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CONFERENCIA EMBAJADA DE CHINA, EN LA XI SEMANA INTERNACIONAL

ADMINISTRACION DE EMPRESAS,

Por: Manuel Mora Corrales

China acaba de ser reconocida como primera potencia económica mundial en un


reciente informe del FMI, basándose en su gross economic output en términos
reales de bienes y servicios, siendo de US$ 17,6 trillones frente a US$ 17,4
trillones de los EE.UU (power purchase parity / PPP). Es por ello que los analistas
económicos y políticos ya empiezan a evaluar las consecuencias geopolíticas que
la supremacía económica china traerá, así como sus consecuencias para el orden
internacional. De igual manera, los teóricos de las relaciones internacionales
vuelven a los trabajos de A. F. K. Organski sobre la Teoría de la Transición del
Poder (años 50´s y 60´s).
El crecimiento del sector exportador chino está sustentado por flujos importantes
de Inversión Extranjera Directa (IED), de tal forma que este país es hoy el mayor
receptor de IED entre los países en desarrollo, y ocupa el segundo lugar mundial,
sólo detrás de los Estados Unidos.
En particular, mientras que desde finales de 2000 el crecimiento económico y
comercial se desaceleró en casi todas las grandes regiones del mundo y los
mercados emergentes empezaron a sufrir nuevamente problemas de
financiamiento externo, la economía China registró tasas de crecimiento de 7.7%
en 2000, y de 7.3% en 2001.

El país asiático registró un crecimiento del 2,3% en su economía el año pasado,


según la Oficina Nacional de Estadística (ONE), que a su vez informó que es la
evolución más baja desde 1976. La segunda economía más grande del mundo ha
sorprendido a muchos analistas con la velocidad de su recuperación del
coronavirus, especialmente porque también ha tenido que navegar por tensas
relaciones con Estados Unidos.
Sin embargo, al ser China la segunda economía más grande a nivel global, el
resto de los países está aumentando su exposición a esta potencia. Estos
cambios han estado acompañados de tensiones comerciales y el aumento del
proteccionismo, que hacen pensar que la integración entre el país asiático y el
mundo ha llegado a su pico.

Comercio: China representa el comercio de bienes más grande del mundo, con un
11,4% del total, es el mayor mercado de destino para 33 países y la mayor fuente
de importaciones para 66 naciones. Sin embargo, representa solo alrededor del
6,4% del total mundial de comercio del sector servicios.

Empresas: China tiene 110 compañías en el Global Fortune 500, comparable con
las de Estados Unidos, pero todavía están anclados en el mercado interno, ya que
el 18% de los ingresos fueron obtenidos en el extranjero frente al 44% de
empresas del S&P 500.
Capital: China tiene un gran sistema financiero (el más grande sistema bancario y
el segundo y tercer mayor mercado bursátil y de bonos, respectivamente), pero los
flujos transfronterizos son entre 3 y 4 veces más pequeños que los flujos
estadounidenses y la participación extranjera es limitada (la propiedad extranjera
es inferior al 6% en los mercados bancario, bursátil y de bonos).

Gente: China es la mayor fuente de salida de estudiantes y turistas del mundo. Los
chinos hicieron 150 millones de viajes en 2018, la mayor cantidad a nivel global.
Sin embargo, los flujos de personas todavía están geográficamente concentrados,
principalmente en Estados Unidos, Australia y el Reino Unido, y los flujos
migratorios hacia China son solo el 0.2% del total mundial.

Tecnología: China es el segundo país que más invierte en I+D (U$ 293.000
millones en 2018). No obstante, aún depende en gran medida de la tecnología
importada (más de la mitad de los contratos de importación de tecnología
provienen solo de tres países).

Datos: China tiene la mayor cantidad de usuarios de Internet en el mundo (más de


800 millones), generando grandes cantidades de datos; pero los flujos de datos
transfronterizos son pequeños en comparación con el gran tamaño de su
economía digital.

Impacto ambiental: China representa el 45% de las inversiones en energías


renovables a nivel global. En 2017, invirtió alrededor de US$127.000 millones, tres
veces mayor a la realizada en EE. UU. y Europa (cada uno US$41.000 millones).
No obstante, sigue siendo la mayor fuente de emisiones de carbono del mundo
(28% del total global).

Cultura: China ha invertido mucho en su presencia cultural a nivel mundial. Un


ejemplo: 12% de las 50 mejores películas del mundo en 2017 fueron rodadas en
China, versus el 2% en 2010. Sin embargo, el alcance cultural sigue siendo
relativamente limitado (las exportaciones de los dramas televisivos son solo un
tercio de los de Corea del Sur).

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