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Según los artículos de Glave, explique cómo se fueron filtrando conceptos políticos

dentro de la población indígena en la coyuntura gaditana.

Glave (2008) nos habla de una relación de cadena entre los actores políticos y los
medios en donde no solo se informaban sobre los temas políticos, sino que también se
dispersaban, a través de ellos, hacia la población: así vemos surgir a los famosos
«papelistas» quienes se encargaban de escribir estas cuestiones como agitadores
judiciales, pero también la figura de los procuradores dentro del mundo indígena se
hizo notar los cuales actuaban de abogados, en muchos casos indios, que se
vinculaban y cruzaban con los papelistas del mundo urbano y criollo mestizo. (págs.
370-371). No obstante, no eran los únicos actores. Las distintas personalidades
políticas del poder se relacionaban con otras de menor rango las cuales estas a su vez
tenían más implicancias con la misma población; el ejemplo más gráfico sería el del
oidor Vidaurre, (Glave, 2016:32).
La ebullición de ideas y dispersión de estas durante la época estuvo impregnada en su
mayoría por los temas referentes a lo que se había establecido en las Cortes
metropolitanas, específicamente en la supresión de los tributos indígenas. Como
consecuencia de ello, los diferentes intereses que se veían amenazados con tales
proposiciones alteraron el orden político y la prensa era un factor clave. Ya el virrey
Abascal decía sobre ello que «la difusión libre de impresos era un peligro para la
tranquilidad del país y que en Huánuco había sido una de las causas del alzamiento»,
(Glave, 2008:379). Los medios por donde circulaban estas informaciones las cuales se
filtraban a través de las Gacetas, pasquines, poemas, proclamas y discursos, que las
autoridades las calificaban como seducciones por su carácter tan persuasivo con la
población indígena (Glave, 2016:37-38); pero también la infiltración en las
embarcaciones, las conversaciones sediciosas y las reuniones donde se hablaban de
lecturas las cuales serían copiadas y difundidas. (Glave, 2008:376). 

Según lo propuesto por Glave, ¿en qué sentido la rebelión del Cusco de 1814 refleja
un cambio en la cultura política del Virreinato tardío?

La debilidad de la representación, la ruptura frente al poder de la oligarquía regional y


los espacios y circulación de las ideas críticas como las tertulias y debates que fueron
«parte de la vida cotidiana previa a las conmociones de 1813-1815», (Glave, 2016:33),
eran ya procesos que se iban desarrollando en el cambio de la cultura política. No
obstante, hay cambios significativos cuando estalla la revolución, uno de ellos es la
masiva participación de la población indígena, pero también, dirá Glave, «la
constitución de un tácito frente amplio de grupos sociales, económicos y étnicos, fue
una de las características de la revolución […]». (pág.42). Por otro lado, las calles
también cambiaron sustancialmente en la cultura política bajo «la presencia de un
personaje anónimo: el pueblo en las calles.». Es así entonces como la situación
política durante la rebelión toma un matiz popular, una presencia del pueblo que no se
podía ignorar a través de todas las agitaciones y manifestaciones populares. (págs.
43-44).
Así mismo, la misma ideología y la representación de la revolución a través de las
palabras, imágenes y símbolos habían creado una nueva manera de concebir el
futuro. (pág. 61). A ello se refuerza la presencia del prebendo Carrascón y la finalidad
de estos elementos, puesto que «la imagen, la pintura de historia, como elemento de
persuasión, de creación de realidad y desde allí, de legitimación del presente.», (pág.
52). La idea con estos elementos se hace presente hacia el propósito o destino de la
rebelión cuya temática lo expresa «explicando las razones políticas por las que ya no
es justa la obediencia a unas naciones y reyes que ya no gobiernan, abundando en la
distancia que separa con el mar los territorios y lo mal informados que estaban por el
“tiránico gobierno”». (pág. 53).

¿Cómo los actores sociales -criollos, indígenas, autoridades- se movían dentro de


esta especie de cultura conspirativa que se había gestado en el Virreinato tardío?
¿Qué intereses buscaban? ¿Se percibe proyectos políticos?

En un primer momento, la movilización se dio de manera indirecta a través de la


circulación de noticias de sobre levantamientos o conspiraciones de una provincia a
otra, sobre todo bajo los pasquines y «papeles públicos», como bien lo demuestra el
caso de Patiño en Huari (1811) frente a las noticias que le llegaban de Lima y otras
provincias vecinas donde «Lima estaba esperando una sublevación de los criollos que
acabaría con los chapetones y con el virrey a quien “papeles públicos” amenazaban
con degollar.», pero no solo de autoridades, sino también comerciantes y cobradores
de tributos, quienes eran personajes cuya movilización espacial era mayor, tenían
presentes las cartas y rumores. (Glave, 2008:371). De esta manera la preocupación de
las autoridades se hizo presente frente a esta difusión de información, en palabras de
Abascal: «era un peligro para la tranquilidad del país y que en Huánuco había sido una
de las causas del alzamiento.», (pág. 379).
De cierta forma, criollos y autoridades participaron en un plano tanto implícito con sus
ideas como Arellano o Vidaurre, no obstante, las penurias con las que las autoridades
aplicaron a costa de verse amenazadas por la presencia de estos en las provincias,
animaron o incentivaron la acción directa de otros grupos quienes buscaban otros
intereses. Estos podían variar desde los reclamos contra las autoridades en favor de la
constitución o desde un proyecto político diferente, como lo muestra el caso del
prebendado Carrascón. En este último, la revolución de los hermanos Angulo
presentaba una nueva manera de concebir el futuro político de estos territorios que va
alejándose del «tiránico gobierno» de las autoridades virreinales y la despreocupada e
inestable situación hispana. (Glave, 2016:53). De esta manera la articulación en
«ángulo» del Cuzco con Buenos Aires y luego Lima, se muestra como un proyecto
político de corte cada vez más independentista.

¿Cuál la fue la importancia de las redes clientelares y de parentesco a nivel local en


las rebeliones analizadas por Glave?

La importancia de estas redes era sobre todo su casi dominio total de la esfera pública
a nivel local que residía de un proceso de fortalecimiento del poder oligárquico desde
el establecimiento virreinal hasta presentes antes de que estallarán las rebeliones en
estos lugares. Sobre todo, era una práctica de gobierno tradicional para mantener el
orden político entre las élites locales y las autoridades virreinales, como el caso
posterior a las conmociones de 1780 estos vínculos «se restablecieron reforzando sus
lazos oligárquicos, afianzados en vínculos con el poder central a través de los
funcionarios españoles que llegaron a la región para controlarla. Ninguno de los jefes
políticos […] estaba fuera de una red de relaciones familiares que los ataban a los
principales actores de la ciudad.», (Glave, 2016:22), y aún así el reforzamiento, nos
dice Glave «a finales del dominio español esa aristocracia local había convertido a su
arraigo aristocrático en una red política a la que no se le escapaba nadie.», (pág. 28).
Esta oligarquía, no obstante, repercutió y «fue el detonante de inquietudes cuando la
legitimidad del régimen se resquebrajó.», (pág. 21). He aquí la segunda importancia,
puesto que al instaurarse las Cortes que reemplazarían la ausencia Real y con ella
una Constitución con preceptos liberales que permitían el acercamiento hacia la esfera
política de diversos actores que antes no habían tenido participación en ella, chocaban
con los intereses de esta oligarquía que había «cerrado las puertas» de este espacio a
través de todo su entramado clientelista y de parentesco. Al no hallar la solución, estos
personajes «marginados» optaron otro sendero por el cual hacer cumplir las nuevas
disposiciones metropolitanas, unos mediante las letras y otros a través de las
rebeliones. No es raro que Glave mencione que contra «estos personajes se alzó la
furia huanuqueña.», (pág. 30).

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