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Este libro surgié de una observacién fundamental: algo inusitado ha ocurrido en México con el psicoanilisis, desde sus inicios. Por ejemplo, en el ambito de la cultura, tanto en la general como en la mis especializada de los intelectuales, desde las primeras décadas del siglo xx hasta la fecha, Ja invencién de Sigmund Freud no ha sido plenamente reconocida como tal. En el territorio especificamente psicoanalitico, encontramos dos hechos que merecen ser destacados. El primero: Fue Erich Fromm, quien inicié aqui un programa de formacién de psicoanalistas anti-freudianos [sic]. Su punto de partida, una disparatada explicacién de La interpretaci no fue criticada en su momento por los que se presentaban como freudianos, los miembros fundadores de la Asociacién Psicoanalitica Mexicana. El segundo: La insGlita extensién, desde mediados de la década de los afios setentas del siglo pasado hasta nuestros dias, de una ensefianza del psicoanilisis -freudiano y lacaniano- concebido como una teoria, en oposicién a Freud y a Lacan, que lo definian desde su praxis. Miguel Felipe Sosa 1CO ex n de los suefios y de la personalidad de Freud, Freud y Lacan en Me een. 91786072" 900684" Freud y Lacan en México El revés de una recepcion Miguel Felipe Sosa Coordinador Andrés Rios Molina EMER, Guadalupe Trejo SS Alfredo Valencia Meiia GENTE Freud y Lacan en Mexico El revés de una recepcion Comentaristas Josafat Cuevas S. Pilar Orddfiez Hugo Vezzetti Freud y Lacan en México El revés de una recepcion Miguel Felipe Sosa Coordinador Andrés Rios Molina EMER Guadalupe Trejo Alfredo Valencia Mejia GENTE Catalogacién Froud y Lacan en Mésico: El revéedeunarecepcion / Mi 1 elpe Sosa, ‘oondinador s Andis Ris ; Gussie Teja Aledo Valencia ~ Mexieo, 2016 ISBN 975.607-20.0068-4 1. Psicoaniisis. 2. Historia 3. Mésio- 1. Sos, Miguel Felipe, coord Rios, Andes. Teo, Gundaipe y IV. Valencia, Aled, 1st Fe El seh y el contenido de Freud.y Lacan en Mévica. EV revés de una recepcién ‘son propledad de los autores-editores. (Queda prohibida ta copia, lmacenamieno,reproduccin, ‘ransmisién y comercializacién por cualquier medio, sin consentimiento por eserto de fo autores-editores Tados los Devechos reservados © 2016 Miguel Felipe Sosa Movano, Carlos Andrés Rios Molina, Maria Guadtupe Trejo Osorio y José Alfredo Valencia Mejia Coordinador de edicton: Aledo Garcia Diseno grfco: Desingranados Primera edicién, Septiembre 2016 ISBN 978.607-29-0068-4 Inpreso en México Prined iv Mesico Exlcibn especial de 1000 ejemplares Esta obra se imprimiés e115 de Seprensbre de 2016 en Papiro eproducciones SA. de C¥, Marcelino Deivalas mim. 12 Col. lgarin, Del. Cuahutémoe, CP 06880, Cinch de Mévico INDICE DE CONTENIDO Introduccién = Miguel Felipe Sosa Capitulo 1. Tuellas de un malentendido: psicoandlisis, ntelectuales & identidad nacional Alfredo Valencia Mejfa Capitulo 2 Peiquiatras y jurisas: ls primeros lectores det psicoandlisis en ef México posrevolucionario “Andrés Rios Molina Capitulo 3....... ‘El alborara inangural del frommismo en México. Una introduecién al esclarecimiento del problema causado al psicoanilisis por los frommianos mexicanos Miguel Felipe Sosa Capitulo 4. Una contribucién ala descripcién de la sbita aparicién en ‘México de la figura del psicoanalista no analizado (sie. De Cérdoba, Argentina, (1966-1976) a la Repiiblica Mexicana Miguel Felipe Sosa Comentarios .... de Josafat Cuevas, Pilar Ordénez, Hugo Vezzetti Capitulo 5... De legos a autores, sus lectores y las consecuencias en la rransmisin del psicoandlisis en México, I" parte Guadalupe Trejo Capitulo 6 ‘De legos a autores, sus lectores y las consecuencias en la transmision del psicoandlisis en México, 2° parte Guadalupe Trejo 1B 31 55 89 128 157 195, INTRODUCCION MIGUEL FELIPE SOSA Bisse sures de ura observecén fundamental en México, algo inusi- tado ha ocurrido con el psicoandlisis desde sus inicios. Por ejemplo, en cl Ambito de la cultura, tanto en la general como en la més especializada de los intelectuales, desde las primeras décadas del siglo xx hasta la fecha, la invencién de Sigmund Freud no ha sido plenamente reconocida como tal. En distintas épocas, el nombre de Sigmund Freud ha aparecido asocia- do al de Pierre Janet, como si ambos hubieran participado en Ia creacién del psicoandlisis. O’se ha construido un trio de “psicoanalistas”, como si fueran equivalentes entre ellos, compuesto por Freud, Adler y Jung, fa pesar de que los dos iiltimos ya se habian separado del movimiento Psicoanalitico y habian nombrado a las escuelas disidentes que cada tno fund6, con el objetivo de distinguirse de la invencién freudiana: psicologia individual y psicologia profunda, respectivamente. Estas dos observaciones bastan como base para sostener que la espe- cificidad de la prictica inaugurada por Freud cuando invents el psicoand- lisis, en México, no ha sido suficientemente distinguida de las teorias y pricticas psicolégicas propuestas por autores ajenos al psicoanélisi En el territorio especificamente psicoanalitico, encontramos dos he- cchos que merecen ser destacados. El primero: fue Erich Fromm, quien ini- cci6 aqui un programa de formacién de psicoanalistas anti—freudianos [sic]. Su punto de partida, una disparatada explicacién de La interpretacién de los suefios y de la personalidad de Freud, no fue criticada en su momento por los que se presentaban como freudianos, los miembros fundadores de Ja Asociacién Psicoanalitica Mexicana. Freud y Lacan en México El segundo: la insdlita extensién, desde mediados de la década de los afios setentas del siglo pasado hasta nuestros dias, de una ensefianza del psicoandlisis —freudiano y lacaniano- concebido como una teoria, en oposicién a Freud y a Lacan, que lo definian desde su praxis. Por lo tanto, para establecer de qué esté hecho lo que en México se ha amado psicoanilisis, para precisar que se recibié y con qué ideologias, précticas y discursos locales se articul6, resulta necesario proponer estos problemas a la discusidn pablica, orientados por las siguientes preguntas {Qué condiciones -histéricas, sociales, culturales, politicas, psicoana- liticas— debieron cumplirse para la exitosa instalacién del frommismo en México como una escuela mas de psicoanilisis? {Qué circunstancias favorecieron el desconocimiento de Freud, de Lacan y de sus textos originales en nuestro pais? {Por qué fue necesario recibir a Freud via escritos de discipulos, disidentes, detractores? {Qué tipo de practica clinica ha dado lugar el conocimiento tergiver- sado de las obras de Freud y de Lacan? {Qué hizo posible la expansién de un psicoandlisis lacaniano opuesto fa puntos fiindamentales de la enseftanza de Lacan, como el que se refiere a la produccién del analista? GA qué se debe la falta de critica a las distintas modalidades de recep- ibn del psicoanalisis en México? En la versién de la “Proposicién del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la Escuela” adoptada por la Escuela Freudiana de Paris, Lacan colocé el siguiente epigrafe: “Antes de leerla, subrayo que hay que entenderla sobre el fondo de la lectura, a hacer o rehacer, de mi articulo: ituacién del psicoanalisis y formacién del psicoanalista en 1956” (pigs 441-472 de mis Escritos).”" Mis all del resultado de ta lectura de este texto satirico escrito hace sesenta afios, es obvio que Lacan no disponia de datos sobre la particula- ridad del destino de la herencia freudiana en México. Por ese motivo, este libro contribuye a la descripcidn de la situacién local del psicoandlisis y de Ia formacién de los psicoanalistas. Es decir, en las paginas siguientes, nos abocamos a estudiar el reiterado revés de la recepcién del psicoandlisis a partir de documentos disponibles y, también, a describir el revés de la trama del tejido-con el que, en nuestros 4ias, esti fabricado el psicoandlisis en nuestro pais. 1 Jacques Lacan, Ors exerts, Buenos Altes, Pidés, 2012, p.2 8 Intvoduecién Asi, de acuerdo con esta metifora textil, observamos y describimos ‘qué clase de hilos se han entrecruzado para conformario. Por ese motivo, el lector encontrar, en algunos de los capitulos de este libro, comentarios criticos a textos publicados de varios autores, cuyas muy desafortunadas consecuencias no habian sido estudiadas anterior- mente. El tinico motivo determinant de la eleccién de estos escritos y sus autores ¢s el lugar que tuvieron o tienen en el panorama del mal definido psicoandlisis mexicano. La omisién de esos nombres o sus publicaciones nos condenaria a la conservacién de los problemas cuyas formulaciones resultan imprescindibles para la biisqueda de las respectivas soluciones. La escasez de critica fundamentada en el ambito de lo que en México se ha llamado psicoandlisis, hace necesaria Ia siguiente declaracién, ob- viamente extravagante: los autores de este libro no nos proponemos una desautorizacién masiva o selectiva de instituciones, grupos o autores. Sélo sucede que nos reusamos a disimular las inmensas contradiccio- nes que existen entre los escritos aqui citados con la obra de Freud y la ensefianza de Lacan, Lo mismo sucede con Ia incompatibilidad entre los programas de ensefianza del psicoanélisis y formacién de analistas que se ofrecen en nuestro medio respecto a las propuestas del vienés y del francés en ese punto, Los trabajos aqui propuestos a la lectura y a la discusién fueron pre- sentados en el coloquio Particularidades de la recepcién del psicoandlisis en México, realizado el 23 y 24 de mayo de 2014, en el auditorio del Museo Casa de Leén Trotsky. Por ese motivo, algunos trabajos conservan restos del estilo de una presentacién oral. ‘Ademés, a causa del contenido desusado de las criticas formuladas e tonces, algunos autores optamos per ampliar la versién escrita para offec al lector trabajos sélidamente fundamentados. Asi, los comentarios aqui publicados, suscitados por la presentacién hablada de uno de mis trabajos, quedaron més 0 menos desfasados de ésta a causa de esa ampliacién; no obstante, la actualidad de estas intervenciones se ha mantenido intacta, Los autores son un historiador y tres psicoanalistas: Andrés Rios Molina, investigador del Instituto de Investigaciones Histéricas de Ia Uni- versidad Nacional Auténoma de México; Guadalupe Trejo, directora de ‘Trébol: Grupo de Asesoria en Pedagogia y Psicoanzlisis; Alfredo Valencia, miembro de la Asociacién Psicoanalitica Internacional y de la Sociedad Freudiana de Ia Ciudad de México; y el que suscribe, Miguel Felipe Sosa, miembro de la Escuela Lacaniana de Psicoandlisis, Los comentadores de una de mis ponencias fueron un historiador y dos psicoanalistas: Hugo Vezzetti, investigador de la Universidad de Buenos Aires (Argentina); Pilar Ordéitez, miembro de la seccién Cordoba (Argentina) de la Escuela de Orientacién Lacaniana, perteneciente a la 9 Frettd y Lacan en México Asociacién Mundial de Psicoandlisis; y Josafat Cuevas, profesor de la Facultad de Psicologia de Ia Universidad Nacional Auténoma de México. Evidentemente, cada uno de los autores y comentadores nombrados arriba asumen la responsabilidad de los textos que firman, Hasta aqui, el texto escrito como introduccién a lo que fue el proyecto de publicacién de este libro en la editorial Paradiso. EI desenlace de este intento, la publicacién fue cancelada unilateralmente por la editorial men- cionada, me obliga, de acuerdo con los otros autores ~Alfredo Valencia, Andrés Rios Molina, Guadalupe Trejo-, a anotar brevemente algunos hechos y afiadir una reflexién a propésito de la recepeién dispensada a esta obra en la editorial inicialmente a cargo de esta produccién, antes de que la correspondiente eirculacién piblica comience. LOS HECHOS Los encargados de aquella edicién, haciendo gala de una sorprendente irresponsabilidad profesional, estimaron que los capitulos quinto y sexto de este libro contenfan calumnias dirigidas a las personas alli nombradas. Por ese motivo, y sin ningiin tipo de aviso previo dirigido a la autora 0 al que suscribe, estos censores moditicaron el texto de los dos eapitulos mencionados. El resultado de tal abuso fue la tergiversacién no solo del contenido del escrito original sino también de parrafos de otros autores alli citados y comentados, El hecho textual digno de destacar aqui esta en que las observaciones criticas de la autora (criticas en el estricto sentido definido en el Diccio- nario de la lengua espaiiola, editado por la Real Academia Espaitola: “analizar pormenorizadamente algo y valorarlo segim los criterios propios de la materia de que se trate”) estaban -y continian— estrictamente fin damentadas en escritos publicados de los mismos autores en cuestién. En pocas palabras, los lectores de Paradiso tomaron las criticas legitimamente Fazonadas incluidas en los capftulos quinto y sexto como calumnias, es decir, como acusaciones falsas. No existe en wna lectura un error de com- prensién mas grave que el cometido en Paradiso, a causa de la radical distorsién efectuada sobre un escrito mal leido, LA REFLEXION En este libro, los cuatro autores de los siguientes seis capitulos la- mmamos la atencién de los lectores sobre diversos vicios que han afectado la implantacién del psicoandlisis en México, en distintos momentos inaut- 10 Inwvoduccién gurales, por ejemplo, las fallas 0, en ocasiones, carencias en la formacién de los fundadores de instituciones 0 grupos psicoanaliticos. La escasez de critica y autoeritica entre analistas, adems de otras causas, han permitido ue estos vicios instalados desde los tiempos iniciales, permanezcan intac- 10s en nuestros dias, Asi, la formacién de analistas por lo tanto, ta préctica misma del psicoandlisis~ ha quedado afectada, de distintas maneras en distintas insti- tuciones y grupos, y con consecuencias, a veces, muy desafortunadas para los involucrados. Si nos propusiéramos variar este rumbo, seria necesario ventilar, por Jo menos, los principales hechos determinantes de los vicios descritos en las paginas siguientes, Lamentablemente, estos hechos generalmente han sido conocidos desde siempre en ambitos privados, pero cuidadosamente ignorados 0 disimulados en pablico. Sin embargo, la tarea que los cuatro autores nos hemos propuesto aqui —cuyo objetivo es la elucidacién critica de la situacién local de la invencién de Freud~ no ha resultado fic. La eancelacién de la publicacidn de este libro por Ia editorial Paradiso, en el momento en que la edici6n estaba casi lista para entrar a imprenta, muestra la magnitud de la fuerza que advertida 0 inadvertidamente, voluntaria 0 involuntariamente. sostiene el calamitoso statte quo de lo que en México se ha dado en Hamat psicoandlisis. n Huellas de un malentendido: psicoandlisis, intelectuales e identidad nacional ALFREDO VALENCIA MEJ{A AA W203s sueede ae un psicoanalista se pregunta: como esti inscrito mi quehacer en eso que, en términos generales, Hamamos la cul- (ura? Puede incluso preguntarse: zpor qué en México la recepeién det psicoanilisis, en tanto practica especificamente referida al campo que Freud abrié para nosotros, no ha encontrado el territorio propicio para su diseminacién? © también: ,c6mo es que el campo freudiano esta inscrito en el imaginario de aquello que se reconoce como las précticas de curas psicoldgicas? Estas y otras preguntas. junto con la alirmacién por demas incémoda de que el psicoanilisis no tiene en nuestro pais todavia Ia nitidez de un escenario que sea especificamente freudiano, conftontan al psicoanalista con un problema que debe atender de manera critica, Desde luego, esta critica debe hacerse de manera individual, pero también ha de ser posible a través de Ia critica y Ia autocritica promovidas al interior de las instituciones donde el psicoanilisis es transmitido y ense- ado, Para el psicoanalista, este ejercicio critico es ineludible al abordar el espinoso asunto de la formacién de psicoanalistas. Sin lugar a dudas, interrogamos sobre cul es actualmente en México la situacién del psicoandlisis y de su campo especificamente freudiano, pasa por la necesidad de detener la mirada en aquellos momentos que, de manera singular, se nos presentan como sugerentes de un contexto de fundacién, o al menos de recepcién inicial de una prictica, de un autor, 0 de una teoria {Cual es hoy en México el lugar de Freud y de su campo en el concier to de eso que llamamos psicoanilisis? ;Acaso hay muchos psicoandlisis? {Cuando se dice “psicoanilisis", qué se entiende por tal? «Hay hoy y, ‘atin més, desde los origenes, varios psicoanilisis? Subrayo el “desde los origenes” pues es indudable que el psicoanélisis ha padecido, desde su fundacién, de las guerras motivadas por una legitimidad que depende de las ligas establecidas entre un territorio y un nombre propio. Es decir, lo gue se puede extender a la legitimidad que depende tanto de las pricticas 1s Freud y Lacan en México ‘como de las teorias. Baste un ejemplo: durante el proceso que se fue dando para que Freud orientara su pensamiento més alla de la direccién que sus seguidores iniciales le estaban dando a sus ideas, Adler present una altemnativa mas social a la concepcién de psicosexualidad presentada por el fundador del psicoanélisis. El modelo alternativo de Adler se basaba en contenidos inconscientes distintos a los que Freud planteaba y esto obli gaba a los miembros fundadores del movimiento psicoanalitico @ hacer tuna eleccién: o Freud 0 Adler. Aunque Freud no pudo demostrar en ese ‘momento (en los origenes), que las ideas de Adler estaban equivocadas, simplemente declaré: jj;Adler no es un psicoanalista!!! Esto ocurria alre- dedor de 1910.' Es cierto que en México el psicoanilisis, en momentos puntuales, cen determinados ambitos culturales y bajo ciertas circunstancias, ha sido relevante; pensemos tan s6lo en todos aquellos textos que, impregnados de cconceptos psicoanaliticos, intentaron dar cuenta del caricter del mexica~ no, desde los ensayos de Samuel Ramos hasta £I laberinto de la soledad de Octavio Paz,” pasando por los trabajos de los psicoanalistas Santiago Ramirez y Gonzilez Pineda.” Esta certeza, sin embargo, nos confronta constantemente con Ia in- certidumbre de si los conceptos que pasan por psicoanaliticos en esos tensayos se sostienen 0 no en el espiritu freudiano, 0 se nos revelan como derivaciones o deformaciones de conceptos adaptados a las regulaciones del pensamiento de autores que son abiertamente hostiles a Freud, como en el caso de Adler, pero también lo es -y de mayor importancia para México el caso de Erich Fromm. ‘Adler fue el fundador de la psicologia individual. Es de sobra conocido {que fue el primer alumno de Freud y que ya para 1911 se habia separado de su maestro. Sus tesis, debido a la facil comprensién de sus conceptos, tuvieron una gran popularidad en su época, sobre todo entre educadores y profanos interesados en la materia. Para Adler, y esto es central, la sexualidad no tiene importancia, Segtin lo explica Dieter Wyss, Adler actué siempre como un misionero que anun- ciaba una nueva doctrina, Esta se basaba en dos principios basicos: el sentimiento de inferioridad del hombte condicionado por la situacién, y el esfuerzo del hombre por compensar este sentimiento de inferioridad 1 George Makai, Revoluetin en mene, Bareloa, Sexi Psa, 2012, p 346 2 Octavio Paz, laberint de a Soledad, Masti, Cited, 1996. 3 Un importante acereaminto al trabajo de Sentiago Ramirez Jo encontramos en cl ensayo de Rodolfo Suez, “Santiago Ramirez. El mexicano, Psicologia de sus iotivacions (1959) Carlos ladesy Rodolfo Suarez (cords), Mévieo camo problema. Esbozo de wna hstria ineectoa, Mésieo Siglo XXUUniversidad Auténoma Metropolitng, 2012. Vésetembin Santiago amiee, Anse ents, Mésico, sano, 1996 16 Huellas de un malentendido ‘mediante un affin de poder.‘ Asi, Samuel Ramos llamé psicoandlisis a estas ideas aun sabiendo que en nad tenfan que ver con las ideas de Freud, De esta manera, llama mas la atencién este malentendido cuando sabemos que Ramos se entrevist6 personalmente con Adler. En México, la recepcién del psicoandlisis no es necesariamente la recepeidn de Freud. La recepeién del psicoanalisis en México, entendido el psicoandlisis como una prictica especifiea que se sostiene desde la ex- periencia que Freud, el fundador, teoriz6, puede ser entendido de muchas maneras pero no necesariamente de la recepcién del campo que Freud fund6, También es cierto que el psicoanalista, de manera reiterada, se cenfrenta en Jo cotidiano de su quehacer a tener el lugar sin duda equivoco del doctor, o del loquero, o del psicélogo, o del psiquiatra, o del psicote- rapeuta, asi, en general, sin discernir el demandante siquiera si se trata de algo cognitive conductual, 0 de Gestalt, 0 de constelaciones, etcétera. Podemos suponer esta falta de especificidad como resultado del dificil trénsito que en nuestro pais ha tenida el psicoandlisis por los circuitos culturales en tumo. {Nos alcanzamos a percatar de la diferencia de penetracién que en nuestra cultura tienen, por un lado, la teoria, a través del uso muchas veces equivoco o desesperantemente trivial de sus conceptos y otras veces stricto y diferenciado, y, por otro lado, la préctica psicoanalitica y su diferencia con otras practica psicoterapéuticas? Esta indiferencia desde la que se posiciona al analista, indiferencia en cuanto a la especificidad del ugar que ocupa en tanto practicante de un hacer, es algo del orden cultural y no esti necesariamente vinculada al nivel educativo 0 a los grados ‘académicos. Frente a preguntas incémodas como las siguientes, “jel psicoanslisis freudiano ain no arraiga en México?” -me refiero al psicoandlisis en tanto el campo practico que Freud leg6- 0, “gpor qué la diserepaneia entre el amplio uso de conceptos teédricos psicoanaliticos y el desconocimiento amplio sobre el quehacer del psicoanalista?”, la mirada y el interés se ven Tevados a interrogarse sobre la recepcién del psicoanalisis en nuestro pais, ‘ms especificamente, la recepcién dada a Freud. Para intentar responder a ellas habré que hacer historia, no teoria. ‘Tendremos que escribir historias a partir de historias, El problema, para mi, al escribir este texto, al tratar de pensar las causas del malentendido qué subyace al uso cultural del concepto “psicoandlisis”, al pensar el malentendido como algo que es consecuencia de la recepeién de Freud en nuestro pais, es que, en tanto psicoanalista, mis herramientas no son las “4 Dieter Wyss, La excnelae de pseolgia profiad, Madi, Gredos, 1961, pp. 228-236 0 and y Lacan en México del historiador, mi método no es ef det historiador, y avin mas, al escribir historias sobre historias no estoy tampoco en posicién de psicoanalista Entonces, gen qué posicién estoy’ {Desde dénde eseribo? En México, la historia del psicoanalisis ha sido escrita por sus actores. tal vez por eso hay una clara tendencia a escribir la historia de las institu ciones psicoanaliticas, pero no se ha interrogado cémo es que Freud y su ‘obra fueron recibidas en nuestro pais.’ Eso no me impide compartir con ustedes, en tanto que peatén pertenceiente al gremio de psicoanalistas freudianos, algunos trazos del camino recorrido por mi interrogacién y de lo que se va apateciendo ahi a modo de una posible sugerencia de respuesta. ‘Lo que trato es de compartir mis intentos por comprender el campo en el que cotidianamente estoy, campo que implica mi pertenencia a una comunidad, la de los psicoanalistas, aunque puede suceder que, durante el trayecto, creyendo haber comprendido, me dé cuenta de que no he comprendido absolutamente nada. Pero en fin, el intento se hace. HUELLAS DE UN MALENTENDIDO. Se trata de sefialar indicios, elementos que pueden ayudar a bosquejar un panorama de lo que el psicoandlisis y la obra de Freud han sido en México. El malentendido que se pone sobre la mesa es el resultado de haber seguido esos indicios, a la manera del curioso que ha ido siguiendo pistas. Las huellas rastreadas son las huellas dejadas por otros, és0s que alguna vez se encontraron con el psicoandlisis 0 con Freud y lo que hicie- ron con eso. La idea general es ésta: el psicoandlisis en México ha sido objeto de un sin fin de malentendidos. La situacién actual del psicoandlisis, resultante de e505 malentendidos, se da en un tertitorio donde reina ain la confusién, las contradicciones y, sobre todo, las experiencias no pensadas, no razonadas, que hemos heredado por los que primero se hicieron cargo del texto freudiano en nuestro pais, Este trabajo trata de aportar elementos acerca de la recepcién del psicoanilisis freudiano en México, poniendo Enfasis en las circunstancias histéricas del México de finales del siglo XIX y de las primeras tres décadas del sigho Xx. Partamos de un idea general: en México, en la medida que el pen- samiento y las “filosofias” de los “grandes autores” fueron puestas con- sistentemente al servicio de un objetivo claro la construccién de una 5 Para una mireda general esas historias contadas, vse Juan Capstillo, La emerges del psicoantivs en Mesio, Xalapa, Veracruz, Universidad Verarzan, 2012 18 Huellas de un matentendido identidad nacional, y en tanto que fiteron los intelectuales de la época los que de manera sobresaliente se pusieron al servicio del Estado para lograr ese objetivo, la lectura y recepcién de Freud, y de algunos otros como ‘Nietzsche o Weininger (aunque usted no lo crea), entré en contradiccién con el proyecto cultural det Estado en el logro del objetivo pretendido. La obra de Freud no se prestaba a dar lineamientos que facilitaran la cconstruccién de una identidad nacional. En los inicios, el psicoanilisis no cera solo Freud, pues estaban ahi pegados y confundidos Jung y Adler, de tal suerte que, junto al psicoandlisis de Freud, otro psicoandlisis, ya no el freudiano, tomé el lugar de lo que el psicoandlisis fue para los intelectuales mexicanos, mientras este si se prestaba a establecer elementos conceptua- les a partir de los cuales instituir toda una manera de razonar la identidad nacional. El ejemplo més claro es el psicoandlisis de cuito adleriano de Samuel Ramos.° Asimismo, hay un problema que se agrega a esto, y que surge de las lecturas un tanto azarosas del recorride de mi curiosidad: muchos intelectuales, al trabajar para el Estado, Secretaria de Educacién Piiblica, Secretaria de Gobemacién, eteétera, quedaban atrapados entre su responsabilidad intelectual y su sobrevivencia econémica, de tal manera que, en muchos momentos, se veian obligados a renunciar a trabajar ideas que esiahan en contra del objetivo del gobierno, que era crear nuestra identidad nacional. Aquellos que se oponian y que defendian su responsa- bilidad intelectual eran destinados al ostracismo y evacuados del espaci donde las decisiones politicas eran tomadas. Veamos, entonces, cdmo he Megado a este final que he colacado al inicio. ‘Cuando entre colegas surgia la pregunta de por qué el psicoandlisis freudiano en México no tiene la penetracién que si tiene en otros paises latinoamericanos, mi respuesta siempre era: “por nuestra educacién positi- vista”, Eso era decir mucho y no decir nada, era una intuicion de esas que se dicen sin saber qué es realmente lo que expresan. Por qué lo decia? Un personaje se me aparecia una y otra vez en algunos textos sobre la historia del psicoanilisis en México: José Torres Orozco. Nacido en Morelia, Michoacén, el 22 de febrero de 1890, fue médico, fildsofo, autor de textos sobre patologia del lenguaje, sobre el tabardillo, acerca de la ideacién neurasténica, sobre los medios de defensa de los neurasténicos, de la de- generacién, sobre el estado mental de los tuberculosos. Pero también fue ‘autor, en lo. que ahora nos compete, del primer texto sobre Freud publicado ‘en uma revista literaria en México.’ 6 Véase Rail Arcola Corts Sane! Ramer La parién por l clara, Mortis, Michoac, Universidad Michoacana, 1997, En wei umichamalsanelanos i 17 load Tomes Oroeo, Euros sobre la plogia del lense aba, la neurasenia, cra ya mberculosis, México, Bibloten de Cents Nicolaas, 985, 19 Freud y Lacan en México Torres Orozco publica, en el nimero del 1 de agosto de 1922 de la revista México Moderno,* publicacién que tenia como redactores a Vicente Lombardo Toledano, Pedro Henriquez Ureiia, Manuel Gomez ‘Morin, Manuel Toussaint, Daniel Cosio Villegas y José Gorostiza, un texto titulado “Las doctrinas de Freud en la patologia moderna”. Al interesarme por Torres Orozco, fui diindome cuenta de su posicién en el concierto intelectual de finales del siglo XIX y XX. Personaje malogrado pues muere muy joven de tuberculosis, se me aparece, tal vez equivocadamente, coma un positivista en todo derecho, Ramos, también michoacano, dice de él, el 16 de junio de 1925: Acaba de morir casi ignorado, a In edad de 35 ailos, un pensador poco comiin en México y cuyo nombre merece ser salvado del olvido. [1 ahora tengo que decir a mi pesar que ese hombre por el que siento ‘admiracién, pertenecié a una escuela eaduca, y que yo personalmente ddotesto eon todo mi corazén: el positivismo, esta posicién ideolégica que ‘mantuvo toda su vida, no fue obstéculo para que me entendiera con él, y Ievéramos una amistad superior a discrepancias de opinin y polémicas sobre hombres ¢ ideas? ‘Yo también senti admiracion por orres Orozco, la tengo aiin y mucha, Sin embargo, al leer su texto sobre Freud, me incomodo por la forme en que queda ilustrada Ia manera o el método de leer y transmitit con Ie consigna pedagégica positivista, aquella que Ramos decia detestar. Tenia, pues, que hincarle yo el diente al positivismo. A fortunadamente, los textos estaban a la mano y ain mejor, las investigaciones de Leopoldo Zea sobre todo, pero también de Abelardo Villegas, allanaban el camino." Se dice que es de todos conocida la anécdota: el 16 de septiembre de 1867, e1 doctor Gabino Barreda, quien habia tomado cursos en Paris con el filésofo Auguste Comte, fundador de la filosofia positivista, pronut Oracién Civica en Guanajuato; ésta consistid en una interpretacién de ln historia de México desde la filosofia positivista de su maestro, ademis de ciettos conceptos traidos de Stuart Mill y de Spencer. Barreda presenta la historia de México como un proceso de emancipacién del orden colonial Segiin é1, en ese orden la educacidn estaba sometida a ideas religiosas, a creencias politicas emanadas de lo religioso y a una administracion Puesta al servicio de perpetuar la dominacién de poderes emanados del BS Véase Revises Literarias Meteanas Modernas. Mévco Moderne th, México, FCE, 1979, pp. 3953 9 Samet Ramos, Obras completas, i, Miso, UNAM, 1975, p. 247 10 Leopold Zea, pasitvsme vl ireanstnca mescana, México, FCE, 1988, 20 Huetlas de un malentendido exterior y no sostenidos en lo auténticamente nacional. Por mediacién de Pedro Contreras Elizalde, Judrez se entera de la oracién, y entusiasmado y motivado por st objetivo de construir -o reconstruir~ la nacién, le encomienda a Barreda un plan de reorganizacién educativa, Uno de los logros de ese plan fue la Escuela Nacional Preparatoria. Se ha dicho que la importacién del positivismo en México no tiene su explicacién en una mera curiosidad erudita o cultural, sino que consistié en un plan de alta politica nacional." En términos generales, se trataba de una politica impuesta por la naciente burguesia en contra de los tertitorios politicos dominados por las, clases religiosas y militares. Lo que aqui me interesa transmitir es que el programa educativo de Barreda tiene ciertos puntos en su método que creo determinarén la forma en cémo se lee y eémo se impulsaré a que otros lean, asunto de evidente importancia cuando tratamos de la recepeién de los textos de un determinado autor. Hablar de recepeién pasa por decir cémo se leyé. ‘Como el lema positivista era “orden, progreso y libertad”, la separa- cin entre teoria y prictica trafa como consecuencia, segim el programa, el desorden, de tal suerte que una educacién que no fuese integradora tracria prejuicios, ideas falsas y eso resultaria en la discordia entre los individuos. Se trat6, entonces, de dar uniformidad a las conciencias para que se guardara el orden social. Los positivistas proclamaron entonces que los mexicanos constituyeran un fondo comin de verdades, ni mis ni menos. Esto se habria de lograr mediante la consistente tendencia de los maestros y profesores de hacer llegar el pensamiento de ciertos autores por medio de la criba y el resumen de sus ideas, con el fin de lograr ese fondo comiin de verdades. El orden y la libertad, para los positivistas, se basaba en el abandono del orden teoidgico, del orden metafisico para, entonees, poder adquirir el orden positivo, es decir, el cientifico, La ciencia como fundadora de la verdad. Este programa educativo es asombroso pues los “grandes autores” eran “transmitidos” a los alumnos mediante los resti- menes que lectores calificados, es decir los maestros que pertenecian al programa impuesto desde el gobiemo, elaboraban, Desde mi punto de vista, es0 es lo que hizo Torres Orozco con Freud: lo cribé, lo sintetizé, lo edulcors; la idea fue transmitir un Freud acomo- dado a esas verdades comunes necesarias, Lo cual no dejé de tener sus consecuencias. Les recuerdo qui el texto de Torres Orozco es de 1922, tres afios antes de mori. Ahi él nos dice: 11 Gabino Baroda, La educacin positivist en Mévico, Mexico, Poms, 1987, 21 Froud y Lacan en México A tal grado llega la confusion existente en la numerosisima biblio- arafia del freudismo, que es dificil, intentando labor de sintesis,integrar, en una sistematizacién coherente y decisiva todo lo que Freud y sus dis- cipulos intentan incluir en el edificio de Ia patologia mental para resolver con sus prineipias las numerosas incégnitas de una ciencia como ella afin en via de formacién." Lo que quiero enfatizar con esto es que, si me permiten decirlo asi, pues todavia aparece como problema, se trata de una lectura que intenta hacer sintesis y sistematizacién coherente, puesta al servicio de objetivos ajenos al espiritu del texto, Dice Torres: [oJ el objeto del estudio presente es doble, sintético y de divul- gavién, y, tendiendo a la expansién en nuestro medio de una doctrina de importancia capital para la ciencia psiquitrica, intenta realizar una cohesién que en los momentos actuales se hace necesaria para la mis fcil captacién y aplicacién de los principios cientificos que la constitu- ‘yen. Para lograrlo he debido reunir los elementos dispersos en libros y revistas, concentrarios en leyes psicolégicas definidas y concisas, pres- cindir de toda clase de desarrollos accesorios que complican y desvittian las enseftanzas de Freud, desalojar del nicleo principal todo lo que es contradictorio y superfluo y aiadir a cada paso argumentos de mi propia ccosecha para completar demostraciones insuficientes y asaz descuidadas, en que incurren los principales propagandistas de Ia obra de Freud,”” Cuando uno lee el texto de Torres Orozco, se percata sin duda de que haa leido y leido bien Tres ensayos de teoria sexual de Freud. Sin embargo, y lo subrayo, lo que entiende por sexualidad queda emparentado con el programa positive en tanto que eso queda definido en el Ambito de lo orginico: el organismo como objeto de estudio de la ciencia positiva. Por ejemplo, Torres Orozco dice que el desarrollo de la vida sexual no depende solamente de las hormonas sexuales sino también de las hormonas que arrojan a la circulacién las gldndulas, agregando que en mucho la vida ‘mental resulta entonces de la funcién endocrina; la sexualidad como el sexo. En este sentido, la referencia a la diferencia de los sexos planteada por Freud quedard anclada a la dimensién puramente hormonal. Algo que llama mucho la atencién es la cantidad de autores y textos que fluyen por el texto de Torres Orozco: Ramén y Cajal, William James, Lombroso, Friedjung, Bergson, Caso, Marafién y, sobre todo, uno, que 12 Revistas Literarias Mexicanay Moderna, Mésico Modern i, 9. 39-10. 13 Bi. 40, 2 Huellas de un matentendido mueve a asombro pues, al menos en mis épocas de estudiante de medicina, se usaba como libro de texto que introducia al psicoanlisis de la adoles~ cencia: Stanley Hall. Una éiltima referencia a este texto y que la adhiero a sul programa positivista: “...] la vida sexual interviene en la constitucién del sentimiento religioso, es preciso que encontremos en las manifesta- ciones de este sentimiento, ya puras, ya dogmatizadas, el vestigio de la actividad sexual”."* Si el programa positivista trata de confrontar el orden teoldgico ~y por derivacién de su lectura de Freud lo religioso ancla en lo sexual-, la dominacidn de lo sexual ser un elemento central en el proceso de la educacién positivista. Aqui Freud el “pansexualista”~ tendra un des- tino complicado en aquello que es de interés para ta construccién de la identidad propuesta por las élites gobemantes, ya sea en sus fimciones administrativas 0 culturales Una cita se me cruza en el camino, es de Octavio Paz y sobre su época en la Escuela Nacional Preparatoria: Leiamos los catecismos marxistas de Bujarin y de Plejénov para, all dia siguiente, hundimos en la leetura de las paginas eléctricas de La gaya ccencia o en ta prosa elefantina de La deradencia de Oreidente Nnostia tran proveedora de teorias y nombres era la Revista de Oceidente. La influencia de la filosofia alemana era tal en nuestra universidad que en cel curso de Légica nuestro texto de base era el de Alexander Pftinder, un disefpulo de Husserl. Al lado de Ia fenomenologia, el psicoandlisis. En 505 allos comenzaron a tradueirse las obras de Freud y las pocas librerins de la ciudad de México se vieron pronto inundadas por el habitual diluvio de obras de divulgacién. Un diluvio en el que muchos se ahogaron. Pero esto viene después. Acaso Freud fue leido principalmente en ‘obras de divulgacién? EI autor espaol Mira y Lépez, por ejemplo? Mi Jectura de Torres Orozco me Hevé a curiosear en el mundo maravilloso de la generacién posterior a los cientificos del positivism, a los artistas, a los intelectuales, alos escritores, a los pensadores que pertenecieron al grupo del Ateneo de la juventud: Alfonso Reyes, José Vasconcelos, Pedro Hen- riquez Urefia, Alfonso Cravioto y Antonio Caso. Y es que Torres Orozco tenia un lugar de frontera con ellos, al igual que Justo Sierra, pero sin la importancia que éste tuvo en la cultura nacional. Ambos eran autores de entre generaciones, el malogrado Torres y el regenerador nacional Sierra. Al grupo del Ateneo, y un poco antes, al grupo de Ia revista Savia Mo- 14 id, 46. 15 0, Pao, Obras completa. \i,Barcalone, Galaxia Gutenberg, 2003, 9.21 2B Freud y Lacan en México derna, antecedente importante del grupo, le correspondié luchar contra la ideologia de los positivistas, al tiempo que intentaban, mediante su trabajo creativo, abrir México al mundo, que durante el siglo x1x habia quedado vedado por las tareas de reconstruecién nacional, primero con Juarez y la implantacién de su programa positivista, y después con la“paz” porfiriana, ‘que result6 en la implantacion de lo francés a la mexicana, El problema que quiero sefialar es que a la generacién del Ateneo le correspondieron hazafias extraordinarias, no tinicamente por su produccién artistica en muchos sentidos espléndida e incontestable, sino porque el derrumbe del positivismo significé en nuestra historia un signo de supuesta ‘madurez intelectual. Sin embargo, entre sus hazaiias estuvo la de ser la generacién a la que le tocé renovar la identidad mexicana, Io cual quiso decir darle un sentido filoséfico a la Revolucién de 1910, y en ese sentido repetian el destino de los positivistas: dar cuenta, por medio de un progra- ‘ma educativo, de la sotidez. de una identidad propuesta por el gobierno. & esta generacién fe tocé vivir la primera revuelta del siglo xx. Dice Susana Quintanilla en su espléndido libro sobre los origenes de este grupo: “El Ateneo de la Juventud permitié a Ia nueva generacién hacer un deslinde respecto al cendculo literario encerrado en Ia torre de marfil, al estilo bohemio, y de los liceos decimonénicos abocados a honrar una tradicién perdida, y traicionada”, y cita a José Vasconcelos para mostrar ese desmarque generacional, cita que da cuenta de las palabras de este intelectual en junio de 1911 a propésito del ascenso al poder de Francisco I. Madero: Este Atenco, lo recordéis todos, fue organizado para dar forma so- cial 9 Ja nueva era del pensamiento; ain sin saberlo con certeza, porque la voluntad marcha aunque no perciba claro su fin, los organizadores de esta sociedad se propusieron crear una sociedad para el cultivo del saber ‘nuevo que habian encontrado, y para el cual no hallaban asito ni en las areaicas agrupaciones donde se recuerda la ideotogia superficial de Ia época de la Reforma, ni en las que se discuten el rancio saber escoléstico del catolicismo, ni en aquellas donde se ostentaban ruidosamente las pueriles argumentaciones de sentido comiin con que el amparo del des potismo oficial, los positivistas dominaban en las escuelas."* Se trata de una tipica lucha entre generaciones. Pero, démonos cuen- ta, la tarea serd finalmente Ia misma: dar sentido filoséfico a la nueva circunstancia mexicana ahora posrevolucionaria; antes las revoluciones de Juétez, ahora la revolucién de 1910. El gobiemo, siempre el gobierno, 16 Susans Quintanilla, Nason: La javentl del Ateneo de Méseo, México, Tusqucts, 2008 p.220, cy Huellas de un matentendido habri de contar con los “intelectuales” para dar cuerpo conceptual a la ex- periencia. En este contexto es en el que aparece el texto de Torres Orozco ~positivista-, pero ya insertado en los tiempos de la revolucién. Es cierto, siempre hay Iuchas entre la generacién anterior y la nueva, pero la circunstancia mexicana nos lleva a discemnir una lucha feroz al seno de una misma generacién y, las mis de las veces, esta lucha esti motivada por el lugar que los contrincantes habrén de tener para conseguir un beneficio a todas hices econdmico y de poder de influencia. La generacién del Ateneo y después, la generacién de los Contempo- ineos -podriamos seguir con ia generacién del grupo Hiperién, o después los conflictos entre Nexas y Letras Libres, etcétera-, estuvieron inundadas de estas Iuchas hacia adentro pero sobre todo hacia fuera, con aquellos “intelectuales” abiertamente sometidos a los dictémenes gubernamentales y beneficiados con sendos sueldos de Estado: la burocracia intelectual al servicio de Ia identidad nacional revolucionaria. Eneste contexto, el psicoandlisis y Freud tuvieron su lugar, dado por la ‘manera cémo los intelectuales leyeron, entendieron y usaron lo que creian que era el legado de Freud. Debo subrayar que, en la medida que pongo el texto de Torres Orozco, con todas sus vicisitudes positivistas, como un ejemplo de transmisién de las tesis de Freud, estoy conjeturando que el malentendido que en la cultura suscit6 tal aproximacién se sostuvo en una lectura que entendi6 el texto de varios autores, en este caso de Freud, a partir del uso especifico de ellos a favor del programa dispuesto como adecuacién a las circunstancias nacionales. Esta manera de atender los textos echa raiz en el pensamiento del filésofo espafiol Ortega y Gasset, editor de la Revista de Occidente, a la que hace alusién la cita de Paz, y principal impulsor de la traduccién de Freud al espaol. La lectura de los libros de Guillermo Sheridan, Los contempordineos ayer, pero sobre todo, México en 1932: La polémica nacionalista, me aacere6 material para ir rastreando algunas huellas de los motivos de esas luchas intrageneracionales. Por ejemplo, en un ensayo titulado “Entre la casa y la calle: la polémica de 1932 entre nacionalismo y cosmopolitismo literario”, que forma parte del libro de Roberto Blancarte, Cultura e iden- tidad nacional, de 1994, Sheridan escribe que [..J la naturaleza profunda del pais atishada entre el estruendo, el horror, el heroismo y la variedad de la epopeya, hacia suponer que exis- tian condiciones propicias para redefinir la nacionalidad. En el proceso subsecuente, no tardé en generarse el problema [..] la fuerza eritica de la Revolucién se mudaba en interesado ejercicio del poder que postulaba esa redefinicién como objetivo de su interés: no se trataba tanto de re- defini eriticamente esa nacionalidad como de deeretarla; no se aspiraba 25

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