Está en la página 1de 2

TRIUNFO SOBRE LAS PRUEBAS

Capitulo V

CANSADO DE ORAR Y NO VEO RESULTADOS SOLO PROBLEMAS QUE NO LOGRO


SOLUCIONAR.

¿A qué se debe ese disgusto por la vida que se apodera de ciertos individuos sin que tengan para ello
motivos valederos? - Efecto de la ociosidad, de la falta de fe y, con frecuencia, de la saturación. Para aquel
que ejerce sus facultades con un objetivo útil y conforme a sus naturales aptitudes, el trabajo no tiene nada
de árido y la vida pasa con mayor rapidez. Soporta sus vicisitudes con tanta más paciencia y resignación
cuanto que obra con miras a la felicidad más firme y duradera que aguarda. ¿Tiene el hombre el derecho de
disponer de su propia vida? – No, tan sólo a Dios cabe el derecho de disponer de la vida de los hombres y
mujeres. El suicidio voluntario que no necesariamente significa quitarte la vida, el suicidio contempla
también: sumergirte en las drogas, el alcohol, la prostitución, apartarte de los caminos de Dios, constituye
una transgresión a la ley. ¡Insensatos! ¿Por qué no trabajaban? Si lo hubieran hecho, la existencia no les
habría sido tan pesada. Las personas que toman el suicidio o abandono corporal para escapar de las
miserias y desengaños del mundo son ¡Pobres Almas que no poseen el valor de soportar las miserias de la
existencia! Dios ayuda a quienes sufren, pero no a los que no tienen ni fuerza ni valor. En efecto, es
imposible que se haya querido expresar que Dios tenga “ese derecho” (el de disponer de su propia vida, o
sea, de la vida de Dios, lo cual sería una aberración del pensamiento. Lo que se quiso decir es que a Dios
cabe el derecho de disponer de la vida humana. ¡Bienaventurados los que las padezcan sin murmurar,
porque serán recompensados por ello! En cambio, ¡desdichados de aquellos que esperan obtener su
salvación de lo que, en su impiedad, llaman el azar o la fortuna! El azar o la fortuna para servirme de su
lenguaje pueden, en efecto, serles propicios por un momento, pero sólo para hacerles sentir después, y con
más crueldad, el vacío de sus palabras, es decir en términos coloquiales se le pasa la ingesta de alcohol ( SE
LE PASA LA PEA), droga y luego vuelve a la realidad. Los que han conducido a un infortunado acto de
desesperación que es la muerte, ¿sufrirán las consecuencias de lo que hicieron? - ¡Desgraciados de ellos!,
porque de eso responderán como de un asesinato. El hombre y la mujer que está en lucha contra la
necesidad y que se deja morir de desesperación, ¿puede ser considerado un suicida? - Se trata, sí, de un
suicida, pero los causantes del mismo, o que hubieren podido impedirlo, son más culpables que él, a quien
aguarda la indulgencia. Con todo, no vayáis a creer que será absuelto por completo si careció de firmeza y
de perseverancia y si no echó mano de toda su inteligencia para salir del pantano. Desventurado de él, sobre
todo, si su desesperación nacía del orgullo. Quiero decir, si era uno de esos hombres o mujeres en quienes
el orgullo paraliza los recursos del intelecto, que se ruborizarían si debieran su subsistencia al trabajo de sus
manos, y que optan por morir de inanición antes que resignar de lo que ellos titulan su posición social. ¿No
hay acaso cien veces más grandeza y dignidad en luchar contra la adversidad, desafiando la crítica de un
mundo fútil y egoísta, que sólo demuestra buena voluntad hacia aquellos que de nada carecen, y os da la
espalda tan pronto como necesitáis de él? Sacrificar tu propia vida por el qué dirán de esa sociedad es cosa
estúpida, porque no tiene objeto alguno proceder. El suicidio que se propone por finalidad huir de la
vergüenza de una mala acción, ¿es tan reprensible como el motivado por la desesperación? - El suicidio no
borra la falta en que se haya incurrido. Antes bien, al quitarse la vida, ha cometido dos faltas en vez de una
sola, entendiéndose nuevamente que el suicidio no es solo quitarse la vida sino manifestarse un
comportamiento de abandono en si mismo. Cuando se tuvo valor para hacer el mal, hay que tenerlo
también para sufrir sus consecuencias. Dios juzga, y según la causa, puede en ocasiones atenuar sus rigores.
¿Es excusable el suicidio cuando se propone por objeto impedir que la vergüenza recaiga sobre los hijos o la
familia? - El que obre de esta manera no procede correctamente, aunque crea hacerlo, y Dios lo tomará en
cuenta, porque se trata de una enmienda que a sí mismo se impone. Disminuye su falta por la intención que
lo inspira, pero no por ello deja de cometerla. Además, abolid los abusos de vuestra sociedad y vuestros
prejuicios, y no tendréis ya suicidios. El que se quita la vida para sustraerse a la vergüenza de una mala
acción en que ha incurrido, demuestra que tiene en más la estima de los hombres que la de Dios. El sacrificio
de la propia vida ¿no es meritorio, a veces, cuando se propone el fin de salvar la de otros o de ser útil a sus
semejantes? .Esto es sublime, según la intención, y el sacrificio de su vida no constituye un suicidio. Pero
Dios se opone a un sacrificio inútil y no puede verlo con agrado si está manchado por el orgullo. Un sacrificio
sólo es meritorio por el desinterés, y el que lo realiza tiene a veces una segunda intención que menoscaba su
valor a los ojos de Dios. Todo sacrificio hecho a expensas de la propia felicidad es un acto soberanamente
meritorio a los ojos de Dios, porque representa la práctica de la ley de caridad. Ahora bien, siendo la vida el
bien terreno que el hombre más aprecia, el que renuncie a ella en pro de sus semejantes no comete
atentado: cumple un sacrificio. Pero, antes de realizarlo, debe reflexionar sobre si su vida no puede ser más
útil que su muerte. El hombre que perece víctima del abuso de pasiones de exceso en la vida: droga, alcohol
y vicios sabe que acelerarán su fin, pero a las cuales no puede dominar, porque el hábito las ha convertido
en él en verdaderas necesidades físicas, ¿comete suicidio? - Es un suicidio moral. ¿No comprendéis que en
esa circunstancia el hombre resulta doblemente culpable? Hay en él falta de valor, además, olvido de Dios.
¿Es culpable en mayor o menor grado que aquel otro que se quita la vida por desesperación? .Culpable en
grado mayor, por cuanto ha tenido tiempo de razonar su suicidio. En aquel que lo comete instantáneamente
hay a veces una especie de extravío que se asemeja a la locura. El otro, en cambio, será castigado mucho
más, pues las penas están siempre proporcionadas a la conciencia que se tenga de las faltas cometidas. El
Dios de los cielos, el Juez justo de toda la tierra, conoce tus pecados y tu vida. Nada se oculta de Él. Con tus
pecados, nunca podrás entrar en la dicha de la gloria. Pero este mismo Dios celestial es un Dios de amor. Él
ha concebido una manera para la redención de tu vida y tu alma. No necesitas ser arrojado a la fatalidad
eterna y al fuego del infierno. Dios envió a Jesucristo a este mundo para salvar tu alma. Jesús tomó tus
pecados encima de sí mismo cuando sufrió y murió en la cruz del Calvario. Dios dio lo mejor del cielo como
sacrificio por tus pecados. “Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el
castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados” (Isaías 53:5). Estas palabras,
hablando de Jesús, se profetizaron muchos años antes de que él viniera a la tierra. ¿Creerás que Jesús te
ama? ¿Orarás y confesarás tus pecados a él? ¿Te arrepentirás y creerás en Jesús, el Hijo del Dios viviente? Al
entrar en un compromiso total con él, Jesús te dará la paz en tu alma y la vida gloriosa después de la muerte.
Solo entonces puedes estar seguro de un hogar eterno de gran gozo y consuelo para tu alma.

Pero ¡Oh!, el abismo y el fuego sin fin que esperan a los que en esta vida rechazan el amor redentor de
Jesús. No habrá retorno ni salvación después de la muerte. “Entonces dirá también a los de la izquierda:
Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles” (Mateo 25:41). “Y al siervo
inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes” (Mateo 25:30).

Según la biblia, el suicidio no es lo que determina si una persona logra entrar al cielo. Si una persona no salva
se suicida, no ha hecho nada más que "acelerar" su viaje al infierno. Sin embargo, esa persona que se suicidó
estará en el infierno por rechazar la salvación a través de Cristo, no porque se suicidó. ¿Qué dice la biblia
acerca de un cristiano que comete suicidio? Yo no creo que un cristiano que comete suicidio pierda la
salvación y vaya al infierno. La Biblia enseña que desde el momento en que una persona cree en Cristo
verdaderamente, está eternamente segura (Juan 3:16). De acuerdo con la Biblia, los cristianos pueden saber
que poseen vida eterna, más allá de cualquier duda, sin importar lo que suceda. "Estas cosas os he escrito a
vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis
en el nombre del Hijo de Dios" (1ª Juan 5:13). ¡Nada puede separar a un cristiano del amor de Dios! "Por lo
cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni
lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que
es en Cristo Jesús Señor nuestro" (Romanos 8:38-39). AMEN AMEN.

También podría gustarte