Está en la página 1de 14

Hombre lobo

Ir a la navegaciónIr a la búsqueda
Se ha sugerido que este artículo o sección
sea fusionado en Licantropía (véase discusión).
Una vez que hayas realizado la fusión de contenidos, pide la fusión de historiales aquí.

Este aviso fue puesto el 8 de febrero de 2013.

Este artículo o sección necesita referencias que aparezcan en


una publicación acreditada.
Este aviso fue puesto el 11 de enero de 2014.

Para otros usos de este término, véase Hombre lobo (desambiguación).

Representación alemana de un hombre lobo, xilografía de 1722.

Hombre lobo (1857).

El hombre lobo, también conocido como licántropo o lobisón, es una


criatura legendaria presente en muchas culturas independientes a lo largo
del mundo. Se ha dicho que este es el más universal de todos
los mitos (probablemente junto con el del vampiro), y aún hoy, mucha gente
cree en la existencia de los hombres lobo o de otras clases de «hombres
bestia». Todas las características típicas de aquel animal - como son la
ferocidad, la fuerza, la astucia y la rapidez- son en ellos claramente
manifiestas, para desgracia de todos aquellos que se cruzan en su camino.
Según las creencias populares, este hombre lobo puede permanecer con su
aspecto animal únicamente por espacio de unas cuantas horas, generalmente
cuando sale la luna llena.
En el folclore y la mitología, un hombre lobo es una persona que se transforma
en lobo, ya sea a propósito o involuntariamente, a causa de una maldición o de
otro agente exterior. El cronista medieval Gervase de Tilbury asoció la
transformación con la aparición de la luna llena, pero este concepto fue
raramente asociado con el hombre lobo hasta que la idea fue tomada por los
escritores de ficción moderna. La mayoría de las referencias contemporáneas
están de acuerdo en que un hombre lobo puede ser asesinado si se le dispara
una bala de plata, aunque esto es producto de la narrativa moderna y tampoco
aparece en las leyendas tradicionales.
Nadie sabe con exactitud cuándo se originaron las leyendas sobre hombres
lobo. Puede que se trate de una superstición tan antigua como la humanidad
misma y la manifestación observada de diversas patologías. Así parecen
indicarlo algunos casos datados en España, como alguno reseñado en el siglo
XVI o el de Manuel Blanco Romasanta, siglo XIX, en cuya vida se basan las
películas El bosque del lobo, y Romasanta. La caza de la bestia (2004).
(...) y es, que en el reino de Galicia  se halló un hombre, el cual andaba por los montes escondido y
de allí se salía a los caminos cubierto de un pellejo de lobo, y si hallaba algunos mozos pequeños
desmandados, matavalos, y hartabase de comer en ellos, y era tanto el daño que hacía que los de
la tierra procuraron quitar aquella bestia del mundo y prendieronle, y viendo que era hombre, le
pusieron en una cárcel (...)
Antonio de Torquemada. Jardín de flores curiosas, 1575 1

Véase también: niño lobo

Índice

 1Etimología
 2Características
o 2.1Transformación en hombre lobo
 3Historia
 4Teorías de su origen
 5Hombres lobo en la ficción moderna
o 5.1Hombres lobo en el cine
o 5.2En juegos de rol
 6Véase también
 7Referencias
 8Enlaces externos

Etimología[editar]
La palabra licántropo tiene su raíz en el griego lycanthropos y este a su vez de
las palabras griegas: λύκος, lýkos ['lobo'] ; άνθρωπος, ánthrōpos ['hombre'].
Otra expresión utilizada es lobizón, cuya etimología proviene
del portugués lobisomem (lobo + homem), «hombre-lobo».

Características[editar]
En algunos países y culturas otros animales desempeñan el papel del hombre
lobo. Así, en África aún se cree en hombres hiena u hombres leopardo;
en India se pensaba que los tigres enemigos de los hombres eran capaces de
convertirse en humanos para atraer a estos. Abundan hasta hoy
en Latinoamérica las leyendas de los «hombres-tigres», asociados
con yaguaretés, jaguares, otorongos o pumas ya que éstas son las fieras más
temidas en ese continente. Los dos mitos más importantes son: el runa
uturuncu, «indio-tigre» u «hombre-puma» en el quichua del
noroeste argentino;23 b) el Yaguareté-Abá o «tigre-capiango» de las
leyendas guaraníticas del Paraguay.45 Estas leyendas aparecen también en la
obra póstuma del poeta Leopoldo Lugones.6 Sin embargo, desde cierto punto
de vista no sería apropiado llamar a todos los seres citados anteriormente
como licántropos ya que como se puede ver en la etimología de arriba, la
palabra licántropo designa a un hombre lobo.
El mito de los hombres lobo parece (o es) originario de Europa, y estaba muy
vinculado con otras supersticiones y la magia negra. El mito es esencialmente
masculino y, entre las causas de que un ser humano se convirtiera en hombre
lobo, las más frecuentes eran las siguientes:

 Ingerir ciertas plantas vinculadas tradicionalmente con los lobos y la


magia negra.

 Beber en el mismo lugar donde lo hubiera hecho un lobo.

 Cubrirse con la piel de un lobo.

 Dormir desnudo a la luz de la luna llena.

 Usar una prenda hecha de piel de lobo.

 Adquirir la capacidad de transformarse en lobo mediante magia y


sortilegios.

 Ser el séptimo hijo varón de una familia y no ser bautizado (ver


Lobizón).

 Ser mordido por otro Hombre Lobo.

 Nacer después de morochos (mellizos) o gemelos siendo hijo varón.

En todos los casos la explicación tradicional del mito parece solapar la violación
de alguna norma natural o social. Puede, como el más moderno y literario mito
de El hombre y la bestia, resumir las tendencias conscientes y sociales del
hombre y sus tendencias pulsionales inconscientes, incluso más que
pulsionales: instintivas previas a la socialización del sujeto.
Según la tradición, la mayoría de los hombres lobo no se transforman en tales
voluntariamente; son víctimas de una maldición, y sufren enormemente a la
hora de su metamorfosis. Lo que es peor, al transformarse pierden
completamente la conciencia humana y se vuelven peligrosos, incluso para sus
seres queridos. La única manera de librar a un hombre lobo de su maldición es
dándole muerte, lo cual no es nada fácil; debe hacerse con un instrumento de
plata, ya sea un bastón, un cuchillo o una bala, aunque en algunas zonas de la
península Ibérica hay rituales consistentes en cortar la cabeza y arrancar su
corazón.
Un hombre lobo es un hombre completamente normal la mayor parte del
tiempo, y se comporta de manera natural, aunque un poco velludo, y con los
sentidos más desarrollados (especialmente el olfato), además de estar en buen
estado de salud y forma física.
No es sino durante la noche de Luna Llena cuando se transforma, pues la luz
de este satélite es la que controla sus transformaciones. Aunque varía según
las versiones, el aspecto de un Hombre Lobo transformado puede ir desde un
lobo auténtico aunque más grande de lo normal, hasta un humanoide peludo y
con colmillos que va en busca de carne humana.
Transformación en hombre lobo[editar]
Las leyendas históricas describen una gran variedad de métodos para
convertirse en hombre lobo. Una de las más sencillas es la de desnudarse y
usar un cinturón hecho de piel de lobo, mientras modernamente se transforman
por rabia, nerviosismo o primera luna llena, probablemente un sustituto de
ponerse encima toda una piel del animal que también es frecuentemente
descrito para este proceso en los relatos más antiguos. En otros casos el
cuerpo se frota con savia mágica. Otras maneras también consideradas para
lograr la metamorfosis son beber agua que esté sobre la huella del animal o
beber de ciertas fuentes encantadas. 'Olaus Magnus dijo que los hombres lobo
de Livonia eran iniciados al beber una copa de cerveza especialmente
preparada mientras se repetía una fórmula mágica. Ralston, en sus Canciones
sobre la gente rusa da una forma de encantamiento que aún es familiar
en Rusia. También se dice que cuando una mujer da luz a seis niñas, nacerá
un séptimo varón y será un hombre lobo.
En el folclore gallego, portugués y el de Argentina, Paraguay, Uruguay y Brasil,
es el séptimo de los hijos varones. Destaca que esta creencia
en Paraguay y Argentina el hombre lobo derivó o se fusionó con la leyenda del
ser llamado el lobizón o luisón.
En otros casos la transformación se logra supuestamente mediante
agentes satánicos a los que se somete voluntariamente, y eso se hace con los
fines más desagradables, en particular por la gratificación del anhelo de la
carne humana (la carne humana que el licántropo puede anhelar puede
entenderse como tal —es decir, una antropofagia relacionada con casos
de psicosis— o, puede entenderse figuradamente como el deseo sexual sin
censura alguna). Richard Verstegan escribió:
«Los hombres-lobo, son ciertos hechiceros, que al untar sus cuerpos con un ungüento que ellos
elaboran con el instinto del diablo, y lo ponen en cierta faja encantada, no sólo a la vista de otros
lucen como lobos, sino que su propio pensamiento tiene la forma y naturaleza de lobos, tan pronto
como estos visten la faja mencionada. Y disponen de sí mismos como lobos, al mordisquear y
matar, en especial a criaturas humanas»
Richard Verstegan Restitution of Decayed Intelligence, 1628

Tales eran los puntos de vista acerca de la licantropía a través de Europa


Continental cuando Verstegan escribió: «Los ungüentos y las savias en
cuestión pueden contener agentes alucinógenos (en particular los derivados de
la belladona)».
Hay teorías que dicen que a los licántropos, cuando no están convertidos en
lobos, el pelo de lobo les crece hacia adentro, y cuando es lobo, le crece la piel
hacia afuera; así que cuando se transformase, le daría vuelta a su propia piel.
[cita  requerida]

También existen varios métodos para eliminar la forma bestial. El más simple
era el acto de desencantar (funcionando en sí mismo o en una víctima), y otro
era el retiro del cinturón o piel del animal. Otros métodos de posibles curas son:
arrodillarse en un punto durante cien años, ser reprochado por ser un hombre
lobo, ser saludado con el signo de la cruz, ser llamado tres veces por el nombre
bautismal, ser golpeado tres veces en la nuca con un cuchillo, o al menos
derramar tres gotas de su sangre. Muchos cuentos folclóricos europeos
incluyen lanzar un objeto de hierro sobre o hacia el hombre lobo, para que este
revele su forma humana.

Historia[editar]

Grabado realizado por Lucas Cranach el Viejo en 1512, donde se muestra a un hombre lobo.

Muchos países y culturas europeas tienen historias sobre hombres lobo,


incluyendo España, Grecia (lycanthropos), Bulgaria (varkolak,
vulkodlak), Dinamarca (Varulv), Finlandia (Ihmissusi), Holanda (Weerwolf), Hun
gría (Farkasember), Indonesia (manusia serígala), Irlanda (Bleidd-
ddyn), Islandia (varúlfur), Italia (licántropo), Serbia (vukodlak), Sicilia (Lupu
mannaru), Rusia (volkodlak), Polonia (wilkolak), Rumania (vârcolac), Turquía (K
urt
Adam), Inglaterra (werewolf), Alemania (Werwolf), Suecia (Varulv), Francia (lou
p-garou), Galicia (lobishome, lobo da
xente), Portugal, Brasil y Paraguay (Luisón o Lobizón,
lobisomem), Uruguay, Argentina (Lobizón), Lituania (vilkolakis y vilkatlakis)
y Estonia (libahunt).
Según la leyenda, el primer hombre lobo reconocido fue Licaón, rey
de Arcadia, Grecia. En la mitología griega, Licaón era un rey sabio y culto y una
persona muy religiosa que había sacado a su pueblo de las condiciones
salvajes en que vivían originariamente. No obstante, parece que él mismo
continuó siendo un salvaje, pues a pesar de todo siguió sacrificando seres
humanos en honor a Zeus, e incluso se dijo que asesinaba a todo forastero que
llegara a su reino pidiendo hospitalidad.
Al enterarse, el dios Zeus quiso comprobar los rumores y se disfrazó de
vagabundo para hacer una visita a Licaón. Este inmediatamente pensó en
matar a su visitante, pero se enteró a tiempo de que se trataba de Zeus y lo
invitó a participar en un suntuoso banquete. Todo habría salido bien de no ser
porque Licaón no pudo resistir la tentación de jugar una horrible broma al rey
del Olimpo; ordenó que le sirvieran la carne de un niño (presuntamente un hijo
suyo).
Zeus se dio cuenta, por supuesto, y, encolerizado, condenó a Licaón a
convertirse en lobo, y a que todos sus descendientes serían también hombres
lobo. Hoy se conoce como licaón al perro salvaje africano, un pariente de
los lobos.
La historia de Licaón provee uno de los primeros ejemplos de la leyenda del
hombre lobo. De acuerdo a la historia de Licaón, este se transformaba en un
lobo como resultado de comer carne humana; un testigo que estuvo presente
en un sacrificio periódico en el Monte Licaón dijo sufrir un destino similar. Plinio
el Viejo, dijo citando a Euanthes (Historia Naturalis viii. 22/34. 81): que un
hombre de la familia de Anteo fue seleccionado por Lot y fue llevado a un lago
en Arcadia, donde colocó su ropa en un árbol y nadó a través del lago. Esto dio
como resultado su transformación en un lobo, y vagó en esta forma durante
nueve años. Entonces, si durante este tiempo él no atacaba a ningún ser
humano, tendría la libertad de nadar de regreso y volver a su forma original.
Probablemente las dos historias son idénticas, aunque no se haya mencionado
del sacrificio de Licaón por los descendientes de Anteo. Heródoto (iv. 105)
menciona que la tribu de los Neuri, un pueblo que él ubica al noroeste
de Escitia, se transformaban anualmente durante algunos días. Virgilio también
estuvo familiarizado con la transformación de seres humanos en lobos (véase
Eglogas viii. 98). En la novela Satyricon, escrita por Cayo Petronio cerca del
año 60, uno de los personajes recita una historia sobre un hombre que se
convierte en lobo.
A partir de ese momento las leyendas sobre hombres lobo parecen haberse
multiplicado; al llegar la Edad Media, los cuentos de hombres que se
transformaban en lobo eran comunes y la gente tenía tanta fe en ellos que ni
siquiera se atrevía a salir de noche al bosque. Hay que recordar que en
aquellos tiempos los lobos auténticos eran comunes y no era raro que atacaran
a las personas. Más tarde los lobos fueron cazados y exterminados en gran
parte de su área de distribución, pero el temor a los hombres bestia siguió igual
de fuerte que antes.
Según las creencias armenias, hay mujeres que a consecuencia de pecados
mortales están condenadas a pasar siete años bajo la forma de un lobo.
Un espíritu llega a tales mujeres y les da la piel de lobo. Este les ordena
ponérsela, y tan pronto como lo hacen aparecen marcas de lobo en su mano
derecha. Una vez que su naturaleza es conquistada, se come a sus propios
hijos, uno por uno, después devora a los hijos de sus parientes de acuerdo a la
cercanía genealógica, y finalmente ataca a los niños ajenos a su familia. Pasa
a vagar entonces solamente durante la noche, y las cerraduras y puertas se
abren en su aproximación. Cuando está cerca la mañana, vuelve a su forma
humana y se quita la piel de lobo. En estos casos la transformación es
involuntaria. Pero junto a esta creencia sobre metamorfosis involuntaria, se
encuentran las creencias de que los seres humanos pueden transmutar en
animales a voluntad y después reasumir su forma original.
En particular, Francia parece haber sido infestada con hombres lobo durante
el siglo XVI, por lo que fueron numerosos los consecuentes juicios. En algunos
casos, por ejemplo, los de la familia de Gandillon en el Jura, el sastre de
Chalons y de Roulet, todo ocurriendo en el año 1598, había clara evidencia en
contra del acusado de asesinatos y canibalismo, pero ninguno asociado
con lobos; en otros casos, como el de Gilles Garnier en Dole, 1573, hubo clara
evidencia de existencia de algún lobo, pero ninguna en contra del acusado; en
todos los casos, con muy pocas excepciones, había una predisposición del
acusado en confesar e incluso en detallar las circunstancias de la
metamorfosis, la cual es una de los temas recurrentes de la brujería medieval.
Aun cuando esta fiebre licantrópica (de ambos, acusadores y sospechosos)
llegó a su cenit, se decidió en el caso de Jean Grenier en 1603, en Burdeos,
que la licantropía no era más que una ilusión enfermiza. Desde entonces
el loup-garou dejó de ser considerado como un herético peligroso, y regresó a
su posición pre-cristiana como una simple amenaza «lobo-hombre». Las
mujeres-lobo (lubins o lupins) fueron consideradas en Francia, no obstante,
como hembras tímidas e inofensivas, en contraste con los temidos loup-garou.
De acuerdo con los obispos Olaus Magnus y Majolus, en las provincias
de Prusia, Livonia y Lituania, los hombres lobo del siglo XVI eran más
destructivos que los «auténticos lobos», y su heterodoxia surge de la aserción
de los obispos católicos de que ellos formaron una «escuela maldita» de
aquellos «deseosos de las innovaciones contrarias a la ley divina».
Sin embargo, al principio del siglo XVII en Inglaterra, las personas acusadas
de brujería eran aún perseguidas celosamente por Jaime I de Inglaterra, para
entonces el lobo ya estaba extinto hacía largo tiempo en la isla, por lo que este
piadoso monarca estaba libre (Demonologie, lib. iii.) de acusar a
los werewolfes como víctimas de una ilusión inducidas por una
«superabundancia de melancolía natural». Solamente las criaturas pequeñas
tales como el gato, las liebres y la comadreja permanecían como vehículos
para que el hechicero malo se transformase en ellos.
Los hombres lobo de dispensación cristiana no eran todos considerados como
herejes o viciosamente dispuestos en contra de la humanidad. De acuerdo con
Baronius, en el año 617, se presentó un grupo de lobos en un monasterio, y
destrozaron a varios frailes quienes mantenían opiniones sobre herejía. Los
lobos mandados por Dios despedazaron a los ladrones sacrílegos del ejército
de Francesco Maria, duque de Urbino, quien había llegado para saquear el
tesoro de la Santa Casa de Loreto. Un lobo vigiló y defendió a San Edmundo
Mártir, rey de Inglaterra ante las bestias salvajes. San Odo, Abad de Cluny,
asolado por una manada de zorros, fue liberado y escoltado por un lobo (A. de
Gubernatis, Zoological Mythology, 1872, vol. ii. p. 145). Gran parte de los
hombres-lobo de los cuentos medievales eran personas inocentes y temerosas
de Dios, que sufrían a través de embrujos de otros, o simplemente estaban
destinados a un destino infeliz, y quienes en forma de lobo se comportaban de
una manera admirable, honrando y protegiendo a sus benefactores.
El Bisclaveret en el poema William y el Hombre-lobo de María de
Francia (c. 1200), el héroe pertenecía a esta clase y los numerosos príncipes y
princesas, damas y caballeros, quienes aparecieron temporalmente en forma
de bestias en los cuentos de hadas alemanes (o Märchen). Véase Blanca
Nieves y Rosa Roja, donde el oso feroz es realmente un príncipe encantado.
De hecho, el poder de transformar a otros en bestias salvajes no solo fue
atribuido a hechiceros malignos, sino también a santos cristianos. Omnes
angeli, boni et mali, ex virtute naturali habent potestatem transmutandi corpora
nostra (Todos los Ángeles, buenos y malos, tienen el poder de transmutar
nuestros cuerpos) fue la sentencia de Santo Tomás de Aquino. San
Patricio transformó a Veretico, un rey de Gales, en lobo; y San Natalio maldijo a
una ilustre familia irlandesa con el resultado de que cada miembro de ella
estaba condenado a ser un lobo por siete años. En otras historias la voluntad
divina es más directa, en Rusia, se supone que los hombres se convierten en
hombres lobo al incurrir en la cólera del diablo.
Ciertas creencias sobre el hombre lobo se basan en acontecimientos
documentados. La Bestia de Gévaudan fue una criatura que aterrorizó el área
general de la provincia de Gévaudan, en el actual Departamento de Lozère, en
las Montañas de Margeride al sur de Francia, en el lapso de 1764 a 1767. La
bestia fue descrita frecuentemente como un lobo gigante, atacando al ganado y
a seres humanos sin distinción. Fue abatida, según los relatos, por Jean
Chastel con una bala de plata, de aquí el mito de que los hombres lobo solo
pueden matarse con este artilugio.

Teorías de su origen[editar]
Se ha propuesto una teoría reciente para explicar los episodios de hombres
lobo en Europa durante los siglos XVIII y XIX. El cornezuelo, cuya ingestión
causa envenenamiento, es un hongo que crece en los lugares donde se cultiva
centeno en temporadas húmedas, después de inviernos muy fríos. El
envenenamiento por cornezuelo normalmente afecta pueblos completos o por
lo menos las áreas pobres de los pueblos, provocando alucinaciones, histeria
colectiva y paranoia, así también como convulsiones y en algunas ocasiones la
muerte (el LSD deriva del cornezuelo). El envenenamiento por consumo de
cornezuelo se ha propuesto como la causa de que algunos individuos creyeran
ser un hombre lobo, o de que todo un pueblo creyera haber visto un hombre
lobo.
Como la mayoría de los intentos de usar la ciencia moderna para explicar
creencias religiosas y folclore, esta teoría es controvertida e insatisfactoria. Por
ejemplo, no explica por qué los brotes de histeria sobre brujería y las leyendas
de transformaciones en animales existen alrededor de todo el mundo,
incluyendo lugares donde no hay cornezuelo del centeno. La histeria y la
superstición han existido a través del mundo por toda la historia registrada, y,
generalmente hablando, el envenenamiento por consumo de hongos no es la
razón de todos estos acontecimientos.
Similarmente, algunos investigadores modernos han intentado utilizar
condiciones tales como rabia, hipertricosis (crecimiento excesivo del pelo sobre
el cuerpo entero) o porfiria (un desorden enzimático con síntomas que incluyen
alucinaciones y paranoia) como explicación para la creencia del hombre lobo,
aunque los síntomas de esas dolencias no emparejan completamente con el
folclore o la evidencia de los episodios de histeria colectiva.
También existe un raro desorden mental llamado licantropía clínica, en la que
la persona afectada tiene la ilusoria creencia de que se está transformando en
otro animal, aunque no siempre es un lobo o un hombre-lobo.
Otros creen que las leyendas del hombre-lobo nacieron como parte
del chamanismo y sus tótems, animales sagrados que supuestamente protegen
a la tribu en las culturas primitivas con sus creencias basadas en la naturaleza.
El término «teriantropía» ha sido adoptado para describir un concepto espiritual
en el que el individuo cree tener el espíritu o alma, en su totalidad o en parte,
de un animal no-humano.
Una idea explorada en el Libro de los hombres lobo de Sabine Baring-Gould es
que las leyendas de los hombres lobo se pueden haber usado también para
explicar los asesinatos en serie. Tal vez el ejemplo más famoso sea el de Peter
Stumpp (ejecutado en 1599), un campesino alemán acusado de asesinato en
serie y canibalismo, también conocido como el hombre lobo de Bedburg.

Hombres lobo en la ficción moderna[editar]


Artículo principal: Ficción sobre el hombre lobo
El proceso de transmutación es descrito como doloroso en muchos filmes y
obras de literatura. El lobo que resulta es típicamente astuto pero sin piedad, y
propenso a devorar y a la matanza de gente sin remordimiento, sin importar el
carácter moral de la persona cuando este es humano. La forma que asume el
hombre lobo no es siempre de un lobo ordinario, sino que a menudo son
antropomorfas o pueden ser de otra manera más grandes y poderosas que un
lobo ordinario. Muchos hombres lobos modernos son también supuestamente
inmunes al daño causado por armas ordinarias, siendo solo vulnerables ante
objetos de plata (generalmente una bala o un cuchillo). Esta reacción negativa
a la plata es a veces tan fuerte que tan solo el tacto con el metal en la piel de
un hombre lobo causará quemaduras. La ficción actual sobre el hombre lobo
implica casi exclusivamente la licantropía como una condición hereditaria o
siendo transmitida como una enfermedad por la mordedura de otro hombre
lobo.
Desde finales del siglo XX, la descripción de los hombres lobo ha tomado un
giro más comprensivo en algunos círculos. Con la llegada del
medioambientalismo y otros ideales de retorno a la naturaleza, el hombre lobo
se ve como la representación de la humanidad aliada con la naturaleza. Un
ejemplo típico de esta perspectiva se puede considerar en el juego de
rol Werewolf: The Apocalypse, en el cual los jugadores toman el papel de un
hombre lobo que trabaja en nombre de Gaia, en contra del espíritu destructivo
sobrenatural llamado Wyrm, que representa las fuerzas destructivas de
industrialización y contaminación.
La famosisima serie animada Scooby Doo ha hecho muchas referencias a
estas criaturas, desde referencias en series hasta referencias en libros y
revistas
El autor Whitley Strieber exploró previamente estos temas en sus novelas The
Wild (en las cuales se retrata al hombre lobo como medio con el que se trae de
vuelta a la naturaleza la inteligencia y espíritu humano) y The Wolfen (en el que
los hombres lobo se retratan como depredadores de la humanidad, actuando
como control «natural» en su población ahora que han sobrepasado los límites
tradicionales de la naturaleza).
La escritora J. K. Rowling incluye en sus libros de Harry Potter a un licántropo
llamado Remus Lupin, el cual en los períodos de luna llena se toma una poción
para lograr tener su forma lobuna pero con una mentalidad humana. También
se menciona a otro licántropo llamado Fenrir Greyback que, a diferencia de
Lupin, le encanta ser hombre lobo y muerde a las personas aunque no haya
luna llena.
La novela Howling Mad, de Peter David, toma el argumento inusual de ofrecer
un lobo que ha sido mordido por un hombre lobo, y como resultado se convierte
en un «lobo-hombre». El lobo-hombre provee al lector con una perspectiva
única sobre la civilización humana. Con el mismo argumento existe un relato
de Boris Vian, en el que Denis, un lobo que habita en el Bois des Fausses-
Reposes, es mordido por un hombre lobo, y cada plenilunio, convertido en
hombre, vive como tal las noches de París. En la década de 1980 este relato
fue llevado a canción por el grupo musical español La Unión con el tema «Lobo
Hombre en París». También se utiliza esta idea en el libro infantil La leyenda
de Tsobu, de Juan José Plans, publicada en Alfaguay, donde un hombre es
convertido en hombre lobo y, posteriormente, muerde a un lobo, con lo que
este último se dedica a controlar las acciones del primero mientras está
transformado.
El talismán, novela de Stephen King y Peter Straub, retrata a los hombres lobo
como protectores del Mundo de los Territorios. Un hombre lobo en particular
(llamado Lobo) ayuda al joven Jack Sawyer en su aventura para localizar un
artículo antiguo de poder. Aunque aún continúan los retratos de hombres lobos
malignos en la cultura popular.
El escritor valenciano Sergi Durà actualizó el personaje del hombre lobo
adaptándolo al mundo distópico del tercer milenio en su novela satírica Un
home llop xangainés a Dubai (2011).
En las novelas de Memorias de Idhún, de Laura Gallego García, el personaje
Alexander se transforma en un lobo todas las noches de luna llena, ya que su
cuerpo tiene un espíritu humano y uno de lobo. Mientras mantiene su aspecto
humano, tiene el pelo gris, los ojos amarillos, garras y colmillos.
En las novelas Temblor, Rastro y Para siempre, de Maggie Stiefvater, la
historia está centrada en lobos. Estos son de mayor tamaño y conservan los
ojos de su humanidad. Se convierten en lobos con el frío y la adrenalina y
pasado un período de tiempo (varios años) dejan de ser humanos y pasan a
adquirir la forma definitiva de un lobo.
Varias series de televisión hicieron alusión a los licántropos, entre
ellas Supernatural, Luna, el misterio de Calenda o Teen Wolf, con el actor Tyler
Posey y otros actores como Dylan O'Brien, Tyler Hoechlin, Crystal
Reed y Holland Roden.
En el plano de los videojuegos la historia de los hombres lobo ha sido muy
difundida y explotada, aunque si bien de entre ellos no es el elemento más
vendido, si es usado al menos en simples referencias y transformaciones de los
mitos originales.
El videojuego de 2015 Bloodborne, cuya ambientación utiliza diversos
elementos de la literatura gótica tales como los de Bram Stoker o H.P.
Lovecraft, recurre también a la figura del hombre-lobo como uno de los ejes de
su historia principal, pero desde un punto de vista propio y particular. En él, los
habitantes de la ficticia ciudad de Yharnam se ven afectados por una epidemia
que los transforma en lo que ellos llaman "bestias", cuyo diseño y
comportamiento está obviamente inspirado en la figura del hombre-lobo. A lo
largo del videojuego aparecen muchos tipos y variantes de bestias distintos, así
como personajes que se encuentran aún en etapas tempranas de su
enfermedad (desde que son simples humanos con más pelo de lo común hasta
que se transforman en monstruos rabiosos), pero siempre tomando como base
la figura del hombre-lobo.
En el videojuego Sonic Unleashed, Sonic, el famoso erizo de la
compañía nipona Sega, sufre una maldición en el juego y adquiere la
capacidad de transformarse en licántropo, o en este caso, en un erizo-lobo.
En la franquicia de Pokémon existe una criatura llamada Lycanroc, la cual en
su forma nocturna toma inspiración en un hombre lobo.
En el famoso juego MMORPG World of Warcraft están las criaturas
denominadas worgen, que son unas bestias-lobos. En su nueva
expansión World of Warcraft: Cataclysm en la facción de la alianza estará
disponible la raza de los worgen, con aspecto de licántropo.
Existe una canción de Iron Maiden, «Prowler», que narra las aventuras de un
hombre lobo alcohólico y adicto al sexo que vaga por la ciudad.
También existen varios juegos en los cuales el jugador toma el rol de un
hombrelobo como Wolf, WolfTeam, BiteFight y Crimson Moon.
La escritora Cassandra Clare incluye en sus libros de Cazadores de sombras a
hombres y mujeres lobo, tales como Maia Roberts, Luke Garroway y Jordan
Kyle.
En la serie americana de TV The Vampire Diaries, hay varios personajes
hombres-lobo, como Tyler Lockwood. En la serie, un "gen" de hombre-lobo se
va pasando de generación en generación. Quien tiene ese gen no nace siendo
hombre-lobo; ellos se convierten en licántropo al matar a otra persona, pues
esa es la forma de desencadenar la maldición. Los hombres-lobo de esta serie
adoptan su forma animal durante las noches de luna llena involuntariamente y
otras veces voluntariamente; la transformación es dolorosa, y la forma animal
es la de un lobo de tamaño normal. Además, la plata no les afecta. En su forma
humana tienen mucha fuerza y actitud violenta en ocasiones. En esta serie
también hay personajes llamados "híbridos", que son mitad hombre-lobo y
mitad vampiros.
También en diciembre de 1983 se estrenó el famoso vídeo musical
de  Thriller de Michael Jackson con la joven Ola Ray. Al inicio del vídeo se
puede ver a Michael Jackson transformarse en un hombre lobo, ella huye y él
la persigue por el bosque hasta que es atrapada por el “lobo”, quien la devora.
Hombres lobo en el cine[editar]
En el cine los hombres lobo han sido muy representados, formando parte de
las criaturas más célebres de todos los tiempos (junto a los vampiros,
los zombis, el monstruo de Frankenstein y las momias). La primera película que
utilizó un hombre-lobo antropomorfo fue Werewolf of London de 1935 (no
confundir con la película de 1981 de título similar), con lo que estableció el
canon de que el hombre lobo siempre mata a lo que él más ama. El hombre
-lobo de esta película era un apuesto científico londinense que conserva algo
de su aspecto y la mayoría de sus características humanas después de su
transformación. El género fue luego popularizado por la clásica película de
los estudios Universal El Hombre Lobo (1941), protagonizada por Lon Chaney
Jr. como el hombre lobo Larry Talbot. Esta película contiene la ahora famosa
rima: Even a man who is pure in heart / And says his prayers at night / May
become a wolf when the wolfbane blooms / And the autumn moon is
bright. (Incluso un hombre que es puro en corazón / y dice sus rezos en la
noche / Puede convertirse en un lobo cuando la loba venenosa (o «azote de
lobos») florece / Y la luna de otoño brille). Esta película se acredita a menudo
como la que originó varios aspectos de la leyenda que se diferencian del
folclore tradicional (incluyendo invulnerabilidad a armas que no son de plata, el
contagio, y la asociación con la luna).
En 1957 un joven y rebelde Michael Landon encarnó a un violento licántropo
en I Was a Teenage Werewolf (Yo fui un hombre lobo adolescente).7En el año
1981 se estrenaron dos películas con hombres lobo como protagonistas: Un
hombre lobo americano en Londres (An American Werewolf in London), dirigida
por John Landis, y The Howling (conocida en los países de habla hispana
como El Aullido o Aullidos) dirigida por Joe Dante. Ambas fueron muy
influyentes por el innovador uso de los efectos especiales para una
transformación más detallada y espeluznante, provocando la revitalización del
mito en pantalla. En 1985 se filma la comedia Teen Wolf (De pelo en pecho en
España; Travesuras de un Lobo Quinceañero en Chile; y Lobo Adolescente en
el resto de América Latina), protagonizada por Michael J. Fox y dirigida por Rod
Daniel.
También se puede ver a un hombre convertirse en lobo al ser mordido por este
animal en la película del año 1994 Wolf, protagonizada por Jack
Nicholson y Michelle Pfeiffer.
En 2010, se estrenó un nueva versión, protagonizado por Benicio del Toro, del
clásico de Universal. Para el aspecto de la bestia se tomó como base el que
tenía en la original de 1941, pero más realista y actualizado gracias a los
avances del maquillaje y los efectos digitales por ordenador (CGI). 8
El español Paul Naschy, que creó al hombre lobo Waldemar Daninsky, es el
actor que más veces ha interpretado a un licántropo en la pantalla. También
en España se produjo la película de Pedro Olea, El bosque del lobo, donde se
da un tratamiento más naturalista y realista al fenómeno de la licantropía.
La película canadiense Ginger Snaps (estrenada en el año 2000, generando
una secuela y una precuela) hace uso de la licantropía como una analogía de
la pubertad.
En las películas de la serie Underworld, se muestran a los hombres lobo en una
batalla de siglos contra los vampiros. Además, se presentan como otra raza,
los licántropos controlan a voluntad su metamorfosis y pueden convertir a otros
mordiéndolos. Estos nuevos se transformaran al llegar la luna llena, luego de
una transformación involuntaria, se vuelven licántropos. Según la historia, los
hombres lobo (y luego los licántropos) eran sirvientes o perros guardianes para
los vampiros, hasta que un licántropo los condujo a una rebelión por su libertad
y vengar la muerte de su amada.
En la película Van Helsing, los hombres lobo son monstruos diabólicos al
servicio de Drácula, sufriendo en la transformación el cambio de piel: la luna
llena sólo los controla los primeros días de su licantropía, luego la maldición los
consume hasta que llegan a ser lobos por siempre.
The Company of Wolves, de Neil Jordan, es una reinterpretación moderna del
cuento de Caperucita Roja, en la cual el lobo feroz es realmente un hombre
lobo.
Entre otros licántropos representados está el de Harry Potter y el prisionero de
Azkaban, dirigida por Alfonso Cuarón. En la película Wallace & Gromit: The
Curse of the Were-Rabbit, aparece una parodia del monstruo llamada «conejo-
lobo» (wererabbit, el «hombre-conejo»).
También cabe citar la serie japonesa Wolf's Rain, donde los protagonistas son
en realidad lobos (en toda su forma animal) pero pueden tomar apariencia
humanas ante otras personas. Pudiendo añadir la película Wolf Children ("Los
niños lobo" en España) dirigida por Mamoru Hosoda, que tiene tintes de drama
familiar y mito del hombre lobo.
En 2011 sale la serie "Teen Wolf" dirigida por "Jeff Davis" para MTV, también
llamada como "Un Lobo Adolescente".En esta un niño es mordido por un "Alfa"
y hace que su vida cambie por completo gracias a esas habilidades que un
hombre lobo puede tener. A medida que pasan los episodios van descubriendo
nuevos enemigos y especies como Hombre-coyote, Kitsune, Hellhounds,
Kanima, Quimera, entre otros.
En juegos de rol[editar]
Hombre lobo: el Apocalipsis (Werewolf: The Apocalypse en inglés) es un juego
de rol editado por la compañía White Wolf y en el que el jugador interpreta a un
hombre lobo.9 Los hombres lobo (llamados garou en su lengua) son guerreros
de Gaia (la Madre Tierra) que luchan contra el Apocalipsis, el fin de los tiempos
profetizado, que anuncia la destrucción de la Tierra. En el juego, el jugador
representa a un hombre lobo. A diferencia de la mitología tradicional estos
hombres lobos pueden transformarse a voluntad, los Garou poseen cinco
formas, desde el lobo al humano, pasando por dos formas intermedias hasta
una forma similar a la que se puede apreciar en la película Van Helsing.
En el juego de cartas Los hombres lobo de Castronegro, entre uno y tres de los
jugadores participantes en el curso de una partida han de emular a hombres
lobo, teniendo que matar al resto de jugadores (los aldeanos). Los aldeanos,
por su parte, han de identificar y matar a los hombres lobo, antes de que estos
los maten a ellos.

Véase también[editar]
 Bala de plata
 Bestia de Gévaudan
 Cadejo
 Damarco
 Antigua celebración romana de las Lupercales
 Dance in the Vampire Bund
 Ficción sobre el hombre lobo
 Hipertricosis
 Hombre tigre
 Lobisón
 Lobo hechizado
 Rougarou
 Cinocéfalo
 Monstruos clásicos

También podría gustarte