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Que es la Huerta:
Se trata de una palabra que deriva del latín, exactamente de “hortus”, que
puede traducirse como “jardín”. El concepto de huerta se utiliza para aludir al
terreno donde se cultivan frutas, legumbres y verduras.
Tipos de suelo:
Suelos Limosos: Es suave al tacto ya que presenta partículas muy pequeñas.
Es un tipo de suelo húmedo y jabonoso. Su color es marrón oscuro y se
caracteriza por retener agua y nutrientes por más tiempo, lo que lo hace más
fértil. Los limos se componen de una mezcla de arena fina y arcilla y suele
darse en el lecho de los ríos.
Suelos Arcillosos: Como tienen partículas más pequeñas es muy poco el aire
capaz de ingresar en su interior, por lo que tiene una retención muy efectiva de
nutrientes. Posee gran capacidad de almacenar agua y, por lo tanto, es muy
lento de drenar. Además, es frío y pegajoso al tacto cuando está mojado pero
liso cuando está seco. No se recomienda utilizarlo para plantaciones agrícolas,
sobre todo porque es muy pesado y con el calor de la primavera o verano se
endurece, lo que provoca que las raíces se pudran.
Suelos Arenosos: Este tipo de suelo presenta partículas mucho más grandes,
generando un mayor espacio entre ellas. Esto no permitirá que el agua que
ingrese en su interior se mantenga, ya que se drenará rápidamente. No se
recomienda utilizarlo para plantar, pues si bien es ligero y rápido para trabajar,
no tiene los nutrientes necesarios para generar plantaciones.
Suelos Salinos: Como tiene grandes concentraciones de sal, este tipo de suelo
presenta poco crecimiento de plantas, por lo que no se recomienda utilizarlo
para sembrar, ya que las plantaciones que logran crecer son débiles y poco
saludables.
Suelos de Turba: Es el más nutritivo de los suelos, incluso se utiliza como
sustrato para algunos cultivos. Su color es café oscuro o negro, con una
textura suave y blanda. Tiene una gran capacidad de retener la temperatura,
agua y nutrientes necesarios para producir cultivos grandes, fuertes y
saludables. Este tipo de suelo presenta un pH ácido con valores entre 3,5 y 4 y
los agricultores lo utilizan para regular la química del suelo y como un agente
de control de plagas.
Sistema de riego:
Riego por goteo: Es quizás uno de los tipos de riego más usados en los
huertos. En parte por su comodidad (ya que si tenemos un programador de
riego en la toma de agua no tendremos que preocuparnos por perder el tiempo
regando ni por acordarnos de cuándo hacerlo, el programador lo hará por
nosotros), pero también por ser un método que usa de forma eficiente el agua
(sin malgastarla). Además, evita la incidencia de enfermedades producidas por
hongos, ya que sólo humedece la parte del suelo que nos interesa, donde están
las raíces, y no moja las hojas ni el resto de la planta.
Riego por surcos: Es uno de los tipos de riego más tradicionales, aunque el
uso del agua es mucho menos eficiente (se gasta más para regar lo mismo), no
deja de ser eficaz (el agua llega bien a las raíces ya que se mantiene mojando
la tierra cercana a ellas).
Riego por aspersión y microaspersión: Se moja la parte aérea de las plantas así
que hay que tener cuidado con los hongos, pero es interesante en la lucha
contra algunas plagas como los trips, ya que a estos insectos les resulta
molesto el agua cayendo sobre ellos y abandonan las plantas. El sistema es
más complejo y, por tanto, más caro. La cantidad de agua que se utiliza con
este método es mayor, pero sigue habiendo un ahorro de agua frente a otros
tipos de riego.
Riego a manta o por inundación: Las ventajas de este tipo de riego son su bajo
coste y su sencillez (ni son necesarios tubos de riego, ni hay que hacer surcos).
Además, el riego a manta es muy útil para regar huertos en pendiente, aunque
el problema es que se gasta muchísima agua, sobre todo si no se aprovecha o
reutiliza. Otra de las desventajas es que favorece la erosión (la tierra puede ser
arrastrada por el agua al bajar), por lo que la estructura del suelo, tan
importante para las raíces, se altera.
Riego por exudación o con cinta exudante: El riego por cinta exudante es
menos conocido que otros tipos de riego, pero es muy recomendable. El
ahorro del agua y su uso eficiente es una de las ventajas más importantes.
Consiste en tubos o conducciones aplanadas porosas por los que circula el
agua, como el goteo, pero que van expulsando pequeñas gotas a lo largo de
toda su longitud. Además del ahorro de agua, estos sistemas tienen otras
ventajas, como que los tubos se pueden enterrar, mejorando la estética del
huerto. También que no es necesario cambiar la ubicación de los orificios cada
año, cuando hacemos rotación de cultivos y las plantas están situadas en
distintos lugares, ya que a lo largo de todo el tubo se expulsa agua. Por este
motivo el riego es muy homogéneo incluso para huertos en pendiente.
Criba: Es muy útil para tamizar el compost (separar partículas más grandes de
las pequeñas) y evitar añadir al sustrato material no compostado o
descompuesto del todo, que sea aún demasiado grande.
Carretilla: Útil para huertos medianos y grandes para transportar las
herramientas de un lado a otro, los recipientes, semilleros, los productos
cosechados, el compost, la tierra, etc.
Regadera: Si no tienes instalado un sistema de riego automático y tu huerto
no es tan grande como para regar por superficie mediante surcos o
manguera, lo mejor será que uses una regadera para regar las hortalizas de
tus macetas o mesas de cultivo.