Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Violencia» (comprendida entre 1946 y 1953), dado que en ésta Mejía Vallejo deja de
lado una guerra partidista —característica principal de las novelas de la época— y se
adentra en el pueblo de Tambo y de sus habitantes. La novela cuenta con dos
narradores: un forastero que llega al pueblo, relata lo que piensa y lo que ve; y un
narrador en tercera persona que se centra en la vida del padre Barrios, nuevo párroco
de Tambo, desde el momento mismo de su llegada. Fueron esta temática y estilo
narrativo las que le valieron a El día Señalado el ser considerada como uno de los tres
pilares de la novela de «La Violencia» al lado de El Cristo de espaldas (1952) de
Eduardo Caballero Calderón y La mala hora (1962) de Gabriel García Márquez.
Uno de los grandes éxitos de esta novela se encuentra en los dos ejes narrativos,
gracias a los cuales los lectores podemos ver la violencia representada y vivida en los
personajes de una manera tanto individual como colectiva. Las narraciones en
primera persona nos dan una mirada individual del conflicto, mientras que la narración
en tercera persona nos presenta una perspectiva colectiva más amplia. Gracias a este
estilo narrativo, como lo afirmara Luis Marino Troncoso, gran crítico de la obra de
Mejía Vallejo, permite que los lectores mantengamos un equilibro porque recibimos
una opinión individual y colectiva de la problemática surgida durante «La Violencia»,
dejando de lado la característica amarillista y la dualidad de buenos y malos,
conservadores y liberales.
En El día señalado, Mejía Vallejo nos presenta un espacio que subyuga a sus
habitantes, y no les deja otro camino que la violencia. Este sometimiento se logra
involucrando a los personajes directamente con la violencia, como es el caso del
gamonal, la policía, y los guerrilleros que viven en la montaña; o excluyéndolos como
es el caso de la gran mayoría de los habitantes que siguen lo dictado colectivamente
por temor a la violencia.
De este modo, Mejía Vallejo nos propone rebelarnos contra el espacio que nos
subyuga: en El día señalado, el padre Barrios al llegar a Tambo, cambia el
sacramento de la confesión. El antiguo párroco usaba este sacramento como una
forma de reprender a sus feligreses, y de esta manera, exteriorizar su poder e
imponer su propio orden. En cambio las confesiones con el padre Barrios ofrecían un
diálogo, y en lugar de reprender, el sacerdote sirve como consuelo. De igual manera,
el padre Barrios cambia las penitencias acostumbradas. En lugar de pedir a sus
feligreses oraciones por sus pecados, él les pide que participen de la reforestación de
Tambo como proyecto redentor no sólo para la tierra desértica del pueblo, sino
también para el alma de los habitantes. De este modo, el sacerdote no sólo estaría
sacando al pueblo de Tambo del ocio, que según él mantiene la violencia en el
pueblo, sino que también lo integraría en una comunidad.
Qué tan lejos está El día señalado, de la Colombia de hoy, donde la solución para la
violencia es la respuesta armada y la perpetua polarización en dos bandos que se
caracterizan por una continua intolerancia a la diferencia.
A través de El día señalado y la gran mayoría de sus obras, Mejía Vallejo nos propone
una novela regional en la que sus personajes, además de revelarnos una región
olvidada, también nos revela un interior en lo que se encuentra lo más puro de ellos,
que en el caso específico de sus novelas, es un pasado campesino regido por la
sencillez de la vida rural. Tal como el padre Barrios, el autor nos muestra su intención
de integrar a todos los habitantes de Tambo, alegoría de Colombia, en el proyecto
redentor: la siembra de árboles.