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¡Impresionantes Promesas!

de San José a quienes se hagan


Devotos de su Sagrado Corazón
Entre 1994 y 1998 hubo en Brasil una aparición de María, Jesús y José que el obispo aprobó en el 2010.
¡No te puedes perder lo que San José promete!

Es una aparición única en su especie por las promesas que San José hace a quienes se hagan devotos de
su Sagrado Corazón.

Muchos saben acerca de las aprobadas apariciones de la Virgen María, pero no están en conocimiento de
que San José ha tenido muchas apariciones a videntes a través de la historia.

En algunas de ella ha aparecido junto con la Sagrada Familia, en otras con su hijo Jesús, en otras
acompañado de Santos y en otras sólo.

Menos aún se sabe de unas apariciones en Itapiranga, Brasil, desde 1994 hasta 1998, en las que San José
apareció junto con María y Jesús. Las ha aprobado el Obispo en 2010. Ver aquí.

Veamos estas apariciones de Itapiranga en este artículo y puedes leer las otras apariciones conocidas de
San José aquí.

LAS APARICIONES A EDSON GLAUBER Y SU MADRE

En 1994, cuando era estudiante en Manaus, Brasil, con 22 años de edad, Edson Glauber recibió una
aparición de la Virgen con Jesús y San José.

Las apariciones continuaron cuando regresó a su ciudad natal de Itapiranga que está a unos 1050


kilómetros al suroeste de Sao Paulo y unos 1420 km. de Rio de Janeiro.

Y también a más de 1200 kilómetros al suroeste está el lugar de las recientemente aprobadasSan Nicolás, en
Argentina.

El Obispo Gritti, que murió el pasado junio, se reunió con ellos varias veces. Allí celebró la misa, en el
sitio de las apariciones, y ayudó a construir el santuario.

María se le apareció bajo el título de “Reina del Rosario y de la Paz”.

Y al igual que en Fátima, en sus mensajes hizo hincapié en la necesidad de la conversión, el rezo del
Rosario, la Misa, la Confesión y la Santa Eucaristía y la penitencia para salvar al mundo sumido en la
incredulidad y el pecado. 

Ella y Jesús instaron a la devoción al más casto corazón de San José.

REVELACIONES Y PROMESAS DE SAN JOSÉ

Las Principales revelaciones de San José comenzaron el 1 de marzo de 1998.


Habló de tener devoción a su corazón casto y se recibieron las primeras de varias promesas. 

Empezó hablando así:

“Mi querido hijo, Nuestro Señor Dios me ha enviado para informarte sobre todas las gracias que los fieles
recibirán de mi muy Casto Corazón que Jesús y mi bendita esposa desean sea honrar…

A través de la devoción a mi casto corazón muchas almas van a ser salvadas de las manos del diablo. Dios
nuestro Señor ha permitido que yo te revele las promesas de mi corazón”.

“Tal como soy justo y casto a los ojos de Dios, todos los que tengan devoción a mi Corazón también serán
castos, justos y santos delante de Él. 

Yo te llenaré de estas gracias y virtudes, para que crezcas cada día en el camino de la santidad”.

Al día siguiente, San José vino con el Niño Jesús, que se reclinó en su corazón.

San José reveló que Dios quería dar innumerables gracias través de la devoción a su corazón:

“Mi hijo y Señor Jesús, que me trajo hasta aquí en la tierra, por el amor a su padre, quiere que todos los
hombres practiquen de la devoción a mi Corazón, para todos aquellos que necesitan gracias del cielo”.

En las apariciones anteriores, la Virgen María y Jesús dijeron a Edson que a San José se le había sido dado
gran poder y gloria, y en estos tiempos Dios quiere que la gente y el mundo se consagren al Corazón de
San José.

SEGUNDA PROMESA

Luego vino una segunda promesa:

“Prometo a todos, que en honor a este purísimo Corazón mío hagan aquí en la tierra hagan buenas
acciones en favor de los más necesitados, especialmente de los enfermos y moribundos de los cuales yo soy
un consolador y protector, recibirán en su último momento de su vida, la gracia de una buena muerte.

Yo mismo seré para estas almas su peticionario ante mi Hijo Jesús y, junto con mi esposa, María
Santísima, les consolaré en sus últimas horas aquí en la tierra, con nuestra santa presencia y para que
descansen en la paz de nuestros corazones.

Como ya viste mi Hijo Jesús reposa su cabeza en mi corazón, de esta manera yo y mi esposa Santa María
llevaremos a estas almas a la gloria del paraíso, en la presencia del Salvador, mi Hijo Jesucristo, de modo
que puedan reposar, e inclinarse a Su Sagrado corazón…”

 ADVERTENCIAS

San José no se asusta de la situación de los corazones de la humanidad. Explicó

“¡Cómo es que el pecado se propaga de una manera tan fuerte! Los hombres se dejan llevar por las
artimañas más insidiosas del diablo. 
El enemigo de la salvación quiere destruir a todos los hombres para que, de esta manera, todo sea perdido. Él
tiene envidia y odia a toda la raza humana. 

Así que muchos pasan por pruebas y tentaciones que el enemigo de Dios les lanza en cada momento, de esta
manera trata de destruir las almas de los hombres que fueron creadas por Dios”.

San José reveló que el ataque contra nosotros se incrementará desde 1998:

“Lo que la mayoría hace son pecados contra la santa pureza, porque la pureza es una de las virtudes más
queridas por Dios, y de esta manera satanás desea destruir la imagen de Dios presente en cada criatura a través
de esta virtud.

Y es debido a esto, que Dios pide a toda la humanidad tener devoción a mi Corazón Casto. Quiere dar a
los hombres la gracia para vencer las tentaciones y los ataques del diablo en su vida día a día”.

San José puede protegernos de estos ataques. Su letanía lo llama el más casto y terror de los demonios. San
José hizo esta promesa:

“La invocación de mi nombre es suficiente para hacer que los demonios huyan.

Prometo a todos los fieles que honren a mi corazón casto con fe y amor, la gracia de vivir con la santa
pureza del alma y del cuerpo y la fuerza para resistir todos los ataques y tentaciones del diablo. Yo
mismo les he de proteger”.

Dijo que la gracia también sería para los miembros de la familia del orante en necesidad de ayuda divina.

ESPERANZA PARA LOS PECADORES

San José quiere que todos los pecadores que se conviertan y se salven: 

“Muchos son los que están lejos de Dios a causa de sus graves pecados. Muchas personas, mi hijo, están en
ese estado, porque caen con las asechanzas del diablo.

El enemigo de la salvación hace pensar que no hay ninguna solución, ni cambio, porque están desesperados
y han perdido la esperanza, y no han confiado en la misericordia divina. Estos serán un blanco fácil para el
diablo”.

Pero él dice que

“todos los pecadores, incluso aquellos que han cometido los pecados más terribles, confíen en el amor y
en el perdón de Dios y confíen en mí también, en mi intercesión.

Todos aquellos que recurran confiadamente a mí tendrán la certeza de mi ayuda para recuperar la
gracia divina y la misericordia de Dios”.

No queriendo que los pecadores se desesperen, prometió a los que confían en su corazón puro y son devotos
en honor a él, les dará:

“la gracia de ser consolados por mí en sus mayores aflicciones del alma y en el peligro del juicio, cuando
por desgracia pierdan la gracia divina, porque sus pecados son graves.
Para estos pecadores, que recurren a mí, prometo las gracias de mi Corazón con el propósito de enmienda, de
arrepentimiento y de sincera contrición de sus pecados.

Ahora, digo a todos los pecadores: No tengan miedo del diablo y no desesperen, debido a sus faltas, sino
vengan a mis brazos y se refugiarán en mi corazón, para que puedan recibir todas las gracias para su
salvación eterna”.

AYUDA CON LOS PROBLEMAS DE HOY

San José se centró en las dificultades de la vida y le ofreció consuelo:

“Mi Hijo Jesús, a través de mi corazón, desea impartir a todos los hombres sus bendiciones divinas.

Sé que muchos de ustedes sufren grandes dificultades, ya que, en estos últimos tiempos, los hombres ya
no se aman o se ayudan mutuamente, sino viven con el corazón lleno de orgullo, mentira, intriga,
ambición, maledicencia, mezquindad, y muchas cosas malas que son las consecuencias de vivir lejos de
Dios”.

San José dijo esto a todos los que honran su corazón y ponen su confianza en él y en su intercesión:

“Prometo que no serán abandonados en sus dificultades y en las pruebas de la vida.

Voy a pedir al Señor que les ayude con su Divina Providencia en sus problemas materiales y
espirituales”.

Para las madres y los padres indicó consagrarse ellos y sus familias a su Corazón, San José aseguró la
ayuda en las aflicciones y problemas, y ayuda en la crianza de sus hijos.

PECADOS: CONSECUENCIAS Y SU PROTECCIÓN

El esposo de María no ignoraba la situación actual del mundo. En 1998 dijo que se multiplicara el caos
espiritual y enfatizó:

“Mi hijo Jesús está muy indignado con los pecados de humanidad”.

Él desea derramar su justicia divina a todos los hombres que no quieren arrepentirse y que continúan
obstinadamente en sus pecados”.

“Mira, mi hijo, tengo la mano derecha, impidiendo que derrame su justicia sobre toda la humanidad.

Le pido, a través de las gracias de mi corazón y por ser digno de vivir a su lado, con el amor de un padre de este
mundo, y porque él me ha amado con el amor de un hijo, que no castigue al mundo por sus faltas, sino que
por todos mis pequeños que honran y honrarán a este casto corazón mío, que derrame su misericordia sobre
el mundo”

Los muchos pecados del mundo llaman a la humanidad a arrepentirse y hacer penitencia:

“Porque Dios recibe continuamente ofensas de los hombres ingratos.


Hoy en día hay muchos desmanes, sacrilegios e indiferencia de los hombres. Es por esto que hay tantas
calamidades como la guerra, el hambre y las enfermedades y también tantas otras cosas que el hombre ha
sufrido a causa de la rebelión del hombre contra Dios”.

San José habló de las claras consecuencias de la rebelión:

“Dios permite que los hombres sigan sus propios caminos para mostrarles a todos ellos que, sin él, nunca
se serán felices. 

Él deja que los hombres pasen por tanto sufrimiento para también mostrarles las consecuencias que el
pecado trae a sus vidas y así entonces, la justicia divina castiga a la humanidad debido a su obstinación en
no ser obediente a la voluntad de Dios”.

Señaló también que la humanidad está:

“Cada vez más obstinada en sus faltas, debido a la preocupación por los placeres del mundo, más que hacia el
amor de Dios y a sus mandamientos.

Pero la justicia de la mano de Dios llegará de una manera nunca antes vista y vendrá
repentinamente sobre el mundo entero”.

Eso nos debe hacer temblar, sin embargo, este poderoso Santo extiende una solución llena de esperanza:

“Todos aquellos que honren mi casto corazón recibirán la gracia de mi protección de todos los males y
peligros. 

Aquellos que se entreguen a mí, no serán afectados por las desgracias, por las guerras, el hambre, por las
enfermedades y otras calamidades y tendrán en mi corazón un refugio para su protección. 

Aquí, en mi corazón, todos van a estar protegidos contra la justicia divina en los días que vendrán.

Todos los que se consagren a mi Corazón, y lo honren, serán vistos por mi Hijo Jesús con ojos de
misericordia. Jesús les derramará su amor y llevará a la gloria de su Reino a todos los que he puesto en mi
corazón”.

SOLICITUD Y PROMESA SOBRE LOS PRIMEROS MIÉRCOLES

Cuando San José apareció en el primer miércoles de marzo de 1998, tenía una solicitud especial para las
devociones, Él dijo:

“Cada primer miércoles de cada mes, mi corazón casto vierte numerosas gracias a todos los que confían
en mi intercesión. 

¡En estos miércoles, los hombres no van a recibir una lluvia de gracias simples si no fuertes torrentes de
gracias extraordinarias! 

Voy a compartir con los que me honran y confían en mí, todas las bendiciones, todas las virtudes, y todo el
amor que he recibido de mi Divino Hijo Jesús y de mi esposa la Virgen María cuando aún vivía en este
mundo y todas las gracias que sigo recibiendo en la gloria del paraíso”.
La petición vino con su gran promesa de:

“interceder delante de Jesucristo para los que vienen a mí, en honor a este corazón mío.

Les daré las gracias de ser capaz de resolver los problemas más difíciles y las necesidades urgentes, que a
los ojos del hombre parecen imposibles, pero que, a través de mi intercesión a Dios, van a ser posibles. 

Doy las gracias de mi corazón a todos los pecadores que se vayan a convertir”.

San José había hecho esta misma petición durante la Nuestra Señora de América en marzo de 1958,
pidiéndonos recitar los Misterios Gozosos del Rosario en la memoria de su vida con Jesús y María, el amor que
les tenía y el dolor que sufrió con ellos.

Además pide recibir la comunión con el amor que Él recibió al Salvador y también cada vez que Él llevó a
Jesús en sus brazos.

CONFIRMADO POR SU ESPOSA MARÍA

Al final de las apariciones de su marido, la Virgen María hizo una promesa a ella misma:

“Todos los que honren el muy casto corazón de San José se beneficiarán con mi presencia materna en sus
vidas de una manera especial.

A aquellos que piden a su corazón con confianza, yo prometo interceder ante el Padre Eterno, mi Divino Hijo
Jesús y al Espíritu Santo.

Voy a obtener para ellos, de Dios, la gracia de llegar a la santidad perfecta en las virtudes de San José y de
esta manera alcanzar el amor perfecto en el que Él vivía.

Los hombres que aprendan a amar a mi Hijo Jesús y a Mí con el mismo amor como mi casto esposo
José, recibirán el amor más puro de nuestros corazones.”

La Virgen también dijo:

“Mi Hijo Jesús, mi casto esposo José y yo estamos a su lado. No teman nada, porque nuestros corazones les
protegerán siempre”.

RECOMPENSA POR DIFUSIÓN DE LA DEVOCIÓN A SAN JOSÉ

Hay algo más que San José dice que no debemos pasar por alto:

“Todos los que propaguen la devoción a mi Corazón, y la practican con amor, tengan la certeza de que
sus nombres están grabados en él, al igual que la cruz de mi hijo Jesús y la “M” de María están grabadas
en él”.

Después de todo pidió:

“Que todos difundan la devoción a mi Corazón; es Dios mismo quien lo pide”

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