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Varios
Varios
están vencidos
Gran impacto han causado los hechos sucedidos en el Edifico Luz Marina, una
copropiedad ubicada en el Barrio Rosales del norte de Bogotá, en el que una
vigilante debió pasar un mes viviendo en el sótano con un sofá que le prestó el
presidente del consejo, sin poder salir y solo alimentándose con $15.000,= que le
pagaban diariamente.
Según han informado casi todos los medios de comunicación, la señora Edy
Fonseca tuvo que quedarse en el Edificio, al inicio de la cuarentena, luego de que
despidieran a los otros dos vigilantes con los que compartía el trabajo, y solo logró
salir en ambulancia cuando sufrió parálisis facial y estuvo al borde de un coma
diabético.
Lamentamos las condiciones indignantes por las que debió pasar la señora
Fonseca, que esperamos sean investigadas por las autoridades competentes,
pero de esos hechos queremos resaltar que ella había sido contratada por el
Edificio de manera directa, para prestar sus servicios de vigilancia, sin pertenecer
a una empresa con licencia otorgada por la Superintendencia de Vigilancia
Privada, lo cual hace mucho más grave la situación.
¿Su copropiedad puede estar repitiendo la historia del Edifico Luz Marina?
Ante la difícil situación económica que están atravesando las copropiedades o
anticipándose a lo que pueda suceder, por la falta de pago de las cuotas de
administración, algunos administradores y consejos de administración han optado
(o al menos lo han pensando), por modificar la forma de prestación del servicio de
vigilancia, reduciendo el número de hombres contratados con la empresa o incluso
cancelando el servicio, para vincular algunas más económicas, como las que
prestan servicios de conserjería o recurriendo a la contratación directa, queriendo
evitar costos de intermediación.
Será importante que antes de tomar decisiones como esas, que podrían llegar a
desconocer los derechos de los trabajadores, por imponerles jornadas y cargas
mayores de trabajo, disminuir sus salarios o violar normas que regulan el servicio
de vigilancia privada en el país, conozcan lo que establece la ley al respecto, para
respetar los derechos de los trabajadores y evitar sanciones o demandas
millonarias.
Igual que a todo trabajador en Colombia, el Código Sustantivo del Trabajo ordena
que el personal que presta servicio de vigilancia sea vinculado a través de contrato
laboral, con el pago de al menos el salario mínimo y demás recargos por jornadas
extras y servicios en días festivos o jornadas nocturnas.
Por su parte, la ley 1920 de 2018, conocida como ley del vigilante, en su artículo 7,
autoriza a los trabajadores del sector de la vigilancia a pactar, de común acuerdo
con su empleador, y siempre que conste por escrito, jornadas diarias de doce (12)
horas. Aunque el citado artículo mantiene la jornada ordinaria en ocho horas,
permite extender la jornada suplementaria hasta por cuatro (4) horas adicionales
diarias, las cuales deberán ser pagadas con los correspondientes recargos por
jornada suplementaria, es decir, como horas extras, con sus correspondientes
recargos adicionales si se realiza en jornada nocturna o en día festivo.
La citada norma es clara en establecer que en ningún caso las horas extras
podrán exceder de cuatro (4) diarias, y en la semana no podrán ser más de doce
(12).
Por su parte, el artículo 172 del mismo Código, consagra el derecho del trabajador
al descanso mínimo de 24 horas en día domingo, que podrá, dadas las
características del servicio de vigilancia privada, ser compensado con un día
descanso en otro día de la semana.
Sobre este tema puede leer más en : Jornadas de 12 horas para personal de vigilancia
privada y pago de horas extras
Características mínimas de los puestos de vigilancia
Y añade la sentencia:
“Si ello es así, debe sin ambages señalarse que no queda circunscrita, por
consiguiente, al mero ámbito del contrato de construcción de la edificación que
regula las relaciones del constructor con el dueño de la obra, sino que esa
garantía decenal y la responsabilidad subsecuente del constructor puede ser
hecha valer por terceros adquirentes, sin que sea dable aducir el titulo
(compraventa, fiducia mercantil, leasing, etc.) del cual deriva su derecho sobre el
edificio como causa inmediata de pedir en el marco de una responsabilidad.
contractual, pues esta debe catalogarse de legal.”
Para leer completa la sentencia dar click aquí SC2847-2019
Sobre la evolución a lo largo de los años, de esas posiciones jurisprudenciales, la Sala Civil
del Tribunal Superior de Cali se ha pronunciado recientemente, definiendo cuál es la
posición actual, sobre la posibilidad de que el administrador de la propiedad horizontal, en
nombre y representación del edifico o conjunto, presente la demanda.
Sobre la decisión del Tribunal valdrá la pena destacar que la misma resalta el contenido de
los artículos 19, 32, 50 y 51 de la ley 675 de 2001, para expresar:
«Del análisis del anterior articulado tenemos que en el régimen de propiedad horizontal
(Ley 675 de 2001), el derecho de dominio sobre los bienes comunes nace directamente del
derecho que adquirieron los propietario de los bienes privados. Es decir, de la propiedad
de los bienes privados deviene el derecho de dominio de los bienes comunes con todas las
consecuencias legales que ello significa.»
Entonces, la propiedad horizontal, una vez constituida legalmente, da origina a una
persona jurídica conformada por los propietarios de los bines de dominio particular cuyo
objeto, entre otras cosas, es el de administrar correcta y eficazmente los bienes y servicios
comunes y manejar los asuntos de interés común de los propietarios de bienes privados,
por intermedio de su representante legal, que corresponde a un administrador designado
por la asamblea general de propietarios.»
En consecuencia, estando legalmente radicada en cabezas del administrador la
representación de la persona jurídica que nace de la propiedad horizontal, está
debidamente facultado para iniciar y soportar las acciones judiciales o extrajudiciales en
las cuales las propiedad horizontal sea parte.»
Y para fundamentar aun más su posición actual, el Tribunal añadió:
Muchas de esas diferencias y reclamos son resueltos por acuerdos directos, o en algunos
casos ante centros de conciliación, pero en algunas circunstancias se hace necesario recurrir
a acciones judiciales, a través de demandas en contra de las constructoras.
Cuando se adelantan esas demandas es necesario presentar la prueba de los daños en los
bienes comunes, o probar las diferencias entre los recibidos frenta a los ofrecidos, así como
calcular su valor de reparación o entrega, prueba esta que exige unos requisitos especiales.
Por lo anterior, será importante tener en cuenta lo expuesto por la Sala Civil del Tribunal
Superior de Cali, en sentencia de noviembre 16 de 2018 (Referencia 76001-31-03-015-
2015-00295-01), en proceso adelantado por una copropiedad residencial en contra de H &
R CONSTRUCTORA S.A., en realción con la forma en que se debió presentar la prueba de
las falencias que alegaba la copropiedad, lo cual se hizo a través de dictamen pericial:
“Volviendo nuevamente sobre el dictamen pericial que obra a folio 169 a 171 acompañado
dentro de los hechos de la demanda (hecho 4º) hay que decir que el Código General del
Proceso en su artículo 232 establece que para apreciar el dictamen se tendrá en cuenta la
solidez, claridad, exhaustividad, precisión y calidad de sus fundamentos, la idoneidad del
perito y su comportamiento en la audiencia, y las demás pruebas que obren en el
proceso.”
“Dicho lo anterior, la pericia aportada y en la que basa sus pretensiones el demandante
carece de soportes técnicos, y objetivos, como de anexos con los cuales se respalden sus
conclusiones, solo contiene un informe fechado, Cali mayo de 2015 sin firma de su
suscriptor a pesar de que allí aparece “arquitecta …” sin sello ni firma autógrafa de la
que se pueda derivar su autoría. Adicionalmente se precisa que tampoco aportan
documentos que acrediten calidades profesionales y experiencia del posible autor, lo que
genera serias dudas a esta Sala sobre su resultado. Por lo que se impone su desestimación
por carecer de soporte cierto y razonable que ofrece serios motivos de duda”
Para ver la totalidad de la sentencia dar click aquí Referencia 76001-31-03-015-2015-
00295-01
junio 27, 2019
El pasado 19 de febrero la Sala Civil del Tribunal Superior de Cali, con ponencia
del Honorable Magistrado Carlos Alberto Romero Sánchez, profirió una importante
sentencia en un proceso de impugnación de decisiones de asamblea promovido
en contra de una propiedad horizontal.
«Igualmente, emerge del análisis del precepto referido, sin lugar a duda alguna,
que el término de caducidad allí previsto debe contabilizarse desde <<la fecha del
acto respectivo”, lo que indica que la iniciación del respectivo conteo se define por
la calenda en que se lleva a cabo el acto impugnado, o en otros términos desde el
momento en que el mismo fue adoptado por el respectivo órgano de decisión>>.»
«En efecto, se aduce en el recurso que tal postura encuentra arreglo en el artículo
47 de la Ley 675 de 2001, a cuyo tenor «las decisiones de la asamblea se harán
constar en actas firmadas por el presidente y el secretario de la misma, en las
cuales deberá indicarse si es ordinaria o extraordinaria, además la forma de la
convocatoria, orden del día, nombre y calidad de los asistentes, su unidad privada
y su respectivo coeficiente, y los votos emitidos en cada caso.» Sin embargo, no
emerge del tenor literal de dicha normativa que la suscripción del acta que da
cuenta del desarrollo de la asamblea se encuentre prevista como un condicionante
de la existencia jurídica de las decisiones adoptadas en la misma, valga señalar,
sin perjuicio del tratamiento especial que tienen las decisiones sometidas a
registro.»
«Por el contrario, lejos de condicionar la existencia de la decisión o del acto de la
asamblea, a la suscripción del acta, en la normativa se establece que esta última
sirve para certificar o hacer constar las decisiones y el desarrollo de la asamblea
celebrada, siendo entonces claro que la elaboración del acta procede cuando la
decisión ya se encuentra adoptada, por lo que solo conlleva por disposición del
legislador, únicamente a dejar evidencia histórica de la misma.»
«Por ese camino, la misma norma prevé que «la copia del acta debidamente
suscrita será prueba suficiente de los hechos que consten en ella, mientras no se
demuestre la falsedad de la copia o de las actas«, dejando clara la función del
acta, y el valor probatorio de su contenido, el cual, como quedó sentado en líneas
anteriores, da cuenta de la fecha en que se adoptaron las decisiones aquí
impugnadas, y a su vez determina la caducidad de la acción impetrada»
A continuación podrá conocer el texto completo de la sentencia.
Cómo se regula la responsabilidad de
daños causados por construcciones
vecinas
junio 8, 2017
En efecto, la ley 2000 de 2019 crea un nuevo numeral al artículo 140 del Código
Nacional de Policía, cuya parte final permite que asambleas y consejos prohiban el
consumo de sustancias psicoactivas en bienes comunes:
Artículo 3°. Modifíquese el parágrafo 2° y adiciónense dos nuevos numerales y tres tres parágrafos nuevos al artículo 140 de la Ley
1801 de 2016, “por la cual se expide el Código Nacional de Policía y Convivencia”, en los siguientes términos:
Artículo 140. Comportamientos contrarios al cuidado e integridad del espacio público. Los siguientes comportamientos son
contrarios al cuidado e integridad del espacio público y por lo tanto no deben efectuarse:
(…)
1.
13. Consumir, portar, distribuir, ofrecer o comercializar sustancias psicoactivas, inclusive la dosis personal, en el
perímetro de centros educativos; además al interior de centros deportivos, y en parques. También, corresponderá a
la Asamblea o Consejo de Administración regular la prohibición del consumo de sustancias psicoactivas en
determinadas áreas de las zonas comunes en conjuntos residenciales o las unidades de propiedad de propiedad
horizontal de propiedades horizontales, en los términos de la ley 675 de 2001.
Le recomendamos leer: ¿Qué dice la nueva ley sobre consumo de estupefacientes en bienes
privados?
Corresponderá entonces ahora, a asambleas y consejos de administración,
regular aquellas zonas comunes en las que el consumo de sustancias psicoativas
estará prohibido, respetando para ellos los procedimientos establecidos en la ley
675 y el reglamento de propiedad horizontal.
Para conocer el texto completo de la ley 2000 de 2019 puede dar click aquí
noviembre 15, 2019
Artículo 3°. Modifíquese el parágrafo 2° y adiciónense un nuevo numeral y tres parágrafos nuevos al artículo 140 de la Ley 1801 de
2016, “por la cual se expide el Código Nacional de Policía y Convivencia”, en los siguientes términos:
Artículo 140. Comportamientos contrarios al cuidado e integridad del espacio público. Los siguientes comportamientos son
contrarios al cuidado e integridad del espacio público y por lo tanto no deben efectuarse:
(…)
1.
13. Consumir, portar, distribuir, ofrecer o comercializar sustancias psicoactivas, inclusive la dosis personal, en el
perímetro de centros educativos de educación preescolar, básica y media; además al interior de centros deportivos,
parques metropolitanos, zonales y de bolsillo, con excepción de actividades autorizadas por la autoridad
competente, de conformidad con el parágrafo 6° del presente artículo. También, corresponderá a la Asamblea o
Consejo de Administración regular la prohibición del consumo de sustancias psicoactivas en las zonas comunes de
las propiedades horizontales, en los términos de la Ley 675 de 2001.
En efecto, esta nueva ley, al establecer que asambleas y consejos pueden prohibir
el consumo solo en zonas comunes, está ratificando que los propietarios y
residentes podrán ejercer libremente cualquier actividad al interior de su bien
privado, dado que el domicilio es inviolable, salvo orden judicial, pues se trata del
lugar en que cada persona puede ejercer su intimidad y desarrollar libremente su
personalidad.
DECRETA:
Artículo 1°.- Objeto de la Ley. La presente ley tiene por objeto establecer los principios
generales para el desarrollo y funcionamiento de las Unidades Inmobiliarias Cerradas y la
reglamentación de los derechos y obligaciones de los copropietarios y la reglamentación de
los derechos y obligaciones de los copropietarios respecto a su municipio o distrito;
organizar su funcionamiento para procurar una mejor calidad de vida y una convivencia
armónica de los copropietarios, moradores y usuarios, y establecer áreas comunes de
servicios sociales necesarios bajo estándares mínimos nacionales.
Artículo 2°.- Principios Generales. Son principios generales para el desarrollo y
funcionamiento de las Unidades Inmobiliarias Cerradas:
1. La función social de la propiedad inmueble, que implica la provisión de áreas
suficientes para atender las necesidades de las personas y su relación o la comunidad,
tales como la circulación, recreación, reunión y disfrute visual; la protección y
conservación ambiental y la armonía estética del conjunto urbano.
2. La función urbanística de la propiedad que exige la integración funcional, ambiental
y espacial de las construcciones con el entorno; así como el acatamiento de las normas
urbanísticas de planeación y de construcción municipales.
3. El respeto a la privacidad que impone obligaciones y limitaciones para garantizar un
grado de aislamiento acústico y visual de las áreas privadas.
TÍTULO PRIMERO
Artículo 6°.- Usos del suelo predominante. Se considera uso del suelo predominante aquel
cuyas características arquitectónicas y funcionales, así como el impacto que genera en su
entorno, determina la configuración de la unidad inmobiliaria cerrada e impone condiciones
y exigencias de usos complementarios.
Artículo 7°.- Usos y servicios complementarios. Usos del suelo complementarios son
aquellos de menor impacto urbanístico en relación con los usos predominantes, pero que
resultan imprescindibles para la configuración y funcionalidad del entorno de acuerdo con
la reglamentación municipal, tales como los parqueaderos, zonas recreativas, vías
peatonales y pequeños comercios.
Una misma área puede cumplir varias funciones y permitir la prestación de diversos
servicios sociales, como la de áreas viales y escenarios deportivos, según la reglamentación
municipal y los estatutos de las unidades inmobiliarias cerradas.
Artículo 8°.- Usos de los suelos compatibles. Las normas municipales de urbanismo
determinarán las tipologías de usos del suelo que consideran compatibles entre sí,
atendiendo a condiciones de funcionalidad urbana y a las características de la configuración
de la unidad inmobiliaria cerrada.
Artículo 9°.- Usos restringidos. Son todos aquellos usos de suelos permitidos a condición
de que cumplan determinadas normas, requisito o limitaciones exigidas por las autoridades
municipales de urbanismo y planeación o por la Asamblea General de Copropietarios.
Los usos del suelo ya establecidos en las unidades inmobiliarias cerradas podrán someterse
a nuevas restricciones con el fin de que cumplan su función urbanística y garanticen
condiciones de salubridad y armónica convivencia.
Integración Municipal
Participación Comunitaria
Artículo 30°.- Derechos de los moradores. Toda persona que habite o permanezca en las
Unidades Inmobiliarias Cerradas tendrá derecho a unas condiciones de vida digna, a la
privacidad, a la recreación, a la libre circulación, a reunirse, a organizarse para fines lícitos
y a participar en la vida social comunitaria.
El ejercicio de estos derechos se realizará de manera que respete los derechos de las demás
personas y de acuerdo con los reglamentos y normas de convivencia de la respectiva
Unidad Inmobiliaria Cerrada.
Obligaciones Económicas
Normas Especiales
NOTA: La presente Ley aparece publicada en el Diario Oficial No. 43219 del 21 de enero
de 1998.
mayo 5, 2020