtco . color de rosa34 . Venezuela. Las transformaciones sociales debilitaron los sindicatos y su
Sin embargo, existen algunos patrones generales. La mayoría de los lati- capacidad para representar los intereses de los trabajadores en su sitio de
noamericanos apoyaba la democracia como la forma preferida de gobierno trabajo y en la política. Algunos parlamentos nacionales mantuvieron prác-
por márgenes altos y estables a finales de la década de 1990, como lo de- ticas clientelistas que obstaculizan la posibilidad de gobernabilidad demo-
muestra claramente Marta Lagos en su capítulo, pero los niveles de apoyo crática, como ocurre en Brasil, Ecuador y Colombia. En general, el nivel de
a la democracia cayeron a principios del siglo xxr 35 • Al terminar la década eficiencia de la gobernabilidad democrática sigue siendo inadecuado.
anterior, los latinoamericanos preferían la democracia a un gobierno auto- Sin embargo, durante los últimos diez años del siglo xx las tendencias
ritario por un margen aproximado de 4 a 1. Por .otro lado, en mayorías hacia una gobernabilidad más efectiva mejoraron, a pesar de los lunares,
igualmente consistentes, estaban insatisfechos con la forma como funcio- en un mayor número de países de América Latina. La mejoría es más clara
naba en sus respectivos países la democracia. Por márgenes gigantescos, si se compara la efectividad de la gobernabilidad democrática de finales del
estaban muy preocupados por la criminalidad, el abuso de drogas y la co- siglo pasado con la grave crisis político-económica del decenio de 1980. A
rrupción. Sorprendentemente, tenían poca confianza en las instituciones finales de la década de r 990, los gobiernos constitucionales en general pre-
esenciales de la gobernabilidad democrática. En la segunda mitad de la valecieron sobre los intentos de golpe militar; incluso la frecuencia de esos
década de 1990, la confianza en los Congresos nacionales de la región en intentos se redujo. Muchos partidos políticos se volvieron más confiables y
conjunto no superó 10% en ninguna de las cuatro encuestas de Latinobaró- responsables de lo que eran al comenzar la década. Algunos países refor-
metro llevadas a cabo; la confianza en los partidos políticos nunca excedió maron sus instituciones y leyes básicas para profundizar en la eficiencia de
7%. Sin embargo, como lo señala Lagos, la confianza en los Parlamentos la gobernabilidad democrática. Más parlamentos y cortes supremas se com-
en Europa se mantuvo alrededor de so% durante el mismo tiempo. Por portaron con mayor independencia de acuerdo con los mandatos constitu-
fortuna para la gobernabilidad democrática en América Latina, en la se- cionales. Tuvieron lugar significativas transformaciones en la sociedad; en
gunda mitad de la década anterior la confianza en las Fuerzas Armadas algunos aspectos, como el cambio del papel de las mujeres en política, se
nunca alcanzó 20%, lo que disminuyó la tentación de posibles golpes de dio poder a los ciudadanos para ejercer sus derechos. A finales del siglo xx,
Estado. los votantes mexicanos confirmaron la transición del país hacia un gobier-
La evidencia de la opinión pública no sugiere que los latinoamericanos no constitucional, con la elección del primer presidente de un partido de
sean autoritarios. Por el contrario, indica que prefieren gobiernos democrá- oposición desde la Revolución Mexicana, y los ciudadanos peruanos cele-
ticos pero también que tienen altas expectativas acerca de sus realizaciones braron el regreso de la democracia constitucional.
(sin embargo, las expectativas en Chile pueden ser demasiado altas). Los A principios del siglo xxr, la gobernabilidad democrática había mejora:
latinoamericanos parecen esperar mejores resultados de los gobiernos del do, aunque de manera irregular, durante la década anterior en Brasil, Chi-
momento, y son comprensiblemente críticos porque éstos se quedan cor- le y México, entre los países estudiados en este libro. La gobernabilidad
tos. Sus actitudes responden principalmente al bajo nivel de gobernabili- había mejorado ostensiblemente en Argentina en la década de 1990, pero
dad democrática en la región. En mayor parte, estos públicos no responden la implosión económica de 2002 la puso en grave riesgo. En Colombia y
a las tendencias, es decir, a cambios sutiles en el nivel de eficiencia de la Venezuela se deterioró. La calidad de la vida democrática peruana empeo-
gobernabilidad democrática, porque los problemas que enfrentan las de- ró durante la segunda mitad del decenio de 1990, pero el final de la larga
mocracias siguen siendo tan grandes que a menudo es difícil percibir las década del mandato de Fujimori en 2000 dio bases para una esperanza
pequeñas meJorías. democrática. Sin embargo en otros países también es evidente el récord de
Las circunstancias de un mandato democrático no son buenas en mu- una gobernabilidad democrática más efectiva: mejoró en todos los países de
chos países latinoamericanos. La región todavía sufre de un débil control Centroamérica, excepto Nicaragua (el mejoramiento en Guatemala tuvo su
civil sobre lo militar, por serios ejemplos de un mal desempeño de los par- origen principalmente en el acuerdo de paz de 1996, que puso fin a décadas
tidos políticos y por la debilidad de los sistemas partidistas en Colombia, de guerra interna, pero por lo demás las instituciones democráticas en Gua---'
422/ Jorge I. Domínguez

. temala permanecieron débiles). La gobernabilidad democrática mejoró tam-


bién en Panamá (donde los ciudadanos tuvieron suficiente libertad para
derrotar el intento de un presidente titular de modificar la Constitución
para permitir su reelección), República Dominicana, Uruguay y Bolivia.
En estos cuatro países los partidos de oposición lograron ganar la Presiden-
cia, y en todos ellos el Congreso desempeñó un papel significativo para mol-
dear las políticas públicas. El desempeño empeoró notablemente en Ecua- Notas
dor; permaneció casi igual y bastante deficiente en Nicaragua36 y Paraguay.
Cuba experimentó poco cambio en las estructuras autoritarias de su siste-
ma político.
En una visión de conjunto, la mayoría de los latinoamericanos vivieron
en sociedades más abiertas y fueron más libres para ejercer sus derechos
políticos, incluido el derecho a protestar contra el gobierno. Sus gobiernos Capítulo 2
trabajaron con mayor efectividad. En casi todos los países estas tareas pue-
den y deben realizarse aun mejor. Los latinoamericanos seguían escépticos "Adam Przeworski, Michael Álvarez, José Antonio Cheibub y Fernando Limon-
en cuanto a si los cambios positivos fueron lo suficientemente reales o du- gi, "What Makes Democracies Endure?", ]ournal ofDemocracy 7, núm. r (enero de

raderos. El pesimismo democrático todavía afectaba las perspectivas de 1996): 39-55; Karen Remmer, "The Political Impact of Economic Crisis in Latin
America in the r98os", American Political Science Review 8, núm. 3 (septiembre de
muchos ciudadanos de las Américas. El reto del nuevo siglo es hacer que la
1991): 777-Soo; y "The Sustainability ofPolitical Democracy: Lessons from Latin
gobernabilidad democrática en América Latina sea más creíble y verdade-
America", Comparative Political Studies 29, núm. 6 (diciembre de 1996): 6r 1-634-
'- ramente eficiente. 2' J. Samuel Fitch, The Armed Forces and Democracy in Latin America (Baltimore:

Johns Hopkins University Press, 1998).


3· Susan C. Stokes, Mandates and Democracy: Neoliberalism by Surprise in Latin

America (Nueva York: Cambridge University Press, 2001).


4· Matthew Soberg Shugart y John M. Carey, Presidents and Assemblies: Comtitu-

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1992); Mark P. Jones, "Evaluating Argentina's Presidential Democracy", en Presi-
dentialism and Democracy in Latin America, Scott Mainwaring y Matthew Soberg
Shugart,eds. (Nueva York: Cambridge University Press, 1997);Gary W. Cox,Making
Votes Count: Strategic Coordination in the World's Electoral Systems (Nueva York:
Cambridge University Press, 1997); Michael J. Coppedge, "Presiden tia! Runoffs Do
Not Fragment Legislative Party Systems", documento presentado en el congreso de
la American Political Science Association en Washington, D.C., agosto de 2000. En
la prueba empírica más rigurosa hasta la fecha de los efectos de la segunda vuelta
presidencial, Coppedge encuentra evidencia de una mayor fragmentación de los
sistemas de partido legislativos en los sistemas de segunda vuelt.:1. sólo cuando las
elecciones se llevan a cabo al tiempo con una elección plural para presidente. Es
decir, la segunda vuelta presidencial no fragmenta los sistemas de partido legislati-
vos cuando las elecciones para ambas ramas se realizan por separado.
5· Gregory Schmidt, "Fujimori's r990 Upset Victory in Peru: Electoral Rules, Con-
tingencies, and Adaptive Strategies", Comparative Poliúcs 28, núm. 3 (abril de r996):
3~1-354·

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