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La viña de Nabot: Cuando la moral e integridad son más valiosas

que la vida.

Nabot es uno de los personajes que se menciona en 1 Reyes 21, un agricultor


(granjero), un hombre humilde, que es poseedor de una viña que está situada
contiguo al palacio de Acab, rey de Israel. Al estar tan cerca del palacio, Acab
quiso obtenerla para hacer un cultivo de legumbres, y por ello ofreció a Nabot
hacer un trueque por la propiedad, o realizar una compra. Debido a que la Ley
Mosaica prohibía la venta de herencias paternas (Nm 27.7-11; 36.1-12; Dt 19.14.)
Nabot rechaza tal negocio, siendo fiel a la Ley de Dios y a su familia, y ello termina
constándole la vida.

Quiero compartir 5 lecciones que podemos ver y aprender acerca de la moral y la


integridad a través de esta narrativa bíblica que está vigente y sigue repitiéndose
en nuestros días.

Lección 1: Es difícil administrar justicia cuando nosotros estamos en ventaja

” Y sucedió que después de estas cosas, Nabot de Jezreel tenía una viña que
estaba en Jezreel, junto al palacio de Acab, rey de Samaria. Y Acab habló a
Nabot, diciendo: Dame tu viña para que me sirva de huerta para hortaliza porque
está cerca, al lado de mi casa, y yo te daré en su lugar una viña mejor; si
prefieres, te daré su precio en dinero. 1 Reyes 21:1-2

Acab pensó que el trato que él estaba proponiendo era justo. Ofrecía a Nabot una
propiedad en mejores condiciones, o en caso de preferir el dinero, pagarle el total
del valor de la propiedad que ofrecía. La cuestión era que Nabot no quería el trato
ni se lo había pedido, su propiedad no estaba en venta, ni le interesaba escuchar
ofertas porque sabía que el hacerlo era una clara violación a la ley de Dios.
Es muy fácil caer en este error. Solemos ver como justas aquellas cosas que nos
convienen, aunque realmente estas sean un abuso evidente ante los ojos de los
demás. Ponernos en los zapatos de los demás y ver las cosas desde su posición
es verdaderamente difícil, pero es necesario. Es recomendable siempre escuchar
las opiniones y puntos de vista de otros que no estén involucrados en la
transacción. Una simple opinión puede evitar que nos metamos en un abuso de
poder u autoridad.

Lección 2: Si seguimos nuestros deseos y nos dejamos seducir por nuestros


caprichos, perderemos la brújula moral.

“Pero Nabot le dijo a Acab: No permita el Señor que te dé la herencia de mis


padres.” 1 Reyes 21:3

Acab, el rey de Israel, era conocedor de la Ley, y él sabía que la misma prohibía la
venta de propiedades que habían sido recibidas por herencia, pero a pesar de ello,
decidió seguir su deseo y capricho fueron más fuertes que su moral y prudencia.
Una de las cosas más vergonzosas que podemos atravesar es recibir la
reprensión de personas a las que se supone deberíamos estar guiando, por cosas
que de antemano, sabemos que no deberíamos estar pidiendo, apoyando o
solicitando.

En este caso, Nabot, un humilde agricultor, mostraba una mayor brújula moral que
el mismo rey. A pesar de ser una propuesta tentativa, iba en contra de sus reglas
morales y de conducta. Un humilde hombre estaba avergonzando al rey dándole
una lección moral.

Si permitimos que nuestros caprichos, gustos y deseos dirijan nuestras


preferencias, nuestra conducta y nuestra forma de operar, tarde o temprano nos
veremos perdidos moralmente.
Lección 3: Lo importante no es cuanto tengo, sino cuanto valoro lo que
tengo.

“Acab entonces se fue a su casa disgustado y molesto a causa de la palabra que


Nabot de Jezreel le había dicho; pues dijo: No te daré la herencia de mis padres.
Y se acostó en su cama, volvió su rostro y no comió.” 1 Reyes 21:4

Nabot tenía una viña pequeña, era feliz y la valoraba; Acab tenía todo un reino, y
aún así estaba insatisfecho e infeliz. Las personas con avaricia, no importa cuanto
tengan, siempre estarán buscando más para sentirse felices. Aquellos que han
colocado su confianza en el Señor entenderán las palabras de Jesús: “La vida del
hombre no depende de los bienes que posee.”

Estar en una constante búsqueda de obtener más y mas solamente revela la


necesidad de un corazón infeliz. En palabras de Elisabeth Elliot: “Dios ha
prometido suplir todas nuestras necesidades, lo que no tenemos hoy, no lo
necesitamos hoy“.

Lección 4: Con la excusa apropiada, las personas religiosas se vuelven parte


del sistema corrupto manteniendo su imagen.

“Pero Jezabel su mujer se acercó a él, y le dijo: ¿Por qué está tu espíritu tan
decaído que no comes?6 Entonces él le respondió: Porque le hablé a Nabot de
Jezreel, y le dije: “Dame tu viña por dinero; o, si prefieres, te daré una viña en su
lugar.” Pero él dijo: “No te daré mi viña.” Su mujer Jezabel le dijo: ¿No reinas
ahora sobre Israel? Levántate, come, y alégrese tu corazón. Yo te daré la viña de
Nabot de Jezreel. Y ella escribió cartas en nombre de Acab, las selló con su sello
y envió las cartas a los ancianos y a los nobles que vivían en la ciudad con Nabot.
Y escribió en las cartas, diciendo: Proclamad ayuno y sentad a Nabot a la cabeza
del pueblo.Sentad a dos hombres malvados delante de él que testifiquen contra él,
diciendo: “Tú has blasfemado a Dios y al rey.” Entonces sacadlo y apedreadlo
para que muera.” 1 Reyes 21:5-10
Lamentablemente, a lo largo de la historia ha sido común ver como personas
intelectuales, estudiadas y religiosas se han involucrado y tomado parte en las
peores causas. ¿Como sucede? De la misma forma que operó Jezabel. Si ella
únicamente hubiese dado la orden asesinar a un hombre justo, quizás los
ancianos y nobles se hubiesen negado a obedecer, pero además de la orden, ella
les dio la excusa apropiada para actuar: ayuno y falso testimonio.

Hombres ilustres han accedido a apoyar eventos lamentables, deshonestos,


desleales, sucios, corrupotos e inmorales, disctaduras sangrientas, porque
quienes les han invitado a participar les han ofrecido exactamente lo mismo:
mantener su imagen de religión. Hoy en nuestros días, grandes despropósitos han
iniciado con una jornada de oración. Esta es una de las razones por las que,
personalmente, pienso que las personas creyentes no deben involucrarse en
agendas políticas. La brújula moral corre peligro.

Lección 5: Dios siempre observa la injusticia y en algún momento actúa para


restaurar parcialmente la justicia.

“Entonces vino la palabra del Señor a Elías tisbita, diciendo: Levántate, desciende
al encuentro de Acab, rey de Israel, que está en Samaria; he aquí, él está en la
viña de Nabot, adonde ha descendido a tomar posesión de ella.” 1 Reyes 21:17-18

Aunque a los ojos del pueblo no había ocurrido ninguna injusticia, ante los ojos del
Señor si. Dios observa la injusticia que ocurre en el mundo. Sabemos que la
injusticia es tambíen un efecto de este mundo caído que Dios ha prometido redimir
al final de la historia, pero tambíen sabemos que ante la injusticia, Dios no se
queda totalmente de brazos cruzados. Actua parcialmente, y digo parcialmente,
porque no impone la justicia de forma absoluta, pero si, ante aquellos que
practican la injusticia (Proverbios 11:31).

Estas son 5 lecciones que puedo aprender acerca de la injusticia y la moral.


Oremos para que nuestra mente siempre sea renovada por la Palabra, y el
Espíritu nos transforme por medio de ella, que no hagamos de nuestra opinión una
regla moral, sino que nos sometamos al gobierno justo del Soberano de los reyes
de la tierra. Persigamos la justicia, tengamos hambre y sed de ella, porque
seremos saciados (Mateo 5:6)

Con amor,

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