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Capítulo 2
La Astrología: ¿Ciencia o Arte?
"De la pura inteligencia no brotó nunca nada inteligible, ni nada razonable de la razón pura." Hóderlin,
Hiperion
"La Ciencia es el arte de crear ilusiones que el loco cree o discute, pero que el sabio disfruta por su be-
lleza o su ingenuidad, sin ser ciego al hecho de que es un velo o cortina humana que encubre la oscuridad
abismal de lo incognoscible."
C.G. Jung
Hay quien dice que la ciencia, en última instancia, no es más que un mito
(*), el de nuestra cultura, tan real para nosotros como lo fueron los espíritus
en otros lugares y, épocas. Hay quienes afirman, y entre ellos científicos
destacados, que el conocimiento científico resulta ser tan subjetivo como el
del brujo. Cada uno expresa sus imágenes acerca de procesos que no se
pueden ver para explicar los eventos que sí se pueden ver, como la bomba
atómica o un enfermo. No se trata de desdeñar a la ciencia, sino el afán de
algunos de convertirla en la única vía de conocimiento lo que puede acabar
paralizando o anquilosando otras posibilidades y modos que tal vez am-
pliaran nuestros, hoy en día, demasiado estrechos horizontes vitales. La
Astrología presenta un aspecto simbólico que no podrá agotarse en ninguna
regla estandarizada y tiene un cariz matemático, y por tanto absolutamente
"objetivo", que permite al incrédulo una demostración totalmente empírica
de su validez, es decir, de la verdad de su afirmación básica: la existencia
de una vinculación entre el Cielo y la Tierra, entre la vida de una persona y
la infinidad de estrellas que la contemplan.
"Una cultura –afirma María Zambrano (37,b)–, depende de la calidad de
sus dioses, de la configuración que lo divino haya tomado frente al
hombre...." Creímos que Dios, con la irrupción de la Ciencia, murió. Mas
no fue así, simplemente mudó sus vestiduras. Hoy adoramos en su lugar, y
divinizamos, a una falsa divinidad: la Razón. No podemos liberarnos de
una vinculación con lo Absoluto. Sea que absoluticemos una facultad
humana, un dios trivial o un ente universal. Es necesario, entonces, que
cada uno se pregunte por la propia vinculación que tiene, lo sepa o no, con
la Eternidad. De la calidad del vínculo depende en mucho su destino, y es
ahí donde la Astrología puede tener un papel muy especial. Un papel que le
vendrá más por su dimensión simbólica que por sus logros científicos, pues
como símbolo tiene una "efectividad –dice Enrique Eskenazi (12,a)–
independiente del grado de comprensión de las personas..., por su
inagotabilidad perdura como potencial significativo, que irrumpe en
diversas culturas y en distintos momentos. Y esta permanencia no consiste
en la mera supervivencia histórica, sino en su historicidad: sin una fecha de
origen, sin una circunstancia particular que explique su producción, parece
pertenecer a la categoría de la eternidad".