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DE LOS i\IOnOS DE ORGANIZACIÓN SOCIAL EN EL Al\'TIGl:O EGIPTO:

LÓGICA DE PARENTESCO, LÓGICA nE ESTADO

MarceJo Campagno
Universidad de Buenos Aires - CONlCET

SlImmary: Aneient Slate soeieties -including Aneient Egypt- were mainly organized
by t\\'o diverse but eoexisting logies, related, respectively, lo kinship and the State. On
(he one hand. kinship seems to constitute the basic practice of social organization in
prc-State times. \\hen all social practices speak the "idiom" of kinship. On the other
hand. once Ihe Slate emerges. the Slale practice tends to impose itself as a dominant
principlc to Ihe scale ofthe \vhole territory subjected to its contro!. through its capacity
01' coercion. creation and intervention. I-!owever. in this last scenario. thc logic 01'
kinship does not \\ane. and still plays a role of great relevance in the inner organization
(JI' both peasant communities and the State elite. The cocxistence 01' bo(h logics 01'
social organization during State times implies difIerent points of articulation between
thrm. ami this cun be SCCIl in peasant and State-elite contexts. us \\clI us in (he very
\\a:- in \\ hich (he community ol' gods is organized.

Hacia finales del 111 milenio a.c., con centro en Heracleópolis, una monarquía
dominaba en el Egipto Medio. Eran tiempos de fragmentación política, de po-
deres regionales enfrentados, de antagonismos que anunciaban nuevos con-
flictos. Eran los tiempos que los egiptólogos denominarían Primer Período
Intermedio. De acuerdo con los registros de Manetón, esos monarcas de He-
racleópolis constituían la Décima Dinastía de reyes egipcios. A aquella época
ya esta Dinastía remite un texto que se reconoce bajo el nombre de EnsePían-
'::a para Merikara, en el que el rey Jety III instruye a Merikara, el príncipe he-
redero, sobre el oficio que, a su tiempo, habría de detentar. Ciertamente, se

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LÓGICA DE PARENTESCO. LÓGICA DE ESTADO
M.\R("ELO CAMPAGi\()

trata de uno de tantos textos "retroactivos", cuya redacción es posterior al pre-


gloria del monarca. pues. procede no sólo de sus acciones propiamente esta-
sente que describe el relato. Pero. a los fines que aquí interesan. el texto se
tales: también viene dada por pertenecer a una trama específica de parentes-
presenta casi como un .. testamento político". en el que Jet y 111 conside~a las
co. que constituye un factor de grandeza inimitable, porque está en la sangre.
acciones reales de su época y aconseja al heredero acerca de cómo contll1uar
porque está en la carne. porque está en los huesos.
el buen gobierno l .
En este sentido, la Ensei"ian::a para Merikara constituye un testimonio que no
En el contexto de la enseñanza, el rey asigna un espacio sustancial a recapitu-
sólo brinda información sobre la política heracleopolitana en las postrimerías
lar las acciones políticas de su reinado, en el marco de la expansión del Esta-
del Primer Período Intermedio sino que también indica algo de la potencia
do heracleopolitano. Asi. por ejemplo, el rey afirma: ., }() pacifiqué la
instituyente de lo estatal y de lo parental en el seno de la élite dominante ha-
lotalidad del Oesle hasta la costa del mm: [... ] La tierra qlle el/os hahían de-
cia finales del 111 milenio a.e. en el Egipto Medio. En efecto. el parentesco y
1'(/Slado ha sido dil'idida en nOIl1OS, [hay en el/a] toda clase de grandes ciu-
el Estado se presentan en la antigua sociedad egipcia, al igual que en tantas
dades. [... ] Se designan /ill1cionarios, [se elaboran listas de] tributo ".
otras sociedades estatales antiguas, como los ejes de a¡1iculación social por
Pacificación militar, organización burocrática, tributación: se trata a las claras
excelencia, como las prácticas que constituyen los códigos de organización de
de la descripción de una escena estatal. No importa aquí cuan "intencionada"
la sociedad, como "idioma" para la expresión de las otras prácticas que com-
sea la descripción: lo que interesa es que el texto orbita en torno de una lógi- ponen la trama soc ial.
ca eminentemente estatal. Por cierto, no hay razones para la sorpresa. Tratán-
dose de una especie de "testamento político" de un rey a su heredero, es fácil Pero. ¿qué significa que el parentesco y el Estado dispongan, alternativamen-
suponer que la Ensei1ana::a se encuentre tramada desde una lógica de Estado. te, de un papel dominante en la organización social del Antiguo Eoipto? . Có-
'-' b (,

Así. cuando el texto refiere a las acciones que ha llevado a cabo el rey, éstas mo se advierte esa potencia de articulación? La posibilidad de afirmar la
evocan prácticas de índole estatal. Y algo parecido sucede cuando se trata de condición dominante del parentesco y el Estado en diversos ámbitos sociales
aconsejar al príncipe sobre su futuro gobierno. como. por ejemplo, cuando del Antiguo Egipto o de otras sociedades antiguas cO¡Tesponde a una estrate-
Jet y ac'onseja a Merikara sobre estrategia militar: "Si fu/i'ontera sur es ataca- gia analítica atenta al potencial diferencial de articulación social que ofrecen
da, los arqueros [=asiáficos] cerrarán el círculo. ¡Construye ed(f7caciones en las diversas prácticas que componen una situación sociohistórica. De acuerdo
el norte! ". con esta perspectiva. ciel1as prácticas entre las que integran una trama social
se destacan por su capacidad para donar a toda esa trama los principios que la
Ahora bien. no todo el tiempo la Ensei1an::a para Aferikara adquiere tintes tan
hacen consistir. de tal modo que la situación se presenta organizada en fun-
visiblemente estatales. Hay otros pasajes en los que las recomendaciones del
ción de la lógica que procede de tales principios. En otros términos, se trata
rev discurren sobre planos tales como la justicia o la relación con el mundo
de las prácticas que producen el lo::u social. que establecen los criterios de
di~ino, los cuales, si bien evidentemente inciden en el accionar político-esta- peninencia situacional. que proporcionan los parámetros a partir de los cua-
tal del monarca. refieren a contextos más amplios en los que el consejo conec-
Jes tiene lugar la articulación de prácticas que compone una situación.
ta a un rev con un príncipe pero. a la vez, a un padre con un hijo, En este
marco. Jet~ 111 le indica a Merikara: "Grande es el grande cuyos grandes son Acerca del papel dominante del parentesco. las sociedades no-estatales nos
,<randes ". Indudablemente. la frase legitima el estado de cosas vigente y con ot"ecen múltiples ejemplos. La vía etnográfica resulta especialmente informa-
él. a la élite gobernante. Pero. más allá de esto. interesa advertir que la frase tiva acerca de esa posición privilegiada en la articulación de la trama social.
conecta esa legitimidad no con los dioses ni con el ejercicio monopólico de la Desde un punto de vista político, el liderazgo en este tipo de sociedades sue-
coerción sino ~on la ancestralidad, con las generaciones de parientes que han le definirse en función de la posición generacional de los jefes, o bien de la
estado antes y han posibilitado que sus herederos accedan a esa grandeza. La descendencia que los conecta de manera directa con el ancestro fundador de
la comunidad. Desde un punto de vista económico, las prácticas asociadas a
la circulación de bienes suelen ser de índole sensiblemente diversa si esas
l. LJ1seiían~a para .\/enkara: Lichthcim. 1975,97-109.
transacciones tienen lugar entre parientes -entre quienes. en los términos de

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LOGICA DE PARENTESCO, LOGlCA DE ESTADO MARCELO CAMPAGNO

Sahlins, predominarán formas de reciprocidad generalizada a equilibrada- o tencia para subordinar los espacios organizados por el parentesco a su propia
entre individuos de comunidades diferentes -entre quienes predominarán di- lógica, sólo es posible una mayor precisión en la medida en que sean consi-
versos modos de reciprocidad negativa-, Y, desde un punto de vista ideológi- derados los contextos específicos organizados por las lógicas del parentesco,
co, la posición dominante del parentesco puede advertirse tanto en la creencia del Estado, o por la interfase entre ambas.
de que todos los integrantes actuales de la comunidad descienden de un ante-
En tren de advertir la capacidad del parentesco y del Estado para articular si-
pasado común como en la definición de los lazos que las entidades sobrena-
tuaciones sociales en el valle del Nilo, será necesario, entonces, ahondar el
turales (dioses, héroes y otros personajes míticos) trazan entre sí o con la
análisis, en busca de las singularidades que determinan el modo específico en
comunidad en términos de relaciones parentales 2 .
que estos principios fOljan la organización social de los antiguos egipcios. O
Allí donde emerge la práctica estatal, en cambio, se presenta un principio de dicho de otro modo, de lo que se trata es, por un lado. de poder establecer qué
ai1iculación social abiertamente divergente respecto del que representa el pa- SO/1 el parentesco y el Estado en el Antiguo Egipto pero también, por otro la-
rentesco. Se trata del ingreso a escena del monopolio legítimo de la coerción do. de detectar qué hace/1 estos principios para producir sociedad en las már-
como criterio central de la operatoria social. Así, por ejemplo. en el plano po- genes del río Nilo.
lítico, las situaciones organizadas en torno de la práctica estatal no procede-
rán conforme a las normas que instaura el parentesco sino en función de la
La lógica del parentesco
imposición de las decisiones que emanan del polo social que detenta el mo-
nopolio de la coerción: en efecto, la voluntad del rey, con independencia de ¿Qué se sabe acerca de las relaciones de parentesco en el Antiguo Egipto? En
los modos en que se legitime, debe ser acatada. En el ámbito económico, las las últimas décadas, los estudios de base antropológica sobre el sistema de pa-
situaciones de tributación -vale decir, de apropiación de los excedentes de rentesco egipcio antiguo han dado resultados significativos 3 . Particulannente
producción de un grupo social por parte de otro grupo social- constituyen el en relación con las estelas funerarias del Reino Medio, pero en correlación
ejemplo más palmario de los procedimientos asociados al Estado. Y también con informaciones procedentes de contextos literarios y religiosos más am-
en la esfera ideológica la práctica estatal tiene capacidad para producir orde- plios. esos estudios permiten reconocer los lineamientos básicos de aquel sis-
namientos específicos. por ejemplo, mediante la elaboración de una idea de tema. En principio. puede decirse que el sistema de parentesco en el Antiguo
orden cósmico centrado en la figura del rey, o a través de la plasmación de un Egipto se constituye a partir de sólo seis télminos básicos, que sirven para
tipo de dioses que ejercen prerrogativas de reyes en el mundo divino. evocar los tres tipos de relaciones que componen cualquier sistema parental:
alianza. filiación y hermandad/colateralidad. En cuanto a las relaciones de
Pero. allí donde acontece, la emergencia de la práctica estatal no elimina las alianza -esto es. los vínculos entre individuos de sexo opuesto. procedentes
prácticas de parentesco ni disuelve necesariamente su potencia. Las socieda- de distintos grupos, por la vía del matrimonio- los egipcios disponían de los
des estatales antiguas dan innúmeras pruebas de ello. Desde la constitución términos Ir(ny (para el varón) y ¿mlf (para la mujer). Es interesante advel1ir
interior de las élites hasta los lazos que estructuran cada comunidad campesi- que ambos ténninos describen campos semánticos sensiblemente diversos: en
na desde las interacciones cotidianas en el seno familiar hasta los modos de tanto el término h({)y se escribe disponiendo del signo determinativo del fa-
re~resentar los nexos entre las divinidades, el parentesco también es, en tiem- lo. asociando así el papel del 'marido' a la capacidad para engendrar, el térmi-
pos estatales, una práctica de estructuración social. Ciertamente. en tanto lo no ¡/l/U viene seguido del determinativo más general de 'mujer', y tal es el
estatal se hace presente, existe allí un campo para la composición de lógicas significado básico de la palabra, junto con el más específico de 'esposa', lo
que proceden de acuerdo con principios abiertamente divergentes. Y si, a pri- cual constituye, en palabras de Forgeau, una "sinonimia reveladora del hecho
mera vista, es posible diagnosticar que la práctica estatal tiene suficiente po- de qlle la muier /10 podría definirse por ji/era de su inserción conyuga/,,4.

2. Acerca del papel del parentesco en las sociedades no-estatales. el'. Campagno. 2~02. Cap. 2 3.lT Robins. 1979: Franke. 1983: Willems. 1983: Forgeau. 1986; Lustig. 1997. ce tambiól Fig. 1.
(con bibliografía). Acerca de las formas de reciprocidad. Sahlins. 1983 [19741. Cap.). 4. ¡:orgcau. 1986. 157.

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LÓGIC,\ DE PARENTESCO, LÓGICA DE ESTADO MARCELO C.-\MP..\GNO

En referencia a los términos de filiación, los egipcios disponían de dos térmi- parece indicar la coexistencia de dos criterios diversos de pertenencia paren-
nos para denominar a los parientes en línea directa ascendente: it para los pa- tal. Como indica Lustig, "a d[lerencia de los términos lineales q1le expresan
rientes de sexo masculino y mwt para los de sexo femenino, En efecto, si bien l/lIa dij'erellcill de status en/re alter y ego, [.. ,] la personas denominadas SII/Sllt

los térm inos it y /1/\I't refieren principalmente a los vocablos que correspon- pl/cden ser cOl1cep/llali::adas C0/110 equivalen/es a ego "6, y de hecho, el tér-
den, respectivamente, a 'padre' y 'madre', sirven también para nombrar a los mino .1/1/.'/11 también podía ser utilizado con el sentido de 'amigo', lo cual im-
parientes directos de las siguientes generaciones en línea ascendente: así, tan- plica una significativa conexión entre los conceptos de 'hermandad' y
to el 'padre del padre' como el 'padre de la madre' de ego se identifican co- 'amistad', En tal sentido, podría inferirse que la percepción egipcia de la tra-
mo it, en tanto que el término IIIwt se emplea también para reconocer a los ma parental destaca el punto de vinculación especítlca de cada individuo con
individuos relacionados con ego en tanto 'madre del padre' o 'madre de la ma- su trama de parentesco a través de la filiación y el efecto del conjunto de las
dre', En sentido descendente, y de modo similar, el término s? y su versión fe- conexiones a través de la concepción ampliada de la colateralidad.
menina sU se utilizan primariamente para la identificación del 'hijo'/'hija' de
Definido a partir de estos términos, el parentesco egipcio antiguo resulta un
ego, Sin embargo, también se emplean los mismos términos para referir al 'hi-
sistema simétrico (los mismos términos se aplican a los parientes paternales y
jo o hija del hijo o de la hija' de ego,
maternales) y bilateral (la filiación de ego se traza tanto respecto de la paren-
Con respecto a las relaciones de hennandad, y en un sentido más extendido, tela del padre como de la de la madre), Tales características inciden, por ejem-
de colateral idad -esto es, los parientes de ego no conectados por una relación plo, en los criterios de herencia socialmente vigentes: en el estado de la
lineal ascendente o descendente-, los antiguos egipcios parecen haber dis- documentación disponible, tanto los hombres como las mujeres parecen haber
puesto de un único término básico: .1'/1 (y su femenino: snt), Ciertamente, el podido heredar de ambos progenitores, Con respecto al modo de residencia,
término indica básicamente la condición de 'hermano' / 'hermana' de ego, pe- éste parece haber sido de tipo neolocal, es decir, que cada nueva pareja cons-
ro, en contextos más específicos, puede ser utilizado para nominar el vínculo tituía una nueva familia nuclear y construía una nueva "asa, tal como Ani ins-
con el 'hermano/a del padre o de la madre' así como la relación que conecta truye a su hijo: "Toma ul1a esposa mientras eresjoven,.1' (jue ella te dé un hijo
con el 'hijo/a del hermano o de la hermana', (3, 1) [... 1 COl1struye una casa o encuentra y compra lInl1 (6,6) "7, En todo ca-
so, tanto los modos de herencia C01110 los de residencia constituyen efectos
Si bien tanto las relaciones de filiación lineal como las de colateralidad po-
prácticos de determinadas reglas de parentesco, Yesos efectos son indicativos
dían ser expresadas también a partir de términos "compuestos" o "descripti-
no sólo de lo que el parentesco ero sino de lo que el parentesco hacía en el
vos", tales como II/wt I/t fIllt't (lit., 'madre de la madre') 0.1'11 (11) mwtf (lit.,
Antiguo Egipto.
'hermano de su madre'), permanece claro el hecho de que no existen térmi-
nos específicos para nombrar ese tipo de relaciones que articulan más de un ¿Cómo puede advertirse ese hacer instituyente del parentesco en el valle del
vínculo (madre + madre, hermano + madre), a la manera de nuestros vocablos Nilo? Piénsese, por ejemplo, en las comunidades de tiempos pre-estatales, Se-
'abuela' o 'tío', La exclusividad de los seis términos de parentesco egipcios gún se indica más arriba, la etnografía documenta innumerables situaciones
(marido y esposa, padre y madre, hijo/a y hermano/a) ha sido puesta en corre- no-estatales articuladas por la lógica del parentesco. Y las comunidades asen-
lación con el predominio de la familia nuclear como pauta residencial 5, Sin tadas en las riberas del Nilo hasta la primera mitad del IV milenio a,e. nece-
embargo, no parece necesario suponer que el modo de residencia deba tener sariamente debieron constituir situaciones sociohistóricas no-estatales. Es
un efecto determinante sobre la terminología de parentesco, En cambio, la cierto que la escasez de evidencias acerca de tales comunidades somete toda
fuerte distinción entre los parientes conectados por filiación lineal (todos 'pa- consideración sobre ellas al régimen de lo conjetural. Sin embargo, se trata de
dres' y 'madres' en sentido ascendente y todos 'hijos' en sentido descenden- conjeturas que permiten pensar en ese papel dominante del parentesco, En tal
te) y los demás parientes (todos reunidos bajo el término colateral SIl/SlIt)

6 I.uslig, 1<)97. 41\.


5. Forgcau. 19X6. 154. 7. L!1.\i!í¡{/I1~(/ d" ..Jl1i: I.ichtheim. 1976, 135-146.

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sentido, vale la pena considerar brevemente algunos datos que proceden del formas de las tumbas y de las viviendas predinásticas? De acuerdo con Gode-
ámbito funerario predinástic0 8. lier. en el mundo no-estatal, la comunidad suele definirse no en función de sus
En primer lugar. varios cementerios predinásticos ofrecen un peculiar modo de integrantes vivos en un momento determinado sino "como conjunto de los an-
distribución del espacio. que detemlina la existencia de diversos agrupamien- tepasados muertos y de sus descendientes vivos o por nacer", de modo que la
tos (cluster.\') de tumbas en las necrópolis. Si bien existen pocos estudios en es- comunidad "aparece como una realidad superior a los individuos. como el
./úclOr de unidad entre los individuos y entre las Reneraciones "12. En tal sen-
te sentido. los enterramientos badarienses en la región de Badari (Cementerios
Norte. Oeste y Sur) presentan este patrón, y algo similar parece ocurrir entre las tido. es posible pensar que la continuidad en las formas de las "moradas" de
sepulturas de las fases Nagada I y 11 en diversas necrópolis (Cementerio N7000 los vivos y de sus antepasados muertos corresponde a la permanencia simbó-
1ica de los parientes muel10s en el ámbito de la comunidad. Tal concepción es-
de Naoa-ed-Der Cementerio 1400-1500 de Armant. Cementerios N, B Y T de
Nagad:, Cemen~erio Hk43 de Hieracómpolis. e incluso en el Cementerio 277
tá íntimamente vinculada al parentesco como principio social organizador. en
la medida en que los lazos parentales persisten por sobre la desaparición físi-
de la Baja Nubia)9. ¿Qué significado puede tener este tipo de agrupamientos?
ca de los individuos: los muertos reciben un trato similar al que reciben los vi-
Habida ~uenta de que otros criterios para constituir esos c1uster.\· (tales como
vos -lo que incluye morar en espacios simbólicamente equivalentes en tanto
distribuciones por sexo, edad o grupos de actividad) no parecen verificarse, hay
la diferencia entre unos y otros es menos signitlcativa que el hecho de conti-
cierto consenso entre los investigadores a admitir, como sugiere W. Anderson,
nuar siendo parientes.
que "la tendencia a colocar las tumbas en agrupamientos dentro de los cemen-
terios podría reflejar la existencia de grupos ciánicos o familiares "10. La po- Yen tercer lugar. la participación de los parientes muertos en el mundo de sus
sibilidad resulta a todas luces significativa, pues sería indicativa de la influencia descendientes vivos también se manifiesta en relación con las ofrendas para
del parentesco sobre las prácticas funerarias: la organización del espacio mor- los difuntos depositadas en el interior de las tumbas. En efecto. esas ofrendas
tuorio podría haber sido establecida así en los mismos ténninos de los criterios -consistentes principalmente en alimentos. herramientas y ornamentos. esto
clasificatorios inherentes a la práctica del parentesco. es. elementos propios de la vida cotidiana- eran colocadas con el objeto de
que los difuntos pudieran continuar practicando sus actividades vitales en el
En segundo lugar. existen indicios que permiten sospechar la existencia de un
mism~ principio subyacente a la organización del espacio funerario y residen- mundo de ultratumba. En tal sentido. la práctica de dotar al muerto con las
ofrendas sugiere otro aspecto de la potencia del parentesco: en efecto, en
cial predinástico. En efecto, se advierte cierto paralelismo entre el formato de
tanto que la muerte no disolvía los vínculos con la comunidad, tampoco libe-
las tumbas y de las viviendas, que para ambas es redondeado u oval en las fa-
raba de la sociabilidad ni de las obligaciones parentales y, por ello, el difun-
ses más antiguas y que para ambas registra la aparición de formas rectangu-
to podía continuar pa!1icipando de los circuitos de reciprocidad propios de las
lares en épocas más recientes 11. ¿Por qué se produce esa correlación entre las
normas del parentesco. Ahora bien, en la medida en que el muerto recibía ta-
les bienes sin poder retribuir ese don de un modo inmediatamente equivalen-
8. Las cow,idcraciom:s que siguen a continuación han sido tratadas en Campagno. 1998a. cap. I te. ¿cuál podría ser el contradón del difunto por los bienes recibidos? Es
\' Campagl1o. 2()02. caps. 5 y 9 (con bibliografia). posible delinear dos posibilidades. no necesariamente incompatibles: o bien
~. Al respecto. cf. Anderson. 1992. :; 1-66 (Badari): Savage. 1997.226-268 (Naga ed-~),:r):
Bard. el ajuar constituía el contradón de los parientes vivos a los dones otorgados
1988.39-55: 199-1.51-7:; (¡\rmant): Bard. 1989.223-248 Y 1994.77-109 (Nagada): ¡'rledman et por el difunto durante su vida 13, o bien el muerto podría reciprocar en térmi-
a/., 1999. 1-11 (flieracómpolis): O·Connor. 1993. 16-20 (Baja Nubia). Acerca del Cementerio
111-;-13 de Hieracúmpolis. cf. también Fig. 2.
lO. Andcrson. 1992.62. Este tipo de conclusiones se sostiene básicamente en el análisis etnográ-
tien de Tainter (1978). según el cual '"la presencia de áreas/orll/ales de disposición [de las tum- 12. (jouelier. 197-1.89-90. er. también Goddicr. 2000.133.
has en los cementerios 1s~ halla ílll/ll1al1/ente asociada con grupos colectiVOs que practican una
U Asi como. según Mcillassoux (1977 [1975]. (6). los ancianos podían gozar en su vida terrc-
nal de cierta pree~l1inencia. en tanto parientes de la generación anterior a quienes "se dehe la suh-
descend"nc/(/ linca/"
I I Ln relación con este pumlel ismo entre las formas de las tumbas y de las viviendas. cL entre otros. sisl~nci(/ ". los ditíllltos podrían recibir las ofrendas funerarias C0l110 corolario de su posición
Adallls. 1988. I~: Ila,san. 1992,317: Vercoutter. 1992. 1:;8: SpclKer. 1993.36-37: Tethin. 1993.9. ,oeial preeminente.

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MARCELO CAI-IPAGNO

nos sobrenaturales, por ejemplo, garantizando la protección de los descen-


estatales. constituían subgrupos parentales dentro de sus propias comunida-
dientes vivos o estimulando la fertilidad necesaria para la comunidad 14. En
des. Al devenir estatales, esas élites se escindirían respecto de sus antiguos pa-
ambas alternativas, se trataría de un tipo de reciprocidad diferida. enmarcable
rientes. Sin embargo, semejante variación cualitativa de la organización social
en la categoría que Sahlins denomina "reciprocidad generalizada". que resul-
no requiere de una variación correlativa en los modos de articulación interna
ta plenamente compatible con los principios de organización social que se ba-
de tales élites. La distinción entre una élite estatal y la población general su-
san en el parentesco.
bordinada a ella parece haber sido expresada desde temprano por los egipcios
Así pues, se advierte cierta capacidad de la práctica del parentesco pre-estatal a pm1ir de dos térm in os opuestos y complementarios: p' t Y r[¡yt. La existen-
para estructurar el mundo funerario predinástico en función de sus propios cia de un grupo denominado p't se halla atestiguada desde el período Dinás-
criterios de existencia. En efecto, tanto la distribución del espacio mOl1uorio tico Temprano a partir de uno de los títulos de los más altos funcionarios de
como las homologías entre las formas de las tumbas y de las viviendas y los la época: el de irr,!,'t, que puede traducirse como "miembro del grupo p't"15.
principios que subyacen a la colocación de ofrendas son indicativos de una Baines considera que. al menos en el principio, p't debía constituir "un pe-
"función ampliada" de la práctica del parentesco en el Nilo, en la época que (/lIeilo grupo. probablemente basado en el parentesco, [... ] queformaha la di-
precede a la aparición del Estado faraónico. Por este sesgo, es posible notar te inferior de la cual surgía el rey"16. Del mismo modo, Wilkinson indica:
algo de lo que el parentesco hace allí donde su lógica opera como modo do- "Es bastan/e prohahle que p't comprendiera originalmen/e a los parien/es
minante para la estructuración de la sociedad. reales. quienes, en virtud de sus la::.os de sangre con el re)~ sin el/1bw~f!,o dis-
/an/e, compar/ian algo de Sil autoridad supranatura/" 17.
Ahora bien. según se indicaba más arriba, la capacidad de estructuración so-
cial del parentesco no se advierte únicamente en el ámbito de las sociedades Por ciel10. es verosímil pensar que la expansión territorial que desembocó en
no-estatales. Antes bien, la instalación de la lógica asociada a la práctica es- la unidad del delta y el valle del Nilo debió significar la incorporación de nue-
tatal no tiende a sustituir a la lógica parental sino a entablar con esta última vos integrantes de las regiones recientemente sometidas, mediante algún me-
diversos modos de composición, en los que la lógica estatal suele reservarse canismo de cooptación. En tal sentido, Michael Hoffman proponía que "el rol
el papel dominante, pero en los que el parentesco detenta su singular capaci- delll/(/{rimoni0.l' los sis/emas de alian::.a en la construcciún del Estado" 18 po-
dad de articulación social. En tal sentido. ¿es posible advel1ir algún contexto dría ser advertido en relación con la reina Neithotep, probable esposa de Nár-
correspondiente al valle del Nilo de tiempos estatales en el que se advierta esa mero en el inicio de la Dinastía 1. Dado que la tumba monumental de la reina
capacidad articulatoria del parentesco? fue emplazada en Nagada -es decir, en un sitio conquistado por algún prede-
cesor de Nármer- y no en los cementerios de la élite estatal en Abidos y Saq-
En principio, otra conjetura. La constitución misma de una élite estatal en el
qara, se ha supuesto que Neithotep podría haber sido una princesa nagadense
valle del Nilo. a lo largo de los últimos siglos del IV milenio a.c., debió pro-
y que su tumba en aquel sitio podría simbolizar una "alian::.a de postunijica-
ducirse a través de mecanismos asociados a la práctica del parentesco. Las éli-
cián mIre Nagada y los poderes ahora establecidos en ell1or¡e "19. La hipó-
tes locales de las sociedades de jefatura del Alto Egipto que devendrían
tesis es sugestiva porque, si el parentesco continuaba siendo la práctica que
al1iculaba internamente a la élite estatal, sus nuevos integrantes sólo habrían

14. Precisamente. otros obJetos que podían componer los ajuares funerarios de los difuntos su·
1:' CClriggcr. 19X7. 63: Baincs. 1995. 132·133: Wilklllsun. 1999.135·136. 185·186. Accrca dc-
gieren un posibk contradón en clave de fertilidad para los \'i,os: en tal sentido se ha interpreta·
la compk,ia CIllltrap,)siciún complemcntaria entrc /"1 y ,-lIrl. ef. Ciardiner. 1947. 100·110: Pavlo·
d" la colocación. en tumbas de Nagada. de un tipo de figulinas de martil acomodadas de a pares
\~1. 1999.93·94: hpincl. 200!. 267·276.
(BaumgartcI. 1955.35·36). así como de un bol con semillas de echada que podría constituir "la
lIIás lelllprana el'idencia de IInlipo de símbolo de laferlilidad hallado [posteriormente len algll' 11>. Baincs. 1995. IJJ. el". tamhién Raines y Yoffee. 1998. 21 X.
11</.1' IlIlIIbas dinúMlcas" (l3ard. 1992. 9). Tambíén aqui. el parentesco parece estar operando más 17. WilkiIN)f1. 1999. 186.
allá de su ámbito inmediato. extendiéndose al ámbito ideológico y. más específicamente. a los IX. Hotrman. 1979 ..322. En elmisnlll sentido. cf. Trigger. 1987. 6!.
proeedimÍl:ntos necesarios para la provisión de fecundidad para la comunidad.
19. Bard. 1994. 109.

24
25
U1GIC,\ DE P.\RENTESCO. LOGICA DE ESTADO M,\RCELO CAMPAG!\O

podido incorporarse en la medida en que hubieran sido investidos como pa- Por cierto, los térm inos de parentesco no sólo conectaban al monarca con su
rientes de esa ¿lite. y las alianzas matrimoniales, en tanto criterio parental, entorno humano: lo vinculaban también con el mundo divino, a través de su
podrían haber constituido un mecanismo clave para ampliar y consolidar el condición filial. Por un lado. en tanto el reyes un ser divino, es por definición
grupo dominante 20 . el hijo de otro ser divino, su padre. Las inscripciones reales abundan en refe-
rencias a reyes que evocan a sus padres a través de referencias directas a sus
Más allá de los modos de su constitución inicial. permanece el hecho de que,
progenitores o en referencia al conjunto mayor de los ancestros. Y por otro la-
a lo largo de la historia egipcia, los textos describen un entorno inmediato del
do. el rey suele detinirse como un hijo de ciertas divinidades. A partir de la
monarca compuesto por la parentela real. Con independencia de su variable Dinastía Y, el monarca incorpora un nuevo nombre en tanto sJ R', 'Hijo de
pat1icipación en la administración estatal. ese núcleo parental constituye no Ra·. que se incorporará a la titulatura canónica de los monarcas egipcios. y
sólo el ámbito de interacción más próximo para el rey-dios sino el contexto que conecta directamente al rey con el dios solar. En los Textos de las Pirá-
en el cual se reproduce la realeza. Lo que equivale a decir qúe la realeza egip- mides. el reyes presentado como hijo de muy diversas divinidades, tales co-
cia también requiere de la práctica del parentesco para su propia existencia. mo Atum, Nut. Gueb, Isis. Os iris. Durante el Reino Nuevo, los faraones se
reconocerán a sí m ismos como hijos carnales del dios Amón. En todo caso, lo
La misma terminología de parentesco señalada más arriba aparece aquí para
que impol1a destacar aquí es que todas esas relaciones que el monarca enta-
expresar cinco relaciones básicas que conectaban al rey con determinados in-
bla tanto con su parentela terrenal como con todos sus padres divinos conflu-
dividuos de su entorno inmediato. Por un lado, la relación de alianza es indi-
yen en un sentido específico: el re)' es también un pariente.
cada a pat1ir del término (1I1lf /1.1'11', 'esposa del rey', que diferencia a las
esposas propiamente dichas de otras mujeres del harén con las que el rey po- Ahora bien. así como la práctica del parentesco parece ocupar un lugar impor-
día relacionarse sexualmente. Las relaciones de ascendencia se expresan es- tante en la articulación del vértice superior de la sociedad egipcia de tiempos
pecialmente a través del término femenino I1lll'f l1.m, 'madre del rey', habida estatales. es posible sospechar una capacidad similar para la articulación, en
cuenta de que el padre del monarca -en el caso normal de que también hubie- el otro polo de la sociedad. de los agrupamientos de base campesina. Un pri-
ra sido rey- se encontraría muerto al momento de reinado de su hijo21. Para mer indicio en esta dirección lo proporciona la propia lengua egipcia. En efec-
las relaciones de descendencia, se dispone de los términos s~ I/SH' y sJt IlSII'. to. de acuerdo con diversos contextos, la palabra lI'byf significa, por un lado,
que signitican respectivamente 'hijo del rey' e 'hija del rey', aunque -como aldea y. por otro. familia, clan. La única variación se registra en los determi-
se verá más abajo- no siempre se aplican a los hijos biológicos del monarca. nativos que posee el vocablo: en el primer caso, se trata del detenninativo de
Por último. las relaciones de colateralidad tienen una presencia mucho menor: recinto urbano (IlÍlI'f). en tanto que en el segundo se trata del de hombre y mu-
. '0 .
.I er en plural--'. El hecho de que la mIsma palabra pueda ser utilizada para re-
no hay menciones documentadas acerca de hermanos (varones) del rey, en
tanto que para la condición de hennana del rey se dispone del término Sllt ferir a un ámbito locacional y a un ámbito parental resulta sumamente
significativo: es posible pensar que los antiguos egipcios admitieran cierta
/loH\'. aunque éste es más frecuentemente referido en casos en los que tales mu-
identidad entre aldeas campesinas y grupos de parientes, como si la condi-
jeres ocupan la doble con.dición de hermanas y esposas del rey22.
ción de pariente fuera una característica básica de aquello~ que habitaban en
las aldeas a lo largo del Nilo.

20. I\>r cierto. podria 110 haberse tratado de un único mecanismo. ¡\ modo de ejemplo. considére- Ese nexo entre comunidad aldeana y parentesco también parece emerger si se
se más abajo el caracter "adoptivo" de diversos altos funcionarios dd Reino Antigúo que devie- consideran algunos aspectos de la organización comunal del campesinado en
nen "hij\)S del rey" tiempos estatales. En lo que refiere al ámbito de la producción, Eyre enfatiza
2 L LI término il 1111'. literalmente 'padre del dios'. que sude ser empleado en contextos sacerdo-
tale,. parece \leasionalmcntc haber sido empleado para referir a padres no-reales del rey o a sue-
gros del monarca. Sin embargo. los alcances de tal ¡¿nnino se hallan insutícicntelllcntc
comprendido, (el' [)odson y Hilton. 2004. 35-37). 23. lT hlllan y (;rapo\\. 1926-31.1. 346: Faulkner. 1962.66. Al respecto. cf. Ansclin. 1998.26-
22. Al respecto. [)odson y 1\:1ton. 2004. 25-37. 33. CI. también Fig. 3.

26 27
LÓGICA DE PARENTESCO. LÓGiCA DE ESTADO M.\RCFlO e -\~IP;\(iNO

que, en Egipto. ,. incluso en la época histórica más temprana. la unidad bási- -completamente al margen de codificaciones estatales-, se ha sellalado que,
ca del régimen agrícola [... ].flle l/na empresa local hasada en lafamilia más para que efectivamente se produjera, era necesario el consentimiento paren-
que IIn(/ organi:.ación bl/rocrática de trabajadores dependientes "24. Más allá ta1 29 . Así, sería desde la práctica del parentesco desde donde se determinaría
de las unidades de producción, el conjunto de prácticas económicas intra-co- qué casamientos podían ser socialmente aceptables y cuáles caían fuera de los
munitarias ofrece una serie de indicios de los lazos de reciprocidad entre sus límites de lo autorizado. De tal modo, allí donde el Estado no intervenía, el
integrantes. La construcción, mantenimiento y administración de obras de re- parentesco parece haber sido el encargado de donar sus principios para la ar-
gadío artificial parecen haber estado en manos de las organizaciones colecti- ticulación del orden social de la comunidad.
vas de los campesinos. sin mayor injerencia estata¡25. Los intercambios Así pues. existen indicios para sospechar que, tanto con anterioridad como en
intra-comunales pueden haber adoptado frecuentemente la forma de presentes simultaneidad con la existencia de la práctica estatal, el parentesco debió ocu-
recíprocos, de dones y contradones 26 . De modo similar, los préstamos intra- par un lugar de relevancia en el plano de la estructuración social en el Anti-
comunales (principalmente, en cereales) parecen haber sido concebidos como guo Egipto. Ahora bien. es cierto que su papel no es exactamente el mismo en
la ayuda a un miembro de la comunidad en situación de necesidad, siendo una y otra época. En efecto, hay un antes y un después de la aparición del Es-
efectuados ya por la asistencia de una unidad doméstica por otra, ya por la tado. Hay un mundo nuevo que se instituye a partir de la práctica estatal. con
provisión colectiva al deudor por parte de la comunidad, y con la restitución nuevos procedimientos. con nuevos códigos, con una nueva lógica. ¿Qué ca-
de lo recibido como única obligación para el deudor27 . Considerando que, co- racterísticas tiene ese mundo nuevo? ¿Qué lo distingue del mundo organiza-
mo indica Sahlins, "el parentesco es l/na relación social de reciprocidad. de do únicamente en torno del parentesco? En definitiva, ¿qué es y qué hace el
ayuda mutua "28, puede relacionarse esa recurrente presencia de vínculos re- Estado en el valle del Nilo?
ciprocitarios en las comunidades con el esquema de relaciones sociales que
brinda la práctica del parentesco.
La lógica del Estado
Por otra pat1e. el Estado parece haberse interesado por el campesinado bási-
Probablemente, el inmenso campo de estudios acerca del Estado sea uno de
camente en términos de unidades globales para el pago de tributos y no por
los que más justicia hacen a la observación que dice que sobre un tema hay
cada individuo en pat1icular (véase más abajo). Las prácticas intracomunita-
tantas definiciones como investigadores. Incluso si ese campo se limita al de
rias (por ejemplo, el gobierno local, las tareas asociadas a la irrigación artifi-
la aparición de los Estados antiguos, la reducción no facilita la unidad. Por un
cial. la administración de justicia), hasta donde las fuentes permiten advertir,
lado. el propio término 'Estado' suele emplearse para nominar cosas tan dis-
eran libradas a la gestión autónoma de las comunidades aldeanas. En tal sen-
tintas como el sector administrativo de un tipo de sociedad, la élite que ejer-
tido, esa no-injerencia estatal en la gestión interna de las comunidades habili-
ce el dominio sobre una sociedad, o toda una sociedad que detenta una serie
ta la posibilidad de suponer que otros principios debían regir ese
determ inada de características. Por el otro lado, ciertas transformaciones so-
funcionamiento interno. Al menos en relación con la práctica del casamiento
ciales que han recibido nombres de los más diversos -revolución urhana, ori-
gen de la cil'ili:.ación, surgimiento del Estado- remiten, más allá del sesgo
específico de cada aproximación, al mismo tipo básico de procesos. ¿Qué ca-
24. Eyre. 1999. :;2
racteriza. pues. a esos primeros Estados antiguos, tales como el que surge a
25. l3ut7er. 1976. 109. Cf. también Malek. 1986. 18: Hassan. 1997. 52-53. 55: Manning.
1999.84. orillas del Nilo? Sólo por pal1ir aquí de un modelo tradicional. considérese la
i6. Al menos. tal pllsibilidad parece desprenderse del análisis efectuado por .Iansscn (1982.253-
258) sobre una serie ck osfracono literarios. cnlos que el dador anotaba los bienes que había en-
tregadn. aparentemente en espera de la contrapaniJa por pane del receptor. C1'. ta1l1bi¿n Cardo so.
29. ('1'. Skad. 19Rh. 16. De acuerdo con .Iohnson (1996. 179), "hásical11l!l1fe. el casal11ieJ1lo l!I'a
1987.231-232.
1/1/(/('I/ado en/re dos per.wJl/us y sus familias para qlle el/as pI/dIeran vivir/linfaS. esrahlecel'lIl1a
27. Al respecto. el'. tvknu. 1973. 61-62. 71: Cardoso. 1987. 231. I/I/Idwl dOI11¿sflca y fel/el' IIIwf{lIIlI!ra". Cf también Forgeau. 1986. 136: Valbelle. 1992. 118:
28. Sahlins. 1983 [19741.151. Cardosll. 1995. 68.

28 29
LOGICA DE PARENTESCO, LOGlCA DE ESTADO
MARCELO CAMPAGNO

afamada "lista" de diez criterios elaborados con agudeza por Gordon Childe
dad es de jefatura (criterio 5), la aparición de un sistema de registro como la
para distinguir por sus resultados el proceso que él denominó "revolución ur-
escritura y su influencia sobre las "ciencias exactas" (criterios 6 y 7), la cons-
bana" y que, precisamente, apuntaba al valle del Nilo como uno de sus esce-
titución de un tipo de lógica social que no depende de los principios sociales
narios. del parentesco (criterio 10).
Planteados de manera sintética, los diez criterios de Childe pueden ser enun-
Ahora bien, respecto de los criterios cuantitativos -los cuales, ciertamente, se
ciados del siguiente modo: 1) la aparición de las primeras ciudades, diferen- hallan presentes, de diverso modo, en la caracterización de las sociedades es-
ciables de los poblados previos por extensión y densidad; 2) la división del tatales antiguas-, es fácil notar que no son componentes decisivos a la hora
trabajo, con la aparición de especialistas a tiempo completo; 3) la concentra- de establecer la especificidad de la sociedad estatal. ¿Qué cantidad de habi-
ción del excedente de producción como tributo impuesto a los productores; 4) tantes debe concentrarse para que esa agrupación pueda ser reconocida como
la construcción de edificaciones públicas monumentales; 5) la división de la una organización de Estado? ¿Qué dimensiones debe medir un monumento,
sociedad en clases, con una "clase gobernante" receptora de la mayor parte para ser considerado estatal? Se advierte que no puede haber respuesta estric-
del excedente: 6) la aparición de la escritura como sistema de registro; 7) la ta para estas preguntas y, de hecho. no es inconcebible que -almenas inicial-
elaboración de ciencias exactas y predictivas, tales como la aritmética, la geo- mente- haya habido sociedades estatales con menor cantidad de pobladores
metría o la astronomía; 8) la elaboración y expansión de nuevos y más homo- que determ inadas sociedades de jefatura, o que hayan construido edificacio-
géneos estilos artísticos; 9) la importación por vía comercial de materias nes de menores dimensiones que las encaradas por algunas sociedades no-es-
primas no accesibles localmente; y 10) una organización estatal que se basa tatales.
más en la residencia que en el parentesc030 .
Los criterios cualitativos, en cambio, resultan de importancia crucial, en la me-
La lista de Childe ha sido objeto, a lo largo de más de cinco décadas, de todo dida en que indican el advenimiento de nuevos elementos, que no pre-existían
tipo de consideraciones31 . Aquí interesa notar que eSOS diez indicadores co- en menor escala en la sociedad pre-estatal. Si bien los criterios cualitativos
rresponden a dos grandes tipos de variaciones que se advierten en una socie- apuntados por Childe son de diversa jerarquía (el carácter novedoso de las
dad estatal respecto de una sociedad pre-estatal: las de índole cuantitativa, y "ciencias exactas", por ejemplo, depende de la existencia de especialistas de
las de índole cualitativa. En efecto, por una parte, aparece un conjunto de cri- tiempo completo y de un nuevo sistema de registro). hay algo que subyace a to-
terios en los que lo decisivo parece ser el tamaño y las dimensiones de lo que dos ellos. En efecto, la constitución de una nueva lógica social no basada en el
se registra en una sociedad estatal respecto del mundo previo: mayor concen- parentesco, la existencia de una "clase gobernante" que acapara el excedente
tración poblacional (criterio 1), mayor especialización laboral, que, en menor por medio la tributación, la cual -a su turno- implica la presencia de funciona-
escala, puede advertirse en sociedades no-estatales (criterio 2), construcciones rías que dependen de esa "clase" y que disponen de nuevos mecanismos de re-
públicas de mayor porte, no del todo desconocidas en las sociedades no-esta- gistro escrito, todos estos elementos poseen un común denominador: la
tales (criterio 4), estilos artísticos más homogéneos, aunque frecuentemente existencia de lo que Max Weber identificó como el monopolio legítimo de la
anclados en los patrones iconográficos y simbólicos pre-existentes (criterio co(!rcirín. Ciertamente, es a través de la disponibilidad de los medios de coer-
8), mayor volumen de los intercambios de larga distancia (criterio 9). Y por la ción que un sector minoritario de la sociedad es capaz de imponer su voluntad
otra parte, aparece una serie de novedades cualitativas: la tributación en tan- a la mayoría de la población, de extraer un tributo regular y permanente, de re-
to práctica regular y obligatoria de cesión de excedentes (criterio 3), la emer- gimentar y sostener los cuerpos de burócratas y especialistas a su servicio. Y tal
gencia de una clase gobernante, apropiadora del tributo, y diferente por ello monopolio de la coerción es algo radicalmente nuevo no sólo por el hecho de
de las eventuales élites no-estatales, como las que se reconocen en las socie- que no está presente en las sociedades no-estatales sino porque la lógica social
del parentesco allí lo impide. Precisamente por ello, porque no se deduce de la
lógica de la sociedad preexistente, porque es abiertamente heteróclito respecto
30. ce Chilue. IqSI IlqSOI. 272·275. del régimen parental, el advenimiento de un tipo de prácticas basadas en elmo-
JI. cr. a 1110UO ck ejemplos. Rcnfrew. 1972: Redman. 1990 [19781: Maiscls. 1999.
nopolio de la coerción es decisivo para la constitución de una sociedad estatal.

30
31
LOGICA DE PARENTESCO. LÓGICA DE ESTADO MARCELO CAMPAG:\O

r ¿Qué cosas hace el Estado egipcio? ¿Qué cosas pueden hacerse a partir de la Así pues, el acceso monopólico del Estado a los medios de coerción produce
constitución de un tipo de sociedad en la que un sector minoritario dispone del efectos en distintos niveles de experiencia social. Por una parte, en referencia
monopolio legítimo de la coerción? No es este el lugar para un largo análisis a los miembros de la élite estatal, sea por su participación efectiva en ellide-
al respecto. En especial. porque -a diferencia de lo que sucede con las escasas razgo de las operaciones militares o por su pertenencia más general a un gru-
fuentes para establecer cuestiones acerca del lugar del parentesco en el valle po social presidido por un monarca impositor del orden sobre las diversas
del Nilo- la documentación existente sobre el Antiguo Egipto refiere casi en manifestaciones del caos. el ejercicio estatal de la violencia refuerza el senti-
su totalidad al mundo estatal, de modo que un análisis en regla de este asunto do de pertenencia de esos miembros a un grupo privilegiado de la sociedad.
equivaldría a un tratado general sobre el Antiguo Egipto. Aquí sólo se retoma- Por la otra. en cuanto a la mayoría campesina. la capacidad de coerción ejer-
rá brevemente una consideración que ha sido propuesta en otra parte 32 : la de cida por el Estado podía ser experimentada tanto por la participación de los
que. en tanto polo concentrador de poder, el Estado egipcio podría ser recono- campesinos en el ejército por la vía del tributo en trabajo como por su sumi-
cido a partir de tres grandes capacidades: capacidad de coerción, capacidad de sión a las milicias de los poderes locales. Y esta última no sólo podía darse en
creación. capacidad de intervención. ¿En que consiste cada una de ellas? caso de rebelión sino también en el momento mucho más sistemático de la tri-
butación. El momento en que irrumpía en la comunidad el equipo recaudador
En primer lugar, el Estado se hace presente, quizá de modo más ostensible, en el
de tributo debía significar un episodio crítico en la vida aldeana. Almenas, un
ejercicio de su capacidad de coerción. Y ese potencial estatal para el uso sistemáti-
texto del Reino Nuevo describe la siguiente escena: "Ahora el escriba desem-
co de la violencia es visible en dos grandes frentes: hacia afuera y hacia adentro de
harca en la rihera. Inspecciona la cosecha. Los asistentes estún detrás de él
la propia sociedad egipcia. Por un lado. a lo largo de la historia del Antiguo Egipto.
clln has{()l1es, IlIs l1uhios con garrotes. Uno dice [a un campesino]: 'Entrega
existen innumerables testimonios acerca de la dimensión militar del Estado egipcio.
el grano '. ',/1/0 hay'. Es golpeado salvajemente. Es atado. arrojado al po:::o,
Desde los conflictos en los que emerge y se expande inicialmente el Estado a fina-
slll71el~.!:ido cahe:::a abaio. Su esposa es atada en su presencia. Sus hijos son
les dcllV milenio a.e. y desde las guerras de la" posteriores unificaciones hasta las encadenados. SI/S vecinos lo abandonan y hu)'en. Cuando todo termina, no
campailas del Reino Nuevo en Nubia y en Siria y Palestina. la guel1<l es uno de los Ih~\' grano "3~.
predicados elel Estaelo. El monarca es. de hecho. un guerrero: mediante sus victorias
militares. el rey afilTIla el orden que es permanentemente acechado por las fuerzas En segundo lugar. más allá de esta capacidad de coerción, el Estado egipcio
elel caos. El Estado no sólo hace la guerra sino que confisca esa posibilidad a los gru- también ostentaba una singular capacidad de creación. Precisamente. la posi-
pos comunales sometidos a su dominio. En tal sentido. cualquier grupo que ejerza bilidad de extraer una corriente de tributación en especie y en trabajo de la
la violencia con independencia del Estado se tranSfOlTIla automáticamente en un re- mayoría de la sociedad, ponía a disposición del Estado un cuantioso exceden-
belde que merece ser aniquilado por el monarca. Por lo demás, esa confiscación lo te en fuerza de trabajo y recursos alimentarios para llevar a cabo una política
es por partida doble: por un lado. nadie puede organizarse milital111ente en fOlTIla au- de construcciones en gran escala, que dejaría una profunda y duradera huella
tónoma. sin previo aval estatal; pero por el otro lado. también la seguridad interior sobre el paisaje del valle del Nilo. Las pirámides de Keops. Kefrén y Miceri-
de los telTitorios bajo control del Estado es una tarea que recae exclusivamente so- no en Guiza son indudablemente el emblema más acabado de una iniciativa
bre éste. En efecto, como ha indicado Valbelle. a las órdenes de los nomarcas y los estatal en materia de construcción de tumbas, templos, palacios y otros recin-
alcaldes existían milicias locales. que "tenían cO/7/ofill1ciiÍn cotidiU/w la de garall- tos que, en rigor. se extiende desde la época de los primeros monarcas de los
proto-Estados del Alto Egipto de la segunda mitad del IV milenio a.e. hasta
ti:::arla segllridad el1 los nomos)" ciudades de é~>!;ipl() "33.
el tinal de los tiempos faraónicos. De hecho, en el paroxismo de esa potencia
creadora. la capacidad estatal para la creación monumental se expresa no só-
32. Cf. Call1pagno. 19l)ga. 52·67. La cuestión de los límites que el parentesco pOlle a la emergen·
lo en es~ tipo de edificaciones sino en la fundación de núcleos urbanos tales
cia dd htallo. clllenJido como n]()nüpolio Icgítinlll de la coerción. ha regid,) buena parte de mis
im e,lig~¡ciones en los últimos m1os. Al respecto. puede consultarse //1 ex/el/so Campagno. 2002.
33. \'albelle. 1992. I~(J. .'~. !'u/Jlro I.m/s/ng: Lichthcilll. 1976. 168-17:\.

32 33
LÓGICA DE PARENTESCO. LÓGICA DE ESTADO MARCELO CAMPAGNO

r
como Menfis en el comienzo de los tiempos dinásticos, o Ajet-Atón en el fi- el Estado. Ciel1amente, la delimitación de un cuadro administrativo indepen-
nal de la Dinastía XVIII. No puede haber sido escaso el impacto que esa ca- diente de la práctica del parentesco y exclusivamente dedicado a la labor bu-
pacidad transformadora del Estado debió tener en la experiencia cotidiana de rocrática constituye un hecho decisivo para la constitución de una sociedad
los antiguos egipcios: como subraya Kemp, "la creación de edilicios y mí- estatal: el burócrata no es un miembro de la comunidad, no es un pariente. pe-
cleo.\' pohlaciol1ales el1feros es el acto supremo de imposición de UI1 orden .\'0- ro su presencia representa al Estado y. por lo tanto, sus indicaciones deben ser
hre lu naturale::a "35 acatadas. Nuevamente en palabras de Kemp. "lIn sistema burocrático es una
/11al1era pasira y ordenada de ejercer el poder en contras/e con la coerción
Ahora bien. los efectos de esos proyectos de construcción sobre la percepción
directa "37. En efecto. por medio de sus funcionarios, el Estado podía extraer
social del Estado deben ser considerados tomando en cuenta no sólo el resul-
tributo. movilizar mano de obra, conducir ejércitos, adorar a los dioses, aca-
tado sino también el propio proceso constructivo. En efecto, en toda esta cia- rrear materias primas. transmitir información. es decir. podía intervenir en to-
se de emprendimientos, el Estado tenía que disponer de una importante do aquel ámbito de la sociedad egipcia en donde lo considerase indicado.
capacidad logística. suficiente para transportar grandes contingentes de tribu-
tarios a los lugares donde se llevarían a cabo las construcciones. asentarlos en Respecto del mundo pre-estatal. la capacidad de penetración que pone de ma-
campamentos transitorios. abastecerlos diariamente de alimentos, organizar y nifiesto la práctica estatal es abrumadora. Ya se ha considerado cómo el Esta-
coordinar los esfuerzos laborales. La participación de los campesinos en esos do confisca a las comunidades el ejercicio de la guerra y, por ende, el de la
procedimientos, arrancados de sus comunidades rurales y trasladados a luga- política que éstas podrían ejercer hacia el exterior. También se ha visto cómo
res geográfica y culturalmente extraños para realizar diversas tareas compul- el Estado irrumpe en la vida de esas comunidades en el momento de la tribu-
sivas. debió incidir profundamente en la representación campesina acerca del tación en especie y en trabajo. Y también se ha advertido la capacidad del Es-
mundo estatal. Tanto por lo que hacían como por lo que veían. el Estado de- tado para imponer modificaciones al paisaje por la vía de las construcciones.
bía presentárseles como una descomunal fuerza creadora. En este marco, co- Pero la capacidad de intervención de lo estatal no se agota allí. La élite esta-
bran sentido las observaciones de Trigger: "la solide:: y permanencia material tal -a título institucional o a través de sus integrantes individuales- se apro-
de las es¡rllc/lI/"as [ayuda a] convencer al espectador acerca de la realidad de pia de las tierras fél1iles. controla al artesanado especializado a través del cual
lafiter::a que ha cobrado existencia [ ... ] El esplendor de tales edificios pro- establece unos cánones m1ísticos específicos. accede sin mediaciones a los
clama. y po!' ello refúer::a. el status de los g{)hernal1fes. de sus dioses fJI-otec- ,bienes que alcanzan el valle del Nilo por la vía de los intercambios de larga
tores .1' del Estado [ ... ] Más aún, por participar en la erección de los distancia o por la de la extracción directa. El Estado interviene también en la
!11011lIlnel1/O.\' que glorifican el poder de las clases altas. los trabajadores cam- esfera de la religión, no para determinar una 0110doxia excluyente, pero sí pa-
pesinos e.l'/án hahilitados para reconocer Sil status subordinado y .1'11 sentido ra dejar su huella por medio de la construcción de templos y la dotación de
de la pro/Jia inferioridad queda re(or::ado "36. cuerpos de sacerdotes para las divinidades más próximas a la élite de cada
época. así como para establecer nuevos rituales de los que la mayoría de la so-
y en tercer lugar, el Estado despliega toda una serie de procedimientos que ciedad quedaba excluida38 . Yen un sentido compatible, el Estado cuenta tam-
pueden ser considerados como indicativos de su capacidad de intervención en bién con la escritura. un dispositivo -ya advertido por Childe como uno de los
el tejido social egipcio. Es que, junto a su incomparable potencia para impo- indicadores de la estatalidad- que no sólo resulta de altísima eficacia como
ner por la fuerza y para crear. el Estado egipcio ostentaría una singular capa- forma de registro y de codificación de mensajes sino que también induce un
cidad para interferir. monopolizar, recodificar, reorientar. Y tales atributos
aparecen especialmente expresados a partir de la práctica burocrática. esto es,
un tipo de práctica que sólo es inherente a sociedades en las que ha emergido
.n Kcmp. 1942 [14R41. 141. ce tambicn pp. 141-171.
JX. De acuerdo con l3aincs ( 1940. 6.22). ··en ell1lvel de la experiencia más (fue en el de los cu(!/'-
pc¡,s ,,~ cO!/()cillliel1lo. la gel/te que no podía entrar a los templos sahría que otros podían hacer-
35. "-,mp. 1'i92119R41. 175. lo r tenían expenencias que no eran generalmente compartidas ". En tal situación. "el carácter
36. lrigger. 1l)90. 1n. 125. del COl/()ciJIIII!n/o 1/0 es tan significativo C0ll10 /a cuestión de quién conoce ...

34 35
LÓGICA DE PARENTESCO. LÓGIC,.\ DE ESTAI)O MARCELO CAMPAGNO

preciso efecto discriminante entre una minoría de la sociedad que conoce sus rado en el seno de la élite estatal ofrecía un aspecto asociado a la lógica esta-
reglas y una mayoría que, por el hecho mismo de desconocerlas, reconoce su tal y otro. más subrepticio. relacionado con la lógica parental. En efecto, los
subordinación a quienes saben de sus secretos. integrantes de la élite egipcia se hallaban atravesados por ambas lógicas: en
A través de todas estas formas. la lógica estatal -es decir, la lógica que se sos- tanto hombres de Estado, debían participar de una serie de prácticas que gira-
tiene en la existencia de monopolio legítimo de la coerción- se afirma. a lo ban. de un modo u otro, en torno del ejercicio monopólico de la coerción; pe-
largo de los milenios. en el valle y el delta del Nilo. Sin embargo, como se ha ro. en tanto miembros de un grupo fuertemente tramado por la práctica del
visto más arriba, tal lógica no se halla sola en su actividad de estructuración parentesco. su mundo se organizaba también a partir de derechos y obligacio-
social: la lógica del parentesco también tiene allí un papel de relevancia. Aho- nes que no procedían del ámbito estatal sino de las que prescribían los lazos
ra bien. aun cuando pudiera suceder que a cada lógica correspondieran ámbi- parentales. De hecho, más arriba se hacía referencia también al hecho de que
tos diferentes. si ambas lógicas estructuran tes coexisten. es posible pensar los términos de parentesco eran decisivos para la constitución de los lazos en-
también en la existencia de puntos de articulación, de solapamiento. de cone- tre el monarca egipcio y su entorno más directo. Vale la pena considerar un
xión entre una y otra. ¿Cómo se pueden advertir esos puntos en los que am- poco más de cerca la situación que se plantea para el Reino Antiguo respecto
has lógicas se tocan? ¿Cómo se puede advertir la interfase entre parentesco y del térm ino de descendencia real s?/sJt IIS11'. hijo/hija del rey.
Estado en el Antiguo Egipto?
De acuerdo con el análisis de Michel Baud, el término sl IlSW podía referir
tanto a los hijos de sangre del rey como a hijos '"ficticios" o "adoptivos", es
Lógicas conexas: parentesco y Estado decir. a otros integrantes del dispositivo estatal que accedían a la condición de
En una primera aproximación. podría decirse que las escalas a las que operan "'hijo del rey". En efecto. especialmente durante la Dinastía IV, los "hijos del
el parentesco y el Estado son diversas. En efecto. la lógica de la práctica del rey" aparecen cumpliendo las más altas funciones administrativas, tales como
parentesco es una lógica eminentemente local. Cada comunidad aldeana cons- él visirato o la dirección de las expediciones o de los trabajos de construcción.
tituye una trama parental diferente: esto es, aunque la lógica de estructuración En cambio. los funcionarios subalternos nunca acceden a tal condición. Aho-
social de cada ámbito aldeano sea homóloga, no se trata de una misma red de ra bien. parece claro que no se trata de un simple indicador de rango, al que
prácticas. Es cierto que esa condición local se trastorna cuando se considera cualquier alto funcionario pudiera acceder como resultado de una carrera en
el alcance aJticulador del parentesco en el interior de la élite estatal. Pero tam- la admin istración: se trata, según Baud,' de un título de corte, que combina
bién allí se trata de un alcance acotado: la parentela real o la de otros integran- consideraciones acerca de altas funciones en el Estado, descendencia, alianza,
tes de la élite no tiende a una expansión indefinida sino más bien a la y que parece requerir siempre de la decisión del monarca. Otro tanto puede in-
reproducción del grupo. incluso si puede ampliarse marginalmente por la vía dicarse respecto de las "hijas del rey", condición que incluye a las hijas bio-
de las alianzas matrimoniales. La lógica de la práctica estatal. por lo contra- lógicas del monarca pero que también puede constituir un título de corte
rio. es una lógica expansiva. que tiende a constituir una única red de prácticas concedido por el rey. En un caso como en el otro, esas "hijas del rey" podían
allí por donde se extiende: desde Elefantina hasta el delta, o desde Nubia has- ser el objeto de la política matrimonial del monarca: esas princesas aparecen
ta Siria en algún momento del Reino Nuevo, la existencia de una misma en- casadas con el rey o con los más altos funcionarios de E~ado, lo cual refuer-
tidad estatal es efecto de la expansión de la práctica estatal por todos esos za las alianzas en el seno de la élite estata¡J9.
territorios. En este sentido, desde un punto de vista precisamente territorial,
los ámbitos egipcios organizados por la práctica del parentesco se hallan em-
plazados dentro del ámbito general que regula la práctica estatal.

Pero. ¿qué hay de los modos específicos en que se conecta una lógica con la 39. Al n:spceto. el". Balld. 1999. especialmente pp. 170-188.368-37 L 374-379. Respecto del ea-
ractcr "udLlpti,'o" de ciertos "hijos del rey", I3aud (1999, 188) indica: 'Padre por excelencia. el
otra? Obsérvense algunos ejemplos. En el inicio de estas páginas. a propósito
II/Ol/arca pOI/e en/llego así 1111 elel/ll!l/to/imdamel1lal de la paternidad egipcia. el «componel1te
de la Enseiiall::a para Alerikara. podía advertirse que un mismo texto el abo- "dopt/I'o ". por el cllal1111 la:o filial puede ser creado sobre la base de l/na semejan::a espiritllal··.

36 37
LOGlc.,\ DE PARENTESCO. LÓGICA DE ESTADO
MARCELO CAMP¡\G~O

r
Lo que resulta decisivo aquí es el hecho de que. no tratándose de términos ex-
tre el Estado y las diversas localidades del país, ejecutando las instrucciones
clusivamente reservados a la descendencia biológica del monarca ni a un
dic.:lac!as por la corona y que eran transmitidas por los agentes delfáraón, pe-
mero rango jerárquico, el término si IlSW corresponde a una posición de pri-
ro sin llegar afórmar parte, en calidad defill1cionarios, de la administración
vilegio en la élite que se relaciona con las más altas funciones administrativas
del Estado "42. Si no formaban parte del dispositivo estatal, ¿por qué actuaban
del dispositivo estatal y que, sin embargo, se expresa en los términos del pa-
como intermediarios? Las dinámicas de liderazgo de las comunidades aldea-
rentesco. Dicho de otro modo, la proximidad de esos integrantes de la élite
nas. basadas en la lógica del parentesco, aparecen aquí como las generadoras
respecto del rey se enuncia por medio del lenguaje parental. Así, "el paren-
de la legitimidad de esos personajes. Desde la otra punta de la historia egip-
tesco provee de un modelo a las relaciones de poder "40. En tal sentido, por
cia antigua. en las Instrucciones de Anjsheshonq (siglos V-IV a.e.) sugestiva-
un lado, más allá de los hijos biológicos del rey, el término tiene unos usos
mente se expresa: ¡"()h, pueda el 'hermano mayor' de la aldea ser el único (¡ue
que. por las prácticas que ejercen quienes lo detentan, lo conectan abiertamen-
es convocado para represel1larla.' "43. Parece. pues, que son los témlinos de
te con la lógica estatal. Sin embargo, por el otro lado. el término incluye al in-
parentesco los que mejor convienen para referirse a quienes se constituyen co-
dividuo que lo porta dentro de la parentela del monarca. No importa cuan
mo representantes de las comunidades aldeanas.
'"ficticio" sea ese lazo. lo fundamental es que ese lazo se expresa como víncu-
lo parental. y por ende, orbita también en otra lógica, diferente de la que ins- Otros indicios apuntan también en una dirección en la que las prácticas de tri-
tituye a las prácticas propiamente estatales. Si un rey puede recompensar a un butación involucran la lógica del parentesco. Según A. M. Roth, el sistema de
alto funcionario con la condición de "hijo", hay allí un ámbito para la asocia- las p/!l'/ae. esto es. un tipo de equipos rotativos de trabajo al servicio del Es-
ción de lógicas sociales. hay un ámbito para una interfase armónica entre pa- tado. parece haberse establecido sobre las líneas del parentesco: "parece pro-
rentesco y Estado. hah/e que las phylae egipcias se originaran enfamilias extendidas () grupos
/ocedes que, a falta de meior término, pueden ser vagamente llamados cla-
Ahora bien hav otros ámbitos donde la confluencia de lo parental y lo estatal
se presenta' de ~nodos muy diferentes. Algunos indicios de las relaciones en-
nes "44. Por otra parte, existe evidencia acerca de procedimientos judiciales
efectuados durante el Reino Medio que permite advertir el modo en que el Es-
tre el Estado egipcio y el campesinado pueden ser de interés aquí. Más arriba
tado podía proceder ante eventuales evasores al tributo en trabajo. En uno dc
se indicaba que el Estado parece haberse ocupado de los campesinos básica-
tales documentos se indica: "(Una orden ° directiva) fire impartida para la
mente en tanto tributarios y, en tal sentido, parece haberlos considerado no
Gran Prisión (en) el mio 31, mes 2 de Shomu, último día, para liberar a Sil
tanto individualizadamente sino en función de su pertenencia comunal 41 . Los
gente en (o de) la corte. siendo (una orden) impartida para ejecut~r contra él
representantes de cada aldea, entonces, aparecen como los individuos a ser in-
la lel' relativa a quien deliberadamente deserta por seis meses "4). Respecto
terpelados en los momentos de la tributación. En las representaciones mura-
de o~ra sentencia similar, comenta Kemp: "suena muchísimo a COI/IO si lafa-
les de la mastaba de Ti (Dinastía V) puede advertirse la presencia de esos jefes
miha de la víctima hubiese estado retenida hasta su arresto "46. En efecto, pa-
de aldea (hqtw l1Í'<1'lI't), postrados ante los escribas encargados de registrar el
rece que, en tanto el desertor no apareciera. eran sus parientes - "su gel1le "-
tributo. De acuerdo con Moreno García. estos jefes eran "intermediarios en-
quienes tenían que afrontar las exigencias provenientes del aparato estatal.
Notablemente. en ambas situaciones ligadas al pago de tributos, el Estado se

40. Baud. 1999.375.


41. De acu.:rdo con E\T': (1999,45). la cuestión de la responsabilidad fiscal de las comunidades
42. rvlor~n() (jarcia. 2004. 90. Acerca de las escenas de la decoración mural de algunas tumhas
"il1crell/enlaha la ~nli~/aridad aldeana J' el¡(ali=aha el 1'01 práclico de los líderes en la aldea co-
del Reino Antiguo que permiten advertir la posición de los jefes en tanto representantes de sus
1110 represenlanres o como responsahles por la el1lrega Del mismo modo. Allam (1995. 50) in·
comunidades a~te d Estado. el'. Aldred. 1961. 199: Kanawati. 1987. 114. cr. también Fig. 4.
oo.

dica el rol de intcrmcdiación jugado en materia fiscal por los conseJos locales. cuyos mIembros.
¡rente al Estado. "eran -ral¡'e= glohalmenle-· responsahles. Sin duda eslos consejos, le/1/endo la 43. IllSlrucción de ,Injsheshonq: Glanville, 1955.27.
p{iSlhilidad de ejercer una presió'l sohre los habilanres de SI/S comunidades. deVinieron colabo- 44. Roth. 199 L 206. Cl'. pp. 205-21 U.
rac!ores del fisco. lanlo más en la medida en que ellos conocían mejor las condicIOnes)' los ha-
45. I'aj){ro Hrook(l'n: Ha)es. 1955.35. Cf. también pp. 64-66.
hllanll'S de las cOl/l/mieladesoo.

46. Kcmp. 1992 [19891. 164.

38
39
LÓGICA DE PARENTESCO. LÓGICA DE ESTADO MARCELO CAMPAGNO

habría servido de la capacidad articulatoria del parentesco para alcanzar sus Ahora bien, todos estos dioses no se hallan vinculados entre sí solamente a
objetivos. Así. el despliegue en la sociedad de una práctica tan decididamen- través de lazos parentales. Si se considera el comienzo del Canon Real de Tu-
te estatal como la tributación se produce en contacto con otras prácticas orga- rín de la Dinastía XIX o la notablemente compatible información que mane-
nizadas por la lógica parental. Otros escenarios, pues, para la articulación jaría Manetón casi un milenio después, puede verse que la dinastía de
entre el parentesco y el Estado. monarcas que comienza con Menes -el primer faraón, según la tradición egip-
cia- no es la primera en gobernar en el valle del Nilo. En efecto, se halla pre-
Por último, el ámbito de los dioses egipcios también puede ser susceptible de cedida por una serie de dinastías de dioses y "semidioses", organizadas de la
expresar la convergencia entre las lógicas c~l parentesco y el Estado. En cier- misma forma que las posteriores, de las cuales la primera retoma los dioses de
to modo, al considerar la forma en la que el parentesco trabaja la relación en- la familia heliopolitana, mediados por la tradición menfita. Así el primer dios-
tre el monarca y los dioses, ya podía advertirse un terreno fértil para la reyes Ptah. tal como se establece en la Teología Mel?/i1a y. luego de él, siguen
conexión entre ambas lógicas. En efecto, por una parte, el reyes la cúspide in- Ra (divinidad solar que se conecta con Atum), Shu, Gueb, Osiris, Seth y Ho-
discutida del dispositivo estatal: su presencia en un rito o en un campo de ba- rus. es decir. la secuencia completa de los dioses varones de la Enéada helio-
talla es la expresión misma de la presencia del Estado. Pero por otra parte, el politana, proyectada hasta el conflicto que culmina con el advenimiento de
monarca aparece como un hijo de los dioses: él, que es tanto un dios como un Horus al tron0 4X . Lo que resulta fundamental aquí es el hecho de que. presen-
rey. es hijo de otras divinidades y, por ello, el nexo entre la esfera humana y tando la secuencia de divinidades de este modo, se proyecta la realeza (vale
la divina se expresa en términos de parentesco. Sin embargo, más allá de la decir, el Estado) al origen mismo de los tiempos y se presenta a los propios
singular figura del monarca, el mundo exclusivamente divino también presen- dioses como los primeros reyes de Egipto. En tal sentido, así como sucedería
ta una serie de características en las que puede advertirse el papel simultánea- históricamente con la secuencia de monarcas gobernantes -una secuencia
mente estructurante de lo parental y lo estatal. Algunos aspectos de la principalmente definida por los lazos de parentesco que vinculaban a un rey
cosmogonía heliopolitana pueden ser de interés en este punto. con el siguiente a través de la familia real pero especialmente establecida pa-
ra ejercer el dominio sobre Egipto al modo estatal-, los dioses también podían
Como es bien sabido, la cosmogonía de Heliópolis se centra en un conjunto de constituir unas series definidas tanto por la lógica del parentesco como por la
Nueve Dioses, la Enéada. Desde el caos de lo indiferenciado emerge una prime- lógica del Estado.
ra divinidad, Atum. Este generará por expectoración o por masturbación a sus
hijos Shu. dios del aire. y Tefnut, diosa de la humedad. Estos dioses se unirán ***
luego para engendrar a otra pareja divina, integrada por Gueb, dios de la tierra, Retornando ahora a la Heracleópolis de la Dinastía X y a la Enseí'ian::a de Jetv
y Nut. la diosa del cielo. A su tumo, Gueb y Nut engendrarán cuatro hijos divi- 111 para Merikara. es posible comprender más claramente los modos en l~s
nos: los dioses Osiris y Seth y las diosas Isis y Neftis. Puede notarse así, de ma- que allí operan esas lógicas asociadas al parentesco y al Estado. Se advierte
nera evidente, que todos los dioses primigenios que componen la Enéada se que no es por puro azar que Jety aparece alternativamente como un estadista
hallan relacionados a través de lazos de parentesco. De hecho, esos vínculos pa- y como un padre. En tanto rey, Jety evoca aquellas prácticas asociadas a las
rentales se proyectarán hacia la siguiente, decisiva generación: Osiris rivaliza estrategias militares. a la tributación, a la organización burocrática. Son esas
con su hermano Seth -a manos de quien finalmente morirá- y se une a su her- capacidades para la coerción, para la creación y para la intervención que ca-
mana Isis, con quien concibe a su hijo Horus, quien vengará ante su tío la muer- racterizan a la práctica estatal. En tanto padre, en cambio. Jety aconseja a su
te de su padre. Se advierte, entonces, la importancia del parentesco para dar hijo Merikara acerca de los principios que deben regir la conducta del joven,
cuenta de las relaciones que se entablan entre todas estas divinidades47 . que no son otros que los legados por los ancestros. Se nota allí la vigencia de

47. Acerca de la cosmogonía heliopolitana. el'. HOTllung, 1982 [1971].221·222: Lesko. 1991. 91· 48. Acerca del Canón Real de TlIrín. cl'. Rcdford. 1986. 11-13. Cl'. también /IorIlllng. 1982
1.)4.
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40 41
LÓGICA DE PARENTESCO. LÓGICA DE ESTADO
MARCELO CAMPAGNO

unos códigos de solidaridad y de reciprocidad que poco tienen que ver con el
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D E F G H

Fig. 2. Cementerio Hk43 de Hieracómpolis (diseño de Renée Friedman)

48 49
LÓGICA DE PARENTESCO, LÓGICA DE ESTADO

GI'E1m.\, I'ARE!\TESCO y CA!\IBIO SOCIAL Pi LAS SOCIEDADES


SI:\" ESTADO f)EL VALLE DEL NILO PREHISTÓRICO

Augusto Gayubas
Universidad de Buenos Aires

= JIdca, comunidad aIcleJI1d \,/m e familia, clan, rribu

Fig. 3. Vocablo wJ:¡yt (Faulkner, 1962,66)

\Varfare has been recognized as an almost universal e1emcnt in non-State


SlIlIllIliIrl"

socidies all over the \\orld and Ihroughout the ages. Such a feafure can be explained
in lenns of an inherent political structure: the self-identilication 01' the kinship group
b~ Illeans of its contrast \V itb lhe Olher in war. and the rejeelion 01' Ihe emergence 01'
an autonolllOllS political power as a premise for the survival ol' lhe communily ilself.
"Ihis Illay also eonneel \\arfare 10 the emergence 01' an institutionalized Ieadership.
\\hen the \\arrior kader is successful in keeping his preslige in peaceful times. In Ihe
Ni/.: Valle). the archaeological n:cord allo\Vs us to demonslrate Ihe preponderan ce 01'
narfaré in Ihe prehistoric period and its relalion with emergenl socialleadership. This
e\idencc leads us lo queslion Ihe lraditional hypothesis about the relalively peaceful
n<lturc 01' pn:historic Nile Valle) societies and thc concomitant consensual hypothesis
O!l Ihe emagencc 01' Nilolic chiefdoms. and allows us to suggest an <llternative
c\planalion 011 bo\\ socialleaclership arose in a comexl ofrccurrcnt warfarc in thc Nile
Fig. 4. Escenas de la mastaba de Ti (Kanawati, 1987, 114)
Valk~.

Explicaciones hegemónicas sobre el cambio social en el valle del Nilo

Los autores que han tratado generalmente la cuestión del surgimiento de lide-
razgos y jefaturas en el valle del Nilo, han centrado sus investigaciones en el
aspecto económico-administrativo y han buscado explicar por este medio las
transformaciones en el seno de las sociedades sin Estado del valle del Nilo
prehistórico. Sin embargo, parece haber un elemento que no ha sido tomado
en consideración y que podría llegar a tener cierta importancia en el funcio-

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