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Y CONQUISTA
® CHILE
Julio R etam al Avila
CUADERNOS HISTORICOS
DESCUBRIMIENTO Y CONQUISTA DE CHILE
Julio Retamal Avila
Derechos Reservados
Inscripción N- 50.586
1* edición
Marzo de 1980
Editorial Salesiana
Erasmo Escala 2334
Santiago, Chile
Impresor:
Salesianos, Bulnes 19
Santiago, Chile
Editorial Salesiana
EL AMANECER DE CHILE
Maes
Conquistado el Perú después de enormes
esfuerzos, la amistad entre los socios se que
tre de la Orden de Calatrava, fue enviado casi bró, pues todo el honor de la conquista lo obtuvo
recién nacido a la aldea de Bolaños, para tratar para sí Francisco Pizarra, reservándole a Alma
de ocultar de algún modo la vergüenza y el des gro sólo la Gobernación de la fortaleza de Tum
honor que sobre su madre hacía recaer el alum bes. Pobre premio resultaba sin duda esa peque
bramiento reprochable. Duros años de penalida ña fortaleza para tan principal protagonista, y por
des hubo de afrontar el pequeño, primero al cui ello los ánimos entre los socios debieron resen
dado de Sancha López del Peral y luego, al de tirse fuertemente. Sólo más tarde, cuando Fer
su tío Hernando Gutiérrez, de cuyo lado huyó nando Luque medió, Pizarra accede a entregarle
cuando contaba casi los 15 años. Vagó por Espa a Almagro el título de Adelantado.
ña, sobreviviendo miserablemente en distintas
Más tarde, cuando el Emperador Carlos V
ciudades y villas. Se cuenta que en una ocasión
realiza la partición del extremo sur de Améri
llegó hasta Ciudad Real, lugar donde vivía su
ca, acordándose de los méritos de Almagro le
madre, ahora legítimamente casada, y acercán
concede la Gobernación de la Nueva Toledo, que
dose a ella el pequeño le pidió algo de comer.
se ubica al sur de la Gobernación de Francisco
La madre, entregándole unas cuantas monedas
y dándole algo de comida, le dijo: “ Toma hijo e Pizarra.
no me des más pasión e vete e ayúdete Dios a
tu ventura” . La ¡dea de venir a Chile
En 1514, se preparaba en la península una
gran armada, la que al mando de Pedrarias Dá- abiéndose vuelto a resentir la amistad de
vila vendría a Indias. En esa armada se enroló
Diego y zarpó en abril rumbo al nuevo continen
te. Su destino comenzaba a cambiar. Se estable
H Almagro y Pizarra, esta vez por la pose
sión de la ciudad del Cuzco, la que ambos
creían tener dentro de sus respectivas goberna
ció en Panamá, y allí conoció y se asoció a otro ciones, Almagro, acicateado por noticias que le
aventurero — Francisco Pizarra— en distintas proporcionaron los indios en el sentido de que
empresas comerciales, llegando a reunir entre al sur de esa ciudad existía un territorio de clima
ambos cierto capital, el que unido al crédito ob suave, suelos fértiles y por sobre todo cuajado
tenido por el clérigo Fernando Luque, que actua de oro, de donde — según se decía— venían los
«*•
Representación del territorio chileno. (Alonso de Ovalle, Histórica Relación del Reino de Chile, Roma, 1646).
dose sus cosechas; Almagro hizo prender a va ción, los españoles volvieron grupas a sus ca
rios de los principales y los condenó a morir en ballos y se reunieron con Almagro en Aconca
la hoguera. Mal inicio de una pretendida amistad gua.
entre españoles y aborígenes. La justicia de los
primeros fue dura con los segundos. El regreso de los de Chile
Después de interrogar a diversos indios de
la región, Almagro avanzó al Sur e instaló su esilusionados los españoles por la esca
campamento en Aconcagua, en donde encontró
uno de los barcos que habían zarpado desde Ca
llao. Desgraciadamente, las relaciones con los
naturales se vieron nuevamente cortadas, esta
D sez de oro que la tierra tenía, presiona
ron fuertemente en el ánimo de Almagro
y le pidieron regresase al Perú. Almagro, que al
parecer deseaba quedarse aquí, debió ceder a las
vez por las intrigas de un astuto intérprete indí presiones y ordenó preparar la vuelta. Esta vez
gena llamado Felipillo, que levantó a los pocos el regreso sería por el camino del desierto. El
yanaconas peruanos que en el grupo quedaban. capitán, hombre bondadoso y magnánimo, tuvo
El castigo de los españoles no tardó en llegar antes de partir un gesto que lo retrata ante
y la sangre volvió a correr. sus hombres. Uno a uno llamó a sus deudores
En ese lugar, luego de interrogar a numero ante sí y en su presencia rompió los pagarés
sos indios, Almagro se convenció de la pobreza que lo comprometían para con él. Gesto de
de la tierra y de que sus habitantes no pasaban gran señor, que aunque arruinado por el fracaso
de ser pobres agricultores sin organización al de la expedición, no trepida en perdonar deudas
guna y que, por añadidura, se presentaban cada a los compañeros de infortunio.
vez más hostiles. A pesar de ello, el Adelantado
La travesía del desierto fue dura y agotado
ordenó a un grupo de soldados que recorriera el
ra. La falta de agua, los fríos de la noche y los
país hasta el Estrecho de Magallanes. Tal reco
calores del día la hicieron más esforzada aún.
nocimiento fue encargado al Capitán Gómez de
Alvarado, el que resueltamente avanzó hacia el La marcha no tuvo mayores tropiezos, salvo
Sur. No tuvo mayores problemas hasta llegar al algún esporádico enfrentamiento con los indios
río Maulé, lugar en donde una partida que enca lugareños, de los cuales salieron siempre airo
bezaba Martín Monje fue atacada por un grupo sos. La columna llegó al Perú, o mejor dicho a
de indios. Vencidas las primeras dificultades, el las cercanías del Cuzco, en 1537, y su llegada fue
grupo continuó hasta la región de Itata y en Rei- providencial para los españoles que allí esta
nohuelén, Alvarado encontró una fuerte resis ban asentados, pues la rebelión que los indios
tencia en indios que organizadamente presenta sostenían sólo pudo ser conjurada con la llega
ron batalla. Intimidados por esa inesperada ac da de esos refuerzos.
Su regreso, sin embargo, aumentó las que de Valenciennes donde, en medio del ruido del
rellas que contra Pizarro sostenía desde antiguo combate y del humo de la pólvora, vislumbra la
y la guerra civil estalló. En las Salinas, en abril también joven figura del Emperador, la que se
de 1538, la lucha entre los dos partidos se deci le quedará grabada por siempre en su memoria.
dió a favor de Pizarro y el viejo y desgastado Pasa luego con todo el ejército a servir en Ita
Adelantado fue sometido a proceso y muerto en lia, donde como soldado de infantería participa
la prisión. a las órdenes de los más grandes capitanes de
Chile cayó en desgracia junto con su esfor su época como fueron Próspero Colonna y el
zado conquistador. Los llamados “ de Chile” fue Marqués de Pescara. Bajo el mando superior de
ron repudiados por los demás españoles y de ellos ganó el ducado de Milán y luego en 1525
bieron conformarse sólo con migajas. Las espe asistió en Pavía a la rendición del rey Francisco I
ranzas de los soldados se habían desvanecido de Francia, culminando sin duda uno de los más
en el aire de la nueva tierra y hasta el nombre notables triunfos de la corona española.
de ella pasó a ser considerado como desgra Aún cúpole participar en otras batallas, co
ciado. mo la de Ñapóles, en donde también las armas
españolas, las más afamadas del mundo, obtu
Don Pedro de Valdivia vieron victoria. Después de esa campaña, el jo
ven Valdivia volvió a su tierra natal, cargado de
edro de Valdivia había nacido junto con el prestigio por haber alcanzado en el campo de
P siglo en una aldea de La Serena, en Ex batalla el cargo de Capitán. Obtuvo allí descanso
tremadura. Allí, en la antigua Castuera, a sus huesos y encontró en el amor de una don
se levantaba la casa familiar que a cada momen
cella, doña Marina Ortiz de Gaete, paz para su
to le recordaba las tradiciones familiares de inquieto espíritu.
guerreros. Como todo hijodalgo Valdivia, o me Pero la vida de labriego no se había hecho
jor dicho, la familia del futuro conquistador os para él y el Nuevo Mundo comenzó a llamarlo a
tentaba un escudo de armas logrado después nuevas hazañas y aventuras. Hombre de su
de muchas generaciones de esforzados guerre tiempo, Valdivia pensaba que la vida sólo se jus
ros. “ La muerte menos temida da más vida” re tificaba en la medida que dejara fama de sí a la
zaba el lema y, por cierto Valdivia, haciéndose posteridad. Un día abandonó el hogar campesino
eco de él, se enrola tempranamente en las hues y se embarcó para América, a las órdenes de
tes imperiales a cumplir con su destino atávico. Jerónimo de Alderete.
España enfrentaba en Flandes a las tropas Sirvió en Venezuela durante todo el año 1536
francesas y el joven Valdivia, a las órdenes de y luego pasó al Perú en un socorro de hombres
Enrique de Nassau, se encuentra en la defensa que solicitó Francisco Pizarro para hacer frente
a la rebelión del Inca Manco. Pronto, en las
nuevas tierras, a las órdenes de Gonzalo Pizarro,
demostró su valor y fue designado Maestre de
Campo. En esa calidad se encontró en la batalla
de Las Salinas, donde se decidió la trágica suer
te de Diego de Almagro.
Sus grandes méritos desplegados en el
ejército pizarrista le valieron numerosas recom
pensas, entre otras la Encomienda del valle de
la Canela y una mina de plata en el cerro de
Porco.
La aventura de Chile
los naturales antes de que éstas se hicieran una que no quedamos sino con los andrajos que te
sola. Con ese propósito, marchó a Cachapoal níamos para la guerra y con las armas que a
con cerca de cien soldados. En Santiago, sólo cuesta teníamos y dos porquezuelas y un co
quedaron treinta y dos jinetes y dieciocho arca chinillo y una polla y un pollo y hasta dos al
buceros a las órdenes de Alonso de Monroy. Al muerzas de trigo” , según lo describe el propio
darse cuenta los indios, comandados por Michi- Valdivia en carta dirigida al Emperador.8
malonco, de la escasa guarnición que tenía la Mas, el espíritu de los conquistadores no
ciudad, cayeron sobre ella el 11 de septiembre se amilanó, se juntó todo el oro que existía y se
de 1542. envió al Perú en busca de refuerzos a Alonso de
A las cuatro de la madrugada comenzó el Monroy y cinco españoles. Iban éstos con sillas
asedio. Los indios en gran número atacaron la ricas y herraduras de oro en los caballos, a fin de
ciudad disparando nubes de flechas y piedras, poder impresionar a los que en Perú los vieran.
uno a uno cayeron heridos los defensores de la La pavorosa realidad hubo, sin embargo, de
ciudad, vencidos por las armas de los natura ser enfrentada con suma rapidez. Duras pena
les, la fatiga y el sol. Los indios, a fin de vencer lidades debieron afrontar todos y cada uno. “ To
la tenaz resistencia de los españoles, prendie dos cavábamos, arábamos y sembrábamos, es
ron fuego a los ranchos de madera y paja que tando siempre armados y los caballos ensilla
servían de vivienda, los defensores debieron re dos de día; y una noche hacía cuerpo de guardia
plegarse a la plaza. El objetivo de los indios era la mitad y por sus cuartas velaban y lo mismo
liberar a los caciques que Pedro de Valdivia man la otra; y hechas las sementeras, los unos aten
tenía presos y dándose cuenta de ello, Inés de dían a la guardia dellas y de la ciudad de la
Suárez, única mujer española que había en la manera dicha, y yo con la otra andaba a la con
hueste, corrió al lugar que servía de cárcel, y es tinua ocho y diez leguas a la redonda della,
pada en mano les cortó las cabezas y las arrojó a deshaciendo las juntas de indios do sabían que
los indios, eliminando con ello el objeto del ata estaban, que de todas partes nos tenían cer
que de los indios. Para poner fin a tan denoda cados...” 9 señala el propio Valdivia en su pri
do ataque, Alonso de Monroy hizo montar a los mera carta al monarca español. Pero como to
españoles y atacando puso en fuga a los indios. do buen afán tiene siempre recompensa, el mis
El saldo no fue, sin embargo, favorable a los es mo Valdivia señala que las dos almuerzas rin
pañoles, que dejaban en el campo cuatro muer dieron doce fanegas y que los cochinillos se
tos y muchos bastante malheridos. reprodujeron bastante, lo que al menos les per-
La ciudad, por otra parte, se hallaba com
pletamente en ruinas: “ se había quemado la ’ Valdivia, Pedro de: op. cit.
comida y la ropa y cuanta hacienda teníamos, ’ Ibíd.
mitió a los castellanos sobrevivir en medio de termedio entre Santiago y Cuzco, La Serena,
las penurias del momento. que así se llamó la nueva ciudad erigida en
Entretanto, la embajada de Monroy que bus 1544.
caba refuerzos en el Perú, después de múltiples Ese mismo año había arribado a Valparaíso
contratiempos, había logrado llegar al Cuzco; el navio San Pedro, al mando del marino geno-
después de varias dilaciones lograron que se vés Juan Bautista Pastene, que por su pericia
despacharan a Santiago armas, mercancías y náutica fue nombrado Teniente de Capitán Ge
hombres, ya que nadie quería ayudar, pues la neral en la mar. A poco de su llegada, Valdivia
situación en el Perú era bastante incierta. Fi le comisionó el reconocimiento de la costa de
nalmente, el comerciante Lucas Martínez Vega- Chile intentando llegar al Estrecho de Magalla
zo desDachó por su cuenta un barco, el San- nes.
tiaguillo, que al mando de Diego García de Vi Junto a Jerónimo de Alderete, Pastene al
llalón conducía los útiles necesarios para el canzó hasta los grados 41, y tomó posesión de
socorro. esos territorios a nombre de Pedro de Valdivia.
La llegada del barco a Valparaíso en sep Juan de Cardeña, escribano de gobierno y secre
tiembre de 1543, fue celebrada por los españo tario particular del Gobernador relata la toma
les con una alegría indescriptible. Gregorio de posesión del modo siguiente: “ Y en llegado
Castañeda, testigo de los hechos, dice que a tierra estaban cerca del agua hasta doce in
“ lloraban con ellos de gozo” . Meses después dios e indias, algunos de ellos con unas tirade
Alonso de Monroy y 70 hombres llegaban a San ras en las manos hablando soberbiamente, lo
tiago. Con ellos volvían las esperanzas a la su que no les entendimos; y mostrándoles alguna
frida hueste de Valdivia. chaquira, y haciéndoles señas nos dejaron lle
gar a ellos. Llegados, tomamos dos indios y dos
El reconocimiento del territorio indias, y teniéndoles cuatro soldados por las
manos, tomó posesión Jerónimo de Alderete de
1 on el auxilio de hombres, armas y per la tierra de aquellos indios, en nombre del Rey
L gar y la mayoría de las veces eran traídas reconocido por el Licenciado La Gasea, quien lo
por rumores que los indios esparcían. Por confirmó en la Gobernación de Chile y le auto
ellos Valdivia se enteró de que en el Perú, rizó
una a sacar del Perú, hombres, pertrechos, armas
nueva guerra civil se había declarado; Gonzalo y animales que necesitara para proseguir su con
Pizarro, hermano del Marqués, se había levan quista. Es de notar que al nombrarlo Goberna
tado en armas contra el Virrey Blasco Núñez de dor y Capitán General de la Nueva Extremadu
Vela y lo había derrotado. El monarca y la Au ra, La Gasea le fijó a Valdivia por primera vez
diencia desconocieron el gobierno del menor los límites de su Gobernación, la que iba “ des
de los Pizarro y nombraron al Licenciado Pedro de Copiapó, que está en 27 grados de altura de
de La Gasea su representante. Valdivia, conven la línea equinoccial a la parte del Sur, hasta 41
cido de que mientras el desorden cundiera en el de la dicha parte, procediendo norte sur dere
vecino Perú, los refuerzos que necesitaba para cho por meridiano, e de ancho entrando en la
ampliar la conquista de Chile nunca llegarían, mar a la tierra hueste leste cien leguas” . 12 Val
decidió embarcarse rumbo al Perú y ponerse ba divia, cumplido su propósito, equipó dos barcos
jo las banderas de Su Majestad representadas y enganchó cerca de trescientos hombres, mu
por La Gasea. Reunió dineros, de entre los veci chos de los cuales lo acompañaron por tierra.
nos, dejó al mando de la Gobernación de Chile En Arica, sin embargo, fue detenido y orde
a Francisco de Villagra y zarpó desde Valparaí nado volver por La Gasea. Los enemigos del Go
so con algunos de sus mejores capitanes. bernador consiguieron que se le sometiese a
Llegados al Perú en enero de 1548, se puso un proceso, del que salió librado y limpio y cuya
de inmediato en contacto con La Gasea, quien lo única condena fue la de tener que abandonar a
recibió con una gran alegría, dado el prestigio su concubina, la heroica Inés de Suárez, a la que
m ilitar que tenía Valdivia, y fue nombrado por dio en matrimonio a su amigo y compañero, Ro
éste Maestre de Campo, asociándolo de inme drigo de Quiroga.
diato a su consejo. En la batalla de Saxahuaman, En abril de 1549, Valdivia se hallaba nueva
las fuerzas de La Gasea, capitaneadas por Val mente en Chile y estaba dispuesto a proseguir
divia, se enfrentaron y vencieron a las pizarris- sus suspendidos trabajos de expandir la Con
tas que mandaba el demonio de los Andes, apo quista.
do con que era conocido Francisco de Carvajal.
Se dice que éste al ver la disposición de las a Ibíd.
La expansión de la Conquista Valdivia, junto con erigir la ciudad le dio
Cabildo y clavó en la plaza mayor el árbol de la
nstalado nuevamente en el país, Pedro justicia. Repartió los indios en encomiendas, las
unto con el desastre m ilitar vino el de el monarca la extensión de la Gobernación has
l nuevo Gobernador pertenecía a la más teatro de la misma, sin pasar por Santiago, con
l nombramiento de Villagra, hacía justicia go, en donde, según relata Góngora Marmolejo,
L Arauco se celebraron con grandes fiestas mandos, lo que evidentemente ocasionó entre
en Santiago, las que se vieron interrum los militares un profundo desprecio por los le
trados que tan mal conducían la guerra. Ese des
pidas por las nuevas noticias que venían desde
el virreinato. Eran estas noticias que el gobier crédito llegó a oídos del monarca, quien decidió
no del bienamado Quiroga debía terminar por suspender el mando del tribunal y nombró co
que se había designado una Real Audiencia pa mo Gobernador en propiedad al Presidente del
ra Chile, la cual venía a gobernar y hacer justicia Tribunal, el doctor Melchor Bravo de Saravia.
en el país. La resolución emanaba del Consejo Hombre de letras, el doctor Bravo de Sara
de Indias, el cual había llegado al teórico con via era además de mal militar, un iluso, y sin
vencimiento de que la larga guerra de Arauco medir las consecuencias de su acción se lanzó
se debía a la ineptitud de los gobernantes, y cre de golpe en una avanzada de pacificación. Sus
yendo que un cuerpo jurídico pondría orden y intentos alocados le condujeron a derrotas gran
paz en el reino recomendó a Felipe II la crea des como la de Marigüeño y la de Purén, que de
ción de una Audiencia, la que estaría formada jaron al país en medio de un gran desaliento.
por cuatro Oidores, a cuya cabeza fue designado Por otra parte, la prédica que en contra del ser
don Melchor Bravo de Saravia, doctor en Dere vicio personal de los indígenas hacía el Obispo
cho y hombre de muchas letras. de La Imperial, Monseñor San Miguel, y el gran
Instalada con gran boato, desacostumbrado terremoto del 8 de febrero de 1570, que arrasó
en un reino pobre, los Oidores iniciaron su go la ciudad de Concepción, completan bajo esa ad
bierno con pasos vacilantes dada la escasez de ministración un penoso estado del país.
recursos que existía y su falta de experiencia
guerrera. Todo ello los llevó a cometer grandes El Rey, finalmente decidió reemplazar el go
desaciertos, como fueron el de relevar del man bierno letrado por uno enteramente m ilitar y
do del ejército a los dos mejores capitanes que nombró para el cargo a nuestro ya conocido Ro
tenía Chile, Martín Ruiz de Gamboa y Lorenzo drigo de Quiroga.
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odrigo de Quiroga, el fiel y leal amigo de sarios ingleses. El más temible de ellos, Francis
Con el fin del siglo se cierra el capítulo de a la escasa extensión que va desde Atacama a
la Conquista y con él se cierra también un capí Bío- Bío y lo despoja de las ricas minas de oro
tulo glorioso en la guerra de Arauco. Los espa que en el Sur existían. Ahora Chile deberá trans
ñoles no habían conseguido pacificar a los indó
formarse en agrícola y no minero, la tierra cobra
mitos araucanos y éstos no habían podido ven
cer la tenacidad del español para permanecer valor y el asentamiento español en el centro del
en el país. El fin del siglo deja a Chile reducido país marcará en el futuro la realidad chilena.
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SERIE CUADERNOS HISTORICOS
Editorial Salesiana