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La Caro - Kann en Acción

Prof. J.L. Matamoros

Partida Nº 43 15.¤h5 ¥b7


Comentarios de Lincoln R. Maiztegui 16.¤xe6!? ...

Blancas: Kasparov
Negras: Karpov

1.e4 c6
2.d4 d5
3.¤d2 dxe4
La defensa Caro-Kann se ha convertido
en el arma defensiva predilecta de Karpov.
En el torneo de Candidatos que disputó ante
Sokolov en Linares, la empleó con sensacio-
nales resultados, y posteriormente obtuvo có-
modos empates frente a Kasparov en Sevilla.
En Ámsterdam la jugó con regularidad’ y sólo
el campeón del mundo logró derrotarle. Dudosa. En realidad, mi única duda se
4.¤xe4 ¤d7 debe a que es Kasparov quien la juega. Lo
5.¤f3 ¤gf6 cierto es que en ningún momento parece que
6.¤g3 ... haya compensación. Tal vez análisis más ex-
En Sevilla Kasparov optó por 6.¤xf6+ haustivos demuestren que efectivamente el
¤xf6 7.c3 ¥g4 8.h3 ¥xf3 9.£xf3, y no con- sacrificio ofrece algunas posibilidades. Será el
siguió más que el equilibrio. propio Kasparov quien diga la última palabra.
6... e6 16. ... fxe6
7.¥d3 ¥e7 17.£xe6+ ¢f8!
8.O-O c5 Única. 17...¢h8 perdería debido a
9.£e2 O-O 18.£f7, con las siguientes variantes:
10.¦d1 £c7 a) 18. ... ¤xh5 19.£xh5 ¤f8 20.£f7!
11.c4 cxd4 b) 18...¥f8 19.¤xf6 especulando con la
Es más conocido 11...¦e8 12.dxc5 ¤xc5 indefensión de la dama negra.
13.¥c2 ¤cd7 14.¤e4 b6 15.¥a4 ¦d8; con c) 18...¦g8 19.¥xf6!! (No 19.£xe7
igualdad, Tahl/Civic, Budva 1987. ¦ae8 20.£f7 ¦gf8 21.£e6 ¤xh5), 19...¥xf6
12.¤xd4 a6 20.¤xf6 £c6 21.¤d5, con ventaja decisiva.
13.b3 ¦e8 18.¥xh7 ¤c5!
14.¥b2 b6 Esto parece más preciso que 18...£c6

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19.¤f4 £xe6 20.¤xe6+ ¢f7 21.¤g5+ (es 22... ¤e4
interesante 21.¤c7 ¤xh7 22.¤xa8 ¤hf8 23.¦e1!? ¤eg5
23.¤c7 ¦c8 24.¤d5); 21...¢f8 22.¥g6 ¦ec8 24.£g4 ¥a3!
23.¤e6+ ¢g8 24.¤xg7 ¤f8 25.¤f5, con 25.¥c3 ¦xe1+
juego interesante para las blancas. 26.¥xe1 ¦e8
19.£h3 ¤xh7 Creo que 26...£e6 era decisiva, toda
20.¥xg7+ ... vez que 27.¥d2, se refutaría con 27...£xg4
20.¤xg7 ¥f6 es inofensivo. 28.¦xg4 ¦d8 y 27.£d1 es como claudicar.
20... ¢g8 27.¥d2 ¥c1
21.¥b2 ... 28.h4 ¥xd2
A 21.£g4 podría seguirse con 21. ... 29.¦xd2 ¦e1+??
¥g5 22.h4 (22.f4 ¦e4 o 22.¥f6 ¥c8, son
igualmente perdedoras) 22...¥c8 23.£f3
¥d8! 24.£xa8 ¥b7 25.£a7 ¥xh4; con desa-
gradables amenazas.
21... £c6!

Aún era ganadora 29...£e6 30.£d4


£g6 o 30.¦d4 ¥c8 31.£g3 £g6 32.¤f4
£b1+ 33.¢h2 ¦e1 34.¦d8+ ¢f7.
30.¢h2 ¦e4
Puestos a perder una pieza tal vez era
El blanco amenazaba tanto 22.£g4+ mejor hacerlo con 30...£xg2+.
como 22.£c3. La jugada textual ata a la dama 31.f4 £e6
blanca a la defensa del mate a la vez que obli- También fracasaba 31...¥c8 32.¦d8+
ga a Kasparov a considerar un eventual sacri- ¦e8 33.¦xe8+ £xe8 34.£xg5+ ¤xg5
ficio en g2. 35.¤f6+ ¢f8 36.¤xe8 ¤f3+ 37.¢g3 ¤xh4
22.¦d4 ... 38.¢xh4 ¢xe8 39.g4, con ventaja blanca.
Después de 22. £g4+ ¥g5 23.h4 ¦e4, 32.¦d8+ ¢f7
las negras tendrían ventaja decisiva. Da la 33.¦d7+ ¢f8
sensación de que las piezas negras están de- 34.£xe6 ¦xe6
masiado atadas para que exista un peligro 35.hxg5 ¦e7
real. 36.¦xe7 ¢xe7

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37.g4 ¥e4
38.¢g3 ¥b1
39.a3
1-0
Las negras perdieron por tiempo.

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