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La flor de Irupé

La flor de Irupé es un ejemplo del amor.

En la siguiente leyenda, el nombre Morotí (“blanco” en guaraní) hace referencia a los


pétalos en el corazón de la flor.

Morotí era la chica más linda de la tribu y Pitá el mejor guerrero, y se amaban con pasión.
Sin embargo, este amor no estaba en los planes del dios Ñandeyára.

Una tarde, mientras todos estaban a la orilla del río, Morotí se sacó una de sus pulseras, la
tiró al agua y le dijo a Pitá que se la buscara como prueba de su amor por ella. Pitá, un gran
nadador, se tiró sin dudarlo, mas nunca regresó.

La tribu entera lo buscó en vano hasta que el sabio les explicó que Pitá era un prisionero de
Cuñá í payéva (la bruja de las aguas) y que la única que podría salvarlo era Morotí.

Inmediatamente, la joven se tiró al agua a buscar a su amor, pero tampoco logró regresar.

Al otro día, en el río flotaba una hermosa flor: el irupé.

El sabio le explicó a su pueblo que en esa flor vivía la joven pareja: los pétalos blancos
representaban a Morotí que estaba cubierta de besos por los pétalos rojos que
representaban a su amado Pitá.

Así estarían juntos para siempre.

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