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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular Para la Educación


Universidad Nacional Experimental
de los Llanos Occidentales Ezequiel
Zamora
UNELLEZ
Vice-Rectorado de Planificación y Desarrollo Social
Programa de Ciencias Sociales y Jurídicas.
Aldea Universitaria del Municipio Sosa - Barinas.

IV ENSAYO

DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

Cátedra: Derecho Internacional Privado.


Profesor: Luis Escobar. Alumno:
Abogado. Iván José Pérez Molero.

Ciudad de Nutrias, octubre de 2020.


El Derecho Internacional Civil es la rama del derecho privado que regula las
principales relaciones civiles de las personas, el estado civil de las mismas, las
relaciones familiares, la propiedad y los demás derechos reales, las
obligaciones, contratos, y las sucesiones, regula las relaciones entre las
personas o de tipo patrimonial, las cuales pueden ser voluntarias o forzosas,
tanto físicas o jurídicas, privadas o públicas, normalmente, en su aspecto
transnacional, como, por ejemplo:

 Divorcio de personas de distinta nacionalidad;


 Adopción de menores de otra nacionalidad;
 Indemnizaciones por accidentes de tráfico de personas accidentadas en
un país distinto al de su nacionalidad;
 Gestión de la herencia de un extranjero fallecido en un tercer país de
residencia;
 Contratos entre empresas de distintas nacionalidades;
 Reconocimiento y ejecución de sentencias en un país distinto al que fue
dictada la sentencia y dónde el condenado tiene sus bienes; y,
 Solicitud de embargos transfronterizos, entre muchos aspectos más.

En la actualidad, el Derecho internacional civil es el llamado a juzgar de


todos los actos o hechos de la vida privada social y privadamente privada.

Ubicado sistemáticamente; el Derecho Civil Internacional está contemplado


dentro del DIPr., por tanto, si eres una persona nacional o extranjera que has
establecido o piensas establecerte en otro país, has adquirido la Nacionalidad,
has contraído Matrimonio, tienes bienes y propiedades en distintos países,
tienes descendencia o quieres hacer un testamento internacional, entonces,
estarás en el radio de acción y aplicación de esta rica disciplina del Derecho en
su ámbito internacional.

 El Derecho Internacional Civil se divide en cuatro grandes ramas:

a) La parte general (el derecho subjetivo en general, la nacionalidad, el


domicilio, la adquisición y extinción de la personalidad civil);
b) El derecho de obligaciones y contratos (responsabilidad contractual y
extra contractual y régimen jurídico general y especial de las
obligaciones y los contratos);
c) Los derechos reales (propiedad y posesión, derechos reales de goce, de
adquisición preferente y de garantía, con especial atención al derecho
hipotecario); y,
d) El derecho de familia y las sucesiones (regulación del matrimonio,
relaciones entre los progenitores y los hijos, derecho de alimentos,
herencias y distintos modos de suceder).

El Derecho Internacional Civil es una de las disciplinas que como


agrupación de normas jurídicas, trata de las relaciones entre civiles o
particulares, sin intervención alguna del Estado como persona de Derecho
Público, ya que el Derecho Internacional Civil integra el llamado DIPr.

El derecho Internacional Civil habitualmente comprende:

 El derecho de las personas, que regula el inicio y fin de la existencia de


las personas naturales, la capacidad jurídica, los atributos de la personalidad,
en otras palabras, los elementos que determinan las condiciones de cada
individuo en su relación jurídica con los otros, tales como, por ejemplo, el
estado civil, el domicilio o la nacionalidad, y los derechos personalísimos o de
la personalidad, íntimamente ligados al ser humano desde que nace;
 El derecho de familia que regula los resultados jurídicos de las
relaciones de familia, provenientes del matrimonio y del parentesco. Sin
perjuicio, que parte de la doctrina la considera una rama autónoma del
derecho;
 El derecho de cosas o de bienes, que regula lo que se conoce como
derechos reales y, en general, las relaciones jurídicas de los individuos con los
objetos o cosas, tales como la propiedad, los modos de adquirirla, la posesión y
la mera tenencia;
 El derecho de sucesiones o sucesorio, que regula las consecuencias
jurídicas que vienen determinadas por el fallecimiento de una persona física en
lo relativo a la transferencia de sus bienes y derechos a terceros;
 El derecho de las obligaciones y los contratos, que regula los hechos,
actos y negocios jurídicos, y sus consecuencias y efectos vinculantes;
 El derecho de la responsabilidad civil, que trata de la indemnización de
daños y perjuicios causados a otros;
 Las normas de derecho civil internacional, que son aquellas normas de
derecho internacional privado reguladoras de la ley civil aplicable ante un
conflicto de leyes; y,
 Finalmente, también abarca normas genéricas aplicables a todas las
ramas del derecho, como la aplicación e interpretación y de las normas
jurídicas.

El vocablo Nacionalidad (denominación jurídica del lugar donde nació un


individuo) viene del verbo nacer y lleva tres sufijos latinos.

 Nación (natio) el sufijo ción indica “acción y efecto”, como en los


vocablos globalización, selección y televisión. Primero se aplicaba al lugar de
nacimiento y después a una comunidad de personas de la misma raza, lengua,
instituciones y cultura que formaban un único pueblo y se consideraban
remotamente emparentadas, de un origen o nacimiento común.
 Nacional, sufijo al indica “relativo a”, como en antisocial, litoral y visual.
 Nacional, el sufijo dad indica cualidad, como en confidencialidad,
dualidad e irresponsabilidad.

Si lo colocamos todo junto, nos da algo así como: La cualidad (-dad)


relacionada (-al) a la acción y efecto (-ción) de nacer.

Etimológicamente dicho, Nacionalidad proviene de la palabra nacional y


este del latín natío- onis: nación, raza, de nasci: nacer; del siglo XV, territorio y
habitantes de un país.1

Dentro de la ciencia del Derecho Internacional Privado se incluye el estudio


de la Nacionalidad, ya sea de personas físicas, personas jurídicas, etc. Autores
de gran envergadura abordan sobre ello, por ejemplo, Arellano García 2 expresa
que:
1
Corripio Fernando, Diccionario Etimológico general de la Lengua Castellana, Bruguera,
España 1973, p. 317.
2
Arellano García Carlos, Derecho Internacional Privado, décima edición, Editorial Porrúa,
México 1992, p. 188.
“La Nacionalidad se pone dentro del DIPr., no con el
carácter de tema central como les corresponde a los
llamados conflictos de leyes sino sólo con la calidad de un
importantísimo punto de conexión que determina la norma
jurídica aplicable en muchos países respecto a estado civil
y capacidad de las personas”.

El tema de la Nacionalidad se vincula con el derecho internacional privado


no tanto por el problema del conflicto de leyes, sino porque a partir de la
nacionalidad de la persona física se establecerá la norma jurídica aplicable en
muchos países respecto al estado civil y capacidad de las personas. Además,
en algunos países el domicilio de la persona y la capacidad de ésta última está
influida por la nacionalidad en tanto factor de limitación de esa capacidad en
muchas materias.

La Nacionalidad es de difícil conceptualización por ser una expresión


equívoca puesto que igual se utiliza para designar un punto de conexión que
relaciona al individuo como persona física con una ley extranjera, como
también se utiliza para aludir al principio político cuya meta es elevar a la
categoría de sujetos de derecho internacional a las Naciones en lugar de los
Estados con la pretensión de lograr una división más natural de la comunidad
internacional.

Con el vocablo nacionalidad se ha referencia de igual manera, a los


derechos y obligaciones con personas morales e igual respecto a los objetos,
como también el término comentado tiene una significación sociológica y
jurídica.

La Nacionalidad es:

“(…) el vínculo político y jurídico que relaciona a un


individuo con el Estado”[CITATION ARE87 \l 8202 ]

Considero que esta es una definición con una carga política considerable,
por ello Arellano García proporciona su idea sobre nacionalidad, que dice así:

“(…) es una institución jurídica a través de la cual se


relaciona una persona física o moral con el Estado, en
razón de pertenencia, por sí sola, o en función de cosas, de
una manera originaria o derivada.[CITATION Ibí \l 8202 ].
De lo anterior deduzco por lo que parece desprenderse del texto en cuestión
que, la nacionalidad es el atributo o pertenencia jurídica (según García
Arellano) que corresponde a una persona en razón al vínculo o nexo legal con
el estado, es decir, aquella relación jurídica que liga al individuo con el Estado.
Para efectos del Derecho constitucional 3 y local, este vínculo jurídico que liga a
una persona con el Estado, se da de manera originaria o derivada.

Desde mi punto de vista, la nacionalidad es una relación meramente jurídica


y no política, pues lo político solo es aplicativo a la ciudadanía ya que es propio
al nacional en cuanto al goce de los derechos políticos.

Son muchas las definiciones propuestas por los tratadistas para aclarar el
alcance del término nacionalidad. De entre ellas, [ CITATION Oss06 \l 8202 ], resalta
dos que, en cierta medida, se complementan.

Según la primera,

“Puede considerarse la nacionalidad como un vínculo


específico que une a una persona con un Estado. Este
vínculo, que determina su pertenencia a dicho Estado, le
da derecho a reclamar su protección, pero la somete
también a las obligaciones impuestas por sus leyes”.

La otra definición afirma que la nacionalidad es:

“El vínculo jurídico en virtud del cual una persona se


convierte en miembro de la comunidad política de un
Estado determinado aceptando, en consecuencia, sus
normas, tanto de Derecho Interno como de Derecho
Internacional”.

Por su parte Alfredo Arismendi, señala:

“Que lo referente a la nacionalidad está regulado en


América Latina en las constituciones. Pero en los países
europeos la materia de la nacionalidad aparece regulada
en el Código Civil o en leyes especiales. Sin embargo, la
tendencia de las constituciones Latinoamericanas es más

3
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. (1999). Gaceta Oficial de la República
Bolivariana de Venezuela Extraordinaria, 5.453, marzo 24, 2000.
lógica, ya que de la nacionalidad se desprenden
importantes derechos y el estatus personal de los
ciudadanos”.[ CITATION Ari06 \l 8202 ]

También expresa, este autor, que:

“La nacionalidad se define como el vínculo jurídico político


que une a una persona con un Estado”. 4 [ CITATION 83 \l
8202 ].

El tratadista Emilio Calvo Baca la define como:

“Condición y carácter peculiar de los pueblos e individuos


de una nación Estado propio de la persona nacida o
naturalizada en una nación”.[ CITATION Cal86 \l 8202 ]

En un sentido lato, este concepto de nacionalidad se extiende a personas


jurídicas, sean ellas de Derecho público o privado, y a las cosas, especialmente
las naves y aeronaves, pues de acuerdo con nuestro ordenamiento legal, igual
que el de muchos otros países, dichos bienes muebles son bines especiales
que la ley diferencia suficientemente hasta el punto de apartarlos del concepto
de cosas”.

“La nacionalidad es la unión jurídica de un individuo con un


Estado en el que ha nacido o ha sido naturalizado e
integrado”.[ CITATION Hen32 \l 8202 ].

Esta concepción expuesta por Henri Batiffol, muestra a la nacionalidad


como un vínculo, como un derecho fundamental, que constituye el estatuto
jurídico de las personas. El concepto incluye nociones vinculadas a factores
sociales, espaciales, culturales y políticos.

Son muchos los conceptos y definiciones esbozados por la doctrina, pero


mencionaré uno pronunciado por la Corte Interamericana de Derechos
Humanos que me pareció muy completo y encierra a mi criterio sus principales
características. Dicho Tribunal definió la nacionalidad como:

4
Coincide este autor con Ley de Nacionalidad y Ciudadanía que con idéntico tenor define el
termino nacionalidad en su artículo 4to., ordinal 6to..
"El vínculo jurídico que liga a una persona con un Estado
determinado por medio del cual se obliga con él con
relaciones de lealtad y fidelidad y se hace acreedor a su
protección diplomática".

Algunas notas importantes se desprenden de esta definición. En primer


lugar, apreciamos los caracteres de fidelidad y lealtad que genera el vínculo de
nacionalidad. Estas características no hacen más que remarcar la importancia
de la relación, que lleva a muchos Estados a ser muy celosos y cuidadosos de
las condiciones que exigen para otorgar la naturalización a extranjeros.

En segundo lugar, se introduce la noción de protección diplomática, de vital


importancia para nuestra materia. Es decir, la facultad que tiene el Estado de
asumir el daño ocasionado a uno de sus nacionales en el extranjero como
propio, como si hubiera sido causado a la persona misma del Estado y por ello,
poder reclamar la reparación de los perjuicios ilícitamente ocasionados.

Las definiciones anteriores corresponden al concepto jurídico de


nacionalidad, pero como hice mención en renglones que anteceden, el termino
de nacionalidad puede tener también otras acepciones, como por ejemplo,
desde el punto de vista y la perspectiva sociológica la nacionalidad es
identificada con el término nación, en este caso la nacionalidad sería un lazo de
orden espiritual, que surge espontáneamente dentro del seno de la colectividad
y por el que la persona física intuitivamente se identifica con un grupo que es
llamado nación. Es el vínculo que une a un individuo con un grupo en virtud de
diversos factores, entre ellos: la vida en común y la conciencia social.
(Resaltado Propio).

La idea de nacionalidad desde la visión del derecho tiene una ventaja sobre
la idea sociológica de nacionalidad, que no es otra cosa, sino que a través de
ella se liga no sólo a las personas físicas, sino de igual manera a las personas
morales.

En el concepto jurídico de nacionalidad de las personas físicas se tiende a


fomentar la igualdad de los nacionales haciendo abstracción de los caracteres
materiales que diferencien a la población para así obtener la unificación del
elemento humano “población”, imprescindible para que el Estado pueda ser tal
en la comunidad de países.

Sí bien el vocablo nacionalidad ha servido de punto (necesario) de partida


para la buena marcha del tema a desarrollar; resulta indispensable hablar de
un aspecto colateral como lo son sus Principios Fundamentales; es así como
tenemos que estos son esencialmente tres (3), los cuales paso a describir:

a. Toda persona tiene derecho a tener una nacionalidad; sin embargo,


en la realidad tal principio no deja de ser teórico, por cuanto hay personas que
poseen dos o más nacionalidades y otras que no tienen ninguna, debido a los
conflictos de nacionalidad;

b. Toda persona tiene derecho a tener una nacionalidad desde su


nacimiento; dado que la nacionalidad forma parte de lo que se denomina
estatuto personal y es un elemento de identificación de las personas. Toda
persona cuando nace debe tener derechos y deberes que le da el
ordenamiento jurídico del Estado. La persona sin nacionalidad, carece de
protección estatal; y,

c. Toda persona tiene derecho a cambiar de nacionalidad; la


Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas del
10 de diciembre de 1948, consagra como uno de los derechos fundamentales
de la persona natural, el derecho de cambiar de nacionalidad.

En nuestro ordenamiento jurídico, la Sucesión Internacional es aquella


sucesión mortis causa que, por contener un elemento vinculado a un
ordenamiento jurídico extranjero, escapa del ámbito del derecho interno
venezolano, es decir, de la aplicación del articulado de Sucesiones del Código
Civil, convirtiéndose por consiguiente en materia del Derecho Internacional
Privado.

El conflicto de leyes, de distintos Estados, tema central del Derecho


Internacional Privado, se plantea siempre que surge en una relación jurídica,
algún elemento conectado con un ordenamiento jurídico extranjero.
La Sucesión mortis causa no escapa a esta posibilidad, en tanto el
causante, los sucesores y la masa hereditaria, no tienen necesariamente que
encontrarse vinculados al ordenamiento jurídico de un mismo país, sino que
muy bien podría distinguirse, entre estos elementos, uno conectado a un
ordenamiento jurídico extranjero. No en vano señala Vicente Simó Santoja:

“Cuantas veces se permitió al extranjero transmitir su


herencia se planteó el problema de saber qué ley debía
regir tal sucesión”.[CITATION SIMSS \l 8202 ]

Conforme señala la doctrina, el elemento extranjero puede ser personal si


se refiere a las partes, real si se refiere a la cosa objeto del negocio o
conductista si, por ejemplo, las partes celebraron el contrato en el extranjero.

Sin embargo, a efectos de ubicarnos en el ámbito del Derecho Internacional


Privado, resulta importante anotar, como indican María del Carmen y Javier
Tovar Gil que:

“No se trata de cualquier elemento, sino de aquellos que


sean relevantes”.5

Habrá pues que determinar qué elementos o factores merecen considerarse


de importancia, y ello dependerá directamente de la situación o relación
jurídica, frente a la cual nos encontremos en cada caso.

En el caso concreto de la sucesión habrá que preguntarse, que factores son


relevante en la relación sucesoria, qué elementos pueden considerarse con
fuerza suficiente para que ésta se convierta en materia del Derecho
Internacional Privado.

Consultando las más genuinas fuentes doctrinarias del Derecho Sucesorio,


encontramos que los denominados elementos de la sucesión son los
siguientes:

 El causante;
 La herencia, y,
 Los sucesores.
5
TOVAR GIL, María del Carmen y Javier. Derecho Internacional Privado, Fundación M.J.
Bustamante De la Fuente, Lima, 1987, p.30.
La importancia de estos elementos estriba en que, la no concurrencia de
alguno de ellos, haría imposible la trasmisión sucesoria. Serán éstos elementos
entonces, los que deberán encontrarse de alguna manera vinculados a un
ordenamiento jurídico extranjero para “internacionalizar” la sucesión .

No obstante lo indicado, resulta de importancia determinar el modo por el


cual estos elementos se encuentran vinculados a un ordenamiento jurídico
extranjero. Y, no podría ser de otro modo si consideramos que un mismo
elemento puede encontrarse vinculado desde distintas perspectivas tanto a un
ordenamiento extranjero como al ordenamiento nacional.

Podría suceder que causante o sucesores se encuentren vinculados al


ordenamiento jurídico de determinado país extranjero en cuanto a su
nacionalidad, pero en relación a su domicilio se encuentren vinculados al
ordenamiento nacional.

Así también, en relación a los bienes que conforman la masa hereditaria,


podría suceder que hubieren sido adquiridos por un contrato firmado en
territorio nacional, pero se encuentren ubicados en territorio extranjero. Debe
determinarse qué aspectos se han de tomar en cuenta para considerar a un
elemento como vinculado a un ordenamiento distinto al nacional. Interesará en
este punto aquello que para el Derecho Internacional Privado sea relevante.

Ahora bien; al momento de establecer la Naturaleza Jurídica de las


Normas Sucesorales, es necesario conocer las reglas que gobiernan la
reglamentación sustancial sobre el Derecho Sucesoral en cuestión, las cuales
pueden ser de tres (3) clases: Normas Imperativas, Supletivas y Mixtas.

a) Normas Imperativas: Son las que tienen que obligatoriamente cumplirse


o respetarse. Estas se sub clasifican a su vez en Impositivas, Prohibitivas y
Facultativas.

Así tenemos las Impositivas que reglamentan:

 Las exigencias formales de los Testamentos;


 Los requisitos para suceder;
 Diversas asignaciones testamentarias;
 Las asignaciones forzosas; y,
 La Regulación del desheredamiento, Revocación y Reforma del
Testamento y la Partición de la herencia.

También existen la Prohibitivas o limitativas como las que frenan o


restringen:

 La forma de revocar los testamentos;


 El que no se puede pactar la irrevocabilidad testamentaria;
 Crear causales de desheredamiento.
 Variar los órdenes Sucesorales; y,
 Crear o suprimir requisitos para suceder.

Otras son facultativas o de autorización, como aquellas que permiten o


consienten:

 Perdonar al indigno;
 Elección de la causal de desheredamiento;
 Revocar o no un testamento anterior;
 Colocar término, condición o modo a las asignaciones testamentarias; y,
 Elaboración de la partición testamentaria.

b) Normas Jurídicas Supletivas: Son aquellas que sustituyen o suplen la


voluntad del occiso como cuando:

 El testador puede sustituir total o parcialmente las disposiciones


testamentarias;
 Distribución de la cuota hereditaria de Libre Disposición en los dos (2)
primeros órdenes hereditarios;
 Disponer libremente desde el tercer orden sucesoral en adelante;
 Las que otorgan facultades al testador sobre las asignaciones
testamentarias; e,
 Impedir el Acrecimiento mediante Sustitución.

c) Normas Jurídicas Mixtas: aquellas que contienen parte de Impositivas y


de Supletivas, como en el caso de las mejoras que contiene parte de:
Imperativas cuando no pueden ser violadas por el testador en cuanto a sus
beneficiarios y Supletivas cuando en el Testamento pueden ser ampliadas. La
ley no prohíbe dejar una asignación superior a lo que forzosamente exige la
ley, siempre que se ajuste a la limitada libertad de testar.

Propiamente hablando, el Derecho de sucesiones (también denominado


Derecho hereditario, Derecho sucesorio o, con menor concisión, pero mayor
precisión, Derecho de sucesiones por causa de muerte), en cuanto atinente a
la regulación jurídico privada del fenómeno hereditario y su naturaleza, es
indudablemente de Derecho privado en general y, en particular, una de las
partes integrantes de la naturaleza del Derecho civil.

Aunque el fenómeno hereditario tiene particular relevancia pública, también


la tiene para el Derecho tributario o Derecho fiscal. Desde antiguo la sucesión
mortis causa ha constituido el hecho imponible del impuesto de sucesiones
(antes llamado de derechos reales), acerca de cuya importancia caben escasas
dudas.

Tan pocas que, en la sociedad contemporánea, puede considerarse


determinante en relación con las grandes fortunas o capitales, estructurados
hoy en sociedades mercantiles y grupos financieros entrelazados,
precisamente con la finalidad (si no principal, sí fundamental) de que llegado el
momento de la transmisión mortis causa, las repercusiones fiscales sean las
menores posibles. Desde tal punto de vista, suele ser frecuente afirmar, con
razón, que la herencia se encuentra en crisis y sustituida por otros mecanismos
de transmisión y dominación económica de los grandes patrimonios.

Pero la importancia del fenómeno hereditario, el interés general que suscita


en los posibles sucesores, así como la importancia y desarrollo técnicos del
Derecho de sucesiones están fuera de duda.

Posiblemente, la conjunción de relevantes profesores universitarios y de no


menos eximios Notarios centrados en su estudio ha hecho que, durante
décadas (no sabemos seguro si todavía lo sigue siendo), el Derecho sucesorio
haya sido posiblemente el sector jurídico civil de más depurada elaboración
técnica.
En cuanto al Régimen Legal de Sucesiones en Venezuela, comienzo por
recordar que la sucesión es una forma de adquirir la propiedad. La sucesión
son un conjunto de derechos que al igual que las obligaciones nacen pero que
no se extinguen, es un cambio en la titularidad, de carácter patrimonial y el que
la adquiere no lo hace a título originario sino derivativo.

En el derecho venezolano la sucesión se apertura en el momento de


muerte y en el lugar del último domicilio del de cujus. Esta oportunidad espacio
temporal se toma en cuenta para determinar quiénes son los sucesores
(comunidad hereditaria o legitimación sucesoral); que derechos tienen en la
sucesión; y cuanto se ha de pagar por concepto del impuesto sobre
sucesiones. Por ello es que, lo normal es, se solicite que se precise siempre la
hora de la muerte (en el Acta de Defunción) ya que pueden existir herederos en
estado de concepción (feto).
En toda sucesión (particular o universal, por acto entre vivos o mortis
causa), la persona a quien se sucede, se denomina Causante y la persona que
sucede, se denomina Causahabiente o Sucesor.
Dentro de las Clases de Sucesiones que rigen en nuestro ordenamiento
venezolano tenemos:

Entre Vivos
Sucesiones a Título Particular: Son aquellas en las que se transfiere una o
más relaciones jurídicas y son de tipo patrimonial. Por ejemplo: la compraventa,
la permuta, la donación y también son sucesiones a título particular:
los legados. Los legados son consecuencia de lo acordado en un testamento;
por esta razón, si no hay testamento, no hay legado.

Mortis Causa
Sucesiones a Título Universal: Son aquellas en las cuales se transfiere la
totalidad de las relaciones jurídicas de las cuales era titular una persona. Estas
son Mortis Causa. Cuando hablamos de relaciones jurídicas, nos referimos
a bienes, acciones, derechos, obligaciones, títulos, deudas etcétera.

¿Cómo Funciona el Derecho Sucesoral en Venezuela?


El Código Civil venezolano, establece que la propiedad se puede adquirir de
la siguiente manera:
“La propiedad se adquiere por ocupación. La propiedad y
demás derechos reales se adquieren y transmiten por la
ley, por sucesión, por efectos de los contratos y por medio
de la prescripción”. F.L.: Artículo 796 del CCV.

Ahora bien; en un sentido extenso, la sucesión es la transmisión de un


derecho de una persona viva o muerta a otra, así, el comprador, el donante, el
heredero y el legatario son sucesores. Es decir, Suceder es simplemente
transmitir de una persona a otra una cosa; ya sea, que una persona la venda a
otra, ya sea que la persona muera y deje una herencia o sea una persona que
le dé una donación a otra. Etc.

En sentido estricto, (Mortis Causa) es la transmisión de los derechos de un


difunto (de cujus, causante) a un heredero o a un legatario. La Declaración
Sucesoral, es un trámite que realizan familiares de fallecidos, sobre el
reconocimiento de propiedades y bienes que pertenecían al difunto ante el
Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (Seniat);
se trata de un acto obligatorio para poder disponer de esas propiedades.

El plazo de los familiares para presentar la declaración sucesoral es de


ciento ochenta (180) días, hábiles contados a partir de la apertura de la
sucesión, es decir, a partir del fallecimiento del causante; tal como lo establece
el artículo 27 de la ley de impuestos, sobre sucesiones, donaciones y demás
ramos conexos.

En Venezuela, el marco legal que regula la materia de sucesiones está


establecido en el Código Civil Venezolano y en la Ley de Impuesto sobre
sucesiones, donaciones y demás ramos conexos.

El Código Civil dedica el Título II “De las Sucesiones”, y el Título V “De la


Posesión”, Libro III, artículo 796 del Código Civil “De las maneras de adquirir y
transmitir la propiedad y demás derechos” al derecho hereditario, el cual se
encuentra ampliamente desarrollado en los 305 artículos, del 807 al 1132
ejusdem.
Por otra parte, el Código Civil establece quienes pueden y no pueden
suceder, así como el orden en el cual se debe desarrollar la sucesión. En
cuanto a las sucesiones por testamento, el Código explica los procesos en los
cuales se aplica el testamento, los tipos existentes (ordinarios, especiales, y los
otorgados en un país extranjero). Por su parte, en relación a las herencias, se
establecen los casos de aceptación o repudio de la herencia, y por último se
señalan los procesos de partición, colación, imputación y pago de deudas.

Es pertinente aclarar que la Ley de Impuesto sobre Sucesiones, Donaciones


y demás ramos conexos, tiene por objeto regular el pago de impuestos
correspondiente a las “transmisiones gratuitas de derechos por causa de
muerte o por actos entre vivos, así lo establece en su artículo 1. Así mismo, la
ley establece las personas a las cuales está dirigida, indicando que están
obligados de declarar todos aquellos beneficiarios de herencias o legados que
contemplen bienes muebles o inmuebles, derechos y acciones sobre el
territorio venezolano.

A partir de lo anteriormente dicho, se hace necesario saber, cuáles son los


requisitos necesarios para presentar la declaración sucesoral, es así como
tenemos:

Todos los documentos deben ser presentados en original y dos (2) copias.

La Declaración debe ser realizada a través de la página del SENIAT:


www.seniatgob.ve e imprimir (4) copias de dicha declaración.
Las declaraciones sustitutivas correspondientes a las declaraciones
efectuadas con anterioridad al 29/07/2013, deben presentarse de forma manual
a través de los formularios: Anexo 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7 y Forma 32. Obligatorio
dos (02) carpetas marrones tamaño oficio.

Cuando los Herederos son el o la Cónyuge y los Hijos:

 Planilla de pago (si es el caso);


 RIF de la Sucesión;
 Copia de la Cedula de Identidad del causante y herederos (en una hoja);
 Cedula y Carnet del lnpreabogado;
 Acta de defunción del causante;
 Acta de Matrimonio;
 Partida de Nacimiento de los Hijos;
 Documento de Propiedad de los Bienes dejados por el causante;
 Factura de Pasivos (Funeraria, Cementerio, Honorarios Profesionales,
Oficio emitido por la Institución Bancaria donde indique los saldos de las
Cuentas de Ahorro, Depósitos a largo Plazo, Estados de Cuenta de la (s)
Tarjeta (s) Crédito y pruebas escritas de las Obligaciones dejadas por el
causante "Cuentas por Papar", otros); y
 Registro de Vivienda Principal o Constancia de Residencia a nombre de
uno de los herederos, emitida por la Alcaldía o Junta Parroquial de la
jurisdicción donde se encuentre ubicado el inmueble objeto de la transmisión.

Cuando los Herederos son los Hermanos:

 Acta de Defunción del Causante;


 Partida de Nacimiento del Causante;
 Partida de defunción de los padres;
 Partida de Nacimiento de los Hermanos;
 Documento de Propiedad de los Bienes dejados por el Causante;
 Factura de los Pasivos (Funeraria, Cementerio, Honorarios
Profesionales, últimos Estados de Cuenta de fa (s) Tarjeta (s) de Crédito y
pruebas escritas de las Obligaciones dejadas por el Causante. "Cuentas por
Pagar"; y,
 RIF. de la Sucesión.

Cuando los Herederos son los Sobrinos por Derecho de


Representación:

 Acta de Defunción del Causante;


 Partida de Nacimiento del Hermano Premuerto;
 Partida de Nacimiento del Causante;
 Partida de Nacimiento de los Sobrinos;
 Documento de Propiedad de los Bienes dejados por el Causante;
 Factura de los Pasivos (Funeraria, Cementerio, Honorarios
Profesionales, últimos Estados de Cuenta de la (s) Tarjeta (s) de Crédito y
pruebas escritas de las Obligaciones dejad.as por el Causante, "Cuentas por
Pagar"; y,
 RIF. de la Sucesión.

Otros Recaudos a Tomar en Consideración, en los casos de acciones o


cuotas de participación en sociedades:

 Registro Mercantil de la (s) Empresa (s);


 Balance General de la (s) Empresa (s), ajustado a la fecha de
fallecimiento del causante;
 Informe firmado por un Contador Público y visado por el colegio de
contadores que indique el valor mercado o venal de las Acciones;
 Oficio del Banco donde indique el Saldo de Cuentas de Ahorro o
Corriente, Fondos de Activos Líquidos y de cualquier otra, a la fecha del
fallecimiento del Causante;
 Saldo de Caja de Ahorro, a la fecha de fallecimiento del causante; y,
 Constancia de Valor Mercado de Acciones emitidas por Clubes
Turísticos.

En los Casos de Acciones Cotizadas en la Bolsa de Valores:

 Certificación de los precios corrientes a la fecha de la apertura de la


Sucesión expedida por la bolsa de valores correspondiente.

Nota: Todo documento emanado de un país extranjero debe ser legalizado y


traducido por intérprete público (la legalización implica el sello del consulado de
Venezuela o el sello de la apostilla de la haya).

Cuando los Herederos son los Padres:

 Acta de defunción del Causante;


 Partida de Nacimiento del Causante;
 Documento de Propiedad de los Bienes dejados por el Causante:
Factura de los Pasivos (Funeraria. Cementerio, Honorarios Profesionales,
Estados de Cuenta de la (s) Tarjeta (s) Crédito y pruebas escritas de las
Obligaciones dejadas por el causante "Cuentas por Pagar", otros;
 Registro de Vivienda Principal o Constancia de Residencia a nombre de
uno de los herederos, emitida por la Jefatura o autoridad competente de la
jurisdicción donde se encuentre ubicado el inmueble objeto de la transmisión; y,
 RIF. de la Sucesión.
 Planilla de Pago Forma PS-32

Desde el 15 de febrero de 2001, entró en circulación el formato denominado


"Planilla de Pago sobre Sucesiones Forma PS32", la cual es utilizada para los
pagos correspondientes a la Ley de Impuesto Sobre Sucesiones, Donaciones y
demás Ramos conexos.

Recomendaciones: Existen declaraciones sencillas, como existen


declaraciones extensas y complicadas, por lo tanto, si no sabe hacer la
declaración le recomiendo contrate un abogado especialista en la materia para
evitarse pérdida de tiempo y complicaciones futuras.

Principios Generales que Rigen el Derecho Sucesoral

 El heredero continúa y representa a la voluntad del causante, significa


que a la muerte del causante no hay un vacío en la titularidad de la herencia ya
que todas las relaciones jurídicas pasan automáticamente al nuevo titular en el
momento de la muerte. Ejemplo: cuando una persona fallece a las 10:20:00
a.m., y este tiene hijos estos a las 10:20:01 a.m. se transforman
automáticamente en herederos del causante, ya que nunca puede haber un
vacío en la titularidad;

 La circunstancia de que exista más de un heredero no afecta la unidad


porcentual del patrimonio. Ejemplo: A cada heredero le corresponde una cuota
de la herencia, ya que el patrimonio es uno solo.

 Puede haber a la vez Sucesión Universal y Sucesión Particular. Significa


que el causante para después de su muerte haya establecido mediante
testamento que sus bienes pasen en su totalidad a sus herederos y salvo uno
de estos (o varios), sean entregados a un heredero o a un tercero en calidad de
legado.

 Puede haber a la vez sucesión testamentaria y sucesión intestada por


Ley (legal o sin testamento). Ejemplo significa que si la persona tenía cinco
bienes pero hay tres hijos a cada uno le corresponde uno, pero los demás
bienes que quedan no se le otorga a ninguno en particular, estos se pueden
producir por Ley.

 La transmisión patrimonial que determina la sucesión a título universal


no modifica las relaciones jurídicas o de hecho que correspondían a la persona
que fallece. Ejemplo el caso de la posesión (relación de hecho). Esta no es otra
cosa que el ejercicio material, del dominio de una cosa sin ser el titular de la
misma.

 La aceptación de la herencia produce la confusión del patrimonio del


heredero y de su causante. Ejemplo: cuando una persona muere y deja un
carro y el heredero tiene una casa, pues las dos cosas pasan a ser prenda
común de los acreedores, debido a que los patrimonios se confunden. Lo más
común será aceptar la herencia a beneficio de inventario.

El derecho internacional privado está presente en toda relación jurídica


entre particulares y en el régimen matrimonial no iba a ser la excepción.
Cuando las personas que contraen matrimonio son de distinta nacionalidad, o
siendo de la misma van a residir en un país diferente del que son nacionales,
entran en juego las normas de derecho internacional privado. Estas permiten
elegir la ley aplicable a su régimen matrimonial. Veamos que debemos tener
en cuenta en estos casos.

Desde el momento en que dos personas contraen matrimonio comienza a


funcionar su régimen económico. España tiene tres clases de regímenes
matrimoniales: El de gananciales, separación de bienes, y el régimen de
participación. En otros países hay otras modalidades de regímenes económico
matrimoniales, por ejemplo, en Holanda, Dinamarca, Filipinas y Venezuela,
existe comunidad absoluta de bienes que significa que tanto lo que los
cónyuges aporten al matrimonio como lo que adquieran durante el mismo
pertenecerá a esa comunidad conyugal.

Para proceder a la conceptualización del Matrimonio como institución, lo


haré tomando como referencia a lo que la doctrina francesa conoce matrimonio
acto o matrimonio fuente, cito:

“Es el acto de celebración, por el cual la unión se contrae”.

No obstante lo dicho, la doctrina francesa igualmente acota que:

“Matrimonio también es el estado o situación jurídica que


para los contrayentes deriva de ese acto de celebración”.
Situación ésta que, es llamada por la doctrina antes mencionada:
matrimonio - Estado.

La clásica definición del matrimonio ofrecida por José Castán Tobeñas


según la cual, la unión matrimonial es:

"la unión legal de un hombre y una mujer para la plena


y perpetua comunidad de existencia". [CITATION Jos15 \l
8202 ].

En sentido estricto, esta apreciación de [CITATION Jos15 \l 8202 ] está en este


momento superada con la redacción de la Ley española 13/2005 del 2 de julio
de 2005, donde se indica que el matrimonio tendrá los mismos requisitos y
efectos cuando ambos contrayentes sean del mismo o de diferente sexo.

Desde el punto de vista jurídico creo que la más completa definición del
matrimonio como institución, la ofrece José Luis Bonnemaison, cuando asevera
que:

“El matrimonio es una institución social que por su


contexto jurídico tiene las exigencias de forma y fondo
del contrato y, por lo tanto, genera obligaciones y
derechos como todo contrato. Desde este punto de
vista, el matrimonio modifica y crea un nuevo estado,
modifica y crea nueva capacidad emancipando al
menor, por ejemplo, e interviene profundamente en
materia de bienes, pues a partir del matrimonio, se
vivirá en comunidad, se hayan aportados bienes o no al
mismo”.[ CITATION Bon08 \l 8202 ]

Dentro de los Elementos integrantes del matrimonio se pueden distinguir


dos elementos: uno intrínseco; el otro extrínseco. Los primeros son los
elementos constitutivos que versan sobre el fondo de la misma institución como
son el consentimiento y la capacidad. En tanto que los segundos, versan sobre
la forma, es decir, los requisitos de forma y demás solemnidades necesarias
para la celebración del matrimonio.

Ahora: ¿Cómo se aprecian estos elementos desde el punto de vista del


Derecho Internacional Privado?

Se debe observar en primer término uno de los elementos intrínsecos como


es el de la capacidad. Es evidente que para contraer matrimonio es necesario
tener habilidad para ello, es decir, ser capaz. Esta capacidad, ¿Qué ley la
determina? ¿Por la ley de donde se ha celebrado el matrimonio o por la ley de
la nacionalidad de los contrayentes o por la del domicilio común? Igualmente,
¿Cuál sería la legislación competente para determinar la validez del matrimonio
atendiendo a su forma? ¿La legislación donde se celebró o la legislación donde
se reclaman sus efectos civiles?

Tales problemas plantean la apreciación jurídica del matrimonio desde el


punto de vista de la disciplina en estudio. Y para la debida solución de ellos se
han establecido ciertos sistemas jurídicos atendiendo a la existencia de
determinados factores de conexión vinculados al matrimonio como son el
domicilio, la nacionalidad y el lugar de la celebración.

De seguido paso a tratar cada uno de estos sistemas:

Sistemas jurídicos aplicables:

a) En lo que se refiere a la capacidad. Casi todos los sistemas jurídicos


establecen una capacidad especial para contraer matrimonio. Por ejemplo, la
legislación venezolana estatuye que es hábil para realizarlo el varón de 16
años y la hembra de 14 años en adelante.
Esta capacidad puede ser apreciada por dos sistemas jurídicos, a saber,
el de la ley personal y el de la ley territorial.

En cuanto al primer sistema, la capacidad para contraer matrimonio debe


ser determinada por la ley del domicilio o de la nacionalidad. El principio del
domicilio es el que está establecido en la legislación angloamericana y, según
este sistema jurídico, la ley competente para determinar la capacidad para
contraer matrimonio es la ley del domicilio de los futuros contrayentes.

De manera que esta ley es la que determina si la persona es hábil para


contraer matrimonio, independientemente de la ley de su nacionalidad. Esto,
dentro de esta escuela, ha sido producto de una evolución jurídica.

En efecto, al principio la jurisprudencia inglesa no distinguía entre elementos


intrínsecos (fondo) y extrínsecos (forma) del matrimonio, ya que, en razón de
esa no distinción, la jurisprudencia consideraba, por ejemplo, el consentimiento
de los ascendientes, como requisito de fondo y en cambio en otros
pronunciamientos se le consideraba como simple formalidad.

En los últimos tiempos se han deslindado suficientemente bien esos campos


y así el consentimiento y la capacidad para contraer matrimonio quedaron
comprendidos dentro de los elementos de fondo regidos por la ley del domicilio,
y la parte formal, regida por la ley del lugar de la celebración, independizando
completamente el acto del matrimonio del contexto jurídico de los contratos.

Dentro del principio del domicilio una variante sumamente importante es la


opinión de Savigny según la cual la ley aplicable para la determinación de la
validez del matrimonio en lo que se refiere a los requisitos de fondo es la ley
del domicilio del marido al tiempo del mismo.

Esta tesis jurídica se basa en el hecho de que el marido es el eje del hogar
desde el punto de vista jurídico y lo es desde el momento en el cual contrae el
matrimonio. Por lo tanto, es este factor de conexión todo un régimen jurídico
aplicable, determinado precisamente por el domicilio que tenga el marido al
tiempo de la celebración del matrimonio. Y tal como estaba previsto en la le-
gislación venezolana derogada, el marido establecía un domicilio legal para la
mujer, pues para cualquier acto de la vida del matrimonio, para reclamar sus
efectos o para su anulación o disolución, era competente la ley de la
jurisdicción del domicilio del marido, independientemente del domicilio de
hecho de la mujer.

En la reforma que sufrió el Código Civil en 1982, el Ar tículo 33 hace


determinar el domicilio conyugal por el domicilio que individualmente tengan
cada uno de los cónyuges que bien puede ser común o bien establecido en
distintas jurisdicciones en atención a que cada uno de ellos separadamente
tenga en distintos lugares el asiento principal de sus respectivos intereses o
negocios.

Este concepto del domicilio actualmente vigente en el Código Civil


venezolano está en concordancia con lo establecido en la novísima para aquel
entonces Convención interamericana sobre domicilio de la persona física
(Montevideo, 1979), en la cual el artículo 4 expresa que el domicilio de los
cónyuges será aquél en el cual éstos vivan de consuno, sin perjuicio del
derecho de cada uno de los cónyuges de fijar su domicilio en la forma prevista
y en su orden en el artículo 2 de la misma Convención, a saber:

 El lugar de la residencia habitual;


 El lugar del centro principal de sus negocios;
 El lugar de la simple residencia; y,
 El lugar en donde se encontrare.

En cuanto al principio de la nacionalidad, su influencia se ha debido


fundamentalmente a la escuela jurídica de Mancini. El Código Civil italiano de
1865, redactado bajo la referida inspiración, las conclusiones del Primer
Congreso de Derecho Internacional Privado celebrado en París en 1874, el
Primer Congreso de Derecho Internacional Privado celebrado en América,
Lima, 1878, el Código español de 1888 así como el anteproyecto de Código
Civil belga, preparado por Laurent en esa época, todos estaban inspirados en
esas ideas mancinianas.
En el derecho convencional se ha establecido la ley de la nacionalidad para
regir el matrimonio en el Tratado de Lima de 1878, como ya se ha expresado,
cuando allí se estipule, que la capacidad jurídica para contraer matrimonio se
juzgaría por la ley nacional de los contrayentes y que los extranjeros estaban
sometidos a la ley local en cuanto a la aplicación de los impedimentos
dirimentes. De la misma manera el Convenio de La Haya de 1902 estableció
como competente para determinar la capacidad o derecho a contraer
matrimonio la ley nacional de cada uno de los contrayentes, a menos que una
disposición de esa ley nacional no se refiriera expresamente a otra, en cuyo
caso esta última era la competente.

En cuanto al segundo sistema, es decir, la ley territorial, es competente


para determinar la validez de un matrimonio en lo que se refiere a la capacidad,
la ley del lugar de la celebración. El gran expositor clásico de esta materia ha
sido Story, quien, en el párrafo 121 de su obra, da los fundamentos teóricos de
este sistema.

Según el mencionado jurista, la validez o invalidez de un matrimonio


celebrado entre personas sui juris debe ser juzgado por la ley del lugar donde
se ha celebrado. Si es válido allí, debe ser válido en todas partes.

“Todas las naciones civilizadas permiten los contratos de


matrimonio. Estos son iuris gentium y los súbditos de
todas las naciones están igualmente interesados en
ellos. Males y confusión infinita se seguiría
necesariamente para los súbditos de todas las naciones
sobre legitimidad, sucesiones y otros derechos, si las
leyes respectivas de países diferentes sólo hubieran de
observarse en cuanto a los matrimonios contraídos por
los súbditos de esos países en el extranjero; y, por
consiguiente, todas las naciones han consentido, o se
presume que consientan para ventaja y beneficio común,
en que tales matrimonios serán buenos o no, según que
sean o no conformes con las leyes del país donde se
celebran”.6

6
Joseph Story Juez de la Corte Suprema de los Estados de Norte América, En 1834 aparece
su famoso tratado bajo el título “comentarios sobre el conflicto del derecho forense y doméstico
con respecto a los contratos, derechos y recursos y especialmente en relación con el
matrimonio, el divorcio, las sucesiones y los juicios ".
Y para corroborar esta tesis el mencionado jurista pone el ejemplo de un
matrimonio celebrado en Francia, válido según esa legislación, pero inválido
según la legislación inglesa. En un país los hijos serían legítimos y en el otro
ilegítimos. Y lo mismo podría decirse de los bienes pertenecientes a cada
cónyuge por el hecho del matrimonio. En consecuencia, es la regla lex loci
contractus la que puede evitar confusiones y enredos.

b) En cuanto a la forma del matrimonio. En esta materia la regla o


principio general predominante es el del locus regit actum. De acuerdo con
este principio, la ley competente para regir la celebración del matrimonio es la
ley del lugar de la celebración.

Sin embargo, aparentemente, este principio comporta tres excepciones que


son:

1) Cuando el matrimonio se efectúa en fraude a la ley;


2) Cuando un Estado exige expresamente la observancia de sus propias
formas del matrimonio en el extranjero; y,
3) En el caso de matrimonios celebrados ante funcionarios diplomáticos o
consulares.

Con relación a la primera excepción hay que tener en cuenta que el


matrimonio se efectúa en fraude a la ley cuando el agente realiza el matrimonio
en un lugar distinto del que normalmente debía realizarse por existir en aquél
formas consensuales o de otra naturaleza que no existen o son restrictivas en
su legislación de origen.

Descubrir la intención del agente en la realización del fraude a la ley es


sumamente difícil de apreciar. De manera que la concomitancia de este
elemento con los otros sería lo que daría la noción cierta de que el matrimonio
que se ha celebrado bajo el imperio de una legislación distinta de la
normalmente competente se ha realizado in frauden legis. 

“Esta determinación de los elementos constitutivos del


fraude y sobre todo el de la intencionalidad es
sumamente difícil de probar y desde un punto de vista
jurídico estricto se escapa un poco de las funciones
normales del derecho civil”.[ CITATION Ant99 \l 8202 ].

Como lo ha dicho Sánchez de Bustamante y Sirven. Por consiguiente,


tratándose, como lo será en la mayoría de los casos, de matrimonios
celebrados bajo la forma legal distinta de la que normalmente sería la
competente por razón del domicilio o la nacionalidad, en los cuales la evasión
de la ley nacional es por motivo de conciencia y no de conveniencia material,
es completamente inaceptable la teoría del fraude a la ley de matrimonios
celebrados en esa forma.

En lo que se refiere a la segunda supuesta excepción, es decir a las


exigencias del Estado del cual son nacionales o están domiciliados los
contrayentes de que se observen tales exigencias so pena de considerar
inválido el matrimonio efectuado en contravención de ellas, es una excepción
más aparente que real, pues no tiene fondo jurídico alguno.

En efecto, el propósito del principio o regla locus regít actum es el de


facilitar la vigencia extraterritorial de los actos jurídicos y que, como se ha
explicado en su oportunidad, dicha regla no es absoluta sino más bien conlleva
algunas excepciones. Sin embargo, la bondad del principio hace que un
matrimonio celebrado bajo la forma de una legislación extranjera sea válido en
otra nacional. Y la bondad del principio está efectivamente en el acatamiento
que se hace del acto jurídico cumplido en el extranjero, pues en otra forma
reinaría el caos en los actos humanos y, por lo tanto, no habría seguridad
jurídica.

No obstante ello, algunos Estados haciendo uso de ese poder omnímodo


que tienen de crear normas de orden público o en atención de sus particulares
concepciones de las instituciones sociales, exigen ciertas formalidades,
generalmente de carácter religioso que los contrayentes deben cumplir además
de las formas locales, lo cual constituye en la práctica una excepción al
principio del locus regit actum, pues el matrimonio aunque celebrado de
acuerdo a la ley local es inválido en el país de origen de los contrayentes por
no haberse observado los requisitos adicionales considerados como
inexcusables.
En este sentido está inspirada la Convención de La Haya sobre matrimonio
de 1902 cuando allí se expresa que los países cuya legislación exijan una
celebración religiosa del matrimonio podrán dejar de reconocer como válidos
aquellos matrimonios que se hayan celebrado con inobservancia de tales pres-
cripciones, llegando incluso a establecer que un matrimonio celebrado en el
extranjero, pero inválido según la legislación local, se le concederá validez en
los demás Estados si han sido observadas las formas prescritas por los países
de los cuales son nacionales los contrayentes.

La tercera excepción, como las anteriores, tiene un fundamento jurídico


más aparente que real, pues se basa en ese poder omnímodo que tienen los
Estados de crear normas jurídicas imperativas, incluso de vigencia
extraterritorial, orientándose los Estados en este sentido por caminos de
verdaderos abusos de derecho. En realidad, se trata esta excepción de los
matrimonios celebrados en las sedes de las representaciones diplomáticas o
consulares. En este caso los contrayentes observan la forma de su legislación
nacional y quedan casados con prescindencia de la legislación local.

Desde un punto de vista jurídico estricto es muy discutible una disposición


legislativa positiva de carácter material o convencional que consagre una
norma de tal naturaleza.

En realidad, el matrimonio es una institución jurídica que corresponde al


Estado territorial autorizar y vigilar y los Estados, conscientes de este derecho,
deben ser los primeros en evitar tales abusos legislativos. Con tales medidas,
la celebración de matrimonios en consulados o sedes diplomáticas, lo que se
logra es substraer del control del Estado territorial la vigilancia del matrimonio,
hecho que no tiene nada de jurídico, pues precisamente lo contrario sí lo es. Es
decir, respetar el matrimonio realizado en el extranjero con observancia de las
leyes locales en atención del principio locus regit actum.

Respecto al Criterio legal venezolano; podemos decir que, en Venezuela,


el régimen legal del matrimonio está basado en el principio de la ley personal.
Según este principio, las leyes concernientes al estado y capacidad obligan a
los venezolanos, así residan o tengan su domicilio en país extranjero. Por lo
tanto, no es competente para regir el matrimonio la ley del domicilio sino la de
la nacionalidad.

Este régimen legal podría ser analizado en tres casos, a saber, matrimonio
de venezolano en el exterior; matrimonio de extranjero en Venezuela; y
matrimonio de extranjero en el exterior.

De acuerdo con el primer caso, Matrimonio de venezolano en el exterior,


el venezolano está obligado a acatar el principio de la nacionalidad consagrado
en el Artículo 9 del Código Civil, pues el matrimonio es el acto jurídico por
excelencia que modifica el status jurídico de la persona en cuanto al estado y
para el cual la ley establece una capacidad especial.

“Las leyes concernientes al estado y capacidad de las


personas obligan a los venezolanos, aunque residan o
tengan su domicilio en país extranjero”. F.L.: Artículo 9
del CCV.

Por consiguiente, la ley establece que el matrimonio del venezolano en el


exterior se celebra con observancia de la ley venezolana referente a su estado
y capacidad y, por lo tanto, el venezolano deberá remitir, dentro de los seis
meses de haberse celebrado el matrimonio, copia legalizada del mismo a los
efectos de su inserción en los registros del estado civil que se lleva en
Venezuela en la parroquia o municipio de su último domicilio en el país.

El segundo caso, referido al matrimonio del extranjero en Venezuela, se


debe dejar sentado que tal matrimonio se rige, como en el caso del venezolano
en el exterior, por la ley personal.

Por consiguiente, el matrimonio se regirá, en lo que se refiere al estado y


capacidad del extranjero, no por la ley venezolana sino por su ley personal.
Esto es un resultado evidente del acatamiento que se debe a los principios del
Derecho Internacional Privado y a un mandato expreso de nuestra legislación,
según la cual, al extranjero, excepcionalmente, se le aplicarán leyes extranjeras
en aquellos casos permitidos por el Derecho Internacional Privado.

En consecuencia, el Código Civil venezolano dispone que el extranjero


antes de celebrar el matrimonio en Venezuela compruebe fehacientemente de
que es soltero, viudo o divorciado y de que es hábil para contraer matrimonio
según su ley personal.

Uno de los medios de prueba que prevé el Código es un justificativo


levantado ante una Notaría o un Tribunal, según sea el caso, en el cual testigos
capaces en número de tres den testimonio fundado y circunstanciado de que
dicho extranjero es hábil para contraer matrimonio según su ley personal, por
tener la edad requerida para ello y ser soltero, viudo o divorciado, todo
conforme a su ley nacional.

Es evidente que la prueba de la viudez o divorcio o anulación de un


matrimonio anterior no podrá suplirse sino por la respectiva acta de defunción
del extinto cónyuge o justificativo judicial o por la sentencia definitivamente
firme y ejecutoriada que ha pronunciado el divorcio o la anulación y
debidamente pasada por el exequátur si ello ha ocurrido en el exterior.

Debe dejarse bien establecido que a pesar de ser competente la ley


personal del extranjero para celebrar su matrimonio en Venezuela, la propia ley
venezolana establece que, no obstante autorizarlo esa ley personal, no podrán
celebrarse en Venezuela matrimonios con infracción de los impedimentos
dirimentes establecidos por el Código Civil; no tendrán de la misma manera
validez aquellos impedimentos que según la referida ley personal se funden en
diferencias de raza, rango o religión; ni tampoco, por último, la falta de permiso
y del acto respetuoso que como previo, exija la referida ley personal, salvo el
consentimiento que si debe obtenerse de los ascendientes, tutores o
representantes legales, por ser ello un requisito de fondo regido por lo tanto por
dicha ley.

El tercer caso que se presenta es el del matrimonio del extranjero en el


exterior. Este matrimonio es válido en Venezuela en atención del principio
lucus regit actum contenido en el Artículo 11 del Código Civil, porque la ley
competente para calificar de válido el matrimonio en cuanto a sus requisitos
intrínsecos como los extrínsecos es la ley local en donde se celebró y no la
venezolana.

“La forma y solemnidades de los actos jurídicos que se


otorguen en el extranjero, aun las esenciales a su
existencia, para que éstos surtan efectos en Venezuela,
se rigen por las leyes del lugar donde se hacen. Si la Ley
venezolana exige instrumento público o privado para su
prueba, tal requisito deberá cumplirse. Cuando el acto se
otorga ante el funcionario competente de la República,
deberá someterse a las leyes venezolanas”. F.L: Artículo
11 del CCV.

En el caso de que ese matrimonio extranjero se domiciliase en Venezuela


tiene como obligación presentar dentro del primer año de su venida al país a la
Primera Autoridad de la Parroquia o Municipio respectivo, copia legalizada del
acta de su matrimonio para su correspondiente inserción en los libros de
registros de matrimonios que lleva dicha autoridad.

Tal registro es indispensable para reclamar cualquier efecto civil de ese


matrimonio en Venezuela, ya que dicha copia constituye la prueba de su
celebración.

Desde la perspectiva adoptada por esta investigación, cabe establecer de


entrada, que el divorcio es la ruptura del vínculo conyugal, pronunciado por
tribunales, a solicitud de uno de los esposos (divorcio por causa determinada) o
de ambos (divorcio por mutuo consentimiento), esta ruptura es la sanción
resultante de una acción encaminada a obtener la disolución del matrimonio, es
decir, que el divorcio es sinónimo de rompimiento absoluto y definitivo del
vínculo matrimonial entre los esposos, por la intervención de una autoridad
judicial facultada por las leyes.

En el Derecho venezolano, para todo supuesto de divorcio que presente


elementos de extranjería, ha de tener presente el artículo 755 del CPC que
estatuye la exclusividad de las causales únicas en que deben estar fundados
los divorcios, en concordancia con el artículo 185 del CCV que enumera tales
causales. Así mismo, ha de aplicarse el artículo 185-A del CCV para los casos
de divorcio no contencioso, con especial atención al carácter imperativo del
párrafo tercero deferido a ciudadanos extranjeros cuyos matrimonios se han
celebrado fuera del territorio venezolano.
“El tribunal no admitirá ninguna demanda de divorcio o
separación de cuerpos que no esté fundada en las
causales establecidas en el Código Civil”. F.L.: Artículo
755 del CPC.

El Código Civil, por su parte, dispone en su artículo 185:

“Son causales únicas de divorcio: 1º El adulterio, 2º El


abandono voluntario, 3º Los excesos, sevicia e injurias
graves que hagan imposible la vida en común, 4º El
conato de uno de los cónyuges para corromper o
prostituir al otro cónyuge, o a sus hijos, así como la
connivencia en su corrupción o prostitución, 5º La
condenación a presidio, 6º La adición alcohólica u otras
formas graves de fármaco dependencia que hagan
imposible la vida en común; y 7º La interdicción por
causa de perturbaciones psiquiátricas graves que
imposibiliten la vida en común. En este caso el Juez no
decretará el divorcio sin antes procurar la manutención y
el tratamiento médico del enfermo”. F.L.: Artículo 185 del
CCV.

También se podrá declarar el divorcio por el transcurso de más de un año,


después de declarada la separación de cuerpos, sin haber ocurrido en dicho
lapso la reconciliación de los cónyuges.

En este caso el Tribunal, procediendo sumariamente y a petición de


cualquiera de ellos, declarará la conversión de separación de cuerpos en
divorcio, previa notificación del otro cónyuge y con vista del procedimiento
anterior.
“Cuando los cónyuges han permanecido separados de
hecho por más de cinco (5) años, cualquiera de ellos
podrá solicitar el divorcio, alegando ruptura prolongada de
la vida en común…”. F.L.: Artículo 185-A del CCV.

Para hablar sobre los conflictos de leyes originados en la institución


matrimonial hoy día, es necesario tomar en cuenta los crecientes movimientos
migratorios de nacionales latinoamericanos que han traído consigo la
proliferación de situaciones privadas internacionales con una marcada
presencia en el derecho de familia.
Es un hecho cada vez más frecuente que los matrimonios con elemento
extranjero culminen con decisiones adoptadas por autoridades del Estado de
destino a las que se termine aplicando una ley distinta de la correspondiente a
la nacionalidad de uno o de ambos cónyuges.

 Frecuente es también que tales decisiones acaben siendo invocadas en el


país de origen de dichos inmigrantes, bien porque éstos se hayan visto
obligados a retornar a sus países de origen tras la crisis económica mundial,
dada la imposibilidad encontrar en el país de destino los medios económicos
necesarios para su sostenimiento y el de su familia, bien porque resulte
impracticable mantener el estatus de inmigrante en situación regular exigido
por las normas de extranjería del país de acogida, o simplemente por voluntad
propia.

El posible reconocimiento de las decisiones de divorcio adoptadas por


autoridades extranjeras en el Estado de origen de estos inmigrantes nos
plantea la necesidad de destacar las dificultades a las que tales decisiones
pueden enfrentarse. Y ello, teniendo en cuenta dos cuestiones de probada
trascendencia en este sector de problemas.

La primera viene referida a que, en determinados sistemas, el


reconocimiento de este tipo de decisiones puede verse impedida por el hecho
de haberse aplicado al divorcio decretado en el extranjero una ley distinta de la
prevista en las normas internas del Estado requerido, y que ha arrojado, entre
otras cuestiones, que la jurisprudencia venezolana sujeta el reconocimiento de
las decisiones extranjeras de divorcio a que exista una correspondencia
absoluta entre el contenido material de la ley aplicada por la autoridad
extranjera y el previsto en sus normas internas.

Cuando esta coincidencia no se produce, cosa que sucede cada vez que el
divorcio decretado por autoridad extranjera tiene lugar por la acción unilateral
de uno de los cónyuges o por una causal distinta de las previstas en el
articulado del Código civil venezolano, dichas autoridades, fundadas en el
“flexible” orden público, proceden al rechazo de la decisión extranjera de
divorcio, sin justificar qué principios y valores esenciales del ordenamiento
venezolano se han visto afectados, y llegando a utilizar incluso sus normas
materiales imperativas en supuestos en los que su utilización tampoco se
encuentra justificada.

 La segunda, es que nos encontramos frente a una exigencia que resulta muy
perniciosa para la validez extraterritorial de las decisiones de divorcio, debido a
las asimetrías que describe el tratamiento de esta figura en el derecho
comparado, dividido en dos grandes sistemas divorcistas sustancialmente
distintos: los causales y los no causales.

De seguido; presento una secuencia lógica que debe realizar un juez


venezolano ante los casos de Derecho internacional privado relativos al
divorcio y los conflictos que este genera.

No se trata de una fórmula matemática a seguir, pero sí una orientación


acerca del orden natural que facilita el entendimiento y solución de los
complejos casos de DIPr. Todo comienza por identificar los elementos
extranjeros de la relación.

En la controversia que se pretende mostrar es menester identificar los


elementos extranjeros asociados a personas, bienes o actos, y el carácter
privado con que actúan quienes intervienen en la relación jurídica controvertida,
todo lo cual hace del caso planteado un asunto a ser resuelto por el Derecho
internacional privado. La Ley de Derecho Internacional Privado venezolana (en
lo adelante LDIP),7 los identifica en su artículo 1 como los supuestos de hecho
relacionados con ordenamientos jurídicos extranjeros.

La ausencia de estos elementos extranjeros, o bien, la presencia de los


mismos sin ninguna relevancia jurídica para el asunto ventilado, implica la
solución del caso por el sistema de Derecho privado, tal como se resolvería
uno estrictamente nacional.8
7
Gaceta Oficial N° 36.511 de fecha 06/08/1998.

8
En la doctrina nacional, Madrid Martínez considera que la relevancia de los elementos de
extranjería no debe ser evaluados a priori, sino que se debe necesariamente activar el sistema
de Derecho internacional privado, tras lo cual el resultado de tal activación desechará o no el
elemento de extranjería presente en el caso concreto. Academia de Ciencias Políticas y
Sociales. Serie Cuadernos 1. Caracas. 2011. p. 101.
Lo que luce tan evidente como lo que acaba de exponerse, no suele serlo
tanto en la práctica, toda vez que se han detectado casos en los que se ha
dado tratamiento internacional a asuntos nacionales que ciertamente
ostentaban elementos de extranjería, pero jurídicamente no relevantes para la
controversia.

La evidencia de estar en presencia de un supuesto atribuible al ámbito del


Derecho internacional privado conlleva a verificar el aspecto de su contenido al
cual debe darse solución. En ese orden de ideas, el examen de las facultas
iurisdictionis o facultad de jurisdicción para conocer del asunto, entendida ésta
como la potestad que tiene un Estado frente a los demás Estados que
conforman la comunidad jurídica internacional, para conocer y decidir un caso
con elementos extranjeros, es imprescindible antes de entrar a considerar el
Derecho aplicable al fondo.

Lo anteriormente dicho, pasa en esa secuencia lógica por el examen de las


fuentes a la hora de estudiar cualquiera de estos dos aspectos de su
contenido, entiéndase, jurisdicción y Derecho aplicable, se impone la
invocación de la norma del sistema venezolano de Derecho internacional
privado que establece el orden de prelación de las fuentes que rige la materia.
En este punto en concreto, debe destacarse el rol desempeñado por las dos
disposiciones del sistema venezolano que prevén tal orden de prelación; estas
son los artículos 1° de la Convención Interamericana sobre Normas Generales
de Derecho Internacional Privado (CINGDIP) y 1° de la LDIP, los cuales son
reflejo fiel de la convivencia de las fuentes convencionales y estatales del
sistema venezolano de Derecho internacional privado.

La aplicación del artículo 1° de la CINGDIP 9 es preferente si los


ordenamientos jurídicos relacionados con el caso pertenecen a países entre los
cuales está vigente esta Convención.

El mismo establece en qué casos se activa el Derecho internacional privado,


mencionando la sujeción a lo establecido en dicha Convención y demás
9
Artículo 1° de la CINGDIP: “La determinación de la norma jurídica aplicable para regir
situaciones vinculadas con derecho extranjero, se sujetará a lo establecido en esta Convención
y demás convenciones internacionales suscritas o que se suscriban en el futuro en forma
bilateral o multilateral por los Estados Partes. En defecto de norma internacional, los Estados
partes aplicarán las reglas de conflicto de su derecho interno”.
convenciones internacionales suscritas o que se suscriban; lo que en justa
medida debe entenderse que se encuentren ratificadas o que se ratifiquen en el
futuro en forma bilateral o multilateral por los Estados parte.

De allí que la primera fuente a considerar sean los tratados, en defecto de lo


cual, los Estados parte aplicarán las reglas de conflicto de su derecho interno,
es decir, las normas internas de Derecho internacional privado que regulen el
supuesto de hecho controvertido.

Ahora bien, si los ordenamientos jurídicos conectados con el caso


pertenecen a países no contratantes de la CINGDIP, entra en funcionamiento
el artículo 1° de la LDIP, el cual señala como fuente primaria el tratad o, en
cuya ausencia se aplican las normas de Derecho internacional privado
venezolano, para dar paso, en defecto de las mismas, a las fuentes
complementarias que constituyen herramientas de integración del derecho,
como son la analogía y los principios de Derecho internacional privado
generalmente aceptados.

En todo caso, hay un reconocimiento tácito de la supremacía del tratado


cuando, invocando el artículo 1° de la LDIP, el juez aplica el tratado. Pero si
invocando el artículo 1° ejusdem hace caso omiso del tratado y aplica dicha ley
como fuente directa, está incurriendo en error in iudicando, como en efecto se
ha evidenciado en la jurisprudencia local.

Como ha podido observarse, los artículos 1° de la CINGDIP y 1° de la LDIP


establecen las mismas fuentes aplicables a la materia. Dada la concordancia,
de ahora en adelante nos referiremos sólo al artículo 1° de la LDIP, en el
entendido que la CINGDIP deberá prevalecer en los supuestos conectados con
los ordenamientos jurídicos entre los Estados parte.

Por otro lado, debemos advertir que, en la determinación de la


jurisdicción del juez venezolano, como veremos infra, no se aplican como
fuentes de Derecho ni la analogía ni los principios de Derecho internacional
privado generalmente aceptados, en tanto que ella vendrá determinada por una
norma expresa contenida en un tratado o en una ley nacional, por lo que el
criterio que le atribuye tal potestad jurisdiccional ha de estar debidamente
invocado y fundamentado en dicha norma. Así, en lo que atañe al aspecto
jurisdiccional, el silencio del legislador ante el conocimiento de un caso con
elementos de extranjería significa que el mismo no cae dentro de la esfera de
la jurisdicción de los tribunales venezolanos. Vale la pena mencionar que en
materia de menores tal advertencia ha sido manifiestamente infringida con la
aplicación del principio del Interés Superior del Niño como criterio atributivo de
jurisdicción, a partir del cual los jueces venezolanos se han atribuido la
potestad de juzgar en casos en los que no correspondía atribuírsela, toda vez
que dicho principio no está expresamente establecido como criterio de
jurisdicción.10

A propósito de esto, y en general, de la insistencia de adjudicarse la


jurisdicción a toda costa, conviene referir un caso puntual de la jurisprudencia
nacional en materia de menores, en concreto, en un reclamo de obligación de
manutención donde el juez venezolano utiliza la institución del reenvío para la
determinación de su propia jurisdicción, cuestión que resulta notablemente
curiosa y difícil de entender, en tanto que dicha institución procede en el marco
de la determinación del Derecho aplicable a la controversia. 11

En situaciones como la referida, queda evidenciado que nuestros


juzgadores pasan por alto el artículo 43 LDIP, 12 que les atribuye la potestad
jurisdiccional para dictar medidas provisionales de protección de personas que
se encuentran transitoriamente en el territorio nacional, pese a no estarles
atribuida la jurisdicción para el fondo por ninguno de los criterios atributivos
previstos en nuestro sistema de Derecho internacional privado.

10
Véase, sentencia del TSJ/SPA, Exp. N° 2009-1005 de fecha 13/01/2010; sentencia del
TSJ/SPA, Exp. N° 2010-0917 de fecha 11/11/2010. Consúltese Voto Salvado del 04/05/2011
correspondiente a la sentencia del TSJ/SPA, Exp. N° 2011-0071 de fecha 28/04/2011, en el
que la magistrada discrepante objeta el fallo.

11
Sentencia de la Sala 1° del Tribunal de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes de la
Circunscripción Judicial del estado Zulia, Exp. s/n de fecha 03/02/2010. Corresponde el caso a
una demanda que introduce la madre en representación de su hijo, ambos venezolanos y
domiciliados en Panamá, exigiendo el cumplimiento de la obligación de manutención al padre
venezolano domiciliado en Miami, EEUU.
12
Artículo 43 de la LDIP: “Los tribunales venezolanos tendrán jurisdicción para dictar medidas
provisionales de protección de las personas que se encuentren en el territorio de la República,
aunque carezcan de jurisdicción para conocer del fondo del litigio”
Adicionalmente, en lo que atañe a la jurisdicción, debemos tener presente el
principio de la perpetuatio iurisdictionis contenido en el artículo 3° del Código
de Procedimiento Civil (CPC), a partir del cual la determinación de la
jurisdicción y de la competencia se realiza de conformidad con las
circunstancias fácticas existentes para el momento de introducir la demanda.

De ello se desprende, por un lado, que los cambios de hecho sobrevenidos


a la presentación de la demanda no producirán incidencia en tal determinación;
por otro, que la norma en cuestión no es aplicable a los cambios de derecho.

Afirmada la jurisdicción venezolana, corresponde la determinación del


Derecho aplicable a la controversia, de nuevo, en el marco del artículo 1° de
la LDIP, en cuyo caso resulta importante recordar la pluralidad metodológica de
la que hace uso el Derecho internacional privado, que por lo demás impone,
antes de considerar la aplicación de las normas de conflicto para determinar el
Derecho aplicable, agotar en primer lugar la existencia de normas de
aplicación necesaria o inmediata que por su Imperatividad descartarían la
aplicación de cualquier Derecho extranjero, y en segundo lugar, la aplicación
de normas materiales que resolverían directamente el caso planteado.
Teniendo además en cuenta que, y a diferencia de la restricción que en
referencia a fuentes de Derecho ocurre en la determinación de la jurisdicción, el
juez puede hacer uso de todas las fuentes contempladas en el artículo I de la
LDIP, incluso, acudir a la doctrina y a la jurisprudencia como fuentes auxiliares
en la solución del caso.

En el marco de la determinación del Derecho aplicable por actuación de la


norma de conflicto, también es necesario destacar la posibilidad que el
ordenamiento jurídico que resultara aplicable sea el correspondiente a un país
extranjero, en cuyo caso siempre es probable la ocurrencia de cualquiera de
los problemas que le son propios al Derecho internacional privado y que son
resueltos por las instituciones generales de esta disciplina, tales como, la
calificación, el reenvío, el orden público, el fraude a la ley, la cuestión
incidental, las situaciones jurídicas válidamente creadas, la adaptación y la
institución desconocida; considerando adicionalmente los sistemas pluri
legislativos.
Vistos de manera general, los dos aspectos del contenido del Derecho
internacional privado, la jurisdicción y el Derecho aplicable, corresponde ahora
abordarlos en el marco concreto del divorcio.

Es esencial entender que para abordar los temas concernientes a las


Características del Régimen Jurídico de los bienes y de los Principios
Jurídicos aplicables a los mismos, es menester hablar de la norma que
determina su proceder y aplicación, me refiero a la Ley del lugar de donde los
bienes estén situados en un determinado proceso, la denomina norma del
DIPr., lex rei sitae.

Los derechos que una persona extranjera tenga en cuanto propietaria de


un bien inmueble situado en Venezuela, Perú o Ecuador son regidos por las
normas que regulan la propiedad en los ordenamientos jurídicos venezolano,
peruano o ecuatoriano, respectivamente.

De igual manera, se aplicarían las normas venezolanas si el bien estuviera


localizado en el territorio de Venezuela. Esto puede parecer sencillamente
normal u obvio. Pero, en realidad, es así porque en cada uno de esos países
existe una norma jurídica (para ser más exactos, una norma de conflicto de
leyes) según la cual tales derechos están sujetos al ordenamiento jurídico del
Estado en el cual los bienes se encuentren situados. Esta regla del DIPr., es
distinguida como lex rei sitae.

El uso de esta regla suele ser aceptado y defendido por la doctrina y ha


sido tradicionalmente preferido por la mayoría de los ordenamientos jurídicos
en todo el mundo.

La razón para ello se suele hacer recaer en las características que esta
norma ofrece, como la seguridad jurídica, por ser cierta y predecible, y
también en el hecho de que tiende a proteger mejor a los adquirentes de
buena fe. Además, por la relevancia económica, social y política del
derecho de propiedad, en la regla lex rei sitae se reflejan intereses
soberanos del Estado en el cual el bien se encuentra, los que prevalecen
frente a los intereses de los particulares, circunstancia esta que se hace más
evidente respecto a los bienes inmuebles.
En cuanto a los bienes inmuebles, el uso de esta regla no representa,
normalmente, mayores dificultades. Pero, a diferencia de lo que ocurre con
los bienes inmuebles, la ubicación de otras clases de bienes puede no
resultar tan fácil. Sin ir muy lejos, salta a la vista que los bienes muebles
pueden, en principio, trasladarse de un país a otro sin gran dificultad.

Es así como algunos países latinoamericanos han incorporado en sus


ordenamientos jurídicos, normas que se distancian de la regla lex rei sitae
para los casos relativos a derechos reales sobre bienes distintos de los
inmuebles.

Estas líneas son producto del contenido de la norma de conflicto en


Venezuela, y de un examen de flexibilidad, que tiene como objetivo, evaluar
las normas de conflicto de leyes que se encuentran en el ordenamiento
jurídico venezolano, observándolas a la luz de codificaciones de otros
ordenamientos jurídicos.

Para ello, se parte de observar el principio de territorialidad en el derecho


internacional privado de la región y cómo este subyace tras la regla lex rei
sitae.

Las normas en las que se centra la lex rei sitae, se encuentran en códigos
y en leyes especiales sobre derecho internacional privado. No se descarta
que puedan existir otras normas, no tratadas aquí, que se refieran a la ley
aplicable a derechos reales en materias especiales. Sin embargo, las que
aquí se exponen son normas que, en su mayoría, forman parte del derecho
común o son normas generales y, por tanto, a ellas habrá de recurrirse en
ausencia de normas especiales o cuando la aplicación de estas no sea
posible en un caso concreto .

El Tratado Montevideo de 1889 sobre Derecho Civil Internacional incluye


la regla lex rei sitae en el artículo 26:
“Los bienes, cualquiera que sea su naturaleza, son
exclusivamente regidos por la ley del lugar donde
existen en cuanto a su calidad, a su posición, a su
enajenabilidad absoluta o relativa y a todas las
relaciones de derecho de carácter real de que son
susceptibles”.

A continuación, intentaré esquematizar el Régimen Jurídico de los Bienes


en el Derecho Internacional Privado, ajustados a la Ley lex rei sitae.13

Mapa Conceptual del Régimen Jurídico de los Bienes en el Derecho


Internacional Privado.

BUSTAMANTE
A su vez una clasificación entre los bienes
muebles e inmuebles que el Código de
Bustamante, lo expresa como “Los bienes, sea
cual fuere su clase, están sometidos a la ley de
situación”.
Por lo tanto, la Ley territorial es la
lex rei sitae, es decir, la Ley que
determina el ordenamiento jurídico
aplicable a los bienes.

En Venezuela podemos ver


contemplado en el artículo 10
Es un principio rector, su
del CC como se establece el
significado es la Ley donde
régimen jurídico de los bienes,
está la cosa, por lo tanto, con
cualquiera sea su clase,
esta definición apoyada por
mediante el sistema de la lex
varios autores, se defiende el
La regla lex rei sitae, es decir, la norma conforme a la cual los derechosrei reales
sitae: se
“Losrigen por el
13
bienes muebles
concepto de que el bien se
ordenamiento jurídico del lugar
someterá según la ley del de la localización de los bienes sobre los ocuales tales
inmuebles derechos
situados en
recaen, seterritorio
encuentra Venezuela se regirán por las
donde reconocida,
se encuentre, generalmente, respecto de los derechos sobre bienes
leyes venezolanas, aunque
inmuebles aplicada
y muebles. tanto a bienes
sobre ellos tengan o
muebles como inmuebles.
pretendan derechos personas
extranjeras”.

Lex Rei Sitae Régimen Jurídico de


los Bienes en el DIPr.
Es importante resaltar que
en el DIPr., moderno
existe heterogeneidad de
derechos patrimoniales.
Por ello se crean medidas
para dividirlos en:
derechos reales sobre Dentro del DIPr., el termino
muebles corporales, Estatuto Real se aplica a lo
bienes incorporales y
que corresponden a bienes
bienes como elementos
de crédito. individuales. Tomando como
partida las razones políticas
y económicas que implica
que el bien se encuentre Sin embargo, la doctrina jurisprudencial se
dentro del territorio. ha pronunciado respecto al derecho de
bienes adquiridos en el extranjero, lo cual
señala y reconoce implícitamente que los
Esto se deriva del concepto de bienes poseídos en país extranjero por
territorialidad y el Estado en virtud
venezolanos deben regirse por la ley
de esa potestad establece la ley
que en se aplique sin distinguir extranjera.
entre bienes muebles e inmuebles.

En el DIPr., este régimen


puede ser visto desde dos
Al hablar de tipo Singular, nos puntos; o bien como bienes
referimos a los bienes particulares
de tipo Singular o bienes que
y Universales.
formen una universalidad.

Grafico N° 1

El campo de las Obligaciones en el Derecho Internacional Privado se


puede distinguir desde dos aristas análogas, a saber: Las Obligaciones
Contractuales, y las Obligaciones Extra contractuales.

Respecto a la primera; Las Obligaciones Contractuales, estas pueden


definirse como las manifestaciones voluntarias de quienes las suscriben con
repercusiones jurídicas, se tratan de contratos y documentos que se
constituyen en una base legal que obliga a las partes que intervienen a cumplir
con lo que se haya determinado previamente.

Un contrato es internacional cuando está relacionado con más de un


ordenamiento jurídico estatal, esto en general ocurre cuando los bienes y/o
servicios son trasladados de un estado a otro o cuando las partes involucradas
en este negocio estén ubicadas en estados diferentes.

En consecuencia, el intercambio de bienes y servicios de un país a otro se


realizan según las condiciones pactadas por los sujetos que intervienen y
celebran dichos contratos internacionales.

Las diferencias en el idioma, la cultura y los sistemas legales pueden afectar


en gran medida el éxito de una relación y los contratos internacionales juegan
un papel clave en el futuro del negocio que se establece entre las dos partes.
Al hacer negocios con una empresa con sede en otro país, es esencial contar
con acuerdos escritos que cubran asuntos que son exclusivos de los negocios
internacionales.

Entender lo que son los contratos internacionales y saber cuáles son los
tipos de contratos internacionales existentes, puede añadir un valor extra a
la escogencia de la figura contractual más idónea. Dentro de la tipología
contractual, podemos mencionar las siguientes:

 Por su Preminencia Contractual:


 Principales;
 Accesorios; y,
 Derivados.
 Por su formación:
 In Actum; y, Ex Intervallo.
 Por su Condicionalidad:
 Futuros; y,
 Conmutativos.
 Por su Periodicidad:
 De Ejecución Única;
 De Ejecución Periódica; y,
 De Ejecución Parcelada.
 Por su Contenido.
 De Distribución;
 Financieros;
 Logísticos;
 Industriales; y,
 Construcción.
 Por su Discrecionalidad:
 De Equilibrio, y,
 De Adhesión.
 Por el Tipo de Mercancía:
 De Bienes;
 De Servicios,
 Múltiples, y,
 Tecnológicos.

Prácticamente todas las figuras posibles en relación con los acuerdos entre
dos partes en el mercado local tienen su traducción en contratos
internacionales. Los más habituales son los siguientes: Contrato de venta
internacional, de distribución internacional, de franquicia internacional, de
agencia internacional, de representante de ventas internacional, de suministro
internacional, de fabricación, de servicios internacionales, de alianza
estratégica internacional, entre otros tantos.

Referente a la segunda; la Obligación Extra contractual, es la exigencia u


obligación de reparar el daño consecuencia de un hecho distinto a la
inejecución o ejecución forzosa de una obligación contractual.

Estas son regidas de acuerdo a lo establecido en el Código Bustamante y


en la Ley de DIPr. En el Derecho Material venezolano concerniente a las
obligaciones, contenidos en el Código Civil contempla como fuente de las
obligaciones, en especial de las tradicionalmente llamadas extracontractuales,
al hecho ilícito, a la gestión de negocio, al pago de lo indebido y al
enriquecimiento sin causa, a lo que deben agregarse las obligaciones legales
en sentidos estricto, las cuales, si bien es cierto formalmente no se hace
referencia, no hay duda de que las mismas constituyen fuente principales en
nuestro Derecho.

El Código de Bustamante establece que:

“Las Obligaciones derivadas de la Ley se rigen por el


derecho que las haya establecido”. [ CITATION Sir32 \l 8202 ]
La Obligación Contractual tiene sus fuentes específicas:
a) El Hecho Ilícito;
b) La Gestión de Negocios;
c) El Pago de lo Indebido; y,
d) El Enriquecimiento sin Causa.

 Hecho Ilícito: Podemos definirlo como todo acto contrario al


ordenamiento jurídico, generado por la intención, la imprudencia, impericia,
negligencia mala fe, abuso de derecho e inobservancia normativa de una
persona que tiene por contrapartida una responsabilidad civil en favor de otra
persona (perjudicado o víctima) que debe cubrir el agente del daño.

El artículo 1.185 del Código Civil Venezolano refiere:

"El que, con intención, o por negligencia o por


imprudencia, ha causado un daño a otro, está obligado
a repararlo. Debe igualmente reparación quien haya
causado un daño a otro, excediendo, en el ejercicio de
su derecho, los límites fijados por la buena fe o por el
objeto en vista del cual le ha sido conferido ese
derecho".

 Gestión de Negocios: Se establece como la obligación que adquiere


aquel que sin estar obligado, asume la gestión de negocios ajenos, de
continuar la gestión comenzada y de llevarla a término hasta que el dueño se
halle en estado de proveer a sí mismo a ellas, debiendo también someterse a
las consecuencias del negocio y a las obligaciones derivadas de un mandato.

El Artículo 1.173 del Código Civil Venezolano refiere que:

“Quien sin estar obligado asume conscientemente la


gestión de un negocio ajeno, contrae la obligación de
continuar la gestión comenzada y de llevarla a término
hasta que el dueño se halle en estado de proveer por sí
mismo a ella; y debe también someterse a todas las
consecuencias del mismo negocio y a todas las
obligaciones que resultarían de un mandato”.

El gestor procurará mediante avisos por la prensa y por cualquier otro medio
ponerse en comunicación con el dueño.
 Pago de lo Indebido: El pago de lo indebido no es más que un pago que
un deudor hace a quien no es su acreedor, lo que lo obliga al segundo a
devolver ese pago, lo que configura las obligaciones de restitución y
resarcimiento que derivan del mismo. Está muy ligado con el enriquecimiento
sin causa. En cuanto a la aplicación de normas internacionales en estos casos
ha existido una gran variedad de consideraciones lo que ha dado lugar a la
variedad normativa que la rige.

 Enriquecimiento Sin Causa: Por Otro lado, el enriquecimiento sin causa,


se basa en principios de derecho natural, ya que se fundamenta en exigencias
principales de la equidad, y se sustenta más en la idea moral de repudiar el
enriquecimiento injusto con las consecuencias Jurídicas y sociales que eso
pueda tener y en el propio hecho del resarcimiento del pago. Ocurre cuando
alguien se aprovecha en beneficio propio de bienes ajenos y en detrimento de
otra persona, sin establecer una relación jurídica que avale dichas actuaciones,
para lo que deben coexistir como supuestos, enriquecimiento y
empobrecimiento de forma correlativa, que no exista culpa en el empobrecido
ni causa en el enriquecido.

En los distintos países no existen criterios uniformes que dicten La ley


aplicable, por lo que es necesario trasladar de Manera análoga los criterios de
contratos y cuasi contratos en general y también se habla de aplicar la ley
personal de las partes o la del domicilio del demandado y la lex fori por motivos
de orden público internacional. Sin embargo, en este caso ha tomado más
fuerza aplicar la Ley del lugar donde ocurrió el enriquecimiento porque de esta
forma es más fácil la localización, y porque existe en el lugar al momento de
introducir la demanda.

En Derecho Internacional Privado las obligaciones toman un carácter


particular cuando dichos compromisos por expresa voluntad de los contratantes
o por un factor de conexión (lugar de celebración o de ejecución del contrato)
determina como ley aplicable la señalada expresa y claramente por las partes.

El principio de autonomía de la voluntad, o libertad contractual, consiste


en el poder que la ley reconoce a los particulares para reglamentar por sí
mismos (libremente y sin intervención de la ley) el contenido y modalidades de
las obligaciones que se imponen contractualmente.

Es así como en materia de contratos, la mayor parte de las normas son de


carácter supletorio o dispositivo y no imperativas.

En el derecho internacional privado podemos hablar del principio de


autonomía de la voluntad en una doble dimensión:

a) La autonomía conflictual; concebida como el poder de los particulares


para elegir el derecho rector de sus relaciones contractuales, a partir del
margen de libertad que les viene conferido por un concreto ordenamiento
jurídico

b) La autonomía material; conforme a la cual las partes darán contenido al


contrato. Sus límites se hallan en las disposiciones imperativas del
ordenamiento designado.

Esta distinción también sirve para:

1- Distinguir las:

a) Cláusulas de elección del derecho aplicable, por las que se escoge


el ordenamiento rector del contrato;

b) Cláusulas de incorporación por referencia, por las que se pueden


utilizar en el contrato;

c) Condiciones generales de contratación;

d) Designación de usos del comercio internacional;

e) Incorporación al contrato de soluciones previstas por Convenios


internacionales; y,

f) “Congelación” del derecho cuando una cláusula incorpora preceptos


quedando ésta vigente independientemente de las vicisitudes del derecho
incorporado en tanto que derecho positivo.

2- Afirmar el carácter autónomo de la cláusula de elección frente al resto del


contrato, de modo que la validez de la cláusula de elección se juzgará
conforme al ordenamiento inicialmente competente mientras que las
cláusulas materiales se juzgarán conforme al derecho elegido por la cláusula
de elección.

El Principio de la autonomía de la voluntad como inspirador del ámbito


contractual, supone la aparición de un elemento interpretativo que ayuda a la
solución del caso concreto. En este sentido y frente a sistemas jurídicos
tradicionalmente rígidos, se les brinda a las partes la posibilidad de escoger
entre todos los ordenamientos, aquél que se adapte mejor a sus necesidades,
lo que supone introducir un campo ilimitado de soluciones del que las partes,
como destinatarias directas son responsables.

Cabe resaltar que el principio de autonomía de la voluntad es expresión de


un principio más amplio: el de la autonomía de las personas. Este principio
tiene un claro carácter meta jurídico, y está impregnado de sentido moral y se
refiere, fundamentalmente, a la libertad que, dentro de sus posibilidades, tienen
las personas para elegir por sí mismas, aunque las opciones que escojan sean,
objetivamente, erróneas.

El principio de autonomía de la voluntad resulta ser básico dentro del


Derecho contractual. A través de él, las partes pueden regular libremente sus
intereses y crear las relaciones jurídicas que los contratantes estimen
convenientes.

Sin embargo, no puede llegar a afirmarse que un contrato es válido


simplemente porque concurra la voluntad de las partes. Para que la voluntad
cause efectos entre los contratantes, es preciso que la misma se encuentre
también reconocida en el Ordenamiento Jurídico. Por tanto, deberá tenerse en
cuenta que prohibiciones impiden que la voluntad de las partes despliegue
plenos efectos. Y que, con carácter general, no podrá pactarse aquello que sea
contrario a la Ley, la moral y el orden público.

A continuación, veremos cuáles son los límites que podrían impedir la


validez de cláusulas o pactos recogidos en un contrato. Igualmente
expondremos algunos ejemplos junto con las consecuencias de concurrir
pactos contrarios al ordenamiento.
Como ya adelanté, este principio está sometido a una serie de restricciones
dentro del Derecho contractual, veamos cuales son las Limitaciones del
Principio de la Autonomía de la Voluntad.

Así las cosas, la libertad en los contratos permite que los contratantes
puedan determinar las propias cláusulas del contrato. Pero no podrán hacerlo
si dichas cláusulas vulneran las normas legales imperativas del régimen
contractual, la moral y el orden público.

1. En cuanto a la Ley:
Las normas imperativas, imponen un hacer que impiden que puedan ser
derogadas por un pacto estipulado por los contratantes.

Estas leyes prohibitivas o imperativas disminuyen la libertad al contratar, y


pueden concurrir cuando:

 Una parte del contenido del contrato, cláusula o condición no encaja


dentro de la naturaleza del contrato.

 Cuando el contrato tiene un contenido prefijado e impuesto para otra de


las partes. O bien haya un desequilibrio injustificado de las respectivas
obligaciones de los contratantes.

En definitiva, impiden que una parte no haga lo que obliga hacer o haga lo
que la norma prohíbe hacer.

2. En cuanto a la moral:

La moral, entendida como un conjunto de convicciones de orden ético y de


valor impide celebrar contratos inmorales. Se trata pues, de proteger una serie
de conductas que deben ser cumplidas y acatadas por la sociedad. Y que
además no pueden ser derogadas convencionalmente. La inmoralidad de un
contrato conllevaría a la nulidad del mismo.

3. En cuanto al orden público:

Por orden público se entiende la organización general de la sociedad y los


principios de convivencia por los que se rige. Estas leyes de orden público
marcan un límite a la autonomía de la voluntad. En el caso de ser alteradas por
la voluntad de los contratantes, comportaría igualmente, la ineficacia del
contrato.

En todos los contratos las partes determinan la ley que va a regir su


contrato; pero existen particularidades en que las partes han omitido especificar
qué ley va a regular su contrato. A falta de voluntad activa, la voluntad pasiva
deber ser interpretada.

A dicho efecto existen dos soluciones:

a) Lex Loci Solutionis:


Según esta tesis, se basa en un sistema de dominio que da soluciones a las
obligaciones. Al determinar el régimen de las obligaciones por el principio
general de la ejecución, pone de relieve que el lugar de ejecución de los
contratos coincide con el lugar del domicilio del deudor y que el lugar del
domicilio, determina la jurisdicción o la competencia de los tribunales; y,

b) Lex Loci Celebrationis:


Contraria a la anterior posición, esta fundamenta sus ideas en la concepción
práctica. Si la convención se hace teniendo en cuenta las prestaciones, el
lugar, tiempo y modo en que deben cumplirse, es el imperio d esa ley el que
leda toda su fuerza; en consecuencia, la lex loci celebrationis, es la única que
no cambia, siempre existe unidad en el lugar de la celebración; es decir existe
una sumisión voluntaria a la ley del lugar en que han estado presente
elementos importantes como el lugar de la celebración,

Se le da el nombre de Derecho Internacional Comercial, al conjunto de


normas relativas a los comerciantes en el ejercicio de su profesión, a los actos
de comercio legalmente calificados como tales y a las relaciones jurídicas
derivadas de la realización de estos; en términos amplios, es la rama del
derecho que regula el ejercicio del comercio internacional. Uno de sus
fundamentos es el comercio. En la mayoría de las legislaciones, una relación
se considera comercial, y por tanto sujeta al Derecho mercantil, si es un acto
de comercio.

El derecho mercantil internacional actual se refiere a estos actos, de los que


lo son intrínsecamente, aunque en muchos casos el sujeto que los realiza no
tenga la calidad de comerciante (sistema objetivo); sin perjuicio de ello, existen
ordenamientos jurídicos en que el sistema es subjetivo, en base a la empresa,
regulando tanto su estatuto jurídico, como el ejercicio de la actividad
económica, en sus relaciones contractuales que mantienen los empresarios
entre ellos y con terceros. El Derecho comercial internacional es una rama
especial del derecho internacional privado.

En opinión del eminente Académico, Jurista y Docente universitario


Ludovico Fanego, el Derecho Comercial Internacional es:

“El conjunto de normas y principios que regula las


leyes aplicables (de fondo y forma) a las relaciones
comerciales entre particulares con elementos
extraterritoriales. De hecho "regula las competencias
legislativas y judiciales para todas las relaciones
privadas de carácter internacional" [ CITATION Fan45 \l
8202 ].

El Derecho Comercial Internacional así explicado, se entiende como una


rama del Derecho Privado que fija los principios legales que se deben aplicar a
las relaciones comerciales que trasciendan al Derecho Interno.

Se comprende dentro de las materias del Derecho Comercial internacional


temas como los contratos comerciales internacionales, la inversión extranjera,
la Organización Mundial de Comercio, los papeles de comercio internacionales,
etcétera.

Los Actos de Comercio, son aquellos que tienen carácter mercantil por su
propia índole e independientemente de la persona que los realice.

Así pues; será un acto de comercio, toda negociación de carácter o


naturaleza eminentemente comercial de acuerdo a lo considerado por la ley,
realizado por comerciantes o no comerciantes; debiendo existir en dicha
negociación un intercambio de bienes o servicios, especulación, circulación de
riqueza, debiendo perseguir un fin de lucro.

Ahora también es importante destacar el sentido absoluto y relativo del


acto de comercio, así tenemos:

1) Actos de Comercio en Sentido Absoluto: Son aquellos cuya


naturaleza comercial está implícita al acto mismo.
2) Actos de Comercio en Sentido Relativo: Dentro de este grupo de
actos se distinguen las siguientes categorías:

a) A la intención de las partes; ejemplo: la compra, permuta o


arrendamiento de activos tangibles (muebles) hechas con el propósito
revender, arrendar o subarrendar en la misma forma u otra.
b) A la causa que lo determina: por ejemplo, la comisión y el mandato
comercial.
c) Atendiendo al sujeto: que le imprime el carácter comercial.

Los Actos de Comercio se clasifican de acuerdo a lo que determina el


artículo 2 del Código de Comercio, a la cualidad de las partes intervinientes y a
la naturaleza del acto en sí mismo en Actos de Comercio Objetivos, Subjetivos
y Mixtos. También se admite una clasificación en base al número de partes que
se obligan en el acto de comercio, en Unilaterales y Bilaterales, o según
coexista la dualidad de la naturaleza civil y mercantil, o prive la mercantil.

a) Actos de Comercio Objetivos:

El artículo 2 del Código de Comercio enumera en sus 23 ordinales los Actos


de Comercio, ya de parte de todos los contratantes, ya de parte de algunos
solamente. Se les denominan Actos de Comercio Objetivos, porque están
establecidos en el Código de Comercio, bastándose a sí mismos, sin necesidad
de tener que recurrir a otros elementos de juicio para poder determinarlos; y
porque se toma en cuenta la sola naturaleza del acto, que es dada por el citado
artículo y por quienes interviene en él.

Los Actos de Comercio Objetivos pueden consistir en la mera operación


mercantil, como las operaciones de Banco y las de cambio (Ord. 14º, Art. 2
C.Com.); en empresas, como organización social y de capital que realiza
actividad comercial, como las fábricas y construcciones (Ord. 5º, Art. 2
C.Com.); en obligaciones de los comerciantes, como en los casos del
transporte de personas o cosas por tierra (Ord. 9º, Art. 2 C.Com.); en contratos
mercantiles, como en el caso de compra y venta de un establecimiento de
comercio (Ord. 3º, Art. 2 C.Com.); y en títulos, como la letra de cambio y el
pagaré (Ord. 13º Art. 2 C.Com.). Y las partes intervinientes pueden ser
Comerciantes o No Comerciantes.

b) Actos de Comercio Subjetivos:

El artículo 3 del Código de Comercio establece:

“Además actos de comercio, cualesquiera otros


contratos y cualesquiera otras obligaciones de los
comerciantes, si no resulta lo contrario del acto mismo, o
si tales contratos y obligaciones no son de naturaleza
esencialmente civil”.

Estos actos de comercio son subjetivos porque, al contrario de los


objetivos, se toma en cuenta para su determinación la cualidad de comerciante
de la parte interviniente, como requisito fundamental. Pero el acto que se
reputa como de comercio por el hecho de ser parte el comerciante, no puede
resultar lo contrario del acto mismo, como ocurre con la compra de frutos para
consumo del adquirente, aunque sea comerciante (Art. 5 C.Com.).

c) Actos de Comercio Mixtos:

Si los actos de comercio suelen ser objetivos y subjetivos; y pueden ser de


comercio para una parte y no para la otra; es posible su coexistencia con el
acto de comercio a los efectos de la naturaleza de las obligaciones que genera,
y de la jurisdicción y la competencia ante la cual quedan sometidos los
conflictos que se deriven. Este es el caso de seguro de vida, que es acto de
comercio para la empresa aseguradora pero no para el asegurado, aunque sea
comerciante, porque la vida no es objeto de comercio (Art. 6 C.Com.). La
Cuenta Corriente y el Cheque no son actos de comercio por parte de las
personas no comerciantes, a menos que procedan de causa mercantil (Art. 6
C.Com.). Quiere decir, que son actos de comercio para los comerciantes, pero
no para quienes no los son. Por consiguiente, puede coexistir en el acto de
comercio la naturaleza dual civil y mercantil permitida por la ley, razón por
la cual se les denomina Acto de Comercio Mixto.

d) Actos de Comercio Bilaterales y Unilaterales.


Estas dos acepciones se han considerado, generalmente, para determinar
los Contratos Unilaterales y Bilaterales y sus respectivas consecuencias
jurídicas, en cuanto a las obligaciones de las partes. El Contrato es Unilateral,
cuando una sola parte se obliga; y Bilateral, cuando se obligan recíprocamente
(Art. 1134 CC). Loa Actos de Comercio no solamente son meras operaciones
mercantiles, sino obligaciones y contratos mercantiles. En este sentido, es
posible su clasificación, en Unilateral, cuando una sola parte del Acto de
comercio se obliga; y Bilateral, cuando las partes se obligan recíprocamente.

El Libro Primero, Título I, Sección I, Artículo 10 del Código de Comercio de


Venezuela, establece que:

“Son Comerciantes, los que teniendo capacidad para


contratar hacen del comercio su profesión habitual, y
las sociedades mercantiles”.

De este contenido, se pueden extraer dos requisitos fundamentales para el


ejercicio del comercio:

 Se debe tener “capacidad”, para contraer obligaciones; y,


 Se debe ejercer el comercio “habitualmente”.

En cuanto a la capacidad para contraer obligaciones, es importante


destacar, que el Código Civil Venezolano, establece en su Artículo 1.143, que:

“Pueden contratar todas las personas que no son


declaradas incapaces según la Ley”.

De lo cual se entiende que todos aquellos venezolanos o extranjeros, que


tienen la aptitud para contraer obligaciones y exigir el cumplimiento de éstas,
sin necesidad de la autorización de otra persona o autoridad. Por regla general
se entiende que toda persona dispone de la capacidad para contratar,
comerciar, capacidad regulada por el Código Civil; salvo las excepciones
establecidas en la ley.

El Código de Comercio, contiene en su Artículo 11 que:


“El menor el menor emancipado, de uno u otro sexo,
puede ejercer el comercio y ejecutar eventualmente
actos de comercio, siempre que para ello fuere
autorizado por su curador, con la aprobación del Juez
de Primera Instancia en lo Civil de su domicilio, cuando
el curador no fuere el padre o la madre”. (…).

El Menor emancipado, es aquel que, no teniendo aun la mayoría de edad,


contrae matrimonio. Al contraer matrimonio, deja de estar sometido a la
Administración, Representación, Guarda y Tutela de los padres o el tutor, no
obstante, esta libertad no es absoluta.

La Emancipación, está referida a la condición jurídica en la cual el menor


está provisto de dirigir su persona, así como de disponer de una capacidad
parcial o limitada, en cuanto a la administración de sus bienes patrimoniales.

El Artículo 383, Código Civil Venezolano, establece al respecto:

“La emancipación confiere al menor la capacidad de


realizar por si solo actos de simple administración. Para
cualquier acto que exceda de la simple administración,
requerirá autorización del Juez competente. Para estar
en juicio y para los actos de jurisdicción voluntaria, el
emancipado deberá estar asistido por uno de los
progenitores que ejercería la patria potestad y a falta de
ellos, por un curador especial que el mismo menor
nombrará con la aprobación del Juez”.

Adicionalmente, la Ley Orgánica para la Protección de niños, niñas y


adolescentes (LOPNA), según el contenido del Artículo 84, concede como
derecho:

“La capacidad contractual, para ser Directores o Socios


en personas jurídicas, cuyo objeto este orientado a los
ámbitos sociales, culturales, deportivos, políticos y
laborales y económicos, convirtiéndolo, en un ejercicio
personal y directo del menor”.

En síntesis, todo menor de edad emancipado, está autorizado por ley al


ejercicio de actos de comercio, sometiéndose previamente a los rigores
establecidos en la misma, en cuanto a su limitada capacidad de obrar en la
administración de sus bienes patrimoniales, para ello, amerita obligatoriamente
la autorización de sus padres y de las autoridades judiciales respectivas según
sea el caso.

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, establece en su


Capítulo VII, Artículo 112, que:

“Todas las personas pueden dedicarse libremente a la


actividad económica de su preferencia, sin más
limitaciones que las previstas en esta Constitución y las
que establezcan las leyes, con el objeto de impulsar el
desarrollo integral del país”. (…).

El acto de comercio, y el comercio en general, representa para el estado,


una actividad de suma importancia, ya que además de ser una fuente
generadora de empleo e ingresos tributarios, cuando es operada y dirigida con
sentido común y responsabilidad, se convierte en punto estratégico y aliado
indispensable para un país, ya que a través de la actividad comercial, se
elabora, surte y distribuye a la ciudadanía, de los productos básicos e
imprescindibles para su sustento, tomando en consideración que el estado no
tiene la capacidad logística ni operativa (por lo menos en el corto plazo o
mediano plazo), para asumir tal responsabilidad.

La figura de las Sociedades Mercantiles, se pueden definir como aquella


que existe bajo una denominación o razón social, conformada por el acuerdo
de voluntades de un grupo de personas llamadas socios, que bajo un mismo
objetivo y aportación de capitales buscan un fin común de carácter económico
con propósito de lucro.

Estas sociedades mercantiles se originan mediante un contrato, cuando 2 o


más personas se obligan a realizar ciertos aportes para construir el capital
social de una empresa, transformado en los bienes que permitirán llevar a cabo
una actividad comercial y a su vez estos socios tienen parte en las ganancias y
pérdidas que sufra dicha empresa.

La constitución de las sociedades mercantiles deberá hacerse ante un


notario público, mediante escritura social que se inscribirá en el registro público
de comercio.
Es importante además conocer que una sociedad mercantil puede modificar
su estructura cuantas veces fuese necesario, es decir, puede dividirse,
fusionarse con otra, cambiar los socios, cambiar la actividad comercial,
incorporar nuevos miembros, cambiar los estatutos establecidos en el
documento constitutivo. Con la particularidad de que se debe registrar todos y
cada uno de los cambios aplicados, en el Registro donde fue constituida.

De igual manera este tipo de sociedades puede disolverse, cuando sus


socios resuelven finalizar la actividad, es decir, dar por finalizada la sociedad
por motivos claramente establecidos en la ley o en los estatutos, acto seguido
de esto, se debe hacer la liquidación transformando en dinero todos los bienes
de la empresa, con el fin de cancelar los pasivos y repartir el restante entre los
socios conforme el número de sus acciones.

En las Sociedades Mercantiles intervienen tres elementos fundamentales:

 Elemento Personal: Constituido por los socios, personas que aportan y


reúnen sus esfuerzos;
 Elemento Patrimonial: Conformado por el conjunto de bienes totales
aportados por todos y cada uno de los socios, para formar el capital social, los
bienes y trabajo; y,
 Elemento Formal: Conjunto de reglas relativas a la solemnidad de que
debe revestir el contrato que da comienzo a la sociedad como un individuo de
derecho.

A las Sociedades Mercantiles se les puede clasificar según varios criterios,


entre ellos destacan:

 Según como Predominan los Elementos:

 Sociedades de Personas: Son aquellas sociedades en las que


predomina el elemento personal. Incluye las sociedades colectivas y en
comandita simple.
 Sociedades Intermedias: Son aquellas donde no se tiene claro el
elemento que predomina. Incluye la sociedad de responsabilidad limitada y la
comandita por acciones.
 Sociedades de Capital: Son aquellas donde predomina el capital social.
Incluye las cooperativas y las sociedades anónimas.

Según el Tipo de Capital

 Capital Fijo: Son aquellas donde el capital social no puede ser


modificado, a menos que se haga por una modificación de los estatutos.

 Capital Variable: Son aquellas sociedades donde el capital social


disminuye y aumenta conforme el avance de la sociedad, sin
procedimientos especiales o complejos.

Clasificación Legal:

Son reconocidas en nuestro Ordenamiento:

 La Sociedad Colectiva: Atendiendo a la antigua redacción del artículo


122 del Código de Comercio, se puede definir como aquella sociedad en que
todos los socios en nombre colectivo y bajo una razón social se comprometen a
participar en la proporción que establezcan de los mismos derechos y
obligaciones, respondiendo todos ellos por las deudas sociales de forma
ilimitada, solidaria entre sí y subsidiaria respecto a la sociedad.

Su regulación se encuentra contenida en los artículos 125 a144 del Código


de Comercio, encontrándose en actual situación de desuso.

 La sociedad Comanditaria Simple se define, como aquella en que uno o


varios sujetos aportan capital determinado al fondo común, para estar a las
resultas de las operaciones sociales dirigidas exclusivamente por otros con
nombre colectivo, estando obligados los socios colectivos, sean o no gestores
de la misma, personal y solidariamente con todos sus bienes, a las resultas de
las operaciones que se hagan a nombre y por cuenta de la compañía.
Su regulación se encuentra contenida entre los artículos 145 al 150 del
Código de Comercio, en la práctica actual carecen de aplicación al haber sido
superada esta modalidad por otros tipos sociales más acordes a las
necesidades actuales del tráfico.

 La Sociedad en Comandita por Acciones; es aquella que, teniendo el


capital dividido en acciones, formado por las aportaciones de todos los socios,
cuenta con uno, al menos, que responde personalmente de las deudas sociales
como socio colectivo en los términos previstos por el Código de Comercio para
éstos. Se encuentra regulada en la Ley de Sociedades de Capital.

 La Sociedad Anónima; es aquella sociedad mercantil en que el capital,


que estará dividido en acciones, se integra por las aportaciones de los socios,
incorporadas a títulos denominados acciones, quienes no responderán
personalmente por las deudas sociales.

Se trata de un tipo social eminentemente capitalista, donde las únicas


restricciones al principio mayoritario y a la autonomía de la voluntad vienen
establecidas en atención a la protección del accionista minoritario, y de los
terceros con quienes contrata la sociedad, así como del mercado en general.

 La Sociedad de Responsabilidad Limitada; es una sociedad mercantil


que teniendo el capital dividido en participaciones sociales e integrado por las
aportaciones de los socios, tiene limitada la responsabilidad por las deudas
sociales al haber social, sin que respondan por ellas personalmente los socios.

 Agrupaciones de Interés Económico; se trata de un tipo social que


teniendo personalidad jurídica y naturaleza mercantil, tiene por finalidad
facilitar el desarrollo o mejorar los resultados de la actividad de sus socios, sin
que tenga ánimo de lucro para sí misma, siendo su objeto el ejercicio de una
actividad económica auxiliar de la que desarrollen sus socios.

Se encuentra regulada por la Ley 12/1991, de 29 de abril, de Agrupaciones


de interés económico.
 Sociedades de Garantía Recíproca; tienen por objeto social facilitar
garantías personales, por aval o por cualquier otro medio, a favor de sus socios
partícipes, que serán empresarios pertenecientes al sector o sectores de
actividad económica que dispongan los estatutos sociales, con establecimiento
situado en un ámbito geográfico delimitado, para las operaciones que éstos
realicen dentro del giro o tráfico de las empresas de que sean titulares. Se
encuentra regulada por la Ley 1/1994, de 11 de marzo.

 Sociedades Profesionales; son aquellas sociedades que, constituidas


con arreglo a cualquiera de las formas societarias previstas en las leyes, tienen
por objeto social el ejercicio en común de una actividad profesional,
considerando como tal aquélla para cuyo desempeño se requiere titulación
universitaria oficial, e inscripción en el correspondiente colegio profesional.

Si bien se dispone su inscripción en el Registro Mercantil, a los efectos


constitutivos, por su objeto se trata de una sociedad civil. Se encuentra
regulada por la Ley 2/2007, de 15 de marzo, de sociedades profesionales.

De igual manera, se observan otros tipos de Sociedad Mercantil como:

 Las sociedades Mercantiles de Hecho: Son aquellas que no se


documentaron en escritura ni pública ni privada.

 La Sociedad Mercantil Irregular: Son aquellas que se documentaron en


escritura, pero carecen de alguno de los requisitos de ley, como, por
ejemplo: no se registraron, el acta constitutiva no fue publicada, venció su
plazo, etc.

La historia de la letra de cambio comienza, como la de la mayor parte de


las instituciones de Derecho Mercantil, en la Italia medieval. Su origen, según
algunos, se encuentra en Florencia. La letra de cambio no nace de improviso,
sino que va recibiendo una evolución hasta llegar al sistema actual.

La letra de cambio es una promesa de pago de carácter abstracto. Un título


de crédito formal y completo que contiene la obligación de pagar, sin
contraprestación, una cantidad determinada, al vencimiento y en lugar en el
mismo expresado.
La letra de cambio es una especie de “carta” con unos requisitos formales.
Esta carta (la letra de cambio) la expide y firma una persona denominada
librador. Se le llama así porque libra o expide la letra de cambio.

Esa carta (la letra) va dirigida a otra persona, llamado librado, al que se pide
(ese es el contenido de la letra) que pague una cantidad determinada de dinero
a una tercera persona, el tomador de la letra.

Así, pues, el tomador de la letra es quien la ha recibido del librador y debe


presentársela al librado para que éste le pague la cantidad fijada en la letra.
Hay que recordar en efecto, que la letra es, en esencia, una carta por la que el
librador pide al librado que pague una cantidad determinada de dinero al
tomador.

Puede ocurrir que el librado acepte el pago que le pide el librador y que así lo
haga constar en el propio documento de la letra. En ese caso, el librado se
convierte en aceptante, porque ha aceptado pagar la letra.

Puede ocurrir, igualmente, que el tomador de la letra transmita ésta a otra


persona. Esta transmisión se hace por el endoso, que es el negocio típico de
cesión de las letras de cambio, el cual se hace constar por escrito en el dorso
(de ahí el nombre de endoso) del documento en que consiste la letra de
cambio.

A la persona que endosa la letra se la llama endosante. A quien recibe la


letra en virtud del endoso se le denomina endosatario. Por medio del endoso,
el endosatario se convierte en tenedor de la letra, es decir, titular de la misma,
legitimado para presentarla al cobro al librado. El tenedor de la letra puede
endosarla nuevamente a otra persona. Así se produce la circulación de la
letra.”

La letra de cambio tiene su importancia por ser un instrumento de crédito


en la economía moderna, permitiendo la circulación y la realización del crédito
en forma rápida y segura. Cumple esencialmente la función económica de ser
un instrumento de crédito a corto plazo, tanto en el plano comercial como en el
plano financiero. Su función típica es la de diferir el pago de una suma de
dinero, dando al mismo tiempo al beneficiario la posibilidad de convertir el
crédito en moneda mediante la transferencia del título.

La expresión Derecho Internacional Procesal reviste un doble significado,


a saber: por un lado, indica el conjunto de normas que regulan e informan la
jurisdicción, la acción y el proceso en la esfera internacional y, por otro, en
tanto que ciencia, denomina una rama especializada del ordenamiento jurídico
internacional.

El Derecho internacional procesal es formalmente Derecho internacional


público, con todas las consecuencias implícitas en ese Derecho, pero que trata
sobre materias de carácter jurisdiccional internacional, tanto de carácter
procesal como orgánico.

Desde un punto de vista meramente funcional, en tanto que el Derecho


internacional procesal regula la actividad jurisdiccional, puede sostenerse que
este Derecho ocupa un lugar particular y singular en la esfera del ordenamiento
jurídico internacional, pues es el garante de la aplicación y efectividad del
Derecho internacional público y, por vía analógica respecto de los Derechos
procesales internos, cabe sostener que el Derecho internacional procesal es un
Derecho para el Derecho.

Cuando se quiere averiguar el contenido del Derecho internacional


procesal cabe la posibilidad de optar por la vía nominalista o la empírica. En el
primer caso, el Derecho internacional procesal se configura como derecho del
proceso internacional y en el segundo, como parte de la realidad internacional
concreta.

Desde la perspectiva empírica, el Derecho internacional procesal tiene como


objeto de estudio las diferentes normativas que regulan la denominada justicia
internacional en el ámbito de la sociedad internacional en un momento
determinado. Una sola ojeada permite apreciar que las mismas no solamente
regulan la institución del proceso, sino también otros institutos y figuras
procesales, tales como la jurisdicción internacional y los procedimientos. Como
puede observarse, ambas vías, aunque el origen sea diferente, conducen a un
resultado idéntico: el Derecho internacional procesal comprende el estudio de
la actividad jurisdiccional internacional, el estudio del proceso internacional y,
por último, el estudio de los procedimientos internacionales.

A los fines de precisar la competencia en los procesos de determinación de


la capacidad, el Código Civil y Comercial fija dos pautas: el domicilio o el lugar
de internación, según corresponda.

Así en la sección del referido ordenamiento legal atinente a la restricción de


la capacidad establece que:

“Interpuesta la solicitud de declaración de incapacidad


o de restricción de la capacidad ante el juez
correspondiente a su domicilio o del lugar de su
internación….”.

Por su parte en lo referido a procesos de familia, reza:

“El proceso en materia de familia debe respetar los


principios de tutela judicial efectiva, inmediación, buena
fe, lealtad procesal, oficiosidad, oralidad y acceso
limitado al expediente. Las normas que rigen el
procedimiento deben ser aplicadas de modo de facilitar
el acceso a la justicia, especialmente tratándose de
personas vulnerables…”.

Ahora bien, corresponde entonces analizar qué debe entenderse por


"domicilio real", por "lugar de internación" y por "inmediación” en dichos textos
legales.

Ha señalado la doctrina que para la determinación del domicilio real como


atributo de la personalidad, se deben tener en cuenta ciertos elementos
fácticos que hagan que la producción de efectos que ese concepto implica
(fundamentalmente la validez de las notificaciones o comunicaciones que allí
sean cursadas o la atribución de competencia judicial), no sea una pura ficción
ajena a la perspectiva de efectivo conocimiento que la persona pueda tener;
sobre todo en relación a aquellas comunicaciones que lo involucran como
protagonista de una relación jurídica en concreto.
Esa permanente participación del interesado en el proceso judicial, obliga a
fijar un domicilio donde puedan cursarse todas las medidas concernientes al
proceso en curso.

Por lugar de internación la jurisprudencia ha considerado que es aquélla


donde la persona interesada ha construido su residencia estable, y es allí
donde debe tener la posibilidad de acceder a la justicia con funcionarios que se
encuentren dentro de su radio geográfico. Mientras que por inmediación la
doctrina especializada en derecho de familia entiende el contacto directo entre
el juez, partes y órganos de prueba, esencial en todo juicio familiar.

Posibilitar este contacto directo y personal del órgano jurisdiccional con el


interesado coadyuva a proteger y preservar la situación de este último,
observando su debida asistencia y/o representación para garantizar fielmente
sus derechos y parámetros sentados por la nueva legislación de fondo.

Ha quedado plasmado de ese modo, que deberán primar los principios de


inmediatez y economía procesal, esenciales a la naturaleza y finalidad de este
tipo de proceso en cualquier jurisdicción, cuando se encuentren en juego
garantías constitucionales en este tipo de procesos de determinación de la
capacidad.

En consecuencia, la medida que mejor protege los principios de celeridad,


economía procesal e inmediatez para la protección de la persona que se
encuentra en situación de vulnerabilidad, no puede ser otra que aquélla que
permita el seguimiento y el control más cercano y adecuado de la causa
contralor del status médico (jurídico), y garantice el normal cumplimiento de sus
derechos.

Dicho accionar, difícilmente pueda llevarse a cabo eficazmente si quienes


deben ejercerlo no se encuentran próximos al domicilio de la persona a quien
deben asistir, pues la distancia en cuanto a trámites judiciales o administrativos
se refiere, opera como un factor dilatorio para garantizar satisfactoriamente los
objetivos antes indicados. Por lo tanto, quien mejor puede cumplir con este
cometido es el juez que se encuentre en el mismo ámbito judicial.
A mayor abundamiento es dable traer a colación el nuevo paradigma
constitucional del derecho de familia, basado en los Tratados de Derechos
Humanos y los derechos reconocidos en la legislación interna, donde se debe
facilitar el acceso a la justicia de las personas vulneradas, la oralidad de las
actuaciones judiciales (con la expresa finalidad de mejorar las condiciones de
celebración de las actuaciones judiciales y favorecer una mayor celeridad en la
tramitación del proceso), y la intervención activa del interesado en el proceso.

En ese orden de ideas y en cumplimiento del mandato constitucional de la


tutela judicial efectiva, el juez de su domicilio podrá adoptar las medidas
necesarias tendientes a resguardar su persona y patrimonio, velar que se
cumplan todas garantías que la ley pone a su disposición, como así también,
asegurar que ellas se efectivicen de manera urgente.

El Exequatur es el procedimiento jurídico que se encarga de examinar si


una sentencia (o laudo) extranjera es válida y cumple ciertos requisitos para
que posea plena eficacia y se pueda ejecutar en otro país distinto del que se
dictó dicha sentencia.

Se denomina exequátur al procedimiento judicial en virtud del cual, las


sentencias definitivamente firmes dictadas en el extranjero, en materia privada,
pueden producir el efecto de cosa juzgada o ser ejecutadas en otro Estado.

Mediante este procedimiento la sentencia extranjera se nacionaliza. No


podrán ser objeto de exequátur las decisiones dictadas por organismos que no
son órganos jurisdiccionales de alguna soberanía.

Que se cumpla. Expresión utilizada para que una sentencia dictada en el


extranjero surta efectos en el país. En otras palabras, se trata de una solicitud
que realiza una persona ante un juez para que ejecute una sentencia que fue
dictada por un tribunal de un país extranjero. Ejemplo:

“Ayer el abogado solicitó el exequatur de mi sentencia


de divorcio dictada en Venezuela”.
Para mostrar las Decisiones Objeto del Exequátur en el proceso judicial
venezolano, basta con citar las siguientes resoluciones, comenzando con el
artículo 850 del Código de Procedimiento Civil:

“Corresponde a la Corte Suprema de Justicia declarar


la ejecutoria de las sentencias de autoridades
extranjeras, sin lo cual no tendrán ningún efecto, ni
como medio de prueba, ni para producir cosa juzgada,
ni para ser ejecutadas. Sólo las sentencias dictadas en
países donde se concede ejecución a las sentencias
firmes pronunciadas por Tribunales venezolanos, sin
previa revisión en el fondo, podrán declararse
ejecutorias en la República. Tal circunstancia deberá
probarse con instrumento fehaciente”. G.O.E. N° 4.209
del 18-09-1990.

En esa misma línea, la Sentencia de la Sala de Casación Civil que indica:

“…El procedimiento de exequátur tiene por finalidad


concederles carácter extraterritorial a las sentencias
dictadas en el extranjero previo el cumplimiento de
ciertas exigencias de forma (para la interposición de la
solicitud) y de fondo, relativas al cumplimiento de los
supuestos previstos en el artículo 53 de la Ley de
Derecho de Internacional Privado, no siendo la
posibilidad efectiva de que se lleve a cabo la ejecución
material que pueda/deba ventilarse en dicho
procedimiento.
El procedimiento de exequátur es previo al
procedimiento de ejecución, por tanto, una vez
declarada ejecutoria la sentencia extranjera, tendrá
lugar (a instancia de parte) la fase de ejecución en la
que se determinará si existen bienes o no susceptibles
de ejecución…”

Estas son las condiciones requeridas para que la sentencia extranjera


tenga fuerza ejecutoria en Venezuela.

Al respecto, el Tribunal Supremo de Justicia en sentencia N° 01561 del 4


de julio del 2000, estableció que debe aplicarse lo establecido en el artículo 53
de la Ley de Derecho Internacional Privado, quedando derogados los artículos
850 y 851 del Código de Procedimiento Civil, donde recepta los requisitos que
deben concurrir para que las sentencias extranjeras tengan efecto en
Venezuela.
La Ley de Derecho Internacional Privado es la norma aplicar. De acuerdo
con el Artículo 53 (L.D.I.P) tenemos lo siguiente:

Las sentencias extranjeras tendrán efecto en Venezuela siempre que reúnan


los siguientes requisitos:

1. Que hayan sido dictadas en materia civil o mercantil o, en general, en


materia de relaciones jurídicas privadas;
2. Que tengan fuerza de cosa juzgada de acuerdo con la ley del Estado en
el cual han sido pronunciadas;
3. Que no versen sobre derechos reales respecto a bienes inmuebles
situados en la República o que no se haya arrebatado a Venezuela la
jurisdicción exclusiva que le correspondiere para conocer del negocio;
4. Que los tribunales del Estado sentenciador tengan jurisdicción para
conocer de la causa de acuerdo con los principios generales de jurisdicción
consagrados en el Capítulo IX de esta Ley;
5. Que el demandado haya sido debidamente citado, con tiempo suficiente
para comparecer, y que le hayan otorgado en general, las garantías procesales
que aseguren una razonable posibilidad de defensa; y,
6. Que no sean incompatibles con sentencia anterior que tenga autoridad
de cosa juzgada; y que no se encuentre pendiente, ante los tribunales
venezolanos, un juicio sobre el mismo objeto y entre las mismas partes,
iniciado ante que se hubiere dictado la sentencia extranjera.

Reflejaré la presencia del exequátur en la Legislación Venezolana,


mostrando su procedimiento en Venezuela según el Código de Procedimiento
Civil y el Código de Bustamante, como a continuación sigue, y luego
sucintamente, los tribunales competentes para otorgar el execuátur y otros
aspectos propios de la legislación venezolana.

El procedimiento:
La solicitud de exequátur (libelo de demanda): se presentará por escrito en
el cual se exprese la persona que lo pida, su domicilio o residencia, la persona
contra la cual haya de obrar la ejecutoria, y su domicilio o residencia. La
solicitud deberá acompañarse con la sentencia de cuya ejecución se trate, con
la ejecutoria que se haya librado debidamente apostillados, en caso de estar
suscritos en idioma extranjero traducido por interprete público venezolano y la
comprobación de los requisitos indicados en el artículo siguiente: todo en forma
autentica y legalizado por autoridad competente. (Art. 856 C.P.C.)

El juez o tribunal a quien se pida la ejecución oirá antes de decretarla o


denegarla, y por término de 20 días, a la parte contra quien se dirija y al Fiscal
o Ministerio Público.

Citación del Demandado: la persona contra la cual haya de obrar la


ejecutoria será citada conforme a las disposiciones del título IV del libro primero
del C.P.C a fin que conteste la solicitud dentro de los diez días siguientes a su
citación más el termino de distancia si los hubiere. La citación de la parte a
quien deba oírse, se practicará por medio de exhorto o comisión rogatoria,
según lo dispuesto en el Código de Bustamante, si tuviere su domicilio en el
extranjero y careciere en el país de representación bastante, o en la forma
establecida por el derecho local si tuviere el domicilio en el Estado requerido.

Nombramiento del Defensor Ad Litem: la falta de comparecencia de la


parte contra la cual haya de obrar la ejecutoria, agotado ya todos los recursos
de citación se le nombrara defensor ad litem. (Art. 853 C.P.C)

Contestación y Sustanciación: en el acto de contestación deberán


proponerse todas las cuestiones y defensas acumulativamente y el asunto se
decidirá de mero derecho, con vista de los documentos auténticos que
produjeren las partes, pero el T.S.J podrá de oficio si lo considerare
procedente, disponer la evacuación de otras pruebas.

  Tribunales competentes para otorgar el exequátur:

La competencia para conocer de los procesos de exequátur está


determinada en el artículo 5 en su primer aparte y ordinal 42° de la Ley
Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, en concordancia con los artículos
850 y 856 del Código de Procedimiento Civil, los cuales establecen:
“Es de la competencia del Tribunal Supremo de Justicia
como más alto Tribunal de la República: Declarar la
fuerza ejecutoria de las sentencias de autoridades
jurisdiccionales extranjeras, de acuerdo con lo dispuesto
en los Tratados Internacionales o en la ley. El Tribunal
conocerá en Sala Plena los asuntos a que se refiere este
artículo en sus numerales 1 al 2. En Sala Constitucional
los asuntos previstos en los numerales 3 al 23. En Sala
Político Administrativa los asuntos previstos en los
numerales 24 al 37. En Sala de Casación Penal los
asuntos previstos en los numerales 38 al 40. En Sala de
Casación Civil el asunto previsto en los numerales 41 al
42.” Artículo 5, Ordinal 42 LOTSJ.

“Corresponde a la Corte Suprema de Justicia declarar la


ejecutoria de las sentencias de autoridades extranjeras,
sin lo cual no tendrán ningún efecto, ni como medio de
prueba, ni para producir cosa juzgada, ni para ser
ejecutadas”. Artículo 850.

“El pase de los actos o sentencias de las autoridades


extranjeras en materia de emancipación, adopción y
otros de naturaleza no contenciosa, lo decretará el
Tribunal Superior del lugar donde se haya de hacer
valer, previo examen de si reúnen las condiciones
exigidas en los artículos precedentes, en cuanto sean
aplicables”. Artículo 856.

Según las anteriores disposiciones, es el Tribunal Supremo de Justicia el


competente para declarar la fuerza ejecutoria de las decisiones dictadas por
autoridades jurisdiccionales extranjeras, con la excepción prevista en el artículo
856 del Código de Procedimiento Civil, que establece la competencia de los
Tribunales Superiores en lo civil para conocer de la solicitud de exequátur de
los fallos extranjeros en materias de emancipación, adopción y otros de
naturaleza no contenciosa.

Para corroborar los requisitos de Procedencia del exequátur, anexo la


siguiente sinopsis de sentencia.

Sala: de Casación Social


Tipo De Recurso: exequatur
Nº Exp: 15-641      TSJ/SCS Nº Sent: 528      Fecha: 22-06-2017
Caso: Solicitud de exequátur interpuesta por WALDO DE LA CARIDAD
VALDÉS-VALLE RODRÍGUEZ contra NELLY CARMEN NOGUEIRA DE
JESÚS.

Decisión: Se concede fuerza ejecutoria en el territorio de la República a


la sentencia dictada el 14 de septiembre de 2010, por la Corte Distrital del
Distrito Judicial 233 del Condado Tarrant, estado de Texas, Estados Unidos de
América, mediante la cual declaró la disolución del vínculo conyugal, el destino
de sus propiedades y el régimen familiar de sus hijos.

Extracto:
“Siendo la oportunidad para pronunciarse sobre la
solicitud formulada, se observa que toda solicitud de
exequátur debe fundamentarse para su decisión, en la
jerarquía de las fuentes en materia de Derecho
Internacional Privado.
Dicho orden de prelación aparece claramente expuesto
en el artículo 1° de la Ley de Derecho Internacional
Privado, en los términos siguientes:
Los supuestos de hecho relacionados con los
ordenamientos jurídicos extranjeros se regularán, por las
normas de Derecho Internacional Público sobre la
materia, en particular, las establecidas en los Tratados
Internacionales vigentes en Venezuela; en su defecto, se
aplicarán las Normas de Derecho Internacional Privado
venezolano; a falta de ellas, se utilizará la analogía y,
finalmente, se regirán por los principios de Derecho
Internacional Privado generalmente aceptado.
La disposición transcrita ordena, en primer lugar, la
aplicación de las Normas de Derecho Internacional
Público sobre la materia, en particular las establecidas
en los Tratados Internacionales vigentes en Venezuela.
En el caso de autos, se solicita que por
el procedimiento de exequátur se declare fuerza
ejecutoria en la República Bolivariana de Venezuela, de
una sentencia dictada por un tribunal de los Estados
Unidos de Norteamérica, país con el que la República
Bolivariana de Venezuela no ha suscrito tratados
internacionales en materia de reconocimiento y
ejecución de sentencias; por tal razón, y siguiendo el
orden de prelación de las fuentes en la materia, se
impone la aplicación de las normas de Derecho
Internacional Privado venezolano.
En este orden de ideas, la Ley de Derecho Internacional
Privado, consagra en su Capítulo X las disposiciones
concernientes a la eficacia de las sentencias extranjeras,
estableciendo en el artículo 53, derogatorio parcialmente
de los artículos 850 y 851 del Código de Procedimiento
Civil, los requisitos que deben concurrir para que las
sentencias extranjeras tengan efecto en Venezuela, los
cuales son:

Artículo 53:

1. Que hayan sido dictadas en materia civil o mercantil


o, en general, en materia de relaciones privadas;
2. Que tengan fuerza de cosa juzgada de acuerdo con la
Ley del Estado en el cual han sido pronunciadas;
3. Que no versen sobre derechos reales respecto a
bienes inmuebles situados en la República o que no se
haya arrebatado a Venezuela la Jurisdicción para
conocer del negocio;
4. Que los tribunales del Estado sentenciador tengan
jurisdicción para conocer la causa de acuerdo con los
principios generales de jurisdicción consagrados en el
Capítulo IX de esta Ley;
5. Que el demandado haya sido debidamente citado,
con tiempo suficiente para comparecer, y que se le
hayan otorgado en general, las garantías procesales que
aseguren una razonable posibilidad de defensa;
6. Que no sean incompatibles con sentencia anterior que
tenga autoridad de cosa juzgada; y que no se encuentre
pendiente, ante los tribunales venezolanos,
un juicio sobre el mismo objeto y entre las mismas
partes, iniciado antes que se hubiere dictado la
sentencia extranjera”.

Mi Comentario: La sentencia ratifica el criterio de la Sala sobre los requisitos


de procedencia del exequátur.

El derecho penal internacional comprende todas las normas de derecho que


directamente fundamentan, excluyen o de cualquier otro modo regulan
una responsabilidad penal.

En este sentido, los crímenes contra el derecho internacional son todos los


que importan responsabilidad individual directa a partir del derecho
internacional. Algunos autores utilizan la expresión Derecho Penal
Internacional en un sentido más amplio, que incluye no solo los aspectos
penales del derecho internacional, particularmente relacionado con los
crímenes contra el derecho internacional, sino también los aspectos
internacionales del derecho penal doméstico, especialmente en lo relativo a
reglas domésticas sobre la jurisdicción sobre crímenes con un elemento
extranjero.

El principal órgano del Derecho Penal Internacional es la Corte Penal


Internacional, el primer tribunal de justicia penal internacional permanente,
creado en 1998 a través del Estatuto de Roma. La Corte tiene sede en La
Haya.

El procedimiento jurídico de extradición, es aquel mediante el cual un


sujeto acusado o condenado por una conducta considerada como delito por la
ley de un Estado es detenido en otro Estado y este hace entrega del inculpado
para ser enjuiciado o para que cumpla la pena ya impuesta.

Un Estado está obligado a conceder la extradición de un delincuente


extranjero, si existe un tratado internacional o Convención Internacional sobre
extradición con el Estado requirente. Cuando no existe un tratado o convención
internacional, el Estado requerido está facultado para acordar la extradición,
pero no está obligado a concederla.

Existen diferentes tipos de extradición:

 Extradición Activa: Se da en los casos en los que es el Estado el que


solicita a otro país la entrega de una persona, cuando se habla de extradición
se habla también del Estado requerimiento o solicitante, el Estado requerido y
el extraditable, que es el presunto infractor de la ley.
 Extradición Pasiva: Se produce cuando un Estado determinado es el
requerido por encontrarse prófugo en su territorio el acusado o procesado por
un delito cometido en otro Estado.
 Extradición Voluntaria: Tiene lugar cuando el individuo reclamado se
entrega por cuenta propia, sin formalidades.
 Extradición Espontánea: Consiste en el ofrecimiento de la extradición por
parte del estado supuesto reclamado.
 Extradición de Tránsito. Se produce cuando el traslado de la persona
reclamada desde el Estado requerido hasta el Estado requirente se realiza a
través del territorio o de espacios sometidos a la soberanía de un tercer
Estado.

En términos generales, voy a definir por el término de Asilo, a la protección


que encuentra una persona, objeto de persecuciones por parte de las
autoridades de un Estado, en aquellas hipótesis en que dichas persecuciones
se enfrentan ante la prohibición de su persecución dentro de ciertos espacios
competentes de la autoridad de otro Estado, sin que éste tenga la obligación de
facilitar su continuación entregando al refugiado a las autoridades del Estado
que pretende ejercer tal persecución.

Es importante acotar por otra parte, que la práctica internacional permite


constatar cómo, en diversos casos, sedes de misiones diplomáticas, de oficinas
consulares, buques de guerra y bases militares han sido utilizados para fines
absolutamente extraños a las funciones propias y características de una misión
diplomática, oficina consular, o en su caso, de una unidad militar. Es
precisamente para otorgar asilo a individuos que requieren protección y refugio
por huir de la justicia local.

Aunque el asilo suele asociarse al plano netamente político, en realidad se


trata de un recurso más amplio, que también engloba a quienes sufren
persecución por su raza, religión, nacionalidad, pertenecer a un determinado
grupo social o por sus opiniones políticas.

Habiendo definido tanto el vocablo extradición como el de asilo; se hace


oportuno el momento para distinguir entre ambas instituciones, vale decir,
Asilo y Extradición.

 La primera distinción que haré será en base a los procedimientos


propios para la consecución de una u otra institución, de ello se desprende:

La extradición y la determinación de la condición de refugiado son dos


procesos distintos que tienen propósitos diferentes y se rigen por criterios
legales diferentes.

Las personas encargadas de la toma de decisiones en cualquiera de estos


procesos deben poseer conocimientos, pericia y destrezas específicas, toda
vez que puede implicar una limitación de los recursos legales que puedan estar
disponibles en caso de que la determinación de la condición de refugiado sea
negativa. Por lo tanto, se considera recomendable que la decisión sobre la
solicitud de asilo y la solicitud de extradición, respectivamente, se tome
utilizando procedimientos distintos, por la misma naturaleza de dichas
instituciones.

Con respecto al asilo debemos tener en cuenta que existe el asilo territorial
cuando una persona o grupos de personas huyen de un determinado país e
ingresan a otro por alguna persecución política, religiosa, racial, ideológica y
desplazados por hechos de guerra. Sin embargo. el asilo territorial se está
dando en muchísimo mayor número por razones económicas conforme ahora
ocurre con la emigración masiva de venezolanos, principalmente hacia
Colombia, Perú, y en menor grado Guyana, Brasil, Ecuador, Argentina y Chile.
En la gran mayoría de los casos los países receptores tratan de limitar el
número de refugiados económicos y eso también ha ocurrido en Europa
Occidental a causa de los refugiados sirios.

 La figura del Asilo es reconocida como una institución de protección y


acogida para aquellos desplazados que buscan refugio en un país ajeno al
suyo, al no encontrar seguridad jurídica y ante una amenaza inminente contra
su integridad psico-física-moral, abandonando su país de nacionalidad o de
residencia habitual. En tanto que la Extradición tiene como última finalidad la
búsqueda y aprehensión del reo refugiado en un país, hecha por el gobierno de
éste a las autoridades de otro país que lo reclaman para juzgarlo y, en su caso,
castigarlo; y, sólo se concede en cumplimiento de un tratado o Ley, atendiendo
al principio de reciprocidad.

 El Asilo y la Extradición constituyen instituciones opuestas, pues


mientras la primera busca proteger de la persecución por hechos antes
descritos, la extradición busca la persecución de los delincuentes que huyen de
la acción de la justicia.
Como ya se he señalado líneas arriba, si bien ambas instituciones se
contraponen, pero también, con una afirmación aparentemente contradictoria,
se complementan ya que una protege el posible exceso persecutor del Estado,
y por otra, la solidaria universal de ayuda entre los Estados se posibilita.

Las dos instituciones estudiadas en el presente trabajo, se encuentran muy


bien amparadas bajo un andamiaje normativo sólido que permite que tanto la
una y la otra funcionen u operen de la mejor manera. Allí tenemos la
Convención de 1951 y su Protocolo de 1967, y allí también tenemos las Leyes
Internas de Extradición Pasiva que cuentan la mayoría de países.

Es notoria la existencia de una relación bastante vinculada entre ambas


instituciones, Asilo y Extradición, tanto que inclusive en algunas oportunidades
hay cierta convivencia conflictiva o contradictoria entre ellas.

Cabe destacar; que la piedra angular de todo el sistema de asilo y refugio,


así como cerrojo de antojadizas y arbitrarias decisiones de extradición son
parte del principio non refoulement, elemento esencial del régimen
internacional de protección de los refugiados y del asilo reconocido como regla
de ius cogens por la Convención de Ginebra del 28 de julio de 1951, el cual
prohíbe el retorno forzado de los refugiados que pueda exponerlos a un riesgo
de persecución

Finalmente es importante distinguir que la extradición y la determinación de


la condición de refugiado son dos procesos distintos que tienen propósitos
diferentes y se rigen por criterios legales diferentes, no obstante, el hecho de
que dichos procesos sean distintos, no implica o no significa que los dos
procesos se deben hacer en forma aislada, el hecho de si la persona requerida
califica o no para la condición de refugiado, tiene importantes repercusiones en
el ámbito de las obligaciones del Estado requerido según el derecho
internacional en lo que respecta a la persona requerida y, por lo tanto, incide en
la decisión relacionada con la solicitud de extradición.
Hablar de los Antecedentes Históricos de la Extradición pasa por
referenciar de entrada las palabras del profesor José María Olarte, citado por
Edgar Montaño:

“La expresión extradición como se la conoce


actualmente es de uso relativamente reciente”. 14
Señala este autor que el término apareció por primera vez en el Decreto de
la Convención Francesa de 19 de febrero de 1791.

Esto no significa que no existiese procedimientos similares a la extradición.


Un documento del Noveno Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención
del Delito y Tratamiento del Delincuente anota:

“Los orígenes de la cooperación internacional para la


eliminación del delito se remontan a los comienzos de
la diplomacia”.15
En general la práctica se originó en las antiguas civilizaciones no
occidentales siendo la entrega del delincuente más que un procedimiento
formal una expresión de amistad y cooperación entre soberanos.

En la antigüedad, señala Resendez Treviño:

“se hayan ejemplos de extradición, pero como casos


aislados que ninguna semejanza ofrecen con el
ejercicio regular de un derecho, porque la más de las
veces la extradición se obtuvo por la violencia o la
corrupción”.16
La práctica de un soberano entregando a los acusados de cometer un
crimen a otro puede remontarse a la antigüedad. Uno de los tratados más
antiguos conocidos, celebrado entre el faraón egipcio Ramsés II y Hattusili III
alrededor del año 1259 antes de Cristo, hizo una provisión específica para el
regreso de los criminales.

14
Edgard Montaño Pardo Edgar. Fundamentos de la extradición. Principios Generales y el
contexto boliviano. 1997.

15
Naciones Unidas. Noveno Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y
Tratamiento del Delincuente. Documento de antecedentes.
16
Tito Resendez Treviño. La Extradición. En: Lecturas masónicas selectas 2.
http:://orbita.starmedia.com/miggame/lecturas/masonicas-selectas, Unidad masónica
Tamaulipeca.
Los últimos siglos XVIII y XIX marcaron el desarrollo de la ley de extradición
moderna. Fue durante este período que los estados comenzaron a celebrar
tratados entre ellos que trataban sobre el retorno de los delincuentes comunes,
en lugar de los disidentes políticos, que hasta entonces habían sido la norma.

Esta fue también una época en la que surgieron nuevas constituciones


escritas que salvaguardaban los derechos básicos, incluidos los derechos
específicos de las personas que se enfrentan a la extradición. En Francia y
Haití, por ejemplo, las nuevas disposiciones constitucionales protegieron a los
disidentes políticos. La primera constitución federal de Suiza protegió a los
nacionales contra la expulsión (Constitución federal suiza: 12 de septiembre de
1848, y la versión original de la constitución actual de los Países Bajos
estipulaba que los extranjeros solo podían ser extraditados de conformidad con
los procedimientos y condiciones establecidos en la ley Constitución de los
Países Bajos: 25 de octubre de 1848. Los primeros estatutos nacionales que
rigen los procedimientos de extradición también se introdujeron durante este
período, muchos de los cuales contenían salvaguardias sustantivas y de
procedimiento adicionales.

La mayoría de los principales principios de la ley de extradición


contemporánea se habían cristalizado a fines del siglo XIX, incluidos los
principios relativos a la protección de presuntos delincuentes. En la segunda
mitad del siglo XX, la creación y el crecimiento de un nuevo cuerpo de leyes de
derechos humanos a nivel internacional, regional y nacional dieron lugar a
nuevas protecciones sustantivas y procesales para presuntos delincuentes.

Algunos de estos derechos humanos, como el derecho a no ser extraditados


en casos de pena de muerte, se han introducido en las constituciones
nacionales, por ejemplo, la actual Constitución de Finlandia: 11 de junio de
1999 (modificada al 22 de febrero de 2011). Al mismo tiempo, ilustres juristas
coinciden en que el aumento en los diferentes tipos y formas de actividad
criminal internacional ha fortalecido el deseo de los estados de cooperar entre
sí en la represión del crimen. Esto, sugieren, condujo a una ligera reversión a
los tiempos en que los intereses del estado superan a los de los individuos.
Desde el punto de vista de la estructura jurídica de esta institución, el
núcleo radica en la demanda de extradición formulada por el Estado requirente
y la decisión de acordarla adoptada por el Estado requerido.

Se trata, pues, de un acto jurídico bilateral de Derecho internacional


público, independientemente de la existencia de un Tratado de extradición o
de una declaración de reciprocidad.
No parece posible, sin embargo, atribuirle a la extradición la naturaleza
jurídica de contrato. Hay casos en los que, en ausencia de un Tratado, la
extradición no aparece como cumplimiento de una obligación contractual, sino
exclusivamente como ejercicio de una facultad conferida por la ley interna.

Una de las principales discusiones doctrinarias es el decidir si es una institución


de derecho internacional privado o de derecho internacional público. A mi
criterio el asilo y la extradición pertenecen a ambos derechos vista sus
implicaciones de aplicación de leyes, conflicto de leyes y señalación de juez
competente y la participación del Estado en emanar las normas internas sobre
su regulación o la adopción de tratados internacionales.

En cuanto institución jurídica se define como un acto de asistencia judicial


interestatal en materia penal, en virtud del cual un Estado transfiere a un
individuo, acusado o condenado por un delito cometido fuera de su territorio, a
otro Estado que lo reclama y es competente para juzgarlo y hacer cumplir lo
juzgado.
La extradición encuentra su fundamento en su propia necesidad. La
territorialidad de las leyes penales y la regla general, de la no ejecutoriedad de
las sentencias extranjeras, por un lado, y, por otro, las posibilidades de que
gozan hoy los delincuentes de trasponer en breve tiempo el espacio de la
soberanía estatal, justifican la existencia de esta institución. Sin ella muchos
delitos quedarían impunes y la lucha contra la criminalidad, en la que debe
estar interesada toda la comunidad internacional, se vería notoriamente
mermada.
Pero no sólo razones de utilidad, sino también de justicia, abogan a favor de
la extradición, pues precisamente, lo que de ella se trata es de evitar es que la
acción judicial se frustre y permanezca impune quien debe ser castigado.
Sin la extradición los Estados no sólo entorpecerían la buena marcha de la
administración de justicia de los demás, sino que se convertirían, faltando a la
solidaridad internacional, en guaridas de toda clase de delincuentes con
quebranto de su propia seguridad y, desde luego, también en la seguridad
general.

La extradición contemplada desde el punto de vista de su tipología, y


atendiendo al criterio del Estado que la solicita, se denomina extradición
activa y desde la perspectiva del que la otorga, extradición pasiva.
En la primera no hay, en el fondo, más que una solicitud que engendra, a lo
sumo, una mera expectativa de derecho, sin que el Estado requirente posea
capacidad decisoria y, menos aún jurisdiccional.

En cambio, en la extradición pasiva predomina el carácter jurisdiccional


resolviendo el Estado requerido la cuestión conforme a Derecho.

Por lo demás, la extradición activa es, por esencia, facultativa, ya que el


pedir es siempre libre, mientras la pasiva suele entrañar cierta obligatoriedad
derivada de tratados, leyes internas, costumbre o reciprocidad.
La extradición se califica de judicial, gubernativa o mixta, según prevalezca
en la concesión la decisión de órganos judiciales, administrativos o intervengan
conjuntamente de manera decisiva autoridades de ambas clases.

El artículo 391 establece que las fuentes que rigen dicho procedimiento
están constituidas por:

"Las normas de este Título, los tratados Bilaterales o


Multilaterales, convenios y acuerdos internacionales
suscritos por la República".
Además de los Principios de Solidaridad y Reciprocidad Internacionales y la
Ley Interna. Al respecto, la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de
Justicia en su Sentencia N° 333 del 22 de marzo de 2000, observa lo siguiente:

"En Venezuela la institución extradicional es reconocida


y regulada por el Código Penal y Código Orgánico
Procesal Penal, tratados internacionales suscritos
por la República con distintos países de
la comunidad internacional, además de ser reconocida
conforme a los principios de Derecho Internacional".

En Venezuela, la extradición está regulada como un procedimiento


especial en el Título VII del Código Orgánico Procesal Penal (C.O.P.P.),
denominado “Del Proceso de Extradición”.

El artículo 391 con el cual se inicia este título, establece que las fuentes que
rigen dicho procedimiento están constituidas por:

"Las normas de este Título, los tratados, convenios y


acuerdos internacionales suscritos por la República".
En cuanto a los requisitos para incoar procedimiento para la obtención de
la extradición, es importante señalar que en toda solicitud de esa naturaleza
debe constar la copia certificada del auto de detención o decisión equivalente,
para el caso de procesados; o copia de la sentencia condenatoria
definitivamente firme dictada por la autoridad judicial competente del Estado
requirente, si se trata de condenados; además de la copia de las disposiciones
legales que tipifiquen el hecho delictivo y establezcan la sanción aplicable; así
como un resumen de los hechos y los datos filiatorios que permitan la
identificación personal del solicitado y su nacionalidad. Todos estos
documentos deben estar traducidos al idioma del país requerido.

Una vez examinados los requisitos de forma y de fondo, y practicada la


detención preventiva del solicitado, quedará a potestad del Estado requerido
conceder o negar la extradición, decisión que deberá ser motivada por el
órgano competente, que en el caso venezolano es el Tribunal Supremo de
Justicia.

El artículo 392 de nuestra ley adjetiva, dedicado a la Extradición Activa,


establece que cuando se tuvieren noticias de que un imputado respecto del
cual el Ministerio Público haya presentado acusación y el Juez de Control haya
dictado una medida cautelar de privación de libertad se encuentre en país
extranjero, el Juez de Control se dirigirá a la Sala de Casación Penal del
Tribunal Supremo de Justicia, a los fines de solicitar se tramite su extradición.
Para ello remitirá al Máximo Tribunal copia de las actuaciones que
fundamentan su petición. Asimismo, establece que en caso de fuga de quien
esté cumpliendo condena, el trámite ante el Tribunal Supremo de Justicia le
corresponderá al Juez de Ejecución.

En ambos casos, el Tribunal Supremo de Justicia, tendrá un plazo de 30


días, contados a partir del recibo de la documentación, para decidir si es
procedente o no solicitar la extradición, previa opinión del Ministerio Público,
atribución que tiene su fundamento en el numeral 16 del artículo 108 del
C.O.P.P. en concordancia con el numeral 13 del artículo 21 de la Ley Orgánica
del Ministerio Público, y para la cual el Tribunal Supremo de Justicia hará la
notificación correspondiente, a fin de que el Ministerio Público efectúe el debido
pronunciamiento.

En caso de ser procedente la extradición, corresponderá al Ejecutivo


Nacional, por órgano del Ministerio de Relaciones Exteriores, tramitar la
solicitud de extradición ante las autoridades del país extranjero donde se
encuentre el solicitado, en un plazo máximo de sesenta días, y a tal efecto
realizará las certificaciones y traducciones que sean necesarias, como lo
establece el Artículo 393 del C.O.P.P.

El Ejecutivo Nacional podrá solicitar al país requerido la detención


preventiva del solicitado, así como la retención de los objetos concernientes al
delito, según lo estipulado en el Artículo 394 del C.O.P.P. En este caso, la
solicitud de extradición deberá formalizarse dentro del lapso previsto en los
tratados internacionales o normas de derecho internacional aplicables.

Respecto a la Extradición Pasiva, el artículo 395 del C.O.P.P., establece


que cuando un gobierno extranjero solicita la extradición de quien se encuentre
en territorio venezolano, el Poder Ejecutivo remitirá la solicitud al Tribunal
Supremo de Justicia con la documentación recibida. Por tanto, la Misión
Diplomática del Estado requirente acreditada ante el gobierno nacional remitirá
la solicitud al Ministerio de Relaciones Exteriores, el cual a su vez la envía al
Ministerio del Interior y Justicia. Si el solicitado se encuentra en el país, el
Ministerio Público solicitará al juez de control la detención preventiva con fines
de extradición. Si el tribunal la ordena, remitirá los recaudos al Tribunal
Supremo de Justicia para que éste decida sobre la procedencia de la
extradición.

En caso de que la mencionada solicitud se presente sin la documentación


necesaria, pero con el ofrecimiento de producirla posteriormente, y con la
petición de que mientras se produce se aprehenda al imputado, el Tribunal de
Control, a solicitud del Ministerio Público, podrá ordenar, según la gravedad y la
urgencia del caso, la medida cautelar contra el imputado, señalando un término
perentorio para la presentación de los referidos documentos, el cual no podrá
ser mayor de sesenta (60) días continuos, de acuerdo a lo dispuesto en el
artículo 396 del C.O.P.P.

El artículo 397 del C.O.P.P. contempla que, vencido el lapso de 60 días, si


no se produjo la documentación ofrecida, el Tribunal Supremo de Justicia
ordenará la libertad del aprehendido, sin perjuicio de volver a acordar
nuevamente la privación de libertad, si posteriormente se recibe dicha
documentación.

El artículo 398 del C.O.P.P. establece la facultad de los gobiernos


extranjeros de designar un abogado para la defensa de sus intereses en el
procedimiento especial de extradición.

Finalmente, según el artículo 399 del C.O.P.P., el Tribunal Supremo de


Justicia, dentro de los treinta (30) días siguientes a la notificación del solicitado,
convocará a una Audiencia Oral a la que concurrirán el Representante del
Ministerio Público, el imputado, su defensor y el representante nombrado por el
gobierno requirente para defender sus intereses, quienes expondrán sus
alegatos. Concluida la Audiencia, el Tribunal Supremo de Justicia decidirá en
un plazo de quince (15) días.

En el tránsito y la búsqueda incesante de medios recíprocos de avance y


desarrollo conjunto, los Tratados de Extradición de Venezuela con otros países,
indudablemente que hilan una cadena de hechos consumados, que alertan al
cuerpo legislador, y estos hechos similares observados por los legisladores de
todos los países, en el caso concreto, hacen admisible la Institución de la
Extradición por los pueblos civilizados, reconociéndose así la importancia de la
mutua asistencia jurídica internacional en obsequio de la seguridad jurídica que
con tanta razón reclama "El orden jurídico universal" y la "Educación moral de
la humanidad". He aquí una recopilación de los tratados de extradición hasta
ahora firmados y ratificados por Venezuela.

 Venezuela y Francia. Convenio sobre Extradición, firmado en Caracas,


el 23 de marzo de 1853. (Aprobación legislativa: 27 de febrero de 1856. -
Ratificación ejecutiva: 28 de febrero de 1856. Canje de ratificaciones, en
Caracas, e l '6 de abril de 1856) Caducidad por denuncia: 15 de noviembre de
1870.
 Venezuela y Bolivia. Tratado de Extradición, firmado en Caracas, el 21
de septiembre de 1883. (Aprobación legislativa: la de junio de 1883.
Ratificación ejecutiva: 12 de enero de 1888. Canje de ratificaciones en
Caracas, el 27 de enero de 1888), Sustituido por el Acuerdo del Congreso
Boliviano de 18 de julio de 1911.
 Venezuela y Bélgica. - Tratado de Extradición, firmado en Caracas, él 13
de marzo de 1884. (Canje de ratificaciones en Caracas, el 5 de febrero de
1885).
 Venezuela y España. - Tratado de Extradición. firmado en Caracas. el 22
de enero de 1894. (Aprobación legislativa: 9 de mayo de 1894. Canje de
ratificaciones en Caracas. el 19 de mayo de 1895).
 Venezuela y Cuba. - Tratado de Extradición. firmado en Caracas. de 14
de julio de 1910. (Aprobación legislativa: II de junio de 1912. Ratificación
ejecutiva: 10 de diciembre de 1912. Canje de ratificaciones en La Habana. e!
2'1 de enero de 1913).
 Venezuela y Chile. - Tratado de Extradición, suscrito en Santiago el 2 de
junio de 1962. (Aprobación legislativa: 9 de diciembre de 1964. Ratificación
ejecutiva: 30 de diciembre de 1964).
 Venezuela y Ecuador, Bolivia, Perú y Colombia. - (Congreso Boliviano)
Acuerdo sobre Extradición, firmado en Caracas, el 18 de julio de 1911.
(Aprobación legislativa: 18 de junio de 1912. - Ratificación ejecutiva: 19 de
diciembre de 1914).
 Venezuela y Estados Unidos. Tratado de Extradición, firmado en
Caracas el 19 de enero de 1922. (Aprobación legislativa: 12 de junio de 1922.
Ratificación Ejecutiva: 15 de -febrero de 1923.- Canje de ratificaciones: en
Caracas, el 14 de abril de 1923).
 Venezuela e Italia. Tratado de Extradición y Asistencia Judicial en
Materia Penal. Suscrito en Caracas, el 23 de agosto de 1930. (Aprobación
legislativa: 23 de junio de 1931. Ratificación ejecutiva: 23 de diciembre de
1931. - Canje de ratificaciones en Roma el 19 marzo de 1932).
 Venezuela y Brasil. - Tratado de Extradición, suscrito en Río de Janeiro,
el 7 de diciembre de 1938. (Aprobación legislativa: el 3 de junio de 1939. Canje
de ratificaciones en Río de Janeiro, el 14 de febrero de 1940).

Previa cumplimiento de la solicitud respectiva, por parte del Estado


requirente al Estado Requerido, los medios usados para el desarrollo y
logro de la institución de la extradición, son los citados previamente en
párrafos anteriores con fundamento en el artículo 391 que determina los
medios para la obtención por la vía de la diplomacia, acudiendo a:

"Las normas, los tratados Bilaterales o Multilaterales,


convenios y acuerdos internacionales suscritos por la
República, los Principios de Solidaridad y Reciprocidad
Internacionales y la Ley Interna”.

La Improcedencia de la extradición se configura bajo las siguientes


situaciones o casos:

 Improcedencia por la concurrencia de los Delitos Políticos establecidos


en el artículo 4°;
 Por la concurrencia de los Delitos Militares;
 Por la concurrencia de Delitos Fiscales, tipificados en el artículo 6°, en
materia de Tasas y Tributos, de Aduana y de Cambios.
 En los casos de Cosa Juzgada.
 Por lo dispuesto por los Tribunales de excepción o "Ad Hoc".
 No procederá la extradición cuando los hechos en los que se funda la
solicitud estuvieren castigados en el Estado requirente con pena de
muerte o con pena privativa de libertad a perpetuidad.
 Por la denegación facultativa de extradición en su artículo 10,
prescripción y amnistía.
Sin embargo, la extradición podrá ser concedida si la Parte requirente
otorgara seguridades suficientes, con la conformidad de la Parte requerida, de
que la pena a cumplir será la máxima admitida en la Ley Penal del Estado
requerido.

Por razones pedagógicas, en este último aparte adjuntaré un par de


extractos de jurisprudencias referidas a la extradición, y una completa de
las tantas existentes para cubrir lo atinente a este punto final del presente
ensayo.

Sala de Casación Penal Niega Extradición de Ciudadano por


incumplimiento de Requisitos

Sala de Casación Penal.


Extradición.
Sentencia Nº 285        Fecha: 22/07/2016
Caso: Solicitud de extradición pasiva de JOSÉ RAFAEL BLANCO
GAMBOA en el juicio penal que se sigue en su contra.
Decisión: Improcedente la solicitud de extradición.
Extracto: 

“No obstante, respecto a la extradición, el Estado


venezolano obra con un alto sentido de responsabilidad y
acepta la extradición como una obligación moral conforme
al Derecho Internacional, pero se reserva la más absoluta
libertad para concederla o negarla, tomando en cuenta si en
el caso concreto se quebrantan los principios de
nuestra legislación nacional o no estuviese conforme con la
razón y la justicia.
Los principios que rigen la extradición establecen
condiciones de procedencia tanto para la entrega del
ciudadano solicitado como para el cumplimiento de
la pena en el país requerido.
En este sentido, de acuerdo con el principio de
territorialidad, se debe comprobar la comisión
del delito dentro del territorio del Estado requirente; de
acuerdo con el principio de doble incriminación, el delito
previsto en el estado requirente, por el que se solicita la
extradición, debe estar tipificado también en la legislación
del Estado requerido; que la pena aplicada no sea mayor a
treinta años, pena perpetua o pena de muerte, conforme con
el principio de limitación de las penas; asimismo, que la
acción penal y la pena no se encuentren prescritas,
conforme al principio de no prescripción; que el delito no
sea político ni conexo con un delito de este tipo, de acuerdo
con el principio de no entrega por delitos políticos;
la improcedencia por faltas o penas menores a las
establecidas en los Tratados y Acuerdos suscritos entre los
Estados Partes, conforme con el principio de la mínima
gravedad del hecho, así como que la entrega, el
juzgamiento o el cumplimiento de la pena, sean por el delito
expresamente señalado en la solicitud de extradición y no
por otro, de acuerdo con el principio de especialidad del
delito. Asimismo, se debe verificar la nacionalidad del
ciudadano solicitado, a fin de cumplir con el principio de no
entrega del nacional, en caso de que el ciudadano
solicitado sea venezolano y no haya adquirido la
nacionalidad con el fin fraudulento de evadir
el procedimiento penal o la condena.…
En atención a las disposiciones constitucionales y legales
citadas supra, la Sala de Casación Penal
del Tribunal Supremo de Justicia, deja claramente
establecido que en la legislación venezolana rige el principio
de la “no entrega de nacionales”, el cual “…se basa
principalmente en la idea de que conceder la entrega de un
venezolano sería sacrificar el deber de protección del Estado
para con sus súbditos (que es a su vez un derecho de éstos)
y sustraerlos de sus jueces naturales…”. (Vid: Sentencia N°
532 del 21 de octubre de 2009, Sala Accidental de Casación
Penal).
En atención a las disposiciones y jurisprudencias antes
citadas, la Sala de Casación Penal establece que en la
legislación venezolana rige el principio de la no entrega
de nacionales, cuyo fin es la protección de los derechos y
garantías que tiene cada nacional dentro de su país.
En el presente caso, se evidencia que la petición de
extradición del Gobierno de la República de Colombia recae
en el ciudadano JOSÉ RAFAEL BLANCO GAMBOA, quien
es venezolano por nacimiento, tal como se explicó
anteriormente.
En consecuencia, la Sala de Casación Penal, considera
que no es procedente la Extradición Pasiva del
ciudadano JOSÉ RAFAEL BLANCO GAMBOA, planteada
por el Gobierno de la República de Colombia, de
conformidad con lo establecido en el artículo 32, numeral 1 y
el artículo 69 de la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela, el artículo 6, del Código Penal, el artículo 9,
numeral 1 y el artículo 12, ambos de la Ley de Nacionalidad
y Ciudadanía”.
Comentario: La no entrega de los nacionales ha sido un tema controvertido
en el derecho penal porque pone en evidencia la tensión de éste respecto de
las obligaciones legales internacionales que vienen avanzando cada vez más
hacia la flexibilización del derecho interno en apoyo al derecho penal
internacional, en temas como el genocidio, los crímenes de lesa humanidad y
de guerra, así como en temas relacionados con graves delitos de
trascendencia internacional como la corrupción, la delincuencia organizada y el
ecocidio, entre otros.

La consecuencia de mantener esta posición de la no entrega de nacionales


de forma absoluta permite que Venezuela sea un refugio para criminales
internacionales, quienes pueden adquirir la nacionalidad venezolana para
evadir su responsabilidad por graves hechos punibles. Sobre todo, si se toman
en consideración las graves falencias y disfunciones que tiene el sistema
judicial venezolano y la falta de desarrollo en el derecho interno del Estatuto de
Roma de la Corte Penal Internacional, lo cual deja impunes varios tipos
penales como el genocidio, los crímenes de lesa humanidad y de guerra.
Fuente: http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scp/julio/189185-285-22716-2016-
E15-387.HTML

TSJ declara improcedente extradición a España por caso de tráfico de


drogas
“En Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de
Justicia, con ponencia de la magistrada Deyanira Nieves
Bastidas, se declaró improcedente la extradición pasiva
solicitada por el Reino de España en contra del ciudadano
David Habib Hannaoui Babik, quien es juzgado por el Poder
Judicial de la República Bolivariana de Venezuela, por los
mismos hechos por los cuales lo requieren los españoles, los
cuales se circunscriben a la presunta comisión de los delitos de
legitimación de capitales y asociación para delinquir, tipificados
en los artículo 35 y 37, respectivamente, de la Ley Orgánica
contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al
Terrorismo.

Según explica el fallo, los hechos que se le imputan al


ciudadano de nacionalidad venezolana, son el de
presuntamente ser el jefe de una organización dedicada a
blanquear grandes cantidades de dinero en metálico
procedentes del tráfico de drogas entre diciembre de 2012 y
mayo de 2013, en territorio latinoamericano y europeo.

Para decidir, la Sala de Casación Penal del TSJ, indica que es


improcedente la extradición pasiva porque el ciudadano David
Habib Hannaoui Babik es venezolano y como lo establece el
artículo 6 del Código Penal, no podrá concedérsele a ningún
venezolano de nacimiento, "pero deberá ser enjuiciado en
Venezuela, a solicitud de parte agraviada o del Ministerio
Público, si el delito que se le imputa mereciere pena por la ley
venezolana". Señala la decisión que el imputado nació en La
Guaira, estado Vargas, por lo cual es improcedente la solicitud
ibérica.

Asimismo, el TSJ indica que al ciudadano se le sigue juicio en


su etapa oral y pública ante el Tribunal Sexto de Primera
Instancia en Función de Juicio del Circuito Judicial Penal del
estado Vargas, con medida privativa de libertad, desde el 18 de
julio de 2013.
Para finalizar, la Sala de Casación Penal insta al Ministerio
Público de la República Bolivariana de Venezuela, como titular
de la acción penal, para que solicite y recabe del Reino de
España, cualquier elemento probatorio que a bien tengan
presentar, a través de su representante en el país, que pueda
servir para el juzgamiento en territorio venezolano del
ciudadano David Habib Hannaoui Babik”.
http://www.tsj.gov.ve/informacion/notasdeprensa/notasdeprens
a.asp?codigo=11978

Ponencia del Magistrado Doctor JUAN LUIS IBARRA


VERENZUELA
El 15 de enero de 2019, la Secretaría de esta Sala de Casación Penal
le dio entrada al expediente signado con el alfanumérico 43°C-17.640-18,
procedente del Juzgado Cuadragésimo Tercero de Primera Instancia en
Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de
Caracas, contentivo del procedimiento de EXTRADICIÓN ACTIVA del
ciudadano LUIS CARLOS RUÍZ ARVELO, venezolano, titular de la
cédula de identidad N° 17.719.594, iniciado por el referido Tribunal con
ocasión a la orden de aprehensión dictada en su contra por la presunta
comisión de los delitos de homicidio calificado ejecutado con alevosía y
por motivos fútiles, robo agravado y agavillamiento, previstos y
sancionados, en su orden, en los artículos 406, numeral 2, en relación con
el 83, y 458 y 286, todos del Código Penal.

El 16 de enero de 2019, se dio cuenta en esta Sala de Casación Penal


de haberse recibido el expediente y, de conformidad con lo dispuesto en el
artículo 99 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, se
designó ponente al Magistrado Doctor JUAN LUIS IBARRA
VERENZUELA, quien con tal carácter suscribe la presente decisión.

Cumplidos los trámites procedimentales del caso y siendo la


oportunidad legal pasa esta Sala de Casación Penal a decidir sobre la
procedencia de la solicitud de extradición activa del ciudadano Luis Carlos
Ruíz Arvelo y, a tal efecto, observa:

I
ANTECEDENTES DEL CASO

Consta en las actas que conforman el presente expediente que, el 23


de agosto de 2018, los abogados Tulio Ramón Vásquez Cardoza y Jorge
Brazón, Fiscales Provisorio y Auxiliar Centésimo Vigésimo Primero del
Ministerio Público con Competencia Plena de la Circunscripción Judicial
del Área Metropolitana de Caracas, solicitaron al Juzgado de Primera
Instancia en Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del Área
Metropolitana de Caracas, al cual le correspondiera conocer por vía de
distribución, decretara orden de aprehensión, entre otros, contra el
ciudadano Luis Carlos Ruíz Arvelo, por la presunta comisión de los delitos
de homicidio calificado ejecutado con alevosía y por motivos fútiles, robo
agravado y agavillamiento, previstos y sancionados, en su orden, en los
artículos 406, numeral 2, en relación con el 83, y 458 y 286, todos del
Código Penal.
En dicha solicitud, los representantes del Ministerio Público narraron
los hechos siguientes:
“(…) [A]proximadamente a las 10:30 horas de la noche, los
ciudadanos ELSY CAROLINA PEÑA
MEJIAS  (sic)  [Occisa] y ERICK LEONARDO NUÑEZ (sic) ROJAS
(Occiso), quienes mantenian (sic) una relación sentimental, se
encontraban conversando en el estacionamiento ubicado entre los
Bloques ‘07’ y ‘08’, adyacente al Templo Evangélico
Pentecostal  (…) Lomas de Propatria vía pública (…) cuando fueron
sorprendidos por los ciudadanos JOHASON JOSEPH SILVA
MARQUEZ  (sic)  apodado ‘EL NENE’, OTTO DEL VALLE
MARTINEZ (sic) RAMIREZ (sic) apodado ‘OTTO’, YASSEL
JESUS (sic) GUZMAN MORALES apodado ‘PELUCA y/o RASTA’,
JOHAN ALEXANDER CAPOTE RODRIGUEZ  (sic)  apodado ‘CARA
DE MUERTO’, NEIKER JESUS (sic) LABRADOR CORDERO
apodado ‘PATICO DE AGUA’, EINER ORLANDO MONTILLA
apodado ‘EL CATIRE’, EDWARD
JOSE (sic) MARQUEZ  (sic) apodado ‘HAPPY’, LUIS CARLOS LUIS
RUIZ (sic) ARVELO apodado ‘TOGATO’, JESUS (sic) GREGORIO
MARTINEZ (sic) DAZA apodado ‘TATO’, EDWUAR JESUS (sic) RUS
TERAN (sic) apodado ‘EL GORDO EDWAR’, FRANK ISRRAEL
RAMOS ARTEAGA apodado ‘EL LACREAO’, KEIBER BAUDILLO
PALMA PEREZ (sic) apodado ‘CARA DE HULK’, ELVIS DAVID
GONZALEZ (sic) PALMERA apodado ‘DIENTE y/o CONTAGIO’,
WUILDER YONAIKER SUMOZA MARQUEZ (sic) apodado ‘PEROL
y/o PELUCA’, DIEGO DARIAM ANGULO
GUTIERREZ  (sic)  apodado ‘DIEGO’ (…) y otros sujetos por
identificar plenamente apodados ‘TERRY’, ‘ATICALUA’,
‘JHONGIPA’ y ‘MARQUITO’,  quienes conforman la peligrosa banda
delictiva denominada ‘LAS BARRAS’, quienes portando armas de
fuego en mano, bajo amenaza de muerte los obligan a entregar los
objetos materiales que llevaban consigo, por lo que sin poner
resistencia despojan de sus pertenencias a ELSY CAROLINA PEÑA
MEJIAS  (sic) [Occisa] de un (01) telefono (sic) celular
movil (sic) marca SAMSUNG (…), mientras a ERICK LEONARDO
NUÑEZ (sic) ROJAS (Occiso) lo despojan de un (01)
telefono (sic) celular movil (sic) SAMSUNG (…) y un (01)
bolso   (…), dinero en efectivo y documentos personales, por lo que los
autores optan por retirarse del lugar, mientras las víctimas impactadas
por lo ocurrido se quedan en el sitio y al cabo de pocos minutos
nuevamente regresan al lugar los ciudadanos (…), quienes se
encontraban fuertemente armados, es cuando el ciudadano JOHASON
JOSEPH SILVA MARQUEZ (sic) apodado ‘EL NENE’,
rapidamente (sic) aborda a la hoy victima (sic) ERICK LEONARDO
NUÑEZ (sic) ROJAS (Occiso), con la intención de
llevárselo (sic) consigo por lo que requisa entre sus prendas de vestir,
a lo que grita a viva voz  ‘ESTA ARMADO, ESTA ARMADO’,  y de
inmediato proceden a disparar en contra de la humanidad de la hoy
víctima (…)” [Mayúsculas y negrillas de la solicitud]. 
De igual modo, sustentaron la solicitud en los elementos de
convicción que de seguida se señalan:
“(…) 1.-ACTA DE TRANSCRIPCIÓN DE NOVEDAD:  de
fecha  27/03/2018, suscrita por el funcionario  Inspector JESÚS
SERRANO, adscrito a la División de Investigaciones de
Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y
Criminalísticas (…)
2.-ACTA DE INVESTIGACIÓN PENAL   de fecha  27/03/2018,
suscrita por el funcionario Detective Agregado  IBRAHIM
PEREZ (sic), adscrito a la División de Investigaciones de
Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y
Criminalísticas (…)
3.-PLANILLA DE LEVANTAMIENTO DEL CADAVER,  de
fecha  27/03/201,  suscrita por el funcionario Inspector JESUS (sic)
SERRANO y el Detective
Agregado  IBRAHIM  PEREZ (sic)  adscrito a la División de
Investigaciones de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones
Científicas, Penales y Criminalísticas (…)
4.-ACTA DE ENTREVISTA, de fecha 27/03/2018, tomada por el
funcionario Detective  Agregado LUIGGI SOLORZANO (sic), a la
persona identificada en Actas Procesales como EDWIN (cuya
identificación plena quedara (sic) protegida de acuerdo a lo
establecido en los artículos 3 y 4 de la Ley de Protección de
Víctimas, Testigos y demás Sujetos Procesales), ante la División de
Investigaciones de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones
Científicas, Penales y Criminalísticas (…)
5.-ACTA DE INVESTIGACIÓN PENAL, de fecha  27/03/2018,
suscrita por el funcionario Detective Agregado IBRAHIM
PEREZ  (sic),  adscrito a la División de Investigaciones de
Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y
Criminalísticas (…)
6.-ACTA DE ENTREVISTA, de fecha 28/03/2018, tomada por el
funcionario Detective Agregado LEONARDO CHAVEZ  (sic), a la
persona identificada en Actas Procesales como  WLADIMIR (cuya
identificación plena quedara (sic) protegida de acuerdo a lo
establecido en los artículos 3 y 4 de la Ley de Protección de
Víctimas, Testigos y demás Sujetos Procesales), ante la División de
Investigaciones de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones
Científicas, Penales y Criminalísticas (…)
7.-ACTA DE INSPECCIÓN TÉCNICA POLICIAL signada bajo
el N° 0.584, de fecha 27/03/2018, suscrita  por los
funcionarios  Detectives Agregados Nuñez Rosbelys,
Piñangp (sic) Deyvis y Detective Suarez (sic) Jhonth, adscritos a
la División de Investigaciones de Homicidios del Cuerpo de
Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (…)
8.-ACTA DE INSPECCIÓN TÉCNICA POLICIAL signada bajo
el N° 0.585, de fecha 27/03/2018, suscrita  por los
funcionarios  Detectives Agregados Nuñez Rosbelys,
Piñango Deyvis y Detective Cambera Pablo, adscritos a la División
de Investigaciones de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones
Científicas, Penales y Criminalísticas (…)
9.-INFORME DE TRAYECTORIA DE BALISTICA  (sic), N°
9700-029-0342-18, de fecha 27/03/2018, suscrito por los
funcionarios Detective MUÑOZ NAIMA (EXPERTO
DESIGNADO) y Detective Agregado CARRILLO CARLOS
(EXPERTO CALIFICADOR), adscrito a la División de Análisis y
Reconstrucción de Hechos del Cuerpo de Investigaciones
Científicas, Penales y Criminalísticas (…)
10.-LEVANTAMIENTO PLANIMETRICO (sic) N° 9700-029-
0372-18,  de fecha 07/03/2018, suscrito por el funcionario Detective
Agregado LEON (sic) FLORSAYMAR,  MUÑOZ  (sic)  NAIMA
(EXPERTO DESIGNADO) y Detective Agregado CARRILLO
CARLOS (EXPERTO CALIFICADOR),  adscrito a la División de
Análisis y Reconstrucción de Hechos del Cuerpo de
Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (…)
11.-RESULTADO DE NECRODACTILIA N° 9700-032-1869,  de
fecha 27/03/2018, suscrita por la funcionaria Experto
Dactiloscopista  RAMIREZ  (sic)  ZULLY  adscrito (sic) a la
División de Lofoscopia del Cuerpo de Investigaciones Científicas,
Penales y Criminalísticas  (…)
12.-ACTA DE ENTREVISTA,  de fecha 02/04/2018, tomada por el
funcionario Detective JOSE  (sic)  AGUILERA, a la persona
identificada en Actas Procesales como  JOSEFINA (cuya
identificación plena quedara (sic) protegida de acuerdo a lo
establecido en los artículos 3 y 4 de la Ley de Protección de
Víctimas, Testigos y demás Sujetos Procesales), ante la División de
Investigaciones de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones
Científicas, Penales y Criminalísticas (…)
13.-ACTA DE ENTREVISTA,  de fecha 02/04/2018, tomada por el
funcionario Detective Agregado LEONARDO CHAVEZ (sic), a la
persona identificada en Actas Procesales como  HILSE (cuya
identificación plena quedara (sic) protegida de acuerdo a lo
establecido en los artículos 3 y 4 de la Ley de Protección de
Víctimas, Testigos y demás Sujetos Procesales), ante la División de
Investigaciones de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones
Científicas, Penales y Criminalísticas (…)
14.-ACTA DE INVESTIGACIÓN PENAL,  de fecha 02/04/2018,
suscrita por el Detective Agregado  IBRAHIM
PEREZ  (sic),  adscrito a la División de Investigaciones de
Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y
Criminalísticas (…)
15.-ACTA DE ENTREVISTA, de fecha 02/04/2018,  tomada por el
funcionario Inspector  MIGUEL ESCALONA, adscrito a  la
División de Investigaciones de Homicidios del Cuerpo de
Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas a la persona
identificada en Actas Procesales como ERICK LEONARDO
NUÑEZ (sic) ROJAS, efectuada en el Hospital Doctor Miguel
Pérez Carreño (…)
16.-RESULTADO DE EXPERTICIA DE RECONOCIMIENTO
TÉCNICO Y COMPARACIÓN BALÍSTICA, N° 9700-018-1185-
18, de fecha 03/04/2018, suscrita por los Expertos
Detective  YENDER IBARRA y Detective JOSE (sic) PINEDA,
adscritas (sic) a la División de Balística del Cuerpo de
Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (…)
17.-ACTA DE INVESTIGACIÓN PENAL, de fecha 05/04/2018,
suscrita por el Detective Agregado  IBRAHIM
PEREZ  (sic),  adscrito a la División de Investigaciones de
Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y
Criminalísticas (…)
18.-ACTA DE INVESTIGACIÓN PENAL,  de fecha 05/04/2018,
suscrita por el Detective Agregado  IBRAHIM
PEREZ  (sic),  adscrito a la División de Investigaciones de
Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y
Criminalísticas (…)
18.-MEMORANDUM   CNP-OGA-DA-151-18, de
fecha  05/04/2018, suscrita por el funcionario Comisionado
Agregado (CPNB) Lcdo (sic) HERVIN DEL CARMEN ESPAÑOL
MARIÑO, coordinador (sic) de la División de Armamento del
Cuerpo de Policía Nacional Bolivariana (…)
19.-PLANILLA DE REPORTE DE SISTEMA,  de
fecha  05/04/2018, emanada de la Oficina de Enlace CICPC-
S.I.I.POL correspondiente al Estado SOLICITADO  (…)
20.-ACTA DE INVESTIGACIÓN PENAL,  de fecha 06/04/2018,
suscrita por el Detective Agregado  IBRAHIM
PEREZ  (sic),  adscrito a la División de Investigaciones de
Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y
Criminalísticas (…)
21.-CERTIFICADO DE ACTA DE DEFUNCIÓN N°
N°  (sic)  1149 FOLIO N° 149, Tomo 5, de fecha 28/03/2018  (…)
22.-ACTA DE INVESTIGACIÓN PENAL, de fecha 10/04/2018,
suscrita por el Detective Agregado  IBRAHIM
PEREZ  (sic),  adscrito a la División de Investigaciones de
Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y
Criminalísticas (…)
23.-TRANSCRIPCIÓN DE NOVEDAD  de
fecha  18/04/2018, suscrita por el Funcionario Inspector JORMAN
PEREZ (sic),  llevada por la División de Investigaciones de
Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y
Criminalísticas (…)
24.-ACTA DE INVESTIGACIÓN PENAL,  de fecha 19/04/2018,
suscrita por el Detective  YOSER DAGER,  adscrito a la División de
Investigaciones de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones
Científicas, Penales y Criminalísticas (…)
25.-PLANILLA DE LEVANTAMIENTO DEL CADAVER  (sic) de
fecha  18/04/2018, suscrita por el funcionario Detective Agregado
Carlos SOLORZANO (sic) y Detective Yoser DAGER, adscrito a la
División de Investigaciones de Homicidio del Cuerpo de
Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas  (…)
26.-ACTA DE ENTREVISTA,  de fecha 19/04/2018, tomada por el
funcionario IBRAHIM PEREZ (sic), a la persona identificada en
Actas Procesales como  MARISOL  (cuya identificación plena
quedara (sic) protegida de acuerdo a lo establecido en los artículos
3 y 4 de la Ley de Protección de Víctimas, Testigos y demás Sujetos
Procesales), ante la División de Investigaciones de Homicidios del
Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y
Criminalísticas (…)
27.-ACTA DE INVESTIGACIÓN PENAL,  de fecha 20/04/2018,
suscrita por el Detective Agregado   IBRAHIM
PEREZ (sic), adscrito a la  División de Investigaciones de
Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y
Criminalísticas (…)
28.-RESULTADO DE NECRODACTILIA N° 9700-032-2117,  de
fecha 19/04/2018, suscrita por la funcionario Experto en
Dactiloscopia Detective Agregado  MAYERLINE VALENCIA,
adscrito  (sic) a la División de Lofoscopia del Cuerpo de
Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (…)
29.-RESULTADO DE EXPERTICIA DE RECONOCIMIENTO
TÉCNICO N° 9700-018-1382-18, de fecha
20/04/2018 (…)” [Mayúsculas y negrillas de la solicitud].

Consta asimismo, que el Juzgado Cuadragésimo Tercero de Primera


Instancia en Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del Área
Metropolitana de Caracas, al cual le correspondió conocer de la solicitud en
cuestión, el 27 de agosto de 2018, de acuerdo con lo establecido en los
artículos 236 y 237 del Código Orgánico Procesal Penal, y con base en los
elementos de convicción señalados por el Ministerio Público dictó decisión
mediante la cual ordenó la aprehensión, entre otros, del ciudadano Luis
Carlos Ruíz Arvelo, por estimar su participación en la presunta comisión de
los delitos de homicidio calificado ejecutado con alevosía y por motivos
fútiles, robo agravado y agavillamiento, previstos y sancionados, en su
orden, en los artículos 406, numeral 2, en relación con el 83, y 458 y 286,
todos del Código Penal.

De igual modo, se constata que el 13 de diciembre de 2018, el


abogado Tulio Ramón Vásquez Cardoza, Fiscal Provisorio Centésimo
Vigésimo Primero del Ministerio Público con Competencia Plena de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, solicitó al
señalado Juzgado Cuadragésimo Tercero de Primera Instancia en
Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de
Caracas, el inicio del procedimiento de extradición activa del
ciudadano Luis Carlos Ruíz Arvelo, en virtud de la información
suministrada por la División de Investigaciones de Interpol del Cuerpo de
Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, referida a que
“(…) fue detenido (…) en virtud de Notificación Roja de INTERPOL
N° A-1220/11-2018 librada en fecha 22-11-2018 (…) quien se
encuentran (sic) actualmente en Madrid- España (…)” [Mayúsculas y
negrillas de la solicitud de extradición].

El 9 de enero de 2019, el Juzgado Cuadragésimo Tercero de Primera


Instancia en Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del Área
Metropolitana de Caracas, en virtud de la solicitud realizada por el
representante del Ministerio Público dictó decisión en la cual acordó
“(…) el inicio del procedimiento de EXTRADICIÓN ACTIVA de
conformidad con lo establecido en el artículo 383 del Código Orgánico
Procesal Penal (…)”; y, en consecuencia, ordenó la remisión de las
actuaciones a esta Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de
Justicia.

Recibidas las actuaciones en esta Sala de Casación Penal, el 17 de


enero de 2019, se libraron los oficios números: a) 10, al Fiscal General de
la República Bolivariana de Venezuela, informándole sobre el proceso de
extradición llevado en la presente causa, a los fines de dar cumplimiento
con lo establecido en el artículo 111, numeral 16, del Código Orgánico
Procesal Penal; y, b) 11, al Director General del Servicio Administrativo de
Identificación, Migración y Extranjería (SAIME) del Ministerio del Poder
Popular para Relaciones Interiores, Justicia y Paz, solicitándole
información sobre los datos filiatorios, los movimientos migratorios, las
huellas decadactilares, las trazas y los registros fotográficos del serial de la
cédula de identidad V-17.719.594.

El 18 de enero de 2019, se recibió oficio signado con el N° 113,


procedente de la Dirección de Verificación y Registro de Identidad del
Servicio Administrativo de Identificación Migración y Extranjería del
Ministerio de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, donde constan los datos
filiatorios pertenecientes al ciudadano Luis Carlos Ruíz Arvelo, siendo los
siguientes:
“(…) LUIS CARLOS RUIZ ARVELO.//
CÉDULA DE IDENTIDAD N° 17.719.594**//**
NOMBRE DE LOS PADRES: RUIZ MAYS LUIS RANGEL Y
ARVELO KARINA DEL C. **//**
LUGAR Y FECHA DE NACIMIENTO:  CARACAS, PARROQUIA
LA PASTORA, DEPARTAMENTO LIBERTADOR DEL
DISTRITO FEDERAL, EL 13/07/1987.**//**
ESTADO CIVIL: SOLTERO.**//**
DOCUMENTOS PRESENTADOS: PARTIDA DE NACIMIENTO
N° 286, AÑO 1988, EXPEDIDA POR LA PRIMERA
AUTORIDAD CIVIL DE LA PARROQUIA SUCRE, EL
29/07/1997. (…)” [Subrayado, mayúsculas y resaltados del
oficio].
 
II
COMPETENCIA DE LA SALA

Previamente esta Sala de Casación Penal debe determinar su


competencia para conocer del presente procedimiento de extradición activa,
y, en tal sentido, observa:

La Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia establece las


facultades y atribuciones de cada una de las Salas que integran este
Máximo Tribunal. De manera específica, respecto a esta Sala de Casación
Penal, el artículo 29, numeral 1, de la referida ley especial, señala:
“(…) Son competencias de la Sala [de Casación] Penal del Tribunal
Supremo de Justicia: (…) 1. Declarar si hay o no lugar para que se
solicite o conceda la extradición en los casos que preceptúan los
tratados o convenios internacionales o la ley  (…)”.

Por su parte, el Código Orgánico Procesal Penal en su artículo 383,


dispone expresamente que:
“(…) Artículo 383. Cuando el Ministerio Público tuviere noticias de
que un imputado o imputada al cual le ha sido acordada medida
cautelar de privación de libertad, se halla en país extranjero,
solicitará al Juez o Jueza de Control inicie el procedimiento de
extradición activa.
A tales fines se dirigirá al Tribunal Supremo de Justicia, el cual,
dentro del lapso de treinta días contados a partir del recibo de la
documentación pertinente y previa opinión del Ministerio Público,
declarará si es procedente o no solicitar la extradición, y en caso
afirmativo, remitirá copia de lo actuado al Ejecutivo Nacional (…)”.

De la transcripción de los artículos anteriores, se observa que


corresponde a esta Sala de Casación Penal conocer y decidir sobre la
procedencia de la extradición activa. En el presente caso, se requiere la
extradición del ciudadano Luis Carlos Ruíz Arvelo, contra quien pesa
orden de aprehensión dictada por el Juzgado Cuadragésimo Tercero de
Primera Instancia en Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del
Área Metropolitana de Caracas, y tal como se evidencia de lo señalado por
los representantes del Ministerio Público “(…) fue detenido (…) en virtud
de Notificación Roja de INTERPOL N° A-1220/11-2018 librada en fecha
22-11-2018 (…) quien se encuentran (sic) actualmente en Madrid-
España (…)”, por lo que ciertamente se trata de un procedimiento de
extradición activa de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 383 del
Código Orgánico Procesal Penal. En consecuencia, esta Sala de Casación
Penal declara su competencia para conocer de dicho procedimiento. Así se
decide.

III
FUNDAMENTOS PARA DECIDIR

Esta Sala de Casación Penal “ab initio” estima procedente reiterar el


criterio establecido en aquellos casos de extradición activa en los cuales el
Ministerio Público no ha cumplido con la obligación que le impone el
artículo 383, segundo aparte, del Código Orgánico Procesal Penal.

En tal sentido, en sentencia N° 2, del 30 de enero de 2018, se dejó


establecido lo siguiente:

“(….) el Ministerio Público al tener conocimiento de que el


imputado o imputada al cual se le ha decretado una medida cautelar
de privación de libertad se halle en un país extranjero solicitará el
inicio del procedimiento de extradición ante el Juez o Jueza de
Control, Juicio y Ejecución, conforme sea el caso, quien remitirá lo
actuado a esta Sala de Casación Penal, instancia judicial ésta que
en cumplimiento del Pacto Internacional de que se trate, debe
considerar en todo caso, el día de la detención del requerido en el
país extranjero, para computar a partir de esa fecha, el lapso con
que cuenta para decidir. Es por ello, que sobre esta Sala de
Casación Penal pesa la obligación indesconoscible  (sic) de decidir
con la debida celeridad, es decir, dentro del señalado lapso y nunca
fuera de él, sobre la procedencia de solicitar la extradición activa al
país requerido, no siendo indispensable para la emisión de dicha
resolución, que conste en actas en forma previa la opinión del
Ministerio Público, sin perjuicio de consignar la misma con
posterioridad; todo ello, con el objeto de preservar los lapsos
estipulados en los Tratados o Convenios Internacionales suscritos y
ratificados por la República Bolivariana de Venezuela, y para dar
cabal satisfacción al principio conocido como pacta sunt servanda,
que en el plano del Derecho Internacional, obliga a los Estados
partes a cumplir los Tratados con sujeción a lo estipulado en
ellos (…)”.

De igual modo, esta Sala de Casación Penal en sentencia N° 31, del


23 de febrero de 2018, dispuso reiterar lo asentado en el fallo transcrito
precedentemente en los términos siguientes:
“(…) Considera la Sala oportuno, antes de entrar a conocer del
presente asunto, hacer un examen del procedimiento de extradición
activa, con el objeto de delimitar el carácter vinculante de la opinión
del Ministerio Público, el lapso para dictar pronunciamiento, la
naturaleza de la decisión y, en general, la actuación de las partes
durante el desarrollo de tal procedimiento (…)
En este aspecto, es importante detenerse y observar que la Sala tiene
un lapso de treinta (30) días para dictar pronunciamiento con
respecto a la solicitud de extradición activa. Por otra parte, el (la)
ciudadano (a) que se encuentre fuera del territorio nacional, y que
sea requerido (a) por nuestro Estado, generalmente está detenido (a)
en el que será Estado requerido, de manera que, cuando la solicitud
llega a la sede judicial, en la República Bolivariana de Venezuela, en
la mayoría de los casos, ya obró la detención contra la persona
objeto de la solicitud de extradición.
Destaca que, el lapso para presentar la solicitud formal de
extradición inicia a partir de la fecha de detención del ciudadano
requerido y, en muchos de los supuestos, este lapso puede o no
coincidir con lo previsto en nuestro texto adjetivo penal y en los
tratados sobre extradición, suscritos por los Estados partes, para
dictar la decisión.
En consecuencia, es ineludible ponderar las interrogantes que surgen
cuando existe la solicitud de extradición, pero el representante del
Ministerio Público no ha consignado su opinión fiscal, mientras que
la persona, objeto de la solicitud, se encuentra detenida y, a la vez, el
lapso predeterminado en los tratados transcurre en forma
ininterrumpida.
Es allí cuando la Sala considera necesario dar preeminencia a la
garantía establecida en los artículos 26, 44, numeral 1 y 49, todos de
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, así como
al artículo 9 del Código Orgánico Procesal Penal, por cuanto la
persona que está detenida en otro país tiene derecho a recibir con
prontitud una respuesta por parte del Estado venezolano, así como
también tiene derecho a que el mismo Estado venezolano se
pronuncie sobre la solicitud del procedimiento (…)
De manera que, existiendo la detención judicial de un ciudadano en
otro país, es necesaria la actuación diligente, en todos los ámbitos
(judiciales y administrativos), por parte de los Estados involucrados
en el asunto, a fin de procurar dar una respuesta oportuna. Lo que
justifica, evidentemente, dar prioridad a dictar la decisión, pues ya
existe una positivización del tratado en legislación interna.
Del mismo modo, es imperioso cumplir con los lapsos previstos en los
tratados internacionales, para presentar la solicitud formal de
extradición, aunque la opinión del Ministerio Público no haya sido
consignada (…)”.

Bajo estos supuestos, en el presente caso, la representación del


Ministerio Público tuvo conocimiento que el ciudadano Luis Carlos Ruíz
Arvelo “(…) fue detenido (…) en virtud de Notificación Roja de
INTERPOL N° A-1220/11-2018 librada en fecha 22-11-2018 (…) quien
se encuentran (sic) actualmente en Madrid- España (…)”, y por cuanto
contra el mismo existe una orden de aprehensión decretada por el Juzgado
Cuadragésimo Tercero de Primera Instancia en Funciones de Control del
Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, la cual se
encuentra vigente, sumado a que siendo la oportunidad para emitir
pronunciamiento sobre la procedencia de la extradición activa del
prenombrado ciudadano, sin que el Ministerio Público haya presentado la
opinión fiscal que prevé el citado artículo 383 del Código Orgánico
Procesal Penal, es por lo que esta Sala de Casación Penal en aras de la
garantía del debido proceso del solicitado en extradición, estima prescindir
de dicha opinión fiscal sin perjuicio de que la misma pueda consignarse
con posterioridad.

En consecuencia, esta Sala de Casación Penal de conformidad con lo


establecido en los artículos 266, numeral 9, de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela; y, 29, numeral 1, de la Ley Orgánica
del Tribunal Supremo de Justicia pasa a decidir sobre la procedencia de la
solicitud de extradición activa del ciudadano Luis Carlos Ruíz Arvelo, y, al
respecto, observa:

El Juzgado Cuadragésimo Tercero de Primera Instancia en Funciones


de Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de
Caracas, ordenó el inicio del procedimiento de extradición activa del
ciudadano Luis Carlos Ruíz Arvelo, por cuanto en su contra se decretó
orden de aprehensión por la presunta comisión de los delitos de homicidio
calificado ejecutado con alevosía y por motivos fútiles, robo agravado y
agavillamiento, previstos y sancionados, en su orden, en los artículos 406,
numeral 2, en relación con el 83, y 458 y 286, todos del Código Penal,; y el
predicho ciudadano “(…) fue detenido (…) en virtud de Notificación Roja
de INTERPOL N° A-1220/11-2018 librada en fecha 22-11-
2018 (…) quien se encuentran (sic) actualmente en Madrid-
España (…)”.
Siendo ello así, esta Sala de Casación Penal estima preciso señalar lo
siguiente:

El artículo 3 del Código Penal venezolano establece que:

“(…) Todo el que cometa un delito o una falta en el espacio


geográfico de la República, será penado con arreglo a la ley
venezolana (…)”.

La disposición normativa en comento consagra el principio de la


territorialidad de la ley penal, conforme al cual el Estado venezolano tiene
la facultad para juzgar los delitos cometidos dentro de su espacio
geográfico.

Por su parte, el artículo 382 del Código Orgánico Procesal Penal


establece que:
“(…) La extradición se rige por lo establecido en la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, los tratados, convenios y
acuerdos internacionales suscritos y ratificados por la República y las
normas de este título (…)”.

Y, el artículo 383 del citado texto adjetivo penal, señala:


“(…) Cuando el Ministerio Público tuviere noticias de que un
imputado o imputada al cual le ha sido acordada medida cautelar de
privación de libertad, se halla en país extranjero, solicitará al Juez o
Jueza de Control inicie el procedimiento de la extradición activa.
A tales fines se dirigirá al Tribunal Supremo de Justicia, el cual,
dentro del lapso de treinta días contados a partir del recibo de la
documentación pertinente y previa opinión del Ministerio Público,
declarará si es procedente o no solicitar la extradición, y en caso
afirmativo, remitirá copia de lo actuado al Ejecutivo Nacional (…)”.

Bajo estos supuestos, esta Sala de Casación Penal conforme con lo


dispuesto en la legislación que rige la materia, observa que entre el Reino
de España y la República Bolivariana de Venezuela rige el Tratado de
Extradición suscrito en Caracas, el 4 de enero de 1989 y ratificado por el
Ejecutivo Nacional el 25 de abril de 1990, publicado en la Gaceta Oficial
Nº 34.476, del 28 de mayo de 1990, en el cual las partes contratantes
convinieron lo siguiente:
“(…) Artículo 1
Las Partes Contratantes se obligan, según  las reglas y condiciones
establecidas en los artículos siguientes, a la entrega recíproca que las
personas a quienes las autoridades judiciales de una de las Partes
persiguieren por algún delito o buscaren para la ejecución de una pena
o medida de seguridad impuesta judicialmente, que consista en
privación de libertad.
Artículo 2
1.- Darán lugar a extradición los hechos sancionados, según las leyes
de ambas Partes, con una pena o medida de seguridad privativas de
libertad cuya duración máxima no sea inferior a dos años,
prescindiendo de las circunstancias modificativas y de la denominación
del delito.
2. Si la extradición se solicitare para la ejecución de una sentencia, se
requerirá, además, que la parte de la pena o medida de seguridad que
aún falta cumplir, no sea inferior a seis meses (…).
Artículo 3
También darán lugar a extradición, conforme al presente Tratado, los
delitos incluidos en Tratados multilaterales en los que ambos países
sean Parte (…).
Artículo 5
1. Para que proceda la extradición, es necesario que el delito que la
motiva haya sido cometido en el territorio del Estado Requirente o que,
cometido fuera de dicho territorio, tenga el Estado Requirente
jurisdicción para conocer de ese delito (…).
Artículo 6
1. No se concederá la extradición por delitos considerados como
políticos o conexos con delitos de esta naturaleza. La sola alegación de
un fin o motivo político, en la comisión de un delito, no lo calificará
como un delito de tal carácter (…).
2. Tampoco se concederá la extradición si la Parte Requerida tuviere
fundados motivos para suponer que la solicitud de extradición fue
presentada con la finalidad de perseguir o castigar a la persona
reclamada en razón de su raza, religión, nacionalidad u opiniones
políticas o bien que la situación de aquella pueda ser agravada por
estos motivos (…).
Artículo 10
No se concederá la extradición:
a) Cuando la persona reclamada hubiere sido condenada o debiera ser
juzgada por un tribunal de excepción o ‘ad hoc’ en la Parte requirente;
b) Cuando de acuerdo a la Ley de alguna de las partes se hubiere
extinguido la pena o la acción penal correspondiente al hecho por el
cual se solicita la extradición, y
c) Cuando la persona reclamada hubiere sido juzgada en la Parte
requerida por el hecho que motivó la solicitud de extradición.
Artículo 11
1. No se concederá la extradición cuando los hechos que la originan
estuviesen castigados con la pena de muerte, con pena privativa de
libertad a perpetuidad, o con penas o medidas de seguridad que
atenten contra la integridad corporal o exponga al reclamado a tratos
inhumanos o degradantes (…)
Artículo 15
1. La solicitud de extradición se formulará por escrito y será
transmitida por la vía diplomática. Cualquiera de las Partes podrá
comunicar a la otra la designación de una autoridad central
competente para recibir y transmitir solicitudes de extradición.
2. A toda solicitud de extradición deberá acompañarse:
a) En el caso de que el reclamado ya hubiese sido condenado, copia o
trascripción de la sentencia debidamente certificada, así como
certificación de que la misma no se ha cumplido totalmente, con
indicación del tiempo de la pena o medida de seguridad que faltare por
cumplir y, en su caso, las seguridades a que se refiere el artículo 12,
b) En el caso de que la extradición se refiera a una persona que no ha
sido condenada, copia o transcripción debidamente certificada del
auto de procesamiento, del auto de detención o prisión o de cualquier
resolución judicial análoga, según la legislación de la parte requirente
que contenga los hechos que se imputan y lugar y fecha en que
ocurrieron,
c) Cuantos datos sean conocidos sobre la identidad, nacionalidad y
residencia del sujeto reclamado y, si fuere posible, su fotografía y sus
huellas dactilares;
d) Copia o trascripción de los textos legales que tipifican y sancionan
el delito con expresión de la pena o medida de seguridad aplicable, de
los que establecen la competencia de la Parte requirente para conocer
del mismo, así como también de los referentes a la prescripción de la
acción o de la pena o medida de seguridad (…)”.

Siendo que, como precedentemente se señaló, contra el


ciudadano Luis Carlos Ruíz Arvelo, se decretó orden de aprehensión que
mantiene su vigencia, y  haber sido detenido dicho ciudadano el 5 de
diciembre de 2018, en la ciudad de Madrid, Reino de España “(…) en
virtud de Notificación Roja de INTERPOL N° A-1220/11-2018 librada en
fecha 22-11-2018 (…)”, tal como lo informó la Oficina Central Nacional
de Interpol, Madrid, ello es la razón por la cual se  ha dado inicio al
procedimiento de extradición activa para requerir al mencionado ciudadano
al Reino de España.

En tal sentido, de las actas del expediente se advierte lo siguiente:


a) En cuanto a la identificación del ciudadano solicitado en
extradición, consta de los datos filiatorios expedidos por la Dirección de
Verificación y Registro de Identidad del Servicio Administrativo de
Identificación, Migración y Extranjería del Ministerio del Poder Popular
para Relaciones Interiores, Justicia y Paz, que el ciudadano Luis Carlos
Ruiz Arvelo, nació el 13 de julio de 1987, en Caracas, Parroquia La
Pastora, Departamento Libertador del Distrito Federal, hoy Municipio
Libertador del Distrito Capital, hijo de Luis Rafael Ruiz Mays y Karina
Arvelo, titular de la cédula de identidad N° 17.719.594, registrado
mediante la partida de nacimiento N° 288, año 1988, expedida por la
Parroquia Sucre, el 29 de julio 1997.
De lo anterior se evidencia que el ciudadano Ángel Eduardo Varela
Ibarra, es titular de la cédula de identidad N° 15.835.438, y es venezolano
por nacimiento.

b) Que los delitos por los cuales se solicita la extradición del


ciudadano Luis Carlos Ruíz Arvelo, fueron cometidos en el territorio de la
República Bolivariana de Venezuela, concretamente en el Municipio
Bolivariano Libertador del Distrito Capital, como lo señaló el representante
del Ministerio Público en la solicitud de inicio del procedimiento de
extradición, por tal razón queda demostrado el principio de
territorialidad, conforme lo dispone el artículo 5 del Tratado de Extradición
entre la República Bolivariana de Venezuela y el Reino de España.

c) Del mismo modo, el delito de homicidio calificado ejecutado con


alevosía y por motivos fútiles se encuentra previsto en nuestra legislación
en el artículo 406, numeral 2, del Código Penal, publicado en la Gaceta
Oficial N° 5.768, Extraordinario, del 13 de abril de 2005, en los
términos siguientes:
“(…) Artículo 406. En los casos que se enumeran a continuación se
aplicarán las siguientes penas:
1. Quince años a veinte años de prisión a quien cometa el homicidio
por medio de veneno o de incendio, sumersión u otro de los delitos
previstos en el Título VII de este libro, con alevosía o por motivos
fútiles o innobles, o en el curso de la ejecución de los delitos previstos
en los artículos 449, 450, 451, 453, 456 y 458 de este Código.
2. Veinte años a veintiséis años de prisión si concurrieren en el hecho
dos o más de las circunstancias indicadas en el numeral que
antecede (…)”.

A su vez, el delito de robo agravado se encuentra previsto en


el artículo 458 eiusdem, cuya letra es del tenor siguiente:
“(…) Cuando alguno de los delitos previstos en los artículos
precedentes se haya cometido por medio de amenazas a la vida, a
mano armada o por varias personas, una de las cuales hubiere estado
manifiestamente armada, o bien por varias personas ilegítimamente
uniformadas, usando hábito religioso o de otra manera disfrazadas, o
si, en fin, se hubiere cometido por medio de un ataque a la libertad
individual, la pena de prisión será por tiempo de diez a diecisiete años;
sin perjuicio a la persona o personas acusadas, de la pena
correspondiente al delito de porte ilícito de armas (…)”.

Por su parte, el artículo 286 ibídem prevé el delito de agavillamiento


de la manera siguiente: 
“Cuando dos o más personas se asocien con el fin de cometer delitos,
cada una de ellas será penada, por el solo hecho de la asociación, con
prisión de dos a cinco años.

En términos análogos, el Código Penal español en los artículos 138


al 139, tipifica el delito de homicidio y sus calificantes de la manera
siguiente:
“(…) Artículo 138.
1.  El que matare a otro será castigado, como reo de homicidio, con la
pena de prisión de diez a quince años.
2.  Los hechos serán castigados con la pena superior en grado en los
siguientes casos:
a) cuando concurra en su comisión alguna de las circunstancias
del apartado 1 del artículo 140, o
b) cuando los hechos sean además constitutivos de un delito de
atentado del artículo 550.
Artículo 139,
1.  Será castigado con la pena de prisión de quince a veinticinco años,
como reo de asesinato, el que matare a otro concurriendo alguna de las
circunstancias siguientes:
1. ª Con alevosía.
2. ª Por precio, recompensa o promesa.
3. ª Con ensañamiento, aumentando deliberada e inhumanamente
el dolor del ofendido.
4. ª Para facilitar la comisión de otro delito o para evitar que se
descubra.
2.  Cuando en un asesinato concurran más de una de las circunstancias
previstas en el apartado anterior, se impondrá la pena en su mitad
superior (…)”.
De igual modo, tipifica el delito de robo agravado en el artículo 242,
que en su letra dispone:
“Artículo 242.
1.   El culpable de robo con violencia o intimidación en las personas
será castigado con la pena de prisión de dos a cinco años, sin perjuicio
de la que pudiera corresponder a los actos de violencia física que
realizase.
2.  La pena se impondrá en su mitad superior cuando el delincuente
hiciere uso de las armas u otros medios igualmente peligrosos que
llevare, sea al cometer el delito o para proteger la huida y cuando el
reo atacare a los que acudiesen en auxilio de la víctima o a los que le
persiguiere”.

Ahora bien, respecto del delito de agavillamiento se observa que en


el referido Código Penal Español, no existe un tipo penal que contenga
supuestos de hecho afines con el previsto en el Código Penal venezolano;
no obstante, el Tratado de Extradición aplicable en el presente
procedimiento dispone en el artículo 2, numeral 3, lo siguiente:

  “(…) Darán lugar a extradición los hechos sancionados, según las


leyes de ambas partes, con una pena o medida de seguridad privativa
de libertad cuya duración máximo no sea inferior a dos años,
prescindiendo de las circunstancias modificativas y de la denominación
del delito.

3.  Cuando la solicitud se refiera a varios hechos y no concurriesen


alguno de ellos, los requisitos de los párrafos 1 y 2, la parte requerida
podrá conceder también la extradición por éstos últimos (…)”.

Siendo ello así, el Estado requerido, en este caso el Reino de España,


puede conceder la extradición por el referido delito de agavillamiento.

En virtud de ello, es evidente que los delitos señalados se encuentran


previstos tanto en el Código Penal español como en el de la República
Bolivariana de Venezuela, circunstancia que denota el cumplimiento del
principio de la doble incriminación que hace procedente la solicitud de
extradición del ciudadano Luis Carlos Ruíz Arvelo.

d) Igualmente, se observa que los aludidos delitos por los cuales está
sujeto a juzgamiento el solicitado en extradición, no son políticos ni
conexos con estos, toda vez que los hechos por los cuales se solicitó su
aprehensión fueron calificados por el Juzgado Cuadragésimo Tercero de
Primera Instancia en Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del
Área Metropolitana de Caracas, como los delitos de homicidio calificado
ejecutado con alevosía y por motivos fútiles, robo agravado y
agavillamiento.

Tampoco existen fundados motivos para suponer que la solicitud de


extradición fue presentada con la finalidad de perseguir o castigar a la
persona reclamada en razón de su raza, religión, nacionalidad u opiniones
políticas, por lo tanto no se encuentran presentes los impedimentos
establecidos en el artículo 5 del Tratado de Extradición.

De igual forma, cabe agregar que al haber sido acordado el inicio del
procedimiento de la extradición activa del ciudadano Luis Carlos Ruíz
Arvelo, en virtud del decreto de aprehensión dictado en su contra, dicha
circunstancia hace también procedente la extradición por tratarse de un
procesado, tal como lo ha reiterado esta Sala de Casación Penal, entre otras,
en sentencia Nº 36, del 31 de enero de 2008, en la cual señaló:

“(…) En ese punto resulta oportuno acotar, que de acuerdo a otros


tratados internacionales suscritos por nuestro país y en consecuencia
son ley vigente en la República Bolivariana de Venezuela, la
extradición activa procede en caso de procesados, requiriéndose
solamente la orden de aprehensión (…)”.

e) También, en la República Bolivariana de Venezuela, la pena que


pudiera llegar a imponerse al ciudadano Luis Carlos Ruíz Arvelo, no es de
muerte, ni infamante, ni privativa de libertad a perpetuidad, ya que la
asignada al delito de mayor entidad punitiva, concretamente, el de
homicidio calificado ejecutado con alevosía y por motivos fútiles, no
excede en su límite máximo de veintiséis (26) años de prisión.

Sobre este particular, el artículo 44, numeral 3, de la Constitución de


la República Bolivariana de Venezuela, establece que: “(…) No habrá
condenas a penas perpetuas o infamantes (…)”.

A la par, de las actuaciones consignadas no se evidencia elemento


alguno que haga presumir la prescripción de la acción penal en el presente
caso, toda vez que se trata de delitos graves de los cuales el de menor
entidad punitiva es el de agavillamiento, sancionado con una pena cuyo
límite máximo es de cinco (5) años, siendo su término medio de tres (3)
años y seis (6) meses, razón por la que la prescripción de la acción para
perseguir dicho delito de acuerdo al artículo 108, numeral 4, del Código
Penal, es de cinco años, circunstancia a la que se suma el que los hechos
por los cuales se dictó la orden de aprehensión contra el hoy solicitado en
extradición se cometieron el 26 de marzo de 2018, librándose la
correspondiente orden de aprehensión el 27 de agosto de 2018, en tal
sentido, es evidente que la acción penal para la persecución tanto del tipo
penal referido como de los demás delitos que tienen asignada mayor pena,
no se encuentran prescritos.

De lo expuesto se evidencia que conforme con la legislación


venezolana, no ha operado la prescripción de la acción penal.

Por su parte, respecto a la prescripción de la acción penal en el


Estado requerido, se observa que el Código Penal español regula dicha
institución de la manera siguiente:
“(…) Artículo 131.  (Plazos de prescripción de los delitos y faltas)
   1. Los delitos prescriben:
A los veinte años, cuando la pena máxima señalada al delito sea
prisión de quince o más años.
A los quince, cuando la pena máxima señalada por la ley sea
inhabilitación por más de diez años, o prisión por más de diez y
menos de quince años.
A los diez, cuando la pena máxima señalada por la ley sea prisión o
inhabilitación por más de cinco años y que no exceda de diez.
A los cinco, los demás delitos, excepto los delitos leves y los delitos
de injurias y calumnias, que prescriben al año (…)” [Negrilla y
subrayado de esta Sala].

En tal sentido, atendiendo lo preceptuado en el citado artículo y


siendo que los hechos por los cuales se dictó la orden de aprehensión contra
el ciudadano Luis Carlos Ruíz Arvelo; se cometieron el 26 de marzo de
2018, también es evidente que en dicho Estado tampoco ha operado la
prescripción de la acción penal. Por tal razón, se cumple con lo
preceptuado en el artículo 5, literal “b”, del Acuerdo sobre Extradición y en
el artículo 359 del Código de Derecho Internacional Privado.

En síntesis, de la revisión de la documentación que consta en actas,


se aprecia:

a) Que existe una resolución judicial respecto a los hechos por los
cuales está siendo solicitado el ciudadano Luis Carlos Ruíz Arvelo;

b) Que dicha resolución indica de manera precisa la naturaleza y


gravedad de dichos hechos; y,

c) Que se establecen también las disposiciones de las leyes penales


que han de aplicársele.
De igual modo, en el presente caso, se encuentran satisfechos los
requisitos legales para solicitar la extradición activa del ciudadano Luis
Carlos Ruíz Arvelo, esto es: a) se tiene noticias que el solicitado en
extradición se encuentra en un país extranjero; b) que el tribunal
competente dictó la correspondiente orden de aprehensión; c) que dicha
orden se encuentra vigente, y, d) que cursan en el expediente las pruebas
que, a criterio de esta Sala de Casación Penal, acreditan la existencia del
hecho imputado y la presunta responsabilidad del ciudadano Luis Carlos
Ruíz Arvelo.

Por otra parte, cabe advertir que por encontrarse el proceso seguido
contra el prenombrado ciudadano en la fase preparatoria, resulta necesaria
su comparecencia para ser sometido a la jurisdicción de los tribunales
ordinarios venezolanos, toda vez que en dicha oportunidad es que será
impuesto de los hechos y de los elementos de convicción que sustentan su
proceso, en razón de lo cual, esta Sala de Casación Penal ratifica el criterio
relativo a la prohibición de que el juicio se desarrolle en ausencia del
imputado, como garantía establecida a su favor, en el artículo 49 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y el artículo 1° del
Código Orgánico Procesal Penal, cuya finalidad es evitar que se juzgue a
un ciudadano sin su presencia ante sus jueces naturales y sin haber sido
previamente escuchado.

Como corolario de lo precedentemente expuesto, en el presente caso,


además de los requisitos de procedencia, también se cumplen a cabalidad
los principios generales que rigen la materia de extradición en nuestro país,
a saber:

a) Principio de la doble incriminación: conforme a este principio, el


hecho que origina la extradición debe ser constitutivo de delito tanto en la
legislación del Estado requirente como en la legislación del Estado
requerido, y tal como quedó establecido en el presente caso, los delitos
de homicidio intencional calificado perpetrado con alevosía y por motivos
fútiles, y el de robo agravado se encuentran tipificados en la legislación del
Reino de España y en nuestra legislación;

b) Principio de la mínima gravedad del hecho: De acuerdo a este


principio, solo procede la extradición por delitos y no por faltas. En el
presente caso, la extradición es solicitada por la comisión de los delitos
de homicidio calificado ejecutado con alevosía y por motivos fútiles, robo
agravado y agavillamiento, cuyos límites máximos de la pena para cada
uno de ellos, son veintiséis (26), diecisiete (17), y cinco (5) años de prisión;
respectivamente.
c) Principio de la especialidad: En virtud del mismo el sujeto
extraditado no puede ser juzgado por un delito distinto a los que motivaron
la extradición, cometido con anterioridad a la solicitud, condición a la que
se obliga la República Bolivariana de Venezuela en la presente decisión;

d) Principio de no entrega por delitos políticos: En atención al cual se


prohíbe la entrega de sujetos perseguidos por delitos políticos y, en el
presente caso, se dejó claramente establecido que los delitos que motivan la
presente solicitud no son políticos ni conexo con estos;

f) Principios relativos a la acción penal: Acorde a dicho principio no


se concederá la extradición si la acción penal o la pena han prescrito
conforme con la ley del Estado requirente y del Estado requerido. En el
presente caso, se dejó constancia que no existe ningún elemento que
acredite la prescripción;

g) Principios relativos a la pena: En base al cual no se concederá la


extradición por delitos que tengan asignada en la legislación del Estado
requirente la pena de muerte o una pena perpetua, y tal como se determinó
en el presente caso, el ciudadano requerido es procesado por delitos cuyas
penas no exceden de veintiséis años de privación de libertad.

Con base en las consideraciones precedentemente expuestas, esta


Sala de Casación Penal, de conformidad con lo establecido en el artículo
383 del Código Orgánico Procesal Penal declara procedente solicitar al
Reino de España la extradición activa del ciudadano Luis Carlos Ruíz
Arvelo, titular de la cédula de identidad V-17.719.594. Así se decide.

De igual modo, la República Bolivariana de Venezuela, por órgano


del Tribunal Supremo de Justicia, en Sala de Casación Penal, asume el
firme compromiso ante el Reino de España, que al ciudadano Luis Carlos
Ruíz Arvelo, se le seguirá juicio penal por su participación en la presunta
comisión de los delitos de homicidio calificado ejecutado con alevosía y
por motivos fútiles, robo agravado y agavillamiento, previstos y
sancionados, en su orden, en los artículos 406, numeral 2, en relación con
el 83, 458 y 286, del Código Penal, con las debidas garantías consagradas
en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, relativas: a)
al derecho al debido proceso (artículo 49) conforme al cual al ciudadano
solicitado en extradición se le garantizará el derecho a la defensa; b) al
principio de no discriminación (artículo 19); c) a la prohibición de la
desaparición forzada de personas (artículo 45); d) al derecho a la integridad
física, psíquica y moral y a la prohibición de que las personas sean
sometidas a penas, torturas o tratos crueles, inhumanos o degradantes
(artículo 46, numeral 1) por lo tanto el ciudadano Luis Carlos Ruíz
Arvelo será tratado con el respeto debido a la dignidad inherente al ser
humano; e) al derecho a un sistema penitenciario que asegure la
rehabilitación del penado (artículo 272) en caso de que el mismo resulte
condenado por el señalado delito; f) al derecho a la asistencia jurídica, que
en el caso de así solicitarlo se hará mediante el nombramiento de un
defensor público; g) al derecho de ser notificado de los cargos por los
cuales se le investiga; h) al derecho de acceder a las pruebas y disponer del
tiempo y de los medios adecuados para ejercer su defensa, como a recurrir
del fallo que le sea desfavorable, con las excepciones establecidas en la ley;
i) al derecho a la vida estipulado en el artículo 43 del texto constitucional,
por lo tanto el Estado venezolano protegerá la vida del ciudadano que se
solicita en extradición; j) al derecho a la salud previsto en el artículo
83 eiusdem, como derecho social fundamental que el Estado venezolano
garantiza al ciudadano solicitado en extradición como parte del derecho a
la vida; k) la garantía de todos los derechos civiles y sociales inherentes a
la persona privada de libertad; y, l) el requerido no será condenado a pena
de muerte, a cadena perpetua, ni a penas infamantes o a penas superiores a
treinta (30) años (artículo 44, numeral 3) a cuyo efecto se tomará en cuenta
el tiempo que hubiese estado detenido en el Reino de España, con motivo
del presente procedimiento de extradición. Así se declara.

IV
DECISIÓN

Por las razones precedentemente expuestas, el Tribunal Supremo de


Justicia, en Sala de Casación Penal, administrando Justicia en nombre de la
República Bolivariana de Venezuela y por autoridad de la Ley, dicta los
pronunciamientos siguientes:

PRIMERO: PROCEDENTE la solicitud de extradición activa del


ciudadano LUIS CARLOS RUÍZ ARVELO, titular de la cédula de
identidad N° V-17.719.594, al Reino de España, para ser sometido a un
proceso penal por la presunta comisión de los delitos de homicidio
calificado ejecutado con alevosía y por motivos fútiles, robo agravado y
agavillamiento, previstos y sancionados, en su orden, en los artículos 406,
numeral 2, en relación con el 83, y 458 y 286, todos del Código Penal,

SEGUNDO: la República Bolivariana de Venezuela, por órgano del


Tribunal Supremo de Justicia en Sala de Casación Penal ASUME el firme
compromiso ante el Reino de España, que el ciudadano Luis Carlos Ruíz
Arvelo, será juzgado únicamente por su presunta participación en la
comisión de los delitos antes mencionados, con las debidas garantías
consagradas en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela,
relativas, a) al derecho al debido proceso (artículo 49) conforme al cual al
ciudadano solicitado en extradición se le garantizará el derecho a la
defensa; b) al principio de no discriminación (artículo 19); c) a la
prohibición de la desaparición forzada de personas (artículo 45); d) al
derecho a la integridad física, psíquica y moral y a la prohibición de que las
personas sean sometidas a penas, torturas o tratos crueles, inhumanos o
degradantes (artículo 46, numeral 1) por lo tanto el ciudadano Luis Carlos
Ruíz Arvelo será tratado con el respeto debido a la dignidad inherente al ser
humano; e) al derecho a un sistema penitenciario que asegure la
rehabilitación del penado (artículo 272) en caso de que el mismo resulte
condenado por los señalados delitos; f) al derecho a la asistencia jurídica,
que en el caso de así solicitarlo se hará mediante el nombramiento de un
defensor público, como también el acceso a la asistencia consular; g) al
derecho de ser notificado de los cargos por los cuales se le investiga; h) al
derecho de acceder a las pruebas y disponer del tiempo y de los medios
adecuados para ejercer su defensa, como a recurrir del fallo que le sea
desfavorable, con las excepciones establecidas en la ley; i) al derecho a la
vida estipulado en el artículo 43 del texto constitucional, por lo tanto el
Estado venezolano protegerá la vida del ciudadano que se solicita en
extradición; j) al derecho a la salud previsto en el artículo 83 eiusdem,
como derecho social fundamental que el Estado venezolano garantiza al
ciudadano solicitado en extradición como parte del derecho a la vida; y, k)
la garantía de todos los derechos civiles y sociales inherentes a la persona
privada de libertad; y, l) el requerido no será condenado a pena de muerte,
a cadena perpetua, ni a penas infamantes o a penas superiores a treinta (30)
años (artículo 44, numeral 3) a cuyo efecto se tomará en cuenta el tiempo
que esté detenido en el Reino de España, con motivo del presente
procedimiento de extradición.

TERCERO: se ORDENA remitir copia certificada de la presente


decisión y de las actuaciones que cursan en el expediente, al Poder
Ejecutivo Nacional, por órgano del Ministerio del Poder Popular para
Relaciones Interiores, Justicia y Paz.

Publíquese, regístrese y ofíciese lo conducente. Archívese el


expediente.

Dada, firmada y sellada en el Salón de Audiencias del Tribunal


Supremo de Justicia, en Sala de Casación Penal, en Caracas, a los quince
(15) días del mes de febrero de dos mil diecinueve (2019). Años: 208° de la
Independencia y 159° de la Federación.
El Magistrado Presidente,
MAIKEL JOSÉ MORENO PÉREZ

La Magistrada Vicepresidenta,
ELSA JANETH GÓMEZ MORENO

 La Magistrada,
FRANCIA COELLO GONZÁLEZ

El Magistrado,
JUAN LUIS IBARRA VERENZUELA
                   Ponente
La Magistrada,
YANINA BEATRIZ KARABIN DE DÍAZ

La Secretaria,
ANA YAKELINE CONCEPCIÓN DE GARCÍA
JLIV
Exp. AA30-P-2019-000004
El Magistrado, Doctor MAIKEL JOSÉ MORENO PÉREZ, no firmó por
motivo justificado.
La Secretaria,
ANA YAKELINE CONCEPCIÓN DE GARCÍA
JLIV
Exp. AA30-P-2019-000004
 

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