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MONOGRAFÍA

GOBIERNO DE FUJIMORI

ELABORADO POR:
KARLA PAREDES - GONZALO MEDINA - DIEGO GONZALES

PROFESOR:
JAVIER MOISES ARIAS

CURSO:
CIENCIAS SOCIALES

COLEGIO SANTA ANITA


Objetivos:

● Examinar los factores que contribuyeron en el gobierno de Fujimori para su prolongada


permanencia en el gobierno.
● Explicar el impacto del gobierno de Fujimori en los sistemas políticos e instituciones y cómo
esto influye en la vida de la ciudadanía.
● Analizar los hechos relevantes y errores políticos pasados durante el gobierno de Fujimori en
la identidad peruana.
● Reconocer las violaciones de los derechos humanos durante el gobierno de Fujimori.

Nosotros como grupo elegimos este tema para conocer más sobre el mandato de Fujimori, el cual ha
sido y sigue siendo un hecho histórico muy marcado para el Perú, el cual es muy controversial tanto
en Perú como a nivel internacional y actualmente sigue teniendo fuerza en algunos sectores del
Perú. A la vez este período nos permitirá explorar diferentes puntos de vista, argumentos y
perspectivas sobre temas como la democracia, los derechos humanos, la corrupción y el
autoritarismo, como también nos proporciona lecciones y enseñanzas relevantes para el presente y
el futuro ya qué analizando las políticas implementadas, las estrategias utilizadas y las consecuencias
resultantes nos puede ayudar a informar y mejorar la toma de decisiones políticas en la actualidad,
así como a prevenir la repetición de errores pasados.

MARCO TEÓRICO:

El gobierno de Alberto Fujimori dejó una profunda huella en la historia política del Perú. Desde su
ascenso al poder en 1990 hasta su controvertido derrocamiento en el 2000, Fujimori se convirtió en
un líder controvertido y polarizador, lo que provocó un intenso debate y opiniones encontradas. El
gobierno de Alberto Fujimori se caracterizó por una política económica liberal conocida como
"Fujishock", que implementó reformas estructurales drásticas para enfrentar la crisis económica y la
hiperinflación que azotaba al Perú en ese momento. Si bien estas iniciativas ayudaron a estabilizar la
economía y atraer inversión extranjera, también generaron altos costos sociales y afectaron a los
sectores más vulnerables de la población. Como resultado, su gobierno fue criticado y acusado de
violar los derechos humanos. Uno de los aspectos más polémicos de la presidencia de Fujimori fue su
lucha contra el rebelde Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA).
Bajo su mandato, se implementó una estrategia militar agresiva que incluyó abusos a los derechos
humanos y denuncias de ejecuciones extrajudiciales. Estos hechos han dado lugar a un acalorado
debate sobre si el fin justifica los medios y si la eficacia de la lucha contra el terrorismo puede
justificar violaciones de derechos fundamentales. Además, el personaje de Alberto Fujimori fue
asociado a la corrupción. Durante su administración, hubo muchos casos denunciados de soborno,
malversación de fondos públicos y enriquecimiento ilícito que involucraron a altos funcionarios de su
administración. Estos cargos de corrupción empañaron aún más su reputación y llevaron a su
condena y encarcelamiento. En los capítulos siguientes, analizaremos en detalle cada aspecto
importante, brindando un análisis completo y razonado del reinado de Alberto Fujimori. A través de
esta investigación, queremos contribuir al conocimiento y comprensión de un período clave en la
historia del Perú y promover un debate informado sobre el legado de uno de los líderes más
controvertidos del país.

Alberto Fujimori llegó al poder en un momento crítico para Perú. Para finales de la década de 1980,
el país andino sufría una de las hiperinflaciones más elevadas del planeta y estaba envuelto, desde
hacía décadas, en un conflicto armado contra la guerrilla maoísta Sendero Luminoso, que había
dejado decenas de miles de víctimas. Una crisis que este ingeniero de ascendencia japonesa supo
aprovechar postulándose como un candidato diferente a los partidos tradicionales de Perú.
Alberto Fujimori, Mario Vargas Llosa y Luis Alva Castro se enfrentaron en las elecciones senatoriales
de 1990. Vargas Llosa y Fujimori llegaron a la segunda vuelta, ganando este último con 62,4 votos.
Después de su elección, Fujimori viajó a Nueva York, donde se reunió con funcionarios del Fondo
Monetario Internacional, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial para buscar
apoyo financiero e inversiones. Posteriormente, Fujimori viajó a Tokio y se reunió con el emperador
Akihito y el primer ministro Toshiki Kaifu, quien anunció que enviaría una delegación para buscar
soluciones a la grave crisis económica qué estaba viviendo el Perú en esos tiempos. De regreso a
Lima, Fujimori se detuvo en Miami para reunirse con sus asesores financieros, entre los que se
encontraban Adolfo Figueroa, Felipe Morris, Carlos Boloña, Carlos Rodríguez Pastori Mendoza y
Hernando de Soto. El 19 de julio Fujimori anunció que Juan Carlos Hurtado Miller sería Presidente
del Consejo de Ministros y Ministro de Economía y Finanzas; asimismo, se anunció el nombramiento
de otros ministros.
Con base en estos hechos, varios políticos de la oposición, la prensa escrita y otros activistas
ciudadanos se opusieron a las acciones de Fujimori, acusándolo de dejar las manos en manos de
extranjeros y de gobernar a través del presidente.

El acto inaugural se llevó a cabo en el Congreso de la República del Perú el sábado 28 de julio de
1990. En el intercambio de órdenes estuvieron presentes los presidentes de Argentina, Bolivia, Chile,
Colombia y de Venezuela. De la misma manera se presentó el ministro español de Asuntos
Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez.

En su primer discurso a la nación tras recibir la banda presidencial de manos del nuevo presidente
del Senado y luego primer vicepresidente de la República, Máximo San Román Cáceres, Fujimori
entregó un mensaje a la nación en el que criticó severamente las acciones corruptas del gobierno de
Alan García y lamentó el “desastre” ocurrido por este gobierno alanita, presentó un panorama de la
economía y anunció su aporte a la economía social de mercado, las negociaciones internacionales y
la continuidad de los compromisos.
Dando como discurso lo siguiente: "Tenemos que enfrentar la más profundo crisis que ha vivido el
país a lo largo de su historia republicana, una economía atrapada en la hiperinflación y la depresión,
una sociedad desgarrada por la violencia, la corrupción, el terrorismo y el narcotráfico”, casi una
economía de guerra en pocas palabra.
En efecto, el Perú en 1989 había terminado con una recesión masiva del 12% del PIB, una inflación
anual del 2.773%, una deuda externa que ascendía a 20.000 millones de dólares y el dólar cotizaba a
4.800 intis al tipo de cambio oficial. El nuevo presidente cuantificó la inflación acumulada en todo el
quinquenio en la "tasa impactante" de más de 2.200.000%. Ahora bien, la mayoría de estas variables
continuaron empeorando, en particular la inflación, que solo creció al 100% en julio. El déficit fiscal
fue mayor que el PIB.
A todo esto Fujimori agregó que sólo el 15% de la población activa tenía un "trabajo adecuado",
mientras que había un 10% desempleados y un 75% subempleados.

Al comprometerse con el establecimiento de una genuina economía social de mercado, la


simplificación de la administración pública, la derogación de los monopolios y la incorporación del
Perú a la comunidad financiera internacional, Fujimori ya estaba brindando información correccional
a quienes apoyaron su plataforma socialista durante la campaña electoral.
La impresión dada fue inexacta, ya que el presidente estaba a punto de aplicar las estrategias
neoliberales propugnadas por FREDEMO (Frente Democrático), que fueron el objetivo principal de
los ataques de Cambio 90 y finalmente condujeron a la derrota de Vargas Llosa. Además, sus
acciones iban más allá de las pautas recomendadas por el FMI (Fondo Monetario Internacional).

El 8 de agosto, el Primer Ministro y Ministro de Economía y Finanzas, Juan Carlos Hurtado Miller,
declaró un severo plan de austeridad y ajuste para prevenir la hiperinflación, frenar las compras
especulativas y desalentar las compras de pánico. La eliminación de los subsidios a productos de
primera necesidad como el pan, la leche, el azúcar y las pastas se tradujo en una duplicación de sus
precios, así como en 3.000 el galón de alza en el mercado de las gasolinas. Las medidas indicadas por
el anuncio de medidas de compensación fueron la instalación de comedores populares y subsidios
para agua y transporte público.

El PAP (Partido Aprista Peruano) y la izquierda parlamentaria fueron tomados desprevenidos por el
vulgarmente denominado fujishock, lo que los llevó a acusar a Fujimori de “traición a la patria” y
“agresión al pueblo”, lo que llenó la desesperación de quienes ya vivían una situación límite.
Tras el anuncio del gobierno, Lima vivió una serie de motines y saqueos que fueron sofocados por la
Policía, resultando en varios muertos y más de 7.000 detenidos. Hasta finales de año, Fujimori estuvo
plagado de numerosas huelgas de trabajadores, ataques terroristas y persistentes informes de
descontento dentro de las Fuerzas Armadas debido a su rápida destitución de los comandantes en
jefe de la Fuerza Aérea y la Armada. La economía en 1990 experimentó un impacto positivo de la
terapia de choque, lo que llevó a un crecimiento negativo del PIB del 6% y una inflación máxima del
7.600% entre diciembre y enero.

Perú entró en una nueva etapa de desarrollo económico con la desnacionalización de la banca
privada, privatizaciones parciales del parque empresarial estatal, liberalización de las tasas de interés
y flexibilización del régimen monetario cambiario.
La transición económica estuvo anclada por el reemplazo del inti desalojado, que fue introducido por
el gobierno acciopopulista de Fernando Belaúnde Terry en febrero de 1985, con el nuevo sol el 1 de
julio de 1991. Un millón de intis era el valor de una moneda que se cambiaría en octubre del preciso
año.

Al mismo tiempo, Fujimori llevaría a cabo una diplomacia económica activa, renegociando los pagos
de la deuda externa, recibiendo nueva asistencia financiera y realizando visitas y reuniones para
promover la integración del Perú en los planes de integración y cooperación regional e internacional.
El gobierno creía que la pesadilla inflacionaria había terminado, pero el impacto social de las
medidas de choque fue enorme. Prevenir la propagación de la violencia era la prioridad más urgente
del gobierno, ya que la inflación continuaba su trayectoria descendente, pasando de un promedio
anual de tres dígitos en 1991 a dos dígitos en 1992. En cuestión de semanas siguientes estallaría una
epidemia de cólera que mató a más de 500 personas en todo el país.

La epidemia, provocada por el consumo de agua corriente contaminada por sistemas de tratamiento
de agua ineficientes, puso fin de manera extraordinaria al subdesarrollo y la falta de inversión pública
que había afectado al Perú, entregando al país $770 millones provocando pérdidas económicas, esto
se debía a los embargos impuestos al comercio exterior de alimentos, especialmente productos
pesqueros, y al declive del turismo.
El impacto en la salud, combinado con la devastación en regiones clave por el evento climático del
Niño, tuvo un impacto muy negativo en la recuperación económica inicial. Tras la tasa positiva del
2,4% registrada en 1991, la recesión volvió a estar en pleno apogeo. En 1992, la tasa negativa fue del
2,7%.

En el campo de la seguridad interna, Sendero Luminoso y el MRTA siguieron una estrategia de


conquista revolucionaria del poder, que fue violada sistemáticamente por las poderosas guerrillas de
extrema izquierda. Sus atentados terroristas, asesinatos y emboscadas ensangrentaban al país desde
hacía una década, involucrando a las fuerzas armadas del Estado en una lucha sucia. Hasta esas
fechas, la guerra civil se había cobrado miles de muertos y desaparecidos, siendo la mayoría de ellos
causados ​por la insurgencia senderista.
Primero, Fujimori enfatizó su intención de dialogar con el fin de llegar a un acuerdo mutuo con los
subversivos; también anunció una política de inclusión social para erradicar la pobreza, a la que veía
como la "raza de la destrucción". Para ello, el gobierno implementó una política de asistencia social a
los grupos más vulnerables del país e inmediatamente lanzó una campaña de alianzas con la
población, creando una alianza entre el gobierno, las Fuerzas Armadas y Policía Nacional, con los
agricultores y la sociedad.

La primera parte de la estrategia lanzó campañas de acción ciudadana para proteger a los
agricultores en áreas afectadas por elementos destructivos y estableció organizaciones de defensa
civil. La segunda parte de la estrategia exigia la creación de un servicio de inteligencia donde se
podría identificar y neutralizar efectivamente a los elementos subversivos. A través de la propuesta
de reconciliación original, Fujimori obtuvo plenos poderes del Congreso para gobernar y legislar
sobre decretos de leyes de pacificación, reestructuración del Estado, inversión privada y creación de
empleo. Sin embargo, se formó un comité para desarrollar una estrategia de política contra la
subversión que ayudaria a desarrollar una estrategia contra el terrorismo más eficaz.
En este comité se reflejó la división entre el ejecutivo y el legislativo, donde dos corrientes
ideológicas de estrategias de reconciliación. La primera parte quería desarrollar una política
consistente de reconciliación, mientras que el poder ejecutivo estaba listo para desarrollar una
estrategia antirrevolucionaria más fuerte; porque se creía que la subversión específica no se podía
cambiar a través del diálogo, la violencia y la eliminación selectiva. De esto se desprende que las
conversaciones de paz tenían una naturaleza dual.

Por un lado, Fujimori planteaba la cuestión de la inclusión social como medio de reconciliación, por
otro lado, mostraba que no estaría dispuesto a ceder a la política del diálogo con elementos
subversivos. En cambio, abogó por una estrategia estructurada de dura represión que, en última
instancia, daría lugar a abusos contra los derechos humanos. Como resultado, Fujimori presentó una
serie de proyectos de ley al Congreso en 1991 que garantizaban plenos poderes al poder ejecutivo ya
las fuerzas armadas en la lucha contra la subversión.
Gran parte de los miembros del Congreso consideraron ilegales algunos de estos estatutos y, por lo
tanto, los vetaron; el argumento a favor del veto fue que el estatuto estaba redactado de manera
imprecisa, lo que podría dar lugar a su mala interpretación, lo que atentaría contra las libertades y
derechos de los ciudadanos, así como contra la democracia en riesgo.
El decreto de veto ejecutivo tuvo un efecto negativo en el Congreso. Fujimori lanzó una campaña de
desprestigio contra congresistas y senadores, poniendo a la opinión pública en su contra. Este juego
manipulador con el uso de los miedos de la gente lo llevó a argumentar que el estado de la
democracia y la creciente ola de corrupción en el país no le brindaban las condiciones necesarias
para la implementación de una efectiva política antisubversiva; porque un sistema legal corrupto
entorpecia el proceso de reconciliación.

Desde fines de 1991, el PAP y FREDEMO habían comenzado a expresar una oposición constante al
gobierno en el parlamento, incluida la aprobación de una serie de actos legislativos bloqueados que
otorgaban poder al poder ejecutivo al gobierno y narcotráfico.
Al respecto, el 14 de mayo, el gobierno había firmado un comunicado sobre la implementación de
una estrategia conjunta para combatir el tráfico y la producción masiva de cocaína por medios
militares, bajo la presión de Estados Unidos, que había suspendido la ayuda económica.
En lo que respecta a esto, se liberó a decenas de narcotraficantes y más de 200 senderistas y los
inhabilitó conmutando arbitrariamente las penas de otros detenidos. Fujimori se sintió frustrado por
la división y limitación del poder estatal y las restricciones legales que le impusieron las decisiones
del Congreso y las autoridades judiciales. Decidido a eliminar los impedimentos a los proyectos
gubernamentales y a ganarse el respeto de los militares, el presidente rompió el orden constitucional
y lanzó un golpe organizado que se llevó a cabo durante la noche del 5 de abril de 1992, es decir,
llevó a cabo un autogolpe.
Cumplido el autogolpe, comienza la sistematización de la estrategia antirrevolucionaria, es decir, la
Agencia de Inteligencia del Estado debe buscar elementos subversivos de manera organizada y
selectiva. Al mismo tiempo, comenzaron las persecuciones y detenciones de los líderes políticos que
se oponían al golpe, lo que indica una estrategia integral para debilitar cualquier resistencia al nuevo
régimen instaurado por Fujimori.
Se continuaba la presión sobre las fuerzas del gobierno golpista de Fujimori lo qué llevó a que
convocara a nuevas elecciones para un nuevo Congreso. Al mismo tiempo, difundió la idea de que los
políticos que se oponían a su gobierno representaban un viejo sistema ineficaz en la lucha contra el
terrorismo y la crisis económica; presentando a sus candidatos como la unica y eficaz opcion para
una nueva economía y una política antirrevolucionaria.

El llamado autogolpe el cual fue apoyado por las Fuerzas Armadas, tuvo un inmediato respaldo
popular: 80% de peruanos aplaudieron esta decisión, luego de estar hastiados de una década de
violencia y crisis económica, desilusionados por el fracaso de las élites de los partidos políticos al no
haber podido resolverlas. Aun así, la violencia continuaba imperando.
El Partido Comunista PCP-CL conocido como Sendero Luminoso, grupo insurgente maoista que en
1980 había declarado una guerra popular prolongada. contra el Estado peruano, lanzó una serie de
violentas campañas en Lima, que desconcertaron a todos los peruanos. Una vez más la popularidad
de Fujimori empezó a decaer. Comenzaron a correr rumores en los pasillos del Congreso
norteamericano sobre la necesidad de incrementar la influencia norteamericana en el PCP-CL, con la
finalidad de evitar una victoria senderista.

La idea inicial de Fujimori era de legitimar al nuevo gobierno con un decreto de gobierno en un
referéndum programado para el 5 de julio, pero no había sido posible normalizar la democracia,
rechazada por presiones de la OEA para exigir un horario preciso para la normalización democrática.

Con la delegación de plenos poderes al señor Fujimori, la suspensión de la vigencia de la Constitución


Política de 1979 y la designación de un gobierno de emergencia, a partir de noviembre, el Gabinete
encabezado por el señor Alfonso de los Jerez Pérez Albera sería reemplazado por el Sr. La Puente
Raygada que se convertirá en Primer Ministro, el cual contaba con el apoyo inquebrantable de la
cúpula militar, que había enviado soldados a patrullar las calles en nombre de los principales
periódicos, estaciones de radio y televisión, al mismo tiempo despertó una favorable simpatía entre
los habitantes de Lima.

Los militares pusieron a los líderes del Partido Populista, el presidente de la Cámara de
Representantes Roberto Ramírez del Villar y el presidente del Senado, Felipe Osterling Parodi, bajo
arresto domiciliario e intentaron arrestar a Alan García, pero este había escapado por poco y se
rindió.
Desde allí vivió en el exilio antes de ser evacuado a un centro de asilo proporcionado por la
Embajada de Colombia. El 9 de abril, en una sesión secreta, 99 legisladores y 36 senadores
anunciaron la vacancia del jefe de Estado por "persistente incompetencia moral", además ante la
ausencia del país del primer vicepresidente nombraron de vicepresidente a Carlos García García,
siguientemente este nombramiento qué se había dado se abandonó a las pocas horas cuando García
corrió a la embajada argentina a refugiarse producido por el autogolpe.

Mientras tanto, algunos opositores políticos al régimen de Fujimori decidieron no postularse para el
Congreso, ya que eso habría significado conceder la abolición del Congreso y legitimar el gobierno
golpista. Esta victoria ayudó a Fujimori a seguir promulgando nuevas leyes para garantizar la
efectividad de su gobierno, como leyes de cadena perpetua, apoyo a patrullas campesinas y
programas sociales, como la construcción de escuelas y la donación de alimentos y levaduras
medicinales.
Hay que tener en cuenta que durante el Autogolpe, Fujimori logró concentrar en sí mismo los tres
poderes; Al hacerlo, creó una nueva constitución nacional, otorgando más poderes a los militares y
restringiendo las libertades civiles y políticas de los peruanos. Todo ello fue la base para instaurar un
"estado de emergencia y reconstrucción nacional", que ayudó a afirmar su dominio político.

Por otro lado, la idea de terror se utiliza constantemente como medio de mayor opresión, ya que
quienes denunciaban los errores del gobierno de Fujimori serian acusados ​de estar del lado del
terrorismo o la corrupción y de no querer sacar al país del caos. Fujimori abolió las elecciones
directas para los gobiernos regionales e introdujo un sistema para nombrar gobernadores.

La justificación que se da a este nuevo sistema de elección de representantes era impedir el ingreso
al gobierno provincial de quienes pudieran aliarse con los senderistas. La imagen del terrorismo
llevaba consigo la idea de que quien se oponia al gobierno era enemigo del pueblo, por lo que,
utilizando la retórica hobbesiana, Fujimori hacia creer al pueblo que habia que hacer todo lo posible
para lograr la paz en un país marcado por el caos rebelde, incluido el uso de la violencia como medio
de autodefensa. Este discurso se refería a que en el sentido de que cuando las personas hacen un
pacto con un gobernante, renuncian a sus libertades y derechos a cambio del bien común, en este
caso la paz. Cabe señalar que la democracia en el Perú no tenía ningún sentido para los pobres;
porque el Estado nunca les había garantizado igualdad de derechos, medidas e integración social.
Todo esto lo podemos validar con lo siguiente.
En el año 2007, Rochabrún explica: “El apoyo de la gente a la dictadura de Fujimori surgió porque le
atribuían los valores de astucia, constancia, fortaleza y seguridad” (p.9).

El objetivo de Fujimori para derrotar el terrorismo era claro y todo esto se dio el 12 de septiembre
de 1992, direccionado por la DIRCOTE (Direccion Contra el Terrorismo), donde su principal objetivo
era combatir al grupo terrorista llamado Sendero luminoso donde fueron detenidos el máximo líder
de la organización, Abimael Guzmán Reinoso, alias Presidente Gonzalo, su esposa , Elena Iparraguirre
Revoledo, alias Camarada Miriam, y otros siete senderistas. El líder del Ejército, odiado por la
población por sus cargos de terrorismo ciego, habia aparecido ante una multitud jubilosa con un
clásico uniforme de prisión a rayas y hasta encerrado en una celda con barrotes a vista de las
autoridades, periodistas y reportes televisivos.
La decapitación de Sendero Luminoso, que sumó más de 20.000 personas, impuso su dominio sobre
una amplia zona del sur del país, manteniendo intacta su letalidad, y fueron apareciendo trágicos
sucesos como el coche bomba en vía Tarata, Miraflores el 16 julio de 1992 donde su objetivo
principal era dinamitar el Banco de Crédito del Perú, donde 50 personas murieron en el distrito y más
de 400 negocios quedaron en cenizas, lo que tuvo un efecto devastador en la guerrilla, que redujo
mucho sus ataques y comenzó a colapsar. En la tarde de ese trágico día, el equipo senderista lanzó
ataques en pequeña escala contra estaciones policiales e instituciones financieras con el objetivo de
dispersar a la fuerza policial y obtener una línea de conducta clara. Días después de este atentado se
dio otro comandado por Fujimori “el trágico atentado en La Cantuta” donde la madrugada del 18 de
julio del 92, miembros del Grupo Colina (Servicio de Inteligencia del Perú) recibieron órdenes de
intervenir en los dormitorios de la Universidad Enrique Guzmán Valle con el fin de capturar a los
presuntos autores del atentado de Tarata. Aunque inicialmente se emitió una orden de arresto, el
jefe de la operación, Santiago Martín Rivas, después cambió la orden por una ejecución inmediata a
las afueras de la Ciudad de Lima, donde los asesinaron y sepultaron en fosas clandestinas. El grupo
de Colina había ingresado al campus y rodeado a los sospechosos según la información
proporcionada por agentes que se infiltraron como estudiantes y además trabajaron con un profesor
que se unió a ellos con un pasamontañas para evitar ser identificado.

Entre los ataques sendistas del año anterior a este hecho se encontraba el asesinato de la dirigente
del barrio Vila El Salvador, María Elena Moyano. María Elena, la cual era famosa por sus críticas
públicas a Sendero Luminoso y sus actos terroristas, fue brutalmente ejecutada por comandos de
Sendero el 15 de febrero mientras asistía a una fiesta municipal en su distrito. En el asesinato, tras
recibir varios disparos no basto solo con eso sino qué dinamitaron su cuerpo.
Asimismo, otro trágico suceso fue alrededor de la medianoche del 5 de junio, un carro bomba
explotó cerca del edificio del canal de televisión Frecuencia Latina. Este hecho marcó un nuevo hito
en la escalada de violencia en el conflicto interno, ya que fue la primera vez que Sendero Luminoso
atacaba públicamente a un medio de comunicación. En el ataque murió el periodista Alejandro
Pérez.

A todo esto Abimael Guzmán fue juzgado en primera instancia por un tribunal militar de jueces
encapuchados, condenado a cadena perpetua y recluido en prisión en la base naval de la isla de San
Lorenzo frente a las costas del Callao. En octubre de 1993, como medida acordada por el gobierno,
presumiblemente a cambio de mejores condiciones de detención, Guzmán pidió a los senderistas
aún activos que depusieran las armas y con indiferencia propuso un acuerdo de paz con el estado,
pero finalmente no se materializó en concreto.

Luego del cierre del congreso, comenzó a gestarse un autodeclarado estado de emergencia y
reconstrucción nacional, donde Fujimori tenía el control absoluto, aparte ya se qué el poder
legislativo estaba disuelto y el poder judicial intervenido. Este tipo de gobierno fue importante para
el primer presidente porque había aclarado qué el único obstáculo para él era qué el congreso no lo
dejaba gobernar como se debía. Fujimori lo llamaba represión de la oposición, pero también lo
llamaba corrupción. Con el cierre del parlamento, el presidente habia buscado personalmente
soluciones al terrorismo y la crisis económica. Para ello, debía cambiar la constitución y dar nuevas
coordenadas al sistema político del Perú. Aunque Fujimori ha propuesto medidas para solucionar al
menos parcialmente la crisis económica desde el inicio de su mandato, como se muestra
principalmente. Luego señaló que sería necesario cambiar las reglas e implementar la resolución a
otros ritmos, lo que no hizo hasta el final del congreso.
En su momento, la prensa escrita y los diputados criticaron la intervención porque consideraban que
el gobierno carecía de autonomía y estaba siendo manipulado por otros grupos en el extranjero.
Periódicos como La Repubblica publican columnas que especulan que Perú está gobernado por
potencias extranjeras que influyen en la formulación de políticas. A pesar de esta situación, el
presidente continuó con su plan, proponiendo un proyecto político de largo plazo para el desarrollo,
la modernización y el desarrollo sostenible junto a la "coalición del poder ejecutivo, fuerzas armadas
y equipos de profesionales independientes".

En un intento de disuadir al público, en noviembre de 1992 se transmitió en todos los canales


abiertos el documental “Tres años que cambiaron la historia”, destacando los cambios que había
hecho el presidente luego de la respuesta internacional vista en video.

C.C. Fernando nos da una breve apreciación de este documental dado por Fujimori:
En suma el reportaje combina, hechos históricos ciertos, hechos históricos reinterpretados,
razonamientos históricos y conceptuales que no tenían evidencia, ni menos se mostraba que,
los mismos hechos históricos que se cuestionaban, formaban parte de su propia historia
como partido de gobierno. Nuevamente, se recreaba la realidad para mostrar la certeza de
las acciones del gobierno fujimorista. (2022 - Politikaperu)

Alberto Fujimori solo tuvo un segundo gobierno en Perú, que abarcó el período del 28 de julio de
1995 al 22 de noviembre de 2000. Durante este periodo, se llevaron a cabo varios acontecimientos
importantes en el país.
Durante el segundo gobierno de Fujimori, el Perú experimentó un período de crecimiento económico
relativamente estable, impulsado en gran parte por políticas económicas que incluyeron la
liberalización del mercado y la privatización de algunas industrias.
En 1996, hubo una toma de rehenes masiva en la residencia del embajador japonés en Lima por
parte del grupo guerrillero MRTA. La crisis duró 126 días y terminó con una operación militar
conocida como "Chavín de Huántar", que liberó a los rehenes y acabó con la vida de todos los
miembros del MRTA que mantenían secuestrados a los diplomáticos y visitantes en la residencia.
Los conflictos armados internos con Sendero Luminoso, durante su gobierno, Fujimori continuó con
una política de represión contra el grupo guerrillero Sendero Luminoso, lo que llevó a la captura de
algunos de sus líderes, incluido Abimael Guzmán, en 1992.
Por último la crisis política y renuncia la cual se dio en noviembre de 2000, donde se desató una crisis
política debido a denuncias de corrupción y abusos de poder. Ante las protestas y las acusaciones,
Fujimori anunció su renuncia a la presidencia desde Japón, donde se encontraba en un viaje oficial. A
partir de entonces, se abrió un período de incertidumbre y se convocaron nuevas elecciones.

El proceso de vacancia presidencial contra Alberto Fujimori fue una acción del Congreso de la
República del Perú con el objetivo de declarar la "incompetencia moral permanente" del presidente
Alberto Fujimori, creando una vacante presidencial. Este hecho fue parte de una crisis política en
Perú en el año 2000 que culminó con el escándalo de los Vladivideos que mostraban el alcance de la
corrupción en el gobierno.
En medio del caos y la incertidumbre política que generaron estos hechos, Fujimori llegó a la Cumbre
de APEC el 13 de noviembre en Brunei. Al término de esta conferencia debía pasar por Kuala Lumpur
y luego a Tokio y de allí hacer un viaje a Panamá para la X Cumbre Iberoamericana; pero a pesar de
esto Fujimori se quedó en la capital japonesa, renunciando a la presidencia de Perú. El Congreso
republicano no aceptó este proyecto de ley y, en cambio, procedió a declarar "incapacidad moral
permanente" y la inmediata vacancia de Fujimori.

Hoy en día los cambios que hayan ocurrido durante su gobierno y que se mantenga hasta la
actualidad serían resultado de las políticas implementadas durante su mandato y de las decisiones
tomadas por los gobiernos posteriores. A continuación, mencionaremos el más importante cambio
que se originó durante el gobierno de Fujimori y que actualmente ya no se da de la misma forma qué
años anteriores.

Fujimori logró controlar la inflación, que era un problema importante en Perú en ese momento ya
que la lucha contra la inflación fue una prioridad para el gobierno de Fujimori, y se implementaron
diversas estrategias con el objetivo de estabilizar la economía y mejorar las condiciones de vida de la
población. Principalmente en Perú en la década de 1990, la inflación estaba en niveles preocupantes,
alcanzando tasas anuales de tres dígitos en algunos momentos, lo que afectaba gravemente el poder
adquisitivo de la población, erosionaba los ahorros y desalentaba la inversión y el crecimiento
económico.

Una de las primeras acciones del gobierno de Fujimori para combatir la inflación fue la adopción de
una política monetaria restrictiva, en la que se controló rigurosamente la emisión de dinero por parte
del Banco Central de Reserva del Perú. Esta medida tenía como objetivo reducir la cantidad de dinero
en circulación y, por lo tanto, frenar el crecimiento desmedido de los precios. La administración
también buscó mantener una tasa de cambio estable y realista para el sol peruano, lo que
contribuiría a contener las presiones inflacionarias asociadas con una devaluación de la moneda.

Otro aspecto importante de la lucha contra la inflación en el gobierno de Fujimori fue el enfoque en
la estabilidad política y la gobernabilidad. La estabilidad política es esencial para implementar
políticas económicas efectivas y atraer inversiones, ya que la incertidumbre política puede afectar
negativamente la confianza de los inversores y, por lo tanto, la estabilidad macroeconómica.

A medida que avanzaba la década de 1990, las políticas adoptadas por el gobierno de Fujimori
comenzaron a mostrar algunos resultados positivos en la lucha contra la inflación. La tasa de inflación
comenzó a disminuir gradualmente, pasando de tasas anuales de tres dígitos a un dígito en los
últimos años de la década. Esto permitió una mayor estabilidad de precios y una recuperación del
poder adquisitivo de los ciudadanos, lo que mejoró sus condiciones de vida.

La política monetaria restrictiva adoptada por el gobierno de Fujimori logró controlar la expansión
monetaria y, como resultado, reducir las presiones inflacionarias. Al limitar la cantidad de dinero en
circulación, se evitó que los precios se dispararan descontroladamente. Sin embargo, esta política
también tuvo algunos efectos negativos, ya que el crédito se volvió más costoso y menos accesible
para la población y las empresas, lo que afectó el crecimiento económico en cierta medida.

La estabilidad política y la gobernabilidad también fueron factores clave en el éxito de las políticas
antiinflacionarias. La administración de Fujimori logró mantener la estabilidad política y evitar
grandes conflictos sociales, lo que generó un ambiente propicio para el desarrollo económico y la
atracción de inversiones extranjeras. Además, la creación de un marco institucional sólido, con una
gestión más eficiente del Estado, contribuyó a una mayor previsibilidad y confianza en el país.

Actualmente desde principios de año hemos estado viviendo un incremento de inflación más
promulgado por la parte de la economía debido a todas las revueltas huelgas desde qué el ex
presidente castillo fue vacado y arrestado y el nuevo ingreso de nuestra actual presidenta de la
república Dina Boluarte, a todo esto las consecuencias actualmente son notorias ya que los precios al
consumidor subieron menos de lo esperado a inicios de años a pesar de las mayores tensiones
políticas, pero las tasas de interés a 12 meses han seguido subiendo mientras el país andino enfrenta
su inflación más alta en parte de un siglo.
Datos del gobierno mostraron que los precios al consumidor en el área metropolitana de Lima,
considerada la referencia nacional, subieron un 0,23% en el primer mes del año, muy por debajo del
pronóstico medio de 0,43% en una encuesta de economistas de Reuters. Fue el aumento mensual
más bajo desde enero del año pasado, desacelerándose del aumento del mes anterior de 0,79%,
aunque no lo suficiente como para evitar que la inflación anual alcance su nivel más alto desde julio.
Los datos de la agencia de estadísticas INEI mostraron que los precios al consumidor subieron un
8,66% en los 12 meses hasta enero, cerca del máximo de un cuarto de siglo del año pasado, a pesar
de las previsiones del mes de enero del ministro de Economía, Alex Contreras.
Todo esto se debió a las protestas y los bloqueos de carreteras que se llevaron a cabo los primeros
meses de este año 2023 dando así como consecuencia de elevación de los precios de los alimentos.
El aumento está siendo temporal debido a las medidas de incentivo propuestas por el gobierno para
las zonas afectadas por las protestas. Perú, el segundo mayor productor de cobre del mundo, ha
estado experimentando disturbios políticos y sociales desde diciembre, cuando las protestas
antigubernamentales bloquearon carreteras y se enfrentaron con las fuerzas de seguridad, dejando
varias personas muertas.
El Instituto Nacional de Estadística había manifestado en un informe que el aumento de la inflación
mensual se debe principalmente a mayores costos de alimentos y bebidas, así como a mayores
precios de hoteles y restaurantes. Los menores costos de envío compensan parcialmente este
aumento.Los nuevos datos también llegan tras un fuerte ajuste monetario, ya que el banco central
de Perú ha elevado su tasa de interés clave periódicamente desde la segunda mitad de 2021 para
combatir la inflación, que ya superó su rango objetivo del 1% al 3%. El aumento más reciente de 25
puntos básicos, a 7,75%, ocurrió en enero, cuando el banco central dijo que esperaba que la inflación
disminuyera a partir de marzo y volviera a su rango objetivo en el cuarto trimestre.

La permanencia tanto del gobierno de Fujimori como la qué tenemos los peruanos actualmente es
de “La Prensa chicha” la cual fue sede de editoriales controladas por Vladimiro Montesinos. Los
informes escritos de los medios llevaron a cabo campañas de desprestigio contra sus oponentes,
Alberto Andrade y Luis Castañeda Locio. El auge del comercio diferenció a las clases tradicionales
mediante el uso de portadas que no eran de prensa, grandes audiencias en las áreas D (clase media
baja) y E (pobreza extrema), y el uso de material provocativo para promoverlas.
En 1998 se utilizaron menos páginas, unas 16, para reducir costos antes de que cada una se vendiera
por lo menos a 50 centavos.
​De acuerdo con Cala Buendía (2012), “con el neopopulismo del 2000 ayudó a entenderse mejor,
debido a la crisis social que sufrió en el gobierno; lo que cambió la educación, la cultura y la entidad
del país.” (p. 8).​

Los diarios que emplearon la técnica fueron elaborados por gente de escasos recursos. Entre los
nombres más relevantes fueron: Ajá, El Chino, El Popular, El Mañanero (1992), Tío, El Chato, La
Chuchi (1998), La Yuca (2000), El Men (1999). Algunos diarios deportivos incluyeron secuencias de
farándula debido a que desde entonces los futbolistas fueron el centro de la atención. Además, se
crearon dos diarios, Repúdica y Repudio, para desprestigiar al opositor La República sobre Repúdica,
este diario recurrió a insultos contra opositores al régimen.

Actualmente esto permanece en el Perú y lo pudimos notar en el no lejano gobierno de nuestro ex


presidente Pedro Castillo el cual durante su gobierno surgió un grupo de medios oficialistas con el fin
de perfeccionar y aumentar la popularidad de la imagen del gobierno y atacar a la oposición
(derecha). Entre los periódicos comprados están: El sombrero, Horas de lucha, El diario, El Puka y El
Veloz, los cuales “ayudaron” a la imagen del ex presidente informando cosas que solo le convenía al
gobierno y a su propia imagen.

La identidad peruana tuvo un impacto significativo e importante ya que durante su mandato,


Fujimori implementó una serie de políticas y medidas que afectaron tanto la estructura política como
la social del país.
Principalmente la captura de Abimael Guzmán, líder del grupo terrorista Sendero Luminoso en Perú,
el cual tuvo un impacto significativo en la sociedad peruana. En general, la captura de Guzmán fue
vista como un logro importante para el Estado peruano y fue ampliamente celebrada por gran parte
de la sociedad.
Como resultado dio el fin de la violencia ua que Sendero Luminoso fue responsable de numerosos
actos de violencia y terrorismo en Perú durante la década de 1980 y principios de la década de 1990.
La captura de Guzmán representó un golpe importante para la organización y marcó el comienzo del
declive del grupo. Esto condujo a una disminución significativa en los actos de violencia y alivio para
la sociedad peruana. Al mismo tiempo también su captura y posterior juicio de Guzmán brindaron a
las víctimas y a sus familias un sentido de justicia y cierre. Muchas personas que habían sido
afectadas directamente por los actos de violencia de Sendero Luminoso encontraron algún consuelo
al ver que su líder era llevado ante la justicia.
La consolidación democrática de Guzmán y la derrota gradual de Sendero Luminoso fortalecieron el
proceso democrático en Perú. El Estado demostró su capacidad para enfrentar a los grupos
terroristas y garantizar la seguridad de los ciudadanos, lo que fortaleció la confianza en las
instituciones democráticas.

Como peruanos conocemos todo el terror que vivió nuestro país principalmente por este grupo
terrorista el cual dejó graves secuelas a la sociedad que vivió esos tiempos de masacre y terror tales
como que la sociedad peruana aún enfrenta las secuelas de décadas de conflicto. Muchas personas
fueron desplazadas de sus hogares, hubo pérdidas humanas y se generaron divisiones sociales
profundas que todavía persisten en algunas comunidades.
Cabe recalcar que aunque Sendero Luminoso fue debilitado después de la captura de Guzmán, aún
existen remanentes y facciones del grupo que continúan operando en áreas remotas de Perú. Estas
células terroristas restantes han perpetrado actos de violencia esporádicos, lo que genera temores
sobre la seguridad y la estabilidad en ciertas regiones.

En conclusión, como resultado de esta investigación pudimos examinar a detalle la prolongada


permanencia de Alberto Fujimori en el gobierno del Perú la cual fue resultado de una combinación
de factores, que incluyen el contexto de la época, su liderazgo carismático y populista, el uso de
tácticas autoritarias y su habilidad para forjar alianzas políticas. Desde la notoria crisis económica de
los años 90, como su lucha contra el terrorismo y sus estrategias para debilitar a los poderes
judiciales y legislativos, así como para limitar la libertad de prensa y la oposición política. Estos
elementos se entrelazaron para permitirle mantener un control significativo sobre el país durante un
período prolongado.

Por un lado pudimos en esta monografía pudimos explicar a fondo qué el gobierno de Fujimori dejó
un impacto significativo en los sistemas políticos e instituciones de Perú, así como en la vida de la
ciudadanía ya qué a lo largo de su mandato, se implementaron una serie de cambios que afectaron
profundamente la estructura y el funcionamiento de las instituciones democráticas del país. Esto
afectó directamente la vida de la ciudadanía, restringiendo su participación política, erosionando la
confianza en las instituciones y generando un ambiente de corrupción. Al paso de los años poco a
poco se ha podido superar estos desafíos qué requerian un compromiso continuo con la fortaleza de
las instituciones democráticas, la transparencia y la participación ciudadana para asegurar una
sociedad más justa y democrática en el futuro.

Por otro lado, logramos analizar los hechos relevantes y errores políticos durante el gobierno de
Fujimori donde dejó un legado complejo y controvertido en relación con la identidad peruana. Si
bien se implementaron medidas económicas que generaron crecimiento, también se observaron
graves violaciones de derechos humanos y una falta de reconocimiento y respeto a la diversidad
cultural del país. Estos factores contribuyeron a socavar la cohesión social y a generar divisiones en la
sociedad peruana, impactando negativamente en la construcción de una identidad inclusiva y plural.
Es importante aprender de estos errores del pasado para promover una política basada en el respeto
a los derechos humanos, la inclusión y el reconocimiento de la diversidad como pilares
fundamentales en la construcción de la identidad peruana.

Finalmente, esta investigación nos ayudó a reconocer qué es innegable reconocer que el gobierno de
Alberto Fujimori en el Perú fue marcado por una serie de violaciones graves a los derechos humanos
debido a qué a lo largo de su mandato, se llevaron a cabo acciones que vulneraron los principios
fundamentales de dignidad, igualdad y libertad de las personas. Desde la implementación de
políticas autoritarias hasta la comisión de crímenes de lesa humanidad, el régimen de Fujimori dejó
una huella dolorosa en la historia del país. Donde se produjeron numerosas violaciones de los
derechos humanos, como ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, torturas sistemáticas
y violencia sexual. Es importante destacar que estas violaciones no solo afectaron a individuos
específicos, sino también a comunidades enteras, especialmente a los pueblos indígenas y a los
grupos más vulnerables de la sociedad. Las consecuencias de estas violaciones aún se sienten en la
actualidad, ya que muchas víctimas y sus familias continúan luchando por justicia y reparación.
Si bien algunos argumentan que el gobierno de Fujimori fue eficiente en términos económicos y en la
lucha contra el terrorismo, es fundamental recordar que el respeto a los derechos humanos no
puede ser sacrificado en aras de otros objetivos. Los derechos humanos son universales e
indivisibles, y su protección debe ser el fundamento de cualquier sociedad democrática.
REFERENCIAS:

Calmet Yasmin (2010). Violación de Derechos Humanos en el régimen Fujimori: consideraciones


sobre la sistematización de la violencia política en la lucha contra el terrorismo. V Congreso
Latinoamericano de Ciencia Política. Asociación Latinoamericana de Ciencia Política, Buenos Aires.

Burt, Jo-marie. (2006). jugando a la política con el terror: el caso del Perú de Fujimori. Playing Politics
with Terror: A User's Guide. (28-31)

Cuya, E. (1999). “La dictadura de Fujimori: marionetismo, corrupción y violaciones de los derechos
humanos”. Centro de Derechos Humanos de Nuremberg.

Grey, N. (2022). Análisis de los Límites de la Libertad de Expresión de la Prensa Peruana durante los
años de 1990 a 2000,
https://repositorioacademico.upc.edu.pe/bitstream/handle/10757/660722/Grey_BN.pdf?sequence=
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