Está en la página 1de 9

EL CONFLICTO EMOCIONAL

Si las emociones negativas nos invaden podemos llegar a actuar con odio, ira, ser
terriblemente cobardes, hundirnos psicológicamente, etc. En estas situaciones, está claro
que las emociones no sólo NO ayudan, sino que complican el problema, porque lo
importante no es tanto lo que materialmente está en juego sino las reacciones
emocionales que se producen entre las personas involucradas.

Esto suele pasar en las peleas o discusiones. Seguramente si ambas partes reconocieran
la parte de razón del argumento de la otra parte, podrían llegar a un acuerdo razonable,
pero lo que suele pasar es que cada parte, emocionalmente afectada por prejuicios sobre
la otra parte, se obstina en sus razones pretendiendo imponer sus criterios sin más, y esto
genera respuestas agresivas de defensa, y cada vez peor. Se produce un conflicto
emocional.

Igual que ocurre con la facilitación emocional (que no se limita a situaciones individuales)
pasa con los conflictos emocionales, y por eso una de las causas más frecuentes de bajo
rendimiento de las empresas, es la presencia de conflictos emocionales entre sus
miembros, conflictos que a veces, visto desde fuera, ni siquiera parecen importantes, pero
para los implicados sí que lo son, y afectan mucho a su satisfacción laboral, a su
rendimiento e incluso a su vida fuera del trabajo, deteriorando mucho su calidad de vida y
dando lugar a situaciones muy desagradables y a uno de los más frecuentes motivos de
baja laboral: la depresión.

En las relaciones familiares y de pareja las consecuencias son aún más desastrosas y la
mayor parte de los problemas que se producen en las parejas se deben a la aparición y
desarrollo de conflictos emocionales.

Si analizamos los motivos por los que las parejas se deterioran vemos que la pérdida del
amor inicial se debe a pequeñas desavenencias que no deberían tener mucha
importancia objetiva y que deberían resolverse fácilmente mediante acuerdos. Pero
muchas parejas abordan estos problemas con la técnica de “aguantar y perdonar por
amor”, y en lugar de ir reparando los pequeños desperfectos inevitables en toda
convivencia, los van tapando. Pero a la larga ¿qué pasa?, que esas pequeñas cosas se
repiten y si no se resuelven satisfactoriamente se acumulan hasta producir heridas
emocionales en ambos miembros de la pareja. Y entonces empiezan a aparecer
discusiones en las que lo menos importante es la razón por la que se discute y lo que
manda son las actitudes intransigentes, los orgullos heridos y el malestar acumulado. Una
vez llegados a este punto ya no se puede resolver el asunto con acuerdos porque han
entrado en juego los “conflictos emocionales” y ya no se le pide a la otra persona sólo que
deje de hacer o que haga algo, sino que pague con sufrimiento una reparación emocional,
que la otra persona considera injusta o desproporcionada ya que también tiene derecho a
que se reconozca su parte.
Y para terminar comentar que los conflictos emocionales no aparecen sólo en las
relaciones con los demás, sino también, aunque no sean tan evidentes, en las relaciones
con uno mismo. Muchas veces nos negamos a admitir lo que somos, lo que nos pasa, o
intentamos engañarnos a nosotros mismos, y esto tiene un gran coste psicológico y
emocional. Cuando intentamos evitar el sufrimiento a base de negar la realidad, nos
metemos en un camino sin salida porque entonces ya no se trata de que queramos
resolver nuestro problema, sino que lo que queremos es que no exista, o que se resuelva
solo, pero con esa actitud lo que conseguiremos es amargarnos la vida.

Los 11 tipos de conflictos (y cómo resolverlos)

Los conflictos son algo habitual en las relaciones interpersonales, pues cada

persona tiene su idea y visión del mundo. Esto pueda causar diferencias que van más allá

de las simples discrepancias.

La comunicación deficiente puede ser el origen del conflicto, por lo que éste es un

elemento necesario en la mediación y la correcta gestión del conflicto. En este artículo

revisamos los 11 tipos de conflictos y cómo solucionarlos.

Causas de los conflictos

La comunicación eficiente es una herramienta necesaria para entender a los otros y los

problemas que pueden llevar a conflictos, porque nos permite comprender diferencias en

valores culturales e ideológicos que pueden estar en la raíz del problema y, además,

puede evitar que el conflicto se vaya de las manos.

Las causas de los conflictos pueden ser distintos, puesto que existen diferentes

tipos de conflictos. Por ejemplo, puede haber conflictos por intereses económicos entre

dos empresas, conflictos emocionales en los conflictos internos en una persona, conflictos

políticos entre dos países, conflictos religiosos entre dos comunidades o conflictos de

competencias entre dos cuerpos policiales.


Aunque el conflicto se ve como algo negativo, en ocasiones, puede ser una oportunidad

para mejorar cosas que no van bien o no funcionan.

Tipos de conflictos

Como ves, las causas de los conflictos pueden variar: valores e ideologías, recursos,

expectativas dentro de las relaciones entre personas, choque de personalidades, la

protección del territorio, etc. Estas causas suelen ser más habituales en distintos tipos de

conflictos. Pero, ¿cómo se clasifican los conflictos? ¿Qué tipos de conflictos hay?

Los conflictos pueden variar según su contenido, su veracidad o según los participantes.

A continuación, puedes encontrar los distintos tipos de conflictos y sus características.

1. Conflictos según su veracidad

Según su veracidad, los conflictos pueden ser:

1.1. Conflictos reales

Los conflictos reales son aquellos que en realidad existen, y que vienen

provocados por diversas causas, ya sean estructurales o del entorno (económicas,

legales, relacionales, etc.), entre otros. 

 Por ejemplo: Pablo alquila su casa a Adrián con un coste mensual de 600 euros,

porque este último se ha mudado a la gran ciudad. Todo va bien hasta que Adrían pierde

su trabajo y, como consecuencia, deja de pagar el alquiler. Se crea un conflicto

económico que es real.

1.2. Conflictos imaginarios


Los conflictos imaginarios derivan de malos entendidos, interpretaciones o

percepciones. En este tipo de conflicto no existe voluntad por parte de las partes. 

 Por ejemplo: María piensa que Juan, su pareja, ya no siente lo mismo por ella.

Juan se ha quedado sin batería y no ha podido llamarle como hace cada noche. En

realidad, Juan está preocupado por no poder llamarle, pero no tiene la posibilidad de

hacerlo en ese momento. No existe conflicto alguno, pero María piensa que el motivo por

el que Juan no le llama es porque está con otra mujer.

1.3. Conflictos inventados

Los conflictos inventados, igual que ocurre con los imaginarios, no son reales.

Ahora bien, a diferencia de éstos, existe una intención por parte de alguna de las partes

que, generalmente, quiere sacar algún beneficio. Esto hace que buena parte de este

fenómeno sea en realidad manipulación o gaslighting.

 Por ejemplo: una persona que simula un accidente para que el seguro le pague la

reparación de un golpe trasero que ocurrió porque él mismo le dio a un poste de

iluminación cuando daba marcha atrás.

2. Conflictos según los participantes

Según los actores que participen en el conflicto, éste puede ser:

2.1. Conflicto intrapersonal

Este conflicto ocurre de forma interna, en la mente del individuo. Esto significa que

tiene su origen está en los eventos privados: pensamientos, valores, principios,

emociones… Estos conflictos pueden tener distintos grados. 


 Por ejemplo: desde un conflicto cotidiano sobre qué comer hoy, hasta un una

crisis existencial que le causa un gran sufrimiento a la persona que lo padece. Los

conflictos intrapersonales pueden ayudarnos a crecer como personas si los resolvemos

satisfactoriamente.

 Artículo relacionado: “Crisis existencial: cuando no encontramos sentido a

nuestra vida”

2.2. Conflicto interpersonal

Los conflictos interpersonales son aquellos que se producen en los procesos de

interacción entre personas. Normalmente aparecen de forma rápida, ya que solo es

necesario que una sola persona se sienta atacada para dar inicio a uno, lo cual hace que

pueda nacer a raíz de malentendidos. Pueden ser originados por prácticamente cualquier

motivo, desde celos a conflicto de intereses en relación al uso de un tipo de recurso.

 Por ejemplo: entre dos amigos. El origen puede encontrarse en un choque de

personalidades, valores, opiniones o expectativas.

2.3. Conflicto intragrupal

Los conflictos intergrupales se dan entre miembros de un grupo o equipo, por

motivos varios: por diferencias interpersonales o porque algo de los participantes del

grupo no comparte las ideas de la organización, entre otros. Este tipo de conflictos

pueden desestabilizar la buena marcha de un equipo o grupo y afectar a su eficacia y

cohesión, ya que crean una preocupación extra o incluso llegan a bloquear totalmente la

capacidad de operar del colectivo, algo que a su vez puede producir más conflictos en

una reacción en cadena.

2.4. Conflicto intergrupal


El conflicto intergrupal es un conflicto entre grupos y puede llegar a ser muy destructivo,

pues, en casos extremos, la violencia derivada de este tipo de conflictos tiene como

finalidad el reforzamiento grupal y puede incluso justificarse. Suele tener sus causas

en ideologías, prejuicios o disputas territoriales.  

Por otro lado, a diferencia de lo que ocurre en los conflictos interpersonales, es más difícil

que se den a partir de malentendidos, ya que la presencia de otras personas hace que el

"efecto contagio" necesario para considerarse un conflicto intragrupal demore la aparición

de este. Además, un mayor número de observadores hace menos probable que puedan

aparecer malentendidos que se mantengan a lo largo del tiempo.

 Por ejemplo: el conflicto entre dos empresas por motivos económicos, una guerra

entre pueblos por su religión o entre “hooligans” por su equipo de fútbol.

 Si quieres saber más sobre el impacto negativo de los conflictos intergrupales,

puedes leer nuestro artículo: “Hooligans: la Psicología de los gamberros del fútbol”

3. Según el contenido

Según el contenido, el conflicto puede ser:

3.1. Conflictos relacionales

Estos conflictos ocurren entre miembros de una familia, amigos o pareja. 

 Por ejemplo: por la mala comunicación entre los dos miembros de un matrimonio,

se acaba discutiendo sobre cualquier nimiedad cotidiana.

3.2. Conflictos de intereses

Los conflictos de intereses tienen que ver con las motivaciones y las necesidades de

cada persona o grupo y con los recursos presentes en ese momento. 


 Por ejemplo: cuando un trabajador quiere más dinero por la jornada que realiza y

la empresa no quiere pagarle más.

3.3. Conflictos éticos y de valores

Tienen que ver con la cultura y el entorno en el que ha crecido la persona. Son

frecuentes y complejos, pues no es fácil que una persona cambie los principios que rigen

su comportamiento. En el caso del del conflicto ético suele ocurrir cuando una persona ha

de tomar una decisión que no concuerda con sus valores más profundos.

3.4. Conflictos de liderazgo y poder

Los conflictos de liderazgo afectan principalmente a las organizaciones y pueden

afectar al rendimiento y a la salud de los trabajadores. Un fenómeno característico de

los conflictos tiene que ver con la lucha de poder, pues son muchos los autores hablan de

la relación entre el conflicto y el poder, al ser una de las causas más habituales.

3.5. Conflictos de personalidad

La personalidad es un conjunto de rasgos y cualidades estables que configuran la manera

de ser de una persona y nos hace únicos. La personalidad, al ser un fenómeno poco

flexible, puede ser la base de muchos conflictos intergrupales.

Cómo resolver los conflictos

Los conflictos, en muchas ocasiones, pueden propiciar cambios positivos. Para ello

es necesario que se gestionen correctamente. Es importante entender que hacer un

diagnóstico correcto del conflicto va a determinar el éxito en la resolución de las distintas

problemáticas. Si abordamos un conflicto de tipo intergrupal o interindividual como si

fuese un conflicto intraindividual, las posibilidades de éxito pueden ser escasas.


Por ejemplo, podemos encontrarnos trabajando en una empresa en la que el principal

problema sean las malas prácticas del departamento de recursos humanos, que están

generando un conflicto de rol en los trabajadores. Éstos no saben exactamente cuáles

son sus funciones, y este conflicto genera estrés y malestar en los empleados. Si

abordamos esta situación como un problema del trabajador, estaremos atacando al

objetivo equivocado. 

Quizás podamos reducir los síntomas momentáneamente, pero el problema seguirá ahí,

en la mala gestión organizacional. Por lo tanto, antes de tomar cualquier acción para

paliar los efectos del conflicto, es necesario saber cuál es la raíz o la base del problema.

Ahora bien, existen algunos principios que debemos aplicar si queremos resolver el

conflicto:

 No hagas como que el problema no existe. Afróntalo e intenta resolverlo.

 Sé crítico y analiza tus fallos.

 Trata a la otra parte con respeto y educación.

 Explica tus opiniones y establece los puntos de unión.

 Sé empático con la otra parte y entiende su postura.

 Evita la confrontación.

 Mejora la comunicación: escucha activa, asertividad…

Si quieres saber cómo mejorar tus habilidades de negociación, este post te puede

interesar: "Cómo ser un gran negociador, en 10 claves psicológicas".

Referencias bibliográficas:

 Calcaterra, Rubén A. (2002). Mediación estratégica. Barcelona: Gedisa. ISBN 978-

84-7432-901-8.

 Dahrendorf, Ralf.  (1996). Elementos para una teoría del conflicto social. En:

Sociedad y libertad: hacia un análisis sociológico de la actualidad. Madrid: Tecnos.


 Entelman, Remo F. (2002). Teoría de conflictos: hacia un nuevo paradigma.

Barcelona: Gedisa. ISBN 84-7432-944-2.

 Vinyamata Camp, Eduard. (2003). Aprender mediación. Barcelona: Paidós Ibérica.

ISBN 978-84-493-1364-6.

También podría gustarte