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“Interpretación del ser humano” de Mauricio Beuchot

Luis Gabriel Mateo Mejía1


Silvia Andreli Diaz Navarro2

Resumen: Con el objetivo de fundamentar a la antropología filosófica se revisa la


metafísica y la ontología, desde las posturas más recientes, como es el caso del positivismo
y el postmodernismo. Sin embargo, la interpretación adecuada del ser humano, requiere la
integración de una hermenéutica analógica, que sirva de metodología para redefinir un
nuevo humanismo. Por otra parte, en este texto se continua con el diálogo, como pieza
clave, para posicionar el sentido de las distintas utopías que han referenciado el enfoque
de la antropología filosófica.

Palabas Calve: Nuevo realismo, antropología filosófica, metafísica, ontología,


hermenéutica analógica, iconicidad, microcosmos, sentido y existencia.

Abstract: In order to give fundations in philosophical anthropology, the metaphysic and


ontology it´s reviewed. In this case, the current study of postmodernism contribute to make
an interpretetion of human condition. This interpretation it´s named hermeneutic of
analogy. With this new metodology it´s expected to reach the humanist utopia. By other
hand, the book keeps on making the dialog like the piece of philosophical anthropology.

Key Words: New realism, philosophical antropology, metaphysic, ontology, hermeneutic of


analogy, iconicity, microcosm, sense and existence.

El texto de la ‘Interpretación del ser humano’ abarca un doble eje, por una parte, la
explicación de los fundamentos de la antropología filosófica y por otra, la aplicación de la
hermenéutica analógica a la misma disciplina científica. Los nueve capítulos que contiene

1
Licenciado en Filosofía. Ingeniero en Desarrollo de Software y Maestro en Tecnologías del Aprendizaje.
Docente en línea en el IFFIM.
2
Licenciada en Pedagogía. Licenciada en Educación Prescolar. Maestra en Tecnología Educativa. Consultora
y Capacitadora de Tecnología Educativa.

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se subdividen en: antropología filosófica, el hombre ante el sentido de la existencia, la
hermenéutica y sus consecuencias, la hermenéutica y el conocimiento, sobre la
hermenéutica analógica del sujeto, la hermenéutica y la pedagogía, la antropología
filosófica y la psicoterapia, el viaje hacia la utopía, y, por último, aplicación de la analogía
y la iconicidad a la antropología filosófica. Además, el texto integra una introducción y las
notas respectivas de las referencias y la bibliografía de cada capítulo.

Este prolífico autor, ha venido desarrollando una abundante propuesta filosófica, solo por
citar algunas de sus más recientes obras, tenemos el caso de ‘La Filosofía del
pragmatismo’, ‘Dialéctica de la analogía’ o ‘Kierkegaard y su dialéctica de la analogía’.
Mauricio Beuchot muestra en este trabajo, un desarrollo más amplio de su postura
filosófica y neotomista. En el cual, ya desde la introducción se observa como el nuevo
realismo, supera a la visión postmodernistas que se tiene en la perspectiva de la esencia de
la naturaleza humana. En esta nueva perspectiva, se retoman los trabajos de Foucault, por
ejemplo, quien hace un análisis de la subjetivación y la hermenéutica del sí. Así como
también, se retoma la hermenéutica analógica, para explicar la antropología filosófica,
desde una ontología científica y centrada en la naturaleza del ser humano.

Acerca de la antropología filosófica, se nos plantea una definición de ciencia que contiene
un fundamento ontológico que integra a la fenomenología y a la hermenéutica. En este
aspecto, el ser humano es una entidad psico-biológico-social, que contiene tanto una
dimensión cognitiva como una volitiva. Por ello, es necesario estudiar las voliciones y las
pulsiones, tanto volitivas conscientes como inconscientes, tanto intelectuales como
afectivas. Para lograrlo, la antropología filosófica deberá considerar la visión histórica del
hombre como intencionalidad, aspecto que se ha venido desarrollando desde el comienzo
de la filosofía antigua.

Al aportar un ser que debe ser construido y que es capaz de auto guiarse en su proceso de
liberación social, cada ser humano auto implica y autocontiene su cognición y su voluntad
en todos los sentidos o campos de la experiencia humana. El ser humano es capaz de
comprender el sentido y significado de la vida y de la muerte, así como de sus procesos, por
ello, toda su intencionalidad sentimental, que incluye su inteligencia y sus emociones, van
directamente a la práctica de las virtudes, de las técnicas y la misma apreciación de la

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sabiduría. Todo ser humano, al ser capaz de comprender la intencionalidad y el significado
de sus intenciones, puede ir más allá de lo considerado como racional, asumiendo la
capacidad de vivenciar en su libertad la vivencia del amor y los sentimientos profundos que
caracterizan su existencia. En este sentido, la libertad es un aspecto que debe ser
construido, además de otorgado.

Entonces, replantear la cuestión del sujeto actual, nos lleva a considerar la analogía desde
su metodología hermenéutica. Puesto que es obvio que vivimos tiempos de odio,
destrucción y enfermedades de índole psicológica. La analogía, contribuirá a buscar una
precisión y una objetividad en el concepto de dignidad, ética y moral, así como la forma
apropiada de entender el intencionalismo del sujeto, apegándonos a las necesidades de
expresión que tiene la palabra. Es decir, en un acercamiento al logos de la libertad, de la
pasión, de la razón y de la vida.

El hombre ante el sentido de la existencia requiere buscar su lugar en el tiempo y el


espacio. Requiere buscar y conocer su lugar ante los demás y ante sí mismo. Su consciencia
de estar vivo y de la vida misma, es una base sólida que indica el sentido de la misma
existencia. El ser humano es pues un ser para la vida. Sin embargo, su lugar es intermedio
entre todas las cosas, pues no es un ser divino y tampoco es un simple animal irracional. Se
observa desde este análisis la analogía en la libertad, en la dignidad y en la semejanza
divina. Para Beuchot, el ser humano es un compendio del cosmos a manera de
microcosmos. Resaltan los numerosos místicos y estudiosos de la edad media y al
comienzo de la modernidad, quienes insistieron en este eje de razonamiento filosófico.

Por otra parte, se explica una dialéctica, en función del desarrollo conceptual que permite
conciliar el desarrollo de los diversos campos sustanciales de la naturaleza humana. Es así
como se manifiesta el hombre en busca de sentido, requiriendo la interpretación, el
conocimiento y la analogía, para solucionar las ambigüedades y paradojas de su conducta.

La hermenéutica, planteada desde esta base conceptual, tiene claras consecuencias.


Especialmente si se consideran los autores contemporáneos que han desarrollado esta
disciplina, pues en ellos se encuentra la lucha contra la metafísica. Como lo explica el autor
acerca de Vattimo, Nietzsche y Heidegger. De hecho, denominada la metafísica como la
tragedia de la filosofía actual, puntualiza la falta de principio científico en casi todas las

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áreas del saber humano. No queda la menor duda de que Nietzsche postula la tragedia de la
filosofía actual, empujándola a un estado tanto dionisiaco como apolíneo. Sin embargo,
muy a pesar de ver manifestado el siglo de la tragedia en la historia humana, se mantiene un
rasgo de luz conceptual que permite adentrarnos en la verdadera esencia del superhombre.
Considerado así el estado de la condición humana que penetra en la racionalidad analógica
para llegar a la superación de la violencia, la ignorancia y la irracionalidad.

La ciencia de la interpretación del texto se posiciona así, como la disciplina capaz de


formular la interpretación de la realidad, y para lograrlo, el diálogo intercultural e
interdisciplinario es una cuestión básica. Por otra parte, aún una interpretación adecuada de
la modernidad y de su filosofía, implicará considerar los límites que se encuentran entre la
metáfora y la metonimia, entre lo paradigmático y lo pragmático, entre lo equivoco y lo
simplemente univoco.

A su vez, la teoría del conocimiento y la hermenéutica misma, destacan a la analogía como


esquema o triada conceptual, a diferencia del conocimiento metodológico que se
fundamentó durante muchos años en la univocidad y la demarcación de lo erróneo. Se
detona así un movimiento como vaciamiento, denominado kénosis, que equilibra en una
especie de síntesis la dualidad. Hemos de notar que la misma hermenéutica nace desde la
antigüedad y mantiene su línea propia de desarrollo, buscando camino y salida, aún entre la
misma filosofía moderna. Por ejemplo, la interpretación estética que abarca de forma muy
particular la hermenéutica ontológica, asumiendo su capacidad de distinguir el realismo del
mismo nominalismo que tienen los valores de lo bueno, lo bello, lo pulcro y lo verdadero.

Se observa así una especia de frónesis y no un mero movimiento artístico que tecnifica lo
imitado. Estamos entonces ante la consideración de un razonamiento analógico, uno en
donde la poiesis brinda la conjunción de la lexis y la mímesis, es decir, mediante el discurso
se conjuga la metáfora y la explicación demostrativa. En otras palabras, aludiendo a
Humberto Eco, nos encontramos frente a la misma base esencial y fundamental del
conocimiento, puesto que hemos de acceder a éste, tanto desde los mismos límites de la
semiótica como de la hermenéutica. Cabría resaltar que el ser humano es entonces un
animal de conocimientos y de significados. De hecho, los estudios modernos sobre al
retorica pura y la pragmática lo hacen distinguir.

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Es importante entonces revalorizar la analogía, puesto que una racionalidad analógica
permitirá dar un paso más al frente en la solución del ataque a la filosofía postmodernista,
cargada de un nihilismo a ultranza. Desde esta nueva valorización para la realidad, cabe la
analéctica, que es la dialéctica desde el horizonte de la analogía. Este nuevo sentido de la
ratio, contiene una vía de superación ante la problemática de fundamentación que requieren
las ciencias sociales. Lo cual nos regresa a la seriedad de la reflexión humana, dentro de
una verdadera construcción del sentido humanista de la realidad.

Al respecto de la hermenéutica analógica del sujeto, el autor no duda en lanzar la


arqueología de la hermenéutica del sí, desde el planteamiento de Michel Foucault. En este
planteamiento se encuentra un análisis de la interpretación del cuidado del yo, en donde se
analiza a detalle los procesos de subjetivación que tiene el sujeto en una sociedad
completamente tecnificada, industrializada y burocratizada. En dichos procesos de
subjetivación, se reivindica el espíritu de la sofrosine, que es el temple y el carácter bien
encausado para la supervivencia y trascendencia del sujeto. Ya los antiguos griegos y
romanos centraban en diversas categorías de gnome, las sentencias que aludían al dominio
de la voluntad y la inteligencia. Para Foucault, la tecnificación de estos procesos, fue
llevada por el pensamiento grecorromano y posteriormente, por el proceso de la teología
cristiana. Quizá mediante un análisis profundo de la psicología, como es el caso de la
aplicación del psicoanálisis al comportamiento religioso, podamos dar pautas para entender
la dolorosa subjetivación que vivieron los cristianos en la edad media y anterior al
desarrollo del pensamiento moderno. En esta dolorosa subjetivación, como se explica desde
la perspectiva de Pedro Abelardo, -pensador de la alta edad media-, se virtualizaba la
acción y dignidad del sujeto, por una marcada tendencia del engaño y enajenación de las
conciencias poco formadas.

No obstante, los rasgos característicos de la brutalidad que puede acompañar la bajeza de la


condición humana, se observa que, la irracionalidad es en todo momento una reducción de
la visión moral y de la propia conciencia. Razón por la cual, Beuchot insistirá en el
desarrollo de una hermenéutica analógica del sí. De hecho, ya en el mismo Foucault se
encuentra la semilla de esta tendencia, pues es claro que una tecnología del yo, no podría
dejar a un lado la referencia de la realidad como indicador clave para la renovación de la

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coherencia intelectual. Por tal motivo, una analogía bien comprendida en el devenir
histórico de la conducta moral y religiosa, contiene una aceptación de lo innegable de la
naturaleza humana, pero también atiende al equilibrio y desarrollo de una inteligencia
emocional apropiada al creciente modernismo de la historia. Resalta así, la analogicidad del
realismo.

En el caso de la pedagogía, la hermenéutica auspicia una filosofía de la educción no solo


realista, sino también humanista. Su base antropológica, enriquecida por el conocimiento de
la interpretación, contiene la indefinición biológica del sujeto, a la par que, integra las
dimensiones axiológicas, deontológicas, y teleológicas de la formación. La hermenéutica
analógica, como perspectiva, nos remite a la formulación de las disciplinas científicas que
abordan el fenómeno educativo. Nuevamente, se observa la estructura dinámica de la
realidad en los procesos de enseñanza y aprendizaje, procesos que atienden a los distintos
elementos que comprenden la totalidad y la naturaleza del ser humano.

En dicha perspectiva se ubican las características univocas o equivocas de los juicios entre
los sujetos que conforman los procesos educativos. Dentro de estos elementos que
comprenden la totalidad del sujeto, destacan el aspecto epistemológico, mismo que implica
los niveles sensoriales, imaginativos e intelectuales. Se tiene también el aspecto
antropológico, que sitúa al sujeto, no solo como un animal de respuestas biológicas o
psicológicas, sino como un ser capaz de integrar estados superiores de la conciencia a
través de su voluntad y de sus virtudes. Destacan en ambos elementos la inclinación por el
adecuado acercamiento al juicio prudencial, pues es en la phrónesis en donde resalta la
interpretación del texto mayor, es decir, la realidad.

De igual manera, resalta el elemento ético, en donde se retoman los avances axiológicos
sobre la libertad, la ciudadanía, la justicia y la igualdad, como ejes de base en la orientación
filosófica y pedagogía contemporánea. Finalmente, se tiene el especto político, que, en
cierta medida, integra los anteriores, puesto que capacita al sujeto para interactuar
apropiadamente en la sociedad. De hecho, las virtudes de la ciudadanía, implican la
prudencia, la templanza y la fortaleza, para la construcción de una comunidad participativa.
Como se observa, la aplicación principal de la pedagogía es la formación del criterio, el
cual, en su aspecto optimo, debe de ser crítico, esto es, implica la gestión de la crisis del

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sujeto ante la formación y a la par, desarrolla una conducta centrada en un juicio
inteligente.

Se llega de esta manera a las reflexiones sobre la antropológica y la psicoterapia. Donde el


autor encuentra una fuerte relación entre la hermenéutica y la psicología. En este apartado,
Beuchot nos invita a reflexionar en una de las aplicaciones más trascendentales de la
antropología filosófica, que es el conocimiento profundo de la realidad humana a través de
su conduta. La conducta es fuente y origen de muchos errores, como es el caso de la
violencia o la incomprensión de la misma condición humana. En este sentido, la
contextualización desde la misma filosófica sistemática se hace evidente por el
entretejimiento de las fuentes y citas. Cabe destacar que el autor toma las referencias que
contribuyen a justificar sus análisis, partiendo de pensadores clásicos y contemporáneos.
Recordando que en el apartado anterior se pretende formular un adecuado krinein o criterio,
en este apartado se consolida por la reflexión sobre el inconsciente profundo que orienta la
actuación de toda persona.

Se revisa así, el narcisismo, como el gran enemigo de la psique que estudia el psicoanálisis.
Los niveles de deterioro que produce en la personalidad producen trastornos severos.
Dentro de la conducta narcisista se encuentran las siguientes fases a revisar: el carácter
fálico-narcisista, el carácter narcisista, la personalidad límite, la personalidad psicopática, y
la personalidad paranoide. En definitiva, una revisión exhaustiva de estas características de
la personalidad, permiten comprender y evitar la locura. El autor recalcará el daño a la
sociedad que se ha hecho por un inadecuado encausamiento del desarrollo de la psique en
los individuos. Se entiende que hay muchas situaciones que generan estos trastornos,
llevando al sujeto a un verdadero combate interno.

Combate que se efectúa entre la envidia y la gratitud, pero también entre los muchos
defectos que contiene la vida. No en vano, ‘La Divina Comedia’, de Dante Alighieri, -
estudiada con una cierta fenomenología-, expresa y resalta el daño que hace la envidia entre
las personas que caminan en los círculos de la vida ultratumba. La reflexión critica sobre la
condición humana se encuentra encausada en otro sentido, es una verdadera formación de
la subjetividad. Para lograrlo, es importante considerar un equilibrio, tanto emocional como
intelectual, estado que puede ser generado desde una revisión del fenómeno de la acción

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humana e infiriendo la proporción o analogía que contienen los juicios asertivos. Este
proceso analógico y psicoterapéutico, no queda pues exento de una dialéctica que
constituye un método para el crecimiento interior.

Este texto enfoca y aplica su revisión conceptual en el comienzo de un nuevo viaje hacia la
utopía. En efecto, ésta, considerada en cierto aspecto realizable y de cierta forma
inalcanzable. Lo utópico interpone un razonamiento analógico dentro de un marco de
distintas utopías, planteadas a lo largo de los siglos por diversos pensadores. Así, la fuerza
de la utopía radica principalmente en una profunda motivación espiritual e intelectual, con
respecto a la parte realizable que tiene, asumiendo de forma realista, la parte ideal que
caracteriza la misma construcción de nuestra civilización.

Desde su aspecto más concreto, la utopía es el recurso analógico contra la decepción de lo


real. En otras palabras, para concretizar la proporción, como en el caso de una parábola
literaria, se modela la realidad de aquello que es posible realizar, tanto en la conducta como
en la transformación de la misma materialidad de las cosas. Con lo cual, se formula un
símbolo que incide como referencia de lo realizable, sin por ello, dejar de ubicar o señalar
lo malogrado, como es el caso de las decepciones que hemos tenido como sociedad o
individuos. Es importante destacar, la forma en que Beuchot resalta la vigencia de la
filosofía a través de los clásicos de la literatura.

Podemos inferir que la aplicación en la analogía y en la iconicidad de la antropología


filosófica, es un desdoblamiento de la teorización sobre la interpretación de los textos. La
filosofía del hombre se encuentra a la base de todo criterio de humanización y por
consecuencia, a la base de la construcción de las distintas disciplinas científicas que
abordan el humanismo contemporáneo. Por tanto, si la antropología filosófica es icónica, es
porque permite centrar a la técnica y al humanismo, en una distancia concreta contra el
ataque moderno de la metafísica. Por otra parte, dicha situacionalidad de la realidad, rescata
al ser humano de los tiempos indigentes que vivimos en la actualidad. Con ello
encontramos la oportunidad de reflexionar sin polarizarnos en el rango de una ontoteología
o en el margen de una tecnificación masiva que destruye al sujeto.

Desde un balance crítico de esta obra, se pueden inferir los siguientes dos puntos: a) el
regreso la utopía enriquece la obra, al rescatar la textualidad del ensayo filosófico,

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trasladando su hipertextualidad hacia lo que se encuentra más allá del nihilismo
postmodernista. Ciertamente se tienen varios enfoques del nihilismo, sin embargo, b) en
esta obra se busca evitar aquello que destruye al hombre y a su verdadera naturaleza
humana.

Bibliografía:

MAURICIO, Beuchot Puente, Interpretación del ser humano. Herder Barcelona. 2019.

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