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Mis vivencias como estudiante: La única experiencia de acoso escolar que tuve ocurrió

durante el mi etapa preescolar. Recuerdo que una niña de mi salón me dijo que mi casa se

estaba quemando y que mi mamá estaba dentro, sentí mucho miedo y tristeza, me atacó

un llanto incontrolable que no me permitía explicarle lo sucedido a la maestra, cuando por

fin conseguí hacerlo llamaron a mi madre, le explicaron la situación y le pidieron que

acudiera a recogerme, recuerdo que temía mucho que llegara lastimada y desfigurada

como mi compañera había dicho.

Mis vivencias como padre o familiar: Aún no soy madre, pero como familiar viví de cerca

situaciones de acoso escolar con mi sobrino cuando era más pequeño, aproximadamente

entre los 4 y 6 años, él perdió los dientes frontales, durante los primeros años de su vida

no se percató de esa diferencia e incluso creyó que era normal, pero cuando entró al

preescolar y algunos de sus compañeros lo molestan debido a esa característica él lloraba

mucho y ya no quería asistir a clases, su autoestima se vio muy afectada y necesito ir con

psicóloga para superar ese trauma.

Mis vivencias como profesional: Como profesional he atendido varios casos de acoso

escolar, uno de los que más me impactó fue el de una adolescente que debido al

constante acoso por medios digitales y a un escándalo en redes sociales su reputación y su

privacidad se vieron afectadas, incluso fue dada de baja en el colegio donde estudiaba, lo

cual la llevó a desarrollar un cuadro de depresión y tuvo un intento de suicidio a causa del

cual terminó en el área de terapia intensiva, donde estuvo por casi 3 días.

Alumna: Miriam Nallely Gallegos Hernández

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