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NOVENA DE ÁNIMAS

EXHORTACION

La acerbidad de las penas que padecen en el purgatorio las benditas ánimas, al amparo y
la necesidad extrema en que se hallan nos hace a todos una violencia para que tengamos
de ella piedad y compasión y nos apliquemos por todos los medios posibles a socorrerlas
y aliviarlas de sus penas, pues lo podemos hacer fácilmente.

¿Qué cristiano habrá tan poco piadoso, que se haga sordo a las voces lastimeras y dolores
con que las animas benditas del purgatorio le piden misericordia, sabiendo que están
padeciendo inexplicables tormentos, y que no tienen más consuelo que el socorro de las
oraciones y sufragios que esperan de los vivos para alivio de sus penas?

Procuremos, pues, todos aplicarnos muy de verdad al rescate y socorro de aquellas almas
benditas, si queremos que Dios de misericordia a nosotros cuando por ella estamos, pues
no cabe en los fueros de la justicia y equidad divina, que Dios tenga piedad con los que
fueron crueles con los fieles difuntos, dejándolos padecer en aquellas cárceles de
tormentos por no quererlos socorrer con oraciones y sufragios. Por eso, dice la Sagrada
Escritura: “Que usará Dios de misericordia con nosotros del mismo modo que hubiera
tenido con los difuntos.”

Con esa determinación, pues de solicitarle alivio de las santas ánimas y proteger con todo
esfuerzo tan santa devoción y tan agradable a los divinos ojos de procurar ordenar esta
novena, siguiendo el método de poner para cada día una diversa de las muchas que se
padecen en el purgatorio, para que teniendo asuntos de meditación todos los días, se
muevan mas las voluntades de los devotos a procurar el alivio de aquel indecible penar.

Por eso si los socorremos con limosnas de oraciones, misas y sufragios, seremos
favorecidos de Dios con riquezas de gracias y a su tiempo, gloria porque las mismas almas
que por nuestras oraciones se libraron de las crueles penas del purgatorio. En el cielo son
nuestras abogadas, y ruegan a Dios por nosotros y este señor que retorna al ciento por
uno, premiará la caridad con que la socorremos.

Puedes hacer esta novena, a lo menos cada año, empezando el día de la conmemoración
de los fieles difuntos en los que se gana indulgencia plenaria, aplicable por las almas del
purgatorio, confesando y comulgando y haciendo devotamente oración a cada una en la
iglesia de su parroquia. También se puede hacer siempre que se hallare el devoto en una

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grave aflicción y necesidad espiritual o corporal, pretendiera consecución de algún
negocio concerniente a su estado y salvación de su alma; y que se ha asegurado que
mediante los sufragios que hicieron en esta novena, conseguirá de Dios Nuestro Señor, el
cumplimiento de sus deseos y otros muchos bienes, pues han experimentado maravillosos
efectos los que han ocurrido a las ánimas benditas, librándolas de grandes peligros de
alma y cuerpo y haciéndose conveniencias, honores y otros beneficios, de cuyos casos
están llenos libros que tratan de cada materia y que por brevedad se omite.

DIA PRIMERO

Acto de contrición para todos los días.

Eterno Dios, Creador de todas las cosas universales, padre y consuelo de los afligidos y
atribulados. Nosotros ovejas tuyas que descarriadas de tu rebaño hemos muchas veces
electo los pastos venenosos de este engañoso mundo. Suplicamos, Señor, nos perdones
esta ofensa contra vos cometida, pues ya decimos, nos pesa en el alma haberte ofendido
porque es injuria a tu bondad, digna de ser infinitamente amada y proponiendo
firmemente la enmienda. Esperamos por el mérito de tu santísimo Hijo conseguir la
felicidad de tu gloria, adonde rendidamente te pedimos coloques a las almas de los justos
que detenidos padecen en el purgatorio. Manifiéstate pues, Señor, y deja ver de tus amigos
los justos, llegue ya el día feliz y dichoso en que vayan en paz y gocen de tu divina
presencia por toda una eternidad. Amen.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria Patri.

CONSIDERACION.-

Considera cristiano, la acerba pena, aflicciones y angustias que padecen las pobres almas
del purgatorio en aquellos calabozos sin la vista de Dios y advierte, que siendo la
consecuencia del último fin, el mayor bien del alma están privadas temporalmente de Él,
aun teniendo ya adquirido derecho para la posesión de la gloria, ruega a la Divina
Misericordia que aquellas pobres almas se le mitigue esta pena; y, con oraciones y ayunos,
procura que la justicia divina se de por satisfecha y acepte tus sufragios para el alivio de
aquel pecado que no hay palabras con que poderlas perdonar.

Aquí la petición y meditación y luego se leerá o cantará lo siguiente:

~2~
DECIMA

Por cierto debes tener padecerá por privados


Que la voluntad aspira de Dios las almas amadas
Y por fin ultimo mira y no pudiendo tu oración
El sumo bien poseer aliviarle su pasión
Que es pena no es creer les dejas desconsoladas.

ORACION

Dulcísimo Jesús amado de nuestras almas, que ha dado principio a la redención del linaje
humano con los infinitos méritos de tu santísima pasión te retiraste al Huerto de
Getsemaní, en donde orando padeciste en tu humanidad el desamparo y falta de consuelo,
tu misma humanidad, contristado tanto, que sudaste hasta regar la tierra por lo que el
Eterno Padre te envió un ángel que te confortará; te suplico, Señor, por la aplicación que
tuviste en este desamparo, apliques tus infinitos méritos a las necesitadas almas del
purgatorio, en donde están como desamparadas de Dios y privadas de su divina presencia.
Suplan tus méritos para con el eterno Padre lo que falta para llegar a unirse a su ultimo
fin; y a nosotros, Señor, favorécenos con tus soberanos auxilios, para los que guardan sus
santos mandamientos no padezcamos la pena de este desamparo, y también concédenos
la particular gracia que te pedimos en esta novena. Amén.

Aquí se rezan siete Ave María en memoria de los siete más crecidos dolores de María
Santísima en la forma siguiente:

1. Por el alma que esta mas cerca de ver a Dios.


2. Por la que amó a Dios en este mundo.
3. Por la que no tiene quien ruegue a Dios por ella.
4. Por la que mas penas padece en el purgatorio.
5. Por la que fue más devota de la pasión de Cristo.
6. Por la que fue devota de María Santísima.
7. Por la que fue más liberal con los pobres y por todas las almas del purgatorio.

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ORACION A MARIA SANTISIMA PARA TODOS LOS DIAS.

Soberana Virgen María, dolorosísima Señora, que al pie de la cruz quedaste constituida
por Madre de amparo y universal protectora de los hombres. A vos, divina Madre,
acudimos y con todas la verdad de nuestro corazón, te pedimos que en memoria de los
acerbos sentimientos que oprimieron tu corazón en la rigurosa pasión y muerte de tu
dulcísimo Jesús, seas intercesora ante el tribunal justísimo de Dios, y allí pidas por el
alivio y consuelo de las almas del purgatorio, rogándolo a la Divina Majestad, se de por
satisfecha su recta justicia, para que librándolas de las penas, tormentos y aflicciones que
padecen, las lleve a los eternos descansos de su gloria, las recree con interminables goces
y a nosotros nos de su divina gracia para que sirviéndole en esta vida, como verdaderos
hijos suyos, nos lleve a gozar de su divina presencia por los siglos de los siglos, Amén.

DIA SEGUNDO

El acto de contrición y Padre nuestro, Ave María como el primer día.

CONSIDERACION.

Considera cristiano que las pobres almas del purgatorio están en el como esclavas que no
tienen facultades ni posibilidades para liberarse de las cadenas y grillos que las oprimen;
como desterradas de su patria, hasta que se les cumpla el tiempo, y para que esto lo
abrevien sus sufragios no sean omiso repetírselos, para liberarlas de los grillos y cadenas,
y que se les acabe el destierro que tienen de la patria celestial.

Aquí la petición o meditación y la siguiente:

DECIMA

Si en una cárcel te vieras se encuentran hoy sumergidos


Con prisiones oprimidos deudos tuyos que hoy afligidos
No exhalaras el gemido piden a tu gran piedad
Y la libertad pidieras? Ruegan en la eternidad
Pues oye que en penas fieras por Dios sean admitidos.

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ORACION.

Señor mío Jesucristo, que por traición del malvado discípulo fuiste preso como un mal
hechor, y llevado a la ciudad de Jerusalén maniatado con sogas y cadenas como un ladrón,
aprisionado como un esclavo. te suplicamos, piadoso Señor, que liberes a los justos que
están en el purgatorio ligado de grillos y cadenas de las que por sí solo no se pueden
libertar ni satisfacer, y a nosotros nos saque de la miseria a que nos redujo la culpa, para
mas bien serviros. Amén.

Se concluirá con las siete Ave María y la oración a María Santísima como el primer día.

DIA TERCERO

Acto de contrición y padre nuestro como el primer día.

CONSIDERACION

Considera cristiano que en el purgatorio están las almas en un extenso lugar de tinieblas,
en donde ni las estrellas relucen, ni el sol las alumbra, el fuego que las oprime solo tiene
calor para alcanzarlas, pero separada de la luz para no perderlas ni levemente aliviar, en
cuyo lugar se hayan olvidadas las almas de muchos que en este mundo hicieron favores,
de aquellos mismos que lo recibieron. Acuérdate, tú cristiano de estas pobres almas, y
favorécelas con tus oraciones, para que salgan de tan penoso lugar.

La petición, meditación y las siguientes:

DECIMA

De un seno oscuro fogoso No escuche sus peticiones


Donde el sol no resplandece que son pedirte oraciones
Ni la estrella allí aparecen mal les corresponde, cuando
Se oye un llanto quejumbroso; su hacienda está disfrutando
Y tu tan poco piadoso y no alivias sus prisiones.

ORACION

Señor mío Jesucristo, que después de los infinitos oprobios que recibiste en las casas de
los Pontífices Anás y Caifás, te pusieron en un lugar tenebroso y horrible para que allí
estuvieras la noche en donde solo el día del juicio se sabrá lo que padeciste en ese lugar

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tan oscuro. Te rogamos Señor, por ese extraordinario martirio que te acordes de las pobres
almas del Purgatorio que dentro de tan profundo y horroroso lugar, solo tus santísimos
méritos las podrá librar de tanta aflicción como allí padecen; y a nosotros, Señor, sacanos
de la hediondez del pecado, para que podamos sin mancha alguna introducirnos en la
patria celestial. Amén.

Aquí siete Ave María y la oración a María Santísima como el primer día.

DIA CUARTO

El Acto de Contrición y Padre Nuestro como el primer día.

CONSIDERACION

Considera cristiano, la pena, aflicción y angustia que padecen las pobres y desconsoladas
almas del Purgatorio en aquella cárcel de la justicia que con la mediación del infierno
alcanza a oír las blasfemias que contra Dios están rabiosamente diciendo los condenados.
Oh que duro y penoso es un alma que conoce perspicazmente las increíbles perfecciones
de Dios, el oír baldones tan infames contra su Majestad. Tu cristiano, procura arreglar tus
obras en forma, que en el infierno no blasfemes contra Dios, ni te oprima esta suma
angustia en el Purgatorio.

La petición o meditación y la siguiente:

DECIMA

Que la justicia Divina Cuan grave será el dolor


Puso el purgatorio adentro, que la causa aquel furor
Destierra, alta en el centro, con que los males maldicen
Donde está la cárcel vecina a quien los santos bendicen,
El infierno tu imaginas. Pues es un sumo bien

ORACION

Señor mío Jesucristo, que puesto en el lugar público del pretorio de Pilato, estando
compuesto con los malhechores, y reputando por uno de ellos en donde oían las
blasfemias e injurias que aquellos malvados decían contra vos. Te suplicamos Señor, que
liberes a las pobres almas de los justos, de la penosa cárcel del purgatorio, que con tan
depravada vecindad oyen desde allí las maldiciones e injurias con que los réprobos

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blasfeman tu Santísimo Nombre, que es una de las mayores penas que allí padecen estas
pobres almas y a nosotros saques de la cárcel de este corruptible cuerpo para que vayamos
a alabarte por toda la eternidad. Amén.

Aquí las siete Ave María y la oración de María Santísima como el primer día.

DIA QUINTO

El Acto de Contrición y Padre Nuestro como el primer día.

CONSIDERACION

Considera cristiano que las pobres almas del purgatorio están metidas en aquel lugar de
tormento y de dolores tan graves y acerbos, que superan a todos los suplicios que los más
crueles tiranos han inventado para mortificar a los mártires; y son de tanta duración y
penas, que un día de ellos es más penoso y dilatado que cien mil años del mundo, y
limitándose estos tormentos con tus obras, no seas omiso en remitirlas al Eterno Padre,
para que alivie a las pobres almas de tantas penas.

La petición, meditación y la siguiente:

DECIMA

Une las penas y horrores que sin casar atormentan


Que van levantando tiranos a las almas, y aun intentan
Los jueces más inhumanos los santos esto expresar
Y hallaran que son mayores lo dejen sin explicar,
Los tormentos y dolores por más que ellos se alienten.

ORACION

Pacientísimo Jesús, que después de varios oprobios fuiste atado a una columna para ser
cruelmente atormentado con más de cinco mil azotes que descargaron sobre tu delicado
cuerpo. Por esa crueldad que padeciste, te suplicamos des algún alivio a las necesitadas
almas del purgatorio en donde padecen tan insufribles tormentos y crueldades que
ejecutan los ministros de tu divina Justicia, que nuestra baja comprensión no los puede
conocer. Basta ya, Señor, de penar, pobres almas, y a nosotros danos tu divina gracia para
no caer en el precipicio de la culpa, y librándonos de semejantes tormentos y penas.
Amén.

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Aquí las siete Ave María y la oración a María Santísima como el primer día.

DIA SEXTO

Acto de contrición y Padre nuestro como el primer día.

CONSIDERACION.

Considera Cristiano, que el purgatorio es un horrible abismo en donde fácilmente caen


las almas de los cristianos de donde el paso que es fácil la entrada, es difícil la salida; no
sólo por parte de las mismas almas que en aquel estado no pueden ya meditar, ni mas que
pagar padeciendo, sino por parte del mismo Dios hasta que se de por satisfecha su divina
Justicia, cuando mas por parte de los vivos que son tan negligentes en ayudarlas con
oraciones y sufragios, dificultándose por eso mas y mas su salida. No seas asi, cristiano,
sino procura eficazmente pedir a Dios por ellas y sufragarlas, para que salgan cuanto antes
de tan horroroso lugar.

La petición o meditación y la siguiente:

DECIMA

En un abismo borroso hasta lograr con tu celo


Que muy fácil es su entrada el descanso que el cielo
Está el alma atormentada Dios le ti
ene preparado
Y siendo el salir penoso no seas tan descuidado
En nada encuentra reposo pide con todo anhelo.

ORACION.

Benignísimo Jesús que caminando al Monte Calvario con el duro leño de la cruz por tres
veces cayó y dio en tierra tu humanidad santísima, manifestando que sin tu ayuda de
ajenas fuerzas no se podía levantar. Te suplicamos, Señor, que a las pobres almas que
oprimidas con el peso de sus culpas, caen fácilmente en el horroroso seno del purgatorio,
sin poder por sus propias fuerzas levantarse, le ayudes a salir de el con tu infinito méritos
y a nosotros comunicarnos tu gracia para no caer en el precipicio de la culpa. Amén.

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Aquí siete Ave María y la oración a María Santísima como el primer día.

DIA SEPTIMO

El acto de contrición y Padre nuestro como el primer día.

CONSIDERACION.

Considera cristiano, que el purgatorio es un horno de fuego tan violento y persistente que
sin consumir abrasa a aquellas pobres almas que quizás aca estuvieron regaladas; es un
fuego distintivo que a cada uno atormenta según sus culpas, es un severo inquisidor que
escudriña hasta la mas leve falta para dar la correspondiente pena. Tu cristiano,
compadécete de esa violencia en el padecer, y con tus sufragios remite a esas pobres almas
algún lenitivo a esa indecible penar.

La petición o meditación y la siguiente:

DECIMA

Nadie puede poner tasa y que con buenas medidas


Al fuego del purgatorio son las culpas cometidas
Pues es sabido y notorio purgadas en este fuego
Que sin consumir abrasa no lo tomes, pues, a juego
Esto es lo cierto que pasa. Mira que no son fingidas.

ORACION.

Dulcísimo Jesús, amorosísimo Padre nuestro, que por tu infinito fuego de amor que en tu
amor ardía, te determinaste a padecer por nosotros tantos tormentos, injurias y baldones
por librarnos de la esclavitud del pecado. Extiende Señor, este encendido amor a las
pobres almas del purgatorio o, que detenidas en aquel horno de fuegos abrasen sin
consumirse con indecibles tormentos y libertades de tantas angustias que allí padecen. Y
a nosotros, concédenos la participación de este divino ardor, para como abrasados
serafines te amemos. Amén.

Aquí las siete ave María y oraciones a María Santísima como el primer día.

~9~
DIA OCTAVO

El acto de contrición y Padre nuestro como el primer día.

CONSIDERACION.

Considera cristiano, la aflicción y angustia que oprime a las pobres almas del purgatorio,
por la memoria de las culpas que cometieron en el mundo, que el son mas horribles que
aquellas penas, cuando miran las virtudes que despreciaron y con ellas se hubieran
libertado de aquella tristeza. Tú cristiano, procuras vivir en forma que no te oprima esa
pena en el Purgatorio y con tus oraciones y limosnas procura aliviar a las que padecen esa
penosa memoria.

Aquí la petición o meditación y luego se leerá o cantará lo siguiente:

DECIMA

Cuando llegan a pensar, los males que cometieron a los buenos que omitieron, tanto se
llega a aumentar de las almas el penar, que llega a ser su dolor sin duda mucho mayor que
el fuego que las aflige pues según este colige ¡cuan grande es el ardor!

ORACION

Señor mío Jesucristo, crucificado, que pendiente del sagrado leño de la cruz, considerabas
las muchas culpas que habían de cometer los hombres y la negligencia en la práctica de
las virtudes por lo que había de frustrar para muchos la sangre que derramabas. Por esta
angustia que padeciste te suplicamos, Señor, des algún alivio a las pobres almas del
purgatorio en la grave pena que las oprimen cuando hacen memoria de las culpas que en
el mundo cometieron y se hicieron acreedoras de tanta pena. Líbralas, Señor de esas
aflicciones que padecen y a nosotros danos tu gracia para que no ofendamos con culpas,
no me mortifique después de esta vida esa memoria. Amén.

Se concluye rezando las siete Ave María en memoria de los siete dolores de la María
Santísima y la Oración a María Santísima.

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DIA NOVENO

Acto de Contrición y Padre Nuestro, Ave María (como el primer día).

CONSIDERACION

Considera cristiano, que el purgatorio es un terrible, cruel y duro bautismo, porque así
como este con agua lava las manchas de las culpas o pecados a los que lo reciben, en el
reino de Cristo, que es la Iglesia, así el purgatorio con penas, aflicciones, y angustias,
lava, limpia y purifica de los restos de las culpas a las almas que en el residen y bien
purificadas les introduce últimamente en el paraíso de la gloria. Tú cristiano, que con el
bautismo quedaste limpio de las manchas de las culpas, procura evitar que el purgatorio
te lave y purifique y remita sufragios a las almas que hay en el, para que queden bien
purificadas.

Aquí la petición o meditación y luego se leerá o cantará la siguiente

DECIMA

Si el alma que nace muerta


Por la culpa para entrar
En la Iglesia ha de impetrar
El bautismo, que es la puerta,
También es cosa muy cierta
Que en aquel oscuro abismo
Padecen duro bautismo
Las almas para purgar
Los restos para pasar
De allí al reposo mismo.

ORACION

Señor mío Jesucristo, que después de entregado tu espíritu en manos del eterno Padre, un
cruel e inhumano soldado le levantó la lanza y con ella te abrió tu divino costado, de
donde salieron arroyos de sangre y agua, hasta regar la tierra. Te suplicamos Señor, que
con ella laves y purifiques a las pobres almas del purgatorio, para que puedan, ya limpias

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de toda mancha de culpa, ser colocadas en los eternos palacios de tu gloria y allí habitar
en compañía de los ángeles y santos, y a nosotros que hermoseados y limpios con las
aguas de la penitencia, te alabemos en la celestial patria, por todos los siglos de los siglos.
Amén.

Se concluye rezando las siete Ave María en memoria de los siete más grandes dolores de
María Santísima y la oración a María Santísima.

Clamor de los muertos a los vivos.

Padre mío, hijos, hermanos, nietos, maridos, esposo, amigos y últimamente mortales
redimidos con la sangre preciosa de Jesucristo, ¿Cómo olvidan nuestro parentesco?
¿Dónde está nuestra amistad, dónde la compasión de los tormentos que pasamos? Si nos
viste cuando estábamos en el mundo condenados a un calabozo entre prisiones y gritos y
nos libertaron ¿Cómo ahora nos olvidas estando en estas terribles llamas donde
padecemos más que cuanto han padecido los más atormentados mártires? Con una parte
del rosario, con una visita de altares, con un vía crucis, con una limosna pueden liberarnos
o darnos gran alivio en nuestros tormentos. ¡Cómo no quieres habiéndonos amado tanto,
socorrernos a tan poca cosa! Por la sangre que derramó nuestro Redentor, y por los dolores
que padeció su dulcísima Madre, te pedimos el socorro que tan fácilmente nos pedís dar,
así serán felices, lograran para nosotros y para nuestros hijos cuando deseen y quieran el
amor de nuestro Dios, traerlos a que eternamente nos acompañen en su gloria. Te
rogamos, pues nos des alivio, consuelo, y socorro con sus oraciones y sufragios, cuya
caridad los premiará la piedad divina con bienes espirituales y temporales.

Lamentos de las benditas almas del purgatorio.

Oíd mortales piadosos


Y ayúdanos a descansar
Que Dios nos saque de penas
y nos lleve a descansar.

¡Oh vosotros caminantes!


Suspenden, oíd, mirad!
Bastará sólo el oírnos

~ 12 ~
a mover vuestra piedad,
os dice nuestra aflicción
que queráis cooperar.
Que Dios nos saque de penas
y nos lleve a descansar.

No hay dolor, tormento y pena


Martirio, cruz ni aflicción
Que aún llegue a ser pintura
De nuestra menos pasión
Solo alivia nuestros males
De vuestro amor esperar.
Que Dios nos saque de penas
y nos lleve a descansar.

Aquí estoy en el purgatorio


De fuego en cama tendido,
Siendo mi mayor tormento
La ausencia de un Dios querido,
Padezco sin merecer,
Por mi no basta alcanzar.
Que Dios nos saque de penas
y nos lleve a descansar.

¡Ay de mí, ay Dios severo!


¡Ay llama voraz, activa!
¡Ay bien merecido fuego!
¡Ay conciencia siempre viva!
¡Ay justicia que no acaba!
¡Ay cuando se han de acabar!
Que Dios nos saque de penas
y nos lleve a descansar.

~ 13 ~
¡Ay culpas lo que me cuestas
No imaginé tu fiereza
Pues con tal tormento pago.
Lo que juzgué ligereza
Cielos, piedad, baste cielos,
Cuando el día ha de llegar!
Que Dios nos saque de penas
y nos lleve a descansar.

Todo lo que aquí padezco


Es justo, santo y debido
Pues no se purga con menos
Haber a un Dios ofendido,
¡Ay que pude no ofenderle!
¡Ay que no hay más que esperar!
Que Dios nos saque de penas
y nos lleve a descansar.

Padres, hermanos amigos


Donde está la caridad
Favorecéis a un extraño
Y para mi no hay piedad;
Ea venga una limosna
Siquiera sólo al rogar.
Que Dios nos saque de penas
y nos lleve a descansar.

Hijo ingrato que paseas


Tan ricamente vestido a costa
De mis sudores descansas
En tanto olvido, mira a tu padre
Quemado y lo puede remediar.
~ 14 ~
Que Dios nos saque de penas
y nos lleve a descansar.

Quizás en ti no será arbitrio,


Si obligación de justicia,
Pues no cumple testamento
Con perezosa malicia;
Abre los ojos, despierta,
Paga haciendo acelerar.
Que Dios nos saque de penas
y nos lleve a descansar.

Hermanos en Jesucristo
Los que oís estos suspiros;
Si queréis podéis sacarnos
De estos lúgubres retiros;
Con sufragios, sacrificios
Y con devoción orar.
Que Dios nos saque de penas
y nos lleve a descansar.

El más alto sacrificio


Del cordero inmaculado
Nos es eficaz remedio
Para purgar el pecado,
El mérito de los santos
Puede también alcanzar.
Que Dios nos saque de penas
y nos lleve a descansar.

~ 15 ~
María de los Dolores
Por las penas que sufrió
Tiene méritos sobrados
En el concepto de Dios,
Nos falta lo que a ella sobra,
Pedidle quiera mediar.
Que Dios nos saque de penas
y nos lleve a descansar.

Fieles cristianos, amigos


Dad crédito a estos lamentos,
Obran bien, fuera culpas
Para huir de estos lamentos
Socorro, piedad, alivio
Concluimos con gritar.
Que Dios nos saque de penas
y nos lleve a descansar.

SANTO ROSARIO

Por la señal de la Santa Cruz…

Credo.

OFRECIMIENTO

Oh María, Madre dignísima de Jesús, bellísima e inmarcesible azucena de fragancia


eterna, recreo delicioso de la ciudad de Dios, donde vivirán para siempre absortos sus
nobles ciudadanos y angelical inteligencia ¡Tú eres Señora, el relicario precioso de la más
encendida caridad! Tú el tribunal soberano donde recibe la misericordia con dominio tan
absoluto que a su querer y voluntad dejó el altísimo llenar las mansiones de la gloria. ¡Oh
María Madre de tiernísima compasión! Bien sabes que no hay penas más lastimosas que
las que padecen las almas de purgatorio, por ellas te suplicamos, su alivio deseamos, su
gloria te pedimos, para este fin te ofrecemos este santísimo rosario. Es el rocío divino que
templa el fuego donde se abrazan aquellos afligidos espíritus, es la apacible niebla que

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mitiga sus ardores, es la sombra que refrigera sus incendios, es la nube que apaga sus
ardientes llamas, y es por último, de lo que tu Madre santísima, prometiste que bajarías
al purgatorio a sacar a las almas siempre que con el rosario te obligasen tus amantes hijos.
Cumple señora tu palabra y gocen ya de tu amabilísima presencia las benditas ánimas en
el cielo para que en ti y por ti vean a Dios eternamente y alaben en la gloria. Amén.

Suplícote Padre Eterno que por tu infinita misericordia, y por los méritos de Nuestro
Señor Jesucristo sean servido de mirar por feliz estando de la Santa Iglesia y el Prelado
que la gobierna; por la paz y sosiego entre los príncipes cristianos; por la extirpación de
las herejías; conquista de la Tierra Santa; victoria contra el príncipe de las tinieblas; y
conversión de los infieles, herejes y pecadores al gremio de nuestra sagrada Religión.

Concédenos, Señor, la intención del Sumo Pontífice, el tesoro de estas indulgencias, el


descanso de las ánimas benditas del Purgatorio y la fortaleza a los cautivos cristianos, y
a nosotros perseverancia en tu santo servicio, hasta el fin de la vida. Amén.

Misterios Gozosos
I
En el Primer Misterio Gozoso contemplamos la Anunciación del Ángel y la
Encarnación del Verbo
(Lc 1, 26- 38)

La primogénita de todas las criaturas, la síntesis del orden del universo, la Madre de la
Sabiduría, no fue capaz de imaginar cómo sería posible realizarse en ella la Encarnación
del Verbo.
“… ninguna cosa es imposible para Dios…” le dijo el ángel. De un lado, la humanidad
perfectísima de una virgen, de otro, el poder absoluto de Dios. La omnipotencia se deja
atraer por la humanidad.

Por este misterio, pidamos la intercesión de la Santísima Virgen para que sea infundido
en nuestra alma el mismo don de humanidad que ella posee y una entera confianza en la
omnipotencia divina.

~ 17 ~
Roguemos por las benditas almas del purgatorio para que ellas encuentren la paz y el
consuelo a través de este santo rosario. De manera especial te lo ofrecemos por el alma
de nuestro (a) hermano (a)… y por las demás benditas almas del purgatorio, para que sean
confortadas por los ángeles en sus penas. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Padre nuestro, 10 Ave María, Gloria y jaculatorias.

Dale, Señor el descanso eterno.


Y Brille para él/ ella la luz perpetua.

Que descanse en paz.


Así sea.

II
En el Segundo Misterio Gozoso contemplamos la visitación de María a su prima
santa Isabel.
(Lc 1, 36- 56)

En cuanto María se encontró con su prima Isabel, inmediatamente resonó allí la voz de la
Madre del Verbo encarnado y toda la familia de bautista se vio llena de gracias y
bendiciones celestiales, en una primera manifestación de la inagotable riqueza de
beneficios y misericordias que Jesús traía al mundo.

Por este misterio, pidamos la intercesión de la Santísima Virgen para obtener la gracia de
estar siempre atentos a la voz de María en nuestro interior y de una ardiente caridad para
con nuestro prójimo.

Roguemos por las benditas almas del purgatorio para que ellas encuentren la paz y el
consuelo a través de este santo rosario. De manera especial te lo ofrecemos por el alma
de nuestro (a) hermano (a)… y por las demás benditas almas del purgatorio, para que sean
confortadas por los ángeles en sus penas. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Padre nuestro, 10 Ave María, Gloria y jaculatorias.

~ 18 ~
Dale, Señor el descanso eterno.
Y Brille para él/ ella la luz perpetua.

Que descanse en paz.


Así sea.

III
En el tercer Misterio Gozoso contemplamos el nacimiento del Niño Jesús en Belén.
(Lc 2, 6- 11)

El cielo y la tierra celebraban el nacimiento del Salvador. Y en la gruta de Belén, la


Santísima Virgen tomó reverentemente al Niño Jesús y lo estrechó en su pecho.
Imaginemos los sentimientos de devoción, de ternura y de amor que experimentó María
al ver en sus brazos al Señor del mundo, el Hijo del eterno Padre que se había dignado
hacerse también hijo de ella, eligiéndola por Madre entre todas las mujeres.

Por este misterio y por la intercesión de la Santísima Virgen pidamos la gracia de


conservar siempre todas las palabras que nos sean dichas por el Espíritu Santo en nuestro
interior, y meditadas en nuestro corazón.

Roguemos por las benditas almas del purgatorio para que ellas encuentren la paz y el
consuelo a través de este santo rosario. De manera especial te lo ofrecemos por el alma
de nuestro (a) hermano (a)… y por las demás benditas almas del purgatorio, para que sean
confortadas por los ángeles en sus penas. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Padre nuestro, 10 Ave María, Gloria y jaculatorias.

Dale, Señor el descanso eterno.


Y Brille para él/ ella la luz perpetua.

Que descanse en paz.


Así sea.

~ 19 ~
IV
En el Cuarto Misterio Gozoso contemplamos la presentación del Niño Jesús en el
Templo y la purificación de María.
(Lc 2, 22- 35)

Simeón bendijo a los padres del Niño Jesús y les dijo: “éste está puesto para caída y
elevación de muchos en Israel y para ser señal de contradicción ¡y a ti misma una espada
te atravesará el alma! A fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos
corazones.

Delante del sumo bien, no puede haber una posición de neutralidad: o la adhesión o el
rechazo. Si seguimos los caminos del evangelio, se dará con nosotros lo mismo que le
sucedió a Jesús.

Por este misterio y la intercesión de la Santísima Virgen, pidamos la gracia de cumplir la


ley con perfección, aceptando con amor y resignación las contradicciones que podamos
causar en los otros, por nuestros dones o virtudes.

Roguemos por las benditas almas del purgatorio para que ellas encuentren la paz y el
consuelo a través de este santo rosario. De manera especial te lo ofrecemos por el alma
de nuestro (a) hermano (a)… y por las demás benditas almas del purgatorio, para que sean
confortadas por los ángeles en sus penas. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Padre nuestro, 10 Ave María, Gloria y jaculatorias.

Dale, Señor el descanso eterno.


Y Brille para él/ ella la luz perpetua.

Que descanse en paz.


Así sea.

~ 20 ~
V
En el Quinto Misterio Gozoso contemplamos la pérdida y hallazgo del Niño Jesús
en el templo.
(Lc 2, 41- 52)

Tan pronto se dieron cuenta de su desaparición, María y José se pusieron inmediatamente


a buscar a Jesús. Ejemplo excelso para nosotros, si por culpa o no, llegamos a perder a
Jesús, busquémoslo con toda prontitud.

Por este misterio y la intercesión de la santísima Virgen, pidamos la gracia de jamás


perder a Jesús; pero si esto sucediera, pidamos la gracia de buscarlo con la misma
diligencia que ella y San José tuvieron.

Roguemos por las benditas almas del purgatorio para que ellas encuentren la paz y el
consuelo a través de este santo rosario. De manera especial te lo ofrecemos por el alma
de nuestro (a) hermano (a)… y por las demás benditas almas del purgatorio, para que sean
confortadas por los ángeles en sus penas. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Padre nuestro, 10 Ave María, Gloria y jaculatorias.

Dale, Señor el descanso eterno.


Y Brille para él/ ella la luz perpetua.

Que descanse en paz.


Así sea.

Misterios Luminosos

I
En el Primer Misterio Luminoso contemplamos el Bautismo de Jesús en el Río
Jordan.
(Mt 3, 13- 17)

~ 21 ~
Antes de iniciar su vida pública, Jesús, la inocencia encarnada, se hizo bautizar asumiendo
sobre sí nuestras debilidades, maldades y miserias. De esta forma deben comenzar todas
las obras de santidad: por una purificación.

Por este misterio y la intercesión de la Santísima Virgen, pidamos la gracia de que por el
bautismo de su Divino Hijo, nos obtenga un corazón limpio y un espíritu nuevo, para
realizar con perfección nuestro apostolado junto al prójimo.

Roguemos por las benditas almas del purgatorio para que ellas encuentren la paz y el
consuelo a través de este santo rosario. De manera especial te lo ofrecemos por el alma
de nuestro (a) hermano (a)… y por las demás benditas almas del purgatorio, para que sean
confortadas por los ángeles en sus penas. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Padre nuestro, 10 Ave María, Gloria y jaculatorias.

Dale, Señor el descanso eterno.


Y Brille para él/ ella la luz perpetua.

Que descanse en paz.


Así sea.

II
En el Segundo Misterio Luminoso contemplamos la realización del Primer Milagro
de Jesús, transformando el agua en vino en las bodas de Caná.
(Jn 2, 1- 11)

En realidad, la hora no había llegado aún. Sin embargo una simple insinuación de la
Madre, lleva a Jesús a anticipar sus portentosos milagros. Permitió la providencia que
sucediera de esta forma, para enseñarnos el maravilloso poder de intercesión de María
Santísima junto a su Divino Hijo.

Por este misterio y la intercesión de la Santísima Virgen, pidamos la gracia de tener una
confianza inquebrantable, pura y creciente en la omnipotencia de la súplica confiada a
Dios por la maternal intercesión de la Virgen María.

~ 22 ~
Roguemos por las benditas almas del purgatorio para que ellas encuentren la paz y el
consuelo a través de este santo rosario. De manera especial te lo ofrecemos por el alma
de nuestro (a) hermano (a)… y por las demás benditas almas del purgatorio, para que sean
confortadas por los ángeles en sus penas. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Padre nuestro, 10 Ave María, Gloria y jaculatorias.

Dale, Señor el descanso eterno.


Y Brille para él/ ella la luz perpetua.

Que descanse en paz.


Así sea.

III
En el Tercer Misterio Luminoso contemplamos la Predicación de Jesús,
anunciando el reino de Dios y convidando a la conversión.
(Lc 7, 36- 50)

En este pasaje del evangelio, Jesús nos enseña que el dinero, prestigio y dones humanos,
de nada valen sin la virtud de la fe. ¿Qué vale la fe sin el amor? Él nos enseña divinamente
cuánto es necesario creer en Él y amarlo en esta tierra, para ser parte de su reino.

Por este misterio y la intercesión de la Santísima Virgen, pidamos la gracia de que nos
obtenga de Jesús guardadas las debidas proporciones la misma fe y amor que tanto
marcaron las relaciones entre Madre e Hijo.

Roguemos por las benditas almas del purgatorio para que ellas encuentren la paz y el
consuelo a través de este santo rosario. De manera especial te lo ofrecemos por el alma
de nuestro (a) hermano (a)… y por las demás benditas almas del purgatorio, para que sean
confortadas por los ángeles en sus penas. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Padre nuestro, 10 Ave María, Gloria y jaculatorias.

~ 23 ~
Dale, Señor el descanso eterno.
Y Brille para él/ ella la luz perpetua.

Que descanse en paz.


Así sea.

IV
En el Cuarto Misterio Luminoso contemplamos la Transfiguración de Jesús en el
Monte Tabor.
(Mt 17, 1- 5)

Al transfigurarse delante de los tres apóstoles, Jesús fortaleció nuestra esperanza sobre la
vida eterna, animándonos a soportar bien los sufrimientos y pruebas de esta vida. Cuando
nosotros sabemos la gloria que nos guarda, tenemos más paciencia en medio de las
tribulaciones. ¡Con este fulgor será nuestra resurrección en el día del juicio!

Por este misterio, pidamos la intercesión de la Santísima Virgen para obtener la gracia de
nunca perder la convicción de la gloria que está reservada para los que perseveren, a fin
de que jamás nos desanimemos a lo largo de nuestra existencia.

Roguemos por las benditas almas del purgatorio para que ellas encuentren la paz y el
consuelo a través de este santo rosario. De manera especial te lo ofrecemos por el alma
de nuestro (a) hermano (a)… y por las demás benditas almas del purgatorio, para que sean
confortadas por los ángeles en sus penas. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Padre nuestro, 10 Ave María, Gloria y jaculatorias.

Dale, Señor el descanso eterno.


Y Brille para él/ ella la luz perpetua.

Que descanse en paz.


Así sea.

~ 24 ~
V
En el Quinto Misterio Luminoso contemplamos la Institución de la Eucaristía en la
última cena.
(Mt 26, 26- 29)

¿Qué más podría habernos dado Jesús? Se hizo comida y bebida para que eternamente
podamos participar de su propia vida. Descendió desde lo más alto de los cielos,
asumiendo la sustancia del pan y del vino para elevarnos al convivio de Dios. Al
comulgar, nosotros nos asemejamos a María por algunos momentos, poseyendo el cuerpo,
sangre, alma y divinidad de Jesús en nuestras entrañas.

Por este misterio, pidamos a nuestra señora del Santísimo Sacramento la gracia de crecer
ardorosamente en la devoción eucarística, y de jamás perder la oportunidad de comulgar
con toda nuestra fe, esperanza y amor.

Roguemos por las benditas almas del purgatorio para que ellas encuentren la paz y el
consuelo a través de este santo rosario. De manera especial te lo ofrecemos por el alma
de nuestro (a) hermano (a)… y por las demás benditas almas del purgatorio, para que sean
confortadas por los ángeles en sus penas. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Padre nuestro, 10 Ave María, Gloria y jaculatorias.

Dale, Señor el descanso eterno.


Y Brille para él/ ella la luz perpetua.

Que descanse en paz.


Así sea.

Misterios Dolorosos
I
En el Primer Misterio Doloroso contemplamos la agonía de Jesús en el huerto de
los Olivos.
(Lc 22, 39- 46)
~ 25 ~
La oración de Jesús al Padre constituye una de las más bellas escenas del evangelio.
¿Dónde encontrar en toda la obra de la creación, un relacionamiento con Dios tan rico
como aquel? Jesús es para nosotros el divino ejemplo y consejero. Aprendamos de Él a
rezar para no caer en la tentación.

¡Oh dolorísima Madre Virgen María! Que habiéndose Jesús despedido y apartado de tu
compañía, oró en el huerto con mortal agonía y fue confortado por un ángel, te suplicamos
que por tu intercesión, el alma de nuestro (a) hermano (a)… y las demás benditas almas
del purgatorio, sean confortadas por los ángeles en sus penas. Por Jesucristo nuestro
Señor. Amén.

Padre nuestro, 10 Ave María, Gloria y jaculatorias.

Dale, Señor el descanso eterno.


Y Brille para él/ ella la luz perpetua.

Que descanse en paz.


Así sea.

II
En el Segundo Misterio Doloroso contemplamos la sangrienta flagelación de Jesús.
(Jn 18, 33- 40 . 19, 1)

Como Pilatos no encontró crimen alguno en Jesús, lo mando a flagelar. Esta es la actitud
frecuente de todos los que buscan una posición neutra entre el bien y el mal: en situaciones
críticas prefieren de cierta manera sacrificar algo de bien, en busca de un ablandamiento
del mal.

Oh María mar de dolores, por el gravísimo dolor que tuviste, viendo a tu divino Hijo
Jesús, azotado cruelmente, te suplicamos que el alma de nuestro (a) hermano (a)… y las
demás benditas almas del purgatorio, sean libres de los azotes de penas que ahí padecen,
por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

~ 26 ~
Padre nuestro, 10 Ave María, Gloria y jaculatorias.

Dale, Señor el descanso eterno.


Y Brille para él/ ella la luz perpetua.

Que descanse en paz.


Así sea.

III
En el Tercer Misterio Doloroso Contemplamos la coronación de espinas de Jesús.
(Mc 15, 16- 20)

Después de tener Jesús su sacratísimo cuerpo destrozado por los azotes de los verdugos,
como Rey y Dios verdadero, sufrió en su frente adorable, el tormento de las espinas. Ese
suplicio tan doloroso en sí mismo, fue acompañado de otros: bofetadas, escarnios,
sarcasmos y blasfemias de los soldados, según atestiguan los santos evangelios.

¡Oh María fragante rosa entre espinas! Por el agudísimo dolor que tuviste al ver a tu
amado Hijo, hermoso lirio de los valles, afeado y coronado de espinas, te suplicamos que
el alma de nuestro (a) hermano (a)… y las demás benditas almas del purgatorio, sean
libres de las espinas de las penas que ahí padecen, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Padre nuestro, 10 Ave María, Gloria y jaculatorias.

Dale, Señor el descanso eterno.


Y Brille para él/ ella la luz perpetua.

Que descanse en paz.


Así sea.

~ 27 ~
IV
En el Cuarto Misterio Doloroso contemplamos a Jesús con la cruz a cuestas
camino del Calvario.
(Lc 23, 26- 32)

Nuestro Señor Jesucristo tomó la cruz sobre los hombros para llevarla al calvario y en
ella morir crucificado. La cargó sin manifestar repugnancia alguna; por el contrario, la
abrazó con amor indecible, pues deseaba levantar bien alto el estandarte bajo el cual
debían alistarse sus seguidores en la tierra. Bajo su peso Jesús alcanzaba nuestra salvación
y con su ejemplo, nos da fuerza para que abracemos nuestra propia cruz y de esta manera
venzamos las pruebas de esta vida.

Es a través de la cruz que con Él compartiremos después en el reino de los cielos.

¡Oh María traspasada de dolor en la calle de la amargura! Por encontrar en ella a tu


inocente Hijo, sentenciado a muerte y agobiado con el grave peso de la cruz, te suplicamos
que el alma de nuestro (a) hermano (a)… y las demás benditas almas del purgatorio, por
tus ruegos sean libres de la cruz de las penas que ahí padecen, por Jesucristo nuestro
Señor. Amén.

Padre nuestro, 10 Ave María, Gloria y jaculatorias.

Dale, Señor el descanso eterno.


Y Brille para él/ ella la luz perpetua.

Que descanse en paz.


Así sea.

V
En el Quinto Misterio Doloroso contemplamos la crucifixión y muerte de Jesús.
(Lc 23, 33- 46)

~ 28 ~
De ahí la grandeza y el misterio de un Dios que se hace hombre y permite ser muerto en
la cruz para redimir al género humano. Un solo gesto suyo sería suficiente para obrar esta
redención; sin embargo, prefirió entregar hasta la última gota de su sangre preciosísima.

¡Oh desconsolada reina, afligida Madre y desamparada Virgen! Por el agudo dolor que
atravesó tu amante corazón, viendo morir entre tantas afrentas y dolores a tu santísimo
Hijo, para redimir al género humano, te pedimos que el alma de nuestro (a) hermano (a)…
y las demás benditas almas del purgatorio, donde están solas y afligidas, la sangre de tu
Hijo les alivie sus penas y les de la gloria, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Padre nuestro, 10 Ave María, Gloria y jaculatorias.

Dale, Señor el descanso eterno.


Y Brille para él/ ella la luz perpetua.

Que descanse en paz.


Así sea.

Misterios Gloriosos
I
En el Primer Misterio Glorioso contemplamos la resurrección de Jesús.
(Mt 28, 5- 7)

Nuestro Señor triunfó sobre la muerte y el pecado. Redimido el género humano y abiertas
nuevamente para nosotros las puertas del cielo, el alma sacratísima de Jesús se reúne a su
adorable cuerpo en el sepulcro, de donde sale para aparecer a su santa Madre, a las santas
mujeres, a sus apóstoles y discípulos.

Por este misterio y por la intercesión de la Santísima Virgen, pidamos la gracia de tener
siempre presente en nuestra memoria la escena de la resurrección y del juicio final, en el
cual todos podrán conocer la totalidad de las obras de los hombres.

Roguemos por las benditas almas del purgatorio para que ellas encuentren la paz y el
consuelo a través de este santo rosario. De manera especial te lo ofrecemos por el alma

~ 29 ~
de nuestro (a) hermano (a)… y por las demás benditas almas del purgatorio, para que sean
confortadas por los ángeles en sus penas. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Padre nuestro, 10 Ave María, Gloria y jaculatorias.

Dale, Señor el descanso eterno.


Y Brille para él/ ella la luz perpetua.

Que descanse en paz.


Así sea.

II
En el Segundo Misterio Glorioso contemplamos la Ascensión del Señor a los cielos.
(Hc 1, 6- 11)

Después de prometer a los apóstoles la venida del Espíritu Santo, nuestro Señor se elevó
por su propio poder hasta el cielo empíreo, donde fue recibido con pompas divinas por el
Padre eterno y toda la corte celestial. Le fue dado el asiento a la derecha del Altísimo, de
donde volverá con toda su gloria y majestad para juzgar a vivos y a los muertos.

Por este misterio y por la intercesión de la Santísima Virgen, pidamos la gracia de tener
constantemente un ardiente deseo de ir para el cielo con nuestros cuerpos glorificados.

Roguemos por las benditas almas del purgatorio para que ellas encuentren la paz y el
consuelo a través de este santo rosario. De manera especial te lo ofrecemos por el alma
de nuestro (a) hermano (a)… y por las demás benditas almas del purgatorio, para que sean
confortadas por los ángeles en sus penas. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Padre nuestro, 10 Ave María, Gloria y jaculatorias.

~ 30 ~
Dale, Señor el descanso eterno.
Y Brille para él/ ella la luz perpetua.

Que descanse en paz.


Así sea.

III
En el Tercer Misterio Glorioso contemplamos la venida del Espíritu Santo sobre
nuestra señora y los apóstoles.
(Hc 2, 1- 8)
El convivio intenso de los discípulos con el maestro no había sido suficiente para
transformarlos, ni siquiera para fortalecerlos. Con la venida del Espíritu Santo, la Iglesia
nacida del misterio pascual de Cristo, adquirió vigor y se extendió de manera milagrosa.

Por este misterio, pidamos a la Santísima Virgen que interceda por nosotros junto a su
Divino Esposo, para obtener la plenitud de los dones que de tal manera transformaron a
los discípulos de Jesús y así podamos cumplir nuestra misión con perfección.

Roguemos por las benditas almas del purgatorio para que ellas encuentren la paz y el
consuelo a través de este santo rosario. De manera especial te lo ofrecemos por el alma
de nuestro (a) hermano (a)… y por las demás benditas almas del purgatorio, para que sean
confortadas por los ángeles en sus penas. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Padre nuestro, 10 Ave María, Gloria y jaculatorias.

Dale, Señor el descanso eterno.


Y Brille para él/ ella la luz perpetua.

Que descanse en paz.


Así sea.

IV
En el Cuarto Misterio Glorioso contemplamos la Asunción de María a los cielos.
(Ap 12, 1- 10)
~ 31 ~
Cumplida su misión en esta tierra y ardiendo en deseos de unirse a su adorable Hijo en la
eternidad, María Santísima adormeció suavemente en el Señor. No fue la muerte vestida
de luto y tristeza, sino el amor divino adornado de luz y de alegría quien vino a romper el
hilo de tan noble vida. Y sin que su cuerpo virginal sufriese las injurias de la corrupción,
también ella resucitó y fue llevada gloriosamente a los cielos, de donde salió Jesús a
recibirla con la bienaventurada compañía de los ángeles y de los santos. María entra en la
mansión celestial, toda hermosa y resplandeciente como la bendita de Dios, la
Inmaculada, la más bella de todas las criaturas.

Por este misterio, pidamos a la Santísima Virgen una ardorosa y tierna devoción a ella,
nuestra querida y tan buena Madre.

Roguemos por las benditas almas del purgatorio para que ellas encuentren la paz y el
consuelo a través de este santo rosario. De manera especial te lo ofrecemos por el alma
de nuestro (a) hermano (a)… y por las demás benditas almas del purgatorio, para que sean
confortadas por los ángeles en sus penas. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Padre nuestro, 10 Ave María, Gloria y jaculatorias.

Dale, Señor el descanso eterno.


Y Brille para él/ ella la luz perpetua.

Que descanse en paz.


Así sea.

V
En el Quinto Misterio Glorioso contemplamos la coronación de nuestra señora
como Reina única de todo lo creado.
(Ec 24, 22- 28 . 30-31)

Nuestra señora es glorificada por la Santísima Trinidad. “Ella resplandece como Reina de
los ángeles y de los santos.

~ 32 ~
En medio del júbilo de toda la corte celestial, el Padre eterno la coronó, comunicándole
la omnipotencia de la súplica, el Hijo, la sabiduría y el Espíritu Santo, el amor. Premiada
con esa triple diadema, nuestra señora, soberana y Madre compasiva, comienza a extender
sobre nosotros, hijos y vasallos suyo, la inagotable abundancia de sus misericordias.

Por este misterio y la intercesión de la Santísima Virgen, pidamos la perseverancia en la


gracia y la corona de gloria.

Roguemos por las benditas almas del purgatorio para que ellas encuentren la paz y el
consuelo a través de este santo rosario. De manera especial te lo ofrecemos por el alma
de nuestro (a) hermano (a)… y por las demás benditas almas del purgatorio, para que sean
confortadas por los ángeles en sus penas. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Padre nuestro, 10 Ave María, Gloria y jaculatorias.

Dale, Señor el descanso eterno.


Y Brille para él/ ella la luz perpetua.

Que descanse en paz.


Así sea.

Al terminar los cinco misterios

Oremos por las intenciones y salud del Santo Papa… que Dios le conserve la vida, lo haga
feliz en la tierra y no lo entregue en mano del enemigo.

Padre nuestro…

Dios te Salve, María Santísima, Hija de Dios Padre, Virgen Purísima y castísima antes
del parto, por tu Inmaculada Concepción alcánzanos señora la virtud de la Fe.

Llena eres de gracia…

~ 33 ~
Dios te Salve, María Santísima, Madre de Dios Hijo, Virgen Purísima y castísima en el
parto, por tu Inmaculada Concepción alcánzanos señora la virtud de la Esperanza.

Llena eres de gracia…

Dios te Salve, María Santísima, esposa de Dios Espíritu Santo, Virgen Purísima y
castísima después del parto, por tu Inmaculada Concepción alcánzanos señora la virtud
de la Caridad.

Llena eres de gracia…

Dios te salve, María Santísima, templo, trono y sagrario de la Santísima Trinidad, Virgen
Purísima concebida sin la culpa del pecado original.

Salve

LETANÍAS DE LA VIRGEN

Señor, ten piedad


Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.

Dios, Padre celestial,


Dios, Hijo, Redentor del mundo,
Dios, Espíritu Santo,
Santísima Trinidad, un solo Dios,
Ten piedad de él/ella.

Santa María,
ruega por él/ella.
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las Vírgenes,
Madre de Cristo,
Madre de la Iglesia,
Madre de la misericordia,
Madre de la divina gracia,
Madre de la esperanza,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre siempre virgen,
~ 34 ~
Madre inmaculada,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del buen consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Virgen prudentísima,
Virgen digna de veneración,
Virgen digna de alabanza,
Virgen poderosa,
Virgen clemente,
Virgen fiel,
Espejo de justicia,
Trono de la sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso espiritual,
Vaso digno de honor,
Vaso de insigne devoción,
Rosa mística,
Torre de David,
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la Alianza,
Puerta del cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores,
Consuelo de los migrantes,
Consoladora de los afligidos,
Auxilio de los cristianos,
Reina de los Ángeles,
Reina de los Patriarcas,
Reina de los Profetas,
Reina de los Apóstoles,
Reina de los Mártires,
Reina de los Confesores,
Reina de las Vírgenes,
Reina de todos los Santos,
Reina concebida sin pecado original,
Reina asunta a los Cielos,
Reina del Santísimo Rosario,
Reina de la familia,
Reina de la paz.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,


perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,


escúchanos, Señor.

~ 35 ~
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten misericordia de nosotros.

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.


Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

ORACIÓN.
Te rogamos nos concedas,
Señor Dios nuestro,
gozar de continua salud de alma y cuerpo,
y por la gloriosa intercesión
de la bienaventurada siempre Virgen María,
vernos libres de las tristezas de la vida presente
y disfrutar de las alegrías eternas.
Por Cristo nuestro Señor.
Amén.

Virgen Santísima, te pedimos que, así como nos hemos acordado del alma de nuestro (a)
hermano (a)… y las demás benditas ánimas del purgatorio, se acuerden de nosotros los
demás, si hemos de ir allá a purificarnos por nuestros pecados. En tí, Madre nuestra,
ponemos toda nuestra confianza de hijo, y sé que no quedaremos defraudados. Amén.

Dale, Señor el descanso eterno.


Y Brille para él/ ella la luz perpetua.

Que descanse en paz.


Así sea.

ORACIÓN DEL SANTO SUDARIO


(Sólo para difuntos)
.
.
Señor Dios que nos dejaste
la señal de tu pasión y muerte
en la Sábana Santa,
en la cual fue envuelto
tu cuerpo Santísimo
cuando por José
fuiste bajado de la Cruz.
Cóncedele, Señor, al alma de…
que por tu muerte y sepultura santa
sea llevada

~ 36 ~
a la gloria de la resurrección
donde vives y reinas,
Con Dios Padre,
En unión del Espíritu Santo,
Dios por todos los siglos de los siglos;
que así sea. AMÉN.

Clemente III concedió que cada vez que se rece devotamente está oración, se saque
un alma del purgatorio.

Oración al Padre Eterno.

¡Padre Eterno, soberano Dios! Envía a tus ángeles a sacar esta alma del purgatorio por
quien nuestra intención rogar; te suplicamos la lleves a tu gloria, te rogamos Señor que la
parte que falta de satisfacer sus culpas, las perdones por los méritos de las penas de tu
Hijo, nuestro Redentor Jesucristo. Te rogamos Creador misericordioso, no seas riguroso
en su juicio y no nos dejes caer en la tentación, librándonos de todo mal.
Amén.
Coronilla de la Divina Misericordia
Para recitar la Coronilla de la Divina Misericordia se usa un rosario normal y se sigue
esta secuencia:
1. La señal de la Cruz: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
2. Oración

Expiraste, Jesús; pero la fuente de vida brotó para las almas, y el mar de misericordia se
abrió para el mundo entero. ¡Oh, fuente de vida, insondable misericordia divina!, abarca
el mundo entero y derrámate sobre nosotros.

¡Oh, sangre y agua que brotaste del corazón de Jesús, como una fuente de misericordia
para nosotros, en Ti confío!
3. Padre Nuestro

3. Ave María

4. Credo (Símbolo de los Apóstoles)

5. En cada camándula mayor del Rosario, cuando normalmente se dice el Padre


Nuestro, diga:

~ 37 ~
Padre Eterno,
Te ofrezco
el Cuerpo, la Sangre,
el Alma y la Divinidad
de Tu amadísimo Hijo,
Nuestro Señor Jesucristo,
como propiciación
de nuestros pecados
y los del mundo entero.

6. En cada camándula menor del Rosario, cuando normalmente se dice el Ave María,
diga:
Por Su dolorosa Pasión,
ten misericordia de nosotros
y del mundo entero.

7. Invocación: Al final de la corona, la siguiente oración se reza tres veces seguidas:


Santo Dios,
Santo Fuerte,
Santo Inmortal,
ten misericordia de nosotros
y del mundo entero.

8. Oración para concluir (opcional)

Oh Dios Eterno, en quien la misericordia es infinita y el tesoro de compasión


inagotable, vuelve a nosotros Tu mirada bondadosa y aumenta Tu misericordia en
nosotros, para que en momentos difíciles no nos desesperemos ni nos desalentemos,
sino que, con gran confianza, nos sometamos a Tu santa voluntad, que es el Amor y la
Misericordia mismos. Amén.

~ 38 ~
Oración

Te rogamos y pedimos, omnipotente Dios nuestro, que ya por nuestros pecados


justamente merecemos castigo, por tu Santísimo nombre seamos libres de todas nuestras
culpas. Tú que vives y reinas en todos los siglos. Amén.

Oración por un difunto

Dios nuestro, ante quien los muertos viven y en quien los santos encuentran la felicidad
eterna, escucha nuestras suplicas por nuestro (a) hermano (a)… que ha sido privado (a)
de la luz de este mundo, y concédele gozar eternamente de la claridad de tu presencia.
Por Cristo nuestro Señor. Amén.

Oración en el aniversario de un difunto.

Al conmemorar el aniversario de la muerte de tu hijo (a)…te pedimos, Señor, que


derrames sobre él (ella) tu misericordia y le concedas participar del premio de tus
elegidos. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

Oración para el día del fallecimiento

¡Oh Dios! De quien es propio usar siempre de misericordia y de perdón, te suplicamos


humildemente por el alma de tu siervo (a)… que mandaste a salir hoy de este mundo; a
fin de que no le entregues en manos del enemigo, ni la dejes en perpetuo olvido, sino que
ordenes a tus ángeles, que la reciban y la lleven a la patria del paraíso celestial para que,
pues ha esperado y creído en ti, no padezca las penas del infierno; sino que entre en la
posesión de los goces eternos. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

Oración por el padre difunto

Dios nuestro, de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra; acuérdate en tu


misericordia, de tu siervo,,, que en el mundo ha sido padre amoroso con nosotros. Lleva
a su alma a la paz eterna y concédele allí el premio de su amor y abnegación.

~ 39 ~
Tú, Señor, ves el dolor de su esposa y la orfandad de sus hijos; te pedimos protejas a los
que hemos quedado huérfanos en la tierra para que vayamos creciendo en cuerpo y alma.
Por Cristo nuestro Señor. Amén.

Oración por la madre difunta

Señor Jesucristo, Hijo de Dios, que quisiste tener una madre en la tierra; mira con ojos de
compasión a tu sierva… a quien has llamado del seno de nuestra familia.

Bendice el amor que siempre nos tuvo en la tierra, y haz que, desde el cielo, pueda seguir
ayudándonos. Toma bajo tu protección misericordiosa a nosotros a quienes ella ha tenido
que abandonar en la tierra. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Oración por el cónyuge difunto.

Señor, ábrele los brazos de tu misericordia, a mi esposo (a) y confortame con la firme
esperanza de reunirme un día con el compañero (a) de mi vida en la plenitud de tu amor
eterno. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

Oración por un hermano o pariente o bienhechor difunto.

Dios nuestro, fuente de perdón y de salvación, por medio de la Virgen María y de todos
los santos, concede a mi hermano (a)… (pariente o bienhechor) que ha salido ya de este
mundo, alcanzar la vida eterna. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

Oración de los padres por un hijo difunto.

Recibe, Señor, el alma de nuestro (a) hijo (a) que has querido llamar cerca de ti: concédele
que, libre de toda culpa, llegue a participar de la vida eterna y de la luz que jamás
terminará y pueda unirse a los santos y elegidos en la gloria de la resurrección. Por Cristo
nuestro Señor. Amén.

Oración por un joven difunto.

A ti, Señor que eres el dueño de la vida humana, y quien dispone su termino, te
encomiendo a… cuya temprana muerte me aflige, para que su juventud vuelva a florecer
junto a ti, en tu casa y para siempre. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

Oración por un niño difunto.

~ 40 ~
Señor, tú que conoces la pena que me embarga por la muerte de este (a) niño (a)…
anímame con el pensamiento de que ya vive feliz, junto a ti, en la gloria eterna. Por Cristo
nuestro Señor. Amén.

Oración por un difunto que ha padecido una larga enfermedad

Señor y Dios nuestro, que concediste a nuestro (a) hermano (a)… mantenerse fiel a ti en
su larga enfermedad y seguir el ejemplo de paciencia de tu Hijo, concedele también
alcanzar el premio de tu gloria. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

Oración por un difunto que ha muerto en accidente repentino.

Señor, que tu infinita bondad nos consuele en el dolor de esta muerte inesperada e ilumine
nuestra pena, con la firme confianza de que nuestro (a) hermano (a)… vive feliz en tu
compañía. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

Oración al visitar el cementerio.

Dios todopoderoso, por la muerte de Jesucristo, tu Hijo, destruiste nuestra muerte, por su
reposo en el sepulcro santificaste las sepulturas y por su gloriosa resurrección nos
restituiste la vida a la inmortalidad.

Escucha nuestra oración por aquellos en Cristo y co sepultados con Él, anhelan la feliz
esperanza de la resurrección.

Concede Señor de vivos y muerto, a cuantos en la tierra te conocieron por la fe, alabarte
sin fin en el cielo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oraciones por las benditas ánimas del purgatorio.

Dios misericordioso, que nos perdonas y quieres la salvación de todos los hombres,
imploramos tu clemencia para que, por la intercesión de María Santísima y de todos los
santos, concedas a las almas de nuestros hermanos, parientes, amigos y bienhechores, que
han salido de este mundo, la gracia de llegar a la reunión de la eterna felicidad. Amén.

Santísima Virgen María, reina del purgatorio; vengo a depositar en tu Corazón


Inmaculado una oración a favor de las almas benditas que sufren en el lugar de expiación.
Dígnate escucharla, clementísima señora, si es ésta tu voluntad y la de tu misericordioso
Hijo. Amén.

~ 41 ~
María reina del purgatorio, por aquellas almas por las cuales tengo o puedo tener alguna
obligación, sea de caridad o de justicia, te pido que intercedas por ellas y que las lleves a
tu santísimo Hijo. Amén.

Ave María…

Dale, Señor el descanso eterno.


Y Brille para él/ ella la luz perpetua.

Que descanse en paz.


Así sea.

María reina del purgatorio, te ruego por las almas más abandonadas y olvidadas y a las
cuales nadie recuerda. Tú, Madre, que te acuerdas de ellas, aplícales los méritos de la
pasión de Jesús, tus méritos y los de los santos y alcancen así el eterno descanso. Amén.

Ave María…

Dale, Señor el descanso eterno.


Y Brille para él/ ella la luz perpetua.

Que descanse en paz.


Así sea.

María, reina del purgatorio; te ruego de una manera especial por aquellas almas que han
de estar más tiempo padeciendo y satisfaciendo a la Divina Justicia. Ten compasión de
ellas, ya que no pueden merecer sino sólo padecer; abrevia sus penas y derrama sobre
estas almas el bálsamo de tu consuelo. Amén.

Ave María…

Dale, Señor el descanso eterno.


Y Brille para él/ ella la luz perpetua.

Que descanse en paz.


Así sea.

~ 42 ~
María, reina del purgatorio; te ruego de un modo especial por aquellas almas que más
padecen. Es verdad que todas sufren con resignación, pero sus penas son atroces y no
podemos imaginarlas siquiera. Intercede Madre nuestra por ellas, y Dios escuchará tu
oración. Amén.

Ave María…

Dale, Señor el descanso eterno.


Y Brille para él/ ella la luz perpetua.

Que descanse en paz.


Así sea.

Réquiem para un ser querido

Silencio y paz.

Fue llevado al país de la vida ¿Para qué hacer preguntas? Su morada, desde ahora, es el
descanso, y su vestido, la luz para siempre.

Silencio y paz.

¿Qué sabemos nosotros?

Dios mío, Señor de la historia y dueño del ayer y del mañana, en tus manos están las
llaves de la vida y la muerte. Sin preguntarnos, lo llevaste contigo a la morada santa y
nosotros cerramos nuestros ojos, bajamos la frente y simplemente te decimos: está bien.
Así sea.

Silencio y paz.

La música fue sumergida en las aguas profundas y todas las nostalgias gravitan sobre las
llanuras infinitas.

Se acabó el combate. Ya no habrá para él lágrimas, ni llanto, ni sobresaltos. El sol brillará


por siempre sobre su frente, y una paz intangible asegurará definitivamente sus fronteras.
Señor de la vida y dueño de nuestros destinos, en tus manos depositamos silenciosamente
este ser entrañable que se nos fue.

~ 43 ~
Mientras aquí abajo entregamos a la tierra sus despojos transitorios, duerma su alma
inmortal para siempre en la paz eterna, en tu seno insondable y amoroso, oh Padre de
misericordia.

Silencio y paz.

Nuestros seres queridos.

Parecemos devolvértelos a ti, oh Dios, de quien los recibimos. Pero así como tú no los
perdiste al dárnoslo, tampoco los perdemos cuando regresan a ti.

Oh amante de almas, tú no das como el mundo da. Lo que das no quitas, pues lo que es
tuyo, también es nuestro puesto que somos tuyos, y tú eres nuestro.

La vida eterna, el amor es inmortal; la muerte no es más que horizonte, y el horizonte no


más que límite de nuestra visión.

¡Levántanos, oh poderoso Hijo de Dios, para poder ver más allá; enjuga nuestros ojos
para mirar con luz más clara; acércanos a ti para sentirnos junto a ti y hallarnos cerca de
nuestros queridos seres que están contigo! Y mientras preparas un lugar para nosotros,
prepáranos a nosotros también para esa tierra feliz, por que donde estés, estemos nosotros
también, por siempre. Amén.

Padre Bede Jarret

Oración al fallecimiento de un ser querido.

¡Oh Jesús, único consuelo en las horas eternas del dolor, único consuelo sostén en el vacío
inmenso que la muerte causa entre los seres queridos! Tú, Señor, a quien los cielos, la
tierra y los hombres vieron llorar en días tristísimos; tú, Señor, que has llorado a impulsos
del más tierno de los cariños sobre el sepulcro de un amigo predilecto; tú, ¡Oh Jesús! Que
te compadeciste del luto de un hogar deshecho y de corazones que en el gemían sin
consuelo; tú, Padre amantísimo, compadécete también de nuestras lágrimas. Míralas,
Señor, como sangre del alma adolorida, por la pérdida de aquel que fue deudo
queridísimo, amigo, fiel, cristiano fervoroso.

¡Míralas, Señor, como tributo sentido que te ofrecemos por su alma, para que la purifiques
en tu sangre preciosísima y la lleves cuanto antes al cielo, si aún no te goza en él! ¡Míralas,

~ 44 ~
Señor, para que nos des fortaleza, paciencia, conformidad con tu divino querer, en esta
tremenda prueba que tortura el alma! ¡Míralas, oh dulce, oh piadosísimo Jesús! Y por
ellas concédenos que los que aquí en la tierra hemos vivido atados con los fortísimos lazos
de cariño, y ahora lloramos la ausencia momentánea del ser querido, nos reunamos de
nuevo junto a ti en el cielo, para vivir eternamente unidos en tu corazón. Amén.

Oración por nuestros seres queridos.

Oh buen Jesús, que durante toda tu vida toda tu vida te compadeciste de los dolores ajenos,
mira con misericordia las almas de nuestros seres queridos que están en el purgatorio. Oh
Jesús, que amaste a los tuyos con gran predilección, escucha la súplica que te hacemos, y
por tu misericordia concede a aquellos que tú te has llevado de nuestro hogar el gozar del
eterno descanso en el seno de tu infinito amor. Amén.

Concédeles, Señor, el descanso eterno y que les ilumine tu luz perpetua.

Que las almas de los fieles difuntos por la misericordia de Dios descansen en paz. Amén.

Oración de recomendación del alma a Cristo.

Señor, te encomendamos el alma de tu siervo (a)… te suplicamos, Cristo Jesús, salvador


del mundo, que n o le niegues la entrada en el regazo de tus patriarcas, que por ella bajaste
misericordiosamente del cielo a la tierra.

Reconócela, Señor, como criatura tuya; no creada por dioses extraños, sino por ti, único
Dios vivo y verdadero, porque no hay otro Dios fuera de ti ni nadie que produzca tus
obras.}

Llena, Señor, de alegría su alma en tu presencia y no te acuerdes de sus pecados pasados


ni de los excesos a que la llevó el ímpetu o ardor de la concupiscencia, porque aunque
haya pecado, jamás negó al Padre, ni al Hijo, ni al Espíritu Santo; antes bien, creyó fue
celoso de la honra de Dios y adoró fielmente al Dios que lo hizo todo.

Oraciones por los difuntos.

Se devoto de las almas del purgatorio. Si no ruegas por ellas, Dios permitirá que los demás
se olvidan después de ti.

Reza por lo menos, tres Padre nuestro por las siguientes intenciones:

~ 45 ~
 Por el alma más abandonada del purgatorio.
 Por el alma que más padece en el purgatorio.
 Por el alma que más tiempo ha de estar en el purgatorio.

Reza ahora alguna de las oraciones que siguen:

Por los padres.

Oh Dios, que nos mandaste honrar a nuestro padre y a nuestra madre, se clemente y
misericordioso con sus almas; perdónales sus pecados y has que un día pueda verlos en
el gozo de la luz eterna. Amén.

Por los parientes y amigos.

Oh Dios que concedes el perdón de los pecados y quieres la salvación de los hombres,
imploramos tu clemencia en favor de todos nuestros hermanos, parientes y bienhechores
que partieron de este mundo, para que, mediante la intercesión de la bienaventurada
Virgen María y de todos los santos, hagan que lleguen a participar de la bienaventuranza
eterna; por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Por un difunto.

Haz, oh Dios omnipotente, que el alma de tu siervo (a)… que ha pasado de este siglo al
otro, purificada con estos sacrificios y libre de pecados, consiga el perdón y el descanso
eterno. Amén.

Por todos los difuntos.

Oh Dios, creador y redentor de todos los fieles, concede a las almas de tus siervos y
siervas la remisión de todos sus pecados, para que por las humildes súplicas de la Iglesia,
alcancen el perdón que siempre desearon; por nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Visita al cementerio.

Yo me postro sobre tierra donde reposan los restos mortales de mis queridos padres,
parientes, amigos, y todos mis hermanos en la fe que me han precedido en el camino de
la eternidad. Mas ¿Qué puedo hacer yo por ellos? ¡Oh divino Jesús, que padeciendo y
muriendo por nuestro amor nos compraste con el precio de tu sangre la eterna vida; yo se
que vivís y escuchas mis plegarias y que es copiosísima la gracia de tu redención.

~ 46 ~
Perdona, pues oh Dios misericordioso, a las almas de estos mis amados difuntos, líbralas
de todas las penas y de todas las tribulaciones y acógelas en el seno de tu bondad y en la
alegre compañía de tus ángeles y santos para que, libres de todo dolor y de toda angustia,
te alabren, gocen y reinen con vos en el paraíso de tu gloria por todos los siglo de los
siglos. Amén.

Ofrecer el sacrificio por el descanso de los difuntos… es una costumbre observada en el


mundo entero. Por eso creemos que se trata de una costumbre enseñada por los mismos
apóstoles. En efecto, la Iglesia católica la observa en todas partes; y si ella no creyera que
se les perdonan los pecados a los fieles difuntos, no haría limosnas por sus almas, ni
ofrecería por ellas el sacrificio a Dios.

San Isidoro de Sevilla

Sobre los oficios eclesiásticos, 1.

Debemos ayudar a los que se hallen en el purgatorio. Demasiado insensible seria quien
no auxiliara a un ser querido encarcelado en la tierra; más insensible es el que no auxilia
a un amigo que está en el purgatorio, pues no hay comparación entre las penas de este
mundo y las de allí.

Santo Tomás

Sobre el Credo 5, 1. C., p. 73.

Oración a San Nicolás de Tolentino.

¡Oh glorioso taumaturgo y protector de las almas del purgatorio, San Nicolás de
Tolentino! Con todo el afecto de mi alma te ruego que interpongas tu poderosa intercesión
en favor de esas almas benditas, consiguiendo de la divina clemencia la condonación de
todos sus delitos y sus penas, para que saliendo de aquella tenebrosa cárcel de dolores,
vayan a gozar en el cielo de la visión beatífica de Dios. Y a mí, tu devoto siervo,
alcánzame, ¡0h gran santo!, la más viva compasión y la más ardiente caridad hacia
aquellas almas queridas. Amén.

~ 47 ~
Oración de San Agustín por las ánimas del purgatorio.

Dulcísimo Jesús mío, que para redimir al mundo quisiste nacer circuncidado, desechado
de los judíos, entregado con el beso de Judas, atado con cordeles, llevado al suplicio,
como inocente cordero; presentado ante Anás, Caifás, Pilato y Herodes; escupido y
acusado con falsos testigos, abofeteado, cargado de oprobios, desgarrado de azotes,
coronado de espinas, golpeado con la caña, cubierto el rostro con una púrpura por burla;
desnudado afrentosamente, clavado en la cruz y levantado en ella, puesto entre ladrones,
como uno de ellos, dándole a beber hiel y vinagre y herido el costado con la lanza. Libera,
Señor, por tantos y tan acerbísimos dolores como han padecido por nosotros, a las almas
del purgatorio de las penas en que están, llévalas a descansar a tu santísima gloria, y
sálvalas por los méritos de tu sagrada pasión y por tu muerte de cruz, de las penas del
infierno para que seamos dignos de entrar en la posesión de aquel reino, adonde llevaste
al buen ladrón, que fue crucificado con vos, que vives y reinas con el Padre y el Espíritu
Santo por los siglos de los siglos. Amén.

Oración por las almas del purgatorio.

Dios omnipotente, Padre de bondad y de misericordia, apiádate de las benditas almas


del Purgatorio y ayuda a mis queridos padres y antepasados.

A cada invocación se contesta: ¡Jesús mío, misericordia!

Ayuda a mis hermanos y parientes. ¡Jesús mío misericordia!


Ayuda a todos mis bienhechores espirituales y temporales.
Ayuda a los que han sido mis amigos y súbditos.
Ayuda a cuantos debo amor y oración.
Ayuda a cuantos he perjudicado y dañado.
Ayuda a los que han faltado contra mí.
Ayuda a aquellos a quienes profesas predilección.
Ayuda a los que están más próximos a la unión contigo.
Ayuda a los que te desean más ardientemente.
Ayuda a los que sufren más.
Ayuda a los que están más lejos de su liberación.
Ayuda a los que menos auxilio reciben.
Ayuda a los que más méritos tienen por la Iglesia.
Ayuda a los que fueron ricos aquí, y allí son los más pobres.
Ayuda a los poderosos, que ahora son como viles siervos.
Ayuda a los ciegos que ahora reconocen su ceguera.
Ayuda a los vanidosos que malgastaron su tiempo.
Ayuda a los pobres que no buscaron las riquezas divinas.
Ayuda a los tibios que muy poca oración han hecho.

~ 48 ~
Ayuda a los perezosos que han descuidado tantas obras buenas.
Ayuda a los de poca fe que descuidaron los santos Sacramentos.
Ayuda a los reincidentes que sólo por un milagro de la gracia se han salvado.
Ayuda a los padres que no vigilaron bien a sus hijos.
Ayuda a los superiores poco atentos a la salvación de sus súbditos.
Ayuda a los pobres hombres, que casi sólo se preocuparon del dinero y del placer.
Ayuda a los de espíritu mundano que no aprovecharon sus riquezas o talentos para el
cielo.
Ayuda a los necios, que vieron morir a tantos no acordándose de su propia muerte.
Ayuda a los que no dispusieron a tiempo de su casa, estando completamente
desprevenidos para el viaje más importante.
Ayuda a los que juzgarás tanto más severamente, cuánto más les fue confiado.
Ayudad a los pontífices y gobernantes.
Ayuda a los obispos y sus consejeros. Ayuda a mis maestros y pastores de almas.
Ayuda a los finados sacerdotes de esta diócesis.
Ayuda a los sacerdotes y religiosos de la Iglesia católica.
Ayuda a los defensores de la santa fe.
Ayuda a los caídos en los campos de batalla.
Ayuda a los sepultados en los mares.
Ayuda a los muertos repentinamente.
Ayuda a los fallecidos sin recibir los santos sacramentos.

V. Dales, Señor, a todas las almas el descanso eterno.


R. Y haz lucir sobre ellas tu eterna luz.

V. Que en paz descansen.


R. Amén.

Acto heroico de caridad por las benditas almas del purgatorio.

Oración por el voto de ánimas:

Dios mío, pongo en tus manos y en las de Nuestra Señora todas mis obras gratificantes
que haré en vida y las que otros harán por mí después de mi muerte, para que sirvan a las
almas del Purgatorio. Me encomiendo a tu Misericordia.

Para hacerlo a través de María:

¡Oh, Dios mío! para vuestra mayor gloria, y para imitar lo más fielmente posible el
generoso Corazón de Jesús, mi Redentor, y también para testimoniar mi devoción a la
Santísima Virgen María, mi Madre, que es también Madre de las Almas del Purgatorio,
pongo en Sus manos todas mis obras satisfactorias, así como el fruto de todos los que se
ofrezcan por mi intención después de mi muerte, para que Ella los aplique a las Almas
del Purgatorio según Su sabiduría y beneplácito. Amén.

Dios mío, para tu mayor gloria y por los méritos de Jesús y de María, te ofrezco y cedo
por las almas del purgatorio la parte satisfactoria de todo el bien que haga y de cuantos
sufragios reciba después de mi muerte. Dispón de todo según tu santa voluntad.

~ 49 ~
Devoción de los cien réquiem.

Los cien Réquiem por las almas del purgatorio y los difuntos es una antigua oración que
se ofrece hacia las personas que han muerto.

El nombre proviene de la oración original en latín que se llama "Réquiem Æternam" y se


traduce como "Descanso Eterno".

Esta oración alivia la purificación que atraviesan las almas del purgatorio y, a cambio,
ellas interceden por los creyentes que rezan por ellas.

Cien Réquiem: oración por las almas del purgatorio

Se utiliza un rosario común para hacer las oraciones. En total se dan dos vueltas al
rosario para completar los cien réquiem.

En cada cuenta del rosario donde se reza el Padre nuestro, se mantiene la misma
oración del Padre nuestro.

En las diez cuentas que siguen después del Padre nuestro, se dice la oración "Réquiem
Æternam"

"Dales Señor el descanso eterno.


Y brille para ellos la luz perpetua.
Descansen en paz.
Así sea".

Invocación: Jesús mío, ten misericordia de las almas del purgatorio, especialmente del
alma de… o bien del alma mas olvidada.

Luego de decir diez veces el Réquiem se dice la siguiente jaculatoria:

"Almas santas, almas purgantes, rueguen a Dios por nosotros, que nosotros rogaremos
por ustedes para que Él les de la gloria eterna".

En total se hacen 10 repeticiones, dando un total de 10 Padrenuestros y 100 Réquiem.

~ 50 ~
Responso

Responso por los fieles difuntos

V/. No te acuerdes, Señor, de nuestros pecados.


R/. Cuando vengas a juzgar al mundo con poder y gloria entre las nubes del
cielo.

V/. Señor, Dios mío, dirige nuestros pasos por el camino de tu ley santa para
que obremos bien en tu presencia.
R/. Cuando vengas a juzgar al mundo con poder y gloria entre las nubes del
cielo.

V/. Concédele(s), Señor, el descanso eterno, Y que le(s) alumbre la luz


eterna. R/. Cuando vengas a juzgar al mundo con poder y gloria entre las
nubes del cielo.

V/. Señor, ten piedad.


R/. Señor, ten piedad.

V/. Cristo, ten piedad.


R/. Cristo, ten piedad.

V/. Señor,
ten piedad.
R/. Señor,
ten piedad.

Padre nuestro, Ave María y Gloria…

~ 51 ~
V/. Libra, Señor, su(s)
alma(s). R/. De las
penas del infierno.

V/. Por la
misericordia de
nuestro Señor.
Descanse(n) en
paz. R/. Amén.

V/. Señor, escucha nuestra oración.


R/. Y llegue a ti nuestro clamor.

V/. El Señor esté con


ustedes. R/. Y con tu
espíritu.

OREMOS
Te rogamos, Señor, que absuelvas el alma de tu siervo(a)... de todo vínculo de
pecado, para que viva en la gloria de la resurrección, entre tus santos y elegidos.
Por Cristo nuestro Señor.

R/. Amén.

V/ . Concédele(s) Señor, el
descanso eterno. R/. Y brille para
él(ella, ellos) la luz eterna.

V/. Descanse(n) en paz.


R/. Amén.

~ 52 ~
V/. Su(s) alma(s) y las de todos los fieles difuntos, por la misericordia del
Señor, descansen en paz.

R/. Amén.

Oh Dios, creado r y redentor de todos los hombres, concede a las almas de tus siervos y
sirevas la remisión de todos sus pecados, y en especial por el alma de nuestro (a)
hermano (a)… y las demás benditas almas del purgatorio, a fin de que por las humildes
suplicas de tu iglesia, obtengan el perdón que siempre has deseado. Esto te pedimos por
ellas, oh Jesús que vives y reinas con Dios Padre y el Espíritu Santo, por los siglos de
los siglos. Amén.

ROSARIO DE PESAME A LA SANTISIMA VIRGEN MARÍA

Por la señal de la Santa Cruz…

Acto de contrición y la aplicación del Rosario.

ADVERTENCIA

En cada misterio se reza un Padre Nuestro y siete Ave Marías y al fin Gloria Patri, etc.
Pero antes de empezar, se reza o canta la música siguiente:

CORO

¡Oh tristísima María! De los que a tu soledad

Recibe la voluntad Quieren hacer compañía.

PRIMER MISTERIO.

Luego se dice: en el primer misterio hemos de considerar ¡qué pena sería la de la Madre
Santísima cuando vio ya dentro del sepulcro el cadáver de su dueño, que lo cubrían con
una losa! ¡Que ya no había de ver estado el viador Jesús! Que aquella era la postrera vez
que en este mundo habían de ver aquel cuerpo apacible sus maternales ojos.

Un Padre Nuestro, siete Ave Marías y Gloria Patri.


~ 53 ~
OFRECIMIENTO

Dolorosísima y afligidìsima Madre y Señora Nuestra, nosotros te agradecemos


rendidamente el incomparable dolor que sentiste en tu paciente Espíritu cuando después
de haber sepultado a tu difunto hijo, viste cerrar la puerta del sepulcro en una pesada losa
con que nos oprimía el corazón, porque nos lo quitaron totalmente de los ojos, quedando
ya desde aquel punto tan sola, que no se nos permitió ni a vista de su destrozado cadáver.
Por este dolor, Señora, te suplicamos nos alcances de tu Hijo, para honra de nuestra
muerte un pesar tan grande de nuestras culpas que, oprimiendo nuestros corazones con el
arrepentimiento, merezcamos de su misericordia, el perdón y la gloria. Amen.

MUSICA

Ya la fosa de tu amado tu espíritu atravesado


Cuando el cadáver oculto ese peñasco pesado
En la tristeza sepulta tu corazón oprimía.
Coro; ¡Oh Tristísima María! Etc.

SEGUNDO MISTERIO

En este segundo misterio hemos de considerar ¡con que ternura adoraría la Santísima
Señora la Cruz de su hijo! ¡Con que dolor vería la Sangre de que estaban salpicadas las
piedras! ¡Con que sentimiento dejaría aquel lugar que dejaba su alma y su corazón!!

Un Padre nuestro…

OFRECIMIENTO

Dolorosísima y afligidìsima Madre y Señora nuestra, nosotros te agradecemos


rendidamente el incomparable dolor que sentiste en tu materno corazón, cuando para
volver ya a tu recogimiento entrada la noche, te despediste del Sagrado Monte Clavario,
dejando en el a tu Hijo sepultado, la cruz en que murió y la sangre que aún estaba
estampada en sus peñas, sin poder llevártelo como deseabas, todos estos instrumentos de
nuestra redención. Por este dolor, Señora, te suplicamos nos alcances de tu Santísimo
Hijo, amor a los trabajos y a la Cruz, y fuerza para que cargando cada uno de la de nuestro

~ 54 ~
estado, sigamos con ella a nuestro capitán Jesús, en el camino de la vida, hasta el término
de una dichosa muerte. Amén.

MUSICA
Del calvario su atención se quedó en tu corazón
Se despide, mas no no se aparta tu aflicción
ignoro, aunque el cuerpo
Que donde está tu tesoro se desvía.
Coro: ¡Oh tristísima María! Etc.…

TERCER MISTERIO

En el tercer misterio hemos de considerar, ¡que ahogos serían los del Corazón Santísimo
de la Señora, cuando volvía a su casa iba viendo los lugares donde por la mañana había
padecido su Santísimo Hijo, tantas amarguras! Aquí diría, cayó con el peso de la cruz,
aquí tomaron a Simón Cirineo para que le ayudase a llevar la cruz, aquí le limpió el sudor
la mujer Verónica, aquí consoló a las piadosas mujeres que por Él lloraron, aquí lo
encontré yo, ¡que desfigurado! ¡Que afanado y que enflaquecido! ¡ay de mí!

Un Padre nuestro, etc.…

OFRECIMIENTO

Dolorosísima y afligidìsima Madre y Señora nuestra, nosotros te agradecemos


rendidamente el incomparable dolor que sentiste en tu animo compasivo cuando
volviendo por los mismos pasos que había dado por la mañana en seguimiento de tu
amado Hijo, volviste con los ojos al ver y con la memoria aquellos santísimos lugares en
que había padecido su Divina Majestad tan mortales congojas cargando la Cruz, cayendo
en tierra, recibiendo golpes y puntillazos de los crueles verdugos. Por este dolor te
suplicamos, Señora, nos alcances de nuestro Divino Redentor una viva, eficaz, y continua
memoria de su Pasión Santísima, para el agradecimiento y logremos a la hora de la
muerte, los frutos de provechosa meditación. Amen.

~ 55 ~
MUSICA
Cuando tomas el camino que su sangre estampo
Aunque los gemidos el destino
Sellas a tu amor se le previno
Vos contemplando que en Él estrecha
Las huellas crujía.
Coro: ¡Oh tristísima María! Etc.…

CUARTO MISTERIO.

En este cuarto misterio lo que se ha de considerar es la entrada de la Señora aquella noche


en la ciudad de Jerusalén, ¡que aflicción sentirán sus enseñanzas al acordarse de lo que
en ella había padecido su Santísimo Hijo! ¡Como sentiría su ingratitud que con tantos
tormentos le paso tan repetidos beneficios! ¡¡Como lloraría los desastres que ya
suponemos sabia la Señora le habían de sobrevivir castigo de sus culpas! Todo esto
angustiaba sobremanera su atribulado corazón.

Un Padre nuestro, etc.…

OFRECIMIENTO

Dolorosísima y afligidìsima Madre y Señora Nuestra, nosotros te agradecemos


rendidamente el incomparable dolor que sentiste a tu tiernísimo pecho cuando entrando
de vuelta a la desdichada ciudad de Jerusalén, no viste ya en ella a tu amado antes si se te
presentaron de nuevo los trabajos que había sufrido el mansísimo Cordero, la ingratitud
con que ella trató, siendo de Él tan favorecida con que recomendó sus beneficios, le
recomendamos hasta la muerte con verdadero amor, huyendo en la vida de cualquier
culpa, que tan desagradable es a su Divina Majestad. Amén.

MUSICA

De tu ya perdido bien culpa de Jerusalén

Se te aviva la memoria contra tu hijo su desdén

Cuando mira notoria ya es tu pecho agonía.

Coro: ¡Oh tristísima María!, etc.…

~ 56 ~
QUINTO MISTERIO.

Para el quinto misterio sea la consideración que, entrando la desconsolada Virgen en la


casa del Cenáculo, al punto hizo recuerdo de todo lo que en la noche anterior había hecho
su Hijo Santísimo y que allí se había despedido de ella y tomando su bendición para ir a
padecer; ¡que cuchillos todos estos tan afilados para despedazarle su amado corazón!

Un Padre nuestro, etc.…

OFRECIMIENTO

Dolorosísima y afligidìsima Madre y Señora nuestra, nosotros te agradecemos


rendidamente el incomparable dolor que sentiste en tus piadosísimas entrañas, cuando
entrando en la casa del Cenáculo, donde habiendo el día antes instituido tu Hijo el
Sacramento de la Eucaristía y lavado los pies a los Apóstoles, se despidió de vos tomando
tu bendición para ir a padecer, todo esto te representaba con eficaz viveza al ver cada uno
de aquellos sacratísimos lugares, sin ver en ellos a tu Jesús. Por este dolor, Señora, te
suplicamos nos alcances de su Majestad Santísima una cristiana disposición para recibirle
dignamente en el Santísimo Sacramento, cuando comulguemos y que logremos la dicha
de recibirlo por viatico antes de nuestra muerte, para que, lavados de nuestras manchas,
merezcamos en aquella hora su bendición. Amén.

MUSICA

En el Cenáculo adviertes y pronósticos de muertes

Del día de ayer lloras contrarias suertes

Los misterios en la distancia

Víspera de vituperio de un día.

Coro: ¡Oh tristísima María!, etc.…

SEXTO MISTERIO

En este sexto misterio hemos de considerar la constancia de María, Señora Nuestra, que
no quiso que la acompañasen en la soledad de su desamparo, ni el Evangelista Juan, ni

~ 57 ~
las compasivas mujeres, sino que despidiéndolas amorosamente se entró a su retrete a
llorar tantos trabajos.

Un Padre nuestro, etc.

OFRECIMIENTO

Dolorosísima y afligidìsima Madre y Señora nuestra, nosotros te agradecemos


rendidamente el incomparable dolor que sentiste en tu oprimida alma, cuando para luchar
más sola en la batalla de tus melancólicos pensamientos, despediste al Apóstol Juan y a
las devotas mujeres, que hasta allí te habían acompañado, para no tener así el pequeño
desahogo que te podía dar su compañía y la compasión con que te asistían en tus
calamidades. Por ese dolor, Señora, te suplicamos nos alcances de nuestro benignísimo
Salvador una resolución generosa, con que apartándose de todas las criaturas nos
busquemos consuelos humanos en nuestros trabajos; y pídele que en la hora de la muerte
cuando nos han de dejar todos, no nos desampare su Divina Majestad con las asistencias
de sus soberanos auxilios para acabar dichosamente. Amén.

MUSICA

Tanto el afán el consuelo

Del cuidado, es renunciado

A todo alivio prefiere ni aun del discípulo

Que aun en las santas se ayuda tu valentía.

Mujeres

Coro: ¡Oh tristísima María!, etc.

SEPTIMO MISTERIO.

En este séptimo y último misterio se ha de considerar ¿Cuáles serían los pensamientos e


imaginaciones de la Señora en aquel retiro? ¿Cómo pasaría aquellos días y noches, sin
reposo ni descanso alguno, fija la vista de su entendimiento en lo que había padecido su
Santísimo Hijo? ¡Cruel verdugo su mismo esclarecido entendimiento!

Un Padre Nuestro, etc.…

~ 58 ~
OFRECIMIENTO

Dolorosísima y afligidìsima Madre y Señora Nuestra, nosotros te agradecemos


rendidamente el incomparable dolor que sentiste en tus atribuladas potencias, cuando
retirada al último retrete de la casa, soltaste las velas a la consideración de tales sucesos
y te hallaste sola en aquel retiro, muda en aquel aposento, rodeada de las sombras de la
lóbrega noche, y lo que es más sensible, sin tu hijo, y sin tu esposo, sin tu Amado, sin tu
vida, sin Alma, sin tu Jesús, sin tu Dios! Por este mar amargo en que naufragaba entonces
tu corazón Santísimo; te suplicamos, Señora, que, en el trance terrible de nuestra muerte,
cuando nos hemos de ver tan solos, no nos desampares, sino que como Madre nos asistas,
nos alumbres como la luz y como refugios nuestros nos mitigues el desconsuelo de
aquellas congojosas agonías. Y ahora ofrece a tu hijo precioso, tus fatigas por la Iglesia
Católica, para que le de paz y quietud, por los Gobiernos cristianos, para que les de acierto
en sus deliberaciones, por la exaltación de la fe católica, para que se difunda la gentilidad
y triunfo de la herejía; por los pecadores para que con la enmienda de sus vidas, consigan
el perdón de sus culpas, y por las animas benditas del Purgatorio para que logren el fruto
de tu dolorosísima soledad, saliendo cuanto antes al descanso de la vida eterna, a gozar
de tu amable compañía en la gloria, por todos los siglos, amén.

MUSICA

De mira es un ramillete retirada de tu retrete

Tu esposo es tu dulzura crece la melancolía

Logra toda la amargura recibe la voluntad

Que a tu constancia de los que a tu soledad

Acomete quieren hacer compañía.

Se reza una Salve.

MUSICA

En que se convoca a todas las criaturas a dar el pésame a la Santísima Señora.

Ángeles, astros, montes en la muerte de un hijo

Sentid, llorad, gemid, la pena de una Madre


~ 59 ~
Flores, aves, mares sin alivio

Gemid, sentid, llorad pues sepultado Cristo

Peces, brutos, hombres eso solo era su lenitivo:

Gemid, llorad, sentid las lágrimas, los sollozos

Con lágrimas sollozos los suspiros

Y suspiros.

PESAME A NUESTRA SEÑORA EN EL RETIRO DE SU SOLEDAD.

¡Oh Madre, la más desconsolada de todas las madres del mundo!, dame permiso para que
me ponga en tu soberana presencia, porque avergonzado de ser yo la causa de tus amargos
sufrimientos con mis graves culpas, no me atrevo a comparecer delante de tu maternal y
amorosísima mansedumbre y clemencia, y conociendo que esos mismos dolores los
padeciste en satisfacción de mis pecados, te pido me des licencia para darte y repetir una
y muchas veces el pésame de tu viudez, de tu desamparo y de tu soledad. Me pesa en el
alma ¡Oh Reina de los mártires! De la muerte de tu hijo y de que fuese tan dolorosa y tan
infame, me pesan los inestimables tormentos que padeciste en tu sacrificado corazón,
viéndolo agonizar en la cruz. Me pesa el sumo desamparo en que quedaste después de su
muerte y sepultura, porque yo he sido gran parte de tus afrentas y de tus angustias:
quisiera, afligidìsima Madre, deshacer mis yerros con lágrimas de sangre y darte a vos y
a tu hijo, una buena satisfacción, que fuese entero testimonio de cuan sólido y eficaz es
mi arrepentimiento. Espero que me ayudes con tus ruegos para que con la perfecta
mudanza de mi vida manifieste el pesar que ahora tengo en mi alma. Tu Señora, recibiste
en oscuro retrete a San Pablo, cuando te vino a buscar arrepentido. Te agradaste de sus
lágrimas y le alcanzaste el perdón. Hazlo así conmigo, pues lloro, me arrepiento y solicito
ser perdonado. En ti, sola Señora, se conservó aquellos tres días de la iglesia, pues ahora
pedís a tu hijo que la conserve, la aumente y la extienda por todo el mundo. En ti solo se
mantuvo constante fe, pues haces que ahora que ella triunfe sobre sus enemigos, que los
herejes, infieles e idolatras la abracen. Entonces con tus penalidades negocias la paz entre
Dios y los hombres, sea impenetrable y eterna para los gobernantes cristianos. Concurriste
con tus merecimientos en aquella ocasión para que las almas benditas del purgatorio
lograsen su descansada libertad, ofrécelos ahora también para que las que están en aquella
~ 60 ~
penosa cárcel, deban a tu protección su refrigerio y descanso. Y a mí, piadosísima Señora,
admíteme en el número de tus domésticos para que te haga compañía en tu soledad, a fin
de que, enmendando mi vida, logre en la muerte ir por toda la eternidad a gozar de tu
felicísima compañía en las bienaventuranzas de la gloria por todos los siglos de los siglos,
Amén.

EFECTOS A CRISTO CRUCIFICADO.

O llorad, cegad ojos humanos.

O cegad, o llorad en este teatro.

“O cegad para no ver tantos tormentos, o llorad para no sentir tantos agravios”

¿Ojos como cegáis al ver la falla y estrago, en mortales próximos a la Gloria del ciego
agonizando?

Ojos cegad para no ver.

¿Ojos como no lloráis cuando unidos al asalto quitan a Jesús la vida, la crueldad, el rigor
y el desamparo?

O cegad para no ver.

¿Ojos como no cegáis cuando el calvario a vuestro Dios, que a un leño fino lo tienen los
agudos clavos?

“O cegad para no ver tantos tormentos, o llorad para no sentir tantos agravios”

ORACION

¡Oh María, Madre de amor, ¡Madre dolorosa y comprensiva! Te rogamos unas a nuestra
oración con la tuya para que tu hijo divino, al cual acudimos con confianza, por tus
lagrimas escuche nuestra oración y nos otorgue la corona eterna además de las gracias
que pedimos en este rosario. Amen.

OFRECIMIENTO DE VALOR INFINITO

¡Oh María, Madre de amor, ¡Madre dolorosa y comprensiva! Por el inmenso dolor que
sufriste en la Pasión y muerte de tu hijo divino, y por las amargas lágrimas que derramaste,
ofrece al Padre eterno el sagrado cuerpo de nuestro amable redentor cubierto de heridas

~ 61 ~
y de sangre preciosa por ellas derramada, en unión de tus dolores y lágrimas, para seguir
la gracia que imploramos. Amén.

¡Oh María, virgen dolorosa y Madre de todos, ruega por nosotros.!

¡Oh María, Madre de amor y Madre de misericordia, ruega por nosotros.!

SAGRADO CORAZON DE JESUS TENGO CONFIANZA EN TI.

¡Oh Jesús! Que tienes un corazón tan tierno, tan compasivo, tan misericordioso, que
resides en el Santo tabernáculo, que me ves y me amas, vos que jamás has rechazado a
nadie cuya misericordia es infinita, cuya propiedad es perdonar que no puedes ver un
dolor sin desear aliviarlo, pongo toda mi confianza en vos, estoy seguro que no me
abandonaras, que siempre serás mi escudo más allá de mis esperanzas. Todas tus
promesas a favor mío se realizarán. Me darás todas las gracias necesarias a mi estado,
pondrás paz en mi familia, me bendecirás en todas mis empresas, me consolaras en todas
mis penas, serás mi refugio seguro durante mi vida y en la hora de mi muerte. Si soy
pecador encontrare en tu corazón la fuente y el océano infinito de misericordia, si soy
tibio, llenaré con tu gracia al fervor, si soy fervoroso, llegare a más alta perfección, me
concederás el don de conmover los corazones endurecidos. Propagare la devoción a tu
Sagrado Corazón adorable y jamás serás borrado de Él. Bendecirás mi morada, puesto
que la imagen de tu sagrado corazón, está ahí expuesta y honrada. ¡Oh Jesús, estoy seguro
de vos!

OFRECIMIENTO A LA SANTISIMA VIRGEN.

¡Oh María, Madre mía inmaculada! Deseando desagraviarte de las ofensivas que recibe
tu purísimo corazón, especialmente las blasfemias que se dirigen contra ti, te ofrezco estas
alabanzas con el fin de consolarte por tantos hijos ingratos que no te aman, y consolar al
corazón de tu divino hijo, a quien tanto ofenden las injurias dirigidas contra ti.

Dignate, dulcísima Madre mía, recibir este mi pobre obsequio, haz que te amé cada vez
más y mira con ojos de misericordia a esos desgraciados para que no tarde en arrojarse a
tus maternales brazos. Amén.

Madre mía, te amo por los que no te aman, te alabo por los que te blasfeman, me entrego
a ti por los que no quieren reconocerte por Madre de todos los que sufren. Así sea.

~ 62 ~
ANEXO

Rosario por los Difuntos.

MISTERIOS GOZOSOS
(Lunes y Sàbado)

PRIMER MISTERIO
Anunciación del ángel y Encarnación del Verbo Divino en las entrañas virginales
de María.

¡Oh María Santísima, consuelo de las almas! Este Padre Nuestro y diez Ave María te
ofrecemos al gozo que tuviste cuando saludada del ángel, te anunció la Encarnación del
Hijo de Dios en tus entrañas; por Él te suplicamos que el alma de tu siervo (a)… y las
demás del purgatorio reciban de los ángeles, por tu intercesión, alegres nuevas de la
gloria, donde vayan a descansar por todos los siglos de los siglos. Amén.

SEGUNDO MISTERIO
Visitación de nuestra Señora y santificación de Bautista.

¡Oh María, refugio de pecadores! Este Padre Nuestro y diez Ave María te ofrecemos al
gozo que tuviste cuando, visitando a Santa Isabel, fuiste de ella reconocida por Madre de
Dios, y el niño Juan, libre de las prisiones de la culpa; por ese gozo te suplicamos visites
y consueles el alma de tu siervo (a)… y las demás del purgatorio y las libres de las
prisiones que padecen y salgan libres a la gloria. Amén.

TERCER MISTERIO
El nacimiento del Hijo de Dios.

¡Oh María, Estrella del mar, norte fijo de la Iglesia! Este Padre Nuestro y diez Ave María
te ofrecemos al gozo que tuviste cuando naciendo de tu vientre, como de la aurora, el sol

~ 63 ~
de la justicia, Cristo, alumbró a los que estaban en tinieblas, por Él te suplicamos que el
alma de tu siervo (a)… y las demás del purgatorio merezcan por ti salir de las tinieblas
que aquella oscura cárcel a los resplandores de la gloria. Amén.

CUARTO MISTERIO
Presentación del Niño en el templo y purificación de nuestra señora.

¡Oh purísima Virgen, que sin obligarte de la ley de la purificación, presentaste a tu


Santísimo Hijo en el templo, con especial gozo de verlo reconocido por verdadero Dios!
Este Padre Nuestro y diez Ave María te ofrecemos, suplicando que el alma de tu siervo
(a)… y las demás del purgatorio, sean purificadas para el templo de la gloria. Amén.

QUINTO MISTERIO
El Niño perdido y hallado en el templo.

¡Oh María, seguro medio para hallar a Jesús! Este Padre Nuestro y diez Ave María te
ofrecemos por el gozo que tuviste hallando en el templo al Niño Dios, sin culpa tuya
perdido, por el te suplicamos que el alma de tu siervo (a)… y las demás del purgatorio,
por tus ruegos alcancen el alivio de sus penas mirando a Jesús en el templo de su gloria.
Amén.

MISTERIOS DOLOROSOS
(Martes y Viernes)

PRIMER MISTERIO
La Oración del Huerto

¡Oh dolorosísima Madre de Jesús quien, despedido y apartado de tu compañía, oró en el


Huerto con mortales agonías donde por un ángel fue confortado! Este Padre Nuestro y

~ 64 ~
diez Ave María te ofrecemos y te suplicamos que por tu intercesión el alma de tu siervo
(a)… y las demás del purgatorio, sean confortadas por los ángeles en sus penas. Amén.

SEGUNDO MISTERIO
Desnudo Jesús es cruelmente azotado.

¡Oh María mar de dolores! Este Padre Nuestro y diez Ave María te ofrecemos en memoria
del gravísimo dolor que tuviste viendo desnudo y azotado cruelmente al Hijo de tus
entrañas; por Él suplicamos que el alma de tu siervo (a)… y las demás que allí padecen
de la Divina Justicia. Por virtud de los azotes que Jesús llevó por tu misericordia. Amén.

TERCER MISTERIO
Coronan a Jesús de espinas.

¡Oh María, cárdeno lirio entre espinas! Este Padre Nuestro y diez Ave María te ofrecemos
en honra del agudísimo dolor que tuviste viendo a tu amado Hijo, hermoso lirio de los
valles, afeado y coronado de espinas, te suplicamos por este dolor que el alma de tu siervo
(a)… y las demás del purgatorio, sean libres de las espinas y penas que padecen y
coronadas en la gloria. Amén.

CUARTO MISTERIO
Jesús condenado a muerte y con la cruz a cuestas se encuentra con María su tierna
Madre.

¡Oh María, traspasada de dolor en la calle de la amargura, para encontrar en ella a tu


inocente Hijo sentenciado a muerte y agobiado con el grave peso de a cruz! Este Padre
Nuestro y diez Ave María te ofrecemos y te suplicamos que el alma de tu siervo (a) y las
demás del purgatorio por tus ruegos sean libres de las crueles penas que padecen. Amén.

~ 65 ~
QUINTO MISTERIO
Crucifixión de Jesús y soledad de María.

¡Oh desconsolada Reina, afligida Madre y desamparada Virgen! Este Padre Nuestro y
diez Ave María te ofrecemos, y te pedimos por el agudo dolor que atravesó tu amante
corazón viendo morir entre tantas afrentas y dolores a tu santísimo Hijo para redimir con
muerte al genero humano, que el alma de tu siervo (a)… y las demás del purgatorio, donde
están solas y afligidas; la sangre de tu Hijo les alivie las penas y su muerte les dé vida de
gloria. Amén.

MISTERIOS LUMINOSOS
(Jueves)

PRIMER MISTERIO
El bautismo de nuestro Señor Jesucristo en el Jordán.

Madre santísima este Padre Nuestro y diez Ave María te ofrecemos, suplicándote que el
alma de tu siervo (a) y las demás del purgatorio, reciban por tu poderosa intercesión el
perdón de sus pecados por Cristo Jesús. Amén.

SEGUNDO MISTERIO
La autorrevelación de nuestro Señor en las bodas de Caná.

Intercediendo ante nuestro Señor Jesús para que realizará su primer milagro, te ofrecemos
este Padre Nuestro y diez Ave María, suplicándote que el alma de tu siervo (a) y las demás
del purgatorio reciban igualmente tu poderosa intercesión para que lleguen prontamente
al cielo por Cristo Jesús. Amén.

TERCER MISTERIO
El anuncio del Reino de Dios y la invitación a la conversión.

~ 66 ~
Virgen María, te damos gracias por habernos entregado a tu único hijo para anunciarnos
el reino de los cielos. Este Padre Nuestro y diez Ave María te ofrecemos pidiéndote que
el alma de tu siervo (a)… y demás del purgatorio, sean libres de sus penas y te acompañen
en la gloria, por Cristo Jesús. Amén.

CUARTO MISTERIO
La Transfiguración de nuestro Señor Jesucristo en el Monte Tabor.

Virgen santa, piadosa y clemente, bendita seas entre todas las mujeres, te pedimos tu
poderosa intercesión ante tu Hijo Jesús para que por medio de este Padre Nuestro y diez
Ave María le concedas al alma de su siervo (a)…y las demás del purgatorio, que sean
purificadas para el templo de la gloria, por Cristo Jesús. Amén.

QUINTO MISTERIO
La institución de la Eucaristía, expresión sacramental del Misterio Pascual.

¡Oh soberana Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, te damos gracias por todo
el amor que has tenido por la humanidad, por habernos entregado a tu Hijo, para que sea
nuestro Pan de Vida. Te ofrecemos este Padre Nuestro y diez Ave María suplicándote que
el alma de tu siervo (a)… y las demás del purgatorio, reciban de los ángeles, por tu
intercesión, alegres nuevas de la gloria, a donde vayas a descansar por todos los siglos.
Amén.

MISTERIOS GLORIOSOS
(Miércoles y Domingo)

PRIMER MISTERIO
La Resurrección del Señor

~ 67 ~
¡Oh María, Señora, alegría de los justos y consuelo de los pecadores! Este Padre Nuestro
y diez Ave María te ofrecemos en memoria de la alegría que tuviste viendo resucitado y
glorioso a tu Santísimo Hijo, te suplicamos que así como en la presencia de Jesús
recibieron alegrías las almas de los Santos Padres en el infierno la tenga el alma de tu
siervo (a) y las demás del purgatorio. Amén.

SEGUNDO MISTERIO
Ascensión de Cristo nuestro Señor a los cielos.

¡Oh María Madre de Dios, llena de sumo gozo en la subida a los cielos de tu Santísimo
Hijo, en compañía de los Santos Padres, que libertó de la oscura cárcel del infierno,
llevándoselos a la gloria! Este Padre Nuestro y diez Ave María te ofrecemos y suplicamos
que el alma de tu siervo (a) y las demás del purgatorio sean libres de aquellas penas y
llevadas por manos de los santos ángeles a la gloria. Amén.

TERCER MISTERIO
Venida del Espíritu Santo

¡Oh María, dulce esposa del Espíritu Santo! Este Padre Nuestro y diez Ave María te
ofrecemos al gozo que tuviste cuando bajó el Divino Espíritu sobre ti y sobre todos los
apóstoles, para que con la ausencia de Jesús no quedáramos huérfanos, por el alma de tu
siervo (a)… y las demás del purgatorio salgan a gozar de los abrazos de tu esposo, Jesús
en la gloria. Amén.

CUARTO MISTERIO
Dichoso tránsito de María Santísima

¡Oh dichosísima María, cuyo purísimo espíritu en la hora de la muerte entregaste en


manos de tu Santísimo Hijo, y después, unido al cuerpo resucitaste gloriosa! Este Padre

~ 68 ~
Nuestro y diez Ave María te ofrecemos pidiéndote que el alma de tu siervo (a)… y las
demás del purgatorio sean libres de sus penas y te acompañen en la gloria. Amén.

QUINTO MISTERIO
Asunción y coronación de María Santísima.

¡Oh soberana Virgen María, Madre de Dios; que, resucitada en cuerpo y alma, ¡fuiste
subida a la gloria y coronada por emperatriz de los ángeles y de los hombres! Este Padre
Nuestro y diez Ave María te ofrecemos suplicándote por el alma de tu siervo (a)… y las
demás del purgatorio, merezcan por ruegos ser libres de las penas que padecen, para que
sean coronadas de gloria y que, en compañía de tu Santísimo Hijo, te amen por todos los
siglos. Amén.

ORACIÒN

Entra Jesús entra en nuestro hogar y bendice uno por uno todos los seres que nos
son queridos, y haz que el alma de tu siervo (a)… disfrute de la paz redentora.

Aléjanos con tu santa mirada de todo cuanto pueda perjudicarnos y quitarnos la


tranquilidad.

Derrama tus fluidos divinos en todas nuestras almas para que podamos comer el
pan que tú nos das sin amarguras y de cuanto pueda dañarnos.

Sálvanos Señor con tu grandísimo poder.

Estas son nuestras suplicas, adorado Jesús sacramentado, así recoge siempre como
el Padre Poderoso, la petición del hijo que te llama… Amén.

~ 69 ~
ESTACIÓN DE LA VIRGEN DEL CARMEN PARA SACAR ALMAS DEL
PURGATORIO.

Pues eres nuestro consuelo y medianera con Dios, ruega, Señora, por nos, Virgen del
Monte Carmelo.

Por la pena y agonía que orando tuvo en el huerto Jesús, en sangre cubierto, que del rostro
le salía, cuando el Ángel le traía el suave licor del Cielo: Ruega, Señora, por nos, Virgen
del Monte Carmelo.

Padre nuestro, Ave María y Gloria…

Por los nudosos cordeles con que sus manos prendieron al pilar, donde le dieron cinco
mil azotes crueles, para que las almas fieles, tengan divino consuelo: Ruega, Señora, por
nos, Virgen del Monte Carmelo.
Padre nuestro, Ave María y Gloria…

Por el terrible dolor que la corona de espinas causó en las sienes divinas de Jesús mi
Redentor; para aplacar el dolor de la malicia del suelo: Ruega, Señora, por nos, Virgen
del Monte Carmelo.
Padre nuestro, Ave María y Gloria…

Por la púrpura y la caña con que le mostró Pilato al tropel del pueblo ingrato para
mitigar su saña, con la sangre que le baña desde la cabeza al suelo: Ruega, Señora, por
nos, Virgen del Monte Carmelo.
Padre nuestro, Ave María y Gloria…

Por el tránsito postrero que hasta el Calvario pasó cuando en sus hombros llevó aquel
pesado madero: y como Isaac verdadero
hizo sacrificio al Cielo: Ruega, Señora, por nos, Virgen del Monte Carmelo.
Padre nuestro, Ave María y Gloria…

~ 70 ~
Por las señales que hicieron las tinieblas y la luz, cuando enclavado en la Cruz al Rey de
la gloria vieron; y con clamores rompieron, las piedras, templo y su velo: Ruega,
Señora, por nos, Virgen del Monte Carmelo.
Padre nuestro, Ave María y Gloria…

Por la sensible lanzada que después de Cristo muerto dejó su costado abierto, y su alma
muy traspasada; puesto que sois abogada de los que están en el suelo: Ruega, Señora,
por nos, Virgen del Monte Carmelo.
Padre nuestro, Ave María y Gloria…

CON LICENCIA DE LA AUTORIDAD ECLESIASTICA

~ 71 ~
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