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Bachillerato

Elvira Emilia Pérez Ríos


20016519

3 de marzo de 2021

Ligia Rivas Castrejón.


El viaje que cambio mi vida
Hola, mi nombre es Elvira Emilia Pérez Ríos, pero me dicen Emmy. Cada día que
pasa estoy más convencida de que en la vida nos pude pasar de todo y que existen
oportunidades que no se pueden dejar pasar así que esta vez, narrare un viaje que
puso a prueba mis capacidades emocionales, Pero por otro lado también ayudo a
conocer diferentes ámbitos de aprendizaje.

Era mayo del 2018 mi madre me invito a un viaje de un día a la playa este viaje era
en una excursión donde irían más amigas de ella, el viaje se hacía cada año para
festejar el día de la madre en esta ocasión mi madre me invito y aunque estaba muy
nerviosa y algo preocupada porque sería un viaje donde iría sin mis hijas, y aparte
tenía mis dudas sobre ese viaje de un día, ¿si valdría la pena o no?

Pero accedí a ir con gusto para pasar tiempo madre e hija.

Yo suelo ser una persona muy organizada, la mayor parte del tiempo me gusta
hacer mis listas de verificación para que no falte nada. En esta ocasión decidí no
hacerlo ¿qué podía faltar, o que podía salir mal? era un viaje rápido, se acercaban
los días y yo le preguntaba a mi madre si ya había pagado los boletos de la
excursión y me dijo ¡ay! No te preocupes yo me encargo de eso. Así que llego el día
del viaje, salíamos a media noche yo hice una maleta con lo esencial, mi madre al
ya tener experiencia en esos viajes me dijo que lleváramos algo para comer en el
camino y ya con mochilas listas nos dirigimos al lugar donde sería el encuentro para
abordar el autobús, mi madre me dijo que iría a un cajero cercano para sacar dinero
para pagar los boletos yo dentro de mi dije ¡Ay Dios mío! Esto ya comienza mal, mi
mama vio mi cara y me dijo ¡Ey! cálmate no pasa nada sube al autobús no tardo
está el cajero a dos cuadras yo estaba más que nerviosa y no quería subirme sin
ella, Tal cual parecía niña chiquita, pero tenía un raro presentimiento además que
no creo que sea buena idea que alguien saque dinero a media noche, pero trate de
relajarme y subí al autobús como ella me indico al pasar unos minutos mi madre
regresa angustiada ¡oh! Sorpresa mi madre no tenía fondos suficientes en su tarjeta
así que no podríamos pagar los boletos, yo le dije que ¡lástima! Pero vamos a tener
que bajarnos, ¿cómo haríamos para comer allá? si yo solo llevaba poco dinero.

¿De dónde íbamos a sacar más dinero para pagarle a la organizadora del viaje?

Mientras ella y yo discutíamos en tono bajito para que nadie nos escuchara avanzo
el autobús ya era hora de irnos la organizadora del viaje dijo que le pagáramos
llegando a Ixtapa. Yo estaba pálida no sabía qué hacer, pero mi madre me dijo no
te preocupes llegando allá vemos que hacemos, ella se durmió en el camino y yo
¡no podía ni pegar el ojo! de los nervios, además de que el autobús no era muy
cómodo o tal vez era tanto mi estrés que así lo sentía, llegamos a las 7:00 a.m. Mi
esposo me llamo me dijo ¡hola, como les fue! Muy entusiasmado yo le platiqué toda
la travesía y me dijo que él en ese momento no podía ayudarme que estaba en el
trabajo y que no podía salir que en la tarde me depositaba. Ya un poquito más
tranquila le dije a mi madre que le pagáramos a la organizadora con el dinero que
llevábamos para comer mi madre le dio la mitad del dinero a la señora y le dijo que
en la tarde le pagábamos. Así que continuamos con el paseo, nos llevaron a unas
playas vírgenes donde para cruzar es en lancha, mi madre y yo como estábamos
muy limitadas de dinero. Así que decidimos desayunar lo que llevábamos de casa,
mi madre me dijo ven siéntate junto a mí, me abrazo y me dijo disfrútalo ya estamos
aquí yo aún estaba molesta con ella por no prever las cosas pero tampoco quería
hacerla sentir mal, entonces respire profundo y desayune con ella a lo lejos vimos
a su grupo de amigas en una palapa y nos hicieron señas de que fuéramos con ellas
llegamos a donde estaban y nos prestaron un camastro yo decidí tratar de
descansar y broncearme ya que más podía hacer, Me quede dormida escuchando
el dulce y relajante ruido de las olas, cuando desperté vi a mi madre feliz, radiante
disfrutando del mar pasando el día sentada frente al mar, escuchando las olas ir y
venir sintiendo sus profundidades y trasparencias. Me di cuenta de que mirar, sentir,
oler, nadar, tocar y poder abrazar el mar con todos mis sentidos me hacían liviana.
A medio día iba a respirar mar y eso no tiene precio. Y cada vez que me llenaba de
malos pensamientos y miedos se los depositaba al hermoso e infinito mar y este
siempre me devolvía calma y paz. Ahí pude comprender a mi madre y darme cuenta
que la oportunidad de ver la playa con su sabio mar y ese cielo cubierto de blancos
algodones y el sol radiando felicidad no tiene precio y que se tiene que disfrutar sea
como sea, La vida es muy frágil y perdemos las ganas de vivir con absurdos
pensamientos.

A lo largo del día disfrute ese viaje como ningún otro y me enseño mi madre y el
mar que todo se resuelve y que todo pasa y que las cosas más sencillas tienen el
mayor valor como los besos y abrazos de mi madre que valen más que el oro, esa
experiencia no la pago ni con todo el dinero del mundo y mucho menos esa gran
enseñanza.

Al final mi madre y el mar, tenían razón todo salió bien mi esposo me depósito y
antes de regresarnos pude pasar a un cajero y pagarle a la organizadora del viaje,
el mejor viaje madre e hija y el viaje que cambio mi vida.

Elementos Datos
Titulo El viaje que cambio mi vida.
Leitmotiv la playa con su sabio mar y ese cielo
cubierto de blancos algodones y el sol
radiando felicidad.
Tipo de narrador Protagonista.

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