Está en la página 1de 10

UNIVERSIDAD NACIONAL DEL CENTRO DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES

FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS


PROF. Y LIC. EN HISTORIA

Historia Argentina III


1930-2000

Equipo docente: Dr. Luciano Barandiarán


Dra. Paola Gallo
Dr. Juan Ignacio Quintián

Alumna: Erika Belén Vicente


25/06/2021

“En la Nueva Argentina, los únicos privilegiados son los


niños”.
Infancias durante el peronismo clásico. Un estado de la cuestión

“El país que olvida a la niñez y que no busca solucionar sus necesidades, lo
que hace es renunciar al porvenir. Y nosotros no solo no renunciamos al
futuro, sino que no renunciaremos jamás a él y estamos luchando para
mejorarlo y valorarlo para los que vendrán después. Porque luchar por el
bienestar, la salud física y moral, la educación y la vida del niño es, en
síntesis, luchar por la grandeza ulterior de la Patria y el bienestar futuro de
la Nación”.
Eva Perón, 1951.

Eva Duarte de Perón junto a un grupo de niños. Archivo General de la


Nación Argentina. Autor desconocido.

Introducción

En el presente trabajo vamos a delinear un recorrido historiográfico sobre la


cuestión de las infancias durante el llamado peronismo clásico (1943/5-1955), para lo
cual seleccionamos siete textos que consideramos adecuados para tal fin. Vamos a ser
testigos de la fuerte injerencia del Estado nacionalista y popular de Juan Domingo Perón
y María Eva Duarte. Finalmente, confirmaremos el crecimiento a pasos agigantados de
las políticas de la infancia que afectaron a todos los niños del territorio argentino.

1
Infancias durante el peronismo clásico (1945-1955)

En el año 1993, Peter Ross publicó su artículo Justicia social: una evaluación de
los logros del peronismo clásico, desde donde se aproxima a las políticas de bienestar
social del peronismo, especialmente en salud, vivienda, previsión y asistencia social,
comprendiendo la justicia social como principio fundamental del peronismo clásico. Se
pregunta hasta qué punto el gobierno cumplió sus objetivos. Su visión será pesimista
respecto de otros acercamientos al tema.

El autor parte de la definición de bienestar entendido como satisfacción de las


necesidades humanas relativas a alimentación, vestido y asistencia médica. Tomando
como parámetro la Fundación Eva Perón1, Ross afirma que el peronismo clásico no
instituyó un estado de bienestar y fracasó en la construcción de un sistema equitativo,
perdurable y justo. Su argumento se sostiene en que, para él, la fundación no constituyó
un instrumento adecuado para brindar asistencia social. Dado que los fondos provenían
principalmente de los trabajadores, el peso de la asistencia social recaía sobre la misma
clase trabajadora —además, dependió demasiado de la presencia física de Evita—. Por
consiguiente, el período 1943-1955 fue testigo del fracaso del régimen peronista en
cuanto a la construcción de un estado de bienestar integrado. Los trabajadores mismos
pagaron por la expansión de los beneficios sociales y, en última instancia, financiaron el
fracaso en la construcción de un estado de bienestar.

Al promediar el siglo XX, hizo su presencia un trabajo de Mónica Rein y


Raanan Rein (1996) que merece nuestra atención. En este interesante artículo la pareja
israelita establece una marcada divisoria de aguas ante la llegada del peronismo al poder
y su pretensión de desligarse del pasado que había impuesto la oligarquía. Para
consumar la doctrina peronista —soberanía política, independencia económica y justicia
social— era una condición sine qua non la modelación de una nueva conciencia
nacional que garantizara el apoyo a largo plazo de las masas urbanas que conformarían
la base del movimiento. De este modo, el régimen peronista —como lo califican los
autores— asumió el control del sistema educativo, los medios de comunicación masiva
y la cultura cargándolos de mensajes ideológicos. Tomando en cuenta este factor
debemos entender la manera en que los cambios sociales son introducidos directamente
«desde arriba», es decir, desde la propia esfera estatal.

1
En sus palabras, los peronistas atacaron a las antiguas organizaciones de caridad tales como la Sociedad
de Beneficencia cuyo espacio fue llenado por la Fundación Eva Perón.

2
Los niños gozaban de un sitio central en la doctrina de Perón. Eran los únicos
privilegiados en la Nueva Argentina, y fue para ellos que el régimen comenzó a elaborar
nuevos programas de estudio y libros de texto. Así pues, el sistema educativo argentino
comenzó a revestir un carácter marcadamente tendencioso (Rein, 1996).2 Contenidos
que, si bien eran dictados «desde arriba», iban a ser propiedad de todos los alumnos del
país y no solo de una elite minoritaria adinerada: lo que a posteriori se conoció como
democratización del saber.

La peronización del sistema educativo se funde en lo que los historiadores


denominan focos de indoctrinación (Rein, 1996). Por tanto, bajo la cobertura de
«justicia social» y una ayuda a las capas necesitadas comenzó a desarrollarse en la
Argentina peronista una educación dictada desde arriba que, con ambición, se esforzó
en transmitir una ideología uniforme.

En el año 1999, Sandra Carli elaboró un fascinante aporte proveniente del campo
de las Ciencias de la Educación. En su artículo pone de relieve los discursos que
provocaron una nueva ubicación de la niñez. El peronismo, como fuerza política
emergente, interpeló a un sujeto infantil complejo e inédito, y en esta misma línea se
hallan las políticas de la infancia. La atracción por la relación entre Estado, infancia y
sociedad se expresó en una renovada historia de la educación que focalizó en las
complejidades de los discursos, las representaciones y las prácticas.

El peronismo combinó democracia y adoctrinamiento; ello puede rastrearse en el


enunciado «los únicos privilegiados son los niños». En esta nueva discursividad
podemos contemplar las estrategias y propuestas institucionales que Carli destaca:

El enunciado «los únicos privilegiados son los niños» operó como un principio
articulador de una discursividad nueva: favoreció por un lado la diferenciación de
la edad infancia de otras edades dotándola de autonomía, pero a su vez
«cosiéndola» a una cadena de significación política. (Carli, 1999, p.106)

Interpelados por Eva Perón como los «pequeños descamisados del interior del
país», los hijos de los descamisados, los niños pobres fueron destinatarios de una
estrategia que adquirió sentido político:3 convertirse en las vanguardias políticas de
futuro (entendidas como factor de progreso, de unidad nacional, de bienestar colectivo).
2
En las escuelas se esforzaron por crear un pensamiento uniforme conforme al modelo de la nueva
nación. Ser un buen argentino significaba ser peronista y una oposición al régimen equivalía una traición
a la patria.

3
La vanguardia se conformaría, según Evita, con el elemento más atrasado y marginado
de la historia social argentina: la niñez hija de las poblaciones del interior del país.4

El peronismo llevó adelante un proceso de democratización social de la situación


infantil dando respuesta a un conjunto de demandas históricas, desde un Estado que se
presentó como garante absoluto de las mismas.

Entrado el siglo XXI, la misma autora, Sandra Carli (2002) publicó su libro
Niñez, pedagogía y política. Transformaciones de los discursos acerca de la infancia en
la historia de la educación argentina entre 1880 y 1955. En esta ocasión analizaremos
un solo capítulo. En el terreno de la pedagogía y de las reformas educativas, el principal
debate se centró en el alcance de la coerción educadora sobre el niño. Será esta una
aproximación a la infancia como objeto de los discursos y las prácticas estatales.

Siguiendo en la misma dirección, el peronismo heredó un debate político-


pedagógico encerrado en la oposición entre los modelos educativos fascistas y
comunistas de la educación infantil.5 Lo que se debatía era cómo el Estado-Nación debía
intervenir en la constitución de la identidad de esta nueva generación. El punto
conflictivo era el papel social y político que debía ejercer el Estado respecto de la
atención del sujeto infantil. En este terreno político y pedagógico se produjo la
configuración del discurso educativo peronista acerca de la niñez.

Entonces, era necesaria la construcción de una nueva definición política de la


infancia puesto que la población infantil estaba constituida, en su mayoría, por
argentinos e hijos de argentinos. La tematización de la infancia se vincula con la
constitución de las nuevas generaciones como sujetos articulados a proyectos sociales y
políticos a horizontes futuros. Una vez más, observamos la constante voluntad del
Estado peronista por acercarse a los sectores rezagados.

3
Su enfrentamiento con la Sociedad de Beneficencia y una nueva concepción estatal sobre la ayuda social
se orientó en torno a principios de justicia social. La fundación Eva Perón buscaba distinguirse de la
caridad propia de primera mitad de siglo.
4
Si vanguardia había sido un significante utilizado para apelar a los grupos literarios más innovadores o a
los sectores más ilustrados, asumía ahora un significado inverso: según Eva Perón sería un producto de la
intervención política, social y pedagógica sobre la niñez pobre. Ese niño, pequeño descamisado, cabecita
negra, del interior del país, huérfano o paria, iba a ser vanguardia, ciudadano, peronista leal, artífice del
futuro.
5
Comunistas y nacionalistas coincidían en considerar a la niñez como un problema de los Estados
nacionales, que desbordaba la socialización familiar y escolar.

4
Resulta interesante la perspectiva Daniel Gómez (2004) sobre el asunto. El
énfasis en la relación entre Estado e infancia es notorio en el trabajo del sociólogo.
Asimismo, pone de manifiesto el rol intervencionista que fue asumiendo el Estado luego
de la crisis de 1930.

Atiende a los cambios previos en la relación Estado-Sociedad Civil que van a


dar lugar a la irrupción del peronismo y en las nuevas maneras de articular las políticas
sociales, pues muchos de los cambios que implementa el peronismo empiezan a
diseñarse algunos años antes. Se va a asistir a un proceso creciente de intervención
estatal centralizada, con el norte puesto en un nuevo paradigma —que se consolidará
con el gobierno de 1945— de asistencia social. El renovado panorama establece una
relación de derecho que supera la mera caridad benéfica.6

La innovación no aparece de la mano del primer gobierno peronista, sino que


hay una lenta continuidad presente a partir de 19307 que va a verificar un crecimiento de
la intervención social estatal, aunque el Estado no monopoliza todavía la actividad de la
asistencia social. Las políticas sociales inician a partir de aquí un camino hacia la
especialización. Lo que se consolida sobre la base de 1943 es la centralización de las
políticas sociales en organismos específicos.8

Para Gómez el gobierno peronista significa un punto de inflexión en lo referente


a las políticas públicas de infancia. Pudo sistematizar y consolidar múltiples discursos y
aspiraciones que se venían manifestando con anterioridad. El caso particular de la niñez
se tornará especialmente paradigmático a partir del enunciado «los únicos privilegiados
son los niños» del primer peronismo, pues este planteo es superador de la idea de
asistencia a la infancia delincuente. Es decir, de acuerdo con Carli, la cuestión de la
niñez se legitimó en uno de los ejes del discurso peronista.

El debate se fue intensificando y enriqueciendo con las fructíferas contribuciones


de María Marta Aversa (2008): la historiadora privilegia la centralidad del niño en la
6
La relación de beneficencia está sustentada a partir de un deber del que da, y no por un derecho del que
recibe.
7
Para tener un mejor conocimiento de la época: en 1931 se puso en función el Patronato Nacional de
Menores como organismo estatal específicamente dedicado a los temas de la infancia. Esto constituyó un
cambio importante que dio origen a un proceso de centralización que condujo años más tarde a los
Consejos del Menor. Dos años más tarde, en 1933, se crea la Junta de Ayuda al Niño. La misión de la
Junta es socorrer al niño en edad escolar con alimentos y vestidos. Comienzan a surgir distintas
disposiciones, leyes, reglamentos y dependencias, que buscan establecer un espacio creciente de
protección a la niñez y las familias.
8
La creación de la Dirección General de Asistencia Social implicó la consolidación de la intervención del
estado en la cuestión social. Las políticas de asistencia a la infancia quedaron supeditadas este organismo.

5
concepción de asistencia social peronista y la importancia de ciertas estrategias del
gobierno, poniendo el énfasis en la Ciudad Infantil “Amanda Allén”.9 Corre el foco
respecto de los trabajos anteriores y atiende a las estrategias del Estado —y no a los
discursos—.

Las operaciones de prensa y publicidad, afirma Aversa, volcaron sus esfuerzos


en construir un nuevo vínculo entre el líder y las masas. La realización del bienestar
infantil posibilitaba la entrada del peronismo a los espacios íntimos y cotidianos, a la
sociabilidad barrial y a la vida doméstica. Una imagen reiterada en las representaciones
oficiales era la idea de cercanía o empatía con el poder. Perón y Evita se mostraban
cerca de los sectores menos favorecidos.

Bajo esta égida podemos interpretar “[…] la ayuda directa, la llegada de un


representante del Estado a cada rincón del país en busca de las necesidades, el contacto
con la realidad social, [como una] nueva forma de hacer política social” (Aversa, 2008,
p.13). La noción de ruptura que el peronismo intentaba sembrar tuvo su mayor
trascendencia en la operación ideológica de transformar los beneficios recibidos en
lealtad y adscripción al régimen.

Por último, en esta ya extensa exposición, conviene señalar el reciente aporte de


Noemí Girbal-Blacha (2014), quien analiza la doctrina desde la biblioteca infantil
«General Perón». Con un seductor discurso de confrontación del pueblo versus
oligarquía, en su rol de actores protagónicos de la Argentina peronista, el Estado
liderado por Juan Perón y Eva Duarte se proponía «robustecer el hogar, la escuela y el
trabajo», mientras enarbola y se convierte en vocero de los reclamos y las necesidades
«de los hombres que trabajan». Girbal-Blacha (2014) argumenta que:

La acción de Eva Perón dedicada a los niños se inspira en la convicción de que «el
país que olvida a sus niños renuncia a su porvenir» […] Los niños son «los únicos
privilegiados» y esos privilegios se traducen en: educación y salud públicas,
derecho a la recreación, asistencia social, protección familiar, buena alimentación,
vacaciones colectivas y deportes a cargo del Estado. (p.148, 162)

9
La Ciudad Infantil era una urbe en miniatura que fue inaugurada el 14 de julio de 1949 ubicada en el
barrio de Belgrano de la ciudad de Buenos Aires. Como establecimiento educacional, rompía con toda la
concepción liberal, ya que proponía una formación integral del niño y no la instrucción particular en
diversas materias.

6
Como expresa la historiadora, la biblioteca10 deviene en un instrumento de
adoctrinamiento y comunicación de los logros sociales, políticos y económicos
gubernamentales destinada a los niños.11 Es parte de la formación ciudadana con perfil
partidario, pero también pretende incluir a la Argentina peronista en las bases
fundacionales de la Nación. Será un medio para hacer llegar a los niños argentinos los
principios y logros del peronismo y promover a construir la identidad del niño argentino
como sinónimo de niño peronista.

Reflexiones finales

Desde su momento fundacional el peronismo ha buscado —y logrado— ampliar


derechos a los sectores tradicionalmente más desfavorecidos. Los textos elegidos ponen
en el centro del análisis la incidencia del Estado en las configuraciones de la infancia y
en el delineamiento de las experiencias de vida de los niños, particularmente en las de
los sectores populares, sea a través de la Fundación, de la Biblioteca, de actividades
deportivas y recreativas, entre otras tantas que hemos mencionado. El rasgo en común
se advierte a partir de la revisión de la Doctrina Peronista y las Veinte Verdades,
poniendo el acento en el punto número 12. Todos los autores coinciden en el peso fuerte
de los discursos elaborados «desde arriba» para modelar la nueva conciencia nacional
de la Nueva Argentina.

La infancia ha sido privilegiada en los discursos peronistas, desde donde sus


protagonistas se muestran como salvadores o redentores de un sector olvidado y
marginado por los gobiernos oligárquicos. La nueva cultura política que se inicia en
1943/5 dispone sus energías en institucionalizar y dignificar la situación infantil.

10
En 1948, bajo la dirección de Adolfo Diez Gómez, se editan los 12 tomos de la Biblioteca Infantil
«General Perón».
11
¿Cuáles son los medios propuestos para lograr que los niños de entonces se transformen en hombres de
bien y trabajadores del mañana?: «la elevación del nivel de vida hasta el standard compatible con la
dignidad del hombre y el mejoramiento económico general»; el auspicio de organizaciones mutualistas y
cooperativas; la educación para todos; la protección de la niñez; el incremento de la formación técnica y
capacitación profesional; los préstamos para la construcción y la renovación del hogar obrero.

7
Libro de texto peronista.

Fundación Eva Perón, niñas partiendo hacia la colonia de vacaciones, 1948.


Fuente: Archivo General de la Nación Argentina. Autor desconocido.

BIBLIGORAFÍA

- Aversa, M. (2008). La asistencia social a la infancia popular en las


publicaciones oficiales peronistas (1946-1955). Instituto de Altos Estudios Sociales
2(3), 1-17. Recuperado de
http://revistasacademicas.unsam.edu.ar/index.php/papdetrab/issue/view/13

- Carli, S. (1999). Infancia, política y educación en el peronismo (1945-1955).


De los derechos del niño a las vanguardias políticas del futuro. Sociedad Argentina de
Historia de la Educación, (2), 103-121.

8
- Carli, S. (2002). Niñez, pedagogía y política. Transformaciones de los
discursos acerca de la infancia en la historia de la educación argentina entre 1880 y
1955. Buenos Aires, Argentina: Miño y Dávila.

- Girbal-Blacha, N. En la Argentina peronista «los únicos privilegiados son los


niños» (1946-1955). La doctrina desde la Biblioteca Infantil «General Perón». doi:
10.1387/hc.14145

- Gómez, D. (Octubre de 2004). Cambios y continuidades en la llamada


protección a la infancia durante el peronismo histórico. En Mesa 23: Infancia,
adolescencia y sociedad. VI Jornadas de Sociología. ¿Para qué la Sociología en la
Argentina actual? Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, Argentina.

- Rein, M. y Rein, R. (1996). Populismo y educación: el caso peronista (1946-


1955). Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Educación, (8), 50-57. Recuperado
de handle/filodigital/6288

BIBLIOGRAFÍA DE CONSULTA

- Lionetti, L., Cosse, I., Zapiola, C. (Comps.) (2018). La historia de las


infancias en América Latina. Recuperado de https://igehcs.conicet.gov.ar/libros-2/

FUENTES

- Perón, E. (1951). Olvidar a los niños es renunciar al porvenir. Democracia, pp.


13-15.

- Veinte Verdades Peronistas. Wikipedia [versión electrónica].


https://es.wikipedia.org/wiki/Veinte_Verdades_Peronistas

También podría gustarte