La revelación no solo un concepto a priori, que se determina formalmente, sino que la
revelación es la autocomunicación y automanisfestación personal y libre de Dios al
hombre, y la respuesta del hombre a ese don mediante el asentimiento y la adhesión confiada de la fe. Por ser autocomunicación personal y libre, la revelación es distinta y se sitúa a otro nivel que la creación. Aquí se trata de que Dios sale al encuentro del hombre para salvarle e introducirle en su vida divina. (1) La revelación es autorrevelación de Dios, en el sentido de autocomunicación y automanifestación personal de Dios al hombre. El Significado de esa expresión implica la voluntad amorosa de Dios de entregar, dándolo a conocer, el misterio de su vida a los hombres. (2) En Dios no hay nada que se oponga a una posible revelación a los hombres. Es más, la creación es ya una revelación de Dios. Las perfecciones de las cosas nos hablan del que las hizo. Pero también hay un conocimiento de Dios que supera las fuerzas del hombre. Es algo semejante a la manifestación de la intimidad de una persona, sólo puede ser desvelada por ella misma, y sus gestos ciertamente revelan algo, pero no todo. Dios podía o no revelarse al hombre. Pero no hay nada contradictorio en que lo haga. Es un ser inteligente –Dios-que habla a otro ser inteligente- el hombre-. La revelación de Dios a través de la creación se llama natural. La revelación a través de los profetas o de cristo es sobrenatural. Ambas se complementan armoniosamente. Pues lo sobrenatural no contradice lo natural, sino que lo perfecciona. Dios es amor y sabiduría estima que lo más conveniente a la naturaleza humana y a su fin sobre natural era entrar con toda naturalidad en la historia de los hombres. (3) Etapas de la Revelación a) Natural. Es la que permite conocer a Dios a través de las creaturas. b) Primitiva. Es la hecha a nuestros primeros padres desde el principio. Fue interrumpida por el pecado original. c) Noé. Después del diluvio, Dios, decide comenzar una nueva relación con los hombres basada en las naciones y pueblos. d) Abraham. Dios elige un pueblo que surgirá de este hombre para seguir manifestándose a toda la humanidad. De él proceden primero los profetas, y del pueblo de Israel pasará la revelación a todos los pueblos, que vienen a ser como hijos de Abraham. e) Moisés. Dios le reveló su nombre –Yahvé- y los diez mandamientos. f) Profetas. Con ellos se va concretando la esperanza de la salvación. El pueblo de Israel liberado de la esclavitud es el depositario de esa revelación a toda la humanidad. g) Cristo Jesús. Con él la Revelación llega a su perfección llega a su perfección, pues no se trata sólo de palabras dichas a los hombres, sino que Cristo es el Verbo, la Palabra de Dios, la misma verdad que se expresa al modo humano. No habrá otra revelación posterior a Jesús pues está ya completa. La fe cristiana debe estudiarla para extraer de ella toda la riqueza de luz y de verdad. (4)
BIBLIOGRAFÍA Izquierdo, C. (2002), Teología Fundamental, Pamplona, España: Eunsa