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Autocompasión para
Psicoterapeutas
Manual de trabajo
Profesor:
20, 27 de mayo,
3, 10, 17 y 24 de junio de 2021
Copyright©2021
Mindfulness Consulting S.A S
Todos los derechos reservados.
Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de este manual
solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley.
Tabla de contenido
I. ¿Quiénes somos?
a. La respiración afectuosa
b. Body scan compasivo
c. Bondad amorosa para uno mismo
d. Bondad amorosa para un ser querido
e. Dar y recibir compasión
f. Andar compasivo
g. Movimientos compasivos
h. Consejos para mantener la práctica
a. El proceso de indagación
b. Dirigir y cerrar la indagación
c. Sostener un paciente o cliente
d. Estrategias para integrar la autocompasión en el trabajo clínico
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Ejercicio: ¿Por qué estás aquí?
Te sugerimos que, mientras lleves a cabo este trabajo, lo hagas más lentamente de lo
habitual. Toma el tiempo necesario, para reflexionar sobre tu vida y darte cuenta del
extraordinario privilegio que supone llevar a cabo estas reflexiones. No es necesario,
mientras escribes, que analices, juzgues, ni imagines absolutamente nada. Las respuestas
pueden ser breves, o si lo prefieres, anota todo lo que aflore sin detenerte. Recuerda que
no hay respuestas malas ni buenas, solo registra todo lo que surja en tu mente.
Toma ahora, antes de seguir leyendo, el tiempo que consideres necesario para reflexionar
y reconocer amablemente todo lo que hayas anotado.
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Sesión I
Fundamentos básicos
de la autocompasión
Para que alguien desarrolle una compasión genuina hacia los demás,
primero, él o ella deben tener una base sobre la que cultivar la
compasión y esa base es la habilidad de conectar con los sentimientos
propios y cuidar del propio bienestar. Cuidar de los demás requiere
cuidar de uno mismo.
Dalai Lama
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¿Qué es la compasión?
En los últimos 10 años la compasión está siendo estudiada y utilizada como ingrediente en
la psicoterapia efectiva basada en la evidencia más que nunca. Como veremos, la
experiencia de la compasión es esencial para nuestra salud física y psicológica. En un
sentido muy real, la compasión es fundamental para la supervivencia de nuestra especie.
Gilbert (2010), define la compasión como una profunda conciencia del sufrimiento de uno
mismo y otros seres vivos, junto con el deseo y el esfuerzo para aliviarlo.
Orígenes de la compasión
Componentes subyacentes
Como tal, la compasión incluye una serie de componentes complejos cognitivos, afectivos
y motivacionales implicados en la capacidad de crear oportunidades de crecimiento y
cambio mediante la calidez afectiva y la atención amorosa (Campayo, 2015). A
continuación, describimos las dos dimensiones centrales de la compasión.
¿Qué es la autocompasión?
Implica tratarse con amabilidad a uno mismo, reconociendo que todos tenemos en común
con otros seres humanos, y siendo conscientes de los propios déficits o aspectos negativos.
Es decir, la persona autocompasiva procura buscar su felicidad y su bienestar, aceptando
plenamente sus limitaciones (Neff, 2003).
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Elementos esenciales de la autocompasión
Amabilidad con uno mismo: Ser afable y alentador cuando las cosas van mal en
nuestras vidas, en lugar de fustigarnos. Una expresión de la escala de Neff que describe
esa actitud es: “Soy tolerante con mis propios fallos e imperfecciones.”
Mecanismos de acción
Repercepción de los sucesos vitales: La autocompasión permite ver los problemas con
más perspectiva, entendiendo que problemas son similares a los de la mayoría de las
personas. Permite hacerse responsable de las situaciones negativas sin que se asocie a
afecto negativo (Campayo, 2015).
Richard Davidson
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La evolución del cerebro y la compasión
A diferencia de otros animales, somos criaturas que demoramos más tiempo en ser
independientes y tener las habilidades para sobrevivir sin la atención de los cuidadores. Es
por ello que, en el trascurrir de la evolución, se desarrollaron sistemas y mecanismos en los
cerebros de los mamíferos para asegurar nuestra supervivencia. De esta forma, las crías
poseen los medios para buscar la cercanía de los cuidadores, mientras que los cuidadores
muestran sensibilidad al malestar y preocupación por su alivio (Gilbert, 2011).
El modelo de los tres sistemas afirma que tenemos por lo menos tres tipos de sistemas de
regulación de la emoción: el sistema de detección de amenazas y protección; el sistema
orientado al logro y el sistema afiliativo orientado a la satisfacción, la calma y la seguridad.
La investigación ha demostrado que este último se ha desarrollado significativamente con
la evolución de la conducta de apego propia de los mamíferos. De forma intuitiva sabemos
que la amabilidad y el apoyo de los demás ayuda a calmar la sensación de estar amenazado
y uno vuelve a sentirse seguro. Como explica (Gilbert, 2011), el sistema afiliativo fue
diseñado como un regulador de la amenaza. Acudimos a nuestros seres más queridos
cuando nos sentimos bajo amenaza, porque tenemos una sabiduría intuitiva que nos dice
que la bondad de los demás es lo que nos ayuda y nos tranquiliza.
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El sistema nervioso social
El sistema nervioso social: Es aquel en el que nos desenvolvemos en el día a día: cocinar,
caminar, reunirnos con amigos, trabajar… es un estado en el que el sistema nervioso
está por debajo del nivel de alerta (depende del trabajo y los amigos, claro). Estar por
debajo del nivel de alerta es lo que más le gusta al cuerpo. Porque no consume
recursos; pelearse, estresarse o huir consumen muchos recursos metabólicos, y eso, al
cuerpo, no le gusta nada… Pero claro, a veces tiene que hacerlo, y debe
estar preparado para ello.
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El nervio vago y la neuropercepción
El cuerpo a través del nervio vago dispone de un sistema de alerta automático que hace
que pasemos de un estadio a otro según la necesidad detectada. Se entrena cuando somos
pequeños en la relación que establecemos con la madre, en el proceso de conexión
materno filial (nos miramos a los ojos) – ruptura (tengo hambre, mamá no está, así que
lloro) – reparación (mamá me da de comer) – vuelta a la conexión (estamos los dos en paz
mirándonos nuevamente). Si de pequeños no se ha podido producir este ciclo en reiteradas
ocasiones, de adultos tendremos problemas con el nervio vago. Es decir, nos costará
gestionar e identificar la verdadera peligrosidad del entorno, y activaremos respuestas de
huida o pelea, y lo que es peor, de congelación, en situaciones que no lo merecen. Ej:
persona que tiene miedo a las reuniones de amigos (Porges, S. W, 2011).
El término neuropercepción, hace referencia al proceso por el que los circuitos neurales
distinguen si una persona o situación es segura o, por el contrario, representa un peligro
para nosotros. Esto tiene lugar en las estructuras más antiguas del cerebro, por lo que
sucede a nivel inconsciente. Así, incluso si no somos conscientes del peligro, a nivel
neurofisiológico nuestro organismo podría haber iniciado ya una secuencia de procesos
neurales que facilitarían conductas defensivas adaptativas como luchar, huir o
inmovilizarnos. Las conductas prosociales –por ejemplo, acercarnos a un desconocido e
interactuar con él- no tendrán lugar si nuestra neurocepción lee de manera incorrecta las
señales contextuales, lo que llevaría a la activación de estados fisiológicos subyacentes a
las estrategias de supervivencia. Para establecer relaciones interpersonales, es necesario
contener estas reacciones defensivas, de tal manera que sea posible iniciar actividades
sociales y conectar con otros, estableciendo así vínculos duraderos. Es decir, los seres
humanos contamos con sistemas adaptativos neurocomportamentales tanto para las
estrategias defensivas como sociales (Porges, S. W, 2011).
La teoría polivagal
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Sesión III
Aplicaciones e intervenciones
Marta Alonso
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Estudios e investigaciones
Existen más estudios científicos que demuestran como la autocompasión, mejora por
ejemplo, las estrategias de regulación emocional (Jazaieri et al., 2013, 2014) y la respuesta
inmune (Pace et al., 2009, 2010), genera un cambio en el funcionamiento del cerebro
aumentando su resiliencia (Desbordes et al., 2012; Klimecki et al., 2013; Lutz, Brefczynski-
Lewis,et al., 2008; Lutz et al., 2009) y una mejora de las habilidades relacionales, por
ejemplo aumentando la compasión al mismo tiempo que disminuye el distrés empático
(Brito-Pons, Campos & Cebolla, 2017).
Por último, la autocompasión parece muy útil para sobreponerse a los trastornos de
adaptación en general, como se ha comprobado en el caso del divorcio (Campayo, 2015).
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Usos generales de la autocompasión
Como ocurre con mindfulness, la autocompasión puede ser utilizada con varios objetivos.
Existen varios meta-análisis (se llama así a los estudios que revisan ensayos clínicos
controlados y que constituyen la mayor evidencia científica) sobre la eficacia de la terapia
de compasión en diferentes patologías (Macbeth y Gumley, 2012; Galante y cols. 2014;
Leaviss y Uttley, 2015; Shonin y cols. 2016; Wilson y cols. 2019). A continuación, te
queremos presentar evidencia empírica que resalta la eficacia de la autocompasión en la
en el trabajo clínico con diferentes trastornos psicológicos:.
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Riesgos y efectos adversos
Mucha gente encuentra que cuando practica la autocompasión, el dolor empieza realmente
a aumentar al principio y esto puede ser muy riesgoso para la persona que está viviendo
estas experiencias, pues puede generarle con el tiempo diferentes efectos adversos como
aumento de la rumiación, disociación de la realidad, desregulación emocional, disfunción
sensorial, estrés emocional, episodios psicóticos, entre otros (Germer & Neff, 2017).
Backdraft
Es un término que usan los bomberos para describir lo que sucede cuando se abre una
puerta en una casa que está en llamas: el oxígeno entra repentinamente y se produce una
súbita explosión de fuego. Un proceso similar puede ocurrir cuando abrimos las puertas del
corazón, el afecto entra y el dolor sale. Hay un par de dichos que describen este proceso:
“Cuando nos damos afecto incondicional, descubrimos todas las condiciones en las que no
nos hemos tratado con amabilidad” o “el amor revela todo lo que es diferente a sí mismo”.
Afortunadamente, podemos encontrarnos con el viejo dolor con los recursos de
autocompasión, por lo que el corazón sanará de manera natural. No obstante, esto significa
que debemos permitirnos ser aprendices lentos cuando practicamos autocompasión
(Germer & Neff, 2017).
Según (Germer & Neff, 2017), si nosotros o nuestros pacientes se sienten sobrecogidos por
emociones difíciles, podemos utilizar los siguientes recursos:
2. Si el backdraft sigue siendo demasiado fuerte, reducir ligeramente las prácticas que
se estaban haciendo y ver qué sucede.
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Intervenciones basadas en la compasión
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Sesión IV
Incorporando la autocompasión
Un momento de autocompasión puede llegar a
cambiar tu día. Una serie de
estos momentos puede cambiar el curso de tu vida.
Christopher Germer
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La respiración afectuosa
Por favor, encuentra una postura en la que tu cuerpo se sienta cómodo, de modo que
puedas sentirte cuidándola durante el tiempo que dura la meditación. A continuación, date
permiso para cerrar parcial o totalmente, tus ojos con suavidad. Realiza unas cuantas
respiraciones sencillas y lentas para liberar cualquier tensión innecesaria del cuerpo.
Si lo deseas pon una mano sobre tu corazón u otro en cualquier lugar que te resulte
tranquilizador a modo de recordatorio para traer no solo consciencia, sino consciencia
afectuosa a tu respiración y a ti mismo. Puedes dejar tu mano allí o dejarla descansar en
otro lugar.
Ahora, comienza a notar la respiración en tu cuerpo, sintiendo que todo tu cuerpo inspira
y que todo tu cuerpo expira.
Quizá notando cómo tu cuerpo es nutrido en cada respiración y se relaja con cada
expiración.
Simplemente permite que tu cuerpo te respire. No hay nada que necesites hacer.
Ahora, nota el ritmo de tu respiración, fluyendo hacia adentro y fluyendo hacia afuera.
Tal vez inclinando tu atención hacia tu respiración como lo harías hacia un niño o ante un
amigo querido.
Siente el movimiento de todo tu cuerpo con la respiración, como el movimiento del mar.
Tu mente de forma natural se alejará un niño curioso o un cachorro. Cuando esto suceda
simplemente regresa amablemente al ritmo de tu respiración.
Permite que todo tu cuerpo sea suavemente acunado y cuidado internamente por tu
respiración.
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Body scan compasivo
Vamos a empezar con los dedos de tu pie izquierdo, comenzando a notar si hay
sensaciones en tus dedos. ¿Tus dedos están calientes o fríos, secos o húmedos?
Simplemente siente las sensaciones de tus dedos – comodidad, incomodidad, o tal vez
nada – y permite que cada sensación sea tal como es. Si tus dedos se sienten bien, tal vez
puedas ofrecerles un suave movimiento y una sonrisa de agradecimiento.
Ahora, siente todo tu pie izquierdo. Si tu pie se siente cómodo, puedes también ampliar la
gratitud porque hoy no sientes molestia alguna. Si sientes algún tipo de molestia, permite
que esta zona se suavice, como si estuviera envuelta en una toalla cálida. Si lo deseas,
valida tu incomodidad con palabras amables como “Ahí hay una molestia, pero está bien”.
De forma gradual, lleva tu atención a tu pierna izquierda, cada vez a una parte; notando
cualquier sensación corporal que aparezca, enviando gratitud si esa parte de tu cuerpo se
siente bien, y enviando compasión si existe algún tipo de incomodidad. Todavía centrándote
en tu lado izquierdo, cambia la atención hacia tu tobillo, espinilla, pantorrilla y rodilla.
Cuando te des cuenta de que tu mente se ha alejado, como siempre hará, simplemente
regresa a las sensaciones de la parte de tu cuerpo que estabas atendiendo.
También podrías desear añadir algunas palabras de amabilidad o compasión, tales como,
“Que mi/s (rodillas) estén cómodas. Que estén bien”. A continuación, dirige nuevamente tu
atención a las sensaciones simples de cada parte del cuerpo.
Date permiso para que todo este proceso de trabajar amablemente a través de tu cuerpo
sea exploratorio e incluso divertido. Dirige ahora tu atención hacia tu muslo y cadera.
Si sientes incomodidad o crítica en alguna parte concreta de tu cuerpo, intenta poner una
mano sobre tu corazón y respirar suavemente, imaginando que la amabilidad y la
compasión fluyen a través de tus dedos hacia todo tu cuerpo.
Dirige ahora tu atención hacia la pierna derecha, hacia tus dedos del pie derecho, la planta
del pie derecho, el pie, tobillo, la pantorrilla, espinilla y rodilla Si aparece incomodidad física
o emocional en alguna parte de tu cuerpo, siéntete libre para para pasar por alto esa parte.
Ahora, lleva tu atención hacia tu muslo y cadera, luego a toda la pierna derecha.
Lleva ahora tu conciencia hacia tu área pélvica, los huesos fuertes que apoyan tus piernas.
Tal vez sientas tus nalgas en el suelo o en la silla – los músculos grandes que te ayudan a
subir escaleras y también te permiten sentarte suave y cómodamente.
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Y ahora, la parte inferior de tu espalda –donde se almacena una enorme cantidad de
estrés. Si notas cualquier molestia o tensión, podrías imaginar tus músculos relajándose y
derritiéndose con ternura. Siéntete libre para modificar un poco tu postura, si el ajuste te
hace sentir más cómodo/a. Y a continuación, la parte superior de tu espalda.
Continúa inclinando tu conciencia hacia tu cuerpo con la misma calidez con la que te
inclinarías hacia un niño pequeño, sintiendo sensaciones en tu hombro izquierdo, la parte
superior del brazo izquierdo y el codo. Llevando conciencia tierna a cada parte de tu cuerpo.
A la Parte inferior del brazo izquierdo, Muñeca, las manos, los dedos.
Siéntete libre para mover tus dedos, si lo deseas, saboreando las sensaciones que
aparecen cuando mueves tus dedos. Tus manos han sido diseñadas exclusivamente para
mantener y mover objetos finos, y son muy sensibles al tacto.
Cuando hayas finalizado, presta atención amable a todo tu cuerpo, intentando ofrecerle
una ducha final, desde la cabeza hasta los pies, de agradecimiento y compasión.
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Bondad amorosa para uno mismo
Por favor, reserva 20 minutos con el propósito de darte a ti mismo atención amorosa.
Siéntate en una postura cómoda, razonablemente erguido y relajado, cierra los ojos y lleva
tu atención a la región del corazón. Ahora haz tres respiraciones lentas relajadas desde el
corazón.
Recuerda que todo ser vivo quiere vivir en paz y feliz, conecta con ese deseo profundo:
“Así como todos los seres desean ser felices y estar libre del sufrimiento que yo sea feliz y
este libre del sufrimiento”. Permítete sentir el calor de esta intención amorosa.
Deja que cada frase signifique lo que dice. Si es necesario repite una frase varias veces
para mayor claridad. Puedes repetir también una sola palabra de la frase “Feliz…, feliz…,
feliz…feliz” – Para experimentar su significado.
Tómate tu tiempo. Mantén una imagen de ti mismo en el ojo de la mente, disfruta del
corazón amoroso y saborea el significado de las palabras. Cuando observes que tu mente
vaga, lo que ocurrirá pasados algunos segundos repite de nuevo las frases. Si las palabras
se quedan sin sentido, visualízate de nuevo en la silla y ofrécete las frases de nuevo. Si
tanto la imagen de ti mismo sentado como las palabras se vuelven vagas o borrosas pon la
mano en el corazón y recuerda tu intención de llenarte de amabilidad afectuosa: “Así como
todos los seres desean ser felices y estar libre del sufrimiento que yo sea feliz y este libre
del sufrimiento”. Luego vuelve a las frases. Cada vez que te sientas perdido luego vuelve
tu atención a las frases.
Deja que este ejercicio sea fácil, no lo hagas difícil o duro. La amabilidad afectuosa es la
cosa más natural del mundo. Siempre surgirán distracciones., cuando las notes suéltalas y
vuelve a las frases. Cuando tu atención vague vuelve a darte amor a ti mismo. Sentarte
contigo es como sentarte con un amigo querido que no se siente bien., no puedes curar a
tu amigo, pero le habrás ofrecido la amabilidad que él o ella merece.
21
Bondad amorosa para un ser querido
Reserva de 20 a 40 minutos con el propósito de poner calidez y buena voluntad en tu vida.
Siéntate en una posición cómoda, razonablemente erguido y relajado.
Cierra los ojos del todo o sólo parcialmente. Respira hondo un par de veces para instalarte
en tu cuerpo y en el momento presente.
Trae a tu mente a una persona o ser viviente que te haga sonreír de manera natural.
Podría ser un niño, tu abuela, tu gato o tu perro – quienquiera que te alegre el corazón.
Igual podría ser un pájaro en el alféizar de tu ventana. Permítete sentir cómo es estar en su
presencia y disfrutar de la buena compañía.
Ahora, reconoce cuán vulnerable es esa criatura que tanto quieres –como tú, se
encuentra expuesta a la enfermedad, al envejecimiento y a la muerte. Igual que tú y que
cualquier otro ser viviente, desea ser feliz y estar libre de cualquier sufrimiento. Siendo
consciente de lo que estás diciendo, repite las siguientes palabras, amable y suavemente:
Cuando notes que la mente se te ha ido a otra parte, vuelve a las palabras y a la imagen
de la persona querida que tienes en tu mente. Saborea cualquier sentimiento de cariño que
pueda aparecer.
Ahora, añádete a ti mismo en ese círculo de buena voluntad. Ponte la mano sobre el
corazón y siente el calor y la presión de la mano (durante un momento o durante toda la
meditación). Y entonces di:
Visualiza todo tu cuerpo con el ojo de tu mente, percibe cualquier estrés o molestia que
quede dentro de ti y ofrécete bondad a ti mismo.
Ahora, siendo consciente del estrés que hay en tu cuerpo, inhala profundamente,
aspirando compasión hacia el interior de tu cuerpo y dejando que llegue hasta todas sus
células.
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Andar compasivo
Proponte andar durante diez minutos o más por cualquier lugar que te guste. Dedica ese
tiempo específicamente a cultivar la amabilidad afectuosa y la compasión.
Recuerda que todo ser vivo quiere vivir en paz y feliz. Conecta con ese deseo profundo:
“Así como todos los seres desean ser felices y estar libres sufrimiento, que yo sea feliz y
esté libre del sufrimiento.”
Empieza a andar. Nota cómo te muevas a través del espacio en la postura vertical. Siente
las sensaciones de tu cuerpo, tal vez notando la presión de los pies en el suelo o el aire en
la cara. Mantén los ojos suavemente centrados y camina con paso normal. Después de
andar, repítete las frases de la amabilidad afectuosa a ti mismo:
Cuando tu mente vague, vuelve las frases. Si de pronto te das cuenta de que estas
caminando muy deprisa, reduce la velocidad y céntrate de nuevo en tu propósito.
Haz esto con amabilidad, especialmente con sentimiento de gratitud hacia tus pies por
sostener todo tu cuerpo. Aprecia la maravilla de andar.
Tras unos minutos, expande la amabilidad afectuosa a otros. Cuando alguien capte tu
atención, dite a ti mismo:
Di también “Que tú estés a salvo”, o sólo “A salvo, feliz, sano, a gusto” o “Amor, amor, amor,
amor”. No trates de incluir a nadie, hazlo solo con una persona cada vez, manteniendo viva
la actitud de la amabilidad afectuosa.
Por último, incluye todas las formas de vida en el círculo de tu amabilidad afectuosa, por
ejemplo, a perros, pájaros, insectos y plantas.
Al final del tiempo que hayas destinado para caminar, permanece de pie, inmóvil durante
un momento y repite “Que todos los seres sean felices y estén libres de sufrimiento” antes
de pasar a tu siguiente actividad del día.
Comienza con prácticas pequeñas y cortas que pueden marcar una gran diferencia.
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Sesión V
Enseñando la práctica
de autocompasión
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La presencia compasiva en la relación terapéutica
Personificar la compasión
El siguiente dominio de competencia es la encarnación o personificación de lo que estamos
enseñando, una presencia amorosa y conectada. Cuando la compasión se convierte en una
forma de vida para los terapeutas, naturalmente informa y respalda la forma en que
enseñan. Algunos pacientes aprenden tanto de como los terapeutas se comportan en las
sesiones, como de lo que se les enseña (Germer & Neff, 2017).
27
Enseñar temas
Los temas didácticos, proporcionan una base conceptual, el fundamento para los ejercicios
experienciales. Los temas didácticos generalmente se pueden enseñar en 5 – 10 minutos.
En lugar de una charla, deben considerarse como una transición hacia los ejercicios
experienciales. Simplemente queremos hacerles partícipes de las próximas prácticas, no
tener un debate conceptual con nuestros pacientes (Germer & Neff, 2017). También se
anima a los terapeutas a conectarse con los pacientes manteniendo el tema lo más
interactivo y lúdico posible, utilizando diversas modalidades o recursos de enseñanza como
cortometrajes, poesía, movimiento, anécdotas personales, metáforas, debates e
investigaciones relevantes.
Se alienta a los terapeutas a descubrir por si mismos que es importante en cada tema, los
conceptos básicos, y construir una breve presentación sobre eso, hablar con su propia voz
y usar sus propios ejemplos. Al escuchar lo que están diciendo en tiempo real y darse
cuenta de cómo reaccionan los pacientes, los terapeutas aprenden gradualmente a ofrecer
temas de una manera interesante y sucinta. Con el tiempo, los terapeutas descubren que
hay un flujo natural en la forma en que presentan cada tema y no necesitaban leer ni usar
notas. Es entonces cuando los temas se enseñan “desde adentro” (Germer & Neff, 2017).
Usar metáforas
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Las metáforas terapéuticamente eficaces
Para que una metáfora sea eficaz es conveniente que cumpla las siguientes condiciones:
- Que sea consistente con el grado de desarrollo del paciente. El paciente tiene que
entenderla, para lo que tiene que referirse a su experiencia directa o al conocimiento
común en la sociedad y en su edad (McCurry y Hayes, 1992).
- El paciente se tiene que ver reflejado en ella e identificado con alguno o algunos de
los personajes que aparecen en la narración.
- Tiene que establecer una correspondencia clara entre el problema del paciente y la
experiencia que narra.
- Tiene que tener una estructura de acción de forma que los pasos que tiene que dar
el paciente para cambiar su comportamiento estén reflejados en la metáfora.
- La metáfora ofrece una solución al problema, de esta forma el paciente accede a un
comportamiento que no había visto antes y que reinterpreta o resuelve su problema.
Leer poemas
La poesía puede ser una forma notablemente efectiva de comunicar estados mentales a
través del lenguaje. La compasión es una cualidad de conciencia caracterizada por la
humedad y la ternura. La poesía tiene una capacidad única para evocar estos estados
sutiles dentro del oyente con relativamente pocas palabras cuidadosamente seleccionadas
(Germer & Neff, 2017).
Sin embargo, la poesía no es más que manchas de tinta en una página hasta que un lector
vivaz e inspirador la hace cobrar verdaderamente vida. Los mejorares poemas son aquellos
que tocan o inspiran a los terapeutas (Germer & Neff, 2017). Los pacientes se conmoverán
con un poema cuando puedan escuchar la pasión en la voz del terapeuta. De esta manera
debemos tener en cuenta los siguientes aspectos para generar el estado de compasión que
deseamos en que nos escucha:
- Énfasis: Antes de leer un poema se anima a los terapeutas a descubrir las palabras
que palabras les gustaría enfatizar.
- Tono: Los poemas también deben leerse con la suficiente lentitud para que los
oyentes puedan escuchar cada palabra y sentir lo que se evoca en su interior.
- Ritmo: El ritmo de un poema suele ser el correcto cuando los terapeutass se leen a
sí mismos y se dan suficiente tiempo para sentir que las palabras funcionan
interiormente.
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Guiar prácticas y conducir ejercicios
Guiar meditaciones es un arte sutil que también se desarrolla con el tiempo. Tener una
fuerte práctica personal de meditación es el mejor entrenamiento para guiar a otros. Se
anima a los terapeutas a hacer grabaciones personales y compartirlas con los alumnos. Las
grabaciones crean un puente entre las sesiones y la práctica en casa, al escuchar la voz
del profesor en casa fortalece la conexión del paciente con el terapeuta (Germer & Neff,
2017), Cuando se guía meditación, puede ser útil considerar los siguientes puntos:
Encontrar tu propia voz: Queremos dirigir las meditaciones desde dentro mientras
usamos las instrucciones impresas solo como guía de la secuencia y el flujo de la
meditación. Está bien echar un vistazo a las instrucciones de vez en cuando, pero, si parece
que el profesor está leyendo el texto, los pacientes perderán la conexión con su propia
experiencia personal (Germer & Neff, 2017).
Tono: Habla con voz natural, que sea cálida y amable también. Es probable que las
meditaciones de compasión suenen más calmantes que las meditaciones de atención
plena, pero tampoco queremos que sea intencionalmente hipnóticas o melosas. Habla
como lo harías con un bien amigo. Cuando los terapeutas se encuentran en un estado de
compasión, y presencia conectada y amorosa, el tono de la meditación se cuida a sí mismo
y los pacientes naturalmente absorben lo que estamos tratando de comunicar (Germer &
Neff, 2017).
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Sesión VI
Integrando la autocompasión
en la terapia
Christopher Germer
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El proceso de indagación
La indagación es una poderosa herramienta de enseñanza. Es una forma particular de
entablar una conversación con los pacientes o clientes sobre su experiencia de práctica, a
menudo inmediatamente después que la práctica se ha completado. El propósito de la
indagación es fortalecer los recursos de autocompasión La indagación es un dialogo uno-
a-ellos que idealmente refleja la relación uno-a-uno que deseamos cultivar. El tono o la
calidad de las interacciones entre terapeutas y pacientes transmite las cualidades de la
mente que deseamos engendrar en nuestros clientes (Germer, 2017).
Objetivo: Nuestra experiencia es subjetiva por lo que nadie tiene todas las respuestas.
Por lo tanto, el mejor experto sobre la experiencia es el mismo paciente o cliente.
Tu- Yo: La indagación surge esencialmente del nosotros, un campo interpersonal único,
siempre fresco y nuevo.
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Sostener un paciente o cliente
Reorientar el corazón
Ni que decir tiene, que no siempre resonamos emocionalmente con nuestros pacientes
durante la indagación. Podríamos sentirnos confundidos por lo que un cliente está diciendo,
a menudo porque realmente no sabemos mucho acerca de cada sujeto, o porque el
paciente está confundido acerca de lo que está diciendo. Tal vez nos sentimos
emocionalmente amenazados, o simplemente cansados y cerrados (Germer & Neff, 2017).
Todas estas eventualidades son normales y son señales claras de que somos humanos.
Es importante que los terapeutas conozcan sus factores emocionales desencadenantes,
como ver bostezar a un paciente, sentirse intimidados intelectualmente, ser rechazados o
parecer incapaces de aliviar la angustia de un cliente.
Christopher Germer
34
Planificar y revisar la práctica
Planifica, alcanzado este punto, dos prácticas formales de autocompasión que hayas
aprendido, para los próximos seis días de la semana próxima. Escoge un horario adecuado
que no interrumpa tus actividades cotidianas. Sigue adelante y esbózalas en tu calendario
de la siguiente semana o de las dos siguientes quincenas. Planifica también el momento en
que revisarás el modo en que está funcionando tu práctica diaria.
Practicas formales:
Respiración afectuosa
Body Scan compasivo
Bondad amorosa para uno mismo
Bondad amorosa para un ser querido
Dar y recibir compasión
Ahora dispones de dos prácticas que puedes incorporar en tu vida cotidiana. Usa estas
prácticas informales, para los próximos seis días de la semana. Sigue adelante y esbózalas
en tu calendario de la siguiente semana o de las dos siguientes quincenas. Planifica también
el momento en que revisarás el modo en que está funcionando tu práctica diaria.
Practicas informales:
Movimientos compasivos
Andar compasivo
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Nuevos comienzos
Nuestra práctica no debe detenerse solo porque el entrenamiento haya llegado a su fin.
Nuestro aprendizaje de la práctica necesita ser alentado y puesto a prueba en nuestra vida
diaria cuando se presentan los desafíos o retos personales. En una sociedad precipitada
como la nuestra, la práctica diaria puede ser una herramienta que nos permite nutrir la
calma y el afecto.
De hecho, todo el objetivo de la práctica es el de seguir adelante. El viaje dura toda la vida.
Acaba de empezar. Estas semanas solo han marcado o cambiado el rumbo de la trayectoria
en que nos encontramos. Al concluir las clases solo podemos decirte que sencillamente ya
conoces lo más básico. A partir de este momento vas a estar solo. Ya sabes los que tienes
que hacer. Pues hazlo. Lo que hacemos nosotros es dejar a un lado los apoyos exteriores
para que pueda crear sus propias formas de ponerla en funcionamiento en la vida cotidiana.
Revisión del cuaderno de trabajo: Revisa, cuando te sientas en condiciones, todo este
diario con una actitud de mente de principiante. Probablemente descubras entonces
nuevas formas de entender el material.
Las técnicas que empleemos no son tan importantes. Son solo medios para acercarnos a
nosotros mismos. Lo importante es seguir volviendo al momento presente con curiosidad y
amabilidad. El mejor consejo para cualquier tipo de cuestión es seguir practicando, seguir
contemplando las experiencias con apertura y amor. Con el tiempo, la práctica tiende a
enseñarnos cuál será el siguiente paso que habremos que dar. Si nos sentamos frente a
nuestras cuestiones y dudas, tenderán a desaparecer en las siguientes semanas. Lo que
parecía turbio, se aclara. Solo tenemos que practicar para que nuestra mente se transforme.
36
Reflexión: ¿Qué aprendiste en este entrenamiento?
Hazlo de un modo más consciente. Date cuenta por un momento, antes de escribir, si lo
haces más lentamente de lo habitual. Toma el tiempo necesario, para reflexionar sobre tu
vida. Recuerda que no es necesario, mientras escribes, que analices, juzgues, ni imagines
absolutamente nada. Las respuestas pueden ser breves, o si lo prefieres, anota todo lo que
aflore sin detenerte. Recuerda que no hay respuestas malas ni buenas, solo registra
sinceramente todo lo que aprendiste en este momento:
Toma ahora, antes de seguir leyendo, el tiempo necesario para reflexionar y reconocer
amablemente todo lo que hayas anotado.
37
Plan de acción y compromiso
Al llegar aquí, debes estar dispuesto a poner en práctica todos los conocimientos
aprendidos durante el transcurso de este entrenamiento. Toma ahora, un momento para
ser honesto contigo mismo y reconocer todos los aspectos que consideras que debes
renovar y fortalecer. Luego toma nota de tres acciones concretas que vas a llevar a cabo
en tu vida profesional, el tiempo necesario y el modo como puedes llegar a lograrlo:
Toma ahora, antes de seguir leyendo, el tiempo necesario para reflexionar y reconocer
amablemente todo lo que hayas anotado.
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