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Instituto Técnico Experimental Agroindustrial “Alan Juyu”

1era calle, 3-67, zona 2, Patzicía, Chimaltenango

Historia de los Recursos Naturales

Recursos naturales
Un recurso natural es un bien, una sustancia o un objeto presente en la naturaleza, y
explotado para satisfacer las necesidades y deseos de una sociedad humana. Por lo tanto, se
trata de una materia prima, mineral (ej.: el agua) o de origen vivo (ej.: el pescado). Puede
ser de materia orgánica como el petróleo, el carbón, el gas natural o la turba. También
puede tratarse de una fuente de energía: energía solar, energía eólica o, por extensión, de un
servicio del ecosistema (la producción de oxígeno vía la fotosíntesis, por ejemplo).

Un recurso natural puede existir como una entidad separada como es el caso del agua dulce
y el aire así como un organismo viviente como un pez, o puede existir en una forma
alternativa que debe procesarse para obtener el recurso como en el caso de los minerales
metálicos, el petróleo y la mayoría de las formas de energía.

Desde la década de 1970, esta noción de recursos natural ha evolucionado y tiende a


expandirse hacia los recursos útiles para cualquier ecosistema y para todos los sectores
socio-económicos. De manera que las superficies disponibles de suelo, la calidad del agua o
del aire, el aspecto de los paisajes, la biodiversidad… son otros aspectos de los recursos
naturales.

Evolución Del Concepto

La noción de recurso natural (expresada de forma precisa) parece ser relativamente


reciente. Ella también ha cambiado considerablemente desde la década de 1970
acompañando a los avances del conocimiento científico y el progreso técnico (la diversidad
se ha convertido así en un nuevo recurso para la ingeniería genética).

Se consideró inicialmente como recursos naturales a la biomasa útil y a las “materias


primas”, luego se agregaron las formas de energía útil a los humanos y sobre todo a la
agricultura, la silvicultura y la pesca, y después a la industria (leña, tracción animal,
molinos de viento y del agua). Más adelante, los combustibles fósiles fueron considerados
como recursos naturales y finalmente a la energía nuclear.

Por ejemplo, desde la antigüedad hasta la era industrial, la sal tenía un gran precio, no
porque fuera escasa en el planeta, sino porque era vital para la salud y de difícil acceso lejos
del mar, y fue objeto de impuestos importantes. El petróleo (desconocido entonces) tenía un
valor mucho menor. Estos valores se invirtieron en los siglos XIX y XX cuando los
combustibles fósiles se convirtieron en vitales para la industria, la pesca y la agricultura, así
como para la construcción, los transportes y numerosos servicios. Y si el coltán (mezcla de
minerales del cual se extraen los elementos columbio o niobio y tantalio) tiene valor tanto
para los europeos, norteamericanos y de otros países tecnológicamente avanzados, también
es de valor en algunas regiones subdesarrolladas de África debido al contacto que
mantienen a través de las relaciones comerciales.
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Poco a poco fue apareciendo el valor de amenidad de ciertos recursos; más difícil de
cuantificar, pero real, que se refleja, por ejemplo, en el compromiso de muchos individuos
y movimientos para la protección del Wilderness (término inglés que indica el carácter
salvaje de la naturaleza, es decir no modificado por la actividad humana) en Estados
Unidos y por los románticos europeos como los pintores de la Escuela de Barbizon en
Francia. El actual aumento de los precios de la tierra en las proximidades de los medios
naturales y paisajes notables es otra manifestación de dicho cambio.

A finales del siglo XX, con la aparición y rápida propagación del concepto de desarrollo
sostenible como reacción a la pérdida o la degradación y el agotamiento de muchos
recursos naturales, el concepto de funcionalidad ecológica y servicio ecológico se ha
expandido a la recursos naturales o recursos útiles esenciales no sólo para los seres
humanos sino también a todos los ecosistemas.

Clasificación

Existen varios métodos de categorización de los recursos naturales; estos incluyen fuente de
origen, etapa de desarrollo y por su renovabilidad. Sobre la base de origen, los recursos se
pueden dividir en:

 Bióticos, los que se obtienen de la biósfera (materia viva y orgánica), como las
plantas y animales y sus productos. Los combustibles fósiles (carbón y petróleo)
también se consideran recursos bióticos ya que derivan por descomposición y
modificación de materia orgánica; y
 Abióticos, los que no derivan de materia orgánica, como el suelo, el agua, el aire y
minerales metálicos.

Teniendo en cuenta su estado de desarrollo, los recursos naturales pueden ser denominado
de las siguientes maneras:

 Recursos Potenciales – recursos potenciales son los que existen en una región y
pueden ser utilizados en el futuro. Por ejemplo, el petróleo puede existir en muchas
partes de la India, que tiene rocas sedimentarias, pero hasta el momento en que
realmente se perfore y ponga en uso, sigue siendo un recurso potencial.
 Recursos Actuales – Recursos actuales son aquellos que ya han sido objeto de
reconocimiento, su cantidad y calidad determinada y se están utilizando en la
actualidad. El desarrollo de un recurso actual a partir de uno potencial depende de la
tecnología disponible y los costos involucrados.
 Recursos de Reserva – La parte de un recurso actual que se puede desarrollar de
manera rentable en el futuro se llama un recurso de reserva.

La renovación es un tema muy popular y muchos recursos naturales se pueden clasificar


como renovables o no renovables. La diferencia entre unos y otros está determinada por la
posibilidad que tienen los renovables de ser usados una y otra vez, siempre que la sociedad
cuide de la regeneración.
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 Los recursos renovables son aquellos que se reponen naturalmente. Las plantas,


los animales, el agua, el suelo, entre otros, constituyen recursos renovables siempre
que exista una verdadera preocupación por explotarlos en forma tal que se permita
su regeneración natural o inducida. Algunos de estos recursos, como la luz del sol,
el aire, el viento, etc, están disponibles continuamente y sus cantidades no son
sensiblemente afectadas por el consumo humano. El uso por humanos puede agotar
a muchos recursos renovables, pero estos puede reponerse, manteniendo así un
flujo. Algunos toman poco tiempo de renovación, como es caso de los cultivos
agrícolas, mientras que otros, como el agua y los bosques, toman un tiempo
comparativamente más prolongado para renovarse. y son susceptibles al
agotamiento por el exceso de uso. Los recursos desde una perspectiva de uso
humano se clasifican como renovables sólo mientras la tasa de reposición o
recuperación sea superior a la de la tasa de consumo.

 Los recursos no renovables son recursos que se forman muy lentamente y aquellos


que no se forman naturalmente en el medio ambiente. Los minerales son los
recursos más comunes incluidos en esta categoría. Desde la perspectiva humana, los
recursos no son renovables cuando su tasa de consumo supera la tasa de reposición
o recuperación; un buen ejemplo de esto son los combustibles fósiles, que
pertenecen a esta categoría, ya que su velocidad de formación es extremadamente
lenta (potencialmente millones de años), lo que significa que se consideran no
renovables. Esto implica que, al ser utilizados, no puedan ser regenerados. De estos,
los minerales metálicos pueden reutilizarse a través de su reciclaje. Pero el carbón y
el petróleo no pueden reciclarse.

Extracción

Estos recursos naturales representan, además, fuentes de riqueza para la explotación


económica. Por ejemplo, los minerales, el suelo, los animales y las plantas constituyen
recursos naturales que los humanos pueden utilizar directamente como fuentes para esta
explotación. De igual forma, los combustibles, el viento y el agua pueden ser utilizados
como recursos naturales para la producción de energía.

La extracción de recursos implica cualquier actividad que retira los recursos de la


naturaleza. Esto puede variar en escala, desde el uso tradicional de las sociedades
preindustriales, a la industria global. Las industrias extractivas son, junto con la agricultura,
la base del sector primario de la economía. La extracción produce materia prima que se
procesa para agregar valor. Ejemplos de industrias extractivas son la cacería y captura de
animales, la minería, la extracción de petróleo y gas y la silvicultura.

El Agotamiento

La conservación del medio ambiente debe considerarse como un sistema de medidas


sociales, socioeconómicas y técnico-productivas dirigidas a la utilización racional de los
recursos naturales, la conservación de los complejos naturales típicos, escasos o en vías de
extinción, así como la defensa del medio ante la contaminación y la degradación.
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Las comunidades primitivas no ejercieron un gran impacto sobre los recursos naturales que
explotaban, pero cuando se formaron las primeras concentraciones de población, el medio
ambiente empezó a sufrir los primeros daños de consideración.

En la época feudal aumentó el número de áreas de cultivo, se incrementó la explotación de


los bosques, y se desarrollaron la ganadería, la pesca y otras actividades humanas. No
obstante, la revolución industrial y el surgimiento del capitalismo fueron los factores que
más drásticamente incidieron en el deterioro del medio ambiente, al acelerar los procesos
de contaminación del suelo por el auge del desarrollo de la industria, la explotación
desmedida de los recursos naturales y el crecimiento demográfico.

El agotamiento de los recursos naturales está asociado con la inequidad social.


Considerando que la mayor biodiversidad se encuentra en los países en desarrollo, 1 el
agotamiento de este recurso podría resultar en la pérdida de servicios de los ecosistemas
para estos países.2 Algunos ven esta disminución como una fuente importante de
inestabilidad social y de conflictos en los países en desarrollo.3

En la actualidad existe una preocupación especial por las regiones de selva tropical que
mantienen la mayor parte de la biodiversidad de la Tierra. La deforestación y la
degradación afectan a un 8.5% de los bosques del mundo, con 30% de la superficie de la
Tierra ya talada. Si tenemos en cuenta que el 80% de las personas confían en medicamentos
obtenidos a partir de plantas y las tres cuartas partes de los medicamentos recetados en el
mundo tienen ingredientes extraídos de plantas,2 la pérdida de los bosques tropicales del
mundo podría resultar en la pérdida de encontrar más medicamentos con el potencial de
salvar vidas.4

El agotamiento de los recursos naturales es causado por “impulsores directos del cambio “,
tales como la minería, la extracción de petróleo, la pesca y la silvicultura, así como
“impulsores indirectos de cambio “, como la demografía, la economía, la sociedad, la
política y la tecnología. La práctica actual de la agricultura es otro factor que causa el
agotamiento de los recursos naturales. El agotamiento de los recursos naturales es una
preocupación constante para la sociedad.

PROTECCIÓN

En 1982, la ONU desarrolló la Carta Mundial de la Naturaleza en la cual se reconoce la


necesidad de proteger la naturaleza de un mayor agotamiento debido a la actividad humana.
Indican las medidas necesarias que deben adoptarse a todos los niveles sociales, desde el
derecho internacional al individual, para proteger la naturaleza. Entre éstas resaltan la
necesidad de un uso sostenible de los recursos naturales y sugieren que la protección de los
recursos deben ser incorporados en el sistema de derecho en el ámbito estatal e
internacional.5 La Ética Mundial de Sostenibilidad, desarrollado por la UICN, el WWF y el
PNUMA en 1990, que establece ocho valores de sostenibilidad, incluye la necesidad de
proteger los recursos naturales del agotamiento.
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Recursos Renovables
Los recursos renovables se renuevan de manera natural y a una velocidad mucho más
significativa que los no renovables. De esta manera, ni la generación actual ni las futuras
corren el riesgo de carecer de ellos en algún momento. De todas maneras, esto no significa
que los recursos renovables se puedan utilizar indiscriminadamente.

Por ejemplo, con el caso de la madera, si bien es cierto que pueden plantarse o crecer
nuevos árboles que reemplacen a los talados, si la tala se produce a velocidades muy
extremas, sí podrían haber faltantes, y se puede dañar ciertos ecosistemas. Es por ello que
aún en estos casos debe existir la planificación.

Ejemplos de recursos renovables

La energía eólica y solar, recursos renovables.

Algunos ejemplos de recursos naturales renovables podrían ser los siguientes:

 El sol: el sol es uno de los recursos energéticos más importantes y de hecho es el


más inagotable de los que existe en nuestro planeta. Es por ello que cada vez se promueve
más el uso de la energía solar.
 El agua: otro recurso natural que resulta indispensable para la vida de todos los
seres vivos que habitan el planeta Tierra es el agua. Y además, se trata de una fuente
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energética, gracias a los movimientos de las masas de agua. Es muy importante su cuidado
puesto que los procesos para purificarla resultan costosos. Si bien es renovable, es limitado.
 El viento: otro recurso natural que es inagotable e indispensable como fuente de
energía, que se capta a través de molinos, es el viento.
 El papel: a partir de la madera o incluso reciclándolo, el papel es otro recurso que
se renueva fácilmente, por lo que nunca podría escasear.
 El cuero: otro bien que es muy utilizado por las personas y que resulta inagotable,
por lo que sigue siendo una opción para producir prendas de vestir y otros productos, es el
cuero.
 Los biocombustibles: estos productos que permiten generar energía se producen a
partir de los alcoholes que derivan de la caña de azúcar o de distintas semillas y plantas. En
los últimos años se han convertido en la alternativa del diesel, que sí es agotable.
 La madera: a partir de la tala de árboles se puede obtener madera para la
producción de distintos bienes, como pueden ser los muebles. Ahora bien, como se mencionó
antes, es esencial que la tala no sea compulsiva, porque podría superar el tiempo que lleva la
regeneración de este producto y así, se corre el riesgo de que escasee este bien tan útil y
fundamental.
 Las mareas: estos cambios en el nivel del mar como consecuencia de la fuerza de
atracción gravitatoria también resultan inagotables. Este recurso es utilizado en muchas
comunidades para generar energía.
 La energía geotérmica: otro recurso que resulta inagotable es esta fuente de
energía, que se produce a partir de las elevadas temperaturas que se generan en el interior del
planeta Tierra. La magnitud de esta energía es equivalente a la solar, de allí su importancia.
 Productos agrícolas: todos aquellos productos que se obtienen a partir de
actividades agrarias, como puede ser el maíz, la soja, el tomate o la naranja, parecieran ser
inagotables, siempre y cuando se tomen precauciones para no agotar los suelos.

RECURSOS NO RENOVABLES
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Recursos no renovables como el petróleo pueden agotarse.


Los recursos no renovables son aquellos recursos naturales aprovechables por el ser
humano, que no pueden producirse o regenerarse a un ritmo que haga sostenible su tasa
de consumo. Es decir que corren el riesgo de escasear, ya sea por desaparición o
degradación. Existen en cantidades fijas o bien son creados naturalmente a un ritmo
tremendamente lento.
Los recursos naturales no renovables son, por desgracia, algunos de los más codiciados y de
los más útiles para la sociedad industrial, especialmente aquellos que se traducen en la
obtención de energía.
Así, la humanidad está constantemente en busca de nuevas reservas o de vías alternas de
obtención, cuando no de reemplazos que, además, no conlleven el riesgo ecológico que este
tipo de recursos suelen implicar.
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Los minerales tampoco se renuevan al ritmo de su consumo.

Algunos ejemplos de recursos no renovables son los siguientes:

 Los hidrocarburos. Formados a partir de la materia orgánica prehistórica, sometida


durante miles de millones de años a intensas condiciones de presión, temperatura y ausencia
de oxígeno, los hidrocarburos se formaron en el interior de la corteza terrestre y pueden ser
hoy en día extraídos por la humanidad. Generalmente poseen un altísimo valor energético y
sirven de insumo para obtener una gran diversidad de materiales químicos diferentes.
Hablamos de petróleo, carbón y gas natural, principalmente.

 Los minerales terrestres. La Tierra está formada por una cantidad fija


de elementos químicos, formando parte de diversos tipos de minerales. Algunos son muy
abundantes, otros lo son menos, y algunos son bastante escasos. Del modo que sea, estos
minerales se formaron durante eones de actividad geológica. Su extracción y transformación
toma apenas una minúscula fracción de ese tiempo, por lo que bien pueden considerarse
como recursos no renovables: el oro, la plata, los diamantes, el uranio, etc.

 Las aguas subterráneas. Siempre que se trate de acuíferos confinados y sin


recarga, los depósitos de aguas subterráneas son limitados. Encapsulados debido a
condiciones geológicas puntuales, y por lo tanto aislados de diversas fuentes de
contaminación, representan yacimientos de aguas muy puras, que se han dado en número
fijo y podrían acabarse
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Medio ambiente

El medio ambiente es el espacio en el que se desarrolla la vida de los organismos y que


permite su interacción. Está conformado por seres vivos (factores bióticos), por elementos
sin vida (factores abióticos) y por elementos artificiales creados por el hombre.

Cuando se habla de seres vivos se hace referencia a la flora, la fauna y los seres humanos;
por su parte, los factores abióticos son aquellos que carecen de vida como el aire, el suelo y
el agua (elementos que resultan esenciales para la subsistencia de los organismos vivos).

Entre los elementos artificiales se incluye a todos aquellos creados por el ser humano, como
la urbanización, la cultura, las tradiciones. La suma de estos valores naturales, culturales y
sociales en un momento histórico y en un lugar en particular constituyen el medio
ambiente.

Los etnomapas

El concepto de "etnomapa", se define como la expresión cartográfica de representación y


medios que las culturas locales utilizan para ubicar espacialmente los recursos naturales y
las actividades humanas que perciben, conocen y efectúan en el territorio que ocupan
(Aliphat com. pers. 2007). Esta definición se soporta en la profunda concepción temporal
que para los pueblos indígenas tiene la distribución de los recursos naturales, sus paisajes
culturales y el reconocimiento de su territorio y región, así como el significado que ha
tenido la creación de etnomapas en Mesoamérica sobre todo de la región maya (Gómez-
Pompa 1990; Aliphat-Fernández 1996; Anónimo 1997; Maimone-Celorio et al. 2006).

Una disciplina que teóricamente orienta a comprender la profundidad representada en un


etnomapa, es la etnoecología. A través de ésta ciencia, se busca descubrir los procesos y las
reglas estructurales por las que una población indígena clasifica su ambiente y los
elementos presentes en él; es decir, esta descodificación e interpretación por el investigador
se basa en la recolección de información lingüística del grupo o población estudiada, que se
ocupa sobre diversos aspectos ambientales y sociales (Morán 1990; Toledo 1991). Esta
disciplina ofrece un método para el estudio integral de los procesos de apropiación humana
de la naturaleza, el cual puede iniciarse con un diagnóstico de los recursos naturales
mediante la aplicación del sondeo, y el empleo de técnicas de investigación como la
observación participante y las entrevistas (Doorman et al.1991).

Conservar el territorio y los recursos naturales a través de los mapas

La creación de mapas indígenas ha sufrido toda clase de procesos y cambios, desde sus
orígenes prehispánicos, durante la colonia y la época republicana, y pareciera ser que en la
actualidad hubiesen perdido vigencia geográfica, para convertirse en el mejor de los casos,
en obras artísticas y folklóricas (Anónimo 2012). Sin embargo, la realidad es todo lo
contrario, estas obras (cartas, planos y mapas) no solo son trascendentales para la realidad
indígena, sino que son portadores de un conocimiento milenario y único (Mundy 1996).
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Tomando en cuenta lo anterior y para fines del presente trabajo, un mapa se entiende como
una representación gráfica que facilita el entendimiento espacial de cosas, conceptos,
condiciones, procesos o eventos en el entorno humano (Harley & Woodward 1988). En
síntesis, el mapa sirve para diversos propósitos como son información científica,
documento histórico, instrumento de investigación u objeto de arte (Crone 1998). En los
últimos años el mapa como medio de comunicación, se ha enriquecido mediante nuevos
datos y técnicas que expresan su contenido en diversas formas. El contenido geográfico y
espacial, así como la calidad visual se ha mejorado gracias al desarrollo y el uso de
tecnología moderna, como imágenes de satélite, fotografías aéreas, geoposicionadores y
computadoras que procesan la información y generan una cartografía detallada y precisa de
sus componentes geológicos, topográficos, suelos, recursos hidráulicos, climas,
vegetaciones y biodiversidad (Toledo et al. 2001; Thrower 2002). Sin embargo, existe una
novedosa forma de cartografiar la situación regional, así como las relaciones entre los
pueblos indígenas y los recursos naturales que los rodean, esta se basa en la participación
bidireccional (práctica y técnica), como ha sido el caso de la serie de etnomapas
poblacionales que forman parte del importante acervo "Atlas Maya" en el Sur de Belice
(Anónimo 1997).

El modelo mental cultural

A escala humana, un esquema teórico que es útil para explicar por qué diferentes grupos
humanos no tienen la misma forma de intervenir en el mismo entorno ambiental, y menos
aún coincidir plenamente en una sola representación gráfica de los recursos naturales, es el
propuesto por Atran et al. (2005). Los autores sostienen que, a través del modelo mental
cultural, se establece una relación de cómo las personas conceptualizan la naturaleza y de
cómo actúan sobre ella, y donde cada grupo cultural tiene un modelo mental propio y
específico. Este modelo mental-cultural desarrollado por Atran et al. (2004; 2005), indaga
la importancia que tienen en el comportamiento de las personas los factores transmitidos
culturalmente, a través del análisis de datos que muestren evidencias de que grupos de
personas con diferentes historias sociales y estructura mental, se comporten de una forma
distinta en el mismo ambiente físico.

Sistema de manejo

Un enfoque teórico que se utiliza en el análisis de los sistemas humanos y ecológicos, es el


de sistemas, donde el sistema se entiende como una entidad abierta, en la que existen
configuraciones inestables y flujos externos que influyen en ellos a nivel funcional y
estructural (Morán 1990). El concepto de sistema se usa a diferentes niveles de análisis, lo
que implica que sistemas de un nivel inferior puedan formar parte de un sistema de un nivel
superior. Por tal motivo, existe una jerarquía de sistemas e interactúan entre ellos. En esta
jerarquía, la decisión sobre si una unidad de análisis se define como un sistema o un
componente depende del enfoque empleado (Doorman 1991). Una característica básica en
el enfoque de sistemas, es el supuesto de que un conjunto de elementos, relaciones y
eventos deben ser tratados en forma colectiva (Fuentes 1995). Por lo tanto, los elementos de
los sistemas son los componentes, interacciones, entradas, salidas y limites (Hart 1985).
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En el campo socioambiental, los sistemas de manejo se refieren a ecosistemas naturales


transformados por el hombre, mediante procesos que le permiten obtener productos
animales, agrícolas o forestales (Masera et al. 2000). Para autores como Toledo (1980), la
apropiación es el término más correcto para referirse el "uso" o usufructo de la naturaleza
realizado por el hombre, por lo que términos como manejo, aprovechamiento, explotación y
otros similares, califican de antemano algo que no necesariamente existe. No obstante, en
los sistemas complejos, los principales componentes abarcan aspectos físicos, biológicos,
sociales, culturales, económicos y políticos (García 2000). Al investigar los sistemas
complejos, se estudia una parte de la realidad en la que hay múltiples formas para
analizarlos. Existen sistemas de manejo relacionados con la agricultura que al integrarse
con la apropiación de los recursos naturales, estos sistemas se vuelven complejos, con
características y componentes específicos que no se encuentra definidos, pero que pueden
precisarse (usualmente son las fronteras geográficas) [Masera et al. 2000].

El presente artículo contribuye a comprender los conocimientos de los pobladores mayas


itzaes de San José y San Andrés, relacionados con la agricultura y los recursos naturales,
mismos que conocen, practican y apropian en la actualidad y que fueron representados en
un mapa local ó etnomapa, a través de componentes definidos y analizados en la región
sistema del Petén central.

Aprovechamiento de plantas y animales en Mesoamérica


La domesticación de especies

Desde épocas muy remotas, la supervivencia de los grupos inmigrantes que fueron
poblando Mesoamérica dependió de la gradual selección de animales y plantas con las
cuales satisfacían sus necesidades alimentarias y de salud, circunstancias inseparables que,
de manera natural e intuitiva, coadyuvaron al impulso psíquico y corporal de las antiguas
civilizaciones.

Al mismo tiempo, la posición geográfica y el relieve de esta región fueron fundamentales


para la creación de ambientes donde la interacción de factores favoreció la proliferación de
formas de vida tan diversas que no resulta tan sorprendente la descripción de más de 600
animales y 2,500 plantas útiles dentro del territorio prehispánico ocupado en la actualidad
por la República Mexicana.

Algunos investigadores reconocen el perfeccionamiento de tácticas que sustentaron la


supervivencia de nuestros antecesores, como la caza, la recolección y la pesca. La captura
de distintos peces y la cacería de armadillos, tlacuaches, víboras y demás fauna silvestre
permitió la ingesta de proteínas de origen animal. En cuanto al aprovechamiento de las
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especies arbóreas, arbustivas y herbáceas se refiere, es muy factible que la apropiación de la


totalidad o de algunas de sus partes se remonte al periodo de 3800 a 1700 a. de C.

Ahora bien, aunque la base de la alimentación en las aldeas e imperios que florecieron en el
área mesoamericana fueron el frijol, el maíz, el chile y la calabaza, el uso de consumibles
como los nopales, tunas y pitahayas era común. Sin embargo, el aprovisionamiento de
todos ellos dependía del comportamiento fenológico de la planta en turno, sobre todo
cuando se deseaban recolectar las flores de maguey, colorín, izote o mayo, vainas de
mezquite, semillas de amaranto y diversas leguminosas, así como también las
inflorescencias del quelite y el loroco, entre otras.

Con referencia a los procedimientos de obtención de sus satisfactores, se afirma que el


progreso de las sociedades de recolectores-cazadores ocurrió desde la llegada del hombre al
continente americano hasta el momento justo cuando los saberes acumulados tras el
contacto cotidiano con los recursos florísticos favoreció el modo de interactuar de los tribus
nómadas o seminómadas con su entorno, pues al volverse sedentarias surgieron las
primeras aldeas, donde se debía superar la escasez de materiales para el sustento que la
naturaleza por sí sola les ofrecía.

Perro de piso (tlalchichi o telchichi, en lengua náhuatl). Tan buena era la carne de este
cánido, que los españoles le intercambiaban por vacas o cerdos. Su consumo excesivo les
llevó a la extinción. (Fuente: http://www.perrosdemexico.com.mx/
especiales/xolo2/historia.html) Tomado del Códice Florentino escrito por Fray Bernardino
de Sahagún entre 1547 y 1587.

De esta manera, es probable que en toda Mesoamérica surgiera la imperiosa necesidad de


centrar la atención en los ciclos de vida de las referidas plantas y así saber dónde era más
propicia su siembra o su cuidado. Justamente este aprendizaje fue el punto de partida para
superar la etapa protoagrícola (o sea, la de la agricultura incipiente) y comenzar su cultivo y
domesticación.
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Límites geográficos y áreas culturales de Mesoamérica. (Tomado de la Red Mundial en


diciembre de 2009. http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Mesoamérica.png)

Si bien es cierto que se han descubierto valiosos vestigios referidos a la cría y venta
ocasional de animales como guajolotes, tepezcuintles, pecaríes o puercos de monte,
xoloitzcuintles y perros, resulta casi imposible precisar cuántas y cuáles eran las especies
que se cultivaban en tan vasto territorio antes de la Conquista.

No obstante, del trabajo de muchos botánicos notables se deduce que los pobladores
aquilataban la utilidad de hasta trescientas plantas porque sus frutos, semillas, raíces o
tubérculos eran comestibles, medicinales, condimenticios, textiles, tintorios, estimulantes o
narcóticos, o bien porque les servían para hospedar insectos como la grana cochinilla y
obtener colorantes vegetales de las hojas del añil, de las semillas del piñoncillo o del
achiote para la celebración de rituales mágico-religiosos o el embellecimiento de sus
hogares.

El hecho es que la posición geográfica privilegiada de este territorio lo convierte en una


zona en donde la interacción de los elementos climáticos, la latitud y el relieve ha
favorecido la mezcla y especiación de componentes de procedencia Neártica y Neotropical,
que desde siempre y hasta el día de hoy le permiten presumir una alta biodiversidad.

En cuanto a la evolución biótica se refiere, existen varias teorías biogeográficas, destacando


entre ellas la propuesta por Morrone al matizar y describir los fenómenos geológicos que
culminaron con la formación de montañas y la creación de innumerables condiciones
ambientales, caracterizadas aún hoy por la existencia de un complejo mosaico de nichos
ecológicos y estrategias adaptativas desplegadas por animales y plantas.

Si bien la domesticación de animales no tuvo relevancia en Mesoamérica, otra situación


muy distinta fue la que prevaleció en los ecosistemas boscosos, donde se estima el cobijo
de unas 24 mil especies de plantas vasculares, de las que todavía se consumen al menos 100
de ellas en todo el mundo, ya sea por el valor nutricional que les confiere su contenido de
carbohidratos, fibras, proteínas o minerales, o por los efectos benéficos derivados de las
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sustancias bioactivas que poseen, las cuales estimulan el sistema inmunitario y, en


consecuencia, previenen o reducen diversas enfermedades crónicas y ciertos tipos de cáncer
con bastante regularidad.

De este modo, y sin poner en tela de juicio el continuum milenario que de seguro debieron
invertir en la acumulación de conocimientos y el acopio de innovaciones tecnológicas
imprescindibles para asegurar el abasto oportuno de materiales y productos vegetales como
fuentes de vida y de supervivencia de todos sus pobladores, finalmente lograron la
subsistencia sin depender de la estacionalidad climática.

Así, el manejo y cultivo de las plantas se fue perfeccionando hasta predominar como medio
de subsistencia, pudiéndose citar vestigios arqueológicos de labrantíos de maíz, frijol,
chayote, calabaza, chi le, cacao, amaranto y algodón que datan de hace 9,500 años,
aproximadamente.

Tasa de crecimiento promedio anual (porcentaje) proyectada para los principales cultivos
alimentarios hasta el año 2020.

Por tal motivo, y no obstante que a lo largo de la historia el hombre dependió de un sinfín
de plantas silvestres (cerca de 10 mil, entre hierbas, arbustos y árboles) para procurar su
manutención, vestido, salud y ornamentación de espacios habitacionales, resulta
sorprendente que hoy día solo sean doce las especies vegetales que aportan las tres cuartas
partes de los víveres que consume el hombre moderno, tres de las cuales son plataforma del
sistema alimentario mundial contemporáneo: trigo, arroz y maíz.

En cuanto a la sobreexplotación y deterioro de nuestros ecosistemas y sistemas agro


productivos, diversos estudios señalan que el problema se torna cada vez más crítico y pone
en inminente peligro la seguridad alimentaria y ambiental de todo el planeta, de tal suerte
que, desde el punto de vista de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura
y la Alimentación (FAO), esta involución no solamente ha incrementado la vulnerabilidad
de la agricultura, sino que también ha empobrecido de manera alarmante la dieta humana.
Instituto Técnico Experimental Agroindustrial “Alan Juyu”
1era calle, 3-67, zona 2, Patzicía, Chimaltenango

Con base en lo anterior, resulta imprescindible reflexionar acerca del papel que las especies
silvestres y los cultivos marginados pueden llegar a tener en el mantenimiento de la
diversidad biológica, cuya valía genética es incalculable en términos agrícolas, así como
también en la implementación de estrategias de manejo y conservación de los recursos
naturales en pro de hacer más eficiente su uso para satisfacer las necesidades básicas del
presente sin comprometer el desarrollo de las generaciones que nos sucederán en el futuro.

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