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CALIDADES VIBRATORIAS Y OCTAVAS

A lo anterior, hay que añadir que no es lo mismo estar en un sitio donde la elevada tasa
vibratoria en Angstrom (que marca con bastante imprecisión centenas y decenas, merced a la
practicidad), se puede corresponder poco o nada con octavas exactas de oscilaciones en
Hertzios adecuadas a los organismos, dependiendo del material predominante en el suelo o en
la construcción. Si el sitio en estudio tiene un predominio de SÍLICE (mientras menos
combinado con hierro, tanto mejor) veremos que la permanencia en él se hace casi una
necesidad, una vez que el organismo ha notado la diferencia. Midiendo en Hertzios (y sus
octavas) veremos que tanto mejor es el sitio mientras más se aproxime a los 440 Hz y sus
octavas correspondientes.
Si en cambio tenemos una mezcla de materiales donde abundan metales y minerales
ferromagnéticos, basaltos (con mucho hierro), nos alejaremos de los 440 Hz y sus octavas, con
la consiguiente pérdida de calidad energética, por más alto que tengamos el rango en
Angstroms. Allí tendremos más influencia lunar y telúrica que solar. Cuando hablamos de
energía "solar" nos referimos no sólo a la energía neutrínica del sol, sino a toda la que proviene
de las estrellas. La luna, en cambio, emite luz solar polarizada, con balances menos adecuados
para el desarrollo biológico, pero hasta cierto punto, también necesaria. Por eso es que los
constructores de las Grandes Pirámides (no sólo en Egipto) han hecho en las cámaras
interiores, cubiertas de roca con muy alto contenido en cuarzo y casi nada de hierro, suficiente
como para contrarrestar localmente el efecto del hierro y otros metales componentes del
granito.

Y para profundizar en asuntos arqueológicos y más aplicaciones

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