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Humanidades médicas

Te o r í a d e l a m e d i c i n a
José Lázaro*

Críticas actuales
al psicoanálisis
E n el momento actual, el psicoanálisis ha superado un siglo
largo de debates académicos, gremiales y populares, cuenta
con miles de practicantes en los países de Europa y América, dis-
pone de centenares de asociaciones variopintas —y enfrentadas
entre sí—, revistas especializadas en todos los idiomas cultos, li-
bros para llenar varias bibliotecas, pacientes numerosos y presen-
cia frecuente en el debate cultural y en los medios de comunica-
ción. El psicoanálisis es hoy una profesión que mueve muchos
millones de dólares y euros mientras sigue siendo objeto de críti-
cas demoledoras y de defensas apasionadas desde las perspecti-
vas epistemológica y terapéutica. La evaluación de su carácter
científico y de su eficacia clínica continúan siendo muy polémi-
cas.
Una revisión de los argumentos que esgrimen en los últimos En la medida en que progrese la resolución de las técnicas de imagen ce-
años sus críticos y sus defensores puede servir de base para algu- rebral, éstas podrían proporcionarnos una evaluación cuantitativa de los
resultados de la psicoterapia.
nas reflexiones sobre su situación.
En 1989, el profesor de psiquiatría Paul E. Mullen fue invita-
do por la revista Australian and New Zealand Journal of Psy-
chiatry a escribir un editorial sobre el psicoanálisis. El título no sante: sus críticas —que, especifica, no se deben a resistencias
ocultaba sus intenciones: “Psychoanalysis: a creed in decline”1. personales, sino al uso consciente de la racionalidad, al escepti-
Mullen partía de su oposición a la tesis de que el psicoanálisis es cismo del sentido común y al respeto por los datos empíricos—
el método que permite interpretar correctamente —sin triviali- se justifican porque, a pesar de todo, el psicoanálisis sigue ejer-
zar la compleja naturaleza humana— la significación del lengua- ciendo una peligrosa seducción sobre jóvenes psiquiatras en for-
je y de la conducta, así como la relación causal entre síntomas y mación, y no sólo sobre los más crédulos, sino incluso sobre algu-
motivaciones inconscientes. Para Mullen, esta afirmación es arbi- nos de los más brillantes.
traria, inconsistente e indemostrable, ya que el psicoanálisis no La diatriba de Mullen no interesa especialmente por su origi-
ha logrado validarse como método científico. Podría, en cambio, nalidad, sino más bien por lo contrario: es una muestra represen-
ser reconocido como un “conocimiento narrativo”, una herme- tativa de un tipo de discurso antipsicoanalítico que, en múltiples
néutica de signos y símbolos útil para la comprensión de uno versiones, se repite desde hace décadas2-4. Y la propia repetición
mismo y de sus relaciones sociales, pero ajeno a las ciencias natu- indica que sus argumentos tienen peso y partidarios, pero que el
rales. Considerado, en este caso, como un tipo de “psicología po- enemigo sigue sin ser aniquilado.
pular”, podría ser objeto de estudio en las facultades humanísti- Entre estas críticas que el psicoanálisis recibe desde el exte-
cas, pero en las de medicina no debería ser más que una nota a rior han tenido particular repercusión las realizadas por Adolf
pie de página en la asignatura de historia. Y en la práctica psi- Grünbaum, profesor de Filosofía de la Ciencia y de Investiga-
quiátrica —en la que, en su opinión, se requiere un tipo de “co- ción Psiquiátrica en la Universidad de Pittsburgh (Estados Uni-
nocimiento narrativo” capaz de ofrecer una interpretación rigu- dos) que, en los últimos 20 años, parece haber heredado el trono
rosa y sistemática de las vivencias humanas— el psicoanálisis no de Popper como figura hegemónica en la crítica al psicoanálisis
ofrece más que observaciones confusas, interpretaciones rígidas desde la epistemología5,6.
y extravagantes, especulaciones basadas en sus propios sistemas Grünbaum sostiene que es imposible comprobar que los da-
teóricos y dudosos resultados terapéuticos. Por tanto, debe ser tos clínicos proporcionados por la práctica analítica no estén con-
desechado como un episodio histórico que hoy no aporta a los jó- taminados por la sugestión y el efecto placebo, por lo que resul-
venes profesionales que se le acercan más que “un debilitamien- tan inútiles para la validación de la teoría. Considera la concep-
to de su capacidad crítica y una atrofia de su desarrollo intelec- ción psicoanalítica de la neurosis como un entramado hipotético
tual”, a cambio de una formación en “el tipo de placebo más lar- de relaciones causales entre acontecimientos infantiles y sínto-
go que se conoce y el acceso privilegiado a una arcana teología mas de la vida mental adulta. Pero aun si se lograse probar que
en decadencia”. ¿Vale la pena, entonces, seguir combatiéndolo o un cierto grupo de neuróticos tienen como antecedente unas de-
es hacer leña del árbol caído? La respuesta de Mullen es intere- terminadas vivencias infantiles, para establecer una relación cau-
sal entre ambas cosas habría que descartar la posibilidad de que
otro grupo similar de personas con las mismas vivencias infanti-
les estén libres de neurosis —y la de que otro grupo similar de
Profesor de Historia y Teoría de la Medicina.
Departamento de Psiquiatría. Facultad de Medicina. neuróticos haya pasado su infancia sin vivencias semejantes—.
Universidad Autónoma. Madrid. España. Es decir, habría que diseñar ensayos clínicos rigurosos, controla-
dos y aleatorizados, cosa que sos mentales superiores cuyas bases biológicas deben investigar
no han hecho los psicoanalis- las neurociencias.
tas tradicionales —y que no La postura de Kandel plantea, de hecho, la realización del
es nada fácil de hacer en este sueño que Freud manifestó repetidamente: integrar las hipótesis
tipo de terapia. psicoanalíticas con el conocimiento científico de sus bases cere-
Tampoco la perspectiva brales. Su modelo propone la articulación sistemática de la gené-
hermenéutica del psicoanáli- tica, la biología cerebral, la psicología normal y patológica, el
sis se libra de las críticas de aprendizaje, los factores sociales de la conducta y los efectos de
Grünbaum, que rechaza la la psicoterapia. Llega a afirmar que “en la medida en que la psi-
pretensión de que otorgar coterapia o el counseling son eficaces y producen cambios en la
sentido a las asociaciones y a conducta a largo plazo, es probable que lo hagan a través del
los síntomas del paciente con- aprendizaje, provocando cambios en la expresión genética que
firmaría la validez de las in- actúan sobre las conexiones sinápticas y modifican la estructura
terpretaciones. Para él, la co- del patrón anatómico de interconexiones entre células cerebra-
herencia narrativa no puede les. En la medida en que progrese la resolución de las técnicas
ser un criterio de acierto o de imagen cerebral, éstas podrían proporcionarnos una evalua-
error hermenéutico, ya que Los autores hostiles al freudismo ción cuantitativa de los resultados de la psicoterapia”. En la plu-
pueden ser múltiples las in- suelen presentar sus críticas en ma de un autor menos solvente, estas afirmaciones sonarían co-
nombre del método científico.
terpretaciones narrativas que mo una provocación o una fantasía. Y aun viniendo de quien vie-
tengan sentido. nen, no dejan de producir rasgamientos de vestiduras… en
La puerta que Grünbaum deja abierta al psicoanálisis es el de- ambos bandos.
safío de que pruebe sus ideas teóricas y su eficacia clínica con Aunque no todos los psicoanalistas simpaticen con él, Kandel
una metodología de investigación bien diseñada. Ya que los datos ve con optimismo las posibilidades del psicoanálisis: cree que
clínicos procedentes de la práctica analítica tienen poco poder puede superar su falta de tradición científica, asumir métodos de
probatorio, esa investigación debería ser de carácter epidemioló- trabajo empíricos, contrastar sus hipótesis y sus prácticas y bene-
gico o experimental. Un desafío al que ha tratado de responder ficiarse de los avances técnicos en neuroimagen, neuroanatomía
Eric Kandel. y genética. Como culminación de todo ello, se integraría con ple-
Poco antes de recibir el Nobel, Kandel publicó un par de artí- no derecho como una rama importante de las ciencias de la cog-
culos que tuvieron una gran repercusión en círculos psiquiátri- nición humana. Esta orientación permitiría aprovechar la riqueza
cos. En el primero proponía —nada menos— “un nuevo marco de las hipótesis psicoanalíticas, contrastándolas y reforzándolas
intelectual para la psiquiatría”7. En el segundo, respondiendo a con una fundamentación biológica que daría al psicoanálisis un
críticas recibidas, desarrollaba sus tesis sobre las aportaciones nuevo prestigio.
que el psicoanálisis puede recibir de la biología8. Kandel concluye que estamos a las puertas de una sólida bio-
Los autores hostiles al freudismo suelen presentar sus críticas logía de la memoria, de la fantasía y del deseo. Hace falta un
en nombre del método científico, pero sin profundizar en la teo- marco conceptual amplio y una mentalidad abierta para aprove-
ría psicoanalítica ni entrar a debatir sus matizaciones, que ni co- char todas sus posibilidades sin renunciar a ninguna de las sutile-
nocen ni les interesan. Los defensores del psicoanálisis suelen re- zas con que el freudismo analiza los recovecos de la vivencia hu-
petir sus argumentos defensivos —a veces sólo aptos para consu- mana. Hay que respetar toda la riqueza de las peculiaridades
mo interno, como la denuncia de las “resistencias inconscientes” subjetivas sin perder la posibilidad de extraer de ellas conclusio-
del crítico— evidenciando casi siempre una despectiva ignoran- nes científicas objetivas. Kandel piensa que hoy tenemos instru-
cia de las ciencias naturales y de los criterios epistemológicos mentos para ello, desde las técnicas y los datos neurobiológicos
desde los que se les critica. Resulta llamativo en los 2 artículos de hasta la metodología de los ensayos clínicos capaces de comparar
Kandel que su evidente autoridad en el campo de las neurocien- los resultados de la terapia psicoanalítica con los de terapias de
cias se acompañe de un conocimiento profundo —e interno— otra orientación y con los del placebo8.
del psicoanálisis que le permite plantear con una solidez poco Todo este abanico de críticas externas, desde las más hostiles a
frecuente vínculos entre ambos campos. las más constructivas, han dado lugar a un conjunto de respues-
Kandel se formó en los años sesenta en un hospital psiquiátri- tas no menos variadas por parte de los psicoanalistas. Las comen-
co de la Harvard Medical School totalmente dominado por el taremos en un próximo artículo.
psicoanálisis. Retrospectivamente, piensa que él y sus compañe-
ros adquirieron, hace 40 años, una valiosa sensibilidad para aten-
der clínicamente a los pacientes, pero a costa de una grave insu-
ficiencia científica, de la ignorancia de los fundamentos biológi- Bibliografía
cos capaces de integrar la psiquiatría en la medicina y del 1. Mullen PE. Psychoanalysis: a creed in decline. Aust N Z J Psychiatry
1989;23(1):17-20.
desconocimiento de la metodología experimental. 2. Eysenck HJ. Decadencia y caída del imperio freudiano. Barcelona: Ediciones
Con este punto de partida, el hombre que obtuvo el Nobel de Nuevo Arte Thor, 1988.
en el año 2000 por su contribución a la neurociencia ha realiza- 3. Van Rillaer J. Las ilusiones del psicoanálisis. Barcelona: Ariel, 1985.
do una trayectoria notable, que le ha llevado a la conclusión de 4. Webster R. Por qué Freud estaba equivocado. Pecado, ciencia y psicoanálisis.
Barcelona: Destino, 2002.
que, actualmente, “la psiquiatría, la psicología cognitiva y el psi- 5. Grünbaum A. The foundations of psychoanalysis. A philosophical critique.
coanálisis pueden señalarle a la biología las funciones psíquicas Berkeley y Los Angeles: University of California Press, 1984.
que deben ser estudiadas para que se pueda lograr una com- 6. Grünbaum A. Validation in the clinical theory of psychoanalysis. A study in the
philosophy of psychoanalysis. Madison: International Universities Press, 1993.
prensión significativa y sofisticada de la biología de la mente hu- 7. Kandel E. A new intellectual framework for psychiatry. Am J Psychiatry
mana”7. A los profesionales de la enfermedad mental les corres- 1998;155(4):457-69.
pondería tanto la resolución de los problemas clínicos propios 8. Kandel E. Biology and the future of psychoanalysis: a new intellectual frame-
de su nivel como la identificación de las conductas y los proce- work for psychiatry revisited. Am J Psychiatry 1999;156(4):505-24.

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