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LOS GRIEGOS OCCIDENTALES DEL SIGLO V a.C.

Al declinar Atenas, hizo su aparición en Sicilia otra potencia:


CARTAGO1. Que durante 70 años se había abstenido de toda
intervención en los asuntos sicilianos. La lucha de los sicilianos con
los cartagineses duro más de una generación. El gran adversario de
los cartagineses fue el tirano Dionisio I de Siracusa. Su época señala
el ultimo florecimiento del Helenismo occidental. Entre 466 y 415
ocurrieron ciertos cambios. En la mayoría de las grandes ciudades
sicilianas había seguido a la época de los tiranos un periodo de
discordias internas. En Siracusa a la tiranía siguió una democracia. También en Mesina y en Regio
se instalaron democracias. Junto con el fortalecimiento de las tendencias democráticas se da el
desarrollo de la oratoria.
Pero, el período de 50 años que transcurre entre la caída de las antiguas tiranías y la
aparición de los atenienses en Sicilia (466/415) es una época de gran auge cultural: numerosas
ciudades se adornan con magníficos templos.
Reviste un gran interés el levantamiento de Ducetio. Por primera vez se puso de manifiesto
la reacción contra los griegos de los nativos sículos (de Siracusa). H entoc los naturales del país
habían aceptado, sin oposición el dominio de los griegos.
Su intento de agrupar a los sículos nativos tuvo paralelos en Italia. También aquí fueron
despertando durante el siglo V los naturales del país. Estas evoluciones son importantes porque
demuestran que el elemento griego se encontraba a la defensiva en estas regiones.
Desp del aniquilamiento de la expedición siciliana de los atenienses, Siracusa había puesto a
disposición de los peloponesios un fuerte contingente de barcos.
A la vanguardia de los cartagineses que el año 409 había comenzado a hostigar a los griegos
en suelo siciliano siguió en el 408 un gran ejército, formado por cartagineses, libios, y mercenarios
de todo el mundo.
En Siracusa llegó al poder un partido; al frente de él se encontraba Hiparino y Filisto. Estos
individuos favorecieron el ascenso del joven Dionisio. Este consiguió elevarse, a través del cargo
de estratego con plenos poderes, a la jefatura del estado (405). Se apodero de la ciudad. Dionisio fue
una figura eminente no solo de la historia siciliana, sino de toda la griega. Su ascenso le fue
facilitado por la difícil situación de su ciudad nativa.
Gracias a la aparición de una epidemia en su ejército, los cartagineses se dispusieron, de
forma completamente inesperada, a concertar la paz  convenida en el 405 sobre la base de que
1
Cartago: fue una importante ciudad de la Antigüedad, fundada por los fenicios procedentes de Tiro en un enclave
costero del norte de África, cerca de la actual ciudad de Túnez. Existen numerosas fechas expuestas por los
historiadores clásicos sobre la fecha fundacional de Cartago. La leyenda clásica cuenta que fue la princesa Dido quien la
fundó en el año 814 a. C. Si bien el consenso actual es afirmar que la ciudad fue fundada entre los años años 825 a. C. y
820 a. C. con el nombre de Qart Hadašt, es decir, Ciudad Nueva.[
Tras la decadencia de Tiro, Cartago desarrolló un gran Estado, de carácter republicano con ciertas
características monárquicas o de tiranía, que evolucionó a un sistema plenamente republicano. Los territorios
controlados por Cartago la convirtieron en la capital de una próspera República, viéndose enriquecida por los recursos
provenientes de todo el Mediterráneo occidental. Cartago fue durante mucho tiempo una ciudad más próspera y rica que
Roma. Durante su mayor apogeo llegó a tener 400.000 habitantes, edificios de hasta seis y siete pisos de altura, un
sistema de alcantarillado unificado y docenas de baños públicos.
La República Cartaginesa se enfrentó a la República Romana por la hegemonía en el Mediterráneo occidental,
siendo derrotada totalmente en el 146 a. C., lo que comportó la desaparición del Estado cartaginés y la destrucción de la
ciudad de Cartago.
En el 29 a. C. Octavio fundó en el mismo lugar la colonia romana Julia Cartago, que se convirtió en la capital
de la provincia romana de África, una de las zonas productoras de cereales más importantes del imperio. Su puerto fue
vital para la exportación de trigo africano hacia Roma. La ciudad llegó a ser la segunda en importancia del Imperio con
400.000 habitantes. En el año 425, los vándalos conquistaron Cartago durante el reinado del rey Genserico y la
convirtieron en la capital de su nuevo reino. La ciudad fue reconquistada por el general bizantino Belisario en el año
534, permaneciendo bajo influencia bizantina hasta el 705, cuando un ataque musulmán la devastó nuevamente,
reduciéndola a cenizas y masacrando a todos sus habitantes.
cada parte conservaría las posesiones que tenían en el momento de firmar el convenio. Esto
significaba que Cartago no sólo había tomado pie en Sicilia, sino que disponía prácticamente de la
mitad de la isla griega, porque además de sus antiguas posesiones territoriales, se hallaban ahora
también bajo protectorado cartaginés los pueblos de los elimios y los sicanos. A los habitantes de
las ciudades griegas conquistadas les fue permitido el retorno a la patria, aunque con la obligación
de pagar tributo a sus amos, los cartagineses. En el este de la isla habían de permanecer autónomas
Leontinos y Mesina. Dionisio fue reconocido como señor de Siracusa.
En el año 406 los atenienses habían tratado de establecer relaciones con los cartagineses en
Sicilia. Los atenienses solicitaron una alianza con Cartago, pero no llegaron los esfuerzos a buen
fin.
Tanto en oriente como en occidente el poder de una gran personalidad individual fue el que
decidió el curso de la H. En oriente fue el Espartano Lisandro, el que derroto a Atenas y la obligo a
firmar la Paz. (Así ascendió alto Lisandro).
En Siracusa no se había llegado tan lejos, pero el joven Dionisio, reforzó con incomparable
energía su posición en la ciudad.
Desp de su victoria sobre Atenas, los Espartanos habían quedado libres para intervenir en
Siracusa. Esparta se puse del lado de Dionisio, con lo que contradijo sin duda su política
tradicionalmente hostil a los tiranos, pero rindió homenaje, en cambio, a la personalidad del
individuo que había de ser y seguir siendo un fiel aliado de los Espartanos.

LA HEGEMONÍA DE ESPARTA Y LA GUERRA DE CORINTO (404-386AC)


La capitulación de Atenas en abril de 404 a.C marca el fin de la guerra del peloponeso;
únicamente Samos siguió resistiendo por algún tiempo a los peloponesios, hasta que abrió sus
puertas en el verano de dicho año a Lisandro. La victoria de los peloponesios fue completa, pero el
éxito solo se había alcanzado con la ayuda de Persia: el oro Persa había contribuido de modo
decisivo a la ruina de Atenas y de su liga marítima. La hegemonía naval ática, había sido sustituida
por la supremacía de los Espartanos, en todas partes se expulso a los partidarios de Atenas y se
introdujeron constituciones oligárquicas.
Poco tiempo desp este sistema de dominio Espartano produjo un odio inmenso contra los
lacedemonios, y muchas localidades que se había pasado voluntariamente del lado de Esparta,
añoraban el dominio de Atenas.
Lo que Lisandro ordenaba era ley. La vida y los bienes de los ciudadanos estaban en sus
manos. En muchos lugares se produjeron escenas de horror. Se estaba muy lejos de la libertad
anterior en la ámbito de la liga marítima. LISANDRO EN REALIDAD HABÍA ESTABLECIDO
UNA DICTADURA MILITAR.
Con la ruina de Atenas, Grecia había perdido su centro mercantil más importante. Volvió a
aparecer la piratería y las consecuencias de ello fueron la inseguridad por mar, los fletes marítimos
más elevados y una subida de precios en los mercados griegos.
Atenas tampoco se libros de la subversión interior, bajo la protección de la guarnición
Espartana de la acrópolis los oligarcas atenienses establecieron en Atenas un régimen de terror
desenfrenado. Todo el poder se concentraba en Atenas en manos de 30 individuos: “LOS 30
TIRANOS”2. Numerosos ciudadanos que vivían desterrados en el extranjero pusieron su vida en
peligro p’ eliminar el régimen de terror de “los 30”. Al frente de esta valiente hueste estaba
Trasíbulo. Ocupó ahora el lugar de los 30 una asamblea de 3.000 ciudadanos, quines eligieron en
su seno un comité de de 10 p’ que compusieran una constitución. Pero no todos estaban de acuerdo,
los oligarcas convencidos dejaron Atenas y fundaron una comunidad separada, en Eleusis.
Pausanias buscaba una reconciliación entre los dos partidos (403) pero la unidad completa
no se consiguió h/ el año 401/400 cuando ambos, Atenas y el estado oligárquico independiente de
Eleusis se reúnen.
La actitud de pausanias frente a los atenienses era irreconciliable con la política violenta de
2
Los Treinta Tiranos: era un gobierno oligárquico compuesto de treinta magistrados llamados tiranos, que sucedió a la
democracia ateniense al final de la guerra del Peloponeso, durante menos de un año, en 404 a. C.
Lisandro. Esparta no podía permitirse seguir ignorando las quejas que llovían de todas partes contra
Lisandro. Se relaciona con la caída de Lisandro la eliminación de la Decarquías, establecidas por él
en las ciudades dependientes. Esparta había abandonado su política; pero fue demasiado tarde
porque ya había irritado a toda Grecia contra ellos.
En la primavera de 404 había muerto Darío II. Ocupó su lugar su hijo mayor Arsaces, quien
con el nombre de Artajerjes II reinó más de 40 años (404/359-358).
Artajerjes II había ascendido al trono sin el consentimiento de su madre que favorecía a su
hijo más joven Ciro. Los dos hijos estaban enemistados desde la infancia. Ciro había atentado en
vano contra la vida de su hermano mayor, pero Artajerjes le permitió volver a su satrapía de Sardes.
La expedición de Ciro:
Ciro el “príncipe persa” aliado de Esparta en los últimos años de la G, resolvió probar
fortuna en sus ambiciones reales contra su hermano mayor Artajerjes, y para ello juntó una fuerza
de mercenarios griegos. La expedición de Ciro el joven a Babilonia para sustituir a su hermano
(Artejerjes II) por la fuerza de las armas es un episodio de la H persa. Salio de Sardis en el año
401 y de allí avanzo sin obstáculos h/ Babilonia. Los griegos quedaron victoriosos. La ascensión
habría sido lograda si Ciro el joven no hubiera muerto en batalla.

Guerra entre Esparta y Persia:


Tisafernes se había empeñado en atraer a la alianza persa a todas las ciudades griegas de
Jonia a las cuales Ciro había predispuesto en su contra.
Los griegos de Asia Menor se dirigieron a Esparta con la súplica de que les ayudara contra
los persas (o sea contra Tisafernes). Con el retorno de Tisafernes a Asia Menor, donde se hizo
cargo del puesto de Ciro el joven, la cuestión jónica había entrado en otra fase. Tisafernes trató de
someter las ciudades griegas. Si Esparta se negaba a atender la demanda de los jonios, abdicaba de
su posición de potencia hegemónica porque no podía asumir el papel de Atenas como defensora del
helenismo en Asia menor. Por lo tanto Esparta se dispuso a prestarle ayuda lo que produjo un estado
de hostilidades entre Esparta y Persia que se mantuvo hasta el 386 aC.
Agesilao  Rey y jefe de operaciones Espartano, desembarcó en Efeso en el 396 contra
Tisafernes.
Esparta se precipito en la empresa asiática con muy poca fuerza, que fue todo lo que envió a
Jonia. En gral, esa G perso-Espartana de Asia menor (en 397-394) sólo se llevó a cabo con muy
pocas fuerzas de ambos lados. Lisandro (persa) muere en batalla, Pausanias tras pactar una tregua,
debe retirarse, por lo cual los Espartanos lo destituyeron de su cargo. (395 aC).
Guerra Corintia 3943:
Tebas y Atenas se unieron ahora contra Esparta y logran la adhesión de Corinto y de Argos,
la G que se produjo se realizo en las cercanías de Corinto. El resultado fue la victoria de los
3
La Guerra de Corinto o Guerra Corintia: fue un conflicto en la Grecia antigua que transcurrió entre los años
395 a. C. y 387 a. C., en el que se encontraban involucrados, en un bando, Esparta y, en el otro, una coalición de cuatro
estados aliados; Tebas, Atenas, Corinto y Argos, coalición que estaba también apoyada en un principio por Persia.
La causa inmediata de la guerra fue un conflicto local en el noroeste de Grecia, en el que intervinieron tanto
Tebas como Esparta. La causa subyacente era la hostilidad hacia Esparta provocada por la dominación unilateral que
había ejercido en los nueve años que siguieron al final de la Guerra del Peloponeso.
La guerra se llevó a cabo sobre dos frentes, en tierra cerca de Corinto y Tebas, y en el mar, en el Egeo. En
tierra, los Espartanos alcanzaron varios tempranos éxitos en batallas importantes, pero fueron incapaces de capitalizar
su ventaja, y la guerra pronto se vio en un estado de equilibrio. En el mar, la flota Espartana fue derrotada por una flota
persa, acontecimiento que dio fin a las tentativas de Esparta de hacerse con el poder naval. Aprovechando este hecho,
Atenas lanzó varias campañas navales en los años posteriores de la guerra, reconquistando un número de islas que
habían sido la parte del antiguo Imperio Ateniense durante el siglo V a. C.
Alarmados por estos éxitos atenienses, los Persas dejaron de apoyar a los aliados y comenzaron a apoyar
Esparta. Este cambio de bando obligó a los aliados a buscar la paz. La Paz de Antálcidas, comúnmente conocida como
la Paz del Rey, se firmó en 387 a. C., terminando así la guerra. Este tratado declaró que Persia controlaría toda Jonia y
que las demás ciudades griegas serían independientes. Esparta debía ser el garante de la paz, con el poder de hacer
cumplir las cláusulas del tratado.
Los efectos de la guerra, por lo tanto, fueron establecer la capacidad de Persia de interferir satisfactoriamente
en la política griega y afirmar la posición hegemónica de Esparta en el sistema político griego.
Espartanos. Esparta llamo a toda prisa a Agesilao que estaba comprometido en la campaña de Asia
y este por tierra se encontró con el enemigo al que destrozó completamente.
Para Atenas se aproximaban tiempos mejores. (393 aC) en esta época tuvo lugar la
reconquista de las cleruquías de Lemnos, Imbros y Esciros que eran de la mayores importancia para
asegurar tierra a la población ática. Atenas se dispuso a reanudar sus relaciones con una serie de
islas del Egeo.
En Grecia se iba abriendo la idea de que había que agruparse p’ lograr grandes objetivos
políticos. Estos los pone de manifiesto la fusión de los estados de Corinto y Argos (392).
La hélade estaba dividida en dos campos; por un lado estaban Esparta y sus aliados, y del
otro, los adversarios de Esparta, es decir, Tebas, Atenas, Corinto, Argos, etc. El comercio estaba
paralizado. Los mares eran inseguros, e incluso las comunicaciones con Sicilia resultaban
perturbadas a causa de la nueva guerra de los cartagineses. Esparta pedía que todas las polis griegas
fueran libres y autónomas. Para asegurarse en esto la ayuda de los persas, los Espartanos tuvieron
reparo en entregar de hecho a los griegos de Asia Menor al Gran Rey. Pero los atenienses
protestaron contra la entrena de sus hermanos jonios.
Los años 391 y 390 fueron aciagos para Esparta.
Atenas por otra parte, cosechó éxitos sorprendentes. Fueron obtenidos por Transíbulo4, el
jefe que había reestablecido la democracia ateniense. Atenas intento restablecer su dominio sobre
los estrechos, el Helesponto y el Bósforo. Pero no se logro expulsar a los Espartanos de sus
posiciones claves en el Helesponto. Sin embargo los éxitos de Transíbulo fueron considerables:
junto con Tasos y Samotracia conquisto en 389, Lesbos, Halicarnaso y Clazómenas. Estos éxitos se
debían a la debilidad del dominio naval Espartano. En 388 Transíbulo pierde su vida asesinado en
la ciudad de Aspendo.
En Esparta se habían percatado de que una decisión clara en la lucha con sus adversarios
griegos sobre todo con Argos, Beocia y Atenas, no podía alcanzarse. El momento era propicio para
entablar negociaciones de paz.
Paz del rey 386 aC5:
En Susa se concertó la paz entre Persia y Esparta. Para obligar a los demás griegos a aceptar
los términos de la paz persa, los Espartanos bloquearon el paso a través de Helesponto, del trigo
destinado a Atenas. Al producirse en ésta dificultades de aprovisionamiento, la población ática se
dispuso a aceptar la paz. En el año 387 aC se reunió en Sardes un gran congreso de la paz, al que
concurrieron embajadores de todos los estados que se encontraban en G. Condiciones que el Gran
Rey Artajerjes II dio a conocer:
“Artajerjes, el Gran Rey, considera justo que las ciudades de Asia menor le pertenezcan a
él y también Clazómenas y Chipre. En cuanto a las demás ciudades griegas, grandes y pequeñas,
han de ser autónomas, con excepción de Lemnos, Imbros y Esciros, las cuales, como en tiempos
antiguos, han de pertenecer a los atenienses. Pero a aquel que no acepte esta paz le haré la G, con
los aliados, por tierra y por mar, con barcos y dinero.”
En efecto quien podía dar tales ordenes a los griegos, había de estar realmente convencido
de su posición eminente.
4
Trasíbulo: fue un general ateniense y un líder de la facción democrática de Atenas. En el año 412 a. C., en el
comienzo de un golpe de estado oligárquico en Atenas, los marineros pro-democráticos de la isla de Samos le eligieron
general, haciéndole el primer líder de una resistencia democrática contra el golpe de estado. Como general, fue el
responsable de hacer volver del exilio al noble Alcibíades, y los dos trabajaron juntos durante los años siguientes. En
411 a. C. y 410 a. C., Trasíbulo fue el comandante, junto con Alcibíades y otros, de diversas victorias navales críticas.
Tras la derrota de Atenas en la Guerra de Decelia (la última parte de la Guerra del Peloponeso), Trasíbulo
dirigió la resistencia contra el nuevo gobierno oligárquico, conocido como los Treinta Tiranos, que la victoriosa Esparta
había impuesto a Atenas. En el año 404 a. C., dirigió una pequeña fuerza de exiliados que invadió el Ática y, en
sucesivas batallas, derrotó primero a una guarnición Espartana y luego a las fuerzas de los oligarcas. Tras estas victorias
la democracia fue restablecida en Atenas. Trasíbulo, como líder de esta democracia revivida en el siglo IV a. C.,
defendió una política de resistencia contra Esparta y buscó restaurar el poder imperial ateniense. Murió en el año
388 a. C. dirigiendo una fuerza naval durante la Guerra de Corinto.
5

Paz del Rey: Idem cit.16


La Paz del Rey o la llamada “Paz de Antálcidas”, como se la designa en la tradición griega,
fue aceptada por los griegos en el congreso de paz que posteriormente se celebro en Esparta. Entre
los perdedores figuraban Tebas y Argos. Tebas perdió su hegemonía sobre la Liga Beocia6. Argos
hubo de renunciar a su fusión con Corinto. Atenas, en cambio, no tuvo relativamente grandes
perjuicios: estaba indudablemente mejor que en el año 404 aC porque había recobrado sus
cleruquías. La paz constituye un signo del predominio de Persia, que alcanzaba el punto máximo de
su influencia sobre Grecia. Nadie se atrevió en la Hélade a oponerse al edicto del Gran Rey y
Esparta se comprometió a cuidad de que se cumplieran las condiciones del tratado en Grecia. Con la
aceptación de la “paz del Rey” se sometieron los griegos incluidos los Espartanos, al mando del rey
de Persia. Aunque en los años y décadas siguientes hubo distintas guerras en la Hélade, la idea de
una paz que comprendiera a todos los griegos siempre volvió a ser acogida.

6
La Liga Beocia: fue una confederación de ciudades-estados de Beocia fundada hacia el siglo VII a. C.. La liga beocia
salió reforzada de la guerra del Peloponeso al aprovechar la debilidad de Atenas. Con el cambio de siglo, ya se había
convertido en una potencia militar tremendamente poderosa y, en el verano del 395 a. C., estaba organizada en once
distritos que servían tanto para la administración fiscal, como política o militar, por cada una de estas circunscripciones
se elegía un beotarca, máximo cargo militar dentro de la Liga. Los beotarcas formaban un colegio de once magistrados,
elegidos cada uno por un distrito de la Liga. Ejercían el poder ejecutivo bajo la autoridad del Consejo federal, dividido
en cuatro secciones. Asumían el mando del ejército federal. Representaban a Beocia en las relaciones entre ciudades,
recibían y enviaban embajadores. Los personajes más famosos que detentaron la magistratura fueron Epaminondas y
Pelópidas, que llevaron a Tebas a un estatus hegemónico a mitad del siglo IV a. C. La Liga Beocia fue disuelta tras la
batalla de Queronea por Filipo II en 338 a. C. y Tebas fue destruida por Alejandro Magno. Integrantes de la Liga
Beocia: Tebas, Tespias, Orcómenos, Hisias, Tanagra, Queronea, Copis, Acraifia, Lebadea, Coronea, Haliarto.

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