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Transcripción del Boletín Nº 3 de la Gran Logia de la República de Venezuela – Enero de 1954

Y del Folleto emitido por la Gran Comisión de Amin. Y Fomento del Templo el 27 de Abril de 1988

CONCEPTO DEL Dr. MANUEL MATOS


ROMERO
SOBRE LA PROPIEDAD DEL PALACIO
MASÓNICO

He sido consultado por el señor Rafael Ernesto


Otero, en su carácter de Gran Maestro de la
Gran Logia de los Estados Unidos de
Venezuela y de Miembro de la Junta Ad-
ministradora de Fomento y Policía del Gran
Templo Masónico de Caracas, si puede o no
suscribir él en nombre de la Gran Logia y de las
demás Logias y Cuerpos Masónicos de Caracas,
que lo han autorizado por escrito, un Contrato
para construir el PALACIO MASÓNICO, que
la Institución Francmasónica de Caracas tiene
proyectado con la Compañía Constructora de
este domicilio denominada "Constructora
COVETIC S.A.", y para que estudie además el
problema de derecho, el aspecto masónico de la
cuestión consultada.

Con los elementos de juicio que me han sido suministrados y con el análisis que tanto del
problema bajo el punto de vista de derecho civil y procesal cómo del masónico he hecho,
formulo las siguientes consideraciones:

Por documento registrado en la Oficina Subalterna de Registro del Departamento Liber-


tador del Distrito Federal, el 12 de setiembre de 1863, inserto bajo el folio 1 y vuelto del
protocolo duplicado 14º,los ciudadanos Casimiro Hernández. Pedro E. Hernández, Isaac
José Pardo, Francisco Conde, Juan Marcano y José Francisco Herrera, hicieron constar que
por intermedio del señor José Francisco Herrera, compraron un solar situado en esta ciudad
de Caracas, en la calle de "La Protección" entre las esquinas denominadas Jesuítas y
Arguinzones, con el objeto de edificar en él un local masónico y que para llevarlo a cabo
"nos proponemos -dicen los citados otorgantes- establecernos en una sociedad que tenga el
título de Sociedad del Templo Masónico, bajo los términos siguientes: Primero: El capital
que hemos empleado en la compra del solar será representado en acciones de a cincuenta
pesos y así mismo se constituirá el capital que sea necesario para la construcción del
edificio, cuyo mínimun incluyendo el valor del solar, se fija en diez mil pesos. Segundo: La
Sociedad será representada por los otorgantes y cualquiera tres de ellos quedan autorizados
para administrar todos los asuntos que la interesan, pudiendo otorgar en su nombre todos
los documentos que sean necesarios cuando la representación de la Sociedad pase a manos
de otras personas, los otorgantes o tres de ellos en su caso, otorgarán en este Registro el
documento necesario pare: que consten los nombres de los nuevos administradores,
quedando entonces sin acción alguna los cesantes, y así se harán constar sucesivamente los
nombres de los administradores a cuyo cargo queden los intereses de la sociedad. Tercero:

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Ni los otorgantes ni los accionistas tendrán más responsabilidad que el valor de las acciones
porque hayan suscrito y satisfechas que sean no les afectará ninguna otra responsabilidad.
Hasta aquí el texto del aludido documento.

Según copia certificada expedida por el Registrador Principal del Distrito Federal, el 9 de
marzo de 1953, se dice que en el expediente Civil marcado con la Letra A- No. ll cuya
Carátula denominado "Civil Contencioso. Cobro de Pesos. José Ángel Alvarez contra
Francisca Rodríguez de Duarte, en el Juzgado de Provincia en 1863 se encuentra un
documento que dice; quienes comparecieron José Francisco Herrera. Pedro E. Hernández e
Isaac J. Pardo y el primero dijo que la cesión hecha en él por el ciudadano José Ángel
Alvarez del solar rematado por éste según el Acta de 10 del corriente en la cual se le dio la
buena pro, la aceptó con el carácter de miembro de la sociedad del templo masónico y
como quiera que según la escritura pública de que consta el establecimiento de la referida
sociedad, son tres los miembros que deben concurrir para legalizar los actos de ella, los
otros exponentes Hernández y Pardo manifiestan que el consocio Herrera ha procedido de
acuerdo con los demás socios por cuyo motivo los tres expórtenles ratifican la aceptación y
piden al Tribunal se sirva mandar protocolizar el acta de remate con inclusión de la
certificación del anotador de hipotecas, que contiene los linderos.

Por documento registrado en la Oficina de Registro del Distrito Federal del 24 de diciembre
de 1864, bajo el No. 66, folio 66, protocolo 1º duplicado 8, el ciudadano Ramón Yepez, dio
en venia pública a los señores Casimiro y Pedro Hernández e Isaac Pardo, como
representantes de la Sociedad empresario del Templo Masónico de esta ciudad de Caracas,
un solar de su propiedad sito entre las esquinas de Jesuítas y Arguinsonez de diecisiete y
tercia varas de frente y setenta y dos de fondo por la suma de seiscientos pesos,
comprendido dentro de los linderos que indica el documento.

En la copia certificada expedida por el Registrador Principal del Distrito Federal, el 9 de


marzo de 1953, del documentó que se encuentra en el expediente marcado con la Letra
A-No- 11 de 1863, que por el cobro de pesos intentó José Ángel Alvarez contra Francisca
Rodríguez de Duarte se dice que la citada señora Rodríguez de Duarte convino en su
nombre y en el de los menores hijos que representaba, en presentar con el fin de que fuera
rematado, un solar que perteneció de por mitad a María del Carmen y Miguel, situado en la
calle "La Protección", entre las esquinas de Jesuítas y Arguinsones, con veinte y dos vares,
dos pies, cinco pulgadas de frente y setenta y cuatro y media varas de fondo, con los
linderos expresados en dicha escritura.

El Templo Masónico de Caracas pues, empezó a construirse desde el 11 de setiembre de


1864, en que se colocó la primera piedra, proyecto que se inició con los esfuerzos de la
Respetable Logia "ESPERANZA No. 7" de Caracas, secundados por el Grande Oriente y
por los demás Cuerpos masónicos de este Oriente, pues al difundirse entre los masones el
pensamiento de la construcción, fue acogido por todos, y ya no se trató en las tañidas y
reuniones masónicas sino de los medios de realizar aquella idea. Dice la "GACETA
MASÓNICA" de Venezuela. Órgano Oficial de la Institución masónica en su No. 17,

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correspondiente al 1° de noviembre de 1872, en un Editorial publicado al respecto, que "se


hicieron suscripciones que produjeron más de 12.000 pesos y que adquirida la posesión de
un área de 2.980 varas cuadradas y levantado el plano de la obra, se llevó a efecto el 11 de
setiembre de 1864 una gran reunión presidida por la Muy Respetable Gran Logia con el
objeto de colocar la primera piedra de aquel edificio consagrado al Gran Arquitecto".

Decía entonces el Diputado Gran Maestro, Respetable Hermano Fernando Arvelo, en


aquella oportunidad que "colocar la Piedra Fundamental del Templo Masónico es un
acontecimiento demasiado trascendental para no llamar por el momento toda nuestra
atención y continuaba diciendo que la Gran Familia masónica debía regocijarse "al levantar
el que ha de ser símbolo de nuestra cordialidad y tabernáculo precioso de todas las
virtudes".

Con fechas 3 de junio y 18 de diciembre de 1873, la Muy Respetable Gran Logia se dirigió
a las Logias del Oriente de Caracas, pidiéndoles su colaboración y ayuda para continuar los
trabajos de la fábrica del Templo Masónico, exigiendo a la vez remitir a la brevedad posible
una relación exacta de las sumas que haya ingresado en los Talleres por tal respecto,
encareciéndoles el mayor interés en la recaudación. A esta exigencia respondieron
aportando sus contribuciones, las Logias "UNION FRATERNAL No. 27, "PORVENIR
No. 16 y otras más. (Véase "Gaceta Masónica de Venezuela", Nº 24 del 25 de febrero de
1874).

En Resolución del Muy Respetable Gran Maestro del 29 de diciembre de 1873, se hizo del
conocimiento de las ocho Respetables Logias del Oriente de Caracas, de que se habían
dado principio a los trabajos de construcción del Templo Masónico, "edificio que se echaba
de menos en esta culta capital residencia de los altos poderes masónicos. Era una mengua
para Caracas la falta de un templo masónico cuando en, otros Estados de la República se
han construido a expensas de los hermanos masones, famosos edificios, y cuando el mundo
entero rinde culto de las instituciones masónicas y le elevan suntuosos templos". Se dice
además en dicha Resolución, que el Muy Respetable Gran Maestro no ha omitido medio
alguno para llevar a efecto su pensamiento de concluir el Templo Masónico de esta capital,
habiendo alcanzado del Muy Ilustre y progresista hermano Antonio Guzmán Blanco una
suma para darle impulso a la fábrica.

El 27 de abril de 1876 vemos que se inaugura dicho Templo Masónico con los aportes
pecuniarios y la colaboración de los masones antes citados, con las contribuciones de las
Logias de Caracas y de la Gran Logia y con la gran ayuda del Presidente de la República
para entonces el Gral. Antonio Guzmán Blanco, quien en el discurso pronunciado en dicha
ocasión, manifestó que dicho edificio era no solamente un Templo Masónico, sino que era
"el Templo que oficialmente levanta el Gobierno de Venezuela a la independencia de la
razón del hombre; templo en que caben sin estorbarse ni contradecirse tanto los hebreos
como los cristianos, así los católicos como los cuacaros, el deísta como el protestante".

No obstante la inauguración aludida, es de presumir que el Templo Masónico no quedó


totalmente terminado, pues según un Decreto dictado por Guzmán Blanco el 1º de agosto

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de 1887, se dispuso que para la conclusión del Templo Masónico de esta Capital, se
entregaran de una sola vez, el saldo de su respectivo presupuesto que alcanzaba para esa
fecha a Bs. 31.829,78, que fueron erogados por Resolución del Ministerio de Obras Públi-
cas. (Véase "Recopilación de Leyes y Decretos de Venezuela", Tomo XIII. 1887).

No hay duda alguna pues, que a partir de las fechas antes mencionadas, han venido de
manera pacífica poseyendo legítimamente ese edificio llamado "Templo Masónico", tanto
la Gran Logia de Venezuela como las demás Logias de este Oriente, el Supremo Consejo
del Grado 33 para Venezuela y otros Cuerpos masónicos, y no obstante que algunas Logias
han abatido sus columnas y otras las han levantado; que algunas como la "ESPERANZA"
N° 7 suspendieron sus trabajos masónicos durante varios años, para volverse de nuevo a
levantar en 1927 y continuar como lo ha hecho hasta ahora, todas han venido poseyendo
legítimamente dicho edificio.

Ahora bien, del examen que he hecho de los documentos indicados, así como de los
Decretos Oficiales de Guzmán Blanco, y de las Resoluciones de la Muy Respetable Gran
Logia de Venezuela, a que antes me he referido, se llega a la conclusión lógica y jurídica
sin gran esfuerzo y sin recurrir a reglas de hermenéutica, que el Templo Masónico de
Caracas, propiedad de la Institución Francmasónica, ha sido considerada y es de la
propiedad de la Gran Logia, de las varias Logias que han venido trabajan do y trabajan
actualmente en dicho edificio, así como del Supremo Consejo del Grado 33 y de otros
Cuerpos Masónicos, por partes iguales, pues la posesión legítima que cada uno de estos
Cuerpos ha venido ejerciendo, unos durante mas de treinta años cuya prescripción tienen a
su favor, y otros mas recientemente, pero siempre con derecho, los coloca a todos en un
mismo plano de igualdad en sus derechos de comunidad y de posesión ante la ley civil, con
las salvedades por supuesto, respecto a los derechos de prescripción adquisitiva de cada
uno.

Como los títulos públicos registrados, las Resoluciones de la Gran Logia y los Derechos
Oficiales de Guzmán Blanco, a que nos hemos referido, aluden a un Templo Masónico
construido para la masonería de Caracas, y la masonería venezolana aparece representada
para el público y para los Poderes Nacionales en la persona jurídica o entidad moral
denominada Gran Logia de Venezuela y las demás Logias que la componen, y hasta aun
para muchos masones, pues es la institución que contiene la base fundamental del sim-
bolismo en la masonería, o sea los tres primeros grados simbólicos, base de la Orden
Francmasónica, y al referirse a dicha institución o al atacaría, comúnmente se nace alusión
a la Gran Logia y a las demás Logias del país, es muy lógico y razonable entonces, sin dejar
de desconocer a los demás Cuerpos, que sean estos organismos masónicos (Gran Logia y
Logias de Caracas) a las que se refieren todos los documentos, Decretos Oficiales y
Resoluciones que hemos analizado anteriormente. Pero como quiera que también el
Supremo Consejo del Grado 33 para Venezuela y otros Cuerpos masónicos como el Conse-
jo Kadosch y los Capítulos "Renovación Nº 72", "Unificación Nº 2", "Moderación N? 137"
y "Perfecta Lealtad Nº 19", han venido también desde hace algunos años trabajando y
efectuando sus sesiones en dicho templo y por tanto poseyendo legítimamente al igual de
los otros Cuerpos referidos, (Gran Logia, Logias de Caracas y Supremo Consejo del Grado

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33), es lógico entonces aceptar que estos Cuerpos tienen un derecho igual al de cada una de
las otras Logias y de la Gran Logia, derecho éste que se desprende de 3a posesión legítima
ejercida, no obstante no aparecer en ningún documento público, ni decretio oficial ni
resolución masónica, expresamente mencionado el Supremo Consejo del Grado 33, ni
como copropietario ni poseedor del templo ni tomando parte en esta obra, mucho menos
considerarlo como dueño de la mitad de ese edificio, como erróneamente parecen sos-
tenerlo algunos, siendo por tenido aplicable en este caso el artículo 760 del Código Civil
que dice que "La parte de los comuneros en la cosa común, se presume igual, mientras no
se pruebe otra cosa'', y que "el concurso de los comuneros, tanto en las ventajas como en las
cargas de la comunidad, será proporcional a las respectivas cuotas".

Dispone el artículo 761 del mismo Código Civil que "Gado comunero puede servirse de los
casos comunes, con tal que no las emplea de un modo contrario al destino fijado por el uso,
y de que no se sirva de ellas contra el interés de la comunidad, o de modo que le impida a
los demás comuneros servirse de ellas según sus derechos".

Artículo 763 del citado Código pauta que "Ninguno de los comuneros podrá hacer inno-
vaciones en la cosa común, si los demás no consienten en ello, salvo lo dispuesto en el
artículo siguiente", y el artículo siguiente 764, ordena que "Para la administración y mejor
disfrute de la cosa común, pero nunca para impedir la participación, serán obligatorios los
acuerdos de la mayoría de los comuneros, aun para la minoría de parecer contrario. No hay
mayoría sino cuando los votos que concurren al acuerdo representan más de la mitad de los
intereses que constituyen el objeto de la comunidad".

El artículo 765 del mismo Código Civil dice que "Cada comunero tiene la plena propiedad
de su cuota y de los provechos o frutos correspondientes. Puede enajenar, ceder o hipotecar
libremente esta parte y aun sustituir otras personas en el goce de ellas. . . y el artículo 768
ejusdem expresa que "A nadie puede obligarse a permanecer en comunidad, y siempre
puede cualquiera de los partícipes demandar la partición".

De las disposiciones legales transcritas se colide —que la parte de los comuneros en la cosa
común, se presume igual, mientras no se pruebe otra cosa y no se podrá en buen derecho ni
en lógica sostener que por el solo hecho de que la Gran Logia y el Supremo Consejo del
Grado 33, sean los únicos cuerpos masónicos que hayan cumplido con las formalidades del
Código Civil para adquirir personería jurídica, registrando su Acta Constitutiva y
archivando un ejemplar auténtico de sus Estatutos en la Oficina de Registro Público, pueda
decirse que solamente dichos dos Altos Cuerpos, tengan la propiedad de por mitad del
Templo Masónico de Caracas, pues también las Logias que actualmente existen y vienen
trabajando en dicho edificio tienen igual derecho, porque han venido poseyéndolo
legítimamente y muchas de ellas tienen ya adquiridos derechos de propiedad por pres-
cripción sobre dicho inmueble, no obstante no tener personería jurídica aún que si masó-
nica, pudiendo perfectamente las Logias de Caracas proceder a darse la necesaria per-
sonería jurídica, con sólo el registro de su Acta Constitutiva y el archivo de sus estatutos,
para así cumplir con las formalidades legales a los efectos de sus relaciones civiles con los
terceros contratantes.

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He observado que algunos miembros de la Orden estudian y contemplan el problema


planteado, solamente bajo un punto de vista masónico y otros masones por el contrario,
bajo un punto de vista netamente civil, olvidándose de que este asunto es doblemente
complejo, porque hay que estudiar !o y examinarlo bajo los dos puntos de vista enunciados:
el legal y el masónico. Aclaremos el problema jurídico y veamos cómo podría enfocarse la
tesis planteada y cuales recursos legales podría quizás tener el Supremo Consejo del Grado
33, con respecto a la construcción del nuevo Palacio Masónico, para el caso de no estar de
acuerdo con este proyecto, analizando el asunto desnuda y claramente, según las leyes y
principios masónicos y la manera como esta institución puede proceder en casos de esta
naturaleza, de por sí graves, sin suscitar un grave problema que puede llegar a romper la
armonía y fraternidad masónica, o quizás a provocar un cisma entre la familia masónica,
que podría ser considerado como delito masónico, tratándose de un problema solamente
material y no de diferencias ideológicas ni de distanciamientos en puntos básicos doctrina-
rios que afectan la vida misma de la institución. Podría quizás hacerse un plesbicito ma-
sónico que pusiera en claro la voluntad de la mayoría, aún cuando ya esa voluntad está
expresada en el Acta qua he tenido a la vista para su estudio.

Es del conocimiento de todos los masones, que la construcción del nuevo PALACIO
MASÓNICO de Caracas, constituye un acontecimiento de gran importancia para la familia
masónica bajo todo punto de vista, lo cual repercutirá en favor de la institución y de , sus
propósitos proselitistas fundamentales y de difusión del pensamiento libre, y aparte del acto
de su construcción e inauguración hace alrededor de 80 años, la masonería venezolana no
ha tenido en el orden material durante este largo lapso, otro problema quizás mas
importante, que este que ahora piensa tomarse con la edificación del moderno PALACIO
MASÓNICO, y así se ve confirmada esta opinión, cuando solamente después de mas de
100 años de existencia de la instalación de la Gran Logia de Venezuela y del Supremo
Consejo del Grado 33, ha sido hace solo 9 años en 1944 que la Gran Logia adquirió
personería jurídica por ante la Oficina Subalterna de Registro del Primer Circuito del
Departamento Libertador del Distrito Federal el 2 de noviembre de 1944, bajo el número
47, folio 77 del protocolo 1° tomo 8° y hace solamente 3 años que el Supremo Consejo del
Grado 33, adquirió igualmente su personería jurídica con el cumplimiento de los requisitos
legales por ante la misma Oficina de Registro del Departamento Libertador del Distrito
Federal, el 25 de octubre de 1950, bajo el número 40, folio 86, del protocolo 1º tomo 14.

Por ello recomiendo a las Logias de Caracas que no tuvieren personería jurídica, adquirir
ésta lo mas pronto posible, para que así puedan contratar, obligarse, comprar, vender, etc., y
hacer todos los actos de la vida civil en relación con los terceros, cosa muy conveniente a
estos cuerpos de carácter moral, porque a veces lo necesitan en la práctica de la vida diaria.

Al estudiar tanto la Constitución de la Gran Logia de Venezuela como los Estatutos


Generales de la misma y la Ley Constitutiva y Orgánica del Supremo Consejo del Grado 33
para Venezuela y los Estatutos Generales de Gobierno, Administración y Justicia para los
órdenes Perfecto o Capitular, Filosófico y Administrativo, encontramos establecidos los
siguientes principios y disposiciones legales masónicas: 1°— que según el artículo 2º de la

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Constitución de la Gran Logia, "La Asociación Francmasónica de Venezuela, la componen


todos los masones que pertenezcan a las Logias regulares existentes, o que en lo sucesivo se
establezcan en el territorio masónico venezolano, de acuerdo con la presente Constitución y
demás leyes vigentes"; que según el artículo 3° de la misma Constitución, "el territorio
masónico de la Gran Logia de los Estados Unidos de Venezuela comprende todo el
territorio de la República..." y de acuerdo con el artículo 4º. "La Gran Logia de los Estados
Unidos de Venezuela no reconoce ni tolera en ninguna otra Potencia masónica el derecho
de establecer en su territorio Logias bajo ningún Rito, nombre ni pretexto". El artículo 26
de la misma Constitución estatuye que "Los Poderes de Institución Francmasónica
venezolana, en lo que concierne a los grados de Aprendiz, Compañero y Maestro, residen
en la Gran Logia de los Estados Unidos de Venezuela".

Según el artículo 3º de la Ley Constitutiva del Supremo Consejo del Grado 33, éste "está
fuera de la jurisdicción de cual quiera otro Cuerpo Masónico establecido, o que se establez-
ca en el territorio venezolano y se gobierna por si mismo" y según el artículo 2° ejusdem, el
Supremo Consejo es en el territorio de su jurisdicción masónica, la única autoridad
regularmente establecida y reconocida para los Cuerpos Masónicos comprendidos entre los
grados 4 y 32, ambos inclusive".

Examinados los Estatutos y Constitución, tanto de la Gran Logia como del Supremo Con-
sejo del Grado 33. no encontramos que ni el Gran Maestro ni el Soberano Gran Comenda-
dor, ni ninguno de los otros altos dignatarios de dichos cuerpos masónicos, tengan atribu-
ciones de representación de dichos organismos ante terceros, es decir, tengan facultad para
tratar y contratar en los actos de la vida civil o profana en nombre de dichos cuerpos, ya
que solo las tienen dentro del seno de la institución masónica. Por tanto, en cada caso
determinarán la persona que deba representarlos. Ahora bien, según el artículo 151 de los
Estatutos Generales de la Gran Logia, esta representación legal para tratar con terceros, la
tienen solamente los Venerables Maestros de las Logias, cuando dice expresamente: "El
Venerable Maestro es el representante de la Logia en todos los actos civiles y masónicos. El
es su personero y responde a la Gran Logia de la conservación del orden en el Taller y de la
fiel observación de la Constitución, Estatutos, Reglamentos de la Logia y demás Leyes'.

Sin embargo, dichos dos Altos Cuerpos Masónicos, como sociedades con personería jurí-
dica, pueden tratar y contratar con terceros, indicando la persona que deba hacerlo en sus
respectivos nombres.

Por la misma índole de la institución masónica, que es esencialmente filantrópica y


progresiva, teniendo por objeto la investigación de la Verdad, el estudio y práctica de la
Moral y de la Solidaridad, las Logias masónicas no imparta que abaten sus columnas o que
se disuelvan o que se fusionen dos o más en una o que se separen o que cambien de título o
que se reorganicen o se instalen nuevas, pues siempre siguen ejerciendo actos de posesión y
adquiriendo derechos de propiedad las nuevas Logias que se instalen, continuando en el
ejercicio de los derechos las que abaten sus columnas y se reinstalen de nuevo, pues como
cuerpos o entidades de carácter moral, no dejan de sucederse en forma continua, a no ser
que dejaran de existir todas las Logias a la vez y no existiera entonces ningún sujeto activo

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de derecho.

Considero pues, que como entre los documentos que me han sido dados para su estudio,
existe un CONVENIO escrito y firmado por varias Logias, por la Gran Logia y por varios
otros Cuerpos masónicos de Caracas, en donde se autoriza suficientemente al Gran Maestro
Rafael Ernesto Otero, en su carácter de Presidente de la Gran Logia de Venezuela y como
Miembro de la Junta Administradora de Fomento y Policía del Templo Masónico, para
suscribir con la empresa constructora Covetic S. A.. de este domicilio, el contrato según el
cual se regirá la construcción del PALACIO MASÓNICO DE CARACAS, autorización
acordada en fecha 1º de noviembre de 1953, según consta del ACTA Nº 18 aprobada por la
Gran Logia en la Tenida Extraordinaria celebrada esa misma fecha, y además contiene
dicha Acta la a-probación que fue dada también por la Junta Administradora de Fomento y
Policía del Templo Masónico, en sesión del 25 de octubre de 1953, es claro que el referido
señor Otero está ampliamente facultado para suscribir dicho contrato, por cuanto las Logias
y Cuerpos masónicos que lo autorizan, constituyen mas de la mayoría absoluta de los
Cuerpos masónicos que vienen ejerciendo derechos de posesión legítima y de propiedad
sobre dicho inmueble y tienen por tanto derechos de comunidad o copropiedad igual sobre
dicho edificio.

Aparte de las disposiciones legales civiles y procesales y de los cánones masónicos antes
citados, que regulan esta materia, hay que tener presente el contenido de la proposición del
doctor José Carrillo Moreno. Venerable Maestro de la Logia "PITAGORAS Nº 134", que
fue aprobada por unanimidad de votos en la Tenida Extraordinaria de la Junta
Administradora de Fomento y Policía del Templo Masónico, el do mingo 25 de octubre de
1953, que dice así: "Que se saque en limpio y se multigrafíe el proyecto de contrato para la
construcción del edificio del Gran Templo Masónico, y se envíen sendas copias de él a los
Cuerpos Masónicos del O-riente de Caracas, a fin de que dichos Cuerpos en Tenida or-
dinaria o extraordinaria convocada al efecto en el plazo improrrogable de ocho días con-
tando a partir del lunes 26 de octubre de 1953, autorice a sus respectivos Presidentes en el
sentido que a bien tengan con respecto al contrato sometido a su consideración. En tal sen-
tido, los Presidentes de los mencionados Cuerpos autorizarán o no, de acuerdo con las
instrucciones de sus Cámaras, al Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del
Grado 33 y al Gran Maestro de la Gran Logia de la República de Venezuela, para que
firmen dicho contrato con la compañía constructora, por mayoría de votos en próxima
sesión extraordinaria de esta Gran Comisión de Fomento y Policía del Templo. Copia de
esta proposición se enviará a los Cuerpos masónicos señalados para que estén en cuenta de
su contenido y fines".

Se ha hecho de mi conocimiento que además de la Gran Logia y del Supremo Consejo del
Grado 33 vienen funcionan do en el Templo Masónico de Caracas las siguientes Logias y
Cuerpos Masónicos: Logia "Fraternidad Nº 4"; "Esperanza Nº 7"; "Fe Nº 14"; "Lealtad Nº
19"; "Andrés Bello Nº 33"; "Sol de América Nº 37"; "Renovación Nº 72", "Libertad Es-
pañola Nº 101"; "Símbolo Nº 113"; "Ghandi Nº 114"; "Estrella Bolívar Nº 118"; "De
Molay Nº 119"; "Hermes Nº 121"; "Italia Nº 124"; "George Washington Nº 100";
"Moderación Nº 137"; y Pitágoras Nº 134"; el Consejo Kadosch y los Capítulos

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"Renovación Nº 72", "Unificación Nº 2" y "Perfecta Lealtad Nº 19". Son pues 17 Logias, la
Gran Logia de Venezuela, el Supremo Consejo del Grado 33, el Consejo Kadosch y
Capítulos "Renovación Nº 72", "Unificación Nº 2" y "Perfecto Lealtad Nº 19", quienes
tienen cada uno un derecho igual en el Templo Masónico y prescindiendo de sus jerarquías
masónicas que solo tienen efecto dentro de la institución, pero que nada valen en materia
civil, las decisiones que tomen tienen que ser por mayoría de votos como lo autoriza y
permite la ley civil y también las leyes masónicas y los principios de democracia sobre los
cuales están asentadas nuestras leyes civiles y masónicas, porque los intereses de la
mayoría deben predominar por encima de los de la minoría, a fin de poder mantener el
equilibrio social y de solidaridad, fraternidad y mutua comprensión que informa a las leyes
civiles y masónicas y a los principios que las rigen.

Ahora bien, ni en los Estatutos Generales ni en la Constitución de la Gran Logia, ni en la


Ley Constitutiva y Estatutos Generales del Supremo Consejo del Grado 33, aparece
mencionado ni se habla en absoluto de la existencia de la Junta Administradora de Fomento
y Policía del Templo Masónico, pero en un folleto impreso por la Gran Logia, contentivo
de un "Boletín Oficial" se encuentra inserto un "TRATADO DE AMISTAD Y SOLIDARI-
DAD ENTRE LA GRAN LOGIA DE LOS ESTADOS UNIDOS DE VENEZUELA Y EL
SUPREMO CONSEJO DE GG:.I1:.GG:. de la ORDEN DEL GRADO 33, Y ULTIMO
DEL.R.A.A. EN SU CARÁCTER DE ÚNICOS CUERPOS DIRIGENTES DE LA
FRANC-MASONERIA EN VENEZUELA" en donde en el artículo 6°, "Ambas partes
contratantes ratifican a la Junta Administradora de Fomento y Policía del Gran Templo
Masónico, compuesta de los Presidentes, Oradores y Secretarios de la Gran Logia y del
Supremo Consejo del Grado 33, las facultades que le tienen otorgadas, y de acuerdo con és-
tas, dichos Altos Cuerpos harán en resguardo de los intereses que le están confiados, todo
cuanto sea necesario hasta ocurrir a las autoridades públicas competentes y otorgar poder a
persona o personas cuando fuere necesario".

Esta Junta Administradora de Fomento y Policía tiene según su Reglamento, únicamente


funciones administrativas y de fomento para cuido del Templo y por tanto con todo lo
relacionado con el nombramiento del Ecónomo y empleados del mismo, pago de
alumbrado, teléfono y otros que ocurran, las reparaciones del Templo de acuerdo con los
fondos disponibles y la distribución interna de las Cámaras del edificio para los trabajos de
las Logias, de la Gran Logia, del Supremo Consejo y de los otros Cuerpos masónicos, así
como también lo relativo a la prohibición de entrada de profanos al Templo y las
facilidades para que los masones lean los libros que soliciten sin permitirles sacarlos del
templo. Estas son las funciones exclusivamente de carácter interno y masónico que tiene
dicha Junta Administradora, pero como su creación ni existencia está admitida en los
Estatutos ni Constitución de los dos Altos Cuerpos Masónicos, su funcionamiento
existencia y decisiones no tienen valor jurídico ni efecto legal alguno con respecto a los
terceros que con tales Cuerpos contraten.

Es de observar sí, que el hecho de mencionarse a la Junta Administradora de Fomento y


Policía del Templo, no le quita valor legal al ACTA en que se autorizó al Presidente de la

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Transcripción del Boletín Nº 3 de la Gran Logia de la República de Venezuela – Enero de 1954
Y del Folleto emitido por la Gran Comisión de Amin. Y Fomento del Templo el 27 de Abril de 1988

Gran Logia, Rafael Ernesto Otero, facultado expresamente por decisiones tomadas por las
Logias y Cuerpos Masónicos de Caracas, para suscribir dicho Contrato de construcción,
pues los Presidentes de la mayoría de las Logias y Cuerpos Masónicos, aparecen en dicha
Acta concediendo dicha autorización, facultados a su vez por dichos Talleres masónicos y
por tanto, esa autorización escrita, acordada voluntariamente en esa forma, llena el vacío
que tienen los Estatutos y Constitución de la Gran Logia y del Supremo Consejo del Grado
33, con respecto a la regulación y forma de llevar a cabo las relaciones con terceros, es
decir, para tratar, contratar y ejecutar los actos de la vida civil.

De modo pues, que como el Presidente de la Gran Logia ha sido suficientemente autori-
zado para firmar dicho contrato y por tanto facultado para obligar a la Gran Logia como a
las demás Logias Regulares y Cuerpos Masónicos de Caracas, firmantes de dicha Acta,
quiere decir, que la Institución masónica, representada en estos Cuerpos que componen la
mayoría absoluta de ellos queda obligada y responsabilizada para con la empresa
constructora COVETIC S.A. por la ejecución y consecuencias de dicho contrato.

Como se me ha pedido expresamente que opine acerca de que clase de acciones legales
pudiera pretender ejercer el Supremo Consejo del Grado 33, inducidos tal vez por
alguna opinión jurídica errada, con respecto a la decisión Voluntaria tomada por la ma-
yoría de las Logias, considero que debe estudiarse este problema con detenimiento y ma-
nifestar mi parecer sinceramente sin ambajes y con toda claridad y al efecto observo lo
siguiente: Los recursos legales de que aparentemente pudiera hacer uso el Supremo
Consejo, serían las acciones interdictales, o sean el interdicto del amparo y el interdicto de
despojo, pero ninguna de las dos acciones procede jurídicamente en este caso especial de la
institución masónica, en donde no puede ni debe mirarse el problema como si fueran dos
particulares cualesquiera. Pedro y Juan, por ejemplo, que quisieran discutir acerca de la
posesión de un inmueble, terreno o casa, en donde cada uno pretende por su parte y en
forma exclusiva, tener derechos absolutos sobre el todo o parte de un edificio por ejemplo.
Se trata en el presente caso, de una institución de carácter moral que durante siglos se ha
mantenido unida contra los ataques de sus enemigos y detractores y que cuando trabajan
juntos y poseen, ejercen derechos iguales de posesión y de propiedad. No se trata de que un
Cuerpo masónico quiera en el caso estudiado despojar a otro con la intención y las
características de como lo hace un particular cuando despoja para reemplazar a otro en la
posesión legítima de un inmueble. Por ello al analizar con cuidado el problema, porque es
complejo, se ve que no se ha presentado caso igual en la historia judicial de Venezuela, y
por otra parte se necesita conocer a fondo la materia interdictal, para no incurrir en errores
de derecho e inducir a una parte a ejercer acciones improcedentes legalmente. No proceden
jurídicamente en este caso concreto, ninguno de los dos interdictos posesorios a que nos
hemos referido: ni el de amparo ni el de despojo.

Veámoslo: Para que prospere el interdicto de amparo según la ley venezolana, el


promovente tiene que probar posesión legítima, esto es, que él es el único que ha poseído
legítimamente un inmueble o una universalidad de muebles, de manera pública, no
equívoca. pacifica, continua, no interrumpida y con la intención de tener la cosa como suya
propia del Gr. 33 no podrá probar quizás que él ha poseído únicamente el Templo Masóni-

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Y del Folleto emitido por la Gran Comisión de Amin. Y Fomento del Templo el 27 de Abril de 1988

co y el Supremo Consejo Masónica de Caracas, pues la verdad cierta es que todas las Lo-
gias y la Gran Logia que vienen funcionando también en dicho edificio desde hace
muchísimos años, tienen y ejercen la posesión legítima sobre él y en ese caso, al no poder
probar la exclusividad en el ejercicio de la posesión legítima dicho Supremo Consejo, la
posesión resulta equívoca y por tanto no puede prosperar entonces el interdicto de amparo,
porque la equivocídad en la posesión hace improcedente el interdicto de amparo.

Esto es muy claro y jurídico. Esta opinión está respaldada por lo sostenido por el doctor
Ramiro Antonio Parra, el jurista venezolano reconocido como el mejor tratadista en materia
de interdictos, cuando en su libro "Acciones Posesorias", dice: "Sostenemos que sólo el
amparo tiene por objeto proteger la posesión. Los que piensan que la restitución tiene el
mismo fin, incurren en grave error surgido del falso principio de que la posesión es lo único
que se discute en los interdictos..." "La acción posesoria que reconocen el Código Civil de
Italia y el de Venezuela, es la de amparo, porque es en la que el promovente y el
perturbador pretenden ser poseedores legítimos y rivales de una misma cosa, y porque en la
sentencia se decide quien de los dos posee legítimamente".

El propósito del amparo es remover las molestias, y todos sabemos como un axioma que,
destruidas éstas, se llega a la tenencia libre de la cosa, en lo cual consiste la manutención de
la posesión, pero ¿cómo llegar a ese objetivo en el presente caso, cuando la posesión
legítima sobre el Templo masónico de Caracas, la han ejercido simultáneamente tanto las
Logias como la Gran Logia, el Supremo Consejo como los otros Cuerpos masónicos?
¿Cómo puede alegar seria y honradamente ninguno de estos Cuerpos masónicos, que posee
exclusivamente ese edificio? ¿Cómo puede probarse qué solamente el Supremo Consejo ha
ejercido los actos de posesión legítima necesarios para tipificar el interdicto de amparo para
poder alegarlo en su favor?

Descartada pues legalmente la procedencia del interdicto de amparo, veamos si puede el


Supremo Consejo del Grado 33 intentar el interdicto de despojo.

"En el interdicto de despojo o de restitución, —que así también se llama— el promovente


puede ser un simple detentador, y el despojador, un propietario o un poseedor legítimo. El
fallo definitivo no resuelve nada respecto a la posesión, sino que castiga el acto de quien
desequilibra el orden social haciéndose justicia por sí mismo; y mal puede llamarse
posesoria una acción cuya sentencia no declara quien sea el poseedor". Así se expresa el
doctor Ramiro Parra en su citada obra "Acciones Posesorias", página 209- Dos elementos
importantes constituyen actualmente el despojo en la ley civil venezolana, (artículo 783 del
Código Civil). Primero, privación real y efectiva, pues mientras no se haya realizado el
propósito del despojador, no se tiene derecho a la reintegración, por no haber nada que
reintegrar; y, segundo, que el despojador releve al despojado en el goce de la posesión o de
la tenencia de la cosa.

En general, los publicistas están de acuerdo dice el doctor Ramiro Parra, en que para la
procedencia del interdicto restitutorio debe haber privación total o parcial del objeto mueble
o inmueble, y sin embargo, la aplicación de un principio tan sencillo presenta en la práctica

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Y del Folleto emitido por la Gran Comisión de Amin. Y Fomento del Templo el 27 de Abril de 1988

muchas dificultades por la falsa creencia de que los derechos pueden ser objeto de despojo.

Otro de los elementos esenciales del despojo es que el despojador como dice el doctor Parra
en su citado libro, "releve al despojado en la posesión o tenencia de la cosa mueble o
inmueble". "Hay expositores que expresan esta noción diciendo que el despojador debe
tener conocimiento de que se apodera de la cosa contra la voluntad de quien la tenga o
posea; pero nos satisface más el primer concepto, pues quien dispone de una cosa ajena
puede saber que procede contra la voluntad del poseedor o tenedor, y sin embargo, no
constituir despojo tal acción por faltar la sustitución del paciente en la tenencia o posesión"
(Acciones Posesorias, pág. 224).

Fundadamente se exige que la sustitución en la tenencia o en la posesión de la cosa exista


en el momento en que se verifique el despojo: si el demandado obtuvo la cosa del
promovente por cualquier convenio en que se ponga de manifiesto el consentimiento de
éste, y se ha hecho de mi conocimiento que hay un grupo considerable de los componentes
del Supremo Consejo del Grado 33, que están de acuerdo con este contrato para la
construcción del Palacio Masónico, manifestación que ya muchos han hecho conocer, lo
cual implica una aceptación por parte de los exponentes, aunque después se resista sin
derecho, a entregarla, no hay despojo, por lo cual para recuperarla tiene el poseedor o
propietario las acciones que dan las leyes o nacen de los contratos. Es de presumir en-
tonces, que lo que existe es una ínfima minoría que sin base legal ni fundamentos ma-
sónicos se oponen a este proyecto.

No hay duda alguna entonces que si examinamos el caso concreto del Supremo Consejo,
este Alto Cuerpo no podrá sostener en buen derecho ni en lógica, porque los hechos lo
contrarían, q' la Gran Logia y los demás Talleres y Cuerpos Masónicos de Caracas,
pretendan o quieran relevarlo a él en la tenencia del edificio Templo Masónico, interrum-
piéndole sus trabajos, pues al resolverse a ejecutar el contrato, al Supremo Consejo tendrán
que acondicionarle un salón en forma temporal mientras dure la construcción del Palació
Masónico para que sesione y trabaje con todos sus muebles y útiles, para luego trasladar
dicho Alto Cuerpo para un piso de los que compondrán el PALACIO MASÓNICO que se
construirá, y entonces, no puede surgir por no existir el elemento esencial del despojo,
como es que el despojador que seria aparentemente la Gran Logia y las otras Logias de
Caracas, pretendan relevar a dicho Supremo Consejo en la posesión o tenencia de la cosa, o
sea en el actual Templo Masónico, sino que como comuneros todos esos Cuerpos de dicho
edificio, ha resuelto más de la mayoría absoluta de ellos construir, un nuevo Palacio
Masónico donde trabajar y ponerse a tono con la época moderna, por considerar viejo,
inadecuado e incómodo el actual para las labores masónicas y para aquellas que repercuten
en la vida profana en busca do prosélitos y tendientes a la difusión de los principios
masónicos, y entonces, con esas modalidades y características diferentes al interdicto
corriente, no procede el interdicto de despojo, porque de lo que se trata es de un derecho de
copropiedad que tiene el Supremo Consejo, al igual de todos los demás Cuerpos y Logias
de Caracas y no aparece tipificado el elemento esencial de relevar en la posesión, al
promovente que lo sería en este caso el Supremo Consejo, porque no hay duda alguna que
en ninguna forma ni cualquiera que sea su interpretación, ningún Juez Civil venezolano, al

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examinar los elementos del despojo, podrá encontrar que la Gran Logia ha pretendido
relevar al Supremo Consejo en la posesión o tenencia de la cosa objeto del interdicto,
porque los hechos que puedan alegarse y la intención en el propósito perseguido,
demostrarán lo contrario, y se verá la improcedencia entonces de dicho interdicto cuando se
observe que dicho Alto Cuerpo al igual que los otros, tendrán habilitado su salón para sus
trabajos y que en el nuevo Templo tendrán también su asiento.

El caso del despojo entre particulares es muy sencillo resolverlo, porque cuando Juan por
ejemplo despoja a Pedro de un terreno o de una casa, tumbándole la cerca o la pared, por
ejemplo; es con el ánimo de hacerse justicia por si mismo o de apropiarse de una zona de
terreno, porque pretende poseerla legítimamente en forma única, y entonces cada parte
pretende exclusividad en la posesión de la cosa al relevar al otro en la posesión o tenencia,
pero cuando como en este caso especialísimo planteado, como lo es la ORDEN
MASÓNICA, se trata de una institución de carácter moral varía el problema porque no se
presenta el caso con las mismas características como si fuera el de dos particulares, ni en su
forma ni en su fondo, ni en su intención y propósitos ni en sus consecuencias, ya que no
surgen los elementos esenciales del despojo y la posesión legítima sobre el inmueble
discutido la ejercen todos esos Cuerpos a la vez.

Considero difícil encontrar un. Juez civil venezolano, profano o masón, ni abogado también
profano o masón, que después de estudiar serena e imparcialmente este problema sin temor
a decir la verdad jurídica y con franca sinceridad, sostenga legal y masónicamente la
procedencia de ninguno de estos dos interdictos: ni el de amparo ni el de despojo.

Quizá y muy problemáticamente podría surgir para algunos abogados, pero que en mi
concepto tampoco procede, una acción de daños y perjuicios por parte del Supremo
Consejo contra la Gran Logia y las demás Logias y Cuerpos Masónicos de Caracas, por
considerarse para el caso de comprobarlo el Supremo Consejo, que se le ha causado un
perjuicio con dicha mudanza- pero estos perjuicios no podrían probarse, porque en realidad
no se les causa ninguno en ello, ya que solamente acontece un cambio de local mientras se
instalen en el nuevo Palacio Masónico por construirse, pues por lo que respecta al derecho
que el Supremo Consejo considera afectado, éste se rige por los cánones legales de la
comunidad, antes estudiados en que es de ley acatar la voluntad de la mayoría aún para la
minoría de parecer contrario, principio éste masónico también que tiene vigencia y debe ser
acatado por todos los francmasones por ordenarlo así las leyes masónicas.

El autor italiano Cesáreo Con solo piensa que el daño es inherente el despojo, porque re-
sulta de la sola privación de la cosa, a diferencia de la perturbación, que no implica daño
alguno, pero para el doctor Ramiro Parra autor de la monografía "ACCIONES PO-
SESORIAS" y para la jurisprudencia venezolana, este modo de pensar es desacertado, por
que lo único inherente a la privación de la cosa es el disgusto del despojado a consecuencia
del acto ejecutado en su contra, y esto no está sujeto por nuestras leyes venezolanas a
indemnización. A quien sufre un despojo puedo o no causársele un perjuicio. En el presente
caso, al Supremo Consejo no se le causa ninguno ni de orden moral ni material. Si por el
despojo no realizó el paciente un negocio que le hubiera producido una ganancia, existen

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Transcripción del Boletín Nº 3 de la Gran Logia de la República de Venezuela – Enero de 1954
Y del Folleto emitido por la Gran Comisión de Amin. Y Fomento del Templo el 27 de Abril de 1988

los daños y perjuicios; si los hechos no se han verificado de ese modo, el perjuicio es
imposible.

Por las razones antes dichas, sostengo que tampoco tiene derecho el Supremo Consejo a
una acción de daños y perjuicios en el caso presente.

Despojar en su acepción técnica, quiere decir privar a alguno contra su voluntad expresa o
presunta total o parcialmente de un objeto, mueble o inmueble, poseído o tenido
simplemente por él, con intención el despojador de sustituirse en la tenencia o posesión; la
ley habla de cosa mueble o inmueble y no de derechos, porque éstos no se pueden aprehen-
der. El goce de tales derechos se llama cuasiposesión por los tratadistas, pues no es en rigor
una posesión, y la privación de ese goce constituye molestia y origina el amparo. Algunos
publicistas que he consultado opinan que los derechos pueden ser objeto de despojo, pero
esta opinión es errada, sobre todo porque la ley limita el despojo a las cosas materiales.

Así pues, si la Gran Logia de Venezuela, que aparecería como presunto despojador según el
erróneo concepto de algunos masones destacados con quienes he hablado, que desconocen
la materia jurídica, no va a sustituir al Supremo Consejo en la tenencia o posesión del
edificio actual, pues éste se piensa destruir para edificar uno nuevo, ni la Gran Logia va a
sustituir tampoco al Supremo Consejo en la tenencia o posesión de sus cosas muebles,
como los útiles y enseres de su propiedad exclusiva y la disposición tomada por la mayoría
de los Cuerpos Masónicos es solamente para construir un nuevo Templo, no hay entonces
tampoco la intención de la Gran Logia ni de las otras Logias masónicas, de despojar al
Supremo Consejo, y por ello sostenemos que el concepto de molestia posesoria varía según
recaiga en objetos materiales o en derechos: cuando se perturba la cuasiposesión, que se
verifica obstaculizando el ejercicio de un derecho o privando de él a quien lo goza, sin
necesidad de aspirar a la propiedad del derecho, pues el despojo es originado por la sola
sustitución en la tenencia de la cosa, no procede el interdicto de despojo, porque nadie
puede ser despojado de un derecho.
Intentar una acción legal con ira el parecer de una mayoría mas que absoluta, abrumado, ra
sería aparte de emplear un recurso que pugna con la moral y equidad masónicas y que
puede destruir la armonía y la fraternidad francmasónica que deben conservarse por en
cima de los intereses materiales, y lo cual por otra parte prohíben expresamente las leyes de
la Orden, un caso raro y grave, pues le daría una magnífica arma a los enemigos para
destruir la institución y sería llevar a conocimiento de los profanos un problema que solo
masónicamente debe resolverse, existiendo como existen los medios prudentes, justos y
honrados para hacer triunfar la tesis que mas beneficie a la institución masónica en general
y el hecho también de establecer disputa pública los más Altos Cuerpos Masónicos, sería
causar a la Orden con conocimiento de causa, el mas rudo golpe y echar por tierra todos los
principios que preconiza, por que en el ardor cíe la lucha salen a descubierto hechos que
aprovecha el enemigo ideológico y perjudica a la Orden.

El artículo 19 de la Constitución de la Gran Logia, dispone que no se puede promover


ningún procedimiento judicial en lo profano contra ningún hermano —y mucho menos sos-
tengo yo entre Cuerpos Masónicos entre sí de una misma Re pública— sin haber antes pro-

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Transcripción del Boletín Nº 3 de la Gran Logia de la República de Venezuela – Enero de 1954
Y del Folleto emitido por la Gran Comisión de Amin. Y Fomento del Templo el 27 de Abril de 1988

curado, por cuantos medios ira témales estén a su alcance, el arreglo satisfactorio de sus re-
clamos o diferencias, tanto más cuanto que según el artículo 28 de la Ley Constitutiva y
Orgánica del Supremo Consejo, es deber del Gran Comendador "dictar todas aquellas
medidas que sean necesarias para la conservación y sostenimiento de la ORDEN".

Tanto en la vida profana como en la masónica- es indispensable esgrimir argumentos serios


y valederos por razonables, para poder oponerse a alguna decisión que vaya en beneficio de
la institución masónica, tomada por una mayoría mas que absoluta, abrumadora, porque en
la vida masónica especialmente, no puede ni debe predominar por encima de la razón, de la
lógica y de la conveniencia general de la Orden, las objeciones fútiles o caprichosas, sin
base seria, o los leves temores que en hombres prudentes y buenos padres de familia, no
sean suficientes para atemorizarlos en cumplimiento de un deber, a no decidirse —a
emprender una obra de grandes proyecciones y de positivos beneficios para la institución,
porque es lógico aceptar que en todo contrato hay una alea, un riesgo, pero si las
condiciones son aceptables como el del caso en estudio, cualesquier objeción o sugerencia
secundaria, puede ser motivo de negociación y de la consiguiente modificación.

Después de haber hablado con varios


masones de Caracas, acerca de este
problema que me ha sido consultado,
el cual he avocado con sinceridad e
imparcialidad, pues se traía de un
importante y grave paso el que va a dar
la Institución, sin prejuicio alguno por
que solo me guía mi conciencia y mi
modo de pensar en derecho, la mayoría
de los masones con quienes he hablado
se muestran partidarios de la
construcción del Templo y solamente
un reducidísimo número es contrario a
tal propósito y de haber analizado las
razones expuestas en las Planchas
cruzadas entre el Supremo Consejo del
Grado 33 y la Gran Logia (Pl:. Nos.
1.079 y 2.116 respectivamente), consi-
dero que con la aprobación dada por
mas de la mayoría absoluta de las
Logias y Cuerpos Masónicos de
Caracas, propietarios y poseedores
todos de cada una parte igual de dicho
edificio TEMPLO MASÓNICO, puede
proceder el Gran Maestro Rafael Ernesto Otero, por ser perfectamente legal, a suscribir el
contrato que también he estudiado y sobre el cual hice solamente algunas consideraciones
de forma, con la compañía constructora de este domicilio "Constructora COVE-TIC S. A.",
porque está autorizado para ello dicho Gran Maestro suficientemente.

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Transcripción del Boletín Nº 3 de la Gran Logia de la República de Venezuela – Enero de 1954
Y del Folleto emitido por la Gran Comisión de Amin. Y Fomento del Templo el 27 de Abril de 1988

Debo advertir que cualquier procedimiento judicial que tome cualquier Cuerpo Masónico,
para impedir dicha obra, responsabilizará y repercutirá sobra los intereses materiales y
morales de la institución masónica, principalmente en su inmueble Templo Masónico, pues
será responsable civilmente la Orden Francmasónica, propietaria de dicho inmueble, de los
daños y perjuicios que tal actitud pudiera ocasionar a los terceros contratantes, siendo
ajenos como los son los terceros contratantes, en este caso, la compañía "Constructora
COVETIC S. A.", de los problemas masónicos internos que puedan existir entre los dos
mas Altos Organismos, pero cuya seriedad y procedencia legal de dicho contrato, está
respaldada con la autorización escrita otorgada al Gran Maestro Rafael Ernesto Otero, por
la mayoría absoluta de las Logias y Cuerpos masónicos propietarios y poseedores legítimos
de dicho inmueble.

Dejo así contestada la consulta que me fue hecha.

Caracas: primero de enero da 1954.

Manuel Matos Romero.

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Transcripción del Boletín Nº 3 de la Gran Logia de la República de Venezuela – Enero de 1954
Y del Folleto emitido por la Gran Comisión de Amin. Y Fomento del Templo el 27 de Abril de 1988

DESCRIPCIÓN DEL TEMPLO MASÓNICO DE CARACAS


La piedra fundamental del Templo Masónico
fue colocada el 11 de Septiembre de 1864
por el IL.: H.: Isaac J. Pardo
El General IL.: H.: Juan Crisóstomo Hurtado fue el
Presidente de la Junta de Fomento encargada de
la construcción del Edificio
Fue inaugurado el Templo Masónico el 27 de Abril de 1876,
los Cuerpos Masónicos designaron como Orador
al IL.: H.: Dr. Laureano Villanueva quien
pronunció un elocuente Discurso
El IL.: H.: José B. Alvizua fue el encargado de la
decoración del Salón de Pasos Perdidos exornándolo con
los Escudos de los 33 Grados de la Orden
Desde que se llega al Templo Masónico, se admira en su
soberbia fachada, la inspiración de sus promotores, no
puede ser mas elegante a la vez que majestuosa, allí están
las columnas salomónicas poniendo el sello del
simbolismo a tan suntuoso recinto

DISCURSO pronunciado el 27 de abril de 1876 por el I.·. y P.·. H.·. - General Antonio
Guzmán Blanco, en la inauguraron del Gran Templo Masónico de Caracas.

“Este no es solamente un Templo Masónico: es más que eso. Es el Templo que


oficialmente levanta el Gobierno de Venezuela a la independencia de la razón del
hombre; templo en que caben sin estorbarse ni contradecirse tanto los hebreos como los
cristianos, así los católicos como los cuacaros, el deísta como el protestante.

Este es el Templo de la humanidad civilizada. Lo he levantado sabiendo muy bien lo que


hacía, y asumiendo la totalidad de las responsabilidades que tan insólito hecho entraña.

Desde este .punto de vista, encontraréis explicado cómo es que al mismo tiempo que
levanto este Templo a la Masonería, estoy construyendo otro al catolicismo, que será el
más suntuoso de Sur América y cómo, si tuviese tiempo, erigiría una sinagoga, y otro
templo a la secta protestante.

La civilización del siglo XIX es el triunfo de la Masonería. Con el decálogo, que es el


código de la moral universal y eterna primero, y con Jesucristo, como modelo después:
antes por medio de la asociación, y después de Guttemberg, por medio de la imprenta, ha
realizado una verdadera transformación en que a la barbarie, la ignorancia o el
fanatismo, se han sustituido la libertad, la igualdad y la fraternidad.

Jesucristo como Guttemberg son las dos grandes antorchas de la edad moderna:
Jesucristo como generador de la redentora civilización, y Guttemberg como inventor de
la máquina para popularizarla hasta en las últimas extremidades sociales.

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Transcripción del Boletín Nº 3 de la Gran Logia de la República de Venezuela – Enero de 1954
Y del Folleto emitido por la Gran Comisión de Amin. Y Fomento del Templo el 27 de Abril de 1988

Lo que se diga dentro y fuera de la República, por todos los fanáticos, ilustrados e
ignorantes, que para el caso poco importa, no me intranquiliza de manera alguna.

Mis profundas convicciones me dicen que estoy sirviendo a la causa de la humanidad, a la


causa de Dios, mejor, muchísimo mejor, que todos aquellos que quisieran detener el
mundo, porque no comprenden la inmensidad del Eterno y la grandeza a que desde el
principio y en cada día tiene destinada la especie humana.

Ojalá que ya que en Venezuela hemos logrado fundar la paz bajo un Gobierno respetable y
respetado, moral y materialmente, ya que la República ha verificado su soberanía, y ya que
hemos entrado en el franco deenvolvimiento intelectual y material de la Patria, la
Masonería juzgue de su deber ponerse a la cabeza de la propaganda que condenan todos
los medios de la fuerza y la violencia, para sustituirlos por la paz y la inteligencia.
Viva la independencia de la razón!, Viva la civilización!, Viva la fraternidad!....”.

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Transcripción del Boletín de la Gran Logia de la República de Venezuela Nro. 3 – Enero de 1954
Y
Transcripción del folleto emitido por la Gran Comisión de Admin. Y Fomento del Tempo

DESCRIPCIÓN DEL TEMPLO MASÓNICO DE CARACAS


(situado entre las esquinas de Jesuítas y Maturín, calle de la Protección)

Su entrada la constituye un hermoso


jardín cercado de artística baranda de
hierro, sus respectivos pilastres y
emblemas masónicos; el jardín abarca
todo el frente del edificio y su fondo
mide 7 metros, a los extremos del
jardín están situados dos bonitos
juegos de agua.

Después de este jardín, sigue el


cuerpo del gran edificio que tiene, de
frente 32 metros; de alto: 13 y medio
metros y de largo 68; de frente tiene
dos pisos.

En la primera base, en su centro, tiene la puerta principal de entrada que mide seis
metros de altura, a sus costados se destacan cuatro grandes columnas salomónicas,
que se elevan a 12 metros, terminando éstas con sus ostentosos capiteles; a los
extremos de estas hermosas columnas, se encuentran simétricamente cuatro grandes
ventanas de 5 metros de altura, dando así al edificio mucha belleza.

En el segundo piso, lucen 5 hermosas ventanas, con sus respectivos balconetes de


hierro, y para coronar la obra, concluye la ostentosa cornisa, obra del mejor gusto
artístico; este piso tiene seis metros de altura, siete de ancho y todo el frente del
edificio.

El Salón de Pasos Perdidos, es la primera pieza que tiene el Templo al entrar el cual
mide 32 metros de frente, 7 de alto y G de ancho; pintado todo al óleo y en sus paredes
resaltan con gusto esmerado, los 33 escudos de la Orden, del 1º al 33. Dicho espacioso
salón está iluminado por tres hermosas arañas de gas y en las paredes lámparas de igual
respecto.

En la testera de la puerta principal de la entrada, está colocado el Escudo de las Armas


Heráldicas de la Masonería, representado en tres castillos y coronado dicho escudo un
brazo teniendo en la mano la insignia del trabajo.

Al frente de la entrada, se encuentra la Cámara de Aprendiz, teniendo en su frontis


nuestro hermoso lema: A.:L.:G.:D.:A.: D.:U.: A los extremos de la puerta principal, se
hallan dos lindas estatuas de bronce, representando la CONCORDIA y el TRABAJO.
Esta Cámara tiene de extensión 30 metros, 8 y medio de altura y 9 de ancho. La parte
destinada para el Oriente está situada sobre siete gradas; la circunferencia que tiene el
Oriente, es de 24 metros y la gran cúpula que la forma, se eleva a 16 metros de altura,
dicha Cámara tiene en su interior, dos escaleras laterales a su entrada que sirven para
comunicarse con el Coro: este salón puede contener cómodamente sentadas 600
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Transcripción del Boletín de la Gran Logia de la República de Venezuela Nro. 3 – Enero de 1954
Y
Transcripción del folleto emitido por la Gran Comisión de Admin. Y Fomento del Tempo

personas. Además de la puerta principal de entrada, tiene una por cada costado, como
también cuatro ventanas por cada lado, con sus respectivos medios puntos de vidrio de
color, que contribuyen a realzar la Cámara; la que se ilumina por siete arañas de gas,
fuera de otras colocadas convenientemente. El arquitectónico arco que divide el Oriente del
cuerpo de la Cámara, la cúpula, su lindo cielo estrellado y sus paredes, son admirables:
allí se contempla la mano maestra, tanto por la ornamentación como por los atributos del
grado, como por su lucido mueblaje.

A los costados de esta cámara, parten dos grandes y extensos patios de 30 metros de
largo por 4 de ancho, todo pavimentado. A la derecha de la Cámara de Aprendiz, está
situada la de 18 siendo su extensión de 21 metros, 6.50 de ancho y 8 y medio de alto;
bellamente decorado y con todo lo que necesita este salón.

A la izquierda de la Cámara de Aprendiz, está la de Maestro, con iguales dimensiones


que la del 18 y ornamentada completamente. Al fondo de esta se encuentra el gabinete
destinado para las Grandes Secretarías de Altos Cuerpos; y sigue un corredor de 5 por 5
metros; a su izquierda se encuentra una escalera para comunicarse con las cámaras pequeñas
en el Alto. Al frente de este corredor está la destinada para los trabajos de Comp.: que tiene la
extensión 10 metros; 7 de alto y 6 de ancho.

Al extremo opuesto de la Cámara de 18 están los Cuartos de Reflex, Salón de Biblioteca, un


corredor igual al que esta enseguida de la gran Secretaria, con igual escalera para
comunicarse al Alto; y enfrente de dicho corredor, está la linda Cámara destinada a los Gr.: 30º
y 31º todo perfectamente decorado.

En el centro de estos dos departamentos, está el gran patio principal del edificio, que tiene 17
metros de ancho por 14 de largo, todo encementado y en su centro una fuente; al final de este
hermoso patio, está construido el Salón de Banquetes, con una extensión de 25 metros por 6
de ancho; la mesa de herradura quo tiene, pueden colocarse 150 y 200 personas. El mismo
salón, a la parte Sur, está separado por un hermoso arco y con un bonito cortinaje, el cual es
destinado para el servicio. En dicho salón, resalta en el centro, el Escudo Nacional, de relieve
y con ornamentos dorados. Colocados convenientemente, nuestro hermoso lema: —
LIBERTAD — IGUALDAD — FRATERNIDAD y de igual manera, pintada bellamente en
agrupaciones, nuestra gloriosa bandera nacional, con alegorías adecuadas a la recreación;
dicho salón se ilumina por cinco arañas de gas y la mesa tiene demarcados los puestos de las
dignidades respectivas.

El salón destinado para la Cámara 33, está situado en el alto del segundo piso del edificio, su
frente es toda la extensión de éste y se compone de cuatro departamentos y debidamente orna-
mentado con los atributos correspondientes a su jerarquía y con un hermoso cortinaje que hace
juego con los muebles que le dan a la Cámara, el mayor esplendor por sus riquezas.

Al terminar esta sucinta relación, debemos manifestar que todos los salones están bellamente
ornamentados y decorados; pero el último salón que es el del 33º hay especialidad, gusto,
riqueza en alfombras, sillones y demás enseres; nada se ha omitido. El Templo es admirado
por todo el que lo ve y en especial por les extranjeros, que también contemplan y elogian el
edificio que puede decirse, que en su género, es uno de los primeros que tiene la América.

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Transcripción del Boletín de la Gran Logia de la República de Venezuela Nro. 3 – Enero de 1954
Y
Transcripción del folleto emitido por la Gran Comisión de Admin. Y Fomento del Tempo

El Templo está iluminado por 80 luces de gas. No debe terminarse esta pequeña reseña, sin
dejar de hacer conocer a todos, que se debe en su mayor parte todo esto, al General Antonio
Guzmán Blanco, que destinó varias sumas para terminar su construcción y últimamente al
General Joaquín Crespo, que espontáneamente ordenó el gasto para la ornamentación y
decoración de todas las Cámaras, razón esta para que resalte más y más la magnificencia y
esplendor del Templo, que los masones dedican al Supremo Artífice de los mundos.

Caracas, año de 1.894

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