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Resumen clases Monica:

Disposiciones generales
Contrato es el acto jurídico mediante el cual dos o más partes manifiestan su consentimiento para crear, regular,
modificar, transferir o extinguir relaciones jurídicas patrimoniales. El nuevo código reemplazó “persona” por “parte”;
parte es quien ejerce una prerrogativa jurídica propia y es posible que esté compuesta por varias personas. El “para”
denota la finalidad en el contrato. Las partes contratan porque persiguen un objetivo determinado.
Las partes son libres para celebrar un contrato y determinar su contenido, dentro de los límites impuestos por la ley, el
orden público, la moral y las buenas costumbres. Éstos son los límites a la autonomía de la voluntad.
El contrato celebrado válidamente es obligatorio para las partes, es decir, tiene un efecto vinculante. Su contenido
solo puede ser modificado o extinguido por acuerdo de partes o en los supuestos que la ley lo prevé. En principio, los
jueces no tienen facultades para modificar las estipulaciones de los contratos, salvo que sea a pedido de una de las
partes cuando lo autoriza la ley o de oficio cuando se afecta, de modo manifiesto, el orden público.
Los contratos deben celebrarse, interpretarse y ejecutarse de buena fe. Obligan a todas las consecuencias que pueden
considerarse comprendidas en ellos, con los alcances que razonablemente se habría obligado. En este caso, las partes
se encuentran en pie de igualdad.
Presupuestos del contrato
Los contratos siempre regulan derechos patrimoniales. El contrato es fuente de obligaciones y las obligaciones tienen
siempre contenido patrimonial.
El contrato es un acto jurídico. Esto es un acto voluntario lícito que tiene por fin inmediato la adquisición,
modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas. Entonces, podemos decir que el contrato es una especie
de acto jurídico. Para que exista como tal, necesita que sea conformado por la voluntad de dos o más partes.
El acto voluntario es el ejecutado con discernimiento, intención y libertad manifestada por un hecho exterior. El
discernimiento es la aptitud de apreciar nuestras acciones. Las causas obstativas son las incapacidades de hecho y la
insania. La intención es el querer humano aplicado a una acción concreta. Cuando hay ausencia de intención, hay una
discordancia entre lo que uno quería y el resultado que se obtuvo. Los elementos obstativos de la intención son el
error (obrar con conocimiento equivocado), ignorancia(ausencia o falta de conocimiento) y dolo (propósito
deliberado y consciente de causar un daño a otro; quien actúa con dolo hace caer al otro en error para obtener una
ventaja patrimonial). La libertad es la ausencia de violencia o coacción externa y, por ende, el agente tiene pleno
dominio de su persona y sus decisiones. La violencia puede ser física o moral.
Además, es necesario que las partes manifiesten externamente su consentimiento, que le hagan saber a la otra parte su
intención porque si no, no puede formarse el contrato.
Los hechos jurídicos pueden ser de la naturaleza o humanos. El hecho humano, donde interviene el comportamiento
del hombre, puede ser voluntario o involuntario, siendo el voluntario el ejecutado con discernimiento, intención y
libertad.
El acto involuntario por falta de discernimiento: es el acto de quien al momento de realizarlo está privado de la razón;
el acto ilícito de la persona menor de 10 años; y el acto lícito de la persona menor de 13 años. La licitud se relaciona
con el principio de clausura y entonces todo lo que no está prohibido, está permitido y será lícito. El acto ilícito
requiere la violación de una norma jurídica en particular y siempre genera un perjuicio a un tercero.
Un acto jurídico unilateral es aquel donde interviene la manifestación de una sola voluntad. El acto jurídico bilateral
es el que requiere para su otorgamiento la intervención de dos o más voluntades. El contrato como acto jurídico
siempre es bilateral porque requiere de la intervención de dos o más partes para su conformación. A su vez, en cuanto
a las obligaciones que genera, el contrato puede ser unilateral o bilateral. Será unilateral cuando genere obligaciones
para una sola de las partes (donación). Será bilateral cuando genere obligaciones para ambas partes (compraventa).
Acto bilateral refiere a las partes necesarias para su otorgamiento mientras que contrato bilateral se refiere a las
obligaciones que genera.
El contrato como acto jurídico reviste los siguientes caracteres:

 Acto entre vivos


 Bilateral
 Carácter patrimonial.
La capacidad es un presupuesto de la validez del contrato. El consentimiento debe exteriorizarse a través de una
manifestación de voluntad que puede ser oralmente, por escrito, signos inequívocos o la ejecución de un hecho
material, excepcionalmente por silencio y en determinados casos estará sujeta a alguna forma establecida por la ley o
las partes.
Modalidades del contrato:
1. Negociacion individual. Art 957: contrato es el acto juridico medinte el cual dos o mas partes manifiestan su
consentimiento para crear, regular, modificar, transferir o extinguir relaciones juridicas patrimoniales. Este
tipo de contrato es una excepcion, casi no existen
2. Adhesion. Art 984: contrato por adhesion es aquel mediante el cual uno de los contratante adhiere a las
clausulas generales predispuestas unilateralmente, por la otra parte o por un tercero, sin que el adherente haya
participado en su redaccion.
Su diferencia con respecto al contrato de consumo, es que este ultimo ademas es destinatario final
3. Consumo. art 1093: contrato de consumo es el celebrado etre un consumidor o usuario final con una persona
humana o juridica que actue profesional u ocasionalmente o con una empresa productora de bienes o
prestadora de servicios, publica o privada, que tenga por objeto la adquisicion, uso o goce de los bienes
servicios por parte de los consumidores o usuarios, para su uso privado, familiar o social.
Art 1092: relacion de consumo es el vinculo juridico entre un proveedor y un consumidor. Se considera
consumidor a la perona humana o juridica que adquiere o utiliza, en forma gratuita u onerosa, bienes o servicios
como destinatario final, en beneficio propio o de su grupo familiar o social.
Queda equiparado al consumidor quien, sin ser parte de una relacion de consumo como consecuencia o en
occasion de ella, adquiere o utiliz bienes o servicios, en forma gratuita u onerosa, como destinatario final, en
beneficio propio o de su grupo familiar o social.
Elementos del contrato:

 Objeto: licito y posible


 Causa: fuente, motivo o fin
 Consentimiento: que a la ve tiene sus propios elementos (oferta y aceptacion) y sus presupuetos (sujetos
(personas humanas o juridicas con capacidad))
Contratos de negociacion individual
Formación del consentimiento
El consentimiento es el acuerdo de voluntades de las partes tendientes a la celebración de un contrato que debe ser
exteriorizado. Los contratos se concluyen con la recepción de la aceptación de la oferta o por una conducta de las
partes que sea suficiente para demostrar la existencia de un acuerdo. Entonces, los elementos del consentimiento son
la oferta y la aceptación.
*En cambio, en los contratos de consumo y adhesion se presta conformidad no consentimiento.
Elementos del consentimiento:
La OFERTA es la primera manifestación de voluntad dirigida a persona determinada o determinable, con la intención
de obligarse y con las precisiones necesarias para establecer los efectos que debe producir de ser aceptada. Tiene un
carácter vinculante. Sus requisitos son:

 Realizada con discernimiento, intención y libertad.


 Completa (sobre un contrato determinado y con todos los elementos y antecedentes de ese contrato).
La oferta debe plasmar la intención de obligarse y con las precisiones necesarias para establecer los efectos que debe
producir si es aceptada. La ruptura o incumplimiento vinculado con la oferta en la fase precontractual es generador de
responsabilidad por daños. En la actualidad, se protege la defensa del interés de la confianza, ya que la publicidad
forma parte de las tratativas previas a la conclusión de un contrato.
Si la oferta es dirigida a persona indeterminada, se considera una invitación a ofertar. Se invita a los destinatarios a
iniciar tratativas o a formular una oferta dirigida al emitente/predisponente de la oferta. Éste dirige a futuros clientes
una invitación a ofertar y el contenido del futuro contrato por adhesión, que habrá de perfeccionarse con la oferta
adecuada por el adherente y la aceptación del predisponente. Quien emite la invitación a ofertar predispone el
documento (como formularios) y deja espacios en blanco que debe llenar el oferente. Al firmar la solicitud, la misma
se transforma técnicamente en oferta y el predisponente se reserva el derecho de aceptar o no dicha propuesta. El
contrato, en este caso, se perfecciona cuando el emitente de la invitación acepta la oferta efectuada sobre la base de
las cláusulas predispuestas por él.
La oferta obliga al proponente, a no ser que lo contrario resulte de sus términos, de la naturaleza del negocio o de las
circunstancias del caso.
La oferta hecha a una persona presente o la formulada por un medio de comunicación instantáneo, sin fijación de
plazo, solo puede ser aceptada inmediatamente. Cuando se hace a una persona que no está presente, sin fijación de
plazo para su aceptación, el proponente queda obligado hasta el momento en que puede razonablemente esperarse la
recepción de la respuesta.
Los plazos de vigencia de la oferta comienzan a correr desde la fecha de su recepción, excepto que contenga una
previsión diferente. El oferente y sus herederos están obligados a mantener la oferta durante el tiempo de su vigencia,
a menos que, siendo revocable, la retracten.
La oferta, entonces, obliga al proponente salvo que la retire antes de ser recibida por el destinatario o al mismo
tiempo que la oferta. Una vez expedida la aceptación, el contrato queda perfeccionado y la retractación enviada con
posterioridad es inidónea. La oferta es emitida con carácter irrevocable en dos supuestos: cuando hubiera renunciado
a la facultad de retirarla y cuando se hubiese obligado, al formularla, a permanecer en ella hasta una época
determinada. La regla de la buena fe obliga a mantener la oferta por un plazo razonable de conformidad con los usos
negociales para que el destinatario pueda considerarla y estudiarla. Además, va a variar de acuerdo a la complejidad
del objeto contractual, debiendo ser fijado por un juez en caso de conflicto.
La oferta caduca cuando el proponente o el destinatario fallecen o se incapacitan, antes de la recepción de su
aceptación. El que aceptó la oferta ignorando la muerte o incapacidad del oferente y que, a consecuencia de su
aceptación, realizó gastos o sufrió pérdidas, tiene derecho a reclamar su reparación. En principio, el fallecimiento o
cualquier tipo de incapacidad del oferente no invalida la oferta, sino que extiende la obligatoriedad a sus herederos.
Sin embargo, si éstas causas se dan previas a la recepción de la aceptación resulta lógico que la oferta caduque. Se da
la posibilidad al destinatario de la oferta que, por error o ignorancia de las situaciones, hubieran generado gastos y no
pudieran concretar el negocio, a solicitar una reparación.
La caducidad y la revocabilidad son figuras que excluyen la obligatoriedad de la propuesta contractual. La caducidad,
con respecto al proponente, opera si las causales han ocurrido antes de que conociera la aceptación. Si atañen al
destinatario, en tanto hayan acaecido antes de que hubiera aceptado. De modo que la caducidad, que opera de pleno
derecho, solo tiene incidencia en los contratos que no se perfeccionan instantáneamente. También opera la caducidad
de la oferta por el mero transcurso del plazo para su vigencia.
Cuando el contrato es plurilateral, para perfeccionarlo se necesita el consentimiento de todos los interesados como
principio general. Sin embargo, la convención o la ley pueden autorizar a la mayoría a celebrarlo en nombre de todos
o permitir su conclusión solo entre quienes lo han consentido. En éste caso, el contrato únicamente se perfeccione
entre aquellas que hayan logrado un acuerdo de voluntades.
La ACEPTACION es la conformidad que presta el destinatario a la oferta que se le ha hecho. Al igual que la oferta, es
una declaración de voluntad unilateral y recepticia, pero el destinatario es el proponente. Sus requisitos son:

 Ser hecha por persona que actúe con discernimiento, intención y libertad
 Ser recepticia (dirigida al proponente)
 Ser lisa y llana, y congruente con la oferta
 Ser sobre una oferta vigente, que no esté retractada ni caducada.
Cualquier modificación a la oferta no vale como aceptación, sino que importa la propuesta de un nuevo contrato. No
obstante, las modificaciones pueden ser admitidas por el oferente si lo comunica de inmediato al aceptante.
La aceptación, como toda manifestación de voluntad, puede ser expresa o tácita, salvo que, por la voluntad del
oferente o la ley, se exijan determinadas modalidades o una declaración formal. Incluso existen ofertas que, a pedido
del proponente o por la naturaleza del negocio, o según los usos, no requieren para su aceptación de una declaración
de voluntad. En tales casos, se entiende concluido el contrato desde que la oferta fue recibida por el destinatario y en
tanto no la rechace en un término prudencial; o bien desde que el destinatario dio comienzo de ejecución al contrato,
dando aviso de ello al oferente.
La aceptación debe ser oportuna, es decir, dentro del plazo de vigencia o el razonable, si la oferta es pura y simple.
Además, debe referirse a todos y cada uno de los elementos de la propuesta para que se perfeccione. La ausencia de
acuerdo sobre uno solo de ellos deja frustrado el consentimiento.
Toda declaración o acto del destinatario que revela conformidad con la oferta constituye aceptación. El silencio
importa aceptación cuando existe el deber de expedirse, resultante de la voluntad de las partes, los usos o las prácticas
que las partes establecieron entre ellas, o de una relación entre el silencio actual y las declaraciones precedentes. La
aceptación puede provenir, entonces, de una manifestación exteriorizada oralmente o por escrito, por signos
inequívocos o por la ejecución de un hecho material. La aceptación puede ser tácita, resultando de los actos por los
cuales se la puede conocer con certidumbre, salvo que la ley o la convención exijan una manifestación expresa.
*En cambio, en los contratos de adhesion o de consumo no hay una obligacion de expedirme por el NO, el silencio se
toma como un rechazo.
La aceptación perfecciona el contrato entre presentes cuando es manifestada inmediatamente. La aceptación
perfecciona entre ausentes si es recibida por el ofertante durante el plazo de vigencia de la oferta. Si no ha mediado
plazo, debe entenderse que la aceptación perfecciona el contrato si es recibida en un plazo razonable.
La aceptación puede ser retractada antes o al mismo tiempo de que ella haya llegado a conocimiento del proponente.
En los contratos perfeccionados entre ausentes, las partes se hallan imposibilitadas de intercambiar declaraciones sin
solución de continuidad y media un lapso entre la emisión de la aceptación y la recepción de ella. En cambio, en los
celebrados entre presentes, la aceptación es recibida simultáneamente y automáticamente queda perfeccionado el
contrato, sin margen temporal para revocar esa declaración.
Los acuerdos parciales de las partes si todas ellas, con la formalidad que corresponda, expresan su consentimiento
sobre los elementos esenciales particulares. En caso de duda, se tiene por no concluido. No se considera acuerdo
parcial a la extensión de una minuta o de un borrador respecto de alguno de los elementos o de todos ellos. Se prevé
así la posibilidad de que las partes acuerden sobre parte del contenido del contrato, sus elementos esenciales, aunque
no obtengan un acuerdo respecto de los elementos secundarios. Los elementos secundarios serán determinados vía
judicial, tomando en consideración las reglas que conciernen a la naturaleza del negocio.
La inclusión de este artículo tiene el propósito de favorecer la contratación, en la medida en que se estipule claramente
la forma de integrar los aspectos secundarios sobre los que no existió acuerdo. La finalidad de este tipo de acuerdos
radica en la posibilidad de asegurar a las partes la libertad para ulteriores negociaciones sin que por ello se frustre el
negocio de base.
La manifestación de voluntad de una parte es recibida por la otra cuando ésta la conoce o debió conocerla, ya sea
comunicación verbal, recepción en su domicilio de un instrumento pertinente u otro modo útil. De esta manera, queda
perfeccionado el contrato cuando la otra parte recibe o está en condiciones de recibir la declaración de la otra.
Incapacidad e inhabilidad para contratar
Declarada la nulidad del contrato celebrado por la persona incapaz o con capacidad restringida, la parte capaz no
tiene derecho para exigir la restitución o el reembolso de lo que ha pagado o gastado, excepto si el contrato enriqueció
a la otra parte y en cuanto se haya enriquecido.
No pueden contratar, en interés propio o ajeno, los que están impedidos para hacerlo conforme a disposiciones
especiales. Los contratos cuya celebración está prohibida a determinados sujetos tampoco pueden ser otorgados por
esta persona.
Ejemplos de no pueder contratar por disposiciones especiales:
art 1002:
 Los funcionarios públicos, respecto de bienes de cuya administración o enajenación están o han estado
encargados;
 Los jueces, funcionarios y auxiliares de la justicia, los árbitros y mediadores, y sus auxiliares, respecto de
bienes relacionados con procesos en los que intervienen o han intervenido;
 Los abogados y procuradores, respecto de bienes litigiosos en procesos en los que intervienen o han
intervenido;
 Los cónyuges, bajo el régimen de comunidad, entre sí.
Los albaceas que no son herederos no pueden celebrar contrato de compraventa sobre los bienes de las testamentarias
que estén a su cargo.
Art 1341: el consignatario no puede comprar ni vender para si las cosas comprendidas en consignacion
Art 1348: esta prohibido al corredor: a) adquirir por si o por interposita persona efectos cuya neociacion le ha sido
encargada, b) tener cualquier clase de participacion o interes en la negociacion o en los bienes comprendidos en ella.
Art 1535: no pueden celebrar contrato de comodato: a) los tutores, curadores y apoyos, respecto de los bienes de las
personas incapaces o con capacidad restringida, bajo su representacion, b) los administradores de bienes ajenos,
publicos o privados, respecto de los confiados a su gestion, excepto que tenga facultades expresas para ello.
Art 1676: el contrato no puede dispenar al fiduciario de la obligacion de rendir cuentas, ni de la culpa o dolo en que
puedan incurrir el o sus dependiente, ni de la prohibicion de adquirir para si los bienes fideicomitidos.
Se persigue evitar que determinados sujetos, que se encuentran en una posición que les da alguna ventaja concreta, se
aprovechen de la situación para obtener una ventaja particular. Para restarle eficacia a un determinado acto no se
atiende solo a la identidad de la persona que lo realiza, sino al interés por el que actúa.
Objeto
Objeto de los actos jurídicos
El objeto de un acto jurídico no debe ser un hecho imposible o prohibido por la ley, contrario a la moral, las buenas
costumbres, el orden público o lesivo de los derechos ajenos o de la dignidad humana. Tampoco puede ser un bien que
por un motivo especial se haya prohibido que lo sea. El acto jurídico sujeto a plazo o condición suspensiva es válido,
aunque el objeto haya sido inicialmente imposible, si deviene posible antes del vencimiento del plazo o el
cumplimiento de la condición.
Objeto en las obligaciones
La prestación que constituye el objeto de la obligación debe ser material y jurídicamente posible, lícita, determinada o
determinable, susceptible de valoración económica y debe corresponder a un interés patrimonial o extra-patrimonial
del acreedor.
Objeto de los contratos
El objeto de los contratos puede consistir en bienes o hechos siempre que no se encuentren comprendidos en alguna
de las prohibiciones de la ley. El principio general es la autonomía que tienen las partes para escoger el objeto que les
convenga, siempre que satisfaga determinados requisitos.
Requisitos del objeto:
Debe ser posible: no debe ser contrario a las leyes físicas o naturales. La imposibilidad no debe ser subjetiva o relativa
ni debe consistir en una mera dificultad. El impedimento se vincula con la imposibilidad material, absoluta y total y
debe ser originaria y no sobreviniente. Si fuera sobreviniente, el acto será válido, pero se tornaría ineficaz.
Debe ser lícito: las cosas no deben estar fuera del comercio y los hechos no deben ser ilícitos o contrarios a las buenas
costumbres o prohibidos por las leyes o que se opongan a la libertad de las acciones, conciencia o perjudiquen
derechos de terceros.
El objeto no debe ser bienes que la ley hubiera prohibido, ya sean cosas materiales como inmateriales. Ejemplo: las
cosas muebles no pueden ser objeto de las hipotecas y las cosas ajenas no pueden venderse.
Los hechos ilícitos no pueden ser objeto de los actos jurídicos porque el ordenamiento legal no puede tutelar actos
contrarios a sus disposiciones o principios.
El objeto no puede ser inmoral. Debe ser susceptible de apreciación económica. El objeto debe tener un valor
económico.
El objeto debe ser determinado al momento de la celebración del contrato. Puede existir cierta indeterminación
temporal que debe despejarse al tiempo del cumplimiento. No es posible una falta absoluta de certeza. Los bienes
deben estar determinados en su especie o género, aunque no lo estén en su cantidad, si ésta puede ser determinada.
Las partes pueden pactar que la determinación del objeto sea efectuada por un tercero. Si el tercero no realiza la
elección, por imposible o por que no haya observado los criterios expresamente establecidos, puede recurrirse a la
determinación judicial. Esta petición debe tramitar por un proceso sumarísimo. Si el bien o cosa no está determinado
desde el inicio, no se produce la ausencia del objeto si los interesados delegaron en un tercero su determinación.
Los bienes futuros pueden ser objeto de los contratos. La promesa de transmitirlos está subordinada a la condición de
que lleguen a existir, excepto que se trate de contratos aleatorios.
Los bienes ajenos pueden ser objeto de los contratos. Si el que promete transmitirlos no ha garantizado el éxito de la
promesa, solo está obligado a emplear los medios necesarios para que la prestación se realice y, si por su culpa, el bien
no se transmite, debe reparar los daños causados. Debe también indemnizarlos cuando ha garantizado la promesa y
ésta no se cumple. El que ha contratado sobre bienes ajenos como propios es responsable de los daños si no hace
entrega de ellos.
Los bienes litigiosos, gravados o sujetos a medidas cautelares pueden ser objeto de los contratos, sin perjuicio de los
derechos de terceros. El embargo o gravamen sigue existiendo y recae sobre el adquiriente del bien. Quien de mala fe
contrata sobre esos bienes como si estuviesen libres, debe reparar los daños causados a la otra parte si ésta ha obrado
de buena fe.
Los actos que importan la aceptación o renuncia a una herencia futura son nulos, de nulidad absoluta e insanable. El
fundamento de esta prohibición es de índole moral, para evitar especulaciones con la muerte de una persona.
Sin embargo, los pactos relativos a la explotación productiva o a participaciones societarias, con miras a la
conservación de la unidad de la gestión empresarial o a la prevención o solución de conflicto, pueden incluir
disposiciones referidas a futuros derechos hereditarios y establecer compensaciones en favor de otros legitimarios. La
condición para que sean válidos es que tengan por fin la conservación de la unidad o la prevención o solución de un
conflicto y que estos acuerdos no afecten la legítima hereditaria, ni los derechos del cónyuge ni de terceros.
En los contratos de larga duración, el tiempo es esencial para el cumplimiento del objeto, de modo que se produzcan
los efectos queridos por las partes o se satisfaga la necesidad que las indujo a contratar. Las partes deben ejercitar sus
derechos conforme con un deber de colaboración, respetando la reciprocidad de las obligaciones del contrato,
considerada en relación a la duración total. La parte que decide la rescisión debe dar a la otra la oportunidad razonable
de renegociar de buena fe, sin incurrir en ejercicio abusivo de los derechos.
En estos contratos, se pacta un plazo extenso, como los contratos de concesión, o bien, superado el plazo contractual,
el vínculo perdura, transformándose en un contrato por plazo indeterminado, o bien no se estipula plazo resolutorio,
manteniéndose el vínculo mientras perdure el interés de ambas partes.
Forma de los contratos
Solo son formales los contratos a los cuales la ley les impone una determinada forma. La forma hace a la
exteriorización de la voluntad de las partes. El principio general que rige es el de la libertad de formas. Las formas
son impuestas por diversas razones, como: mayor certeza de los hechos; mayor y mejor determinación del objeto del
contrato; registro de los actos.
Aquellos para los que la ley impone la forma como requisito para su validez, serán nulos en caso de inobservancia de
la forma. Cuando no se establece tal sanción de nulidad, no producirán plenitud de efectos hasta que se cumpla con la
exigencia formal. No obstante, valdrán como contratos en los que las partes se obligaron a cumplir con ella.
Deben ser otorgados por escritura pública:
4. Los contratos que tienen por objeto la adquisición, modificación o extinción de derechos reales sobre
inmuebles. Se exceptúan los actos realizados mediante subaste de ejecución judicial o administrativa.
5. Los contratos que tienen por objeto derechos dudosos o litigiosos sobre inmuebles.
6. Todos los actos que sean accesorios de otros contratos otorgados en escritura pública.
7. Los demás contratos que, por acuerdo de partes o disposición de la ley, deben ser otorgados en escritura
pública.
El otorgamiento pendiente de un instrumento previsto constituye una obligación de hacer si el futuro contrato no
requiere una forma bajo sanción de nulidad. Si la parte condenada es remisa, el juez lo hace en su representación,
siempre que las contraprestaciones estén cumplidas o sea asegurado su cumplimiento.
Prueba
Los contratos pueden ser probados por todos los medios aptos para llegar a una convicción razonable según las reglas
de la sana crítica, y con arreglo a lo que disponen las leyes procesales, excepto disposición legal que establezca un
medio especial. Los contratos que sean de uso instrumentar no pueden ser probados exclusivamente por testigos. Por
esto, la prueba testimonial tiene, en los casos en que es de uso instrumentar el acuerdo, una eficacia subordinada a la
existencia de otros elementos probatorios coincidentes o concordantes.
Los contratos en los cuales la formalidad es requerida a los fines probatorios pueden ser probados por otros medios,
inclusive por testigos, si hay imposibilidad de obtener la prueba de haber sido cumplida la formalidad o si existe
principio de prueba instrumental, o comienzo de ejecución. Se considera principio de prueba instrumental
cualquier instrumento que emane de la otra parte, de su causante o de parte interesada en el asunto, que haga verosímil
la existencia del contrato.
La prueba principal y básica será siempre el propio instrumento. Se admite que se pruebe por otros medios en tres
supuestos:
8. Cuando existe imposibilidad de obtener la prueba de haber sido cumplida la formalidad: lo que puede darse en
caso de mediar destrucción, sustracción o extravío del instrumento o de darse algún supuesto invencible de
acceso al documento.
9. Si existe principio de prueba instrumental: ocurre si quien sostiene la existencia del contrato presenta facturas,
recibos, remitos u otro tipo de instrumento que tendría su origen en la existencia del vínculo contractual.
10. Si existe comienzo de ejecución: se verifica cuando se corrobora la realización de determinadas prestaciones
que pueden considerarse comprendidas en las obligaciones generadas por el vínculo contractual invocado.
Es importante que aun cuando las partes cuenten con el instrumento en el que consta la existencia del contrato, en caso
de no haber sido este celebrado por medio de escritura pública o de no contar con firmas certificadas por escribano,
prevean el ofrecimiento de prueba de respaldo, para el caso que éste sea negado por la contraria en juicio.
Resumen fallo: “Alvarez Jose Antonio y otro c/Blaisten S.A y otros s/ordinario” año 2016
Actores: matrimonio Alvarez
Demandados: manos a la obra, blaisten, ceramica san lorenzo y parex-klaukol SA
Hechos: el matrimonio compra ceramico en Blaiten, y contratan a manos a la obra para colocacion, pero este habia
utilizado un material que se desprendia de las paredes, corriendo peligro continuar viviendo alli.
1ra instancia: se hace parcialmente lugar a la demanda contra Manos a la Obra por cobro de indemnzacion por los
daños y perjuicios. Y se rechaza la accion contra Blaisten, Ceramica San Lorenzo y klaukol, fundado en que ninguno
de ellos habia sido parte del contrato concertado con manos a la obra, y que no existian pruebas de vicios al ceramico,
sino que su deprendimiento se debia a mala praxis en la colocacion.
Apelacion por parte de los actores basandose en el art 40 de la LDC, el cual establece que todos los que intervengan
en la cadena son responables. Y se agravian por los montos, creen que la suma deberia ser mayor, de negar el daño
punitivo, y que les hayan impuesto las cotas generadas por la actuacion de cermicos y klaukol.
Apelacion de manos a la obra: rechazan la excepcion en cuanto a la legitimacion de la mujer para reclamar, por no
firmar el contrato, ni ser titular de la vivienda. Cuestionan el rechazo de preescripcion sosteniendo que el plazo que
preveia el art 1646 del codigo derogado fue incorrectamente aplicado, debia ser resuelto en baso al 1646 bis y que el
concepto de el daño moral es alto.
Solucion: con respecto a la legitimacion entiende que aun sin haber sido parte en la relacion de consumo que dio
origen al conflicto, la coactora utilizo los servicios contratados como destinataria final. Se encuadra dentro del art
1092 del CCYC segun el cual “... queda equiparado al consumidor quien, sin ser parte de una relacion de consumo,
como consecuencia o en occasion de ella, adquiere o utiliza bienes o servicios, en forma gratuita u onerosa cmo
destinatario final...”
Respecto al agravio de la preescripcion, este carece de consistencia, porque cualquiera sea la nturleza que se atribuya a
la obra, la solucion habria de ser la misma, toda vez que encuadradas las relaciones de las partes dentro del marco del
derecho del consumo, las reglas previstas aqui desplazan a toda otra normativa que se le oponga. Por ser de orden
publico prevalecen. Entonces la preescrpcion debe ser juzgada por el art 50 de LDC.
Respecto al daño moral, que los demandados consideran elevados y los actores lo consideran bajo, se les da la razon a
estos ultimo, en base al art 1744 del Codigo, que al regular la prueba del daño, dmite que este se tenga por acreditado
cuando surja notorio de los propios hechos.
Tambien considera que el incumplimieno verficado importo implicitmente la comision de una grave conducta,
susceptible de incidir en la calidad de los conumidores, o en su integridad y dignidad. Encuadrandola dentro del
llamado “daño punitivo”.
Tambien se procede a extender la condena a Blaisten SA, porque los demandante compraron los materiales aqui,
acudiendo a manos a la obra por recomendacion de los primeros. Art 40 LDC, los participe en la cadena de circulacion
de bienes son solidariamente responsables frente a el por el solo hecho de haber tenido esa intervencion, sabiendo o
debiendo saber que en algun eslabon podia producirse una actuacion generadora de perjuicios.
Resumen fallo “A., M.A c/D.B.; M. del C. s/locacion de servicio” año 2016
Actores: M.A. A (escribana)
Demandados: M del C (dueño campo)
Hechos: la escribana reclama el cumplimiento de contrato de locacion de servicios, que celebro con la parte
demandada. Esta ultima se presento a la escribania, y le manifesto que por una decision judicial acababa de perder un
campo que habia adquirido hace unos años, le dijo que dicha adquisicion se habia hecho libre de gravamenes por
escritura publica, ante un Escribano que habia demorado injustificadamente la inscripcion y luego no pudo hacerse
porque el inmmueble estaba embargado. Entonces decidio consultar a la escribana como experta en derecho notarial y
registral, ofreciendole a cambio trasnferirle 1.000 hectareas del campo. En estos terminos, se firma el contrato de
locacion de servicios, y la escribana decide contratar a su costo dos abogados para que ejercieran el patrocinio de la
demandada pero con su autoria intelectual.
Esto fue resuelto favorablemente en sede judicial, solo restaba que la demandada cumpliera con el compromiso
asumido de entrgarle las hectareas, lo cual se nego realizar.
1ra instancia: el juez desestimo el reclamo, traz caracterizar la tarea encomendada a la actora como propiasde la
incumbencia de un abogado e incompatibles con el ejercicio de la profesion de escribano. Concluyo que el estudio era
nulo de nulidad abosluta y manifiesta, por lo que la demanda tendiente a su cumplimiento debia rechazarse.
Apelacion por parte de la actora. Cuestiona que el magristrado haya declarado oficiosamente la nulidad del acuerdo en
que baso su reclamo
2da instancia: el juez comparte la tesitura del magistrado anterior en punto a las facultades que asisten a los tribunales
de declarar de oficio la nulidad cuando esta es absoluta y manifiesta. En principio se limita las facultades de los
magistrados impidiendo que se pronuncien sobre aspectos que las partes no han sometido a su consideracion, pero hay
una excepcion en el caso de que el vicio aparece de manifiesto en el acto y provoca una nulidad absoluta.
Tambien, de acuerdo a los terminos en que la actora describio su tarea en la demanda, no cabia duda de que el objeto
del convenio se trataba del ejercicio simultaneo de las prfesiones de abogada y escribana, por lo cual esa contratacion
de servicios tenia un objeti ilicito, lesivo al art 1003 del CCYC que dispone que el objeto de los actos juridicos deben
ser hechos, que entre otras cosas, no seas ilicitos.
Es claro que las tareas asumidas por la escribana, eran propias de un abogado como lo es la “preparacion” de una
presentacion judicial y su direccion juridica. Nada la privaba de la posibilidad de aesorar sobre un tema juridico, pero
excedio esto, ingresando en el terittorio propio de la incumbencia exclusiva de los abogados, esto es la redaccion y
direccion juridica de las presentaciones y actuaciones judiciales.
Y con respecto a que la escribana asumiria el pago de todos los honorarios que se le regulen al Doctor. Este se trata de
un convenio invalido, es un profesional que presta su titulo y responsabilidad a una persona que no puede ejercer su
profesion. Esto se considera sin valor legal por ser ilicita y contrario a la moral y las buenas costumbres.
Confirma la sentencia apelada en cuanto decreto la nulidad del convenio celebrado por las partes y rechazar la
demanda en todas sus parte, con costas de la actora.
Resumen fallo: “Cucchiaro, Natalia Lili vs Autocredito S.A de capitalizacion y/o quien resuelte responsible
-Recurso de Inconstitucionalidad” CSJN, año 2017
Actor: Cucchiaro Natalia
Demandado: Autocredito S.A
Hechos: las partes se vincularon por medio de un contrato de consumo, celebrado por adhesión a cláusulas generales
predispuestas. La actora demanda a la empresa por: redaccion de clausulas dificil de comprenion, clausulas que
remiten al contenido de otros articulos y a la realizacion de calculos que no reultan sencillos para el nivel medio de los
consumidores a los cuales se encuentra destinada la operatoria pequeño tamaño de la letra del contraato que dificulta
su lectura. Incumplimiento del deber de informar.
Sentencia: el juez manifieta que el art 42 de la CN y el 31 de la Const Provincial consagran el derecho e los
consumidores y usuarios de bienes y servicios “a contar con informacion adecuada y veraz”. En lo que se refiere a los
agravios vinculados a la prueba del cumplimiento del deber de informar, hay que tener en cuenta que la carga de
acreditar dicha circunstancia pesa sobre la demandada. La información es un resultado que debe ser probado por la
empresa, con acreditación de su recepción, ya que a los fines probatorios y conforme a las reglas procesales es el
obligado a suministrarla quien debe acreditar que informó, dado que el hecho negativo de la falta de información sólo
puede ser probado por un hecho positivo, que únicamente la empresa está en condiciones de acreditar.
La información proporcionada en el instrumento que vinculó a las partes no resulta adecuada, no brindó a la actora
información adicional de manera detallada y de fácil comprensión. Por lo tanto, no se ha acreditado el deber de
informacion que pesa sobre el proveedor.
Corresponde rechazar el recurso de inconstitucionalidad interpuesto por la demandada contra la Camara de
Apelaciones, interpuesto con costas.
1.-Es procedente rechazar el recurso de inconstitucionalidad deducido contra la sentencia que admitió la demanda
iniciada por un consumidor contra una sociedad de capitalización ya que, la observación del título de capitalización
suscripto por la actora lleva a concluir que la redacción del artículo relativo a la posibilidad de rescate es de difícil
comprensión, a la vez que remite al contenido -también complejo- de otros artículos y a la realización de cálculos que
no resultan sencillos para el nivel medio de los consumidores a los cuales se encuentra destinada la operatoria.

2.-El análisis del art. 34 de la Ley 24.240 lleva a concluir que la revocación es una facultad concedida al consumidor
que, como tal, puede o no ser ejercida por éste, no conteniendo la norma previsión alguna que establezca una
presunción a favor del proveedor para el caso de que no sea usada, máxime cuando el art. 3 de la ley consagra el
principio protectorio al prescribir que en caso de duda sobre la interpretación de los principios en ella contenidos,
prevalecerá la más favorable al consumidor.

Resumen clases Mirta:

Ley de Defensa del Consumidor

Consumidor

 Se considera consumidor a toda persona física o jurídica que adquiere o utiliza bienes o servicios en forma gratuita u
onerosa como destinatario final, en beneficio propio. Se trata del consumidor contratante, el que adquiere por contrato
de consumo un bien o accede a un servicio. Se amplía el concepto, agregando la forma gratuita, como muestras gratis.
 Queda equiparado al consumidor quien, sin ser parte de una situación de consumo, como consecuencia o en ocasión
de ella adquiere o utiliza bienes o servicios, en forma gratuita u onerosa, como destinatario final, en beneficio propio o
de su grupo familiar o social y a quien de cualquier manera está expuesto a una relación de consumo.

 Se supera el concepto de contrato y se sustituye por el de relación de consumo, extendiéndose a situaciones
extracontractuales valiosas. Se deben considerar tres supuestos de relaciones de consumo:

 El tradicional devenido del contrato de consumo.


 Quien se encuentra en una situación ocasional y el que está expuesto a una relación de consumo.
 El grupo familiar o social y el consumidor equiparado.

  La ley 26361 resguarda y protege a todos los miembros de la sociedad frente a la sociedad de consumo. Toda
persona humana se encuentra en una situación de riesgo de ser dañado y de esta forma puede reparar el mismo a través
de la legislación consumeril. Sin embargo, se desprotege a los individuos expuestos en la sociedad de consumo con el
nuevo código.

 No obstante, el código establece que las normas de esa sección son aplicables a todas las personas expuestas a las
prácticas comerciales, determinables o no, sean consumidores o sujetos equiparados. Sin embargo, es diferente como
valor jurídico  ya que no es igual darle al expuesto un lugar en las relaciones de consumo que colocarlo con limitación
a las prácticas comerciales o prácticas abusivas.

 Por otro lado, el Código Civil y Comercial no es una ley de orden público ni una norma indisponible, porque
caracteriza o describe al consumidor y las relaciones de consumo. Es, entonces, una norma complementaria de otras.
Se puede sostener que el expuesto sigue estando debido a la prelación normativa y que el Código no es de orden
público y por lo tanto no puede derogar los artículos de la ley 26.361. Conjuntamente, rige el principio de
progresividad y no regresividad de los derechos por lo tanto no se puede quitar un derecho ya adquirido.

 El agravamiento del daño por omisión de prevención

 La omisión de cumplimiento del deber de evitación y prevención de daños se produce la consecuencia: la agravación
en el derecho de daños del dañador. Toda persona tiene el deber de evitar causar un daño injustificado; adoptar, de
buena fe y conforme a las circunstancias, las medidas razonables para evitar que se produzca un daño o disminuir su
magnitud; y no agravar el daño, si ya se produjo.

 La reparación del daño debe ser plena y consiste en la restitución de la situación del damnificado al estado anterior al
hecho dañoso. Son reparables las consecuencias dañosas que tienen nexo adecuado de causalidad con el hecho
productor del daño. Se indemnizan las consecuencias inmediatas y mediatas.

 Se repara en función de la intensidad de la conducta del dañador y no el daño y las particularidades del dañado y los
damnificados.

Proveedor

 El proveedor es la persona física o jurídica pública o privada que desarrolla de manera profesional u ocasionalmente
actividades de:

 Producción: cualquier tipo de actividad destinada a la fabricación, elaboración u obtención de bienes y


servicios. Combina los tres factores de producción (tierra, capital y trabajo) para satisfacer las necesidades de
la sociedad.
 Montaje: colocación o ajuste de piezas de un aparato, máquina o instalación en el lugar que les corresponde.
En el rubro audiovisual, es la selección de material de filmación y/o fotográfico para su posterior orden y
edición final. También incluye todo tipo de espectáculos públicos.
 Creación: vinculada a la creación intelectual.
 Construcción: se vincula a todo aquello que exige, antes de hacerse, disponer de un proyecto y una
planificación predeterminada.
 Transformación: es el conjunto de procesos y actividades que tienen como finalidad convertir las materias
primas en productos elaborados.
 Concesión: contrato celebrado entre dos partes para otorgar a una de ellas (concesionario) la prestación,
operación, explotación, organización y/o gestión, total o parcial de un producto, marca o servicio, o la
construcción, explotación o conservación de una obra o bien destinados al servicio o uso público. Debe
responder de manera concurrente y solidaria tanto el concedente como el concesionario como consecuencia de
los incumplimientos a las normas legales que le son impuestas.
 Distribución: toda la infraestructura y la organización que posibilita la llegada de productos y servicios a los
comercios mayoristas, minoristas y/o a los consumidores finales, entre ellos el transporte y la actividad del
equipo humano.
 Comercialización: actividades desarrolladas con el objetivo de facilitar la venta de una determinada
mercancía, producto o servicio. Se da en el plano micro, que observa a los clientes y a las actividades de las
organizaciones individuales que los sirven; y en el macro considerando a todo el sistema de producción y
distribución.

 (Esta lista no es de carácter taxativa)

 El contrato de consumo es el celebrado entre un consumidor o usuario final con una persona humana o jurídica que
actúe profesional u ocasionalmente o con una empresa productora de bienes o prestadora de servicios, pública o
privada, que tenga por objeto la adquisición, uso o goce de los bienes o servicios por parte de los consumidores o
usuarios, para su uso privado, familiar o social.

 La persona vendedora ocasional de bienes o servicios deberá ser considerada proveedora cuando el adquiriente lo
haga con el objeto de su consumo final, o del grupo familiar o social conviviente. Por ello, debería cumplir con todos
los deberes impuestos: informar en forma oportuna, sencilla, adecuada, veraz, detallada y gratuita para garantizar que
el adquiriente comprenda adecuadamente los efectos y alcances de la relación de consumo; brindar seguridad; dar
garantía de mantenimiento por 3 meses; tratar con dignidad y en forma no discriminatoria al adquiriente; y proteger
los intereses económicos del comprador.

 Esto desequilibra la noción de proveedor porque el concepto es reservado para quienes tienen superioridad cognitiva
ante el consumidor o el usuario, y esto no ocurriría con el vendedor ocasional. En estos casos, puede que el
consumidor tenga mayor conocimiento que el vendedor sobre el objeto.

 Se liberan de someterse íntegramente a los alcances de la ley 24.240 aquellas personas que
ejerzan profesiones liberales que requieran para su ejercicio título universitario y matrícula profesional habilitante,
extendida por colegios profesionales reconocidos oficialmente o por otra autoridad oficial investida de la competencia
y facultad pertinente. Si el profesional puede prestar sus servicios sin la necesidad de matrícula habilitante, se vería
alcanzado por los efectos de la ley de Defensa del Consumidor.

 No se considera proveedor al profesional que requiere de matrícula habilitante expedida por colegio o autoridad
similar pero no cuenta con título. Esto puede ser así por diversos motivos:

 El profesional liberal no suele contar con una estructura comercial que profundice la supremacía ante su
cliente.
 Presta un servicio unipersonal, no asimilable a una actividad comercial.
 Puede ser sancionado por el tribunal de ética de su Colegio.
 Está sometido a la norma de ejercicio profesional.
 No se libera ni disminuye su responsabilidad.

 Las sociedades constituidas que prestan servicios profesionales (estudios jurídicos) son de naturaleza y estructura
comercial. Las relaciones que se generen con quienes adquieran sus servicios profesionales serán de consumo. Ello sin
perjuicio del matiz profesional del vínculo y de la aplicación concurrente de las normas técnicas que resulten
pertinentes.

 La relación existente entre el profesional liberal y quien adquiere sus servicios, solo será asimilado a un usuario en lo
concerniente a la materia de publicidad.

 Frente a la premisa que dice que el profesional liberal no cuenta con la estructura comercial que profundiza su
supremacía ante su cliente, cabe objetar que la asimetría se encuentra en la información. Se encontraría en una
situación de indefensión la persona que confía en el conocimiento de su profesional.

 La Constitución le otorga al consumidor el derecho a la protección de su salud, seguridad e intereses económicos; a
una información adecuada y veraz; a la libertad de elección y a condiciones de trato equitativo y digno.
 El derecho a la información, de raigambre constitucional, hace a la buena fe contractual y cumple un rol
preponderante en la prevención del daño. Toma especial relevancia cuando estamos ante la presencia de cosas o
servicios riesgosos, cuya inadecuada utilización puede ser causa generadora de menoscabos sobre los bienes o la
persona de quien los manipula. El proveedor debe suministrar información gratuita, cierta, clara y detallada, así como
también debe entregar manuales e instructivos de uso, que pueden o no ser suficientes para cumplir la finalidad
perseguida. No puede el proveedor estandarizar el nivel de información a prestar, sino que deberá atender
especialmente al nivel de riesgo del producto o servicio que intenta comercializar.

 La publicidad es una forma de comunicación comercial que intenta crear o incrementar el consumo de un producto o
servicio a través de medios públicos o audiovisuales. La publicidad manipula las decisiones del individuo. Por eso, se
le impone al proveedor el deber de abstenerse de formular precisiones falsas, confusas o engañosas, atribuyéndole un
carácter vinculante a la información allí contenida.

 La Ley de Defensa del Consumidor impone al proveedor la obligación de garantizar condiciones de trato digno,
equitativo y no discriminatorio a los consumidores y usuarios. Deben abstenerse de desplegar conductas que coloquen
a los consumidores en situaciones vergonzantes, vejatorias o intimidatorias. Vergonzante es todo aquello que pueda
resultar deshonroso o humillante, poniendo al consumidor o usuario en condiciones degradantes. Vejatoria refiere
conductas del proveedor representativas de malos tratos, agravios, perjuicios o padecimientos que se reflejan o
prosiguen de conductas persecutorias por parte del proveedor. Intimidatorio demarca comportamientos que pueden
influir temor, sintiéndose el consumidor o usuario sospechado y amenazado, generándole irremediablemente miedo.

 Los proveedores deben dar a los consumidores un trato equitativo y no discriminatorio. No pueden establecer
diferencias basadas en pautas contrarias a la garantía constitucional de igualdad. Deben estructurar su operatoria
comercial en torno a garantizar las condiciones de trato digno y no discriminatorio. Para ello, deben capacitar
debidamente a sus trabajadores, elaborar estrategias y publicidades de venta que resulten inclusivas como articular sus
mecanismos de atención al público, de manera tal que protejan la dignidad de los consumidores o usuarios.

Proveedor de bienes

 Será proveedor de bienes quien tenga como actividad la importación, producción, distribución y/o comercialización
de bienes para su consumo final. Se le establecen una serie de obligaciones adicionales a cargo del proveedor de cosas
muebles no consumibles:

 La imposición de una garantía legal mínima de 6 meses para cosas nuevas y 3 meses para usadas.
 La solidaridad del otorgamiento y cumplimiento de la garantía a los productores, importadores, distribuidores
y vendedores.
 La entrega al consumidor de un certificado de garantía y los requisitos para su validez.
 La obligación de brindar un servicio técnico adecuado y entregar una constancia de reparación, computando
el plazo de reparación como una prolongación del plazo de garantía.
 La obligación de resarcir al consumidor en caso de reparación no satisfactoria, sustituyendo el bien,
devolviendo el precio pagado o reajustándolo equitativamente.
 La obligación de responder por vicios redhibitorios, quedando vedada la posibilidad de dispensar tal garantía.

 El producto elaborado es toda cosa mueble, natural o industrial, destinada a la comercialización, en cuyo proceso de
creación, transformación o desarrollo y la preparación para su consumo o uso haya intervenido la actividad humana.

 El incumplimiento de tales deberes constituye asimismo la violación del principio de buena fe contractual y es causa
generadora de responsabilidad.

 La Ley de Lealtad Comercial impone al proveedor obligaciones relativas a:

 La debida identificación de las mercaderías, precisando la información mínima que deberá brindarse, con
prohibición de inducir a error, engaño o confusión al consumidor.
 El tipo de denominación que será permitido utilizar, evitando que la misma genere dudas respecto al origen
del producto.
 La prohibición de utilizar publicidad y estrategias de venta de carácter engañoso, incluido aquellas que
consistan en ofrecer al consumidor premios o regalos en razón directa o indirecta de la compra de mercaderías
o la contratación de servicios, cuando dichos premios o regalos estén sujetos a la intervención del azar.
Proveedor de servicios

 Se considera proveedor de un servicio a la persona física o jurídica cuya actividad comercial consiste en responder a
las necesidades del cliente. Una de sus características principales es su carácter intangible, sin menoscabo de la
utilización de bienes tangibles para lograr la actividad. ISO busca estandarizar las normas de seguridad y creó una
serie de reglas inherentes a la calidad y administración aplicada a las organizaciones que están dedicadas a la
producción de bienes y servicios.

 Quienes presten servicios de cualquier naturaleza están obligados a respetar los términos, plazos, condiciones,
modalidades, reservas y demás circunstancias conforme a las cuales hayan sido ofrecidos, publicitados o convenidos.
Reitera el carácter vinculante de la publicidad y la fuerza obligatoria de la oferta.

 Se obliga al proveedor a utilizar materiales de calidad óptima y a incluir en los presupuestos de reparación una serie
de datos mínimos que hacen al debido cumplimiento del deber de información.

 En caso de duda o conflicto entre dos o más normas, se resolverá por el principio rector in dubio pro consumidor.

El estado como proveedor

 El Estado tiene a su cargo la obligación de garantizar al individuo el acceso a determinados bienes y servicios
públicos, tanto cuando actúa como proveedor directo o cuando lo hace a través de empresas concesionadas, ejerciendo
su deber de control.

Asimetría de poder e información

 La sanción de un régimen protectorio para el consumidor atiende al impacto que produce en la vida social la asimetría
entre el poder e información existente entre las partes. La relación de consumo encuentra diferencias a nivel jurídico,
económico y social. Son las empresas las que manejan el mercado, las que determinan los precios de los bienes y
servicios, las que cuentan con los recursos necesarios para tomar decisiones utilitarias, las que crean necesidades en
los consumidores. La finalidad de la publicidad es vender.

 El acceso a la información influye directamente sobre la capacidad de decisión del individuo y hace a su libertad de
contratación. Cuanto mayor sea la información que un consumidor pueda obtener, mayor será su grado de libertad
para realizar elecciones racionales.

 Las empresas a veces retienen u omiten información a fin de obtener alguna ventaja en el intercambio o para ahorrar
costos de comunicación.

 Se trata de la confianza que lleva al individuo a tener una expectativa especial de cumplimiento de las obligaciones
jurídicas, cuando contrata en miras del nombre comercial de una empresa o servicio. Este valor constituye un recurso
económico intangible para la empresa.

 El valor “confianza”, como capital valioso e intangible para la empresa, le permite posicionarse más ventajosamente
en el mercado y atraer clientela. Su quebrantamiento constituiría una causa autónoma generadora de daños, debido a
que la preferencia del consumidor se encuentra fundada en una expectativa especial.

La competencia de mercado frente a los consumidores

 La competencia es positiva para el desarrollo de la economía. La libre competencia es una garantía de libertad de los
operadores económicos para concurrir en el mercado. Un escenario de competencia perfecta es aquel en el que
existen varios compradores y vendedores y de su libre interacción resulta el precio de los bienes y servicios. Se trata
de una situación de mercado donde las empresas carecen de poder para manipular la relación precio-producto,
maximizando el bienestar.

 La competencia imperfecta es la situación de fallo de mercado en la que un solo agente o unos pocos de los que
funcionan en el mercado manipulan la condición del producto y pueden afectar directamente la formación de los
precios. Esto sucede cuando median operaciones empresarias de concentración económica, para restringir o
distorsionar la competencia, afectando el interés económico general.
 Esto obligó a los Estados a considerar el debido equilibrio entre el mercado, la competencia, la oferta y la demanda y,
por otro lado, la protección del consumidor.

 La ley de Defensa de la Competencia establece que están prohibidos y serán sancionados los actos o conductas
relacionados con la producción e intercambio de bienes o servicios, que tengan por objeto limitar, restringir, falsear o
distorsionar la competencia o el acceso al mercado o constituyan abuso de una posición dominante en un mercado, de
modo que pueda resultar perjuicio para el interés económico general.

 La ley busca evitar conductas anticompetitivas y limitar la conformación de estructuras de mercado oligopólicas o
monopólicas mediante fusiones y adquisiciones que puedan restringir o distorsionar la competencia. La existencia de
monopolios afecta directamente al consumidor, ya que ve cercenada su posibilidad de elección. La existencia de
productos substitutos no es suficiente para subsanar este extremo.

 Las empresas incurren en estrategias de competencia desleal, como reducir los precios, al disminuir notoriamente la
calidad de sus insumos, poniendo en riesgo la salud de sus clientes. La ponderación costo-beneficio de tales acciones
no repara en la integridad de los destinatarios finales de los servicios o productos.

 El cumplimiento de tales obligaciones se traduce para el proveedor en una variable más de costo a ponderar en su
desenvolvimiento comercial. Además, el cumplimiento del deber de seguridad obliga al proveedor a afrontar costos de
mantenimiento de infraestructura y materiales de calidad para el proceso. El fundamento de estos costos es la
evitación del acaecimiento de daños en la relación de consumo. La prevención del daño no debería ser un elemento
accesorio o paralelo a la faceta resarcitoria, sino que debería encontrarse situada en un lugar primordial.

 El análisis económico del derecho es un modo de interpretación del derecho que se orienta a maximizar beneficios
al menor costo, o maximizar los resultados en un marco de recursos escasos. El problema es cuando el cálculo se usa
para prever la relación de costo-beneficio respecto del incumplimiento de una o varias normas determinadas. En otras
palabras, es posible determinar la rentabilidad de un accionar ilícito.

 Esta circunstancia puede beneficiar al dañador de dos maneras: a través de una omisión por su parte en asumir costos
de prevención; o puede considerar rentable una práctica dañosa, ejecutándola adrede. A veces el costo de las
indemnizaciones a afrontar con motivo de los eventos dañosos que eventualmente se produzcan es inferior a los costos
de prevención.

 El proveedor estima estadísticamente la cantidad de consumidores que van a iniciar acciones judiciales y el monto a
desembolsar en concepto de indemnizaciones. Si el presunto beneficio supera considerablemente los gastos a afrontar,
es posible que la adopte, sin reparar en el daño que va a ocasionar a un enorme número de usuarios.

Interpretación del contrato


Sin perjuicio de la validez del contrato, se tendrán por no convenidas: a) Las cláusulas que desnaturalicen
las obligaciones o limiten la responsabilidad por daños; b) Las cláusulas que importen renuncia o restricción de
los derechos del consumidor o amplíen los derechos de la otra parte; c) Las cláusulas que contengan cualquier
precepto que imponga la inversión de la carga de la prueba en perjuicio del consumidor.
La interpretación del contrato se hará en el sentido más favorable para el consumidor. Cuando existan dudas sobre los
alcances de su obligación, se estará a la que sea menos gravosa.
En los contratos de formulario, las cláusulas que prorrogan la jurisdicción pueden ser consideradas como restrictivas o
de renuncia de los derechos del consumidor, razón por la cual, en virtud del art. 37, inc. 2º de la ley 24.240 deben
tenerse por no escritas.

Oferta
La oferta dirigida a consumidores potenciales indeterminados obliga a quien la emite durante el tiempo en que se
realice, debiendo contener la fecha precisa de comienzo y de finalización, así como también sus modalidades,
condiciones o limitaciones. A diferencia del C.C. esta oferta al público es vinculante para el emisor: si un consumidor
potencial la acepta, el contrato queda celebrado.

Obligación post-contractual
Cuando se comercialicen cosas muebles no consumibles, el consumidor y los sucesivos adquirentes gozarán de
garantía legal por los defectos o vicios de cualquier índole, aunque hayan sido ostensibles o manifiestos al tiempo del
contrato, cuando afecten la identidad entre lo ofrecido y lo entregado y su correcto funcionamiento.
La garantía legal tendrá vigencia por tres (3) meses a partir de la entrega. - Prescripción de tres (3) años.
Servicio Técnico. Los fabricantes, importadores y vendedores deben asegurar un servicio técnico adecuado y el
suministro de partes y repuestos de las cosas que fabriquen, importen o vendan.

Prestación de Servicios
Deficiencias en la Prestación del Servicio. Salvo previsión expresa y por escrito en contrario, si dentro de los treinta
(30) días siguientes a la fecha en que concluyó el servicio se evidenciaren deficiencias o defectos en el
trabajo realizado, el prestador del servicio estará obligado a corregir todas las deficiencias o defectos o a reformar o a
reemplazar los materiales y productos utilizados sin costo adicional de ningún tipo para el consumidor.

Legitimación.
Las asociaciones de consumidores constituidas como personas jurídicas están legitimadas para accionar cuando
resulten objetivamente afectados o amenazados intereses de los consumidores.
Las organizaciones que tengan como finalidad la defensa, información y educación del consumidor, deberán requerir
autorización a la autoridad de aplicación para funcionar
como tales.

Orden Público

La ley 24.240 de defensa al consumidor, conforme sus fines y lo establecido expresamente en su art. 65, es de orden
público y esto último implica un conjunto de principios de orden superior políticos, económicos o morales que limitan
la autonomía de la voluntad y a ellos deben acomodarse las leyes y la conducta de los particulares.

LEY 26.993 SISTEMA DE RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS


Con esta ley se crea el Servicio de Conciliación Previa en las Relaciones de Consumo (COPREC). Este organismo
intervendrá en los reclamos de los consumidores que presenten conflictos en las actividades de consumo que son
acatadas por la L. 24240- y su monto no exceda de un valor equivalente al de cincuenta y cinco salarios mínimos,
vitales y móviles.
El COPREC actuará a nivel nacional mediante su sede en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en las
dependencias, delegaciones u oficinas fijas o móviles que se establezcan en el resto del país. El Poder Ejecutivo
nacional designará la autoridad de aplicación del presente Título con facultades para dictar las normas de aplicación o
interpretación.
ARTICULO 2° — Reclamos ante el COPREC. Limitación por monto. El COPREC intervendrá en los reclamos de
derechos individuales de consumidores o usuarios, que versen sobre conflictos en las relaciones de consumo, cuyo
monto no exceda de un valor equivalente al de cincuenta y cinco (55) Salarios Mínimos, Vitales y Móviles. La
intervención del COPREC tendrá carácter previo y obligatorio al reclamo ante la Auditoría en las Relaciones de
Consumo o, en su caso, a la demanda ante la Justicia Nacional en las Relaciones de Consumo de conformidad con lo
establecido en la presente ley.
Las relaciones de consumo referidas en el párrafo primero son las regidas por la ley 24.240 y sus modificatorias. En
los supuestos de relaciones de consumo reguladas por otras normas, el consumidor o usuario podrá presentar su
reclamo ante el COPREC o ante la autoridad instituida por la legislación específica.

LEY 26.994

La sanción de la ley 26994/14 del Código Civil y Comercial de la República Argentina rescata a la persona humana
colocándola en el centro del sistema. Postula como máxima que “la persona humana es inviolable”. El respeto a la
dignidad comprende la preservación de su individualidad; bajo ese rubro se inscriben los derechos: al honor, la
reputación, la privacidad, la intimidad, la vida familiar, el secreto, la libertad, la igualdad. Dentro del primer concepto
-la vida- se ubican los derechos a la "existencia misma desde su comienzo hasta el fin", a la salud, a la integridad
psicofísica, a la disposición del propio cuerpo y del cadáver, a la imagen, a la voz, la estética, el derecho a la
identidad, entre otros. El derecho de la persona a su libertad abarca todas las manifestaciones de este bien
jurídicamente protegido: trabajar, aprender, enseñar, estudiar, relacionarse, ejercer la vida cultural, deportiva, social,
sexual, etcétera, y, en definitiva, siendo éste de amplio sentido, podemos decir que consiste en elaborar libremente el
proyecto de vida individual y personal. En esa idea, el nuevo Código Civil y Comercial incorpora un capítulo
dedicado a los ”derechos personalísimos” y condena las afectaciones a la dignidad, tanto como la lesión a la vida
personal o familiar, la honra o reputación, la imagen o identidad, autorizando la reparación de los daños sufridos
Un nuevo orden contractual

 Una de las causas del advenimiento de este nuevo orden contractual es el debilitamiento de los principios absolutos
sobre los cuales estaba fundado el derecho de los contratos, producto de la filosofía individualista y el liberalismo
económico. El derecho reposaba en el principio de la autonomía de la voluntad, presuponiendo la existencia de
contratantes libres, iguales e independientes. De esta manera, el contrato era impermeable a la intervención del juez y,
por lo tanto, se anudaba un vínculo contractual sustentado en la irrevocabilidad y la intangibilidad del contrato.

La autonomía de la voluntad, ayer

 La autonomía de la voluntad era libertad de contratación; la libre opción del individuo de contratar y no contratar,
libertad para elegir otro contratante y la posibilidad de dotar de contenido al contrato. Significa, además, la libertad de
elección del tipo contractual y la libertad de construir otros distintos. Lo acordado solo era factible de ser modificado
por las mismas partes, celebrando otro contrato. El individualismo consagraba la preeminencia del valor “seguridad”
por sobre el de la “justicia contractual”. La seguridad estaba dada por el principio de inmutabilidad o intangibilidad de
la palabra empeñada. Tampoco se aceptaba que el contrato se tornara injusto.

La autonomía de la voluntad, hoy

 Muy a menudo, en el momento de conclusión del contrato, uno de los contratantes se encuentra en situación de
inferioridad y de desigualdad con relación a su cocontratante. Ese desequilibrio se manifiesta en la elaboración
unilateral del contrato por la parte que dispone del poder de negociación. La autonomía de la voluntad constituye un
principio relativo y subordinado a los límites que les son inherentes (la ley, el orden público, la moral, las buenas
costumbres y la facultad de los jueces de modificar el contrato).

 Ante un eventual conflicto de normas, prevalecen las normas imperativas de la ley especial y del Código; las normas
particulares del contrato; las normas supletorias de la ley especial; y las normas supletorias del Código. Para la
integración del contrato, prevalecen las normas imperativas por sobre las cláusulas incompatibles (aplicación del
principio de prelación normativa). Se adopta el principio de libertad de las formas, salvo que la ley imponga una
forma determinada.

La fuerza obligatoria del contrato, ayer

 Las convenciones hechas en los contratos formaban para las partes una regla a la cual debían someterse como a la ley
misma.

La fuerza obligatoria del contrato, hoy

 La concepción liberal es irreal. Hoy, predominantemente, el contrato es el resultado de la configuración interna de
una sola de las partes que se autoatribuye la creación exclusiva del contrato y deja a la parte débil la decisión de
concertar sobre un esquema predispuesto o no contratar. Por ello es que la fuerza obligatoria del contrato cede por
acuerdo de partes o en los supuestos que la ley lo prevé.

Los derechos resultantes de los contratos y el derecho de propiedad

 Los derechos resultantes de los contratos integran el derecho de propiedad. La Constitución Nacional asegura su
inviolabilidad.

La “crisis del contrato”

 Hay dos motivos por los cuales se puede decir que hay una declinación de la voluntad contractual. El primero son las
restricciones de lo acordado por las partes y que resultan de las normas imperativas, denominado como
“publicización del contrato”. El segundo es su estandarización a través de fórmulas predispuestas. Hoy, la
declaración de voluntad común tiene fuerza obligatoria en la medida que lo acordado por las partes se halle conforme
con el ordenamiento jurídico, sea individual y socialmente útil; y se adecue al principio de la máxima reciprocidad de
intereses. Los límites a la fuerza obligatoria provienen de la ley. Esto significa que el rol de la autonomía de la
voluntad no debe ser entendido como una supremacía absoluta sino como un principio relativo y subordinado a sus
límites inherentes. El principio vinculante existe y obliga no solo a lo que está formalmente expresado sino a todas las
consecuencias que pueden considerarse comprendidas en ellos, con los alcances en que razonablemente se habría
obligado un contratante cuidadoso y previsor.

Ejercicio de los derechos

 Los derechos deben ser ejercidos de buena fe. La buena fe alude a la recíproca lealtad de las partes, apreciado
objetivamente, aplicando a cada situación el criterio de lo que hubieran hecho dos personas honorables y razonables.
Este principio ordena conductas probas, dignas, leales y descarta todo proceder contrario a estas pautas (objetiva) y
manda a ajustarse a la apariencia, a lo que el otro pueda entender para no defraudar la confianza suscitada (subjetiva).

 El ejercicio regular de un derecho o el cumplimiento de una obligación legal no puede constituir como ilícito ningún
acto. La ley no ampara el ejercicio abusivo de los derechos, considerándose tal el que contraría los fines del
ordenamiento jurídico o excede los límites de la buena fe, la moral y las buenas costumbres. El juez debe intentar
evitar los efectos del ejercicio abusivo y procurar la reposición al estado de hecho anterior y fijar una indemnización.

 La buena fe y el ejercicio regular de los derechos se aplican para cuando se abuse de una posición dominante en el
mercado.

 Hay abuso de derecho cuando se lo ejerce contrariando al objeto de la institución, a su espíritu y a su finalidad;
cuando se lo desvía del destino para el cual ha sido creado; y cuando excede los límites impuestos. De esta manera,
podemos decir que el Código conserva un criterio amplio ya que desglosa los tres supuestos de la moral, buena fe y
buenas costumbres.

 Los actos masivamente celebrados que crean un mercado cautivo a través de los contratos de consumo. Cuando este
contexto se crea para desnaturalizar, obstaculizar o impedir el ejercicio de la capacidad de elección de sus integrantes,
se forma una situación abusiva. Por obra del contexto se produce la lesión.

 El juez tiene tres funciones: preventiva (debe arbitrar medios tendientes a evitar los afectos del acto
antifuncional), restauradora (previo al ejercicio abusivo del acto o situación) y resarcitoria. El acto abusivo acarrea
la responsabilidad civil de su autor por los daños y perjuicios causados, incluyendo tanto el daño material como el
moral.

-Aspectos generales de los contratos en el Código Civil y Comercial:

El art 957 CCYCN define el contrato de la siguiente forma: “Contrato es el acto jurídico mediante el cual dos o más
partes manifiestan su consentimiento para crear, regular, modificar, transferir o extinguir relaciones jurídicas
patrimoniales”

 Debe ser de carácter voluntario


 Debe contener normas claras y precisas donde resulte expreso todo lo que abarca el contrato
 Debe tener siempre carácter patrimonial

La base de la contratación: la autonomía de la voluntad

Art 958. Libertad de contratación. Las partes son libres para celebrar un contrato y determinar su contenido, dentro de
los limites impuestos por la ley, el orden público, la moral y las buenas costumbres.

Los art.957 y 958 (que aluden a la libertad de los contratantes) asientan su idea base en el “libre albedrío responsable”
sublimándose en la autonomía de la voluntad, como motor en aquel destino trascendente.

El art 958 define al contrato y el 959 es el que le da fuerza obligatoria. “Todo contrato válidamente celebrado es
obligatorio para las partes. Su contenido sólo puede ser modificado o extinguido por acuerdo de partes o en los
supuestos en que la ley lo prevé”

La “autonomía privada” es creadora de relaciones jurídicas, y el ordenamiento jurídico se limita a reconocer a los
particulares la facultad de dar vida a situaciones aptas para engendrar vínculos entre ellos. Por tanto, esta autonomía
posee caracteres particulares que la distinguen, de cualquier otra. Es fuente de normas jurídicas que forman parte del
ordenamiento jurídico mismo.
La autonomía privada es la herramienta por la cual se crea el “negocio jurídico económico y social” propuesto por la
ley y a disposición de los particulares, a fin de que puedan servirse de él, para ordenar las relaciones recíprocas. En
estas disposiciones de carácter vinculante, el individuo no expresa su querer, sino que dispone, expresa, el objeto de su
querer. El “negocio jurídico” es causado por la autonomía privada, formada mediante la declaración de la voluntad y
el comportamiento. La voluntad tiene fuerza vinculante, por lo cual es preceptiva.

Art 960: Facultades de los jueces. Los jueces no tienen facultades para modificar las estipulaciones de los contratos,
excepto que sea a pedido de una de las partes cuando lo autoriza la ley, o de oficio cuando se afecta, de modo
manifiesto, el orden público

Esto aplica solo para los contratos paritarios o de negociación individual, salvo situaciones contempladas por la teoría
de la imprevisión.

En cuanto a la interpretación del contrato, el art 961 dice que debe hacerse de buena fe. “Los contratos deben
celebrarse, interpretarse y ejecutarse de buena fe. Obligan no sólo a lo que está formalmente expresado, sino a todas
las consecuencias que puedan considerarse comprendidas en ellos, con los alcances en que razonablemente se habría
obligado un contratante cuidadoso y previsor”

Este artículo en su 1er párrafo repite lo que dice el art.9 sobre el principio de buena fe y tal como esta redactado sólo
se aplica a los contratos paritarios o de negociación individual, en cuanto a los de adhesión que no son de consumo se
rigen por la parte pertinente del art 984 y sucesivos; y los de consumo por la ley 26.361. Respecto del “contratante
cuidadoso y previsor” no rige para los consumidores por las presunciones asumidas a su favor (art3 y 53 LDC)

Art 962. Carácter de las normas legales. Las normas legales relativas a los contratos son supletorias de la voluntad
de las partes, a menos que de su modo de expresión, de su contenido, o de su contexto, resulte su carácter
indisponible. (Sólo se aplica a los contratos paritarios o de neg. Individual)

Art 963. Prelación normativa. Cuando concurren disposiciones de este Código y de alguna ley especial, las normas
se aplican con el siguiente orden de prelación:

a) normas indisponibles de la ley especial y de este Código;

b) normas particulares del contrato;

c) normas supletorias de la ley especial;

d) normas supletorias de este Código.

Por el principio de la progresividad y no regresividad establecida en los tratados internacionales, la prelación


normativa es: los tratados, pactos y convenciones internacionales, la CN, la ley 26.361 de orden público, y el CCYC

ARTICULO 964.-Integración del contrato. El contenido del contrato se integra con:

a) las normas indisponibles, que se aplican en sustitución de las cláusulas incompatibles con ellas;

b) las normas supletorias;

c) los usos y prácticas del lugar de celebración, en cuanto sean aplicables porque hayan sido declarados obligatorios
por las partes o porque sean ampliamente conocidos y regularmente observados en el ámbito en que se celebra el
contrato, excepto que su aplicación sea irrazonable.

ARTICULO 965.-Derecho de propiedad. Los derechos resultantes de los contratos integran el derecho de propiedad
del contratante.

-Elementos estructurales o esenciales del contrato:


Los elementos estructurales o esenciales del “instituto contrato” surgen de la definición legal misma contenida en el
art 957.
Como antecedente deberá generarse de un “hecho económico” (circulación de los bienes y servicios en el sistema
económico) conjugarse a partir de un “acto jurídico bilateral” (presupuesto jurígeno del contrato), en el cual la
voluntad de las partes sea expresada de “forma manifiesta” (verbal, escrita, expresa o implícita). De esta forma, los
elementos esenciales del contrato son: la causa, el objeto y el consentimiento.
-Clasificación de los contratos:

Unilateral: una de las partes se obliga hacia la otra sin que ésta quede obligada (testamento).

 Bilateral: las partes se obligan recíprocamente la una hacia la otra.

 Plurilateral: contrato en el que confluyen más de dos voluntades. Se rige supletoriamente por las normas que rigen a
los bilaterales.

 A título oneroso: las ventajas que procuran a una de las partes les son concedidas por una prestación que ella ha
hecho o se obliga a hacer.

 A título gratuito: aseguran a uno de los contratantes alguna ventaja, independiente de toda prestación a su cargo.

 Conmutativo: los contratos onerosos son conmutativos cuando las ventajas para todos los contratantes son ciertas.

 Aleatorio: cuando las ventajas o las pérdidas, para uno o para todos, dependen de un acontecimiento incierto. Puede
ser un contrato gratuito u oneroso.

 Formal: contrato para el cual la ley exige una forma para su validez. Son nulos si la solemnidad no fue satisfecha.
Cuando la forma requerida lo es solo para que produzca sus efectos propios sin sanción de nulidad, no quedan
concluidos mientras no se otorgó el instrumento previsto, pero valen como contratos en los que las partes se obligaron
a cumplir con la expresa formalidad. Cuando la ley o las partes no imponen una forma determinada, ésta debe
constituir solo un medio de prueba para la celebración del contrato.

 Nominado o innominado: según que la ley los regule especialmente o no.

Tratativas contractuales

 Las tratativas contractuales constituyen la fase inicial de la contratación y están destinadas a preparar las
negociaciones para la oferta. Son los diálogos, intercambios de información y evaluaciones de factibilidad
preliminares que proceden a la asunción de obligaciones contractuales y permiten a los negociantes establecer los
términos del contrato. Están regidas por el principio de libertad de negociación, buena fe y confidencialidad.

 Si bien no hay vínculo contractual, se aplica el estándar de buena fe en forma imperativa con antelación a la emisión
de la oferta e inclusive en la negociación y en el otorgamiento del documento preliminar con efectos jurídicamente no
vinculantes.

 Las partes son libres para promover tratativas dirigidas a la formación del contrato y para abandonarlas en cualquier
momento. Estas conversaciones no comportan una obligación de contratar y por eso cualquiera de las partes puede
retirarse libremente hasta el momento de la conclusión del contrato. Las partes son libres para retirarse de las
negociaciones preparatorias sin incurrir en responsabilidad de ningún tipo, en la medida que haya encarado las
negociaciones de buena fe, ya que deben obrar de esta manera para no frustrar injustificadamente el negocio.

 La obligación de actuar de buena fe impone el deber de un comportamiento correcto y leal que implique no frustrar el
negocio sin justificación. Las partes están obligadas a cumplir con la palabra empeñada y no defraudar la confianza
depositada en la otra parte. El derecho de libertad de contratación o autonomía contractual no es absoluto y su
ejercicio no debe ser abusivo. La violación a este principio se produce cuando las partes han ejercido de forma
abusiva, abrupta, injustificada e intempestiva ese derecho a retirarse de las tratativas y ocasiona un daño, generando
responsabilidad precontractual por ruptura de las tratativas previas.
 Se considera mala fe que una parte entre o continúe negociaciones cuando al mismo tiempo tiene la intención de no
llegar a un acuerdo. También cuando engañó a la otra sobre la naturaleza o elementos integrantes del contrato. Otro
supuesto de mala fe es la interrupción intempestiva de las negociaciones o cuando se asume una actitud de no
cooperación en la leal solución de las dificultades que puedan presentarse o se actúa de forma reticente durante su
ejecución.

 La posibilidad de reclamar por los daños derivados de la ruptura intempestiva es excepcional, ya que las partes
cuentan con el derecho de no contratar, derivado del principio de la autonomía de la voluntad. La parte que invoca la
mala fe es la que tiene la carga de probarlo. El incumplimiento del deber de obrar de buena fe genera la
responsabilidad de resarcir el daño que sufre el afectado por haber confiado en la celebración del contrato.

 La conducta antijurídica es la frustración injustificada de las tratativas, lo cual no implica que quien desea
retirarse de las negociaciones deba justificar las causas de su abandono, sino que no debe ejercer en forma abusiva
dicho derecho. Solo el ejercicio regular de un derecho libera de responsabilidad. La
responsabilidad precontractual se tipifica por el acaecimiento de un evento de ruptura intempestiva, arbitraria o
abusiva de un proceso de negociaciones informales o preliminares. El afectado debe probar que el demandado se
apartó de las tratativas violando el deber de obrar de buena fe.

 El código protege el valor de la confianza de la parte afectada por haber confiado en la celebración del contrato.
La confianza es el bien jurídico tutelado cuando la parte confió en forma seria y justificada en la celebración del
contrato. Se considera para ello la duración de las negociaciones, su avance, el intercambio de información, reuniones
personales, gastos incurridos, etc. Cualquiera de estos comportamientos debe haber creado una razonable expectativa
de concluir un contrato o una transacción.

 Por lo general, la parte afectada podría demandar por todos los daños que tengan una adecuada relación de causalidad
con la conducta antijurídica. El damnificado debe ser puesto en la situación en que se hubiera encontrado si no hubiese
iniciado las tratativas, sin limitación y consagrando el principio de reparación plena. En algunos casos, la
jurisprudencia incorporó la pérdida de chance y el daño moral en la reparación.

 Si durante las negociaciones, una de las partes facilita a la otra una información con carácter confidencial, el que la
recibió tiene el deber de no revelarla y de no usarla inapropiadamente en su propio interés. El principio general es que
la información que se intercambia durante las tratativas contractuales no es confidencial, salvo que una de las partes
otorgue expresamente dicho carácter a la información o documento intercambio o que se haya suscripto un acuerdo de
confidencialidad.

 El destinatario de la información confidencial tiene el deber de no revelarla a terceros y de no usarla


inapropiadamente en su propio beneficio. La buena fe es una obligación de resultados, ya que el deudor se libera solo
evitando revelar el secreto o utilizarlo en beneficio personal.

 El incumplimiento acarrea la obligación de reparar el daño sufrido, lo que abarca todos los daños que tengan
adecuada relación de causalidad. Se establece el principio de reparación plena. Si la parte que incumplió obtuvo una
ventaja indebida, queda obligada a indemnizar a la otra parte en la medida de su propio enriquecimiento.

 Las cartas de intención o memorandos de entendimiento son utilizadas usualmente en operaciones complejas e


implican una larga etapa de negociación que requiere que las partes sienten por escrito su deseo de llevar adelante las
negociaciones e indiquen su intención de poner sus mejores esfuerzos en llevarlo a cabo con éxito.

 Los instrumentos mediante los cuales una parte o todas ellas expresan un consentimiento para negociar sobre ciertas
bases, limitado a cuestiones relativas a un futuro contrato, son de interpretación restrictiva. Solo tienen fuerza
obligatoria de la oferta si cumplen sus requisitos.

Contratos preliminares

 Los contratos preparatorios son aquellos que se celebran en vista de facilitar la conclusión de un futuro contrato.
Dan vida a una relación instrumental que se desenvuelve en función del perfeccionamiento de ese contrato principal.

 El contrato preliminar es aquel contrato en que las partes asumen la obligación de concluir en el futuro un contrato
definitivo. Genera una obligación de hacer, de realizar una actividad de cooperación para el perfeccionamiento de
dicho contrato. Deben contener el acuerdo sobre los elementos esenciales particulares que identifiquen el contrato
futuro definitivo. Además, debe tener un plazo de vigencia no mayor a un año y que las partes pueden renovar a su
vencimiento. Son de utilidad cuando el objeto es una cosa futura.

 Hay dos clases de contratos preliminares: la promesa de celebrar un contrato y el contrato de opción.

 Mediante la promesa de celebrar un contrato, las partes pactan la obligación de celebrar un contrato futuro y las
obliga a ambas a otorgar el contrato definitivo. El futuro contrato no puede ser de aquellos para los cuales se exige una
forma bajo sanción de nulidad. Si una de las partes se niega a otorgar el contrato definitivo, la contraparte puede
obligarlo a ello. Si la parte condenada a otorgarlo es remisa, el juez lo hace en su representación, siempre que las
contraprestaciones estén cumplidas o sea asegurado su cumplimiento. La manifestación más común es el boleto de
compraventa.

 El contrato de opción es el contrato preliminar que obliga a las partes a celebrar un contrato futuro, a cuyo fin una o
varias de las partes otorgan irrevocablemente a la otra la facultad de requerir que el contrato definitivo sea concluido.
Se da a una de las partes el derecho irrevocable de aceptar el contrato definitivo. Debe contener todos los elementos
del contrato definitivo y la parte que tiene la facultad de ejercer la opción concluye el contrato con su sola aceptación.
La opción puede ser gratuita u onerosa y no es transmisiblea un tercero, salvo pacto en contrario.

Contratos de adhesión

 El contrato por adhesión a cláusulas generales predispuestas es aquel en que la configuración interna del mismo es
dispuesta anticipadamente por una de las partes – el predisponente-, de modo que, si la otra -adherente- decide
contratar, debe hacerlo sobre la base de aquel contenido. Esto constituye una restricción al principio de libertad de
contratación, en perjuicio de quien contrata.

 La ordinaria determinación bilateral del contenido del vínculo queda sustituida por un simple acto de adhesión a un
esquema predeterminado unilateralmente. Podemos afirmar que este contrato porta los siguientes caracteres:

 Unilateralidad: la configuración interna del contrato viene modelada solo por una de las partes; el adherente
no participa en la redacción ni influye en su contenido.
 Rigidez: el adherente carece de poder de negociación, es decir, no cuenta con la posibilidad de discutir o
intentar influir en la redacción del contrato o una cláusula.
 Poder de negociación a favor del predisponente y riesgo de aprovechamiento de esta situación para consolidar
cláusulas inequitativas contrarias al adherente.

Formación del contrato por adhesión

 El predisponente provee al oferente una solicitud de propuesta ya impresa, reservándose el derecho de aceptarla o no.
El consumidor o usuario, con la firma de la propuesta emite su declaración recepticia de voluntad, dirigida a iniciar la
formación definitiva del contrato. La aceptación del predisponente perfecciona el contrato. El consumidor adhirió a las
condiciones generales predispuestas que le fueron suministradas por el predisponente. Si el contrato alcanza a
perfeccionarse es porque el profesional o empresario acepta la oferta en su plenitud, lo que incluye las condiciones
particulares (elementos específicos de la relación singular).

Requisitos

 Las cláusulas generales deben ser comprensibles y autosuficientes. Debe ser innecesario un reenvío a otra cláusula.
Se tendrán por no convenidas las cláusulas que efectúen reenvíos a textos o documentos que no se faciliten previa o
simultáneamente a la conclusión del contrato. A la claridad, debe unírsele la legibilidad para que las cláusulas
predispuestas que contienen restricciones dirigidas al adherente no pasen desapercibidas y, para ello, deben aparecer
destacadas del resto del documento. Los predisponentes tienen la obligación de redactar cláusulas claras, serias e
inequívocas, idóneas para ser entendidas por sí por el adherente.

Cláusulas

 Las cláusulas particulares son aquellas que, negociadas individualmente, amplían, limitan, suprimen o interpretan
una cláusula general. En caso de incompatibilidad entre cláusulas generales y particulares, prevalecen estas últimas.
Esto es así ya que las particulares apuntan a alterar, suprimir o aclarar el contenido de las generales, suministrándole
un contenido más concluyente y concretamente adaptado al caso de que se trata. Además, la cláusula manuscrita o
mecanografiada se estipula al tiempo de la conclusión del contrato, mientras que la cláusula general viene
predispuesta, sin consideración al negocio concreto. La regla particularmente concertada revela la auténtica y real
intención de las partes de derogar la cláusula general redactada por el profesional.

 Las cláusulas ambiguas predispuestas por una de las partes se interpretan en sentido contrario a la parte
predisponente. Como el predisponente cuenta con todos los medios para evitar toda duda, debe ser él quien asuma los
riesgos de una defectuosa declaración. La cláusula ambigua es aquella susceptible de varios sentidos o expresada sin
precisión, equívocamente.

 Es abusiva la cláusula que, habiendo sido o no negociada individualmente, tiene por objeto o por efecto provocar un
desequilibrio significativo entre los derechos y las obligaciones de las partes, en perjuicio del consumidor. Se deben
tener por no escritas las:

1. Cláusulas que desnaturalizan las obligaciones del predisponente


2. Que importan renuncia o restricción a los derechos del adherente, o amplían derechos del predisponente
3. Que por su contenido, redacción o presentación no son razonablemente previsibles.

 La aprobación administrativa de las cláusulas generales no obsta su control judicial. Cuando el juez declara la nulidad
parcial del contrato, simultáneamente lo debe integrar, si no puede subsistir sin comprometer su finalidad. Ante una
cláusula a la que se le atribuye el carácter de abusiva, el juez tiene dos caminos: establecer una interpretación que reste
toda potencialidad lesiva de los derechos del adherente; o declarar la nulidad de la disposición.

-Pacto de preferencia y contrato sujeto a conformidad


Art 997. Pacto de preferencia. El pacto de preferencia genera una obligación de hacer a cargo de una de las partes,
quien, si decide celebrar un futuro contrato, debe hacerlo con la otra o las otras partes. Si se trata de participaciones
sociales de cualquier naturaleza, de condominio, de partes en contratos asociativos o similares, el pacto puede ser
recíproco. Los derechos y obligaciones derivados de este pacto son transmisibles a terceros con las modalidades que
se estipulen.
(El sentido básico del pacto de preferencia es el de posibilitar que determinados negocios se mantengan bajo el ámbito
de control de quienes en un determinado momento participan de ellos, otorgándoles la posibilidad de adquirir los
derechos de los que sean titulares otras partes, antes de dar ingreso a tercero)
Art 998. Efectos. El otorgante de la preferencia debe dirigir a su o sus beneficiarios una declaración, con
los requisitos de la oferta, comunicándole su decisión de celebrar el nuevo contrato, en su caso de conformidad con las
estipulaciones del pacto. El contrato queda concluido con la aceptación del o de los beneficiarios
ARTICULO 999.-Contrato sujeto a conformidad. El contrato cuyo perfeccionamiento depende de una conformidad o
de una autorización queda sujeto a las reglas de la condición suspensiva.

Causa

La causa en los actos jurídicos

 La causa es el fin inmediato autorizado por el ordenamiento jurídico que ha sido determinante de la voluntad.
También integran la causa los motivos exteriorizados cuando sean lícitos y hayan sido incorporados al acto en forma
expresa, o tácitamente si son esenciales para ambas partes. Aunque la causa no esté expresada en el acto, se presume
que existe mientras no se pruebe lo contrario. El acto es válido, aunque la causa expresada sea falsa si se funda en otra
causa verdadera. La inexistencia, falsedad o ilicitud de la causa no son discutibles en el acto abstracto mientras no se
haya cumplido, excepto que la ley lo autorice.

La causa en las obligaciones


 No hay obligación sin causa, es decir, sin que derive de algún hecho idóneo para producirla, de conformidad con el
ordenamiento jurídico.

La causa en los contratos

 La causa es uno de los elementos esenciales del acto jurídico y, por ello, del contrato. Aun cuando la causa de un
determinado negocio jurídico no se encuentre en él expresada, se presume la existencia de ella. La licitud de esta
causa debe ser presumida, en tanto no se pruebe lo contrario. De ser la causa expresada falsa, el acto será de todos
modos válido si se funda en otra causa verdadera. Esto es un supuesto de simulación relativa.

 La causa debe existir en la formación del contrato y durante su celebración y subsistir durante su ejercicio. La falta de
causa da lugar a la nulidad, adecuación o extinción del contrato. La existencia de causa lícita en la formación del
vínculo contractual es imprescindible, por tratarse de un elemento necesario para la existencia misma del contrato. Su
afectación o desaparición en la etapa funcional puede dar lugar a la ineficacia contractual, por frustración de la
finalidad.

 El contrato es nulo cuando:

1. Su causa es contraria a la moral, el orden público o las buenas costumbres;


2. Ambas partes lo han concluido por un motivo ilícito o inmoral común (un contrato con finalidad típica lícita,
como una compraventa, es celebrado por las partes para el soporte de actividades ilícitas). Si solo una de ellas
ha obrado por un motivo ilícito o inmoral, no tiene derecho a invocar el contrato frente a la otra, pero ésta
puede reclamar lo que ha dado, sin obligación de cumplir lo que ha ofrecido.

PRESERVACIÓN AMBIENTAL
A partir de la sanción de la ley 25.675 de preservación del medio ambiente, y la incorporación del art41CN
corresponde a la Nación dictar las normas que contengan los presupuestos mínimos de protección, y a las provincias,
las necesarias para complementarlas, sin que aquéllas alteren las jurisdicciones locales
Se prohíbe el ingreso al territorio nacional de residuos actual o potencialmente peligrosos, y de los radiactivos (con
esto se refiere a la denominada “protección del medio ambiente”)
Asimismo, el CCYCN ha protegido los derechos de incidencia colectiva en el art14: “Derechos de incidencia
colectiva”. En este código se reconocen:
a) Derechos individuales
b) Derechos de incidencia colectiva
La ley no ampara el ejercicio abusivo de los derechos individuales cuando pueda afectar al ambiente y a los derechos
de incidencia colectiva en general.
-La protección del medio ambiente o ecosistema
El ecosistema y medio ambiente es un conjunto de elementos que rodean a los seres vivos o una comunidad humana, y
cuya descomposición determina molestias, daños y puede llegar a la destrucción de especie.
Los recursos naturales del ecosistema son elementos que el ser humano se apropia; en muchos casos ellos se
extinguen, y en otros se modifican causando problemáticas consecuencias (ej: la contaminación o cambias climáticos)
La ley 25.675 regula la política ambiental nacional; establece los presupuestos mínimos para el logro de una gestión
sustentable y adecuada del ambiente, la preservación y protección de la diversidad biológica y la implementación del
desarrollo sustentable
Esta ley:
 Rige para todo el territorio de la Nación
 Es de orden público
 Se utiliza para la interpretación y aplicación de la legislación específica sobre la materia
Principio de prevención: las causas y las fuentes de los problemas ambientales se atenderán en forma prioritaria e
integrada, tratando de prevenir los efectos negativos que sobre el ambiente se pueden producir
Principio precautorio: cuando haya peligro de daño grave o irreversible la ausencia de información o certeza científica
no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces, en función de los costos, para impedir
la degradación del medio ambiente
Principio de responsabilidad: el generador de efectos degradantes del medio ambiente actual o futuro, es responsable
de los costos de las acciones preventivas y correctivas de recomposición, sin perjuicio de la vigencia de los sistemas
de responsabilidad ambiental que corresponda
El proceso de ordenamiento ambiental, teniendo en cuenta los aspectos económicos, jurídicos y ecológicos de la
realidad local, regional y nacional, deberá asegurar el uso ambientalmente adecuado de los recursos ambientales y
garantizar la mínima degradación del desarrollo sustentable.
Se prevé la contratación de seguro ambiental para garantizar la recomposición del daño e integrar un fondo de
restauración ambiental.
De esta forma todo contrato debería prever, como condición estructura legal en su generación, que se realizará la
extracción de recursos naturales con el máximo de cuidado ambiental y haciendo reservas estratégicas de ciertos
recursos, y por otra parte que no se causará daños medioambientales o se minimizaran sus consecuencias, de tal forma
que es condición esencial de todo negocio y ejercicio de la propiedad privada en la contratación la utilización de
recursos naturales sin generar distorsiones permanentes en el ecosistema, así como la protección del medio ambiente.
FALLOS
“Telecentro SA c/PUENTE HERMANOS SOCIEDAD DE BOLSA SA s/ORDINARIO – CAM. NAC COM.
SALA F- 16/4/2015”
-El empresario como consumidor y el nuevo código civil y comercial de la nación
Los antecedentes fácticos del resolutorio en comentario consisten en una demanda por cobro de pesos por facturas
impagas promovida por una prestadora de servicios de interconexión de redes que posibilita el intercambio del
tráfico telefónico, Telecentro SA., contra una sociedad de bolsa, Puente Hermanos.
Ambas empresas se encontraban vinculadas comercialmente en virtud de un contrato en el cual la actora le brindaba
sus servicios a la demandada, quién había adoptado un sistema pospago sin límite de crédito, lo que implicaba
abonar las llamadas por mes vencido.
La relación entre ambas partes se venía desarrollando con normalidad hasta el mes de abril de 2009, cuando la
demandada desatendió la factura correspondiente al mes de marzo y posteriormente la del mes de abril. Ambas
ascendían a la suma de $337.310 y $494.826 respectivamente, suma por la cual Telecentro demandó.
Puente Hermanos, al contestar la demanda, alegó que el promedio mensual de facturación no superaba los $1432,
por lo que era materialmente imposible registrar esos consumos. Invocó en su defensa a lo dispuesto por el artículo
13 del reglamento general de clientes del servicio básico telefónico, que consagra el esencial deber de la empresa
prestadora del servicio de detectar informar inmediatamente al cierre del desmesurado y súbito aumento del
consumo. A su vez, adujo violación a lo dispuesto en el artículo 31 de la ley 24240, según el cual cuando una empresa
de servicio público domiciliario con variaciones regulares estacionales facture en un período consumos que exceden
en un 75% el promedio de los consumos correspondientes al mismo periodo de los dos años anteriores se presume
que existe error en la facturación.
En primera instancia, se hizo lugar a la demanda con fundamento en que, si bien la demandada impugno las dos
facturas, nada dijo en punto haber instado el reclamo pertinente ante la autoridad de contralor. Que, no obstante, esa
omisión, indicó el a quo que, cómo lea presunción que trae el artículo 31 de la LDC es Iuris tantum, correspondía
examinar si en el decurso del proceso a la sociedad de bolsa había acreditado el invocado error en la facturación,
circunstancia que entendió no acaecida.
El fundamento de esta presunción Iuris tantum se explica precisamente en la superioridad técnica y el carácter
profesional que reviste Telecentro frente al profano. Además, no puede perderse de vista el estado de indefensión del
consumidor que se encuentra en la imposibilidad de controlar la medición, por lo que la verificación del consumo es
siempre unilateral.
Entonces la sala F de la alzada comercial entiende que se aplica al artículo 31 de la legislación consumeril en esta
relación entre dos empresas en virtud de la superioridad técnica y el carácter de profesional que reviste una por
sobre la otra, a quién considera profano en lo que respecta a la actividad que desarrolla aquella.
El propósito del legislador en cierta forma fue también proteger a los empresarios como consumidores en ciertos
supuestos y alcances. Resulta clara la intención de los propulsores del código unificado respecto de la posibilidad de
que un empresario sea considerado consumidor. Además, con la inclusión de los contratos por adhesión dentro de la
parte general de los contratos en el proyecto de código unificado se puede proteger a empresarios que contraten
adhiriendo a contratos con contenido predispuesto y que no queden comprendidos bajo la órbita protectora de las
normas de defensa del consumidor en los casos en que no se den los extremos planteados ut Supra. Asimismo, se
prevé expresamente en el título preliminar capítulo tercero (referente al ejercicio de los Derechos), la figura del
abuso de la posición dominante que, relacionado con el principio de buena fe y abuso del derecho, se aplica
perfectamente para proteger la posición de una empresa que contrata con otra, tanto en el supuesto de que se
considere al empresario titular (tanto personas físicas como jurídicas) consumidor como cuando no. Además, aclara
que estos principios se complementarán con las disposiciones.

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