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- Área Socio-emocional
2.1. DEFINICIÓN: Esta área incluye las experiencias afectivas y
la socialización del niño, que le permitirá sentirse querido y
seguro, capaz de relacionarse con otros de acuerdo a normas
comunes.
Para el adecuado desarrollo de esta área es primordial la
participación de los padres o cuidadores como primeros
generadores de vínculos afectivos, es importante brindarles
seguridad, cuidado, atención y amor, además de servir de referencia o ejemplo
pues aprenderán cómo comportarse frente a otros, cómo relacionarse, en
conclusión, cómo ser persona en una sociedad determinada.
Los valores de la familia, el afecto y las reglas de la sociedad le permitirán al
niño, poco a poco, dominar su propia conducta, expresar sus sentimientos y ser
una persona independiente y autónoma.
Esta área incluye las experiencias afectivas y la socialización del niño, que le
permitirá sentirse querido y seguro, capaz de relacionarse con otros de acuerdo
a normas comunes. Para el adecuado desarrollo de esta área es primordial la
participación de los padres o cuidadores como primeros generadores de
vínculos afectivos.
Entre los seis y los nueve meses de edad todas las emociones infantiles
básicas se diferencian y distingue más entre sí. Las emociones también
presentan una mayor variedad y selectividad debido al desarrollo de las
habilidades cognitivas del niño y a sus experiencias más variadas.
La desconfianza o miedos ante los extraños, se observa por primera vez en
torno a los seis meses de edad y normalmente se desarrolla plenamente
entre los diez y los catorce meses.
Muchos niños responden de forma positiva a los desconocidos, y algunos
mezclan reacciones desconfiada y amistosas en su comportamiento
indudablemente “juguetón”. La forma como corresponde un bebé a un extraño
depende de varios aspectos, tanto del bebé como del extraño, así como de la
situación. Un bebé puede mostrarse amistoso hacia un extraño que se
mantiene a una cierta distancia en presencia de la madre, pero puede
reaccionar con miedo si el mismo extraño de repente se le acerca cuando la
madre no está.
Una reacción relacionada con el fenómeno anterior es la ansiedad por la
separación, el miedo a que la madre u otra persona que cuida al niño le deje.
La ansiedad por la separación emerge en torno a la edad de los ocho o
nueve meses y alcanza su grado máximo alrededor de los catorce meses y
después va disminuyendo gradualmente.
Los enfados también aumentan en esta edad, además, la duración del enfado
aumenta desde una expresión pasajera del mismo en la infancia temprana
hasta una prolongada demostración a los diecinueve meses de edad.
A medida que los bebés van haciéndose mayores, sonríen y se ríen de forma
más selectiva y también con mayor rapidez.
A los doce meses de edad, la sonrisa inmediata de un bebé al ver la cara de
uno de sus padres puede cambiar rápidamente en una explosión de gritos de
alegría si la conducta del padre indica el inicia de una interacción en forma de
juego.
Sensibilidad
Es la capacidad para recoger e interpretar las señales que da el niño de forma
apropiada y responder a ellas de forma constructiva. Esta dimensión de la
sensibilidad también supone coherencia: los bebés van desarrollando
gradualmente expectativas que llevan a la confianza y la seguridad de un padre
que responde de una forma positiva y coherente. Otro elemento clave es la
aptitud para percibir situaciones desde el punto de vista del bebé, de forma
que, aunque los padres no pueden cumplir los deseos del bebé, pueden
entender y responder a los sentimientos del niño.
Temperamento.
Son disposiciones inherentes, como el niño de actividad, la intensidad de
reacción, la emocionalidad y la sociabilidad que subyacen y afectan a las
respuestas de cada uno, a las personas y las cosas. Cada uno tiene su propio
temperamento.
El temperamento empieza con una multitud de códigos genéticos que orientan
el desarrollo del cerebro, y está afectado por muchas experiencias prenatales,
especialmente las que se desarrollan con la nutrición y la salud de la madre.
Hay elementos constituyentes del temperamento que ya son evidentes desde
el nacimiento, y los primeros meses se establece de forma clara la
individualidad temperamental de cada persona.
Ver el siguiente enlace https://youtu.be/rUZqfslnOdc
El apego
Es la conexión emocional entre una persona y otra, animales u objetos
que produce un deseo de contacto sólido, así como sentimientos de
angustia durante la separación.
Los niños demuestran el apego a través de las conductas que “buscan
proximidad” y conductas para “mantener el contacto”.
Los padres demuestran el apego manteniendo siempre bajo control a su bebé,
incluso si la seguridad no lo existe y, respondiendo de forma afectiva y sensible
a las vocalizaciones, expresiones y gestos del niño.