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Como tal concepto general, designa un conjunto de elementos, formados en su mayoría por
acumulación histórica, con raíces que alcanzan, en algunos casos, a la EM. Su diversidad
(tanto de tipo como de origen), se deriva así de que explicaban el conjunto de un orden
social completo, con elementos políticos, religiosos, ideológicos, morales, económicos,
sociales etc.
Desde entonces, el término se utiliza con mayor laxitud, para referirse a la totalidad de
Europa Occidental anterior al desenvolvimiento pleno del estado moderno, ya que se
entiende este como el factor más innovador de la modernidad, y su culminación como
típica de la edad contemporánea, aunque sobre los límites temporales-conceptuales no
exista acuerdo pacífico entre los autores.
Hablar sobre el A.R. precisa de dos importantes matizaciones: primera, que nos estamos
refiriendo a un conjunto variopinto de factores e instituciones formadas por acumulación
histórica. Es decir, de difícil circunscripción a un periodo preciso. Y, segunda, que
hablamos sobre la “edad moderna”, periodización a su vez enormemente polémica (vid
tema 1 de Mod), tanto en cuanto a su comienzo, como respecto a su final. N.O. con
intención de síntesis, podríamos establecer que, independientemente de esa acumulación
histórica, los factores más determinantes del AR se constituyen entre los ss XVI y XVIII.
PALMER, resalta al dificultad de describir el AR, ya que constituye “una confusa mezcla
de instituciones, agrupables en tres tipos”: Iglesia, estamentos y monarquía. A su vez
interpenetrados: así, de la Iglesia, no sólo es de destacar su papel en el reparto de poderes
medieval (en dos “brazos”), sino la pervivencia, aunque cuestionada, del orden moral
cristiano que ha regido los siglos anteriores. De la sociedad estamental, sus profundas
repercusiones en el orden económico. Y, de la monarquía, el valor que jugara el estado
moderno ya desarrollado en la aparición del nuevo orden posrevolucionario.
IDEAS Y VALORES EN EL AR
A finales del XVIII, toda Europa es cristiana, si se exceptúa el escaso número de judíos que
aún la habita. Se trata de un cristianismo viejo, secular (recuérdese la referencia a sí
mismos de los europeos como “cristiandad”, antes de la Reforma), absolutamente
asimilado, que no ha alcanzado a romper la Reforma-Contrarreforma.
Y, aún más allá, el papel preponderante de la Iglesia (de las iglesias), se da en el orden
moral: la moral europea es cristiana. Y el cristianismo es el que define cada iglesia. Es
cierto que esta concepción ha entrado en crisis parcial desde el Renacimiento, que supuso el
intento de una vivencia de la fe más individualizada: Pero su alcance fue parcial, y se vio
contrarrestado por la fortísima reacción Reforma-Contrarreforma.
La segunda vía de crisis para este pensamiento monolítico del conjunto de la sociedad
europea, tiene tb su origen en el renacimiento, y en el nacimiento de la ciencia (que, como
tal, es un producto ya del XVI), en cuanto que supondrá el establecimiento de la posibilidad
de explicar el mundo al margen de toda fe. St desde Descartes, todo lo que no sea sometible
a un método de análisis que demuestre su certidumbre, es superstición: no-ciencia. Y, la fe
cae dentro de esta categoría, por más que la censura imponga a los primeros pensadores
enorme cautela en extender su filosofía al ámbito religioso. Con el método cartesiano, se
rompe finalmente algo que había entrado en su primera crisis abortada en el Renacimiento:
el principio de autoridad, elemento esencial de la demostración teológica y de su
explicación del mundo. Las verdades no lo son por que lo diga alguien, sino porque es
“científicamente” demostrable que lo son
N.O., estas reacciones del nuevo pensamientos, existen sólo entre las clases más cultas. La
inmensa mayoría sigue viviendo el mundo desde la explicación religiosa tradicional.
EL AR SOCIAL
Por último, es una sociedad pobre. Aunque las cifras son variables, nobleza y alto clero
representan aproximadamente un 5 % de la sociedad. Y el resto está sometido a la amenaza
de la miseria y la hambruna.
Clero
El clero representa al primer estado. Entiéndese aquí al alto clero (cardenales, obispos). El
bajo clero no constituye sino una forma relativamente segura de ganarse la vida (siempre
que las familias tengan medios para costear los estudios religiosos), pero se integra en el
pueblo llano.
Cuenta con una mentalidad nobiliaria (es de hecho, el más frecuente refugio de los
segundones), y participa de los privilegios concedidos en general a las iglesias: exención de
impuestos, cobro de diezmos, tribunales propios, acceso a la definición de las relaciones de
propiedad (por vía legal: determinan la legitimidad de los hijos y matrimonios, y,
consiguientemente, la titularidad de las herencias).
Este estamento pasa de ser el mayor propietario de tierra a fines de la EM, a ceder su puesto
a la nobleza, y, en casos como Francia, al campesino libre. N.O., es aún titular de 1/5 de las
tierras en España, y de un 10-15 % en Francia, en los años anteriores a la Rev.
Se sienta en todas las asambleas políticas (dietas, estados, cortes). Controla la educación
mediante los colegios y el personal de las universidades. De modo que cuando se disuelve a
los Jesuitas en 1760, la Iglesia debió enfrentarse a la reorganización de centenares de
colegios.
Nobleza
La mayoría de los nobles, carecen ya de señoríos a finales del XVIII. Compensan esta
pérdida con el acceso casi en exclusiva a los cargos en la administración, el ejército, o el
poder político, vinculados a la corona. Pero muchos no son siquiera ricos. Recuérdese que
lo que determina la pertenencia al estamento, es la cuna, no la riqueza: ni su pobreza
supone una pérdida de status, ni la riqueza de la burguesía un ascenso, por lo general.
Sus privilegios son similares a los del clero: exención de impuestos, tribunales propios o
trato diferenciado de la justicia, y ejercicio de poderes derivados de la corona allí donde
ocupan cargo o conservan señorío.
Hª CONT.I.1. DEL ANTIGUO AL NUEVO REGIMEN: LOS CAMBIOS
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Por lo general, entienden que su función social es mandar, y cuentan con un código de
honor que les impide el trabajo manual (excepto las armas), incluyendo el comercio y la
industria.
Como estamento, tiene escasa función económica. Incluso en los casos de tener señorío, se
limitan a cobrar sus rentas, sin intervenir en el proceso de producción. La intensificación de
la presión sobre el campesinado, a resultas de las distintas crisis, serán otro de los
elementos que disparen la Rev. De hecho esta se dirige en principio contra los privilegios
de la nobleza.
Burguesía:
Sin frontera definida con la burguesía más modesta, y en situación paupérrima. En Castilla,
p.ej., la mayoría de los maestros artesanos no pueden costearse siquiera la ayuda de un
oficial.
Campesinos:
Una clase mayoritaria, en virtud del carácter agrario de la economía. Existen diversidad de
regímenes, desde la servidumbre que se ha intensificado en el este europeo, hasta las
variedades de campesinado libre (propietarios, jornaleros, arrendatarios). Pero, en general,
están tb marcados por una intensa miseria, y expuestos a la hambruna.
EL AR POLITICO
La nobleza de toga nace paralela a este Estado, cuya complejidad de funciones comienza a
exigir a técnicos formados en las universidades. N.O., esta no alcanza a desplazar a la vieja
aristocracia, que sigue copando los puestos políticos más elevados.
EL AR ECONOMICO
Señala TUSELL que los datos demográficos de la era preestadística contienen elevados
márgenes de error. N.O., las estimaciones más frecuentes suponen que Europa se habría
recuperado de las largas recurrencias de la peste entrado ya el XVI, y habría alcanzado los
100 MM de hab en 1600.
Desde ahí la cifra se duplica en 200 años, y se vuelve a duplicar a los 300 MM a comienzos
del XX. Es decir, que el crecimiento se acelera progresivamente. Pero lo que interesa aquí,
es que este es relativamente lento durante el AR.
Por lo general se achaca esencialmente esta lentitud (los factores son múltiples) al
progresivo descenso de a tasa de mortalidad, que es muy elevada hasta entrado el XIX,
debido a:
Los escasos conocimientos médicos,
La falta de higiene
Una alimentación deficitaria, en cantidad y calidad
La carencia de elementos vitales apropiados, tales como ropa de abrigo o casa
digna.
La tierra sigue explotándose por el sistema de rotación trienal (2 cereales, 1 barbecho) con
rendimientos escasos. Sólo en UK se inicia una lenta maquinización desde 1750. Para
atender al crecimiento demográfico se acude a la roturación de nuevas tierras, generalmente
menos rentables que las antiguas. Las innovaciones son lentas y escasas, y un sistema con
crecimiento demográfico y sin incremento sustantivo de los rendimientos económicos
conduce inevitablemente a una miseria persistente.
LOS CAMBIOS
Los cambios se anticipan por lo menos desde el XVI, como hemos visto.
El nuevo pensamiento, no florecerá hasta la ilustración, pero trae consigo, como elementos
esenciales:
La razón, como fundamento de toda filosofía y todo sistema. Es la consecuencia
del método científico, y es tb un ataque frontal a un sistema apoyado en la fe.
Deísmo: se desarrolla incluso una idea de que el hombre, por sus propios medios,
puede tener una idea de dios sin necesidad de la revelación.
Felicidad: es la necesidad primaria de la humanidad, y lo que justifica su vida en la
Tierra. La idea de felicidad es tb un ataque a la vieja concepción cristiana de la
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resignación, y desde este punto de vista, un motor ideológico del cambio
revolucionario.
Libertad: religiosa y de pensamiento, esencial para desarrollar el programa de la
nueva filosofía.
A la revolución agraria, se refieren con frecuencia los autores para designar el conjunto de
cambios que se dan en el campo. TUSELL cita el cambio de sistema trienal como el
primero y más importante. Este se sustituye por sistemas más complejos, de cereal y
forraje. Lo que permite incrementar el rendimiento de la tierra y hacer crecer la cabaña
ganadera. Le acompaña una creciente maquinización del campo, que aparece en UK ya de
la mano de la primera R. Ind, hacia 1750, incrementando los cultivos y permitiendo un
crecimiento demográfico que alimentará después la mano de obra del naciente capitalismo.
La rev demográfica, cuyos efectos se han citado antes, se debe tb a la creciente intervención
de la ciencia. Aparecen las vacunas (Pasteur, Koch), la anestesia (1846), la transformación
de los hospitales, donde se introduce la idea de desinfección, un nuevo concepto de higiene
pública preventiva (nuevas redes de alcantarillado, sistemas de cuarentena para barcos). En
conjunto, esta “revolución microbiana”, hace desaparecer el carácter misterioso que antes
se atribuía a las enfermedades, y suponer que con la investigación apropiada, el hombre
puede hallar sus causas y curarlas.
Todo esto hace descender la mortalidad, a tasas de la mitad en casi toda Europa, a medida
que las nuevas ideas y sistemas avanzan. A situación no consigue, N.O., controlar
adecuadamente la mortalidad infantil (probablemente por la deficiente alimentación y la
costumbre de no hervir leche ni biberones): Los efectos difieren según la clase social: se
estima que sólo un 20 % de los niños expósitos alcanza los 20 años de edad.
La R. Ind tarda mas de un siglo en expandir sus efectos a Europa. Mientras lo hace,
TUSELL señala que el tejido industrial es muy inferior al peso económico del agrícola. Y
se reduce a tres tipos de explotación:
Pequeños talleres artesanales, generalmente urbanos, con el antiguo sistema de
maestros-oficiales-aprendices, en los que el sistema gremial sigue vivo, aunque
haya ido perdiendo uso, st en UK.
Sistema doméstico: es decir, trabajo en el propio domicilio, con materiales u
métodos proporcionados por inversores ajenos. Es típico de los medios rurales,
donde se compagina con las labores agrícolas. Recuerdo ahora su fundamento en la
primera crisis lanera de Flandes.
Grandes fábricas. Pocas, a las que se denomina manufacturas, para distinguirlas de
las propiamente industriales. De hecho, no hacen sino reproducir a gran escala las
condiciones de trabajo de los pequeños talleres.
EL CAMBIO SOCIAL
Las nuevas clases, son mucho más homogéneas interiormente de lo que lo fueron
nunca los estamentos, y defienden intereses “de clase”.
Las desigualdades sociales son tan marcadas, que alimentarán un nuevo factor
revolucionario que ejercerá su peso a fines del XIX y ppios de XX: los movimientos
obreros.