Está en la página 1de 142

Polarización y conflicto.

Midiendo los riesgos de la violencia

Diciembre de 2020

Ceres. Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social


Edif. San Lucas - Parque Fidel Anze N° S-22 esq. Eudoro Galindo
info@ceresbolivia.org
https://www.ceresbolivia.org/

El contenido de los trabajos aquí presentados es de exclusiva responsabilidad de sus autores y no


compromete a las instituciones participantes.

Edición y armado
Carlos A. Laserna

Dibujo de la tapa
Marcos Loayza

Impreso en Bolivia

Impresión
Editorial Serrano Ltda.
c. Luis Castell Quiroga E-1887, Zona San Pedro
Cochabamba, Bolivia
Telf.: +591 (4) 423-1936 y 453-9895
Presentación

La renuncia de Evo Morales desde algún lugar del Chapare, y su salida del país en un avión
mexicano, puso fin a la presidencia más prolongada del país. Una presidencia que se había iniciado
con una vigorosa victoria electoral en Diciembre del 2005, pero que fue perdiendo legitimidad a
medida que su movimiento político forzaba la Constitución y las leyes para conservar el poder.

La renuncia de Morales estuvo acompañada de sucesivas renuncias del Vicepresidente y de las


principales autoridades de la Asamblea Legislativa, por lo que terminó asumiendo el mando la
segunda vicepresidenta del Senado, la Dra. Jeanine Añez.

El conflicto no terminó ahí, y de hecho se prolongó en varias escaramuzas y movilizaciones que


obligaron a las fuerzas del orden a salir a las calles, participando en incidentes que aún no han sido
esclarecidos, en los cuales perdieron la vida varios ciudadanos.

Pocos periodos de la vida nacional han sido tan difíciles como el que abarca desde mediados de
2019 hasta fines del 2020. Al conflicto político se agregó la pandemia del Covid19 que obligó a
postergar las elecciones inicialmente convocadas para Mayo 2020 y a declarar prolongadas
cuarentenas y cierre de fronteras. La economía, que venía decayendo desde el 2014, fue golpeada
por las paralizaciones, erosionando los ingresos y el consumo de la gente, aumentando el
desempleo, y multiplicando el déficit fiscal.

En varios momentos los conflictos alcanzaron niveles graves de violencia, que incluyeron
enfrentamientos directos entre grupos civiles. Circulaban convocatorias a las armas y en varios
momentos se temió que la situación desbordara la capacidad de control de las instituciones policial
y militares.

A medida que el país se acercaba a las elecciones convocadas finalmente para Octubre 2020, el
ambiente se enrarecía por discursos antagónicos y con grupos que buscaban radicalizar posiciones.
Algunos trataban de colocarse al centro a fin de atraer el respaldo de quienes temían la violencia y
ansiaban restablecer un ambiente más seguro.

Ante ese proceso CERES propuso estudiar la polarización en Bolivia y puso en marcha un
programa rápido cuyos primeros resultados se encuentran en este libro. En pocas semanas se
organizaron y realizaron 12 grupos focales en las principales ciudades del eje metropolitano del
país, y se diseñaron y aplicaron dos encuestas de cobertura nacional, combinando el método
presencial y el telefónico, logrando así más de 2200 casos. esto fue posible por la eficacia con que
trabajaron los colegas de Diagnosis, Datacción y Ciudadanía. Y se conformó un equipo múltiple y
diverso de investigadores que revisó la información existente, estudió la coyuntura y a analizó los
datos.

La información obtenida ha sido apenas aprovechada y CERES invita a quienes lo deseen a solicitar
acceso pleno a las bases de datos para estudiarlas con más detenimiento.

i
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

Mientras tanto, los primeros hallazgos nos muestran que la polarización es un problema serio y en
el que tienen una enorme responsabilidad los líderes y las organizaciones políticas, pero al mismo
tiempo señalan que es menos profunda en los ámbitos sociales y que anida en la sociedad boliviana
una profunda voluntad de paz.

Al publicar estos resultados, que calificamos de iniciales para alentar nuevos estudios, queremos
contribuir a la búsqueda de esa paz, para que sea duradera e incluyente, asentada en el respeto a la
ley y en instituciones fuertes, y sobre todo en la tolerancia y el respeto entre todos los bolivianos.

Roberto Laserna
Director de CERES

ii
Índice de Contenido

Polarización y desconfianza social en Bolivia. Una mirada comparada ........................... 1


Daniel E. Moreno Morales
A. Introducción 1
B. Polarización política y polarización societal 2
C. Confianza y valores sociales 11
D. Algunas ideas finales 16
E. Referencias 17
Polarización social en Bolivia, apuntes sobre un conflicto anunciado ............................ 19
Ilze Monasterio Zabala
A. Introducción 19
B. ¿La polarización de origen? 19
C. Extremos ideológicos 21
D. Intolerancia y bajo apoyo al sistema democrático: augurio del conflicto 23
E. El autoritarismo y el militarismo al rescate 25
F. Nuevos protagonistas y escenarios: Las juventudes al campo de batalla 26
G. Algunas conclusiones 29
Vivencias en la polarización y en los conflictos sociales de oct. ~ nov. de 2019 ............... 31
Julio Córdova
A. Introducción 31
B. Vivencias en clases medias de La Paz/El Alto y Cochabamba 31
C. Vivencias en clases bajas de La Paz/El Alto y Cochabamba 34
D. Vivencias durante la polarización en Santa Cruz 36
E. Un modelo para entender la polarización en Bolivia 38
F. Conclusiones 41
Polarización a la boliviana ............................................................................................. 43
Marcelo Arequipa Azurduy
A. Introducción 43
B. La división polarizada, la polarización política y la polarización social 43
C. Los bloques de la polarización social, masismo-antimasismo: 44
D. Las identidades por dentro 46
E. El miedo como movilizador 47

iii
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

F. De qué hablamos cuando hablamos de transición política: 48


G. Conclusiones 50
H. Bibliografía 51
Manifestaciones de identidad étnica en los conflictos sociales de octubre y
noviembre de 2019 .......................................................................................................... 53
Gilda Susana Jáuregui Arispe
A. El tema de la identidad y las múltiples identidades 53
B. Disputas de poder; un conflicto latente 57
C. Producción y reproducción de recursos simbólicos 61
Redes sociales y polarización ......................................................................................... 65
Santiago Laserna
A. Introducción 65
B. Objetivo 65
C. Consideraciones metodológicas 65
D. Resultados 66
E. Conclusiones 75
Escenarios posibles de polarización ............................................................................... 77
Gonzalo Vargas Villazón
A. De qué polarización se trata 77
B. Identidad y polarización 78
C. Los otros y la gobernabilidad 80
D. La valoración sobre las diferencias 85
E. Conclusiones 89
Polarización y conflicto. Propuesta de un termómetro para medir los riesgos del
conflicto ......................................................................................................................... 91
Roberto Laserna
A. Polarización: concepto y problema 91
B. Medición de la polarización 95
C. Indices de polarización en la Bolivia de fines del 2020 99
D. Termómetro de polarización 102
E. Conclusiones 105
Ficha Técnica 111
Anexo. Informe de la calidad de los resultados obtenidos ............................................. 115
Ludwing Ernesto Torres Carrasco

iv
Polarización y desconfianza social en Bolivia.
Una mirada comparada
Daniel E. Moreno Morales1

A. Introducción

Este breve ensayo busca generar información sobre las condiciones de polarización social que
podrían estar relacionadas a un ejercicio de la violencia en Bolivia, teniendo como enfoque una
mirada comparada con otros países del mundo. La idea es contribuir a la reflexión sobre el binomio
polarización – violencia desde una perspectiva comparada que permita ver al país en el espejo de
las otras naciones de América Latina y del mundo. Aunque esta mirada es en sí misma insuficiente
para comprender a profundidad la dinámica de estas dos variables en Bolivia, es útil para matizar
las conclusiones a las que se pueda llegar por medio de un análisis solamente nacional, al mismo
tiempo que permite plantear nuevas preguntas e hipótesis para el país.

Para lograrlo, el ensayo emplea datos de las principales fuentes de información generada a través
de encuestas en América Latina y el mundo. Se emplean datos de la Encuesta Mundial de Valores,
en su ronda 7, que se realizó en Bolivia el año 20172; estos datos permiten comparar a Bolivia con
decenas de otros países en todo el mundo. También se emplean datos del Proyecto de Opinión
Pública de América Latina de Vanderbilt University (LAPOP), los cuales se generan por medio de
la encuesta del Barómetro de las Américas que se realiza aproximadamente cada dos años en la
mayoría de los países de la región y que en Bolivia además se realizan desde el año 1998 3. Ambas
fuentes de información están basadas en muestras representativas de la población boliviana,
incluyendo áreas urbanas y rurales de los 9 departamentos y son producidas empleando criterios
académicos para la generación de información.

Lo que se mide y se discute en este trabajo es la magnitud de las posiciones extremas y las posiciones
de centro en Bolivia en torno a distintos ejes temáticos. La apuesta metodológica por medir
polarización consiste, aquí, en evaluar el tamaño de las posiciones de centro con relación a las
posiciones más extremas, entendiendo que la polarización puede entenderse pensando en la
cantidad de personas que tiene actitudes diametralmente opuestas de las de otros ciudadanos.

De manera complementaria, este paper permite probar algunas de las preguntas que se podrían
emplear en una medición periódica de la polarización y la violencia social en Bolivia. Las preguntas
empleadas en cada uno de estos estudios internacionales son incluidas en el texto para su posible
inclusión como instrumentos de generación de información sobre la temática de interés.

1 Investigador de Ciudadanía, Comunidad de Estudios Sociales y Acción Pública. Contacto: Daniel.moreno@ciudadania


bolivia.org. El autor agradece los comentarios de Alejandra Ramírez y de otros participantes de la sesión de
presentación virtual del 18 de diciembre de 2020. Los errores y omisiones son propios.
2 Para descargar las bases de datos y para obtener mayor información de la Encuesta Mundial de Valores y su
realización en Bolivia ver (CIUDADANÍA, 2019) y https://www.ciudadaniabolivia.org/es/node/692 o el sitio
web del Proyecto a nivel internacional: www.worldvaluessurvey.org.
3 Más información del proyecto LAPOP puede consultarse www.vanderbilt.edu/LAPOP. Los estudios de LAPOP
en Bolivia pueden consultarse en el sitio de Ciudadanía (www.ciudadaniabolivia.org).

1
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

B. Polarización política y polarización societal

La polarización política es una condición en la cual la mayoría de los actores políticos se reúnen en
2 tendencias o polos principales, los cuales tienen posiciones distintas, a menudo antagónicas, en
torno a temas, hechos o figuras relevantes. La polarización puede resultar en posiciones cada vez
más radicales y contrapuestas, rebasando canales institucionales con la posibilidad de convertirse
en hechos de violencia entre los dos grupos polarizados.

La polarización puede existir tanto a nivel de las élites del sistema político (los partidos y sus líderes,
los parlamentarios, los dirigentes) (ver por ejemplo (Alcantara y Rivas, 2007; Sani y Sartori, 1980)
como en un nivel más societal, que involucra a los ciudadanos y a los líderes de opinión. La
polarización a nivel societal es la que puede traducirse en actitudes violentas, con la formación de
identidades contrapuestas y competitivas (ellos vs. nosotros) y ha sido vista siempre como uno de
los grandes problemas para las democracias latinoamericanas (Moraes, 2015). Pero la polarización
se genera en el nivel de las élites, a menudo como una estrategia de los actores políticos y tiende a
facilitar la decisión de los votantes en mercados electorales fragmentados o complejos (Lupu,
2015).

Por lo anterior, la polarización no es algo que se dé de manera “natural” en una sociedad, sino que
es producto de las acciones de los liderazgos políticos que polarizan a la sociedad en el marco de
sus disputas por el poder. Sin embargo, para que la polarización exista es necesario que existan
distinciones previas en la sociedad, fraccionamientos a lo largo de clivajes o líneas divisorias, las
que pueden estar relacionadas con la cultura o el lenguaje, el origen étnico, la región, religión,
ideología o clase social. La polarización aprovecha estas tensiones sociales y las fortalece, a menudo
superponiendo las líneas divisorias y conformando bloques societales contrapuestos en varias de
estas dimensiones. La acción polarizadora de los sujetos políticos puede generar una fuerza que se
vuelve incontrolable para ellos mismos (Lauka, McCoy, y Firat, 2018) y tiene consecuencias en la
opinión y las actitudes de los ciudadanos. En esa línea, algunos estudios señalan que la polarización
perniciosa, la potencialmente peligrosa, no depende necesariamente de la existencia ni de la
fortaleza de clivajes previos, sino de las acciones de los actores políticos (McCoy y Somer, 2018).

En América Latina, la polarización es un fenómeno que ha recibido alguna atención concentrada


especialmente en el nivel de las élites. La mayoría de los estudios publicados emplean ejemplos de
estudios de caso sobre países en momentos históricos específicos (a menudo bajo gobiernos
populistas (De Luca y Malamud, 2010; Freidenberg, 2006; Martí I Puig, 2009; Mudde y Rovira
Kaltwasser, 2018; Singer, 2016). Pero los estudios sobre la polarización a nivel societal, que es lo
que este paper busca indagar, y a una escala regional, son bastante más escasos.

En Bolivia, las investigaciones sobre polarización son contadas, con aproximaciones


principalmente ensayísticas o en el mejor de los casos basadas en información cualitativa
(Estremadoiro, 2020; Molina, 2014). Entre las excepciones a estas miradas, el Informe de
Desarrollo Humano de 2004 (PNUD, 2004) hace un intento muy interesante de explorar tensiones
identitarias a nivel societal a principios de este siglo en el país, mientras que el trabajo más reciente
de Osorio (2019) explora distintas hipótesis relacionadas a la polarización en el país.

Pero lo que más llama la atención sobre la investigación sobre polarización en Bolivia es que se
asume de manera casi natural que la polarización se da sobre la base ya sea del clivaje identitario de

2
Polarización y desconfianza social

raíz étnico cultural que divide a los bolivianos entre indígenas y no indígenas, o del regional oriente
– occidente, o sobre la base de algunas combinaciones de ambos. Las contradicciones de base de
la sociedad boliviana condicionan las posibilidades de pensar en las tensiones internas en el país,
aún cuando la evidencia muestra de manera cada vez más clara que las diferencias en Bolivia tienen
un origen político, con clara mediación de un partido político, antes que con factores étnicos o
regionales4.

B.1. Ideología

Una de las formas en las que puede medirse la polarización entre las posiciones y actitudes de las
personas en un país es identificando la proporción de personas que tienen posiciones o puntos de
vista extremos y antagónicos, en comparación con la proporción de personas que tiene posiciones
más moderadas. Eso implica identificar distintos ejes en torno a los cuales (o más bien en torno a
cuyos extremos) las posiciones pueden polarizarse.

Uno de estos ejes de posicionamiento es la que resulta de la ideología, entendida como una
identidad política autodefinida en un continuo que va de extrema izquierda a extrema derecha.

El cuestionario de LAPOP emplea la siguiente pregunta para medir la identificación de las personas
en la escala de ideología:

Cambiando de tema, en esta tarjeta tenemos una escala del 1 a 10 que va de izquierda a derecha, en la
que el 1 significa izquierda y el 10 significa derecha. Hoy en día cuando se habla de tendencias políticas,
mucha gente habla de aquellos que simpatizan más con la izquierda o con la derecha. Según el sentido que
tengan para usted los términos "izquierda" y "derecha" cuando piensa sobre su punto de vista político,
¿dónde se encontraría usted en esta escala? Dígame el número.

El gráfico siguiente muestra la proporción de personas en Bolivia y en los otros países de América
Latina que tienen una posición ideológica relativamente de centro5.

Más de la mitad de los bolivianos, 54%, declaran tener una identificación política de relativo centro
o moderada. Este es un porcentaje relativamente alto en la comparación internacional, y solamente
unos pocos países presentan datos más altos. Si bien esta pregunta no da pistas sobre la manera en
la cual las personas entienden la “izquierda”, la “derecha” o el “centro”, sí da una idea de las
posiciones que toma la gente en torno a un eje de posicionamiento que tiene sentido para ellos.

4 Algunas de las investigaciones que sostienen esta idea son (Moreno Morales, 2015; Moreno Morales, Córdova
Eguívar, Schwarz Blum, Vargas Villazón, y Garrido Cortés, 2012; Osorio Michel, 2019).
5 La recodificación de la variable se realizó asignando a las respuestas con valor de 4, 5, 6 y 7 en la escala de 1 a 10
el valor de “centro” mientras que las respuestas 1, 2 y 3 de izquierda y 8, 9 y 10 de derecha son recodificadas como
“extremas”.

3
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

Gráfico 1. Proporción de personas con posición ideológica moderada, Bolivia en


perspectiva comparada

CENTRO
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
IZQUIERDA DERECHA

Pero además, la capacidad de registrar la posición política de las personas por medio de esta variable
permite comparar los promedios relativos de distintos grupos sociales en el país. Bajo la lógica
discutida arriba de la polarización que pasa de la esfera política a la social, deberían verse diferencias
relevantes en las posiciones ideológicas de las personas según el partido político por el que votan.
Y si la polarización es grande, la diferencia entre quienes votarían por el partido político del
Presidente y de quienes votarían por un partido de la oposición debería ser de una magnitud

4
Polarización y desconfianza social

importante. El gráfico siguiente muestra la posición ideológica de los ciudadanos según la intención
de voto declarada en el cuestionario de LAPOP6.

Gráfico 2. Posición ideológica de votantes del oficialismo y la oposición, Bolivia en


perspectiva comparada

En 2019, la diferencia de posición ideológica entre el votante promedio del partido del gobierno y
de alguno de la oposición en Bolivia era menor a 1 punto en la escala ideológica de 1 a 10, mientras
que en otros países, como en Brasil o Colombia, es mayor a 2 puntos, y en el caso extremo de
Uruguay es mayor a 3 puntos. Si bien la diferencia es estadísticamente significativa, no muestra una
sociedad en la que la población tenga posiciones ideológicas diametralmente opuestas.

B.2. Clase social

Una mirada complementaria a la de la posición ideológica puede obtenerse considerando la


autoidentificación de las personas en términos de clase social. La dimensión de “clase” implica
pensar en términos económicos y la autoidentificación de las personas en torno a alguna de las
categorías de clase social implica que se asumen, al menos de manera general, una posición en
relación a otros.

La idea es que mientras más personas se identifican como parte de la “clase media” menos
polarización en torno a la dimensión económica existe en un país. Por el contrario, si el porcentaje
de personas que se ubica en las posiciones más extremas (“clase baja” y “clase alta”) es muy alto,

6 La pregunta empleada para distinguir a oficialismo y oposición es la siguiente: ¿Si esta semana fueran las próximas
elecciones presidenciales, qué haría usted? (1) No votaría (2) Votaría por el candidato o partido del actual Presidente (3) Votaría por
algún candidato o partido diferente del actual gobierno (4) Iría a votar pero dejaría la papeleta en blanco o la anularía. Se omitió de
la presentación a quienes no saben por quién votarían, quienes no votarían y quienes anularían su voto.

5
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

estaríamos contemplando una sociedad polarizada (al menos en relación a este indicador subjetivo
de identidad de clase).

La Encuesta Mundial de Valores Gráfico 3. Proporción de personas con


permite comparar la proporción de autoidentificación de clase media, Bolivia
personas que se identifica con en perspectiva comparada
distintas categorías de “clase” en
países de todo el mundo a través de
la siguiente pregunta:

La gente algunas veces se describe a


sí misma como de la clase obrera, la
clase media, la clase alta o la clase
baja. Usted se describiría como de...
(Leer y codificar una respuesta)

1 Clase Alta
2 Clase Media alta
3 Clase Media baja
4 Clase Obrera
5 Clase Baja

Como se ve en el gráfico 3, casi la


mitad de los bolivianos se
identifican a sí mismos como parte
de la clase media, ubicando al país
en el grupo de los que más gente

6
Polarización y desconfianza social

tiene en esa categoría7 (este es un


hallazgo que ya fue discutido con
anterioridad como parte de la
discusión en torno al crecimiento de
las clases medias en Bolivia (Laserna
et al., 2018)).

Apenas el 11% de los bolivianos se


identifica como parte de una de las
dos categorías extremas, la de “clase
alta” y la de “clase baja”, este es un
porcentaje muy bajo tanto en
términos absolutos como relativos.
La polarización de la sociedad
boliviana, entonces, no parece estar
atravesada por una construcción de
clases sociales, al menos no por
clases sociales autopercibidas.

7 Se combinaron las categorías “clase media baja” y “clase media alta” en una sola, que se compara con el resto de
opciones.

7
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

B.3. Aprobación presidencial

Algo similar sucede cuando se Gráfico 4. Aprobación presidencial moderada, Bolivia


considera la aprobación en perspectiva comparada
presidencial. Se parte del supuesto
de que tanto la aprobación muy
entusiasta del trabajo del
Presidente como su
desaprobación absoluta son
posiciones “extremas” en el eje
definido por la posición que toma
una persona en relación al
gobierno y a su figura principal.
En cambio, las respuestas neutras
o de aprobación o desaprobación
más matizada pueden ser
consideradas como moderadas.

Si bien es cierto que el desempeño


presidencial está determinado por
distintos factores objetivos (como
la economía, los escándalos de
corrupción o los costos
percibidos de fenómenos como la
pandemia), también es evidente
que la pregunta capta al menos en
parte la relación subjetiva entre el
ciudadano y la persona que ocupa
el cargo de autoridad nacional.

La pregunta empleada es:

Hablando en general acerca del


gobierno actual, ¿diría usted que
el trabajo que está realizando el
Presidente (Nombre) es...?:
[Leer alternativas]

(1) Muy bueno


(2) Bueno
(3) Ni bueno, ni malo (regular)
(4) Malo
(5) Muy malo (pésimo)
(888888) No sabe [NO
LEER]

8
Polarización y desconfianza social

(988888) No responde [NO


LEER]

El gráfico anterior muestra la proporción de personas en Bolivia y en los otros países de


Latinoamérica que tienen valoraciones moderadas sobre el trabajo presidencial8.

Como el gráfico muestra con claridad, Bolivia es uno de los países de América Latina que tiene la
proporción más grande de personas que no valora de manera extrema al trabajo presidencial. Casi
9 de cada 10 bolivianos no tienen una valoración extrema, ya sea positiva o negativa, del trabajo
presidencial lo que hace dudar de que la polarización en torno al trabajo presidencial, al menos en
lo que se refiere a esta pregunta, sea un fenómeno mayoritario en la sociedad boliviana.

B.4. Actitudes hacia el cambio

Otra forma de medir la polarización es tomando en cuenta la cantidad de personas que tienen
miradas extremas frente al cambio. Esto se logra mediante la aplicación de una pregunta a los
entrevistados sobre la forma en la cual la sociedad debe ser transformada. La pregunta que hace la
Encuesta Mundial de Valores es la siguiente:

En esta tarjeta puede ver tres tipos fundamentales de actitudes con respecto a la sociedad en la que vivimos.
Elija, por favor, la que más se ajuste a su propia opinión. (Solo una respuesta)

1 Nuestra sociedad debe cambiarse radicalmente a través de una acción revolucionaria


2 Nuestra sociedad debe mejorarse poco a poco a través de reformas
3 Nuestra actual sociedad actual debe ser defendida con firmeza contra todas las fuerzas subversivas

La pregunta pone como opciones una respuesta moderada, otra de actitud radical en favor del
cambio y una tercera actitud radical en defensa del status quo. Mientras más personas en un país
opten por las opciones extremas, ya sea a favor del cambio o en contra de éste, más polarizada
estará una sociedad, al menos en relación a sus proyectos de cambio a futuro.

El gráfico que sigue muestra la proporción de personas en Bolivia y en los otros países incluidos
en la muestra de la Encuesta Mundial de Valores en su ronda 7, que ofrecen la respuesta moderada
de cambio gradual. Se entiende que los casos restantes hasta llegar al 100% son de quienes tienen
actitudes radicales hacia el cambio.

En la comparación mundial, Bolivia se ubica hacia el medio de la tabla, con 2 terceras partes de su
población que muestra una actitud moderada hacia el cambio. Esta cifra es más baja que la de
algunos países vecinos, como Argentina o Chile, pero más alta que la de otros países
latinoamericanos como Perú o Colombia. En términos absolutos, la proporción de personas que
muestra una actitud moderada hacia el cambio es mayoritaria, mientras que sólo un tercio de la
población adopta actitudes extremas.

8 La encuesta de LAPOP en Bolivia se llevó a cabo en abril de 2019, cuando Evo Morales era aún Presidente del
país.

9
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

Gráfico 5. Actitud moderada hacia el cambio, Bolivia en perspectiva comparada

10
Polarización y desconfianza social

C. Confianza y valores sociales

C.1. Desconfianza

Hasta aquí este trabajo ha demostrado que la proporción de bolivianos que tiene actitudes
contrarias y polarizadas es relativamente baja. Los datos no muestran que la polarización sea un
problema asociado con la violencia, al menos no cuando se emplea la perspectiva comparada como
esquema analítico. Las cosas cambian cuando se considera a la confianza social, que es uno de los
indicadores para los cuales Bolivia tiene algunos de los promedios más bajos del mundo.

Desde la perspectiva del capital social, la confianza interpersonal es parte del tejido social que
genera dinámicas interpersonales entre los ciudadanos, y que determina al menos parcialmente que
una sociedad funcione adecuadamente en una democracia. La teoría del capital social no está exenta
de debate en el mundo académico, particularmente en relación a las consecuencias de sus
limitaciones. Pero más allá del debate específico, parece claro que una sociedad con altos niveles
de confianza entre sus ciudadanos es una sociedad menos dispuesta a las actitudes que podrían
resultar en violencia.

Los datos de Bolivia muestran niveles de confianza interpersonal muy bajos, incluso cuando se
compara al país con otros de América Latina, una región que tiene datos de confianza muy bajos
en el mundo. Esta desconfianza debería tenerse en cuenta a la hora de plantear las posibles causas
de niveles de tensión y polarización social que podrían desembocar en violencia.

El Barómetro de las Américas de LAPOP mide la confianza interpersonal por medio de esta
pregunta:

Ahora, hablando de la gente de por aquí, ¿diría que la gente de su comunidad es muy confiable, algo
confiable, poco confiable o nada confiable?

(1) Muy confiable (2) Algo confiable (3) Poco confiable (4) Nada confiable

El gráfico siguiente muestra los promedios de confianza para Bolivia y los demás países de América
Latina empleando los datos de la ronda 2018-9 del Barómetro de las Américas de LAPOP9.

9 Las respuestas fueron recodificados de manera tal que las respuestas de desconfianza tienen valores negativos,
mientras que las respuestas que indican confianza con codificados de manera positiva (si todos los entrevistados
respondieran que la gente de su comunidad es muy confiable, el valor nacional sería de 100 puntos, si todos dijeran
que la gente es nada confiable, el valor nacional sería de -100). La desconfianza social es uno de los temas centrales
analizados en el informe sobre la Encuesta Mundial de Valores en Bolivia (CIUDADANÍA, 2019), pero este
capítulo presenta información inédita desde una perspectiva diferente.

11
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

Gráfico 6. Confianza interpersonal en Bolivia en perspectiva comparada

Sólo dos países en la región muestran niveles de confianza mayoritariamente negativos. En Bolivia
y en Perú la desconfianza en las otras personas es mayor que la disposición a confiar en ellos. Los
dos países andinos tienen promedios negativos, muy inferiores a los de naciones como Uruguay o
Costa Rica, donde la disposición a confiar en el otro es mucho más alta.

12
Polarización y desconfianza social

Es notable que la confianza de los Gráfico 7. Promedio de confianza externa, Bolivia en


bolivianos en el otro, en el perspectiva comparada
diferente, el distinto, es muy baja.
Eso puede confirmarse en los
datos de la Encuesta Mundial de
Valores cuando se mide el
concepto de “confianza externa”,
que refiere a la disposición a
confiar en personas desconocidas
y diferentes. El indicador de
confianza externa se elabora
promediando los datos de las
siguientes preguntas en el
cuestionario:

Me gustaría que me dijera


cuánto confía en personas de
diferentes grupos. ¿Podría
decirme para cada grupo si
Usted confía en las personas de
este grupo completamente, algo,
no mucho o nada en
absoluto?(Leer en voz alta y
codificar una sola respuesta
para cada grupo)

Gente a la que conoce por


primera vez
Gente de otra religión
Gente de otra nacionalidad

El gráfico a la derecha muestra los


niveles de confianza externa en
Bolivia y en otros países del
mundo.

Pero lo que es quizás más relevante para la discusión sobre confianza interpersonal en Bolivia es
que la sociedad boliviana es igual de desconfiada cuando se trata de personas que son parte de su
círculo personal como cuando se trata de quienes están fuera de él. La confianza interna hace

13
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

referencia a la disposición de confiar en personas que son conocidas por uno, como la familia o los
amigos. El índice de confianza interna se elabora con las siguientes preguntas de la Encuesta
Mundial de Valores:

Me gustaría que me dijera cuánto confía en personas de diferentes grupos. ¿Podría decirme para cada grupo
si Usted confía en las personas de este grupo completamente, algo, no mucho o nada en absoluto? (Leer en
voz alta y codificar una sola respuesta para cada grupo)

Su familia
Su vecindario
Gente que Usted conoce personalmente

Si bien los valores de la confianza interna no son para nada tan bajos como los de la confianza en
personas desconocidas (algo que sucede en todos los países del mundo), Bolivia mantiene los
últimos lugares en la comparación internacional cuando se considera su promedio con el de los
otros países de la base de datos de la EMV (se omite el gráfico por cuestiones de espacio). También
en términos de confianza en las personas que son parte de un círculo íntimo los bolivianos
muestran uno de los niveles comparativamente más bajos del mundo.

C.2. Valores de auto expresión

La desconfianza como rasgo característico de la cultura boliviana está relacionado con un conjunto
de otros factores que nos muestran una sociedad más bien conservadora, poco abierta al cambio y
a la innovación, y sobre todo profundamente adversa al individualismo. Esta información fue
analizada en el estudio de la Encuesta Mundial de Valores en Bolivia, pero la información que se
presenta aquí es nueva y complementa esta discusión.

Uno de los temas con los cuales se relaciona la falta de confianza de los bolivianos hacia los otros
es la actitud hacia la independencia de las personas. En una de las baterías de preguntas centrales
para la EM se indaga sobre los valores que una sociedad identifica que son importantes para educar
a los niños. Esta es la base de la transmisión social de valores en una sociedad. La pregunta se
plantea de la siguiente manera:

Aquí hay una lista de cualidades que pueden fomentarse en el hogar para que los niños las aprendan. ¿Cuál
considera usted que es especialmente importante para enseñar a los niños? Por favor escoja hasta cinco
opciones. (Marque solamente hasta cinco):

Sí mencionó No mencionó

Buenos modales
Independencia
Esfuerzo en el trabajo
Sentido de responsabilidad
Imaginación
Tolerancia y respeto hacia otros
Sentido de la economía y espíritu de ahorro
Determinación y perseverancia
Fe religiosa

14
Polarización y desconfianza social

Generosidad, altruismo
Obediencia

La proporción de personas que valora las características que son parte del desarrollo individual y
de auto expresión de los niños es, en Bolivia, una de las más bajas del mundo. Los bolivianos
consistentemente desdeñan la independencia, la imaginación o la creatividad como rasgos deseables
en la educación de los niños en el hogar, al mismo tiempo que priorizan las cualidades que tienen
que ver con la comunidad y la autoridad, como los buenos modales o el respeto a los demás. Y
cuando se analiza la correlación entre promedios nacionales de confianza interpersonal con la
priorización de las cualidades de autoexpresión como la independencia, se encuentra una relación
muy clara.

El gráfico que sigue ubica a cada país de mundo en dos ejes, uno representando el porcentaje de
personas que dice que la independencia es una característica deseable en la educación no
escolarizada de sus hijos, y otro conformado por el porcentaje de personas que dice que la mayoría
de las otras personas es confiable en la siguiente pregunta:

En términos generales, ¿diría usted que se puede confiar en la mayoría de las personas o que nunca se es
demasiado cuidadoso al tratar con la gente?

1 Se puede confiar en la mayoría de la gente 2 Nunca se es demasiado cuidadoso

Gráfico 8. Independencia como característica deseable en la educación y confianza


interpersonal, promedios nacionales para Bolivia en perspectiva comparada

15
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

Es evidente que existe una relación sólida entre confianza interpersonal y apreciación de
características individuales como la independencia, al menos cuando se hace un análisis a nivel
agregado. Los países que muestran niveles más altos de confianza interpersonal son también los
países que valoran más la independencia como una cualidad para inculcar a los hijos en su
educación en el hogar. Y esta relación es evidente también cuando la unidad de análisis es el
individuo y se controla por otros factores: independientemente de su nivel educativo, nivel
económico, sexo, educación y área de residencia, las personas que priorizan la independencia como
cualidad en la educación de los niños tienden a tener mayor confianza interpersonal, como un
análisis de regresión multivariada muestra. La confianza social es parte de un conjunto de valores
sociales relacionados a la autoexpresión de los individuos (Inglehart y Welzel, 2005), en contraste
con otros valores en los que más bien se privilegia a la comunidad y la autoridad, que son
precisamente los que prevalecen de manera muy clara en Bolivia.

D. Algunas ideas finales

Este ejercicio de investigación hace un análisis de la proporción de personas que tiene posiciones
de centro en torno a temas de discusión habituales, como la aprobación presidencial, la ideología
o la forma en la que el país debe cambiarse, comparando los datos obtenidos de la población
boliviana con los de otros países de la región y del mundo. La apuesta metodológica consiste en
medir la polarización teniendo en cuenta la magnitud del centro en relación a la de los extremos,
bajo el supuesto de que una sociedad polarizada tiene una proporción importante de su población
en posiciones extremas.

Consistentemente, los datos muestran que la proporción de personas que adopta respuestas
extremas en una encuesta es baja en Bolivia. Esto se ve con claridad en términos absolutos, en los
que los bolivianos que ocupan posiciones extremas son una minoría: en ninguna de las variables
consideradas la cantidad de personas que declara actitudes extremas es menor que quienes tienen
posiciones que podrían codificarse como de centro. Pero es aún mucho más clara cuando se emplea
la perspectiva comparada, en la que Bolivia muestra valores medios o altos en la comparación con
otros países tanto de la región latinoamericana como de otras regiones del mundo.

La pregunta, entonces, pasa de la consideración de la cantidad de personas que tienen posiciones


opuestas, polarizadas, a la intensidad de la polarización. Es posible que lo que genera tensión social,
y potencialmente violencia, no sea una cuestión de cuánta gente tiene estas posiciones extremas,
sino la intensidad de la polarización de grupos minoritarios y su capacidad de influenciar otros
grupos. Esta discusión implica pensar no en cuánta polarización existe, sino en qué tipo de
polarización es la que puede fortalecer las tensiones y clivajes preexistentes.

De manera complementaria, en el trabajo se discuten datos comparados de confianza social en los


que consistentemente los datos que registran para la población boliviana son comparativamente
más bajos que los de la gran mayoría de los países del mundo, incluso de los latinoamericanos con
los cuales se comparte características culturales similares. La boliviana es una de las sociedades más
desconfiadas del mundo, tanto en lo que se refiere a los círculos cercanos de las personas como a
quienes no son parte del universo de personas conocidas para ellos.

La hipótesis que se desprende de las dos conclusiones anteriores apunta a la posibilidad de que las
tensiones sociales, y entre ellas las posibilidades de violencia, no tengan que ver con la polarización,

16
Polarización y desconfianza social

sino con niveles de confianza social extremadamente bajos. Si bien el análisis presentado aquí es
insuficiente para sostenerlo de manera concluyente, la elevada desconfianza social parece ser parte
de un cluster de valores que incluyen, además, otras actitudes relacionadas a valores sociales que
privilegian el papel de la autoridad y la comunidad sobre los valores de autoexpresión de los
individuos. Las tensiones en Bolivia podrían estar ligadas a la desconfianza y la priorización del
grupo sobre la persona, fortaleciendo el rol de la acción de masas y de liderazgos como los
sindicales por encima de las actitudes reflexivas de ciudadanos críticos.

Esta es una hipótesis preliminar que conlleva un conjunto de preguntas de las que depende la
construcción de un argumento teórico que permita unir estas piezas. ¿De qué manera la escasa
confianza interpersonal se relaciona con las identidades polarizadas y con la posibilidad de
violencia? ¿Los niveles de confianza tan bajos están relacionados con la existencia de clivajes
históricos coincidentes? ¿Los valores de autoexpresión que favorecen la agencia de los individuos
actúan evitando la polarización? ¿Los jóvenes son tan polarizados como los adultos y de qué
dependen esas diferencias?

Finalmente, llevando la discusión al plano político, si la polarización es también una estrategia de


ciertos actores políticos, ¿de qué manera ellos emplean las identidades, los clivajes, la desconfianza
y los valores comunitarios para generar polarización? Las respuestas a estas interrogantes deberían
permitirnos teorizar e investigar a mayor profundidad el fenómeno de la polarización y su relación
con la violencia en países como Bolivia.

E. Referencias

Alcantara, Manuel, y Rivas, Cristina. (2007). Las dimensiones de la polarización partidista en Améri-
ca Latina. Política y Gobierno, 14(2), 349-390.
Ciudadanía. (2019). Informe Nacional de la Encuesta Mundial de Valores en Bolivia (CIS, UNICE.). La
Paz. Recuperado de: https://www.ciudadaniabolivia.org/sites/default/files/archivos
_articulos/Encuesta_Mundial_Valores.pdf
De Luca, Miguel, y Malamud, Andres. (2010). Argentina: Turbulencia económica, polarización
social y realinamiento político. Revista de Ciencia Política, 30(2).
Estremadoiro, Rocío. (2020). Bolivia: Apuntes para comprender la caída del gobierno del MAS
más allá de la polarización. Reflexión Política, 22(45).
Freidenberg, Flavia. (2006). Izquierda vs. derecha Polarización ideológica y competencia en el
sistema de partidos ecuatoriano. Política y Gobierno, 13(2), 237-278.
Inglehart, Ronald, y Welzel, Christian. (2005). Modernization, Cultural Change, and Democracy.
Cambridge University Press. doi:10.1017/CBO9780511790881
Laserna, Roberto, Moreno Morales, Daniel E., Zegada Claure, María Teresa, Ramírez Soruco,
Alejandra, Rivera, Alberto, y Komadina, George. (2018). Chicha y limonada. Las clases medias
en Bolivia. La Paz: CERES - Plural.
Lauka, Alban, McCoy, Jennifer, y Firat, Rengin B. (2018). Mass Partisan Polarization: Measuring a
Relational Concept. American Behavioral Scientist, 62(1), 107-126. doi:10.1177/
0002764218759581

17
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

Lupu, Noam. (2015). Party Polarization and Mass Partisanship: A Comparative Perspective. Political
Behavior, 37(2), 331-356. doi:10.1007/s11109-014-9279-z
Martí I Puig, Salvador. (2009). Nicaragua 2008: polarización y pactos. Revista de Ciencia Política, 29(2).
McCoy, Jennifer, y Somer, Murat. (2018). Toward a Theory of Pernicious Polarization and How It
Harms Democracies: Comparative Evidence and Possible Remedies. The ANNALS of the
American Academy of Political and Social Science, 681(1), 234-271. doi:10.1177/
0002716218818782
Molina, Fernando. (2014). Las relaciones entre los medios y el gobierno de Evo Morales De la
polarización a la hegemonía. Journal de Comunicación Social, 2(2).
Moraes, Juan Andres. (2015). The Electoral Basis of Ideological Polarization in Latin America (No. 403).
Moreno Morales, Daniel E. (2015). Ethnicity and Electoral Preferences in Latin America. En Ryan
Carlin, Matthew Singer, & Elizabeth Zechmeister (Eds.), The Latin American Voter.
University of Michigan Press.
Moreno Morales, Daniel E., Córdova Eguívar, Eduardo, Schwarz Blum, Vivian, Vargas Villazón,
Gonzalo, y Garrido Cortés, Jaqueline. (2012). Cultura política de la democracia en Bolivia. Hacia
la igualdad de oportunidades. Cochabamba: Ciudadania - LAPOP.
Mudde, Cas, y Rovira Kaltwasser, Cristóbal. (2018). Studying Populism in Comparative
Perspective: Reflections on the Contemporary and Future Research Agenda. Comparative
Political Studies, 51(13), 1667-1693. doi:10.1177/0010414018789490
Osorio Michel, Daniela. (2019). Polarización en Democracia. En Vivian Schwarz (Ed.), Cultura
política de la democracia en Bolivia. 20 años. CIUDADANIA.
PNUD. (2004). Interculturalismo y globalización. La Bolivia posible. Informe nacional de desarrollo humano
2004. La Paz: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
Sani, Giacomo, y Sartori, Giovanni. (1980). POLARIZACIÓN, FRAGMENTACIÓN Y
COMPETICIÓN EN LAS DEMOCRACIAS OCCIDENTALES. Revista del
Departamento de Derecho Político, 7.
Singer, Matthew. (2016). ELITE POLARIZATION AND THE ELECTORAL IMPACT OF
LEFT-RIGHT PLACEMENTS: Evidence from Latin America, 1995-2009. Latin
American Research Review, 51(2), 174-194. Recuperado de: http://www.jstor.org/stable/
43998428

18
Polarización social en Bolivia,
apuntes sobre un conflicto anunciado
Ilze Monasterio Zabala1

A. Introducción

El sismo de la pasada crisis sociopolítica en la región tuvo réplica profunda en nuestro país. Una
Bolivia resquebrajada se puso en evidencia, los conflictos sociales de noviembre pasado sacaron a
la luz falencias en el funcionamiento del sistema político y debilidades en el tejido social boliviano;
estos aspectos permitieron dilucidar la inminente polarización social en nuestro país y a raíz de esto
surgen diversas interrogantes, entre las principales, cabe analizar ¿sobre la base de qué surge y cuáles
son los elementos que ayudan a consolidar este proceso de polarización social?

El presente documento pretende esbozar elementos para comprender el estado actual de


polarización social que vive el país y que podría desembocar en nuevos momentos de conflictividad
y violencia. El texto inicia analizando el fenómeno de polarización político y social desde la herencia
histórica de segmentación étnico cultural y de procesos inconclusos de reconocimiento y
conciliación identitaria; a este escenario se suma el interrelacionamiento ciudadanía – Estado y el
desempeño político institucional como medida para garantizar la calidad de la democracia y el
sistema político; finalmente, esta configuración da lugar al surgimiento de nuevos escenarios y
protagonistas, en este sentido cabe analizar la consolidación de la esfera política digital y la
emergencia de actores juveniles en el proceso.

En este sentido, se analizará el fenómeno de polarización social y violencia desde tres niveles y
diferentes aristas:

a) Nivel estructural: Caracterización étnico cultural y Valores: tolerancia y extremos ideológicos


b) Nivel institucional: Apoyo a la democracia y confianza en el sistema democrático
c) Nuevas configuraciones y escenarios: Las juventudes y mecanismos de (des)información

Para este objetivo, el presente artículo recoge información cuantitativa de bases de datos de
encuestas con representación nacional:

• Encuesta Mundial de Valores (2017)


• Encuesta LAPOP (2019)
• Encuesta del Tribunal Supremo Electoral (2020)
• Encuesta Multi-Modo sobre Polarización (2020)

B. ¿La polarización de origen?

¿Qué es lo que como sociedad boliviana nos polariza? ¿Cuáles son los tópicos que
inconscientemente –o conscientemente– se traducen en divergencias poco conciliables al momento

1 La autora es socióloga e investigadora de Ciudadanía, Comunidad de Estudios Sociales y Acción Pública. Contacto:
ilze.monasterio@ciudadaniabolivia.org.

19
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

de compartir espacio y territorialidad entre bolivianas y bolivianos? La historia y la literatura nos


dice que la polarización social en Bolivia deviene de una tradición histórica de segmentación étnico
cultural. La construcción del Estado-nación en el periodo republicano nunca tuvo entre sus
directrices la diseminación de estas características de origen. El proyecto de la plurinacionalidad
resulta un proceso que aún requiere profundización respecto a la inclusión e integración política y
social pero sobretodo identitaria. Este clivaje trae consigo el imaginario de “la polarización de las
dos Bolivias”, como indica Osorio2, este fenómeno se ve traducido en nociones en torno a dos
visiones de país, distintas agendas políticas y proyectos sociales.

Para indagar sobre este aspecto, se consultó a la población boliviana acerca de qué tan profundas
consideran que son las diferencias entre los diferentes grupos que conforman la sociedad boliviana 3.
Los resultados de la encuesta advierten que las diferencias más graves que perciben las y los
bolivianos están relacionadas a la ideología, seguido por las diferencias regionales y posteriormente
las diferencias étnicas.

Gráfico 1. Diferencias entre grupos sociales

Fuente: CERES, Encuesta Multi-Modo sobre Polarización, Ciudadanía y DATACCIÓN SRL., Diciembre de 2020.

Si bien, según los resultados de la encuesta, las percepciones respecto a la gravedad en torno a las
diferencias étnicas entre bolivianos no alcanzan los más altos porcentajes; la pasada crisis
sociopolítica ha sacado a relucir, nuevamente, un conflicto latente entre la sociedad boliviana: el
racismo. En este contexto, se pudo evidenciar cómo elementos narrativos, discursivos y simbólicos
étnico culturales estuvieron presentes en los escenarios de polarización.

2 Osorio Michel, Daniela: Polarización en democracia en “Cultura Política de la Democracia en Bolivia, 20 años”. Ciudadanía,
Comunidad de Estudios Sociales y Acción Pública. Cochabamba, 2019.
3 La pregunta que se realizó fue: Hay diferencias entre los grupos sociales del país y quisiera pedirle que a cada una le ponga una
calificación del 1 al 5, donde 1 es una diferencia que no es nada grave y 5 que es muy grave. Del 1 al 5, ¿qué tan graves son las
diferencias entre…? (Entre collas y cambas/ Entre citadinos y campesinos/ Entre jóvenes y viejos/ Entre cristianos y no religiosos/
Entre izquierda y derecha/ Indígenas y no indígenas/ Oriente y occidente).

20
Polarización social en Bolivia

¿Cómo perciben las y los bolivianos la gravedad del problema del racismo? La encuesta nacional
realizada por el Tribunal Supremo Electoral el 2020 indaga respecto a este tema, los resultados nos
muestran que el 55,8% de la población boliviana afirma que el racismo es un problema importante
y el 42,8% menciona que el racismo en nuestro país ha aumentado.

De esta manera es que no es posible comprender la polarización política y los conflictos socio-
políticos de noviembre de 2019, sin dar cuenta de la herencia culturalmente polarizante que
funciona como insumo para avalar discursos de segmentación política, estos cobran fuerza y
devienen en actitudes de intolerancia y esto, a su vez, se traduce en escenarios de conflicto y
violencia.

Gráfico 2. Percepciones sobre racismo en Bolivia

¿Con cuál de las opciones está de El racismo en Bolivia ¿ha aumentado,


acuerdo usted? sigue igual o ha disminuido?
55,8 42,8

33,8

30,8
21,5

11,2

El racismo es un Existe racismo en No existe racismo


problema Bolivia, pero no es entre los bolivianos El racismo ha Sigue igual El racismo ha
importante un problema aumentado disminuido
Fuente: Encuesta del Tribunal Supremo Electoral, 2020.

C. Extremos ideológicos

La polarización política es un fenómeno que, en términos generales, favorece a la ampliación de la


divergencia entre actitudes políticas y el consecuente desplazamiento de estas actitudes hacia los
extremos ideológicos. Los niveles de polarización ideológica y extremismo político pueden traer
consigo actitudes de intolerancia, las voces de centro o aquellos con visiones políticas mezcladas
pierden visibilidad, poder e influencia.

Cuando se cuestiona a la sociedad boliviana respecto a su posicionamiento frente a la dicotomía


ideológica izquierda-derecha, se puede evidenciar que la mayor parte de la población se
autoadscribe en el centro de la medición, estos datos podrían dar cuenta de una sociedad neutra y
de actitud moderada.

21
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

Gráfico 3. Autoidentificación ideológica

35
31,0
30

25

20

15
11,7
10,4
10 8,5
6,6 7,3
5,5 5,8
4,3 3,5
5

0
1 Izquierda 2 3 4 5 6 7 8 9 10 Derecha
Fuente: Encuesta del Tribunal Supremo Electoral, 2020

Para seguir analizando a mayor profundidad las características ideológicas de la población boliviana,
a continuación se indaga respecto a nociones relacionadas al rol del Estado en torno a la política
económica; esto bajo la premisa de extremos ideológicos entre un Estado más redistributivo en
contraposición con un Estado más liberal. En este sentido, ya es posible apreciar cierto
distanciamiento del eje central moderado.

Gráfico 4. Percepciones sobre el rol del Estado en la política económica

Fuente: Encuesta Mundial de Valores en Bolivia, 2017

22
Polarización social en Bolivia

D. Intolerancia y bajo apoyo al sistema democrático: augurio del conflicto

Factores como la tolerancia política y el apoyo al sistema democrático y el sistema político son
fundamentales para comprender el nivel de confianza y la relación entre la sociedad civil, el Estado
y sus instituciones. Sociedades que presentan menor aprobación a sus instituciones políticas y
sistema de gobierno son más proclives a generar ambientes de tensión y conflictividad.

En este sentido, el análisis de la tolerancia política es imprescindible, ya que el respeto a las ideas y
libertad de expresión y acción de quienes piensan diferente es el principio fundamental para
garantizar la no-violencia en el ejercicio político e involucramiento social. De esta manera, un
escenario polarizado que se alimenta de un bajo nivel de tolerancia funciona como base para
generar actitudes de violencia hacia quien piensa diferente.

Si bien Bolivia es uno de los países de la región que no había presentado indicios de intolerancia
exacerbada, los datos de la encuesta LAPOP para el año 2019 expresan una situación alarmante.
En la encuesta, Bolivia se posiciona como el segundo país con menor nivel de tolerancia política
en la región latinoamericana.

Índice Encuesta Variables


Tolerancia política LAPOP 1) Aprueba el derecho de votar de quienes critican la forma de gobierno
2) Aprueba el derecho de protestar de quienes critican la forma de gobierno
3) Aprueba el derecho de candidatearse de quienes critican la forma de gobierno
4) Aprueba el derecho a hacer un discurso de quienes critican la forma de gobierno

Gráfico 5. Tolerancia política en América Latina

Fuente: Barómetro de las Américas por LAPOP, 2019

23
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

El apoyo a la democracia es otro de los indicadores imprescindibles que permiten medir el nivel de
confianza y preferencia que tienen los ciudadanos sobre el funcionamiento del sistema democrático
en el país. De acuerdo a los resultados de la encuesta LAPOP, Bolivia es el segundo país con menor
nivel de apoyo a la democracia en la región latinoamericana, esta variable es medida en torno a la
pregunta: “La democracia es mejor que cualquier otra forma de gobierno”, lo que supone la preferencia de
la democracia sobre cualquier otro sistema de gobierno.

Los resultados a nivel comparativo, demuestran que Bolivia es el segundo país con menor apoyo a
la democracia como sistema de gobierno en Latinoamérica, sólo superado por Honduras. Este dato
nos presenta una marcada desaprobación de la democracia como sistema de gobierno en nuestro
país, lo cual puede resultar peligroso, ya que, como se evidencia a continuación del texto, la
población boliviana presenta inclinaciones por sistemas de gobiernos autoritarios.

Otro de los factores importantes a analizar en lo que refiere a la aprobación del funcionamiento
del sistema político, es el índice de apoyo al sistema; este índice mide el grado de aprobación de la
ciudadanía respecto a las instituciones políticas. En relación a este índice, Bolivia se encuentra con
un nivel de apoyo al sistema político medio bajo en relación a los países de la región
latinoamericana.

Índice Encuesta Variables


Apoyo al sistema LAPOP 1) Tribunales de justicia de garantizan un juicio justo
2) Respeto por las instituciones políticas
3) Derechos básicos del ciudadano están bien protegidos por el sistema político
4) Orgullo del sistema político
5) Apoyo al sistema político

Gráfico 6. Apoyo a la democracia y apoyo al sistema en América Latina

Fuente: Barómetro de las Américas por LAPOP, 2019

24
Polarización social en Bolivia

E. El autoritarismo y el militarismo al rescate

“Cuando los militares se vuelven árbitros de los conflictos políticos en sociedades polarizadas, el resultado
suele ser una agudización de los conflictos políticos”

Desde los conflictos de noviembre pasado se ha evidenciado una irrupción de las instituciones
militares en el escenario político y social del país. Esta emergencia de las organizaciones castrenses
se ve en muchos casos avalada por grupos ciudadanos que exhortan a las instituciones militares a
tener control de poderes estatales.

Los datos recogidos por encuestas de LAPOP para el año 2019 ya demostraban que la sociedad
boliviana estaba dispuesta a aceptar mayor intervención de instituciones militares cuando el
funcionamiento estatal se ve debilitado.

Así también, según los resultados de la encuesta LAPOP, las Fuerzas Armadas son la institución
que goza con mayores niveles de confianza por parte de la sociedad boliviana, los resultados
recogidos en la encuesta CERES demuestran que la confianza en esta institución estatal supera a
la confianza de la población hacia la Asamblea Legislativa. El proceso de consolidación de la
democracia implica la subordinación del poder militar al civil y conlleva tanto modificaciones
legales como culturales. Si la ciudadanía confía más en las Fuerzas Armadas que en los legisladores,
los incentivos para acudir a ellas son más fuertes. Si la ciudadanía percibe dificultades para sostener
el orden público, las fuerzas de seguridad que prometen «orden» se vuelven más atractivas a sus
ojos4.

Gráfico 7. Justificación de golpe de Estado en la región latinoamericana

4 Levitsky , Steven y Murillo María Victoria: La tentación militar en América Latina publicado en la revista Nueva
Sociedad, No 285, febrero de 2020.

25
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

Fuente: Barómetro de las Américas por LAPOP, 2019

Gráfico 8. Confianza en las Fuerzas Armadas, Asamblea Legislativa y Municipalidad

Fuente: Ciudadanía /LAPOP, 2004-2017

En este sentido, el funcionamiento del sistema democrático se ve empañado por nociones


autoritarias, avaladas por sectores poblacionales, que posibilitan la generación de escenarios de
violencia en el país. Ceder a la tentación militar tiene efectos de largo plazo sobre la estabilidad
democrática, y resistirla ayuda a la construcción de instituciones más estables, incluso en contextos
marcados por crisis recurrentes.

F. Nuevos protagonistas y escenarios: Las juventudes al campo de batalla

Uno de los principales resultados del periodo de crisis en Bolivia fue la emergencia de nuevos
actores sociales en el escenario de conflictividad y polarización, en este sentido, uno de los sectores
poblacionales que demostró un fuerte involucramiento en este periodo fueron las juventudes del
país.

La importancia de centrar nuestra atención en este grupo generacional no recae en el hecho de que
las juventudes en el país demuestren niveles diferentes de polarización, sino más bien en el hecho
de que es este grupo poblacional quienes han demostrado participación activa en espacios de
conflictividad. A continuación, se presenta un breve resumen del estado de este grupo poblacional
antes, durante y después de este periodo.

- Antes del conflicto: se caracterizaba a la población joven como un sector poblacional


despolitizado, acrítico y desmovilizado. La participación de las organizaciones juveniles era
meramente nominal o solo engrosaban filas político partidarias.
- Durante el conflicto: la población joven despierta del letargo, las plataformas juveniles,
colectivos, agrupaciones estaban conformadas por jóvenes que se movilizaron activamente
en el periodo de conflictividad, desde los diversos sectores involucrados. La participación
de la población joven se evidenció no sólo en los espacios presenciales de conflictividad
sino que también estaban activamente presentes a través de escenarios virtuales, redes
sociales.

26
Polarización social en Bolivia

- Posterior al conflicto: las organizaciones juveniles se visibilizan y surgen liderazgos juveniles. Se


perfila la política con rostro joven, muchos de los protagonistas que emergieron del
conflicto inician carrera política y son elegidos representantes políticos desde las distintas
esferas de decisión, resultado de esto, se observa por ejemplo, la composición de la
Asamblea Legislativa con una representativa cantidad de jóvenes.

Ante este nuevo contexto surge la cuestionante: ¿Es posible que estos nuevos actores generen
espacios de encuentro social o más bien reproducen y refuerzan un escenario polarizante? Los
resultados de la Encuesta LAPOP, permiten advertir miradas disonantes respecto a estos aspectos,
por un lado, la población joven del país es la generación que expresa mayores niveles de tolerancia
política respecto a otros grupos de edad, por otro lado, son las juventudes quienes están más de
acuerdo con la idea de justificar un golpe de Estado en el país, cuando las condiciones de
gobernabilidad se ven debilitadas.

Gráfico 9. Tolerancia política según grupos de edad

Fuente: Barómetro de las Américas por LAPOP, 2019

27
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

Gráfico 10. Justificación de golpe de Estado, según grupos de edad

Fuente: Barómetro de las Américas por LAPOP, 2019

Al momento de analizar el grupo poblacional joven en torno a su involucramiento político y


comunitario, es ineludible pensar en los nuevos mecanismos de información y comunicación
utilizados predominantemente por las nuevas generaciones.

La instantaneidad y facilidad de difusión que caracterizan al servicio de internet son elementos que
han ayudado a masificar la frecuencia de uso de este medio de comunicación por parte de la
población, principalmente de las áreas metropolitanas del país. Sin embargo, son estas mismas
características las que muchas veces comprometen la calidad de la información emitida en estos
espacios virtuales; este hecho se ve reflejado en las denominadas “Fake news”, los escenarios
predilectos para la proliferación de estas noticias falsas son precisamente las Redes Sociales. En
efecto, esta falsa información daña la calidad de la toma de decisión informada y refuerza la
construcción de una visión sesgada de la realidad.

El presente estudio sobre polarización social contempló también una fase de investigación
cualitativa desarrollada a través de grupos focales a nivel nacional, entre los resultados de esta
investigación se advierte que los principales mecanismos de información y consumo de noticias
políticas en los periodos de conflictividad social fueron las redes sociales digitales (principalmente
WhatsApp y Facebook). Asimismo, los resultados de la encuesta nacional demuestran que del total
de usuarios de las redes sociales un alto porcentaje consume noticias e información política a través
de estas plataformas. Estos datos dan cuenta de la importancia de estas redes digitales de
información como mecanismos de generación de opinión pública.

28
Polarización social en Bolivia

Gráfico 11. Frecuencia de consumo de noticias y frecuencia de consumo de información


política por Redes Sociales

Fuente: CERES, Encuesta Multi-Modo sobre Polarización, Ciudadanía y DATACCIÓN SRL., Diciembre de 2020.

G. Algunas conclusiones

Bolivia, al igual que en toda la región mantiene un fuerte legado de polarización ideológica, estas
tensiones extremistas entre izquierda/derecha son identificadas por la población boliviana como
una de las divisiones sociales más agudas. Si bien, la población boliviana se autopercibe en el centro
del espectro político, en momentos de crisis sociopolítica, como la de noviembre pasado, estas
diferencias salen a la luz y estas diferencias pueden pasar de tensiones a escenarios de intolerancia
y violencia. El racismo como una de las consecuencias de la polarización en torno a características
étnico culturales y regionales, sigue siendo una de las preocupaciones de la sociedad boliviana,
quienes en su mayoría, consideran que este problema se ha agudizado en el último periodo.

Es imprescindible analizar los nuevos protagonistas de futuros espacios políticos, si tenemos en


cuenta que son estos nuevos actores sociales, provenientes de estos escenarios de conflictividad,
quienes tendrán la tarea de restructurar el tejido social boliviano. Así también es relevante advertir
la importancia de los nuevos escenarios digitales de acción, comunicación e información política;
estas redes virtuales se han posicionado como herramientas de generación de opinión pública.

La sociedad boliviana viene manifestando un disminuido apoyo a la democracia y baja confianza


en sus instituciones, esto trae como consecuencia la aceptación y de instituciones y proyectos
políticos autoritarios. La tentación militar abre posibilidades que generan mayor inestabilidad
institucional.

La polarización creciente en Bolivia y en toda la región y la emergencia de conflictividad social


deben ser entendidas como alarmas para enfatizar la urgencia de establecer consensos y diálogos
sobre la necesidad de eludir la tentación militar y sobretodo reafirmar la consolidación de
democracias incluyentes.

29
Vivencias en la polarización y en los conflictos sociales
de octubre ~ noviembre de 2019
Julio Córdova1

A. Introducción

Por encargo de CERES, del 12 al 18 de noviembre Diagnosis realizó 12 grupos focales para
identificar las vivencias de los entrevistados durante los conflictos sociales y la polarización de
octubre-noviembre de 2019. Los grupos focales estuvieron organizados de la siguiente manera:

Segmento Edad LPZ/EA CBBA SCZ Total


Hombres y mujeres de clase media y media baja favorables a la Jóvenes (22~27 años) 1 1 1 3
oposición al MAS
Adultos (25~50 años) 1 1 1 3
Hombres y mujeres de clase baja favorables al MAS Jóvenes (22~27 años) 1 1 1 3

Adultos (25~50 años) 1 1 1 3


Total 4 4 4 12

En cada grupo focal participaron entre 7 a 8 personas de diferentes barrios y ocupaciones. Ninguno
era militante de algún partido político o agrupación ciudadana.

En este informe se presentan los resultados de este estudio cualitativo. En los acápites dos, tres y
cuatro se reconstruirán las vivencias de los entrevistados durante los conflictos sociales de octubre
y noviembre, según clase social y ciudad. En el acápite cinco se propone un “modelo” para entender
y, sobre todo para prever situaciones de polarización social y política en Bolivia. Finalmente, en el
acápite seis se proponen algunas conclusiones emergentes del estudio.

B. Vivencias en clases medias de La Paz/El Alto y Cochabamba

A partir de la técnica de “estudio forense”, en los grupos focales se hizo una reconstrucción de las
vivencias de los entrevistados en tres etapas durante los conflictos de octubre – noviembre de 2019:
a) antes de la renuncia de Evo Morales, b) durante su renuncia y c) en los primeros días del
Gobierno de transición de Áñez. En el siguiente cuadro se muestran los resultados generales de
esta reconstrucción:

Momentos Clases medias opositoras al MAS Clases bajas favorables al MAS

Antes de la • Frustración acumulada desde 2016, e incluso desde antes. • Inicia la incertidumbre.
renuncia de • Indignación por el fraude del 2019 motiva a la movilización. • Molestia por bloqueos de parte de los “pititas”.
Evo Morales • La motivación de la movilización es la defensa de la • Pueden entender indignación de los “pititas”.
democracia. • Reconocen que Evo no debió repostular a las
• Indignación por muertos en Montero, carretera Potosí-Oruro. elecciones del 2019
• Aumenta optimismo desde el motín policial.

1 Julio Córdova es sociólogo y gerente de Diagnosis SRL.

31
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

Momentos Clases medias opositoras al MAS Clases bajas favorables al MAS


Durante la • Euforia por la victoria. Salen a festejar a las calles. • Aumenta la incertidumbre y el miedo.
renuncia de • En tierras altas mucho temor frente a los saqueos “de los • Se sienten discriminados por tipificación como
Evo Morales militantes del MAS”. Se sienten amenazados. masistas y por insultos en redes sociales.
• Sensación de desprotección: “No hay un Gobierno que los • Miedo y desaprobación de los primeros actos
defienda”. violentos de protesta por el “derrocamiento de
• Sentimiento de gran alivio por la intervención de militares Evo”.
• Distinguen entre “los del MAS” y los
delincuentes que realizan saqueos
Primeras • Apoyo a las acciones del Gobierno de Áñez “contra los • Indignación por la quema de la wiphala.
acciones del masistas”. “Niegan lo que somos”.
Gobierno de • Aceptan el discurso del Gobierno sobre las masacres de • Indignación por masacres de Sacaba y
transición Sacaba y Senkata. Senkata.
• Respaldan acciones judiciales contra dirigentes del MAS. • Rechazo a las acciones de militares y
policías.
• Ambigüedad: temor y apoyo a marchas de
clases bajas.

Las diferencias que se muestran en el presente cuadro corresponden sobre todo a lo observado en
los grupos focales de tierras altas (La Paz/El Alto y Cochabamba). En cambio, como se verá más
adelante, en Santa Cruz el panorama es diferente. Por esta razón, en el presente acápite se analizarán
las vivencias en las clases medias de tierras altas, en el acápite tres se analizarán las vivencias de las
clases bajas de tierras altas, y en el acápite cuatro se describirán las vivencias en Santa Cruz.

B.1. Vivencias de las clases medias de tierras altas, antes de la renuncia de Evo Morales

En los grupos focales de clases medias en La Paz, El Alto y Cochabamba, varios entrevistados
manifestaron una frustración con el Gobierno de Evo Morales. Entre los motivos de frustración
de larga data se destacan los siguientes:

• Dificultades de acceso al empleo estatal.


• Sentimiento de un “racismo al revés”.
• Signos de autoritarismo y corrupción.

Lo que profundizó esta frustración de las clases medias con el Gobierno de Evo Morales fue el
desconocimiento de los resultados del Referéndum del 21F:

El Evo es un dictador. Quería quedarse para siempre en el Gobierno ¿no ve?. Por eso no hizo caso a (la
votación del) Referéndum (del 21F). Nos han robado el voto. (Mujer joven, clase media típica,
Cochabamba).

Esta frustración se tradujo en indignación, con la certeza de fraude electoral a raíz de la paralización
del TREP, la noche del 18 de octubre:

Ya, yo dije en mi familia que era el colmo. Ese día (de las elecciones) era clarito que había fraude. Entonces
dije que la gente se iba a levantar … y así fue. Se levantó, entonces … Ya era mucho que otra vez el Evo
pisotee nuestro voto. (Mujer, clase media baja, Cochabamba).

32
Vivencias en la polarización y en los conflictos sociales

En cuanto a las movilizaciones de “los pititas” después de la paralización del TREP, se observan
importantes diferencias entre las clases medias de La Paz y El Alto, respecto de las clases medias
de Cochabamba.

Varios de los entrevistados de clases medias de La Paz y El Alto, tanto jóvenes como adultos,
asumen una postura de “espectadores” frente a los bloqueos de “los pititas”. Varios de ellos no
participaron en ninguna movilización. Si bien las apoyaron en el sentido que estuvieron de acuerdo
con las mismas, no se involucraron activamente en ellas.

A diferencia de las clases medias en La Paz y El Alto, en Cochabamba, los entrevistados de clases
medias asumen una postura de mayor involucramiento personal y emocional en las movilizaciones
posteriores a la paralización del TREP.

En Cochabamba los entrevistados de clases medias no hablan de “los pititas” como en La Paz y El
Alto. Se refieren a “la movilización de la ciudadanía” y, a veces, a la “movilización de la resistencia”.
Llama la atención que, en Cochabamba, el término de la “resistencia” haya ampliado su significado
en clases medias. Ya no se refiere solamente a la Resistencia Juvenil Cochala (RJC); sino, con el
término de “resistencia” se refiere a toda la movilización de clases medias.

Cuando se produjo el motín policial, los entrevistados de clases medias de La Paz, El Alto y
Cochabamba comenzaron a pensar que era “posible sacar al dictador” y se involucraron más en las
movilizaciones sociales.

B.2. Vivencias de las Clases Medias de La Paz/El Alto y Cochabamba durante la


Renuncia de Evo Morales

Es relativamente poco lo que recuerdan los entrevistados de clases medias sobre el momento
mismo de la renuncia de Evo Morales. Mencionan el discurso de renuncia de Evo Morales en la
televisión y el salir a las calles para celebrar esta renuncia:

Pucha, ahí nos hemos alegrado mucho siempre con nuestra familia. Me recuerdo que mis papás decían ‘por
fin se ha ido ese dictador’. Nos hemos abrazado incluso. (Mujer joven, clase media baja, El Alto).

Es importante destacar que en los relatos espontáneos de los entrevistados no se menciona a Luis
Fernando Camacho en la narrativa de la renuncia de Evo Morales. Tampoco se menciona la entrada
a Palacio de Gobierno ni la entrega simbólica de la carta de renuncia, como sí se hace en Santa
Cruz. Para las personas de clases medias de La Paz, El Alto y Cochabamba, la renuncia de Evo
Morales fue producto de las protestas de la población y del motín policial.

Las personas de clases medias de La Paz, El Alto y Cochabamba recuerdan con temor los saqueos
que se produjeron después de la renuncia de Evo Morales. Este recuerdo es más vívido en La Paz
y El Alto. Al enterarse – por los medios de comunicación, y por videos que circularon en las redes
sociales – de saqueos en la zona sur de La Paz, de la quema de los buses Pumakatari y de los
incendios de módulos policiales en El Alto y Cochabamba, los entrevistados de La Paz y El Alto
se sintieron “desprotegidos”.

33
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

La narrativa aquí es que el MAS estaba pagando a delincuentes y a sus militantes, que para las clases
medias son casi lo mismo. Y que estos delincuentes se estaban entrando a las casas a saquear y
quemar.

El momento de mayor tensión y temor en La Paz y El Alto fue el 11 de noviembre. Circularon


rumores de marchas multitudinarias de campesinos. Las personas de clases medias se sentían
totalmente desprotegidas. Comenzaron a preparar “la defensa de sus hogares”. En algunos casos,
especialmente en barrios de la zona oeste de La Paz, se sintieron, aunque no se vieron, cómo
cientos de marchistas bajaban de El Alto. Cuando las personas de clases medias se enteraron en la
televisión, por redes sociales, o cuando escucharon a los aviones del ejército sobrevolar la ciudad,
y luego vieron las patrullas de militares y policías por las calles la noche del 11 de noviembre,
sintieron alivio.

B.3. Vivencias de las Clases Medias de La Paz/El Alto y Cochabamba en los Primeros
Días del Gobierno de Transición

En los primeros días del Gobierno de transición, los entrevistados de clases medias recuerdan su
participación en acciones de vigilancia en sus barrios, contra eventuales “saqueos” de parte de “los
masistas”. Estos recuerdos son más importantes en La Paz y, sobre todo en El Alto. En cambio
en Cochabamba son menos relevantes.

Al referirse a las masacres de Sacaba y Senkata, las clases medias asumen el discurso del Gobierno
de transición:

• Eran manifestaciones manipuladas y pagadas por el MAS.


• Habían grupos delincuenciales armados.
• Se dispararon entre ellos.
• Ni las FFAA ni la Policía dispararon contra los manifestantes.

En Senkata existía el riesgo de “hacer explotar la planta” con el peligro de muerte de miles y miles
de alteños y paceños

C. Vivencias en clases bajas de La Paz/El Alto y Cochabamba

C.1. Vivencias de las clases bajas antes de la renuncia de Evo Morales

Por lo general, las personas de clases bajas de La Paz, El Alto y Cochabamba, tienen una valoración
positiva del Gobierno de Evo Morales. Desde su punto de vista, Evo ha hecho muchas obras,
sobre todo para el área rural. A pesar de esta valoración positiva de Evo Morales como Presidente,
en clases bajas se asume cierta distancia emocional hacia él. Reconocen que no debió presentarse
nuevamente como candidato. Que no debió desconocer los resultados del Referéndum del 21F:

Ya pues. Eso de ser Presidente le ha gustado al Evo. Ya no quería soltar la mamadera. Par él solito
quería. Hay pues otros jóvenes que pueden hacer (de Presidente) ¿Acaso él solito es el único que puede?
(Mujer adulta, clase baja, La Paz).

34
Vivencias en la polarización y en los conflictos sociales

Lo que resalta en la narrativa de la etapa previa a la renuncia de Evo Morales en las clases bajas de
La Paz, El Alto y Cochabamba, son las molestias que causan los bloqueos de “los pititas”. Molestias
que impiden trabajar.

En las clases bajas de Cochabamba, a diferencia de las clases bajas de La Paz y El Alto, se nota un
cierto temor en los conflictos previos a la renuncia de Evo Morales. Algunos entrevistados se
sienten amenazados por las acciones de la Resistencia Juvenil Cochala. Sienten incluso acoso al
caminar por la calle. Temen ver a jóvenes con moto, porque “les pueden molestar”:

A veces me daba miedo andar por la calle. Decían que los de la Resistencia (Juvenil Cochala) molestaban…
decían que a los de la zona sur molestaban… a los pobres también. Entonces cuando veía chicos con moto
me daba miedo. (Mujer joven, clase baja, Cochabamba).

C.2. Vivencias en clases bajas de La Paz/El Alto y Cochabamba durante la renuncia


de Evo Morales

Frente a la renuncia de Evo Morales el domingo 10 de noviembre del 2019, los entrevistados de
clases bajas mantienen la actitud de “distancia emocional”. Relatan lo sucedido sin involucrarse
personalmente. La renuncia de Evo fue un suceso que “ya se sabía que pasaría”, especialmente
después del motín policial.

Durante los saqueos que se produjeron el 10 y 11 de noviembre los entrevistados de clases bajas,
igual en clases medias, viven momentos de temor. En La Paz y El Alto, como sucedió también con
las clases medias, los entrevistados de clases bajas perciben los saqueos como una amenaza personal
hacia ellos y sus familias. Pero, a diferencia de clases medias, las personas de clases bajas logran
distinguir claramente entre “los masistas” y “los delincuentes”:

Clarito es esos maleantes. Por mi barrio han pasado, en la noche (del 10 de noviembre). Se escuchaba a
extranjeros … parecían venezolanos … creo que también peruanos había. Esos roban a la gente. En la
Ceja (de El Alto) saben estarse siempre (Mujer adulta, clase baja, El Alto).

Como sucedió también con las clases medias de Cochabamba, los entrevistados de clases bajas de
esta ciudad no percibieron los saqueos y la destrucción de los módulos policiales en algunos lugares
de la zona sur como una amenaza personal para ellos y para sus familias. Simplemente se refieren
a estos saqueos, como algo que ocurría en algunos lugares específicos de la ciudad (sobre todo en
la zona sur), pero que no era un peligro para la integridad de ellos o de sus familias.

C.3. Vivencias en clases bajas de La Paz/El Alto y Cochabamba en las primeras


semanas del gobierno de transición

Mientras en las clases medias se describen los sucesos posteriores a la posesión de Áñez con poco
detalle, y casi sin involucrarse personalmente, en las clases bajas hay una mayor implicación
personal cuando se reconstruye lo acaecido en las primeras semanas del Gobierno de transición.

En las clases medias no se menciona de manera espontánea la quema de la wiphala; no es un suceso


relevante para ellos. Pero en las clases bajas de La Paz, El Alto y Cochabamba, tanto entre jóvenes
como entre adultos, este hecho fue muy impactante para ellos.

35
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

Tanto en La Paz/El Alto, como en Cochabamba, se menciona la quema de la wiphala en la plaza


principal (Murillo, 14 de Septiembre). Varios mencionan que fueron los propios policías los que
quemaron la wiphala.

La indignación de varios de los entrevistados de clases bajas al ver la quema de la wiphala, es que,
con eso, se está negando “nuestras raíces”, “nuestra historia”. Se está mellando la dignidad de los
campesinos e indígenas. Algunos resaltan que los que quemaron la wiphala (entre ellos algunos
policías), están negando sus propias raíces:

Lo que más rabia me da a mí, es que estos policías, cando han quemado la wiphala, estaban negando sus
raíces. Ellos son hijos de campesinos. Yo también vengo de ahí. Pero estos hijos de puta se avergüenzan de
dónde han venido. (Hombre adulto, clase baja, El Alto).

Para los entrevistados de clases bajas, las masacres de Sacaba y Senkata son muy importantes en su
narrativa de los conflictos sociales:

A mí, lo que me ha dolido bien harto siempre es cómo les han baleado a los campesinos en Sacaba. (Los
campesinos) no estaban haciendo nada … no estaban atacando a nadie. Sólo querían marchar y llegar
hasta la ciudad (de Cochabamba). Pero les han baleado … han matado (los del Ejército y la policía). He
llorado siempre al verlo esto en la televisión. (Mujer adulta, clase baja, Cochabamba).

El Gobierno (de Áñez) son bien racistas. A ver, les han metido bala a los vecinos de Senkata. Mentira es
que (estos vecinos) querían hacer explotar la planta. Ellos estaban reclamando solo porque habían metido
presos a algunos (de los vecinos, en la planta). Entonces les han disparado (los del Ejército). (Hombre joven,
clase baja, La Paz).

Los entrevistados de clases bajas no aceptan el discurso del Gobierno de transición sobre las
masacres de Sacaba y Senkata. Para la mayoría de ellos, fue el Ejército el que disparó contra los
campesinos en Sacaba, y contra los vecinos en Senkata. Mencionan insistentemente al ex ministro
Arturo Murillo como responsable de las masacres.

A partir de la asociación de la quema de la wiphala con los primeros días del Gobierno de Áñez y,
al mismo tiempo, al atribuirle la culpa por las masacres de Sacaba y Senkata, los entrevistados de
clase perciben que el Gobierno de transición está “contra ellos” (no contra “los masistas”). Que es
un Gobierno que les discrimina y que favorece “a los ricos”. Es, sobre todo, un Gobierno represor
y racista.

D. Vivencias durante la polarización en Santa Cruz

A diferencia de los relatos de La Paz, El Alto y Cochabamba, en Santa Cruz no es posible dividir
la temporalidad de los mismos en tres etapas (antes de la renuncia de Evo Morales, durante su
renuncia, primeras semanas del Gobierno de Áñez). En el caso de Santa Cruz las percepciones se
enfocan en “los 21 días” previos a la renuncia del ex Presidente.

D.1. Vivencias en clases medias

La tónica dominante en la narrativa de los entrevistados de clases medias al reconstruir sus vivencias
durante los “21 días” previos a la renuncia de Evo Morales es la fiesta y el compartir entre vecinos.

36
Vivencias en la polarización y en los conflictos sociales

La generalidad de los entrevistados recuerda estos días como un momento de (re) conocerse entre
vecinos, compartiendo charlas, anécdotas, comidas en las calles y en las rotondas durante los 21
días que duró el paro cívico:

Fue un lindo momento oiga. Allí salíamos a la rotonda a compartir con los vecinos. ¿Cómo es no, la vida
moderna? Ahora ya nadie tiene tiempo para conocer a sus vecinos. Todos estamos apurados con nuestro
trabajo no más. Ahí, metidos en nuestros asuntos ¿no? Pero durante el paro cívico pudimos (conocernos).
Ahí salíamos más que a bloquear, a charlar. (Hombre adulto, clase media baja, Santa Cruz).

Para los entrevistados en clases medias, sobre todo para los adultos, está claro que el objetivo de la
movilización de los “21 días” fue recuperar la democracia de los intentos ilegales de Evo Morales
de perpetuarse en el poder desconociendo los resultados del 21F y por el fraude en del 18º del
2019:

El Evo quería quedarse en el poder para siempre. Igual que Chávez o que Maduro. Igualito quería hacer.
Así es el socialismo pues … no les gusta la democracia. (Hombre adulto, clase media típica, Santa Cruz).

En clases medias (y en clases bajas como se verá más adelante), la identidad cruceña se construye
en oposición al “centralismo”. Y es esta identidad la que ayuda a construir la narrativa sobre los
conflictos de octubre y noviembre del 2019. Ahora bien, es difícil saber a ciencia cierta si esta
oposición cruceñidad vs. centralismo estaba ya presente en estos conflictos, o si es una percepción
que se fue consolidando después, pero que sirve para reconstruir aquella experiencia pasada.

Lo cierto es que para las clases medias en Santa Cruz, sobre todo adultos, el intento de Evo Morales
de “perpetuarse” en el poder no sólo es un expresión “del masismo”; sino también “del
centralismo” (colla):

Es que allí (en La Paz), ya están acostumbrados a manejar el Gobierno. Sólo para ellos no más quieren
el poder (del Estado) … sin pensar en las regiones … es por eso también que el Evo quería eternizarse en
el poder, para manejar los recursos del país a su antojo. (Mujer adulta, clase media típica, Santa Cruz).

El centralismo (colla) implica perjuicios y agravios para Santa Cruz. Entre ellos, los entrevistados
mencionan los siguientes:

• Se niega a Santa Cruz dirigir el Estado.


• Santa Cruz aporta mucho (en impuestos y regalías) y recibe poco para su desarrollo.
• El Estado centralista perjudica al emprendimiento cruceño.

En los grupos focales con clases medias, sobre todo entre adultos, se observó una importante
legitimidad del Comité Cívico durante los 21 días. Para estos entrevistados este Comité es la
expresión de todas las organizaciones sociales y de los diferentes sectores de Santa Cruz, Por tanto,
fue la institución indicada para organizar la movilización de los 21 días. Varios entrevistados, tanto
adultos como jóvenes, destacan el liderazgo de Fernando Camacho. Entienden que su liderazgo
ayudó no sólo al éxito de la movilización en los 21 días; sino, sobre todo, que fue decisivo para la
renuncia de Evo Morales:

37
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

El Camacho fue valiente. No tenía miedo a nada esos días … Dicen que le amenazaron su vida (los del
Gobierno). Pero igual seguía. (Mujer joven, clase media típica, Santa Cruz).

D.2. Vivencias durante la polarización en clases bajas

Aunque hay diferencias de percepciones y vivencias entre las clases medias y las clases bajas en
Santa Cruz, las mismas no implican “oposición” como se ha visto en La Paz, El Alto y
Cochabamba. En términos generales se puede decir que los entrevistados de clases bajas comparten
la misma estructura de percepciones y vivencias sobre los 21 días. Sin embargo, hay algunas
diferencias importantes. Entre ellas se resalta una actitud de distancia frente al Comité Cívico.

La credibilidad en el Comité Cívico entre adultos de clases bajas de Santa Cruz, es notablemente
menor a lo observado entre adultos de clases medias. Los adultos de clases bajas resaltan que el
Comité Cívico no es elegido de manera democrática. Por tanto, no representa a todos los sectores
sociales. Se percibe al Comité Cívico más ligado a las grandes empresas, a los ricos, a las logias y a
sectores de poder de Santa Cruz:

Los del Comité Cívico son más de la CAO, de la CAINCO, de ahí más vienen. Buscan beneficiar a ellos
nomás. (Hombre adulto, clase baja, Santa Cruz).

E. Un modelo para entender la polarización en Bolivia

Luego de analizar las vivencias en el proceso de polarización en octubre – noviembre del 2019, en
este capítulo se presenta un modelo de las variables de contexto que influyen en la polarización
político social en Bolivia. Variables que se esquematizan en la siguiente ilustración:

38
Vivencias en la polarización y en los conflictos sociales

E.1. Variable 1: Limitaciones estructurales

Las limitaciones estructurales a partir de los cuales los sectores sociales construyeron una economía
de emociones colectivas reactivas, que estuvieron presentes en la coyuntura de polarización de
octubre-noviembre de 2019 fueron las siguientes:

Las fracturas estructurales de tipo étnico – cultural y socio económico, estuvieron presentes en la
polarización, sobre todo en La Paz, El Alto y Cochabamba. Por un lado están las clases medias,
con una cierta identidad “criollo mestiza”, que se opusieron al MAS. Por el otro, las clases bajas,
con una identidad “más popular” con ribetes aymara (en La Paz y El Alto) y quechua
(Cochabamba). Las clases medias se sintieron discriminadas en el Gobierno de Evo Morales por
su condición mestiza; y las clases bajas se sintieron discriminadas en el Gobierno de Áñez, también
por su condición popular e indígena.

En Santa Cruz estuvo presente la fractura regional durante la polarización. Construyeron su


identidad no sólo en oposición al Gobierno de Evo Morales; sino también en oposición al
centralismo Colla.

Las limitaciones económicas también estuvieron presentes. En clases medias la dificultad de


acceder al empleo estatal durante el Gobierno de Evo Morales. En clases bajas, la dificultad de
continuar con sus pequeños negocios por las movilizaciones de “los pititas” durante las
movilizaciones.

También estuvo presente la debilidad institucional. La falta de credibilidad en el Sistema Judicial


(“manipulado por el MAS”) y en el Sistema Electoral (fraude), hizo que los actores sociales “salgan
a las calles” para plantear sus demandas al Estado.

E.2. Variable 2: Economía de emociones colectivas reactivas:

Los sectores sociales construyen narrativas respecto de las limitaciones estructurales. Las mismas
no sólo son construcciones “cognitivas”. Están constituidas por un conjunto de emociones
colectivas. Cuando estas narrativas y las emociones que las acompañan son preponderantemente
“reactivas” (negativas), entonces se generan las condiciones para una polarización social traducida
en conflictos y violencia.

Como se ha visto en los anteriores acápites, en las clases medias se acumularon un conjunto de
emociones reactivas respecto del Gobierno de Evo Morales: frustración por las limitaciones de
acceso al empleo estatal, por las constantes derrotas electorales, por el desconocimiento del 21F,
por el fraude. Desconfianza en las instituciones, temor a caer en la pobreza e incertidumbre
respecto del futuro.

Lo mismo se puede decir en clases bajas. El conjunto de emociones colectivas reactivas en


respuesta a las limitaciones estructurales se acentuó durante los primeros días del Gobierno de
transición. Frustración frente a lo que consideraron una actitud represiva y discriminadora del
Gobierno. Temor sobre las acciones represivas de Murillo, e incertidumbre.

39
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

En Santa Cruz también se observa este conjunto de emociones colectivas reactivas, tanto frente al
Gobierno de Evo Morales, como frente al centralismo colla. Este centralismo genera frustración
por los perjuicios percibidos para el desarrollo de la región.

E.3. Variable 3: Condiciones y medios de movilización

En la coyuntura de octubre – noviembre de 2019, junto con las limitaciones estructurales y con la
economía de emociones colectivas reactivas, estuvieron presentes también las condiciones y los
medios de movilización. Sin estas condiciones, y sin estos medios, es poco probable el desarrollo
de procesos de polarización y tolerancia a la violencia social.

En la coyuntura de octubre – noviembre de 2019, estuvieron presentes “discursos polarizantes”


que canalizaron las emociones reactivas de los sectores sociales. En las clases medias de La Paz, El
Alto y Cochabamba estuvo presente el discurso Gobierno dictatorial de Evo Morales vs. ciudadanía
democrática. En Santa Cruz, tanto en clases medias, como, en menor medida, en clases bajas, esta
contraposición entre Gobierno dictatorial Vs, ciudadanía democrática, estuvo atravesada por la
contraposición centralismo (colla) vs. cruceñidad. En las clases bajas de La Paz, El Alto y
Cochabamba, los discursos polarizantes enfatizaron en la contraposición de: un Gobierno
discriminador a favor de los ricos (Áñez-Murillo) vs. el pueblo trabajador.

En la coyuntura de octubre – noviembre se necesitaron medios de circulación de estos discursos


polarizantes. En gran parte estos medios fueron las redes sociales. Principalmente el Facebook.

También estuvieron presentes organizaciones movilizadoras legítimas. En Santa Cruz fue el Comité
Cívico bajo el liderazgo de Fernando Camacho. En Cochabamba, en las clases medias fue
importante la Resistencia Juvenil Cochala. En La Paz las clases medias carecían de una organización
movilizadora. Las clases bajas se organizaron en torno a sindicatos, gremios y juntas vecinales.

Finalmente, en la Variable 3: espacios y medios de movilización, están los espacios movilizados de


socialización. Para que las personas se involucren en acciones de movilización y polarización, es
necesario que sus espacios de socialización (familia, amigos) estén movilizados. Nadie participa de
las movilizaciones solo. Necesita del apoyo y contención emocional de personas cercanas y
significativas que le motiven a involucrarse en la movilización social.

E.4. Variable 4: Factores desencadenantes de los conflictos

No es suficiente la presencia en un contexto determinado de las tres variables mencionadas antes:


1) limitaciones estructurales, 2) un conjunto de emociones colectivas reactivas que surge como
respuesta a estas limitaciones y 3) presencia de medios de movilización. Por sí solas, estas tres
variables no implican necesariamente procesos de polarización. Hace falta una cuarta variable:
factores que desencadenen los conflictos.

Estos factores pueden ser cualquier hecho, a veces fortuito, que, en un contexto proclive a la
polarización, la desencadene. En la coyuntura de octubre – noviembre de 2019, lo que desencadenó
la polarización en las clases medias fue la interrupción del TREP el 18O. Los factores
desencadenantes en clases bajas fueron: la quema de la wiphala y las masacres de Sacaba y Senkata.
Estos hechos hicieron que el conjunto de emociones reactivas previas, se transforme en un
sentimiento predominante de ira – indignación.

40
Vivencias en la polarización y en los conflictos sociales

Este sentimiento de ira – indignación impulsó la movilización social y produjo cambios cognitivos
importantes. Los discursos polarizantes previos se transformaron en visiones “amigo – enemigo”.
Los movilizados sobredimensionaron las acciones violentas del “enemigo”, y percibieron sus
propias acciones violentas como “defensa legítima”. Así, se incrementó la tolerancia hacia la
violencia propia. Se la justificó.

F. Conclusiones

1. La polarización y la violencia social y política no es un hecho aislado. Es el resultado de un


“proceso de acumulación” de limitaciones estructurales y de emociones colectivas reactivas.
Cuanto mayor es el tiempo de acumulación de frustraciones y tensiones, mayor será la
polarización. En la coyuntura de octubre – noviembre del 2019, las clases medias
experimentaron un mayor tiempo de acumulación de frustraciones que las clases bajas. Por
tanto, sus niveles de movilización y polarización fueron más altos.

2. Es necesario distinguir entre “polarización social” y “polarización política”. La polarización


social se produce cuando el oponente principal es otro sector social en tanto que el oponente
secundario es el Estado. Inversamente, la polarización política implica que el oponente
principal es el Estado, en tanto que los oponentes secundarios y circunstanciales pueden ser
otros sectores sociales.

En el presente estudio se pudo constatar que la polarización de octubre-noviembre de 2019


fue principalmente política. El oponente principal para las clases medias fue el Gobierno de
Evo Morales, en tanto que el oponente principal para las clases bajas fue el Gobierno de
transición.

Sin embargo, en algunos momentos, puede predominar la polarización social. Esto sucedió
principalmente en Cochabamba, donde, en determinados momentos del conflicto, la oposición
fue entre la Resistencia Juvenil Cochala, y grupos afines al MAS (tanto del Chapare, como de
la zona sur).

3. En proceso de polarización, los discursos y la construcción de identidades colectivas juegan un


rol central. Estos discursos e identidades polarizantes tienden a ser binarias. En octubre –
noviembre circularon al menos tres discursos e identidades: a) Gobierno dictatorial vs.
ciudadanía democrática (clases medias), b) Gobierno racista y discriminador vs. pueblo
trabajador (clases bajas) y c) centralismo colla vs. cruceñidad emprendedora (Santa Cruz, sobre
todo en clases medias).

Estos discursos canalizan las frustraciones y temores hacia identidades movilizadoras. Pero que
los mismos sean efectivos, necesitan organizaciones legítimas que los emitan, y canales de
circulación. Es necesario estar atentos al momento en el que estos discursos e identidades
binarias, pueden mutar hacia la confrontación “amigo – enemigo”, generando procesos de
movilización, polarización y mayor tolerancia/justificación de la violencia social.

4. El modelo propuesto en esta investigación con la interacción de cuatro variables: 1)


limitaciones estructurales, 2) emociones colectivas reactivas, 3) factores y medios de
movilización y 4) factores desencadenantes, puede ser una herramienta que ayude a precisar si

41
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

en un contexto determinado, existen mayores o menores probabilidades de polarización social


y/o política. Se trata de identificar si estas variables operan juntas y se retroalimentan y de qué
manera.

5. Teniendo este modelo en mente, es posible concluir que las condiciones que favorecen
procesos de polarización no han desaparecido del contexto actual. Esto es especialmente cierto
en las clases medias. Ellas se movilizaron y apostaron no sólo para la destitución de Evo
Morales; sino también para desalojar al MAS del Gobierno. Con la victoria de este partido en
las elecciones del 20O de este año, se entiende que los niveles de frustración, temor e
incertidumbre en clases medias se mantienen e, incluso, se han incrementado.

También se evidencia en la coyuntura actual la circulación de discursos polarizantes; sobre


todo, los discursos que se refieren a un fraude electoral a favor del MAS. Esto movilizó a
algunos grupos de clases medias después de las elecciones de este año, para pedir el
desconocimiento de los resultados electorales junto con un gobierno “civil-militar”. Todo esto
muestra que las clases medias están en un contexto favorable a la polarización que podría
desencadenarse a partir de cualquier hecho fortuito.

En cambio, las condiciones de polarización en clases bajas al parecen han disminuido. El


Gobierno de Áñez-Murillo ya no está en el poder. Hay una valoración creciente en medios de
comunicación y en la esfera pública de Bolivia que se cometieron excesos represivos durante
el Gobierno transitorio. Hay una mayor confianza institucional en el Sistema Electoral. El
mismo permitió que las clases bajas repongan al MAS en el Gobierno. En suma, los factores
de contexto que facilitan una polarización, están menos presentes en clases bajas que en clases
medias.

42
Polarización a la boliviana
Marcelo Arequipa Azurduy1

A. Introducción

Una idea central con la que quisiera comenzar este texto es que la política se la entiende a partir de
la relación de disenso y conflicto, es decir, hay “política cuando hay una parte de los que no tienen parte…
La política existe cuando el orden natural de la dominación es interrumpido por la institución de una parte de los
que no tienen parte” (Rancière, 1996:25). Entonces se entiende que toda relación social y política en
este caso no comienza de un estado de equilibrio ideal, sino de un momento en el que existe algo
en disputa. Por eso es vital comprender que el conflicto es como punto de llegada, y “no como punto
de partida. Porque en una democracia siempre hay una pluralidad de opiniones, valores e ideas que genera tensión y
debate. Es el líquido amniótico en el que vive cualquier ciudadano” (Carlos Granés, 2019:120)

En lo que sigue en este trabajo, me propongo analizar el escenario particular boliviano de disputa
política entre 2019 y 2020 a partir de la idea de la polarización social, no política, y cómo eso
engrana con la política de la identidad, el miedo como movilizador, y finalmente los elementos de
esta polarización social que comienzan a dar forma a la transición política que comenzamos a vivir.

B. La división polarizada, la polarización política y la polarización social

En el mundo de la ciencia política cuando se habla de polarización, normalmente, como veremos


más adelante, se suele referir a una disputa dentro del sistema de partidos cuyo contenido
ideológico es el que más sobresale.

Unos breves apuntes al respecto. Los estudios de polarización se usan para conocer la naturaleza y
las interacciones que pudieran ocurrir en un sistema de partidos determinado. Estas interacciones
se dividen en dos, por eso se habla siempre de polos opuestos entre sí, en esta línea el aporte de
Sartori (2003) [1976] es fundamental porque nos habla de dinámicas centrípetas y centrífugas.

En la opción de polarización centrípeta, la disputa central se evidencia que se encuentra en el centro


del espectro ideológico. Mientras que, en la opción de polarización centrífuga, la disputa se
encuentra principalmente en los extremos del eje ideológico; cabe hacer notar algo para tomar en
cuenta en este análisis, normalmente cuando la dinámica es centrífuga se toma como dato indicador
la existencia de algún partido anti-sistema.

Las dos dinámicas de competencia partidista mostradas tienen que ver con los ejercicios
politológicos que se vienen haciendo desde el inicio del debate sobre la polarización (ver por
ejemplo los diversos Informes LAPOP y PELA), lo que se busca con más cuidado es la posibilidad
de medir “la separación existente entre los dos polos de un sistema de partidos. En otras palabras, la polarización

1 Marcelo Arequipa Azurduy: Doctor en ciencias políticas por la Universidad Autónoma de Madrid. actualmente
trabaja como docente investigador en la Universidad Católica Boliviana “San Pablo”. Sus trabajos tienen que ver
con temas de teoría política, cultura política y partidos políticos; realiza periódicamente análisis de coyuntura
política en medios impresos y televisivos. Email: arequipa.marcelo@gmail.com

43
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

captura la distancia entre los partidos políticos más separados entre sí en sus posiciones… esta distancia se puede
medir referida a cuestiones ideológicas o a aspectos programáticos” (Ruiz Rodríguez et al. 2013:88).

Es decir, la polarización expresada en esta dinámica, que para estudios generales comparados se
considera adecuada, para trabajos específicos en contextos determinados no lo es porque no llega
a trabajar el fondo del asunto. Estudiar las fracturas que tienen por dentro los sistemas de partidos
en su interacción es un asunto en debate, porque se pone en duda el hecho de que sea posible
llevarlo adelante o no (Dix, 1989; Ruiz Rodríguez, 2000; Mainwaring y Torcal, 2003).

Está claro entonces que los estudios de polarización dentro de la política comparada tienen un
sentido en el plano general, sin embargo, cuando se trata de estudiar un caso concreto ofrece
dificultades para realizar el análisis porque la variable que predomina por encima de todo es el
contexto específico del espacio territorial sobre el que se trabaja.

En el enfoque de los análisis de contextos específicos, nos encontramos sin duda con una lógica
bivalente que se precia por decir que lo que hace el otro siempre es reprochable, aún cuando lo que
hayamos hecho se salten las normas establecidas, eso también será virtuoso porque lo vemos como
una conquista (Silva, 2004:129). Por eso se sabe que un momento de polarización es un tiempo de
“división tajante de la sociedad. Un ellos y un nosotros” (Carlos Granés, 2019:121).

Por tanto, y de manera concreta, cuando se manifiesta la polarización social en un Estado existen
dos bloques de la sociedad que se consideran como puntos fijos que son “opuestos entre sí y alejados
diametralmente el uno del otro, de modo tal que sólo es posible ver uno a la vez y definir el cielo según esa visión
única. Curiosamente, para sostener esa visión unipolar, hay que considerar, en todo momento, la existencia antagónica
del punto que no se ve” (Silva, 2004:132).

C. Los bloques de la polarización social, masismo-antimasismo:

Con las elecciones anuladas del año 2019, el país terminó posicionado como sociedad en el plano
político y social en dos bloques constituidos y consolidados: masismo y antimasismo. Si antes
teníamos al masismo como parte de una corriente hegemónica política, hoy tenemos al
antimasismo como su opuesto consolidado.

Cada uno de esos bloques siguió alimentándose y transformándose a lo largo del 2020 en torno a
un criterio que considero clave para entender el contexto: en el masismo se buscaba representar la
administración de un fin de ciclo político que había comenzado el 2006, mientras en el antimasismo
la disputa apuntaba a mostrar quién podría representar un antimasismo más genuino, no quién
podía representar en general el proyecto político posmasista. Es decir, estamos claramente
presentes ante el anuncio de un periodo de transición política que se encargará de cerrar un ciclo
político.

En mi criterio, estos dos bloques, masista y antimasista, se alinearon con mayor claridad para las
elecciones generales pasadas del 18 de octubre de este año, generando sin duda un escenario de
polarización, pero no una polarización política porque como se dijo en la disputa política no estaba
la búsqueda de un nuevo ciclo político, por lo tanto, no hubo proyectos de Estado enfrentados.

Lo que hubo fue un escenario marcado por la presencia simultánea de varias fracturas/clivajes
sociales históricos que tenemos como país. Cabe aclarar que en adelante se entiende por

44
Polarización a la boliviana

clivaje/fractura social como aquellas “pautas relativamente estables de polarización por las que determinados
grupos apoyan determinadas políticas o partidos, mientras que otros apoyan políticas opuestas o a partidos opuestos”
(Inglehart, 1984:25).

Esas pautas relativamente estables en lo social y político se traducen en fracturas históricas como
la cuestión regional, la división de clases sociales, lo rural-urbano, el campo-ciudad, lo blanco-indio,
etc. Es decir, temáticas históricas del país que tienen una larga tradición histórica y que se presentan
a menudo como factores de división societal.

Lo dicho aquí puede corroborarse por la encuesta llevada a cabo a inicios de diciembre de 2020,
gracias al Proyecto Termómetro de la polarización CERES-Bolivia, del que es parte este texto. Los
datos expresados al respecto se pueden ver en el gráfico a continuación, que muestra en la escala
de una fractura “bastante grave” a la división entre collas y cambas, entre aquellos que se incluyen
en la izquierda y la derecha, y a aquellos que se encuentran entre la región de oriente y occidente.
En una situación valorada como más o menos grave se encuentran las fracturas indígenas y no
indígenas, entre cristianos y no religiosos, y entre citadinos y campesinos.

Gráfico 1. Fracturas sociales bolivianas en las elecciones generales 2020

Entre oriente y occidente

Entre indígenas y no indígenas

Entre izquierda y derecha

Entre cristianos y no religiosos

Entre jóvenes y viejos

Entre citadinos y campesinos

Entre collas y cambas

0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100%

Nada Grave Más o menos grave Bastante grave

Fuente: Elaboración propia, en base a: CERES, Encuesta Multi-Modo sobre Polarización, Ciudadanía y Datacción SRL., Diciembre de 2020.

Así pues, se entiende que la división de los bloques mencionados no son ámbitos homogéneos,
sino que, al presentarse tantas fracturas sociales de manera simultánea, todas ocupan puestos
distintos en cada bloque que terminan por configurar lo que se denomina como polarización social.

La disputa por el poder en este contexto de polarización social se manifestó de forma


predominantemente más emotiva que racional, de tal suerte que los movilizadores principales en
este plano se dieron a partir del juego de tres emociones que continúan a día de hoy de cara a las
próximas elecciones subnacionales de 2021, estas emociones eran: la venganza, el resentimiento, y
el miedo; mismos que se detallan a continuación:

La venganza: “se interpreta y se presenta como la acción que va a enmendar las cosas, es decir, como una acción
justa y moral. La venganza significa desquitarse de los agentes de la subordinación y la humillación contra los que

45
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

los movimientos sociales intentan hacer valer la dignidad y los derechos de las personas que se proponen liberar o
emancipar”.

El resentimiento: “podría definirse como la condena por lo que uno secretamente anhela pero no puede conseguir”.

El miedo: “puede deberse al poder insuficiente o a la carencia de poder del individuo y el exceso de poder de los
demás. El miedo humano surge con frecuencia en contextos sociales en los que no puede huirse de la fuente del miedo”
(Guibernau, 2017: 178, 179, y 181).

En el caso del bloque antimasista, hubo una disposición de la sociedad urbana de clase media
tradicional para situarse a lo que podría denominarse con la etiqueta habitual de derecha que devino
también en una especie de búsqueda de un líder fuerte que los proteja porque generaron la
sensación de ser un pueblo que se sentía “víctima y amenazado” (Murgia, 2019:79 ebook). Este
panorama comenzó a tener su avanzada desde Santa Cruz con Camacho hacia Cochabamba a
través de la articulación de ese grupo irregular de supuesta “protección” ciudadana llamado
Resistencia Juvenil Cochala. Ese sentimiento de miedo fue acompañado en este caso por otro que
arriba se mencionó como es el resentimiento, ya lo decía Riemen (2018:55 ebook) en el origen del
fascismo contemporáneo éste se encuentra enraizado en el culto al resentimiento porque a partir
de ahí los líderes se muestran como aquellos que llenan el vacío que se evidencia al respecto en la
sociedad; para redondear la idea de que la iniciativa a la oposición política a Morales venía desde
los actores extra partidarios, vemos que ahí se fraguaba también de manera concreta esta acción
política cuando concluimos que “todos estos movimientos implican un debilitamiento drástico, si no un liso y
llano derrumbe, de la autoridad de las clases y los partidos políticos establecidos” (Fraser, 2019:22).

Nos encontramos actualmente en una lógica binaria: masistas vs. antimasistas, que se sitúa
“desplegada en términos de identidades más que de ideas” (Grimson, 2019:135), donde cada vez se torna
más urgente tener un nuevo lenguaje político que explique el esperpento en el que vivimos. Como
decía Ortega y Gasset no sabemos lo que nos pasa y eso es precisamente lo que sabemos. Por lo
que trabajar desde el plano subjetivo de los individuos sin partir de directrices cuantitativas sino
más generales, constituye una de las tareas de las ciencias sociales para tener un análisis más preciso
del contexto, de otra forma los políticos serán los primeros rebasados por todo esto porque “no se
puede representar lo que no se entiende y, mucho menos, gobernar a la sociedad que no se comprende” (Gutiérrez-
Rubi, 2019:31)

D. Las identidades por dentro

En la polarización social, la variable que determina la forma que pueden llegar a tener los bloques
enfrentados se agrupan en torno a criterios de identidad política, primero porque las identidades
colectivas son fuertes y generadoras de polarización social, ya que “mediante el proceso de identificación
con el grupo o la comunidad… la identidad del individuo se ve sustituida paulatinamente por la identidad primordial
del colectivo, que ahora se convierte en la fuente principal de su nueva autoidentidad” (Guibernau, 2017:14).

Por eso la identificación con el grupo al que quiera pertenecerse se construye en tanto existen dos
cuestiones presentes: la necesidad de pertenecer y la necesidad de excluir, tomando en cuenta,
además, que estas dos necesidades tienen un vínculo que no es racional, sino eminentemente
emotivo. Aquí es donde no se puede dejar de asociar política de la identidad con la dimensión de

46
Polarización a la boliviana

las emociones, justamente porque las “emociones actúan como un desencadenante de la movilización política”
(Guibernau, 2017:18).

Para tener completa la imagen que se presenta casi como si fueran unos eslabones encadenados
entre sí y en secuencia, se necesita incluir la idea de los símbolos en la política, porque los símbolos
“son necesarios para legitimar y fortalecer el poder político” (Guibernau, 2017:105). Porque en la medida que
se sepan legitimar relatos simbólicos también se podrá provocar una fuerte emotividad en los
individuos, que derivará en distintos momentos de movilización política.

E. El miedo como movilizador

Si hablamos entonces de que lo emotivo viene muy de la mano con la polarización social y la
construcción de identidad política, toca dar repaso a qué tipo de emotividad es la que más se
explota.

La emotividad que se tiene más explotada tiene una relación directa no con la violencia física, sino
con la violencia simbólica, que para Carlos Granés se explica en que “vivimos tiempos interesantes,
feroces, y aún no sabemos cómo domarlos o civilizarlos” (2019:21). Este tiempo tiene un sello emotivo que
se titula como el miedo, para ponerlo en práctica basta con que las personas de manera individual
lo sientan, porque se sienten parte de un mundo que los amenaza y por tanto aquí poco vale el
sentido de sociedad o lo colectivo (Nussbaum, 2019:52). Esta forma de ver la vida bajo el miedo
es un combustible muy bueno para alimentar la división nosotros/ellos, porque es la forma de
sentirnos “más seguros. Ellos son los animales, no nosotros…” (Nussbaum, 2019:136).

De hecho, el contexto que vivimos tiene bastante de este lado emotivo, el ejercicio de los grupos
focales que realizó este Proyecto y cuyo reporte síntesis se incluye en este libro con la firma de Julio
Córdova, arrojó como resultados una sensación extendida de temor, incertidumbre, y cansancio;
que terminaban por traducirse en miedo colectivo. Esto nos lleva a pensar que al futuro no se lo
ve con esperanza, al contrario, lo que se siente es miedo, por tanto, se vive viendo al pasado con
perspectiva de presente.

Todo esto nos conduce a ver la idea de democracia y transición política. Para esto, se seguirá una
ruta de lectura que intenta enlazar las emociones con la idea de democracia, como inicio al siguiente
apartado y fin de esta parte, el enlace lo propone Butler cuando explica que:

… la transición a la democracia es una lucha continuada. Las democracias no llegan de pronto cuando un
líder proclama su llegada, pues la proclamación no da paso a la realidad a la que nombra. No, la
proclamación de la democracia es la manifestación de una aspiración, una esperanza en el proceso de
materializarse, y puede ser que haya distintas esperanzas depositadas en ese nombre, democracia, y que la
democracia misma sea un espacio de pugna y conflicto (Butler, 2020:74).

Es decir, la política y la democracia contienen ciertamente disenso y conflicto, de eso no se libra


ninguna sociedad que se precie de construir convivencia democrática, pero se trata de identificar
en los contextos y tiempos específicos, cuáles son esas aspiraciones presentes en la sociedad, lo que
estamos viendo hasta ahora es un contexto de polarización social marcado por la simultaneidad en
el mismo momento de fracturas sociales históricas. Ahora pasaremos a revisar cuáles son los
componentes de lo que contiene la idea de transición política y los que se llegan a ajustar a nuestro
tiempo y contexto.

47
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

F. De qué hablamos cuando hablamos de transición política:

Cuando se habla de transiciones políticas, nuestra memoria general, nos remite a los escritos sobre
el paso de dictaduras a democracias en los años 1980, especialmente para nuestra región, no se
puede eludir la serie de trabajos que emergieron y a los que se hará mención más adelante. Esto
debería conducirnos hacia un primer acuerdo tácito: el cambio de régimen político a otro no ocurre
de un momento a otro, existe un proceso que arrojará un resultado concreto al que le llamaremos
transición.

Quizá el momento de alta incertidumbre que vivimos, donde el miedo es lo que nos invade, sea tal
porque nos encontramos como decía Manuel Antonio Garretón a propósito de un trabajo sobre
transiciones políticas, en un tiempo bisagra (1991), un momento que es el encargado de consolidar
la transición hacia otro régimen político o a una regresión.

En el peculiar momento de transición política que nos encontramos, la alteración del sistema
político se encuentra inserta en la crisis de régimen político, por tanto es importante entender que
cuando hablamos de régimen político lo hacemos en los siguientes términos: “como el conjunto de
pautas, explícitas o no, que determinan las formas y canales de acceso a los principales cargos de gobierno, las
características de los actores admitidos y excluidos con respecto a ese acceso, y los recursos o estrategias que pueden
emplear para ganar tal acceso” (O´Donnell, y Schmitter. 1994: 19-20).

El inicio temporal de los estudios sobre transiciones políticas da cuenta de que en los periodos de
los cincuenta y sesenta del siglo pasado, bajo el lente de la transición de un autoritarismo a una
democracia dependen de factores estructurales económicos y sociopolíticos. Respecto a estos
últimos, Almond y Verba (1963) hablan de la confianza pública en el sistema político. En adelante,
mostraremos una revisión teórica de esta perspectiva de transición política del autoritarismo hacia
la democracia, teniendo en cuenta como alerta en mayúsculas que no se trata de pensar que
pasamos hoy por lo mismo, sino de poner en el balance del debate de la democracia contemporánea
los detalles de dichos trabajos, a partir de las características en las que se centraron y algunas
consideraciones que se pueden tomar en cuenta a la hora de pensar que nos encontramos quizá en
un momento de transición que podría ser regresiva.

En términos generales, la transición latinoamericana, de una forma esquemática resultó ser en doble
partida en la propuesta de Cansino “una transición hacia instituciones políticas democráticas y una transición
de una forma de Estado a otra” (Cansino, 1999:22). Sin embargo, algo importante para tener en cuenta
es que la realidad no fue tan cabal para las realidades de los países (Mira Delli-Zotti, 2010: 1459),
porque no se trató de un proceso lineal que se esperaba fuera en secuencia por ejemplo del fin de
las dictaduras hacia las elecciones limpias, para llegar a la consolidación democrática.

Mientras que, Douglas Share y Mainwaring (1986), conocidos por sus trabajos sobre Latinoamérica,
en uno de los primeros estudios sobre transición aluden a aspectos que no tienen un grado de
relación próximo con la realidad de este lado del mundo, porque hablan justamente de tipos ideales
de transición, ya sea porque el régimen colapse entendiendo que los gobernantes autoritarios no
tienen forma de gobernar; o porque las élites autoritarias son excluidas cuando estas no pasan de
las primeras elecciones, finalmente, por transacción cuando quien gobierna inicia el proceso de
liberalización política (D. Share y S. Mainwaring. 1986).

48
Polarización a la boliviana

Por otra parte, desde una perspectiva más práctica a la realidad y elaborada de acuerdo con la
región, Schmitter y Karl (1994:17-18) establecen los siguientes tipos de transición:

1. Por revolución (coercitiva y dominada por las masas). Su ejemplo sería el de Nicaragua.
2. Por imposición (coercitiva y dominada por las élites). Brasil, Ecuador, Paraguay, El
Salvador y Guatemala.
3. Por pacto (negociada y dominada por las élites). Venezuela, Uruguay, Chile, Colombia.
4. Por reforma (negociada y dominada por las masas). No hay ningún caso, aunque como
modelo ambivalente entre el 2 y el 3 (donde se combinan simultáneamente la continuidad
entre las élites y la movilización de las masas, la amenaza de la violencia y la aceptación
forzada del compromiso) ambos autores sitúan los casos de Argentina y Perú.

Existe una coincidencia en los dos modelos presentados hasta ahora, esa coincidencia se llama
“transacción”, traducida como un momento en que los pactos entre élites sean autoritarias o
democráticas son la vía más eficaz de allanar el camino de la transición política. En esos casos nos
encontramos entonces con procesos de negociación política compleja porque para producir
cualquier resultado, el momento fundamental no es la rebelión, sino el proceso más largo y
complicado de encarar el tipo de transición política al que se quiera llegar.

Aludiendo a la dinámica política propia latinoamericana, Manuel Antonio Garretón (1997:3),


identifica tres tipos de lo que le denomina democratizaciones, dado que se alude al salto de una
dictadura a una democracia, estas son las siguientes: El primer tipo alude a situaciones en las que
la revolución o la guerra civil son los que dan origen a la fundación democrática. El segundo, en el
que la insurrección está ausente, pero se presenta una ruptura entre el autoritarismo de seguridad
nacional y los actores políticos que no pretenden llevar adelante una revolución sino simplemente
reconducir el poder. El tercero, como un proceso de transformación institucional, en el que en
palabras del autor se incorpora a sectores excluidos del juego democrático para lograr tener una
suerte de democracia restringida o semiautoritarismo.

En la misma lógica de proponer interpretaciones, Jorge Rovira plantea al igual que el anterior autor,
tres tipos de proceso de transición: una cuando las élites asumen el poder desplazando a los líderes
del régimen autoritario, es decir por transformación. La segunda, llamada por reemplazo, en el que
prima la negociación entre los grupos gubernamentales y la oposición. Finalmente, la tercera, en la
que ocurren los reemplazos donde la oposición alcanza el poder porque los grupos reformistas
internos en el gobierno son débiles (Rovira, 2002: 35-36). A estas tipologías se podría sumar otra
que habla de una “transición votada”, en lo que se refiere a pactos entre élites políticas, pero
restringidos a procesos electorales, y un cambio pacífico hacia la democracia, exclusivamente
basado en los resultados de las elecciones locales (Tahar Chaouch et.al., 2008: 188).

Por tanto, como se habrá visto hasta aquí, es imprescindible entender que las transiciones políticas
no son para nada procesos unilineales. La amplia gama de Estados hoy día debe ser tomada como
pistas de hacia dónde se puede ir, no como una noción normativa. Precisamente porque la
incertidumbre es la que domina, se entiende que las reglas del juego político no se pueden terminar
de definir; lo único cierto es que la transición se presenta como ese espacio de tiempo en el que un
Estado transita de un régimen político a otro, para este cometido se adopta la siguiente explicación
operativa de las transiciones:

49
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

Lo característico de la transición es que en su transcurso las reglas del juego político no están definidas. No
sólo se hallan en flujo permanente, sino que, además, por lo general son objeto de una ardua contienda; los
actores luchan no sólo por satisfacer sus intereses inmediatos y/o los de aquellos que dicen representar, sino
también por definir las reglas y procedimientos cuya configuración determinará probablemente quiénes serán
en el futuro los perdedores y los ganadores (O´Donnell, 1994:19).

Para ir entrando en nuestro actual contexto, Para Przeworski (1991:10) dos son los elementos
fundamentales que dominan los procesos de transición que conducen al establecimiento de la
democracia: 1) son procesos inseguros, marcados por la incertidumbre y lo indeterminado del
resultado final, 2) son las fuerzas políticas en lucha por la defensa de sus intereses quienes dirigen
tales procesos.

La democracia es un proceso en el que se repiensan constantemente cuestiones que se suponen


fueron superadas, más aún cuando en el plano discursivo el uso de banderas simbólicas prima en
el contexto de las disputas políticas. Se dijo al inicio que una de las sombras del gobierno del MAS
fue la insistencia por la reelección presidencial, esto llevó a su antagonista político por fuera de los
partidos a plantear que el escenario de disputa simbólica se trataba de la lucha dictadura versus
democracia.

Al final llegamos a este momento de inseguridad con alta incertidumbre y polarización social,
porque no son las organizaciones político partidarias las que dirigen este momento, sino las sociales
congregadas por el lado del masismo en aquellos grupos sociales subalternos que dieron forma al
MAS, enfrentando a la iniciativa opuesta compuesta por organizaciones cívicas territoriales y
grupos de clase media tradicional y media alta que encontraron el momento de amalgamiento como
movimiento a partir de 2016 con el resultado adverso al MAS del referéndum constitucional en el
que se pretendía modificar la Constitución para habilitar a Evo Morales nuevamente como
candidato a la presidencia.

En el esquema de movilización política anti MAS, el momento que vivimos unido a un tema
importante como es el efecto directo hacia las democracias que ocasiona la desmediatización, que
cuestiona y erosiona especialmente el mundo de la democracia representativa. Es relevante porque
la gente ya no mira a los representantes políticos como transmisores sino como barreras; esto es
grave porque se multiplican las voces que dicen ser representantes de algo, porque no esperamos
a la noticia elaborada, queremos estar presentes y además presentar opiniones y exclusivas de algo
sin pasar antes por ningún intermediario, de ahí que retornamos a la idea de dónde se encuentra la
iniciativa de oposición política.

G. Conclusiones

Vemos entonces que quizá la polarización social presente más bien empuja la transición política
que se viene, por tanto, es relevante pensar en las pistas que nos pueden mostrar hacia dónde
vamos, como escenarios de violencia o de disenso.

Vivimos ante una política que ha perdido los mapas ideológicos (Deutsch 1993:21), que son los
mapas a través de los cuales nos orientamos en la política, de repente nos hemos dado cuenta que
la crisis de las ideologías significa precisamente eso, que los políticos y nosotros no sabemos cómo
orientarnos, hemos perdido esos grandes relatos que permitían acoger visiones estructuradas y

50
Polarización a la boliviana

lógicas. Estamos conduciendo sin mapas y esto es particularmente duro para el MAS porque en
cierto modo sus adversarios han jugado con cartas que apelan a lo identitario y moral, mientras el
MAS quisiera apelar a valores con componente de moral universalista. Todo esto nos conduce al
momento en que una característica del inicio de la transición que vivimos es seguir la política como
un estado de guerra, aquí la acción política como no está definida en las instituciones, lo estará en
las calles de manera directa, es decir la "legitimidad depende de la fuerza" (Pardo, 2016:36)

Nuestro contexto respecto a las decisiones desde el gobierno transitorio post Morales, en lo que
hace al manejo del poder, mediante el ensalzamiento de la lógica amigo/enemigo y de la
construcción de base de legitimidad en base a la política del miedo con la profundización de la
fractura masista vs. antimasista, da pistas acerca del proceso de transición desdemocratizadora que
enfrentamos.

Los resultados de la encuesta realizada por el Proyecto Termómetro de la Polarización CERES-


Bolivia, nos muestran un escenario en el que la clase media tiene un peso específico importante.
Lo que nos conduce a una noticia más alentadora hacia el futuro, y es que una vez resuelta la crisis
política que vivíamos mediante las elecciones generales pasadas, a la pregunta de en qué medida
consideran las personas que el gobierno busca la reconciliación nacional; las respuestas entre
quienes tienen algo de esperanza llegan al cincuenta por ciento, mientras que quienes responden
que nada obtienen el 21%.

Por tanto, esta transición política se nos presenta por ahora como una puerta cuya bisagra permite
abrirla y cerrarla desde el mismo lugar en que uno se sitúe, por eso es muy importante que
mantengamos la mirada puesta en que el disenso y el conflicto son permanentes, más aún
mezclados con fracturas sociales históricas que dependen para asegurar una convivencia en el
tiempo más de la relación gobernantes/gobernados de lo que creemos a simple vista.

H. Bibliografía

Butler, Judith. 2020. Sin miedo. Formas de resistencia a la violencia de hoy. España: Taurus.
Cansino, Cesar. 1999. Consolidación democrática y reforma del Estado en América Latina. En:
Darío Salinas Figueredo. Problemas y perspectivas de la democracia en América Latina.
México: Triana editores.
Deutsch, Karl. (1993). Política y gobierno. México: FCE.
Dix, Robert H. (1989), “Cleavage Structures and Party Systems in Latin America”, Comparative
Politics, vol. 22, núm. 1, pp. 23-37.
Fraser, Nancy. 2019. ¡Contrahegemonía ya! Por un populismo progresista que enfrente al
neoliberalismo. Argentina: Siglo XXI editores.
Guibernau, Montserrat. 2017. Identidad. Pertenencia, solidaridad y libertad en las sociedades
modernas. España: Trotta.
Gutiérrez-Rubí, Antoni. 2019. Gestionar las emociones políticas. Barcelona: Editorial Gedisa.
Granés, Carlos. 2019. Salvajes de una nueva época. Cultura, capitalismo y política. España: Taurus.
Grimson, Alejandro. 2019. ¿Qué es el peronismo? De Perón a los Kirchner, el movimiento que no
deja de conmover la política argentina. Argentina: Siglo XXI Editores.

51
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

Inglehart, Ronald (1984), “The Changing Structure of Political Cleavages in Western Society”, en
Dalton, Flanagan y Beck (eds.), Electoral Change in Advanced Industrial Democracies:
Realigment or Dealigment?, Princeton, Princeton Uni Press, pp. 25-69.
Mainwaring, Scott y Torcal, Mariano (2003), “El conflicto democracia/auto- ritarismo y sus bases
sociales en Chile, 1973-1975: un ejemplo de redefi- nición política de un cleavage”, REIS,
núm. 103, pp. 51-82.
Mira Delli-Zott, Guillermo. 2010. Transiciones a la democracia y democratización en América
Latina: un análisis desde la historia del presente. XIV Encuentro de Latinoamericanistas
Españoles: congreso internacional, Sep 2010, Santiago de Compostela, España. pp.1456-
1475
Murgia, Michela. 2019. Instrucciones para convertirse en fascista. Barcelona: Seix Barral.
Nussbaum, Martha C. 2019. La monarquía del miedo. Una mirada filosófica a la crisis política
actual. España: Paidós.
O´Donnell, Guillermo, Philippe C. Schmitter. 1994. Transiciones desde un gobierno autoritario/4.
Paidós: España.
Pardo, José Luis. (2016). Estudios del malestar. Políticas de la autenticidad en las sociedades
contemporáneas. España: Anagrama.
Przeworski, Adam. (1991). Democracy and the Market: Political and Economic Reforms in Eastern
Europe and Latin America. New York: Cambridge University Press, p. 10.
Rancière, Jacques. 1996. El desacuerdo, política y filosofía. Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión.
Riemen, Rob. 2018. Para combatir esta era. Consideraciones urgentes sobre el fascismo y el
humanismo. España: Taurus editorial. Versión ebook.
Ruiz Rodriguez, Leticia M. Y Patricia Otero Felipe. 2013. Indicadores de partidos y sistemas de
partidos. Cuadernos metodológicos. 51. España: CIS.
Ruiz, Leticia M. (2000), “Clivajes y competencia partidista en Chile (1990-1999)”, en Nuevo
Gobierno: desafíos de la reconciliación. Chile 1999-2000, Chile, FLACSO-Chile, pp. 159-
190.
Sartori, Giovanni. 2003 [1976]. Partidos y sistemas de partidos. Madrid: Alianza editorial.
Silva, Carlos. 2004. Dos veces otro: polarización política y alteridad. Revista Venezolana de
Economía y Ciencias Sociales, vol. 10, núm. 2, mayo-agosto, 2004, pp.129-136.
Universidad Central de Venezuela Caracas, Venezuela.
Tahar Chaouch, Malik et.al, 2008. Cambio político y consolidación democrática en México. Los
límites del modelo de las transiciones a la democracia. En: revista Desafíos. No. 19. Argentina.

52
Manifestaciones de identidad étnica en los conflictos sociales
de octubre y noviembre de 2019
Gilda Susana Jáuregui Arispe1

El año 2019 Bolivia atravesado por una crisis que exige diferentes niveles de análisis. Este
documento describe la percepción de la gente de las tres ciudades del eje incluyendo a El Alto,
acerca de cómo han vivido este periodo, incluyendo sus sentimientos, reacciones, participación y
crítica hacia diferentes actores que estuvieron implicados en el problema.

Entendiendo que “el problema” es el denominativo común para todo el proceso que ha
desembocado en la crisis, las personas que han participado del estudio identifican diferentes
tiempos como el inicio de este proceso y el grado de intensidad varía de acuerdo a la región, pero
en general coinciden que todo se relaciona y desemboca a raíz de las elecciones generales de 2019
y sus resultados2.

Hablar de las elecciones implica hacer referencia a los actores que participaron pero también
implica aludir a nuevos escenarios y nuevos actores que surgen en esa coyntura. Estos actores,
viejos y nuevos, los ubica la población en sitios muy antagónicos, en extremos totalmente opuestos,
de allí surge uno de los temas que denominamos en este estudio como “polarización”.

Algunos de los factores identificados por las personas que participaron del estudio han sido el tema
de la identidad, Fernando Calderón decía, que nuestra identidad en sus múltiples espacios y tiempos
a través de la convivencia se transforme en varias identidades, hasta tal punto que sea posible
encontrar en nosotros varios “yo” profundos, que pueden ser distintos y hasta a veces
contradictorios.

A. El tema de la identidad y las múltiples identidades

Definir el tema de la identidad para las ciencias sociales es muy complejo, ya que implica una
múltiple mirada desde lo cultural, político, antropológico, etc., algunos definen a la identidad como
nuestra afirmación en y hacia el mundo y que cuando llegan a constituirse en una colectividad
forman procesos de significación social construidos a lo largo del tiempo, (García, 2014, p.9). Para
otros la identidad se construye en un “proceso interpersonal forjado a través de la experiencia
social.3

1 Socióloga y Trabajadora Social. Investigadora Ceres.


2 Este trabajo es una reflexión que surge de la observación de los 12 grupos focales organizados y dirigidos por Julio
Córdova y Daniela Córdova, de Diagnosis, para el proyecto Termómetro de Polarización de CERES dirigido por
Roberto Laserna
3 Roth E. y Villegas C. (2015) Preferencias étnicas: entendiendo el desarrollo de la identidad en niños bolivianos en:
Ajayu, nº 13, 54-75 Universidad Católica Cochabamba.

53
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

Otra definición de identidad es aquella que dice que el sujeto no decide o no elige las fuentes de su
identidad, sino que la construye a partir de la relación social y política con los otros significantes. 4

El surgimiento y la construcción de las múltiples identidades pueden entenderse a partir de estos


conceptos, y como dice Mancilla que este tema de las identidades “alimentado por factores
emotivos refuerza la versión más radical de la identidad colectiva indígena, pero no es favorable a
acuerdos práctico- pragmáticos con el ámbito urbano-mestizo y con otros grupos étnicos y tiende
más bien a polarizar la vida política y social del país”5.

Estas dimensiones de las identidades que durante los últimos años ha sido fuertemente reforzada
por fenómenos como la migración y el doble domicilio, o la itinerancia, han constituido un
elemento que ha cambiado la forma de constitución de las ciudades, las fronteras entre lo rural
urbano se han hecho más difusas, ya que la gente de las áreas rurales está en constante movimiento
entre lugares específicos y característicos de asentamiento rural en las ciudades y sus lugares de
origen, particularmente se observa este fenómeno en El Alto de La Paz, donde incluso se
identifican fácilmente lugares o barrios compuestos por personas de las áreas rurales, por ejemplo
personas provenientes de los alrededores del Lago Titicaca, que tienden a asentarse en barrios por
las zonas de Rio Seco y aledañas a la Avenida Juan Pablo Segundo.

Las personas provenientes de la provincia Aroma, se asientan en zonas a partir del Kenko y sobre
la carrera a Oruro y Cochabamba. Del mismo modo en Cochabamba se repite el mismo fenómeno
con las personas que provienen del Valle Alto, las cuales tienden a constituirse en la zona sud de
Cochabamba y las que provienen del Trópico de Cochabamba si bien mayoritariamente se
establecen en el área urbana del municipio de Sacaba, también se expanden hacia la zona Sud de
Cochabamba.

En el departamento de Santa Cruz, este fenómeno se da principalmente con migrantes a nivel


nacional, quienes de manera general han ido estableciéndose en sectores como el Plan Tres mil, la
Villa Primero de mayo y actualmente por el sector de la carretera hacia el Norte, por el sector
denominado Satélite.

Esta dinámica de movilidad territorial, aporta significativamente a la comprensión del tema de la


polarización ya que el momento de identificar un “nosotros y los otros” hay una ruptura con las
definiciones tradicionales, por ejemplo, históricamente en el departamento de La Paz, “los Salvajes”
eran identificados como las personas que provienen de Omasuyos, principalmente de Achacachi,
y de la Provincia Aroma de la zona de Ayo Ayo.

En Cochabamba, la conformación de un sector asociado a la producción de la hoja de coca es el


que ha ido construyendo protagonismo ya que desde la penalización de la producción de coca han
estado inmersos en conflictos con el Estado, sin embargo, los últimos 15 años, este sector se ha
ido fortaleciendo, principalmente porque su máximo representante y líder asumió también la
conducción del Estado Plurinacional de Bolivia y ante los conflictos que puedan surgir con otros

4 Zarate, J. (2015) La identidad como construcción social desde la propuesta de Charles Taylor Eidos: Revista de
Filosofía de la Universidad del Norte, núm. 23, pp. 117x-134.
5 (Mancilla, H. 2012, p. 93)

54
Manifestaciones de identidad étnica

sectores del país han amenazado constantemente con “defender” un “proceso de cambio” que es
llevado a cabo por su líder.

El departamento de Santa Cruz, no tiene una tradición de movilizaciones, marchas y/o conflictos
sociales tan marcada como el occidente. Más bien ha enfocado su desarrollo en base al trabajo en
una mayor proporción de emprendimientos privados, en contraposición del centralismo
occidental. Sin embargo, los conflictos han comenzado a surgir con el intento de ordenamiento
urbano, principalmente han surgido enfrentamientos entre la alcaldía y sector transporte y
comercio. Estos conflictos agudizan tensiones pues la mayor parte de las personas que conforman
estos sectores provienen de otros departamentos y son identificados como “collas”.

La identidad por tanto es un proceso abierto, que está en constante construcción y transformación,
lo que Buxó llama la “fluidez de la identidad”6; esto es, la mutabilidad, la variabilidad y la
transformación de la identidad que responde a las condiciones cambiantes, a la distribución de los
recursos culturales, a las influencias interculturales, y, en definitiva, a la dinámica de la
modernización. Es necesario situar la cuestión de la formación social de la identidad y el
mantenimiento o transformación de la misma en torno a los procesos de cambio social y
modernización. La mutabilidad de la identidad corresponde a las acciones de los individuos según
los contextos en los cuales interactúan, privilegiando formas a partir de una multiplicidad de
opciones posibles. La identidad entonces, se construye socialmente, es formada por procesos
sociales y puede ser mantenida, modificada o aún reorganizada por las relaciones sociales (Berger
y Luckmann, 1976).

A.1. Identidad étnica e identidad nacional

La identidad étnica, se asocia a un conjunto de “atributos” que una sociedad o comunidad étnica
comparte de manera colectiva y se transmite de generación en generación y genera un vínculo de
una “comunidad imaginada” o el sentido de pertenencia y construcción de un “nosotros” y de una
“otredad”. Los sujetos y grupos humanos son quienes establecen las medidas, extensiones y, sobre
todo, movilidad de su frontera de identidad. En este sentido, entenderemos por identidad étnica:
“el resultado de un proceso de identificación y auto identificación de determinado grupo étnico,
con base en el criterio de los rasgos físicos, culturales y sociales, respecto de las sociedades con los
que entran en contacto en tanto miembros pertenecientes a sociedades diferentes”7.

El término identidad étnica combina tres dimensiones: lo cultural, lo social y lo psíquico, en


diferentes modos, lo que permite una infinita variedad en que puede expresarse la etnicidad. La
identidad étnica como construcción social y cultural que los sujetos elaboran y manipulan en
función de diversos contextos se vincula al concepto de “etnicidad” entendida como “las prácticas
culturales y perspectivas que distinguen a una comunidad dada de personas”.

La etnicidad, para Gellner, es un sinónimo de la nacionalidad, proceso desde el cual se construye


la nación; sin embargo, él mismo reconoce que “esta politización de la cultura se puede dar entre

6 Buxó, M. Jesús (1991).Vitrinas, cristales y espejos: dos modelos de identidad en la cultura urbana de las mujeres
quiché de Quetzaltenango. En Mujeres y Sociedad, nuevos enfoques metodológicos, Editorial del SIMS,
Barcelona
7 Gros, Cristián (2000). Políticas de la etnicidad: identidad Estado y modernidad. Capítulo V, Proyecto étnico y
ciudadanía en América Latina, Instituto Colombiano de Antropología e Historia, Bogotá.

55
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

grupos que están insertos en un Estado-nación ya formado, en este caso los grupos étnicos.”8 En
Bolivia algunos autores indican que el tema de la identidad étnica es una construcción de los
intelectuales para referirse a lo que consideran la identidad nacional, considerando que para ellos
su nación es la Nación Aimara o quechua, por lo que persisten divergencias sobre lo que es pueblo
o nación.

A.2. Identidad territorial.

El territorio es un elemento primordial para nuestra organización espacial y social, así como la
política, económica y cultural9, entendemos la identidad basada en el territorio referida a la
valoración según su procedencia frente a la pertenencia territorial de los otros, basada
principalmente a su lugar de nacimiento, y en algunos casos al lugar de origen de sus padres.

En el estudio que hemos desarrollado, muchos de los participantes de los grupos focales han
identificado en “los otros” como los Alteños, indicando que son aquellas personas que “buscan
confrontación” (GF3 - LP, Varón) y que en su mayoría serían “personas que vienen del campo y
que viven en el Alto” (GF3 – LP, Mujer).

En el caso del departamento de Santa Cruz, esta identidad étnica territorial es asignada a dos
grupos; por un lado están los cambas a los cuales han definido como “originarios de Santa Cruz -
Nacidos aquí – sus antiguos habitantes- los del primer anillo” y por el otro lado están los Collas, a
quienes definen como “los de occidente, principalmente paceños – colonos- migrantes- de otros
departamentos”.

En el caso de Cochabamba, podemos hablar de una identidad étnica territorial en proceso de


consolidación, tanto de forma asignada como asumida. La asignada sería la de “Chapareños”, ligada
a la actividad de la producción de hoja de coca, usan como sinónimo “cocalero”. Tomando en
cuenta que el proceso de colonización del trópico de Cochabamba comenzó en la década de los
setenta, y que las generaciones presentes incluso han nacido dentro de este territorio, muchas
personas se identifican con los lugares de origen de sus padres ya que de ellos han heredado tierras
y cultura, lo cual les permite mantener ese doble domicilio e incluso actualmente triple domicilio
tomando en cuenta de que la última década se han establecido en las áreas urbanas de los
municipios de Cercado, Quillacollo y Sacaba.

La base de la identidad territorial o de las identidades territoriales las personas pueden, bajo cierta
circunstancia, afirmarse con su identidad regional, bajo otra reafirmar su identidad laboral, en otro
contexto usar su identidad deportiva, lingüística o religiosa, etc.

A.3. Identidad política

Mencionamos el tema de la identidad política porque durante la reconstrucción de los hechos que
realizan los entrevistados es un tema importante. Para el común de la gente, cuando mencionan “la
política”, están haciendo referencia a las filiaciones político partidarias y que mayor grado de

8 Bello Álvaro: Etnicidad y ciudadanía en América Latina


9 Sánchez L. (2015) De territorios, límites, bordes y fronteras: una conceptualización para abordar conflictos sociales,
en Revista Debate. Colombia.

56
Manifestaciones de identidad étnica

polarización y confrontación han causado, como lo señalan los datos de la encuesta 10 y las
respuestas de los grupos focales, los cuales han identificado como causas de los conflictos por un
lado “el querer perpetuarse en la presidencia” por parte del ex Presidente Evo Morales, “el supuesto
fraude” atribuido al aparato estatal y a la participación del Órgano Electoral Plurinacional y por
otro lado señalan que están; Carlos Mesa, de quien dicen que “le robaron las elecciones” (GF11.
SC. Varón) o que “era el virtual ganador de esas elecciones donde hicieron fraude” (FG4. LP Mujer
25 - 35 años), en muchos de los casos los participantes de los grupos focales se refieren a la
agrupación “Comunidad Ciudadana” como el “partido de Carlos Mesa” y es el único actor político
que identifican haciendo referencia a las elecciones del año pasado.

El tema de las identidades políticas y su accionar durante procesos eleccionarios casi siempre genera
conflicto el cual es el resultado de la competencia.

El conflicto que se produce a raíz de la pugna política puede explicarse porque las expresiones de
un grupo o las categorías sociales excluidas presionan por tener representación, por tanto el
conflicto se basa en la presión ejercida por un grupo que persigue la integración dentro del marco
político social o de los beneficios de los que sienten que han sido excluidos; en este caso, no se
trataría de un conflicto de antagonismos, sino más bien como expresan los mismos participantes
“lo único que se quería era acabar con la dictadura de Evo”, “El problema no era que participe el
MAS, era que la gente se cansó de Evo” , “no es que no se hayan hecho cosas, lo que daba bronca
es como se agarra del poder”11, la razón predominante no está basada en un tema de rivalidad
político partidaria, si no se encuentran por un lado militantes y simpatizantes del partido político
oficialista y por el otro “ciudadanos que quieren hacer respetar su voto”, “gente que defiende la
democracia”, “los que están en contra del fraude”12, mostrando de este modo que era básicamente
un conflicto entre un partido político y sectores de la sociedad que tomaron las calles para
manifestar su descontento.

Melucci nos dice que cuando las fronteras políticas son rígidas e inflexibles, la expresión de la
demanda será diferente y sus resultados mucho menos predecibles. En estas condiciones, lo natural
es que surja un conflicto violento, en el que uno de los sujetos sociales desea la transformación de
las reglas y normas que han regulado la convivencia o la distribución de recursos

De cualquier modo, los conflictos no expresan ni una conducta natural, ni menos un proceso
permanente; por el contrario, ellos son temporales y “cumplen” con propósitos específicos.

B. Disputas de poder; un conflicto latente

Una vez que hemos definido el tema de las identidades, llegamos a la conclusión de que vivimos
un tiempo en que han entrado en proceso de construcción una gran variedad de nuevas identidades
ya sean asignadas y asumidas, un claro ejemplo de ello son las agrupaciones, plataformas, colectivos
y varios grupos denominados “resistencia” ya se la Resistencia Juvenil Cochala (RJC), la Resistencia
Civil en La Paz, y la Unión Juvenil Cruceñista, que han aglutinado en sus filas a jóvenes de ambos

10 Encuesta Multa-Modo sobre Polarización, ciudadanía y DATACCION SRL., Diciembre 2020.


11 Opiniones de los participantes en los grupos focales del estudio “termómetro de polarización”.
12 Ídem.

57
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

sexos, pero mayoritariamente varones, por el lado de la gente que se oponía al oficialismo y sus
intenciones de continuar en el gobierno.

Por otro lado y en contraposición a estos grupos, se organizaron otros grupos como los
denominados “Auto convocados” y la Unión juvenil de la zona Sud, que eran “jóvenes igual que
los motoqueros de la resistencia, que igual se movilizaban en sus motos”13. En El Alto también se
articulan otros grupos de los cuales dicen que estaban conformados por “delincuentes, extranjeros,
pagados, gente en situación de calle que quiere aprovechar la situación” identificándolos en algunos
casos con el MAS y en otros con los grupos que protestaban en contra del mismo, lo cierto es que
“no se sabía de qué lado eran, pero daba miedo acercarse, porque estaban armados,… exigían
dinero… robaban… agredían… también daban vueltas armados”, aquí también debemos analizar
el tema del territorio, como escenario en el que confluyen las fuerzas y que al alterar, transformar
o sencillamente eliminar un límite provoca una crisis de la sociedad y la cultura y revela la capacidad
de determinada sociedad, o cultura de rehacer su frontera y restablecer su malla tanto interna como
externamente.14 Todas las crisis o conflictos, atraviesan por procesos particulares, en este caso los
participantes de los grupos focales han señalado de forma gradual la forma en la que se
intensificaron los conflictos de la gestión 2019, a continuación presentamos un gráfico que nos
muestra este proceso.

Gráfico 1. Evolución del conflicto de octubre 2019

Fuente: Elaboración en base a información proporcionada por los grupos focales, para el proyecto “termómetro de polarización por Diagnosis SRL., 2019.

B.1. Fronteras espaciales e imaginadas.

Las distintas identidades situacionales, que surgen según la circunstancia específica, lo hace con la
carga e influencia interna de las otras identidades relevantes y puede darse tanto en términos de un
sujeto individual o colectivo, en el caso de que se refieran a un sitio especifico hablamos de una
identidad de cohesión fuerte.

13 Grupo focal nº 6 Cochabamba (mujer).


14 Fábregas, A. Notas para elaborar una teoría del cambio sociocultural desde el concepto de frontera. México.

58
Manifestaciones de identidad étnica

García dice que “una identidad de cohesión fuerte es aquella que delimita una presencia territorial
de manera exclusiva, como un lugar de derechos y de patrimonio material y simbólico compartido.
Asimismo, cuando una identidad crea un sentido de origen y destino, real o imaginario, un lugar
de partida, un ancestro, se trata de una identidad de cohesión fuerte”.

Cuando una identidad logra territorializar los espacios de derechos colectivos; recibe el nombre de
etnia, nacionalidad o nación y estas identidades nacionales se constituyen en luchas, flujos y
hegemonías, que son absolutamente dinámicas en el tiempo y en el espacio, el mismo autor nos
dice que la identidad del boliviano ha ido cambiando, de acuerdo al tiempo, dependiendo del bloque
social que ha dirigido las ideas dominantes, los símbolos, la organización política y educativa de esa
época.15

Las personas que participaron de los grupos focales identifican sitos específicos donde se han
situado las personas estableciendo una especie de nuevos bastiones, para cada grupo que
participaba del conflicto. (Ver Gráfico 2).

Los lugares en los que se han establecido los grupos de personas ya sea para hacer vigilias u
organizarse eran constantemente asechados por los miembros de los otros grupos, en
determinados momentos del conflicto, algunos limites que identifican las personas que participaron
de los grupos focales fueron, por ejemplo, en El Alto “Ciudad Satélite estaba bien protegida por
los vecinos… es que allí se han resguardado en el regimiento 3 a todos los policías que eran atacados
en sus módulos” […] “había mucha organización en Ciudad Satélite, los vecinos han levantado
barricadas en todos los ingresos y se han organizado por cuadras para hacer vigilias y rondas”. Por
otro lado, en Cochabamba algunos participantes piensan que “(los de la RJC), no pasaban de la 6
de agosto, tienen miedo, hasta allá no más llegan” en referencia a que este grupo no podría ir hacia
los barrios de la zona sud de Cochabamba.

En Santa Cruz, los participantes, han identificado la Rotonda del Cristo, o “El Cristo” como
comúnmente llaman a la intersección de las avenidas Cristo Redentor y el segundo anillo, como
uno de los lugares claves y estratégicos para reunir a la gente en los cabildos realizados durante los
conflictos del año 2019, pero también han identificado lo que denominan el casco viejo que son
los lugares que circundan a la plaza 24 de septiembre.

B.2. Jerarquías sociales racializadas. “¡Se pasan de la raya!”

Otro de los factores que la gente señala como una causa que pudo desencadenar el descontento de
la gente está relacionado a que la función pública ha sido copada por militantes del partido de
gobierno a quienes atribuyen “falta de preparación … no profesionales … incapacidad … ignorancia”,
cuestionando fundamentalmente la ausencia de meritocracia para acceder a los cargos dentro del
aparato estatal, en su análisis la gente menciona que “en vano uno estudia hasta con postgrados, cuando un
dirigente campesino puede ocupar altos cargos dentro del gobierno”, “ser profesional en el país, actualmente no sirve
de mucho, no hay trabajo”, “cualquiera puede ser ministro, antes había que ser profesional”16.

15 https://www.opinion.com.bo/articulo/escenario-politico1/identidad-boliviano-vista-ojos-garcia-
linera/20140427233600666766.amp.html
16 Opiniones de los participantes en los grupos focales del estudio “termómetro de polarización”.

59
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

Por el otro lado los participantes de los grupos de clases populares, reconocen en la gestión del
anterior gobierno “participación de todos… ha sido inclusivo… aunque estaba muy politizado se notaba que
era inclusivo”. Sin embargo, también en estos grupos reconocen que probablemente estas razones
hayan podido ser causante del descontento de las clases medias y clases medias ascendentes,
manifiestan que “se olvidaron de la clase media y todo han jalado para el campo… no es que no hayan trabajado
es que prácticamente todo se veía en el campo… decía gobernar obedeciendo, al final se olvidó de la gente”. Entonces
en conclusión podemos decir que si bien las clases populares reconocen algunos valores en la
gestión del gobierno de Evo Morales, también son muy críticas cuando se refieren a su trabajo
dentro del área urbana, de la cual también forman parte.

Uno de los fenómenos que ha contribuido a profundizar las brechas y distancias políticas y sociales,
ha sido el rol de los medios de comunicación y particularmente de las redes sociales, ya que su
influencia ha sido crucial en cuanto a la forma de organizarse de los vecinos, de informarse o
desinformarse como ellos mismos reconocen y de comunicarse con sus familias o amigos.

Reconocen también que si bien “había enfrentamiento en las calles pero también en las redes sociales,
principalmente en Facebook”, lo cual nos permite ver que un nuevo escenario de enfrentamiento ha
surgido en este conflicto. Al ser esta última una plataforma publica, a diferencia de Twitter y
wathsaap que no comparten un escenario público, y que ofrecen menores posibilidades de crear
cuentas falsas, la guerra a través del Facebook, ha sido y continua siendo tenaz, con publicaciones
donde los adjetivos para referirse a los partidarios y o simpatizantes del MAS, eran fuertes, algunos
de los cuales eran: “Masiburros, masiasnos, narcomasistas, salvajes, indios, cholindios, pedófilos,
narcopedófilos, narcococaleros, y otros que aluden al color de la piel, en otros casos, las imágenes
y caricaturas han sido criticadas por enfatizar grotescamente los rasgos fisonómicos de las personas
procedentes de las áreas rurales o naciones étnicas.

Eliana Quiroz el año 2016 en su artículo denominado “Política ciudadana digital en Bolivia: una
esfera pública en conflicto” indagaba acerca de que si Internet es un espacio democratizador o
restrictivo de la deliberación pública, señalando posteriormente de que hasta ese momento existían
ciertas restricciones o presiones hacia los medios para cambiar sus formatos y contenidos.

Si bien dentro del espacio virtual del Facebook, existe cierta libertad para realizar publicaciones de
contenido político partidario, también existen mecanismos de control y siempre se puede optar por
reportar las publicaciones que estén en contra del código de ética de la empresa, de esta forma las
manifestaciones y la acción ciudadana o político partidaria tienen cierto tipo de control.

Hacemos mención al tema de las redes sociales y particularmente al Facebook para detenernos a
observar que dentro del anonimato de falsos perfiles e incluso desde perfiles de personalidades
conocidas del medio, han criticado la irrupción de indígenas en el plano político e incluso su
participación en las redes sociales ya que si bien hasta hace algunos años el uso de dispositivos
móviles de alta gama era de uso específico de clases medias a altas, en estos últimos tiempos ni su
costo, ni el manejo de estos aparatos, constituye una limitante para que cualquier persona acceda
a los mismos y al haberse ampliado el servicio de internet a las áreas rurales su presencia se siente
cada vez más, haciendo que la frase “se pasan de la raya”, sea común para referirse a todas estas
acciones a las que hemos hecho referencia. Para cerrar este acápite a continuación presentamos
un gráfico que es in intento de síntesis de la información proporcionada por los grupos focales
con relación a estos temas.

60
Manifestaciones de identidad étnica

Gráfico 2. Caracterización del conflicto de octubre 2019

Fuente: Elaboración en base a información proporcionada por los grupos focales, para el proyecto “termómetro de polarización por Diagnosis SRL., 2019.

C. Producción y reproducción de recursos simbólicos (La biblia, la wiphala y la pollera)

Hacemos referencia a la producción y reproducción para comprender de qué manera han sido
utilizados algunos recursos simbólicos durante el proceso que desencadeno en la crisis del año 2019
y de qué manera los diferentes actores ya sean individuales o colectivos han instrumentalizado estos
elementos para convertirlos en un emblema durante el conflicto.

Raymond Williams califica la idea de producción simbólica como un concepto “deliberadamente


neutro y abstracto”, un concepto de producción simbólica articulando en ella los procesos de
significación y las relaciones de poder que generan, por otro lado para Bourdieu, la apropiación de
los bienes simbólicos requiere la competencia de un código que permita la interpretación, en
palabras del propio Bourdieu: “los ‘sistemas simbólicos’, instrumentos de conocimiento y
comunicación, sólo pueden ejercer un poder estructurador en tanto que son estructurados”17.

Algunos recursos simbólicos, que han sido mencionados por los participantes de los grupos focales
por parte de los sectores polarizados en el conflicto, algunos de ellos con mucho impacto en los
sentimientos de la gente y que promovieron reacciones por su uso en ambos sectores.

17 Bourdieu P. (2000) Poder, Derecho y Clases Sociales. Bilbao: Editorial Desclée de Brouwer, S.A.

61
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

Empezaremos por analizar en orden de mención de estos recursos simbólicos siendo el más
mencionado: la Wiphala; en segundo lugar, la pollera como prenda distintiva de la mujer
proveniente de las áreas rurales del país; en tercer lugar está el uso de la bandera tricolor, principal
emblema patrio; como cuarto elemento mencionado tenemos a la biblia, y, finalmente, la carta de
renuncia que escribió Luis Fernando Camacho, líder cívico del oriente del país.

Las personas que participaron en los grupos focales han coincidido en señalar que el tema de la
quema de la wiphala ha producido en ellos sentimientos de “indignación,… rabia,... dolor… impotencia”,
y, cuando se les consultó qué pensaban sobre esta acción, todos coinciden en señalar que estuvo
mal o muy mal el que hayan quemado esta bandera, justifican su respuesta señalando estas
opiniones: “porque de los indígenas es su bandera, pero quemarlo, yo no lo hubiera hecho, mi sangre es parte del
campo, es faltarle es respeto a la gente”, “al quemar la wiphala desprecian al campo y al hacer eso me desprecian a
mí”, “yo me indigné feo cuando han quemado la wiphala por que en el video dice, eso no nos pertenece eso es de los
campesinos, cuando se han amotinado, los policías”, “Es un símbolo de las comunidades indígenas no solo de Bolivia,
es algo que me representa”, “… queman la wiphala, rechazan a los indígenas y es como si insultaran mis raíces”.

Por otro lado, algunas opiniones sienten que la quema de la wiphala no solo les duele e indigna si
no que ven en este acto una abierta provocación tal como lo reflejan las siguientes opiniones: “en
el tema de la wiphala, eso causo una provocación, está tocando mi raíz no es solo del altiplano, representa de norte a
sur. (…) no es solamente desprecio es provocación”, “De la wiphala me dolió porque tengo parientes del área rural,
y amigos es como despreciar a mi familia, (…) es como que estuvieran incitando” entonces surge en la gente
una identificación con esa gente que estaba siendo ofendida según ellos, ya que comienzan a mirarse
en ese espejo y a asumir como una afrenta a ellos mismos que pueden o no ser parte de las
movilizaciones, pero que se sienten identificados por el color de la piel, por su origen indígena o
por su contexto geográfico y social.

Dicen que “cuando han quemado la wiphala, no era solo a los campesinos, que estaban afectando, me dio rabia,
porque eran racistas, porque a los hermanos indígenas les estaban faltando” el respeto. Estas manifestaciones
no solo corresponden a los participantes del área occidental del país, sino también a las personas
de Santa Cruz.

Las opiniones sobre este símbolo, coinciden en que es necesario hacer una diferenciación y una
desvinculación de este elemento con el partido de Evo Morales, decían que “la wiphala no es del
MAS, es de todos”, incluso hacen referencia a su alcance geográfico diciendo que “ya no había respeto,
han pisado la wiphala que representa a este continente”, otros han atribuido su accionar a una falta de
conocimientos sobre este símbolo indicando que “el punto álgido ha sido quemar la wiphala, deberían ser
mejor preparados, si no saben el significado, no deberían quemarla, esa bandera no es del MAS, es un error muy
grande el haber quemado la wiphala”.

Con relación a la pollera, que fue otro de los elementos más mencionados, particularmente en La
Paz y Cochabamba, podemos decir que muchas de las personas han criticado primero las
agresiones de la RJC, que han mostrado los medios de comunicación y que han reproducido las
redes sociales, pero también, en La Paz, se reivindicó la participación de la chola, a partir del grito
espontaneo de un niño que al grito de “Jallalla las mujeres de pollera” durante el desarrollo de una
marcha puso de manifiesto el rol de las mismas dentro del escenario del conflicto.

62
Manifestaciones de identidad étnica

Las cholas son la cara visible de la población indígena de Bolivia 18, y aunque en Bolivia, por el
momento, no existe un dato exacto sobre la cantidad de mujeres que utilizan la pollera como parte
de su vestimenta cotidiana, “se puede deducir, a partir de los datos del Censo del 2012, que por lo
menos el 20% de la población está constituido por mujeres que usan esta prenda típica. Por eso,
hoy en día la pollera produce diferentes tipos de reconocimientos sociales que se construyen en los
distintos espacios de interacción cotidiana”19. Esta proporción de mujeres a las que comúnmente
denominamos cholas o cholitas, dependiendo la edad y el estado civil de las mujeres nos da una
idea de la conformación de la sociedad, del impacto que pudo tener el saber que solo por usar esta
prenda hayan sido afectadas durante los conflictos del año pasado.

Algunas de las opiniones de las personas que participaron del estudio nos mencionan que el trato
ofrecido a las mujeres de pollera por parte de “los grupos organizados para defender la democracia
– de quienes dicen que- son los que más agredían a las clases populares” otra de las entrevistadas
jóvenes en Cochabamba dijo “no soy de pollera pero todos tenemos familiares … y no me parece que las
agredan, no estoy de acuerdo”, otras personas hicieron una alusión más directa diciendo “mi mama es de
pollera, ¿por qué se meten con eso, por qué meterse con alguien que nada que ver?, según ellos, sus genes no son del
campo, y ellos saben que sus genes si son el campo”, queriendo mostrar que en algún punto del pasado
todos tendríamos una ascendencia común que proviene de algún pueblo indígena.

Después del ascenso al poder de un gobierno indígena, es lógico pensar que las mujeres indígenas
incursionarían en política, muchas mujeres lo hicieron y ver las polleras en espacios que antes les
estaban restringidos, probablemente ha exacerbado los ánimos de quienes piensan que no deberían
salir del ámbito privado ni del área rural sin embargo la realidad es otra, la chola ha ganado su lugar
en los diferentes espacios de la realidad no solo en el ámbito de la política.

Con relación al otro símbolo que emerge en la escena del conflicto y que es mencionada por los
entrevistados es la Biblia, luego de que el líder cruceño Luis Fernando Camacho anunciara que
llevaría ese libro religioso a la Casa de Gobierno junto con la carta de dimisión que quería hacerle
firmar al ex Presidente Evo Morales.

Las personas entrevistadas, particularmente en La Paz y Santa Cruz, han dicho que desde que
emerge la figura del líder cruceño han esperado con inquietud primero; lo que se determinaría en
los cabildos y posteriormente “lo que quería hacer llevando la carta de renuncia acompañado con una Biblia”.
Algunas personas valoran de manera positiva la forma en la que “la Biblia ha ingresado nuevamente a
la casa del gobierno” indican que “está bueno, eso de que junto con la presidenta Añez y Camacho han ingresado
al palacio con Biblia en la mano, para que sea Dios quien guie su gobierno”.

En contraposición a estas afirmaciones están quienes han indicado que “no es bueno mezclar las
cosas, junto con la Biblia han dicho que ya no van a permitir adorar la Pachamama, o algo así, sin
tomar en cuenta que la población se q’oa, y pide también a la Pachamama”.

Este evento y los resultados posteriores podrían ser una importante lección en tanto la forma en la
que se usa la lectura de los datos y de la realidad, ya que, de acuerdo a una nota de CNN, con

18 García N. (2014) “Las Cholas y su mundo de polleras” en: Cuaderno 47 del Centro de Estudios en Diseño y
Comunicación. p 181-186. Buenos Aires.
19 Casanovas N. La pollera: una sutura de equidad entre mujeres. Periódico Digital PIEB. 25-04-2019.

63
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

referencia a lo que acontece en Bolivia indica que; “En este país, la mayoría es católica romana
(76,8%), una minoría es evangélica y pentecostal (7,1 %) y protestante (1,7%), de acuerdo a datos
de 201220.

Nuestro principal objetivo fue mostrar a partir de los grupos focales que observamos, y que fueron
conducidos por Julio y Daniela Córdova de Diagnosis, la manera en la que los pensamientos,
sentimientos y las acciones de los otros determinan la reacción de ciertos grupos de personas. Estos
grupos cuyos intereses coyunturales están enfocados en la política, no manifiestan sin embargo una
discusión en el plano ideológico, al menos no de manera explícita en sus opiniones, lo que nos
muestra que las identidades y el sentido de pertenencia pesan más en el momento de inclinarse por
una de las partes que participan en el conflicto.

El mejor escenario para desembocar en una polarización política o social, es una sociedad
ampliamente dividida, que da pie a la emergencia de líderes eventuales, también nos muestra que
estos liderazgos que basan sus acciones en la instrumentalización de los símbolos que aglutina a
una gran proporción de la población, por un lado y por el otro descalificando símbolos que
encarnan la identidad y el sentido de pertenencia étnica, por un lado intensifican el grado de
polarización.

En el tema de las identidades y como operan las nuevas identidades, el desarrollo del conflicto y
posterior proceso devenido del mismo nos muestra que existen identidades muy fuertes como la
nacional sobre las adquiridas recientemente, como la pertenencia a un barrio, sindicato o a un
partido político, que cuando se tocan las fibras más íntimas que hacen referencia a su origen, o a
sus determinaciones culturales no dudan en identificarse con quienes en determinado momento
cuestionaron por acciones políticas, principalmente la juventud, que no había tenido una
participación protagónica en la última década y que había estado relegada a un plano de
participación virtual, ha demostrado que cuando se siente afectada saldrá a las calles a reclamar por
lo que considera justo, pero del mismo modo, también ha demostrado que puede ser bastante
critica con quienes en medio de estas acciones intenten menoscabar, agredir o descalificar la
participación de las naciones indígenas o sus descendientes.

20 https://cnnespanol.cnn.com/2019/11/14/la-biblia-y-la-religion-en-la-crisis-crisis-de-bolivia/

64
Redes sociales y polarización
Santiago Laserna1

A. Introducción

Hoy en día, dentro del discurso propagado de polarización que se oye en las noticias y los medios
de comunicación en general, uno puede leer frecuentemente cómo las redes sociales ayudan a
incrementar la polarización entre los ciudadanos de un país. Uno de los criterios más comunes es
el que afirma que los algoritmos de las redes sociales tienden a encapsularnos en grupos de personas
con las que interactuamos frecuentemente. Esto puede hacer que nos comuniquemos
repetidamente con individuos que tienden a estar siempre de acuerdo con lo que publicamos, o
también que contradicen constantemente todo lo que decimos, eventualmente llegando uno a
bloquear o silenciar a estas personas. Esto, junto con la tendencia a intercambiar opiniones de
manera corta, a veces aparentemente agresiva, y con la protección de la distancia física e incluso el
anonimato hace que, por un lado, uno sienta que sus ideas y opiniones son compartidas por muchas
personas y que, aquellos que pueden tener ideas diferentes, están radicalmente equivocados. 2 3

Es por esto que se decidió investigar por medio de una encuesta de polarización a nivel boliviano
el efecto, si alguno, que el uso de redes sociales podría tener sobre la polarización y/o radicalización
de las opiniones y percepciones de las personas, con la esperanza de identificar mejor las posibles
causas de futuros conflictos violentos entre ciudadanos y tomar medidas para prevenir las mismas.

B. Objetivo

El objetivo principal de este documento es identificar si es que hay alguna relación entre el uso de
redes sociales y la polarización o radicalización de las respuestas de las personas en temas
identificados como controversiales y polarizados. En este sentido, buscaremos identificar no sólo
si el tener una cuenta en redes sociales tiene algún tipo de influencia sobre la polarización de las
respuestas, sino también la frecuencia de uso y el tipo de información que recibe en las redes
sociales. También se considerarán las redes sociales por separado, buscando identificar si alguna de
ellas tiene mayor efecto sobre la polarización que otra, tomando en cuenta las características
intrínsecas de cada red social. Finalmente, se observará si es que hay otros condicionantes al uso
de redes sociales en Bolivia que podrían estar explicando la polarización (o su ausencia) de manera
subyacente, como la educación y el ingreso de la población.

C. Consideraciones metodológicas

Para la estimación de la relación entre acceso y uso de redes sociales y la polarización de las
respuestas se decidió hacer un análisis de estadística descriptiva con frecuencias simples y cruces

1 Invesigador de CERES. Es economista con Maestría en Business, Arts and Creativity de la Universidad de
Newscatle, Reino Unido.
2 PHC Guerra, W Meira Jr, C Cardie, R Kleinberg. A Measure of Polarization on Social Media Networks Based on Community
Boundaries. ICWSM, 2013.
3 Orlowski J., Coombe, D. and Curtis, V. The Social Dilemma, Netflix. 2020.

65
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

de variables, usando los datos de la “Encuesta Multi-Modo sobre Polarización”4 realizada


específicamente dentro del marco del proyecto del cual este documento forma parte. En algunos
cuadros, se mide específicamente la polarización, la cual entendemos como la identificación de
extremos elevados en una curva de distribución. En otros cuadros, es necesario diferenciar el
concepto de radicalización, el cual no necesariamente representa el ensanchamiento de ambos
extremos, sino que también puede ser de sólo uno de los extremos. En este sentido, hay que tomar
en cuenta que donde hay polarización, hay respuestas radicales (que tienden a irse a los extremos,
ya sea ambos o sólo uno), pero donde hay respuestas radicales, no necesariamente hay polarización.
Esto último se puede observar en opiniones en las cuales una gran mayoría de la población está
muy a favor o muy en contra de algún tema en particular, lo cual no es considerado como
polarización.

Para identificar la polarización simplemente se observan los porcentajes de los extremos en una
determinada pregunta de opinión, para identificar la radicalización se crean variables nuevas que
dividen las respuestas en “moderada” o en “radical”. La primera es elegida si es que las opiniones
giran en torno al medio (a favor o en contra) y la segunda si se van a los extremos (muy a favor o
muy en contra).

D. Resultados

Podíamos cruzar la información de uso y acceso a redes sociales con varias opciones diferentes; sin
embargo, decidimos enfocarnos en dos de las preguntas más polarizadas que fueron identificadas
en la encuesta: la confianza del encuestado en el gobierno nacional, y su percepción sobre el
conflicto aparente entre cambas y collas.

Para empezar, corresponde mostrar primero las redes sociales más comunes en la población. El
gráfico 1 muestra las tres redes sociales sobre las que se hicieron consultas en la encuesta y el
porcentaje de personas que las usa.

Gráfico 1. Porcentaje de población que tiene una cuenta en redes sociales

90
80 76,95%
68,57%
70
60
50
40
30
20
8,28%
10
0
Facebook WhatsApp Twitter

4 CERES, Encuesta Multi-Modo sobre Polarización, Ciudadanía y DATACCION SRL., Diciembre de 2020.

66
Redes sociales y polarización

Fuente: Elaboración propia, en base a: CERES, Encuesta Multi-Modo sobre Polarización, Ciudadanía y Datacción SRL., Diciembre de 2020.

Como se puede ver, la red social más común es WhatsApp, la cual inició como un servicio de
mensajería, pero que ahora es considerada una red social porque permite crear “grupos” de
personas que intercambian información y opiniones. Vale mencionar que esta red social es la más
“cerrada” de las tres; es decir, el usuario no puede recibir información verificada por fuentes
oficiales o cruzar información con otros usuarios salvo que sea por medio de los grupos a los cuales
pertenece, y una vez que recibe información de otras fuentes, rara vez lo hace por medio de
vínculos oficiales, sino por medio de declaraciones reenviadas, muchas veces sin autor, y por medio
de videos sin fuente ni contexto. Esto no es tanto el caso en Facebook y Twitter, donde uno está
expuesto a opiniones de personas con las cuales no tiene grupos ni amigos en común.

Más de la mitad de la población encuestada dice tener cuentas en Facebook y WhatsApp. Sin
embargo, menos del 10% de la población dice tener cuenta en Twitter. Es por este motivo que se
decidió descartar Twitter del presente análisis, puesto que el bajo porcentaje le daría muy poca
significancia a la observación de esta red social.

D.1. Confianza en el gobierno nacional

El gráfico 2 muestra la distribución de las opiniones de las personas respecto a la confianza en el


gobierno nacional. Como se puede ver, los que tienen Facebook tienen el medio un poco más
ensanchado que los que no tienen Facebook, mostrando un indicio de que en realidad las personas
que usan esta red social dan respuestas levemente menos polarizadas que las que no tienen cuenta
en Facebook. Sin embargo, a grandes rasgos, la distribución de las respuestas es casi la misma tanto
para los que tienen Facebook como los que no tienen Facebook, con la mayoría concentrándose
alrededor de los que opinan que tienen poca confianza en el gobierno nacional, dando indicios de
que el efecto de tener una cuenta en una red social es bajo o nulo sobre la polarización de las
opiniones.

Gráfico 2. ¿Confía en el Gobierno Nacional? (Facebook)

35 32,4%

30
31,7%
24,6% 25,1%
25
24,9%
20 18,3%
19,0%
15
14,7%
10 No tiene Facebook

5 Tiene Facebook

0
Mucho Algo Poco Nada
Fuente: Elaboración propia, en base a: CERES, Encuesta Multi-Modo sobre Polarización, Ciudadanía y Datacción SRL., Diciembre de 2020.

67
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

Interesantemente, la distribución es casi la misma cuando se compara a las personas que tienen
WhatsApp con las que no tienen WhatsApp, salvo que en este caso la diferencia es más pequeña.
Pero todavía se puede notar un medio más ensanchado en los usuarios de WhatsApp respecto a
los no usuarios, como se puede ver en el gráfico 3.

Gráfico 3. ¿Confía en el Gobierno Nacional? (WhatsApp)


33,4%
35

30 31,8%
23,7% 25,4%
25
23,6%
20 17,9%
20,0%
15
15,2%
10 No Tiene WhatsApp

Tiene WhatsApp
5

0
Mucho Algo Poco Nada
Fuente: Elaboración propia, en base a: CERES, Encuesta Multi-Modo sobre Polarización, Ciudadanía y Datacción SRL., Diciembre de 2020.

El gráfico 4 ilustra en el eje vertical el porcentaje de personas que dieron respuestas radicales
respecto a su confianza en el gobierno nacional. Es decir, son las personas que respondieron ya sea
“Mucho” o “Nada” a la pregunta “¿Hasta qué medida confía en el gobierno nacional?” y por ende
ayudaron a que la respuesta sea considerada polarizada. El eje horizontal muestra la frecuencia con
la que acceden a contenido noticioso en las redes sociales, para ver si es que hay alguna relación
entre esta variable y la radicalización en las opiniones de las personas. Interesantemente, este no
parece ser el caso; no parece haber ninguna relación aparente entre la frecuencia con la que uno
accede a contenido noticioso en Facebook y la radicalización en las respuestas de las personas. Es
más, al analizar la propensión por medio de una línea de tendencia lineal, la misma se encuentra
levemente inclinada a medida que uno ve menos contenido noticioso en Facebook.

68
Redes sociales y polarización

Gráfico 4. Confianza en el Gobierno Nacional, radicalización según frecuencia de


contenido noticioso en Facebook

60

50

40

30

20

10

0
Diariamente Algunas veces a la se Algunas veces al mes Algunas veces al año Nunca
Fuente: Elaboración propia, en base a: CERES, Encuesta Multi-Modo sobre Polarización, Ciudadanía y Datacción SRL., Diciembre de 2020.

Otra pregunta presente en la encuesta es la que permite identificar con cuánta frecuencia accede el
usuario a información política en Facebook. El gráfico 5 muestra que los que más han dado
respuestas radicales son tanto los que dicen recibir información diariamente como los que reciben
muy poca o incluso nunca. Sin embargo, al estimar la tendencia lineal se puede ver una mayor
inclinación a incrementar a medida que una persona accede a menos información política en
Facebook, lo cual parece ir en contra de las sospechas iniciales de este documento.

Gráfico 5. Confianza en el Gobierno Nacional, radicalización según frecuencia de


información política en Facebook
60

50

40

30

20

10

0
Diariamente Algunas veces a la se Algunas veces al mes Algunas veces al año Nunca
Fuente: Elaboración propia, en base a: CERES, Encuesta Multi-Modo sobre Polarización, Ciudadanía y Datacción SRL., Diciembre de 2020.

El gráfico 6 muestra la radicalización de las respuestas según la frecuencia con la que el usuario
recibe información política en WhatsApp. Si bien la línea de tendencia parece mostrar una leve
inclinación negativa a medida que el usuario recibe menos información por WhatsApp, el mayor
porcentaje de personas que dieron respuestas negativas se encuentra en el extremo de “Nunca”.
Lo cual muestra nuevamente que no parece haber una clara relación entre el uso de estas redes
sociales y la radicalización.

69
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

Gráfico 6. Confianza en el Gobierno Nacional. radicalización según información política


recibida por WhatsApp
50
45
40
35
30
25
20
15
10
5
0
Diariamente Algunas veces a la se Algunas veces al mes Algunas veces al año Nunca
Fuente: Elaboración propia, en base a: CERES, Encuesta Multi-Modo sobre Polarización, Ciudadanía y Datacción SRL., Diciembre de 2020.

Nota sobre significancia estadística

Pese a los resultados ilustrados anteriormente, es necesario tomar en cuenta el sesgo particular que
existe en las variables de frecuencia de uso. La mayoría de las personas que tienen cuentas en redes
sociales las usan diariament o algunas veces a la semana, mientras que una minoría poco significante
declara usarla algunas veces al año. Es por esto que no resulta muy conveniente llegar a conclusio-
nes absolutas respecto a la información anterior, puesto que la tendencia puede estar sesgada por
muy pocas observaciones en alguna de las categorías cuyos resultados pueden deberse a casos no
frecuentes.

Para ilustrar este sesgo, el gráfico 7 muestra la distribución natural de las personas que ven
contenido noticioso en Facebook.

Gráfico 7. Distribución de personas que ven contenido noticioso en Facebook por


frecuencia de uso

31,43% 34,52% Diariamente

Algunas veces a la semana

Algunas veces al mes

Algunas veces al año

Nunca
2,68%
0,44% Inaplicable
4,07%
25,55%

Fuente: Elaboración propia, en base a: CERES, Encuesta Multi-Modo sobre Polarización, Ciudadanía y Datacción SRL., Diciembre de 2020.

70
Redes sociales y polarización

Como se puede ver por los bajos porcentajes de las categorías “Algunas veces al mes”, “Algunas
veces al año” y “Nunca”, sería incorrecto atribuir significancia estadística a los resultados obtenidos
de estas categorías. Siendo que los anteriores tres gráficos deberán ser tomados sólo como un
ejercicio y no como un resultado representativo. Estos porcentajes son similares en las categorías
de frecuencia de uso de WhatsApp y en frecuencia de información política tanto en Facebook
como en WhatsApp.

D.2. Percepción de diferencias entre collas y cambas

Para tener mayor certeza de esta relación, o ausencia de relación, entre el uso de redes sociales y
polarización, es necesario realizar más observaciones de respuestas que fueron identificadas como
polarizadas. Sorprendentemente, no hay muchas respuestas que puedan ser consideradas como
polarizadas dentro de la encuesta, como otros trabajos dentro del marco del proyecto lo
confirmarán. Es por esto que la única otra pregunta que se incluirá en el presente análisis es una de
la sección de percepción de polarización. En específico, se tomará en cuenta la pregunta que dice:
¿Qué tan grave son las diferencias entre collas y cambas?

Nuevamente, y contradiciendo lo que uno esperaría, la Figura 8 muestra una polarización


levemente mayor entre los que no tienen Facebook versus los que sí lo tienen. En el gráfico 9 se
pueden observar los extremos levemente superiores y el medio levemente reducido en relación a
los que sí tienen Facebook.

Gráfico 8. Percepción de gravedad de diferencias entre cambas y collas (Facebook)

40

35

30

25

20

15

10
No Tiene Facebook
5
Tiene Facebook
0
1 Nada Grave 2 3 4 5 Muy grave
Fuente: Elaboración propia, en base a: CERES, Encuesta Multi-Modo sobre Polarización, Ciudadanía y Datacción SRL., Diciembre de 2020.

Al realizar el mismo análisis para los que tienen o no cuenta de WhatsApp en la Figura 9,
nuevamente se hace difícil encontrar una relación clara. En el primer extremo, los que tienen
WhatsApp parecen dar una respuesta menos radical, pero esto va cambiando a medida que la
respuesta tiende hacia el otro extremo. En todo caso, esta figura pareciera indicar que, para esta
pregunta, la polarización de la respuesta podría explicarse por el tener o no cuenta de WhatsApp,
siendo que los que tienen WhatsApp tienen una percepción más grave de las diferencias entre
cambas y collas que los que no tienen WhatsApp, quienes ya también se van al otro extremo y
afirman que las diferencias no son “nada graves”.

71
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

Gráfico 9. Percepción de diferencias entre cambas y collas (WhatsApp)

40

35

30

25

20

15

10
No Tiene
5
WhatsApp
0
1 Nada Grave 2 3 4 5 Muy grave
Fuente: Elaboración propia, en base a: CERES, Encuesta Multi-Modo sobre Polarización, Ciudadanía y Datacción SRL., Diciembre de 2020.

D.3. Redes sociales y educación

Los resultados anteriores dan a entender que no existe una relación clara entre el uso de redes
sociales y la radicalización o polarización. En todo caso, si la hubiera, parecería ser que a medida
que uno usa más las redes sociales, menor es la radicalización en las respuestas de las personas. Es
por este motivo que resulta pertinente realizar un análisis de las características demográficas de los
usuarios de Facebook. El Gráfico 11 muestra la relación entre años de educación y el porcentaje
de personas que tiene cuenta de Facebook.

Gráfico 10. Facebook por años de educación

100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18
Fuente: Elaboración propia, en base a: CERES, Encuesta Multi-Modo sobre Polarización, Ciudadanía y Datacción SRL., Diciembre de 2020.

Resulta evidente que el porcentaje de personas que utiliza Facebook va incrementando a medida
que aumentan los años de educación del usuario, lo cual es consistente con datos internacionales5.

5 https://www.businessofapps.com/data/facebook-statistics/#1

72
Redes sociales y polarización

Sin embargo, no resulta evidente que la radicalización en Bolivia disminuya a medida que vayan
incrementando los años de educación, como lo muestra el Gráfico 11.

Gráfico 11. Confianza en el Gobierno Nacional, radicalización de respuestas por años de


educación
70

60 radical Linear (radical)


50

40

30

20

10

0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19
Fuente: CERES, Encuesta Multi-Modo sobre Polarización, Ciudadanía y Datacción SRL., Diciembre de 2020. Elaboración propia

Interesantemente, al analizar la pregunta de percepción de diferencias entre cambas y collas, la


radicalización de la respuesta sí parece tener una relación clara con el nivel de educación, como lo
muestra el gráfico 12. Esto parecería mostrar que cuando la pregunta no considera afinidad política,
las personas de mayor educación tienden a dar respuestas más moderadas. Esto se confirma al
comparar con otra respuesta polarizada, que es la de confianza en las fuerzas armadas, donde la
tendencia a radicalizarse es también negativa a medida que los años de educación van
incrementando.

Gráfico 12. Diferencias entre cambas y collas, radicalización de respuestas por años de
educación
100
90 radical Linear (radical)
80
70
60
50
40
30
20
10
0
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18
Fuente: Elaboración propia, en base a: CERES, Encuesta Multi-Modo sobre Polarización, Ciudadanía y Datacción SRL., Diciembre de 2020.

Una vez que determinamos que el uso y acceso a las redes sociales tiene una relación directa con la
educación, resulta pertinente analizar la relación que parece haber entre educación y las respuestas
radicales en diversos temas. El gráfico 13 muestra que la radicalización de las opiniones disminuye
a medida que los años de educación aumentan cuando el tema no está relacionado con afinidad

73
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

política, como es el caso de la confianza en las elecciones y en el gobierno nacional. Se puede ver
claramente que las líneas de opinión sobre las fuerzas armadas (FFAA) y la percepción sobre las
diferencias entre cambas y collas (CambaColla) tienen una tendencia negativa, mientras que la
tendencia de las otras dos parece permanecer neutral.

Gráfico 13. Radicalización por años de estudio


100
90 Elecciones GobNal CambaColla FFAA
80
70
60
50
40
30
20
10
0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19
Fuente: Elaboración propia, en base a: CERES, Encuesta Multi-Modo sobre Polarización, Ciudadanía y Datacción SRL., Diciembre de 2020.

D.4. Redes sociales y quintiles de ingreso

Otra característica que resulta interesante analizar de los usuarios de las redes sociales es la de los
quintiles de ingreso. El gráfico 14 muestra que el uso de Facebook se encuentra más propagado
entre los quintiles de ingreso mayores y va disminuyendo gradualmente en los quintiles inferiores,
lo cual también es consistente con datos internacionales. Este también es el caso con los usuarios
de WhatsApp, aunque con porcentajes muchos más pronunciados.

Gráfico 14. Uso de Facebook por quintiles de ingreso

100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
q5 (Más rico) q4 q3 q2 q1 (Más pobre)
Fuente: Elaboración propia, en base a: CERES, Encuesta Multi-Modo sobre Polarización, Ciudadanía y Datacción SRL., Diciembre de 2020.

74
Redes sociales y polarización

Aunque el uso de Facebook parece estar más diseminado en los quintiles de mayores ingresos,
también lo está la radicalización de las respuestas relacionadas con el gobierno nacional, mientras
que sucede lo inverso con otros temas. Este fenómeno está ilustrado en el gráfico 15, donde los
dos temas que presentan pendiente negativa están relacionados con el gobierno nacional.

Gráfico 15. Radicalización por quintiles de ingreso


70

60

50

40

30

20

10 CambaColla GobNal FFAA elecciones

0
q5 (Más rico) q4 q3 q2 q1 (Más pobre)
Fuente: Elaboración propia, en base a: CERES, Encuesta Multi-Modo sobre Polarización, Ciudadanía y Datacción SRL., Diciembre de 2020.

E. Conclusiones

La conclusión principal a la que podemos llegar es que, en Bolivia, no parece haber una relación
directa notoria entre el uso de redes sociales y la polarización. En algunos casos, el acceso a redes
sociales parece incluso tener un efecto negativo sobre la radicalización, lo cual indicaría que las
personas que tienen acceso a las redes sociales en realidad dan respuestas menos polarizadas. Esto
podría estar explicado por el hecho de que, en Bolivia, el acceso a las redes sociales tiene una
relación fuerte con el nivel de educación del usuario y en qué quintil de ingreso se encuentra, aunque
el caso parece ser el mismo en otros países. Por otro lado, la radicalización parece ser un tema más
relacionado a los temas específicos sobre los cuales se opina que a algo tan amplio y transversal
como el mismo acceso a las redes sociales.

Donde se encontraron relaciones más notorias con el uso de redes sociales es en el nivel de
educación de las personas y en los quintiles de ingresos; ambos muestran tener una relación directa
y positiva con el uso de redes sociales. Por otro lado, tanto los quintiles de ingreso como la
educación tienen una relación directa e inversa con el nivel de radicalización en las respuestas, salvo
en los casos en los que se pregunta la opinión sobre el gobierno nacional.

Por último, se recomienda elaborar más encuestas sobre el tema, con más observaciones, a lo largo
de una serie de tiempo, y con preguntas sencillas. Esto, para poder realizar observaciones más
robustas que permitan identificar si la frecuencia de uso de redes sociales tiene algún tipo de efecto
sobre la radicalización de las opiniones de los ciudadanos, puesto que con la información actual no
se perciba ningún tipo de relación. Adicionalmente, se recomienda realizar correlaciones con esta
información más robusta, una vez obtenida. Todo esto, con el fin de poder acercarnos un poco

75
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

más a identificar las causas de las posiciones ideológicas y políticas que llevan a las personas a
conflictos violentos y obstruyen el progreso social y económico del país.

76
Escenarios posibles de polarización
Gonzalo Vargas Villazón1

A. De qué polarización se trata

Este artículo trata sobre aspectos socioculturales, regionales y políticos que la gente asocia a grupos
determinados que son percibidos como diferentes: izquierdistas - derechistas, collas - cambas,
indígenas - no indígenas, entre varias otras posibles divisiones. Consiste en exponer los resultados
del análisis de datos, provenientes de dos encuestas recientes2, que permiten un acercamiento inicial
a la caracterización de posibles escenarios de polarización en Bolivia.

La polarización ha sido objeto de creciente interés, análisis y reflexión teórica, particularmente por
estudiosos de las ciencias sociales y políticas. Hay una vasta producción teórica y empírica que
contribuye a la comprensión del fenómeno e ilustra, mediante estudios de caso, el contexto y las
particularidades que influyen en su dinámica y su impacto sobre la democracia.

Polarización es un concepto relacional; entenderlo, supone considerar la manera cómo las personas
perciben, opinan y piensan unas de otras en una determinada sociedad. Si bien la polarización es
un fenómeno que tiene múltiples consecuencias sociales y políticas, es experimentada como tal, a
nivel individual. El análisis de los datos de percepción individual, recogidos en encuestas de opinión
pública, dirigido a perfilar escenarios de polarización, distingue la dimensión política y la afectiva
que la caracterizan.

Siguiendo a McCoy, Rahman y Somer (2018)3, se entiende la dimensión política de la polarización


como un proceso en el cual, la diversidad de diferencias que existen en cualquier sociedad se
agrupan y ordenan, de manera creciente, en un eje unidimensional donde las diferencias se
reafirman y la gente percibe la sociedad y la política, cada vez más, en términos de una oposición
entre “nosotros” y “ellos”.

La polarización afectiva surge como concepto desde la psicología social y se entiende como un
vínculo emocional de las personas con un grupo interno de partidarios, a la vez que animadversión
y hostilidad hacia un grupo externo de partidarios. La pertenencia a un grupo da sentido de
identidad a los individuos y, además, les otorga autoestima y orgullo: la autoestima crece,
relacionada al prejuicio y la discriminación hacia grupos externos. La particularidad de la polariza-
ción afectiva consiste en que se focaliza en la rivalidad entre grupos, más allá de desacuerdos
temáticos, o de políticas públicas.

1 Economista con estudios a nivel de doctorado en Alemania. Investigador de Ciudadanía.


2 Se trata de la Encuesta “Elecciones Bolivia 2020” de octubre, 2020; y de la Encuesta Multi-modo sobre Polarización
de diciembre, 2020.
3
McCoy, J., Rahman, T., & Somer, M. (2018). Polarization and the global crisis of democracy: Common patterns,
dynamics, and pernicious consequences for democratic polities. American Behavioral Scientist, 62(1), 16–42.
https://doi.org/10.1177/0002764218759576

77
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

¿Por qué se utiliza en este artículo la idea de escenario de polarización? A partir de la reflexión de
Miller (2020)4 sobre la polarización, es posible y útil fijar algunos aspectos claves que la caracterizan,
como un conjunto de elementos que facilitarán la comprensión del uso de escenario de
polarización. La polarización no es algo que existe; al contrario, es una situación que se hace. Es
posible por tanto, identificar el contexto histórico y los agentes que la propician; si la polarización
se hace, entonces es plausible postular que existen herramientas para polarizar. La polarización
produce, normalmente, bloqueo institucional. Entender la polarización supone prestar atención a
las identidades que se activan y a su cualidad de alineamiento. Es incorrecto teóricamente, equiparar
polarización con extremismo; al contrario, es la homogenización que favorece la polarización

Estos conceptos básicos sobre polarización son la base del análisis de los datos contenidos en
ambas encuestas. Se tratará sobre identidades, diferencias grupales, ejes de tensión social, política,
regional y étnico cultural. El análisis de estos aspectos estará relacionado con la confianza
interpersonal, la satisfacción con la democracia, las expectativas económicas y aspectos de
posicionamiento político como la libertad e igualdad.

B. Identidad y polarización

La Bolivia actual transita un proceso histórico de varias décadas para afirmar su formación estatal
con la incorporación y el reconocimiento de los pueblos indígenas, sus identidades étnico culturales
y sus derechos colectivos. La denominación de Bolivia como Estado Plurinacional es, de alguna
manera, una propuesta política de organización estatal que incorpore las identidades múltiples que
pueblan su territorio.

El territorio de Bolivia alberga, por lo menos, dos clases de conglomerados socioculturales con
identidades propias y diversos sentidos de comunidad: étnico culturales y regionales. Estos grupos
poblacionales, con diferente patrón de ocupación territorial, tienen identidades socioculturales
diferenciadas.

También tiene relevancia la identidad política para analizar posibles escenarios de polarización,
desde la percepción de la gente. La ideología política suele ser la base que explica adhesiones e
identidades políticas estables en el tiempo; a su vez, la movilización y pertenencia a agrupaciones
políticas son una fuente de identidad de grupo, identificación de los contrincantes y, eventualmente,
hostilidad hacia alguno de ellos.

Tajfel y Turner (1979)5 mencionan los siguientes procesos mentales que moldean la identidad
social: categorización, para distinguir entre un “nosotros” y “ellos”; ii) identificación, para definir
la pertenencia por identidad con un grupo; y, iii) comparación, para contrastar favorablemente el
grupo de pertenencia frente a otros.

Asumiento que la identidad sociopolítica adopta similares características, se analizaron los datos
relativos a identidad y diferencia.

4
Miller, L. (2020). Polarización en España: más divididos por ideología e identidad que por políticas públicas.
EsadeEcPol Insight #18
5 Tajfel, H., & Turner, J. (2001). An integrative theory of intergroup conflict. En M. A. Hogg & D. Abrams (Eds.),
Key readings in social psychology. Intergroup relations: Essential readings (p. 94–109). Psychology Press.

78
Escenarios posibles de polarización

La pregunta del cuestionario indaga, de manera indiferenciada e indirecta, sobre la adhesión política
y las identidades regionales, étnico culturales y políticas.

TSED8. De los siguientes grupos de personas, ¿cuál es el que menos se parece a usted? / ¿cuál es el más
diferente de usted?

1. masistas
2. camachistas
3. mesistas
4. izquierdistas
5. derechistas
6. cambas
7. collas
8. aimaras
88) NS 89) NR 99) NINGUNO

Gráfico 1. Percepción de la identidad diferenciada individual respecto a grupos


políticos, regionales y culturales (en porcentaje)

Fuente: PPI, Octubre 2020

La identidad de las personas con relación a distintos aspectos de la vida social, cultural y política
tiene gran relevancia a la hora de indagar sobre tensiones políticas, regionales o étnico culturales.
Sucede que algunas veces se señalan factores socioculturales o regionales como base para formular
hipótesis que expliquen clivajes regionales: occidente – oriente, urbano – rural, cambas – collas,
etc.

Aunque sea meramente descriptivo, el gráfico anterior muestra el peso que tiene la dimensión
político partidaria con relación a la identidad individual de los ciudadanos. Cuatro de cada diez
bolivianos aseguran que los masistas son quienes se parecen menos al consultado; frente a 15 de
cada 100 que apunta a los cambas, y 13 de cada 100 que apunta a los camachistas. Pese a esa notable
diferencia, no fue posible indagar más acerca del componente político de esta percepción;
particularmente, respecto a lo que la gente entiende por masista.

79
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

Gráfico 2. Percepción de la identidad política, según posicionamiento político y


departamento de residencia (casos masistas y derechistas)

Fuente: PPI, Octubre 2020

El gráfico 2 muestra que tanto el posicionamiento político como el departamento de residencia


tienen influencia sobre la percepción de identidad política de las personas. Hay diferencias
interesantes que destacar: en los departamentos de occidente6 hay una diferencia de 26 puntos
promedio en el posicionamiento político declarado de las personas que indican que los derechistas
se les parecen menos comparado con quienes indican que los masistas se les parecen menos. En
los departamentos de oriente, la diferencia es de 18 puntos promedio. El gráfico sugiere que los
rechazos identitarios a los masistas es mayor, a medida que la gente se declara más de derecha, sin
demasiada diferencia en el departamento de residencia.

C. Los otros y la gobernabilidad

El rol que juega la política en la polarización es clave. Hay diferentes maneras de dificultar la
gobernabilidad: una vía de “abajo hacia arriba” generando demandas sociales continuas de ciuda-
danos que sufren carencias y desigualdad; la vía institucional, generando bloqueo continuo a
iniciativas de los políticos responsables de la gestión de gobierno. Los políticos diseñan estrategias
para manipular la participación de los ciudadanos, para debilitar instituciones, para liquidar a sus
oponentes y, para dividir la sociedad (Vecchi, 2020)7. Si esto ha sido y sigue siendo cierto, entonces
es indudable que la percepción sobre grupos que perjudican la tarea de gobernar, tiene relación con
la generación y utilización de escenarios de polarización.

6 Los departamentos de occidente corresponden a Cochabamba, Chuquisaca, Potosí, Oruro y La Paz; la escala de
posicionamiento político va de 1 a 100 desplazándose desde el auto posicionamiento político de izquierda al de
derecha.
7
Vechi, A., Silva, E.S. and Jimenez Angel, L.M. (2020), Nation branding, cultural identity and political polarization
– an exploratory framework, International Marketing Review, Vol. ahead-of-print No. ahead-of-print.
https://doi.org/10.1108/IMR-01-2019-0049

80
Escenarios posibles de polarización

Acercarse a los resultados que vinculan la identificación de otros grupos, una suerte de alteridad
identitaria, como responsables de los problemas sociales y políticos, mediante acciones destinadas
a dificultar las tareas del gobierno, es una forma de comprender los factores que apuntan a la
posibilidad de que se activen escenarios de polarización, favorecidos por la percepción de la gente
de la presencia de clivajes regionales, étnico culturales y políticos.

Las siguientes preguntas han sido formuladas para apreciar una opinión que va más allá de lo
identitario en las personas y, quiere obtener un juicio valorativo respecto a la contribución de
grupos socioculturales o políticos a la gobernabilidad en Bolivia.

TSED7. De los siguientes grupos de personas, ¿cuál es el que menos deja gobernar?

1. masistas
2. camachistas
3. mesistas
4. izquierdistas
5. derechistas
88) NS 89) NR 99) NINGUNO

TSED7A. Y de estos grupos de personas, ¿cuál es el que menos deja gobernar?

1. cambas
2. collas
3. aymaras
4. quechuas
88) NS 89) NR 99) NINGUNO

Gráfico 3. Percepción sobre los grupos políticos que menos dejan gobernar

Fuente: PPI, Octubre 2020

La opinión de la gente con relación a los grupos políticos que menos dejan gobernar es
contundente: son los masistas quienes menos dejan gobernar. Los datos muestran que, de cada 100
personas, 58 opinan que son los masistas, 20 creen que son los derechistas y, 12 consideran que
son los camachistas.

81
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

Gráfico 4. Influencia del posicionamiento político en la percepción de los grupos


políticos que menos dejan gobernar

Fuente: PPI, Octubre 2020

En el gráfico 4 se muestra la relación promedio del posicionamiento ideológico respecto a la


opinión que identifica al grupo político que menos deja gobernar. Tomando en cuenta a masistas
y derechistas, que son percibidos como los grupos más destacados, se manifiesta con gran claridad
la influencia que tiene la posición política respecto a la opinión acerca de los grupos que dificultan
la gobernabilidad. Hay una diferencia notable de 34 puntos promedio entre la opinión de que los
derechistas no dejan gobernar expresada por quienes se identifican con la izquierda, respecto a la
opinión de que los masistas no dejan gobernar expresada por aquellos que se identifican con la
derecha (42 – 75 en la escala promedio de 1-100).

Gráfico 5. Influencia del departamento de residencia en la percepción de los grupos


políticos que menos dejan gobernar

Fuente: PPI, Octubre 2020

El Gráfico 5 permite observar una clara diferencia en la opinión sobre los grupos políticos que
dificultan las tareas de gobierno. La percepción de que los masistas son quienes no dejan gobernar
es mucho mayor, en promedio, que aquella que atribuye a los derechistas como los responsables

82
Escenarios posibles de polarización

de no dejar gobernar: el promedio general a favor de los masistas es considerable (57 a 17 puntos).
Además, resalta la diferencia de percepción, entre las personas que residen en los departamentos
de occidente y oriente, con relación a que sean los masistas quienes no dejan gobernar: una
diferencia de 26 puntos promedio entre ambas regiones.

Gráfico 6. Percepción sobre los grupos culturales, regionales y étnicos, que menos dejan
gobernar (en porcentaje)

Fuente: PPI, Octubre 2020

La opinión de la gente con relación a los grupos regionales, culturales y étnico culturales que menos
dejan gobernar es muy ilustrativa: los grupos regionales o regional culturales son los que se
identifican mayoritariamente como aquellos que menos dejan gobernar; al contrario, los grupos
étnico culturales tienen un peso considerablemente menor. Así, entre cambas y collas superan el
80% de la preferencia de ser quienes menos dejan gobernar: de cada 100 personas, 42 opinan que
son los cambas y, 39 perciben que son los collas. Los grupos identificados como aymaras y
quechuas son elegidos como los grupos que menos dejan gobernar por 12 y 7 de cada 100 personas,
respectivamente.

Gráfico 7. Influencia de la auto identificación étnica en la percepción de los grupos


regionales que menos dejan gobernar

Fuente: PPI, Octubre 2020

83
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

La percepción que los cambas no dejan gobernar tiene correlación positiva con la auto
identificación con algún pueblo indígena: quienes se consideran como tales, opinan que los cambas
no dejan gobernar (una diferencia de 24 puntos promedio); en tanto que, quienes no se identifican
como indígenas, opinan que los collas son quienes no dejan gobernar (una diferencia cercana a los
27 puntos promedio). Las diferencias entre quienes se auto identifican con algún pueblo indígena
y quienes no lo hacen, con relación a su opinión acerca de que sean cambas o collas quienes no
dejan gobernar son mínimas, pero están claramente relacionadas de manera cruzada.

Gráfico 8. Influencia del posicionamiento político en la percepción de los grupos


regionales que menos dejan gobernar

Fuente: PPI, Octubre 2020

Con relación al posicionamiento político quienes están más a la izquierda opinan que los cambas
no dejan gobernar; en tanto que, quienes están más a la derecha opinan que son los collas
(diferencia de casi 11 puntos promedio). La percepción de que los collas no dejan gobernar muestra
una diferencia de 34 puntos promedio entre posiciones de izquierda y derecha; en tanto que, la
diferencia alcanza casi 40 puntos entre posiciones de derecha e izquierda cuando se percibe que
son los cambas quienes no dejan gobernar.

Gráfico 9. Influencia del departamento de residencia en la percepción de los grupos


regionales que menos dejan gobernar

Fuente: PPI, Octubre 2020

84
Escenarios posibles de polarización

La identificación de cambas y collas como aquellos grupos que dejan menos gobernar tiene también
influencia del lugar de residencia: quienes viven en departamentos de occidente, opinan en
promedio que son los cambas quienes no dejan gobernar (35 puntos promedio de diferencia entre
collas y cambas); al contrario, quienes viven en departamentos del oriente, opinan en promedio
que son los collas quienes no dejan gobernar (44 puntos promedio de diferencia entre collas y
cambas).

Gráfico 10. Percepción de los grupos regionales que menos dejan gobernar, según
ingreso familiar mensual (cambas y collas)

Fuente: PPI, Octubre 2020

En el gráfico 10 puede observarse con claridad que la identificación de cambas y collas como
aquellos grupos que dejan menos gobernar está influido por el rango de ingreso familiar mensual:
quienes declaran que tienen mayor ingreso económico, opinan en promedio que son los collas
quienes no dejan gobernar (43 puntos promedio de diferencia entre collas y cambas, para el nivel
de ingreso más alto); al contrario, quienes declaran que tienen menor ingreso económico, opinan
en promedio que son los cambas quienes no dejan gobernar (34 puntos promedio de diferencia
entre cambas y collas, para el nivel de ingreso más bajo).

D. La valoración sobre las diferencias

Como señala Grechyna (2016)8, muchos estudiosos de la polarización, la vinculan con la confianza
interpersonal y la desigualdad en el ingreso. Este autor clasifica tres determinantes potenciales de
la polarización política: económicos, socio históricos y geográficos. Destacan la desigualdad del
ingreso y el gasto público del gobierno, entre los determinantes económicos; la confianza
interpersonal, la fraccionalización etnolingüística y la calidad de la democracia, entre los
determinantes socio históricos; y, la latitud y densidad poblaciónal, entre los determinantes
geográficos.

8 Grechyna, D. (2016). On the Determinants of Political Polarization, Economics Letters, 144, 10-14.

85
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

Si los datos de la encuesta de octubre permitían identificar posibles escenarios de polarización de


índole política, regional y sociocultural, la encuesta de diciembre ha incluido una pregunta muy
clara de valoración acerca de la gravedad de las diferencias sociales, políticas, étnico culturales y
regionales: se trata de la serie QV, así formulada.

Hay diferencias entre los grupos sociales del país y quisiera pedirle que a cada una le ponga una calificación del 1 al
5, donde 1 es una diferencia que no es nada grave y 5 que es muy grave. Del 1 al 5, ¿qué tan graves son las
diferencias entre…

QV1. Entre collas y cambas 1 / 2 / 3 / 4 / 5 / 88 NS / 89 NR

QV2. Entre citadinos y campesinos 1 / 2 / 3 / 4 / 5 / 88 NS / 89 NR

QV3. Entre jóvenes y viejos 1 / 2 / 3 / 4 / 5 / 88 NS / 89 NR

QV4. Entre cristianos y no religiosos 1 / 2 / 3 / 4 / 5 / 88 NS / 89 NR

QV5. Entre izquierda y derecha 1 / 2 / 3 / 4 / 5 / 88 NS / 89 NR

QV6. Indígenas y no indígenas 1 / 2 / 3 / 4 / 5 / 88 NS / 89 NR

QV7. Oriente y occidente 1 / 2 / 3 / 4 / 5 / 88 NS / 89 NR

Gráfico 11. Valores promedio de la percepción de gravedad de las diferencias entre


grupos sociales

Fuente: CERES, Encuesta Multi-Modo sobre Polarización, Ciudadanía y DATACCION SRL., Diciembre de 2020.

Los ciudadanos consideran que la gravedad de las diferencias entre grupos sociales, políticos y
regionales es elevada. De las siete alternativas formuladas en la serie QV, solamente dos tienen un
promedio por debajo de 50 puntos: las diferencias entre cristianos y no religiosos; y, la más baja
entre todas, las diferencias entre jóvenes y viejos. Arriba de este valor central del promedio, están
citadinos y campesinos, indígenas y no indígenas, oriente y occidente, collas y cambas y, con el

86
Escenarios posibles de polarización

promedio más alto la gente sitúa las diferencias entre izquierda y derecha (9 puntos promedio de
diferencia respecto a la que sigue).

Gráfico 12. Valoración del grado de diferencias entre oriente-occidente, collas-cambas,


izquierda-derecha, según nivel de satisfacción con la democracia

Fuente: CERES, Encuesta Multi-Modo sobre Polarización, Ciudadanía y DATACCION SRL., Diciembre de 2020.

En el gráfico 12 se observa la influencia que tiene el nivel de satisfacción con la democracia sobre
los clivajes socioculturales, regionales y políticos. El grado de diferencias entre oriente-occidente y
entre collas-cambas muestra una tendencia consistente de disminución en la valoración de la
gravedad de las diferencias, a medida que la satisfacción con la manera cómo funciona la
democracia en Bolivia aumenta.

Gráfico 13. Valoración del grado de diferencias entre oriente-occidente, collas-cambas,


izquierda-derecha, según nivel de confianza social

Fuente: CERES, Encuesta Multi-Modo sobre Polarización, Ciudadanía y DATACCION SRL., Diciembre de 2020.

87
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

De manera análoga a lo que sucede con la satisfacción con la democracia, influye sobre los clivajes
socioculturales, regionales y políticos, el nivel de confianza social, como se pone de manifiesto en
el gráfico 13. La disminución del grado de diferencias entre oriente-occidente y entre collas-cambas
está claramente influida por el mayor grado de confianza en la gente del barrio o comunidad donde
vive la gente. A mayor confianza externa, menor valoración sobre la gravedad de las diferencias
regionales y socioculturales.

Gráfico 14. Valoración del grado de diferencia entre izquierda-derecha, según nivel de
importancia atribuida a la libertad individual y a las expectativas de mejora de
la economía a corto plazo

Fuente: CERES, Encuesta Multi-Modo sobre Polarización, Ciudadanía y DATACCION SRL., Diciembre de 2020.

Gráfico 15. Valoración del grado de diferencia entre oriente-occidente, según auto
identificación indígena y tipo de municipio de residencia

Fuente: CERES, Encuesta Multi-Modo sobre Polarización, Ciudadanía y DATACCION SRL., Diciembre de 2020.

88
Escenarios posibles de polarización

El clivaje izquierda-derecha además está muy influido por la importancia que se atribuye a la
libertad individual, un valor eminentemente liberal; y, a la expectativa positiva acerca de la mejoría
de la situación económica del país. La valoración de la gravedad de las diferencias entre izquierda
y derecha aumenta cuando la valoración de la libertad individual es positiva (11 puntos promedio
de diferencia); en cambio, la valoración sobre la gravedad del eje izquierda derecha, disminuye a
medida que la expectativa sobre la situación económica es positiva y se opina que mejorará
(diferencia de 13 puntos promedio).

E. Conclusiones

En la perspectiva de esbozar escenarios de polarización, es posible distinguir uno en el campo


político; otro, regional; y, uno más, con características socioculturales, que está vinculado a la
dimensión socio histórica.

Las diferencias políticas, más allá de que en la autoidentificación político ideológica el centro
alcance con ventaja el porcentaje más alto de adhesión, configuran un primer escenario para la
activación de la polarización que corresponde al eje izquierda – derecha. De acuerdo a la percepción
ciudadana, la influencia que tiene la autoidentificación político ideológica respecto a la
identificación de los grupos que provocan problemas de gobernabilidad, es decisiva. Por otra parte,
la percepción sobre la gravedad del clivaje izquierda – derecha está vinculado a la confianza
interpersonal, la satisfacción con la democracia, el principio de libertad individual y, las expectativas
positivas sobre la marcha de la economía en nuestro país.

En la dimensión socio histórica destaca la percepción de diferencias entre collas y cambas. Este
elemento sociocultural tiene efecto sobre la identidad política e influye además, en la percepción
sobre los grupos políticos que no contribuyen a la gobernabilidad. Respecto a la percepción de la
gravedad del clivaje camba – colla tiene menor número de factores que afectan su valoración: la
confianza interpersonal, la satisfacción con el funcionamiento de la democracia y, la auto
identificación como indígena.

El percibido foco de tensión regional oriente – occidente tiene una clara influencia sobre la
identidad política; además, según la opinión de la gente, influye sobre la dimensión sociocultural
de los grupos que generan problemas de gobernabilidad en el eje de tensión camba – colla. Con
relación a la gravedad del clivaje oriente – occidente tiene influencia de elementos como la
confianza interpersonal, la percepción positiva sobre el funcionamiento de la democracia, la auto
identificación indígena y, el área donde habitan las personas, de acuerdo a la clasificación de los
municipios en urbanos y rurales.

89
Polarización y conflicto
Propuesta de un termómetro para medir los riesgos del conflicto
Roberto Laserna1

A. Polarización: concepto y problema

Después de haber vividos dos años muy intensos en el país, con dos elecciones nacionales, varios
momentos de violenta conflictividad, dos cambios de gobierno y un año de transición fuertemente
golpeada por la pandemia del Covid 19, llegamos al final del 2020 con una sensación colectiva de
preocupación y temor. El país ha sufrido enfrentamientos civiles, han muerto varios ciudadanos y
los discursos políticos enfatizan la división y parecen empujar al enfrentamiento.

Los diagnósticos en entrevistas, reportajes y discursos aluden a una palabra: polarización, y


advierten de un riesgo: violencia.

Para estudiar esta importante cuestión pusimos en marcha un proyecto de investigación rápido y
ambicioso. Teníamos menos de dos meses para que concluyera el importante Proyecto de
Participación Informada de USAID (PPI), y obtuvimos su apoyo para sentar las bases de un
“termómetro de polarización” que ayudara a medir y monitorear el problema.

Con dicho respaldo, CERES movilizó a otras tres instituciones, Diagnosis, Ciudadanía y Datacción,
para realizar con la primera 12 grupos focales en el eje metropolitano nacional y con las otras dos
un número similar de encuestas de cobertura nacional, que totalizaron 2213 casos en todos los
departamentos del país2. Adicionalmente, formamos un equipo de 14 investigadores para trabajar
el tema desde distintos enfoques. Los resultados de sus análisis están incorporados en este mismo
libro.

Los primeros resultados nos mostraron algo alentador: el país no está tan polarizado como
creemos. Sin embargo, el análisis en profundidad demostró también que las percepciones no están
muy alejadas de la realidad porque hay más polarización de la que queremos.

Por polarización entendemos un proceso por el cual las posiciones y opiniones de la gente se van
desplazando hacia los extremos, de manera que el centro del espectro de ideas y percepciones se
va reduciendo. Al reducirse el centro, existe menos capacidad de amortiguar posibles
enfrentamientos entre los radicales que promueven los extremos, y esto es lo que asocia la
polarización a un aumento de los riesgos de violencia.

Ahora bien, la violencia habitualmente surge y se ejerce a través de grupos minoritarios, compactos
y organizados, y por supuesto muy difícilmente detectables antes de que actúen. Pero sabemos que

1 Economista e investigador social. Obtuvo el doctorado en la Universidad de California, Berkeley. Es Director de


CERES (Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social). Mail: laserna_r@yahoo.com
2 La encuesta Multi-modo nos permitirá en este caso comparar los dos modos de recolección de datos: el presencial
y el telefónico, y apreciar las ventajas y desventajas que dichos modos ofrecen. El análisis de estos aspectos está a
cargo de Ludwing Torres.

91
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

no lo hacen en un vacío social sino en un entorno en el que perciben señales favorables para su
acción, que les permita justificarse como héroes de una causa, defensores de una situación,
vanguardia de una idea, etc.

En este estudio nos concentramos en el análisis del entorno social, tanto en lo que hace a sus
condiciones actuales como, también, en lo que hace a la identificación de señales, variables o
tendencias que permitan detectar los desplazamientos de opiniones y percepciones hacia los
extremos (o su agregación en los extremos).

Una revisión comparada de los datos que corresponden a Bolivia en el contexto internacional
muestra que, en general, la cantidad de gente que se ubica en el centro es -en el país- bastante
grande. Como se observa en el capítulo preparado por Daniel Moreno, al ordenar a los países por
las dimensiones de su centro, Bolivia aparece casi siempre al medio, lo que sugiere que las
situaciones son menos polarizadas que en muchos otros casos (como Guatemala), aunque no tan
consensuales como en otros países (como Chile antes del 2020).

Pero sí hay mucha preocupación en la gente, como lo destaca el estudio de Gonzalo Vargas. Y es
que, en efecto, la gente en una alta proporción rechaza la violencia, aspira a realizar cambios
graduales y muestra profundos temor por las divisiones sociales. El desasosiego es muy evidente
en relación a las divisiones identitarias, sean de carácter étnico, político o regional. Esas divisiones
le parecen, a una gran parte de la gente, graves o muy graves3.

Al mismo tiempo, parecen convencidos de que son inevitables y determinantes, ya que no rechazan
definirse a partir de esas etiquetas identitarias lo que sin duda también lleva a actuar en cierta
concordancia con lo que esos tipos exigen4.

Se diría entonces que la polarización que percibe la gente es temida porque también es vivida, es
decir, forma parte de su experiencia cotidiana.

Sin embargo, cuando estudiamos con mayor profundidad qué es lo que está detrás de esas etiquetas,
nos encontramos con algo muy interesante: hay más consensos que discrepancias. O, para decirlo
de otro modo, hay diferencias pero no son tan pronunciadas como uno cree.

3 Por ejemplo, casi el 61% de la gente considera grave o muy grave la división izquierda/derecha, más del 47% la
división camba/colla y casi 44% la división Oriente/Occidente según la encuesta.
4 Este procedimiento se conoce en psicología y en sociología de la desviación como “labeling” o etiquetamiento y
sugiere que al asignarle una etiqueta que denota ciertas características a una persona se la induce poco a poco a
actuar de acuerdo a lo que el sentido común espera de ese tipo. En parte por esto es que las etiquetas de izquierda
y derecha han perdido totalmente sentido. En los dos últimos siglos una corriente ha intentado apropiarse de todas
las características nuevas y que tienen un sentido progresivo atribuyéndolas a “la izquierda”, que es esa corriente,
independientemente de lo que haga en el gobierno o del tipo de políticas que promueve, que pueden ser opuestas,
y atribuir todo lo malo y negativo a “la derecha”, aún cuando ésta puede en muchos casos tener gestiones
progresistas y defender con eficacia los derechos de los más pobres y el avance de libertades y mejores condiciones
de vida. Pero las etiquetas tienen fuerza, aluden a identidades, e inducen acciones, por lo que no deben ignorarse
aunque sí criticarse.

92
Polarización y conflicto

Por ejemplo. Si se le pide a la gente ubicarse en la escala izquierda - derecha, una gran parte se ubica
al centro pero con abultamientos en los extremos, mostrando una imagen polarizada 5. Pero cuando
se le pide pronunciarse por temas que hacen a la política: como la importancia de la libertad
individual, de la igualdad social, de la propiedad privada y otros, y se los combina para encontrar
dónde se ubica cada persona, se encuentra una imagen muy concentrada en el centro con muy
pocas personas categorizadas en los extremos6. Es decir, encontramos más bien muy baja
polarización y mucho consenso.

Gráfico 1. Comparación de autodefinición política y preferencias declaradas

Izquierda - Derecha Posición ideológica


35 35

30 30

25 25

20 20

15 15

10 10

5 5

0 0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15
Fuente: TSE Encuesta de Ciudadanía, Octubre 2020, y CERES, Encuesta multi-modo Ciudadanía/Datacción, Diciembre 2020

Algo similar ocurre en relación a muchos otros temas. Por ejemplo, hay bastante insatisfacción con
la forma en que funciona la democracia (61%), pero también evidente desacuerdo con la posibilidad
de cambiarla por la fuerza 55,8%).

5 Cuando se pide a los encuestados definir su identidad política en los términos habituales de izquierda a derecha,
debe recordarse que esa definición es cambiante y fuertemente determinada por la intensa disputa de apropiación
y manipulación, especialmente por quienes buscan definir a la izquierda como la representación de todo lo
moralmente “correcto” (solidaridad, justicia social, libertad y liberación, y frecuentemente respeto por el medio
ambiente, tolerancia sexual, etc.), pero que en la práctica ha terminado asociada a regímenes autoritarios,
conservadores y violentos, como los de la Unión Soviética, la China Popular, Corea del Norte, etc. Por tanto, hay
una sobre carga de imágenes en ese continuo que no necesariamente corresponde a posiciones reflexivas.
6 Calculamos la variable POSIDEOL como Posición Ideológica a partir de 4 preguntas: Dos que miden el
acercamiento a valores liberales e individualistas, PV8. ¿Qué tan de acuerdo está con la frase: “se debe respetar la
propiedad privada”? y PV9. ¿Qué tan importante es para usted la libertad individual?. Y otras dos que miden
acercamiento a valores más colectivistas: PV10. ¿Qué tan importante es para usted la igualdad social? Y PV11.
¿Qué tan importante es para usted la soberanía nacional?
Para la construcción de esta nueva variable hemos invertido el orden en las dos segundas, y sumado los valores de
respuesta de las 4 variables, de manera que una posición más liberal individualista esté reflejada por los valores más
bajos y va aumentando a medida que se asumen valores más colectivistas, hasta el máximo de 16 puntos.

93
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

Gráfico 2. Insatisfacción con la democracia y disposición a cambiarla

Satisfacción con la democracia Democracia: cambiarla por la fuerza


50 50
45 45
40 40
35 35
30 30
25 25
20 20
15 15
10 10
5 5
0 0
Muy Satisfecho(a) Insatisfecho(a) Muy Muy de De acuerdo En desacuerdo Muy en
satisfecho(a) insatisfecho(a) acuerdo desacuerdo

Fuente: CERES, Encuesta Multi-Modo sobre Polarización, Ciudadanía y Datacción SRL., Diciembre de 2020.

En realidad, la actual polarización está muy relacionada a las elecciones de 2019 y 2020. De hecho,
las discrepancias mayores se dan en la confianza que se tiene en el gobierno, en las elecciones como
método para resolver conflictos, y en el rol de las Fuerzas Armadas.

En el siguiente cuadro sintetizamos los resultados a las preguntas formuladas como “¿Hasta qué
punto confía en –y se mencionan diversas instituciones–…

Cuadro 1. Nivel de confianza en las instituciones


Gobierno Elecciones FFAA Asamblea Leg. Tribunales Partidos
Mucho 16,1 13,3 19,7 10,0 3,9 3,6
Algo 23,4 23,1 26,2 22,5 23,1 15,6
Poco 31,8 35,2 34,9 35,7 36,4 31,5
Nada 24,5 27,1 17,7 29,5 35,3 47,7
No sabe 3,7 0,9 1,3 2,0 1,1 1,3
No responde 0,5 0,5 0,2 0,3 0,1 0,3
Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Fuente: Elaboración propia en base a: CERES, Encuesta Multi-Modo sobre Polarización, Ciudadanía y Datacción SRL., Diciembre de 2020.

Comparando las distribuciones se observa que los extremos son más abultados en las tres variables
mencionadas, en tanto que en las otras hay cierto consenso en la desconfianza.

Es posible afirmar que en gran medida es lógico o natural que así sea. En las elecciones los
ciudadanos deben optar por unos y rechazar a otros, por lo que las campañas están orientadas a
marcar y resaltar diferencias respecto de los otros y afirmarlas, con el fin de conseguir y conservar
la adhesión de los votantes. De manera que toda elección polariza.

La cuestión preocupante acá es que esa polarización no se ha dado en relación a temas de política.
De hecho, el electorado promedio de las principales candidaturas es, en términos ideológicos, muy
similar. Para afirmar esto, utilizamos la variable que sintetiza posiciones en torno a cuatro temas

94
Polarización y conflicto

fundamentales ya presentada antes, y calculamos el promedio correspondiente a las fuerzas


políticas y opciones del electorado.

Cuadro 2. Posición político ideológica de los votantes


IV2, ¿Por quién votó usted en las elecciones de este 2020? (no leer opciones) Posición Promedio N Desviación
Luis Arce (MAS) 10,2672 618 1,62116
Carlos Mesa (CC) 10,0715 401 1,43837
Fernando Camacho (CREEMOS) 9,878 189 1,58183
Chi Hyun (FPV) 9,836 17 1,31571
Feliciano Mamani (PAN-BOL) 9,2103 4 1,81847
Votó nulo, blanco o no votó 10,0786 203 1,75333
No votó 9,8378 135 2,01374
No sabe 9,9536 42 1,93305
No responde o prefiere no decir 9,968 524 1,65531
Total 10,0657 2133 1,6431
Fuente: Elaboración propia en base a: CERES, Encuesta Multi-Modo sobre Polarización, Ciudadanía y Datacción SRL., Diciembre de 2020.

Como se ve, la posición ideológica es en promedio muy similar, con diferencias muy reducidas en
el caso de las dos principales candidaturas, que además tienen desviaciones estándar menores a las
otras.

Si la pugna no estuvo marcada por la ideología política7, lo estuvo por la captura y el uso del poder,
para lo cual se movilizaron o activaron identidades preestablecidas. El meticuloso trabajo de Pablo
Javier Deheza en este mismo libro muestra precisamente la manera en que se activaron identidades
preestablecidas en la campaña electoral 2019 y 2020.

De manera que estaríamos en una polarización que no construye proyectos ni imágenes de futuro
-como se espera de la política en su mejor sentido-, sino que se limita a concebirla como un espacio
en el que pugnan intereses inmediatos y se desarrollan conflictos en los que unos ganan lo que
otros pierden. Es preocupante justamente por eso, porque configura escenarios destructivos y de
relación excluyente entre los opuestos.

B. Medición de la polarización

Considerando la relevancia de la polarización, parece necesario estudiar la posibilidad de medirla


para simplificar su monitoreo en el tiempo y facilitar la detección de tendencias y la comprensión
de sus diferencias sociales y territoriales.

Sabemos que las opiniones de las personas, que juntas van formando sus posiciones políticas e
ideológicas, son cambiantes y con frecuencia incluso contradictorias. No hay en ello nada nuevo ni
sorprendente. La gente está recibiendo y procesando continuamente información y experiencias
que hacen que algo que parece crucial en un momento ya no lo sea a la luz de nuevos datos o en

7 La comparación de los programas de CC y MAS los muestra muy similares en cuanto al rol del Estado y de la
inversión pública, las prioridades de salud y educación, la promesa de conservar lo bueno y corregir errores, la
rutina en temas claves de la política internacional (mar, drogas),, etc. El trabajo de Marcelo Arequipa en este libro
se concentra justamente en la polaridad “masismo/anti masismo” y sus significaciones.

95
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

nuevas circunstancias. Todo registro de opiniones es, en consecuencia, efímero. Refleja el instante
en que se le hicieron las consultas.

Sin embargo, y más allá de la intensa dinámica que caracteriza la mente de una persona, la opinión
pública ha demostrado ser más “estable” y los estudios destinados a captar el humor social o los
estados de ánimo colectivos lo hacen con bastante aproximación y desarrollando métodos y
técnicas cada vez más adecuados para ese propósito.

Gracias a ellos sabemos, por ejemplo, que cuando existe un rango de opciones, frecuentemente las
respuestas se agrupan en torno a un promedio, que suele estar al centro del rango. Por algo a la
curva de distribución que ilustra esas tendencias se la denomina “normal”, y tiene la forma de una
campana simétrica que se levanta por el medio y se reduce en los extremos.

Esa curva puede tener un vértice más agudo si las respuestas se concentran mucho en el medio, o
tener una forma más achatada si lo hacen cerca del medio, ampliándolo de hecho.

Diríamos que eso es lo “normal”. La forma de la curva normal depende del promedio y de la
varianza, que mide la distancia de cada observación con respecto al promedio. Una varianza elevada
implica una curva más achatada y podría captar también la polarización, en la medida en que las
observaciones extremas tienen la mayor distancia respecto del promedio. Pero no es suficiente
porque también puede captar o representar un centro “ancho”, que es algo muy distinto a la
polarización.

Como hemos definido la polarización como un proceso en el que la distribución se desplaza hacia
ambos extremos, achatando la curva normal (empequeñeciendo su centro) pero también acrecen-
tando los extremos, necesitamos un indicador capaz de detectar la magnitud de los extremos y, en
su caso, sus cambios.

Veamos una ilustración ficticia.

Supongamos una pregunta cualquiera que tiene cinco opciones de respuesta en la que 1 es de
rechazo y 5 de aceptación o apoyo total. En tres momentos o muestras diferentes se encuentran
las respuestas registradas en las filas de Situación A, B y C. Las casillas suman horizontalmente 1,
por lo que la situación A podría leerse como que en los extremos 1 y 5 se sitúa el 10% de la
población y al centro 3 el 40%. La situación B es opuesta, con 30% en cada uno de los extremos y
solo 10% al medio. Como veremos en el gráfico, la Sit A reproduce la distribución “normal” en
tanto que la Sit B la más polarizada. La Sit C ilustraría una radicalización hacia los valores de
aceptación.

Cuadro 3. Resultados hipotéticos de una encuesta


Rechazo Poco Tal vez Algo Apoyo
1 2 3 4 5
Sit A 0,1 0,2 0,4 0,2 0,1
Sit B 0,3 0,15 0,1 0,15 0,3
Sit C 0,1 0,15 0,25 0,4 0,2
Fuente: Elaboración propia en base a: CERES, Encuesta Multi-Modo sobre Polarización, Ciudadanía y Datacción SRL., Diciembre de 2020.

96
Polarización y conflicto

Una manera habitual de utilizar la información es obtener el promedio ponderado, convirtiendo la


variable cualitativa en cuantitativa, en cuyo caso el promedio ponderado señalaría más o menos
dónde se ubican las opiniones de la población en cada Situación.

Por ejemplo, en el cuadro ilustrativo de arriba, la situación C arroja un promedio de 3.75, señalando
que las opiniones tienen un sesgo hacia los valores más altos, lo cual corresponde con lo que
muestra su curva. Pero, cosa notable, las situaciones A y B, tan disímiles, tienen el mismo promedio:
3. Por lo tanto, el promedio no es suficiente para detectar polarización.

Otra manera de medir sería simplemente referirse al centro, sea al centro mismo (3 en el ejemplo)
o al centro ampliado (de 2 a 4 en el ejemplo).

Si en la ilustración nos quedamos con el centro mismo, el valor 3, vemos que alcanza al 40% en la
Sit A, y baja al 10% en la Sit B. Pero cuando se toma el centro ampliado, de las posiciones 2 a 4,
encontramos que la Sit A y la Sit C tienen la misma proporción en el centro ampliado, 80%, siendo
que la segunda está fuertemente “radicalizada” hacia la derecha.

Ayudará a comprender mejor el ejemplo si colocamos en un gráfico los datos del cuadro ilustrativo.
Ahí tenemos lo siguiente:

Gráfico 3. Ilustración de los resultados hipotéticos

0.45

0.40

0.35

0.30

0.25 Sit A

0.20 Sit B
Sit C
0.15

0.10

0.05

0.00
1 2 3 4 5

La Sit A muestra una forma de campana con la mayor parte de las respuestas agrupadas en torno
al medio mientras que la situación B ilustra un extremo de polarización, con una campana invertida.
En esa situación el centro se ha vaciado casi por completo.

Si la formación de polos revela un proceso de atracción de posiciones hacia los extremos del rango,
en términos de las curvas es necesario prestar atención sobre todo al levantamiento de los extremos
de la campana, y medir su magnitud de una forma sencilla y comparable.

97
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

Para ello proponemos adaptar un sencillo índice que relaciona las proporciones de respuestas que
se agrupan en los extremos con el máximo posible de polarización8.

La fórmula sería:

(Fa∗Fz)
P=∑
0,25

Donde Fa es la frecuencia de respuestas correspondientes al extremo a. Fz es la frecuencia de


respuestas correspondientes al extremo opuesto z. Y la constante 0,25 supone un máximo de
polarización cuando en cada uno de los extremos se acumula la mitad de la población (es decir
cuando Fa y Fz son iguales a 0,5)9.

Esta medición puede hacerse temporalmente de manera que si P en el tiempo 1 es mayor a P en el


tiempo 2, diríamos que ha aumentado la polarización o, si es menor, que ha disminuido, pudiendo
calcularse la proporción en que ello sucede.

En suma, este índice podría ser utilizado para cada una de las variables seleccionadas. Usemos el
ejemplo anterior

Cuadro 4. Ejemplo de cálculo del Indice de Polarización


Fa Fz Fa * Fz P
1 (mín) 5 (max)
Sit A 0,1 0,1 0,01 0,04
Sit B 0,3 0,3 0,09 0,36
Sit C 0,1 0,2 0,02 0,08
Fuente: Elaboración propia en base a: CERES, Encuesta Multi-Modo sobre Polarización, Ciudadanía y Datacción SRL., Diciembre de 2020.

Como puede verse, el valor más alto de polarización corresponde justamente a la Sit B, con 0,36.

De una manera similar, el índice podría utilizarse para un conjunto de variables N de la siguiente
manera.

(Fa∗Fz)
PG = ∑
0.25N

8 La multiplicación de cualquier par de números del 0 al 1 cuya suma no exceda 1 alcanza su máximo cuando la
diferencia entre ambos números es 0, y eso ocurre cuando el centro se disuelve y por tanto es mayor la distancia
entre los extremos, es decir, la polarización. Al dividir esa multiplicación entre el máximo posible, la relación se
expresa como un índice cuyo máximo es 1 (o 100% si se la expresa en términos porcentuales). El índice que
proponemos es una adaptación al índice de polarización de masas partidarias que proponen Lauka Alban, Jennifer
McCoy y Rengin B. Firat en “Mass Partisan polarization_ Measuring a Relational Concept”, en American
Behavioral Scientist Vol 62(1), pp. 107-136, Sage Publications, 2018.
9 La constante es 2500 cuando se trabaja con porcentajes y no con frecuencias relativas en proporción a 1.

98
Polarización y conflicto

Es decir que la Polarización General PG sería calculada sumando la multiplicación de las


frecuencias de los extremos de cada variable, y dividiendo ese total entre 0,25 por la cantidad N de
variables utilizadas.

Obviamente, este índice PG puede calcularse también para diversos momentos o muestras con la
finalidad de hacer comparaciones temporales o espaciales.

Si las frecuencias relativas están expresadas en porcentajes, el índice será también porcentual. Es
como si a los datos y fórmulas anteriores simplemente se le multiplicara 100.

La utilidad de contar con un método sencillo de medición de la polarización como es el de los


índices propuestos, es que permite sintetizar información abundante cuyo análisis tomaría mucho
tiempo y ocuparía mucho espacio. Adicionalmente, un índice facilita comparaciones ya que puede
calcularse para grupos, para momentos y para lugares diferentes. Por último, puede agregarse y
desagregarse según las necesidades del análisis sin perder eficacia explicativa. Su utilización, en las
siguientes páginas, lo muestra.

C. Indices de polarización en la Bolivia de fines del 2020

En esta sección se aplicará el medidor propuesto para concentrar la atención en los niveles de
polarización que se dan en la multiplicidad de temas y variables que se indagaron en la encuesta.
Para facilitar la lectura los índices estarán expresados en porcentajes, ya que estamos menos
habituados a los decimales.

En el cuadro siguiente se sintetizan los resultados de ocho preguntas referidas a confianza


institucional, también llamada externa.

Cuadro 5. Confianza externa (índices de polarización)


Entidad IP (%) Tendencia
Tribunales de Justicia 5,49 Rechazo
Tribunal Electoral 7,62
Elecciones 14,43
Asamblea Legislativa 11,79
Partidos 6,89 Rechazo
Gobierno Nacional 15,79
Fuerzas Armadas 13,95
Policía 9,41
Promedio del grupo 10,67
Fuente: Elaboración propia en base a: CERES, Encuesta Multi-Modo sobre Polarización, Ciudadanía y Datacción SRL., Diciembre de 2020.

Como puede observarse, los mayores niveles de polarización se dan en las valoraciones de
confianza respecto al gobierno nacional, a las elecciones y a las Fuerzas Armadas, Esto muestra la
importancia de los eventos de Oct/Nov 2019 en la formación de la opinión. El gobierno atrae la
mayor atención porque es de hecho el objeto de la disputa, las elecciones por la esperanza de que
resuelvan esa disputa y la desconfianza en que lo hagan, y las fuerzas armadas por su rol decisivo
en el periodo: inclinaron la balanza en Noviembre 2019 y actuaron visiblemente en los conflictos
sociales, por la pacificación según algunos, por la represión según los otros,

99
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

En cuanto a la confianza personal, planteada en la pregunta “¿Usted diría que la gente de su barrio o de
su comunidad es muy confiable, algo confiable, poco confiable o nada confiable?”, tenemos el dato de que una
ligera mayoría se ubica entre los que consideran a la gente de su entorno inmediato entre algo y
muy confiable (51,9%). Pero hay importantes diferencias. Hemos calculado el índice por grupos
de acuerdo a diversas categorías: residencia, autopercepción de clase y étnica, y encontramos que
los niveles más altos de polarización interna se dan en los siguientes grupos:

Cuadro 6. Confianza personal (interna)


Grupos específicos IP Tendencia
Tarija 9,37
Beni 15,97
Pando 11,96
Clase Alta 30,73
Clase Baja 8,76
No indígena 7,76
Mojeño 14,27
Fuente: Elaboración propia en base a: CERES, Encuesta Multi-Modo sobre Polarización, Ciudadanía y Datacción SRL., Diciembre de 2020.

Es decir que la confianza interpersonal muestra también opiniones polarizadas sobre todo en la
clase alta (es al mismo tiempo la más confiada y la más desconfiada) y en los departamentos de
Beni, Pando y Tarija, donde también la gente se divide entre los que sienten mucha y poca confianza
en la gente cercana.

En términos de percepciones, un tema relevante es el de la importancia que le da la gente a los


clivajes sociales. Se le preguntó cuán graves consideraba ciertas divisiones y las respuestas muestran
sus preocupaciones y también la forma diferenciada (polarizada) en que se presentan esas
preocupaciones.

Cuadro 7. Percepciones de los clivajes divisorios (Preguntas QV)


Clivajes IP Percepciones Tendencia
Collas / Cambas 22,54 Preocupa
Citadinos / Campesinos 17,53
Jóvenes / Mayores 18,35
Cristianos / No cristianos 18,77
Izquierda / Derecha 25,11 Preocupa
Indígenas / no indígenas 18,93
Oriente / Occidente 19,57 Preocupa
Promedio 20,11
Fuente: Elaboración propia en base a: CERES, Encuesta Multi-Modo sobre Polarización, Ciudadanía y Datacción SRL., Diciembre de 2020.

Como se ve, los índices son considerablemente altos con un promedio de 20,11 puntos, Esto quiere
decir que en estos temas hay grupos importantes a los que la división les preocupa, pero también
que hay otros a los que tales divisiones les parecen poco relevantes. El análisis más detallado del
tema se encuentra en el trabajo de Gonzalo Vargas en este mismo libro. Lo que aquí queremos
resaltar es que las etiquetas políticas de izquierda y derecha, y la división regional (colla/camba y
Oriente/Occidente) tienen al mismo tiempo un alto índice de polarización y también un marcado
sesgo de preocupación.

100
Polarización y conflicto

Esto no quiere decir que esas sean causas de polarización sino de preocupación. Nuevamente,
podría decirse que aquí se está revelando el clima electoral que se ha vivido en el país, y que ha
tratado de activar identidades preexistentes, como izquierda/derecha, que ya hemos visto en los
hechos no pasa de ser muy superficial, o camba/colla, ante la dificultad de plantear proyectos o
propuestas mejor diferenciadas10.

En cuanto a las opiniones y actitudes hacia algunos actores y acciones típicas de la política boliviana,
nos encontramos con los siguientes indicadores.

Cuadro 8. Tolerancia y aceptación


Variables IP Tendencia
Gobierno resolverá los problemas 10,51
Gobierno se preocupa por gente como nosotros 16,34
Castigo directo a delincuentes 5,14 Apoyo
Bloqueos y ocupaciones de calles y caminos 2,08 Rechazo
Promedio 8,52
Fuente: Elaboración propia en base a: CERES, Encuesta Multi-Modo sobre Polarización, Ciudadanía y Datacción SRL., Diciembre de 2020.

Aquí se ve nuevamente repetida la polarización respecto al gobierno, ya sea cuando se pregunta si


lo considera capaz de resolver los problemas del país, como cuando se pregunta se lo considera
preocupado por “gente como nosotros”. Y aunque las posiciones tienden a inclinarse un poco en
favor de que la gente castigue de manera directa a los delincuentes, hay también polarización al
respecto. No la hay en relación a los bloqueos y ocupaciones de calles y caminos, en los que la
tendencia es a rechazar esas formas de protesta.

Cuando concentramos la atención en las opiniones que marcan ideología política, que son las
utilizadas anteriormente al combinarlas para definir las posiciones de la gente, nos encontramos
con el siguiente panorama:

Cuadro 9. Opiniones políticas


Variables IP Tendencia
Todos deben pagar impuestos 3,15 Apoyo
La propiedad privada debe respetarse 1,24 Apoyo
La libertad individual 8,82 Favorable
La igualdad social 9,93 Favorable
La soberanía nacional 7,42 Apoyo
Promedio 6,11
Fuente: Elaboración propia en base a: CERES, Encuesta Multi-Modo sobre Polarización, Ciudadanía y Datacción SRL., Diciembre de 2020.

10 En defensa de los frentes y partidos participantes en las elecciones, habría que reconocer que no podía esperarse
otra cosa dadas las circunstancias. El gobierno de Evo Morales fue muy represivo con los partidos que se le
oponían, no solamente con persecución directa basada en acusaciones judiciales a sus líderes, sino también en una
propaganda sistemática de descrédito de los partidos, a la que se sumó una legislación electoral y de organizaciones
políticas que estuvo claramente destinada a mantenerlos débiles y a obligarlos a improvisar en las campañas. Lo
advertí en mi breve artículo de opinión “Partir a los partidos: la nueva ley”, conservado en https://laserna.word
press.com/2018/09/11/partir-a-los-partidos-la-nueva-ley/

101
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

Las opiniones políticas específicas no parecen provocar posiciones muy polarizadas, El promedio
parra el grupo no es tan alto como en otros casos y las posiciones tienden a agruparse con sesgos
favorables a las ideas planteadas. Aún así, el índice alcanza valores más altos en torno a tres temas
que pueden ser parteaguas ideológicos: la libertad individual, la igualdad social, y la soberanía
nacional. Probablemente si ellos se presentaran como excluyentes entre sí tendríamos una imagen
más y radicalizada de las prioridades.

Finalmente, observemos tres variables que cuestionan la actitud de la gente respecto al uso de la
fuerza en la política. Las tendencias para las tres son de rechazo, es decir, de afirmación de la paz
y la gradualidad en el cambio, como puede verse también en los trabajos de Efraín Gómez Lara e
Ilze Monasterios. Pero además hay una baja polarización respecto de las tres, por lo que el sesgo
consensual podría considerarse bastante fuerte.

Cuadro 10. La acción directa en la política


Temas IP Tendencia
Cambiar democracia por la fuerza 2,82 Desacuerdo
Cambiar la sociedad por la fuerza 1,83 Por la paz
A veces es necesario enfrentarse en la calle 2,35 Rechazo
Promedio 2,33
Fuente: Elaboración propia en base a: CERES, Encuesta Multi-Modo sobre Polarización, Ciudadanía y Datacción SRL., Diciembre de 2020.

Hasta aquí aplicamos el índice de polarización que nos mostró su capacidad de síntesis. En poco
más de tres páginas pasamos revista 34 variables que, en ausencia de ese instrumento, nos hubiera
tomado exponer una cantidad similar de cuadros o gráficos, extendiendo excesivamente cualquier
presentación.

Concluyamos entonces con una propuesta de “termómetro de polarización” a partir de lo


aprendido en esta revisión de los datos.

D. Termómetro de polarización

El termómetro de polarización no es más que un índice combinado de la polarización en un


número predeterminado de variables. De la revisión anterior y los estudios focales realizados en el
marco del proyecto, planteamos considerar tres áreas temáticas: la confianza, tanto externa como
interna, la tolerancia o aceptación de acciones colectivas, y los valores ideológicos. Y si
seleccionamos no más de seis variables, dado que es un número manejable de variables que pueden
incorporarse en encuestas regulares y que por tanto permitiría tener datos en serie temporal,
tendríamos la siguiente selección:

Confianza

Confianza en el gobierno Pregunta B14. ¿Hasta qué punto confía en el Gobierno Nacional?: Mucho, Algo,
Poco, Nada

Confianza interpersonal Pregunta IT1. Usted diría que la gente de su barrio o de su comunidad es: Muy
confiable, Algo confiable, Poco confiable, Nada confiable.

102
Polarización y conflicto

Tolerancia a hechos

Actitud hacia bloqueos. PV6. ¿Qué tan de acuerdo está en que las personas ocupen calles y haga bloqueos para
protestar?: Muy de acuerdo, De acuerdo, En desacuerdo, Muy en desacuerdo

Cambio por la fuerza RB10. La democracia del país está mal y hay que cambiarla por la fuerza: Muy de
acuerdo, De acuerdo, En desacuerdo, Muy en desacuerdo

Valores políticos

Libertad individual PV9. Qué tan importante es para usted la libertad individual? Diría que es: Mucho, Algo,
Poco o Nada importante?

Igualdad social PV10. Qué tan importante es para usted la igualdad social? Diría que es: Mucho, Algo,
Poco o Nada importante?

Como se ve, el rango posible de respuestas se limita a cuatro, dos que definen el centro, y las otras
dos los extremos. Es importante que en futuros ejercicios se mantenga la misma escala a fin de
permitir la comparación del dato. Sin duda se alcanzaría más precisión con una escala más amplia,
pero su utilización depende del modo de encuesta. Una encuesta presencial permite mostrar tarjetas
con escaleras ascendentes que facilitan la comprensión del encuestado. Por medio telefónico eso
no es posible y tampoco es aconsejable una escala muy amplia y numérica, por la dificultad de la
abstracción. Esa es la razón por la cual limitamos en la encuesta los rangos a solamente 4 opciones.

Los datos para las seis variables son:

Cuadro 11.
B14, IT1, Usted diría PV6, ¿Qué tan de acuerdo RB10, La PV9, ¿Qué tan PV10, ¿Qué
¿Cuánto que la gente de su está en que las personas democracia del importante es para tan importante
confía en el barrio o de su ocupen calles y haga país está mal y usted la libertad es para usted
Gobierno comunidad es bloqueos para protestar? hay que individual? la igualdad
Nacional? confiable [leer alternativas] cambiarla por la social?
fuerza,
Mucho 16,1 17,9 2,9 6,8 70,7 73,2
Algo 23,4 33,9 23,1 34,3 17,3 13,0
Poco 31,8 34,6 54,5 45,4 7,6 8,7
Nada 24,5 9,8 17,9 10,4 3,1 3,4
No sabe 3,7 3,0 1,2 2,3 1,0 1,4
No responde 0,5 0,7 0,3 0,8 0,3 0,2
Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
IP 15,7887 7,0363 2,0752 2,8178 8,8198 9,9298
Fuente: Elaboración propia en base a: CERES, Encuesta Multi-Modo sobre Polarización, Ciudadanía y Datacción SRL., Diciembre de 2020.

Aplicando la fórmula general a los 6 índices calculados (que es lo mismo que obtener su promedio
simple) obtenemos el valor del termómetro de polarización para Diciembre 2020: 7,7467

103
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

Cuadro 12.
Pregunta Variable IP
B14 Gobierno (confianza) 15,79
IT1 Confianza interpersonal 7,04
PV6 Bloqueos en protestas 2,08
RB10 Cambio forzado 2,82
PV9 Libertad Individual 8,82
PV10 Igualdad social 9,93
Indice General de Polarización 7,7467
Fuente: Elaboración propia en base a: CERES, Encuesta Multi-Modo sobre Polarización, Ciudadanía y Datacción SRL., Diciembre de 2020.

La ilustración gráfica de dichos datos es la siguiente:

Gráfico 4. Termómetro de polarización

Polarización General

PV10. Importancia de la igualdad social

PV9. Importancia de la libertad individual

RB10. Acuerdo en cambiar la democracia por la fuerza.

PV6. ¿Acuerdo está en que las personas ocupen calles y haga


bloqueos

IT1. Confianza la gente de su barrio o comunidad

B14. ¿Confianza en el Gobierno?

0 2 4 6 8 10 12 14 16 18
Fuente: Elaboración propia en base a: CERES, Encuesta Multi-Modo sobre Polarización, Ciudadanía y Datacción SRL., Diciembre de 2020.

Lo que el cuadro y el gráfico anterior muestran es que el nivel actual de polarización, que aún no
sabemos si es más alto o más bajo que hace un par de años, está fuertemente marcado por la
disparidad del electorado en cuanto a la confianza, sobre todo hacia el gobierno pero no
únicamente.

También se detectan importantes diferencias en cuanto a la confianza que tienen los ciudadanos
hacia la gente de su entorno habitual. En segundo lugar, la polarización es ligeramente más alta que
el promedio en los temas referidos a valores políticos, medidos en este caso por la importancia que
le dan a la libertad individual y a la igualdad social.

Finalmente, en este momento no parece haber una opinión polarizada en relación al uso político
de la fuerza. Es posible que las variables de confianza y opinión sobre la fuerza sean más sensibles
a cambios de corto plazo y por tanto influyan más rápidamente en el comporta miento del índice
general. Por otro lado, es también posible que los valores políticos cambien más lentamente y
puedan considerarse por ello más determinantes, se diría que estructurales. Esto es algo que lo

104
Polarización y conflicto

sabremos cuando podamos disponer de series temporales más largas, que surgirán del uso del
termómetro a partir de la incorporación de las 6 variables sugeridas en futuras encuestas 11.

E. Conclusiones

Las constataciones iniciales señalaban que la polarización en Bolivia no era tan alta como se
suponía, salvo en algunos temas específicos y muy vinculados a la coyuntura electoral de 2019-
2020. Esos temas proyectan una imagen de división que preocupa mucho a la gente, aún cuando
es la misma gente la que toma posiciones en base a etiquetas identitarias.

Los datos también sugieren que la responsabilidad fundamental en estos procesos recae en los
liderazgos políticos y sociales, Son ellos los que polarizan, en su afán por asegurarse el apoyo de la
gente a partir de sus identidades y de sus miedos, pero sin ofrecerles propuestas de futuro que
puedan construirse de una manera en la que se generen lugares para todos,

En este trabajo hemos desarrollado y aplicado una propuesta metodológica para estudiar la
polarización a través de índices de muy sencillo cálculo, que permiten comparar diversas variables
así como agregarlas en conjuntos de mayor relevancia. Su elevado poder explicativo quedó
demostrado al sintetizar en unos pocos cuadros una gran cantidad de resultados obtenidos en las
encuestas.

En base a esa experimentación proponemos al final un índice general a base de una combinación
de variables que representan tres factores fundamentales de la polarización, tal como fueron
detectados en los grupos focales y los estudios específicos. Ese índice general puede denominarse
“termómetro de polarización” si se lo utiliza para medir el fenómeno a lo largo del tiempo.

La medición realizada en base a la encuesta multi modo nos muestra una polarización marcada por
la desconfianza y moderada por el rechazo a la violencia, pero en la que los valores ideológicos
pueden jugar un papel importante.

Muchos temas han quedado fuera del análisis dado el escaso tiempo disponible. Será muy
importante para una mejor comprensión del problema un análisis más detallado de los discursos y
las actitudes de los líderes y las organizaciones políticas, así como de los medios de comunicación,
que no solamente orientan a la opinión pública, sino que con frecuencia son una suerte de caja de
resonancia de las posiciones más extremas. En este orden, como lo sugiere el capítulo de Santiago
Laserna, el rol de las redes sociales podría ir aumentando a medida que se amplía e intensifica su
utilización.

Por supuesto, esto puede ocurrir en cualquier momento y con cualquier tema, y no tendría que
considerarse motivo de estudio o preocupación por sí mismo, De hecho, muchos temas plantean
opciones excluyentes entre sí en las que no hay lugar para el centro,

La polarización adquiere relevancia cuando ocurre simultáneamente en varios temas y los mismos
tienen ciertas importancia social o política, o la adquieren precisamente por la polarización simul-

11 En el Anexo se hace un ensayo de aplicación del termómetro a la base de datos de LAPOP seleccionando cuatro
variables para las cuales se tienen datos en el periodo 1998 a 2019. El ensayo confirma la facilidad de uso del
instrumento y su potencia explicativa.

105
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

tánea en una diversidad de temas, lo que va creando polos sociales o políticos que se conciben
antagónicos con respecto a los otros, y se empiezan a tratar de manera mutuamente excluyente,

En otras palabras, lo importante es observar si el vaciamiento del centro o el abultamiento en los


extremos ocurre simultáneamente en varios temas, y si los protagonistas son también similares o
los mismos, de manera que a la polarización se le vayan sobreponiendo rasgos identitarios o
liderazgos comunes, lo cual permitiría suponer que se están formando movimientos políticos o
sociales que en algún momento podrían convertir sus opiniones y posiciones en argumentos de
acción excluyente o destructiva del otro polo, percibido como antagónico,

Es decir que, en ciertos casos, la polarización podría estar sentando las bases de una confrontación,
es decir, de un conflicto que, mediante la acción, acentuaría la polarización en un espiral que
aumentaría los riesgos de la violencia,

Obviamente, no toda polarización es conflictiva ni conduce necesariamente a la violencia, Lo que


es necesario es identificar y caracterizar el proceso de formación de polos, analizar su estabilidad y
observar si se producen coincidencias y si las temáticas van ganando primacía,

La idea del “termómetro” de polarización busca aportar a dicha tarea a través de un sistema de
medición sobre una y diversas variables a la vez, que podría funcionar como un detonante de
análisis más específicos.

106
Polarización y conflicto

Anexo 1 al capítulo. La Polarización boliviana en retrospectiva

En este breve anexo mostramos la aplicación parcial del Termómetro de Polarización para observar
la evolución de la tendencia entre 1998 y 2019, utilizando las encuestas del programa LAPOP.

Por supuesto, no contamos con las mismas variables y los mismos rangos por lo que estos datos
no son comparables con los obtenidos con la encuesta más reciente. Pero logramos seleccionar
cuatro variables muy similares a las propuestas para el termómetro y que todas tienen los mismos
rangos para el periodo considerado. Con ellas calculamos los índices para cada variable y cada año,
así como un índice general para cada año.

La línea más gruesa representa el índice general y muestra una tendencia creciente, lo que indica
que en los 20 años captados en las encuestas se habría registrado un aumento en la polarización
social bastante significativo pues el valor del 2019 casi alcanza a duplicar el de 1998.

Como habíamos anticipado, algunas variables son más sensibles a cambios en el corto plazo, como
las de confianza y actitud hacia el uso de la fuerza política, en tanto que las que aluden a valores
políticos parecen ser más estables en su tendencia. En este caso, crece la polarización sobre el rol
del Estado en la redistribución, pero no muestra oscilaciones fuertes como las otras variables.

Índice de Polarización (parcial)


10
9
8
7
6
5
4
3
2
1
0
1998 2008 2010 2012 2019

Gobierno Conf Person Bloqueos Ipol Redistribución

Fuente: LAPOP, Rondas 1998 a 2019.

El termómetro aplicado de este modo muestra también que cambia con el tiempo y la coyuntura
la incidencia que tienen los diversos factores. Por ejemplo, al comenzar el periodo la polarización
en la confianza personal era más elevada que en la confianza en el gobierno, que resulta más
polarizante hacia 2019. La aceptación o no de los bloqueos como forma de protesta muestra un
comportamiento fuertemente inestable, por lo que podría decirse que capta la “coyuntura política”
mientras que la opinión sobre el rol del estado captaría la “estructura ideológica”.

107
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

Anexo 2 al capítulo.

B14. Cuánto confía Ud. en el Gobierno Nacional?


Departamento Mucho Algo Poco Nada No sabe No responde Total
Chuquisaca 17 25 61 36 4 1 144
La Paz 83 111 147 79 19 3 442
Cochabamba 75 87 134 74 11 0 381
Oruro 19 37 33 19 2 1 111
Potosí 16 45 35 43 4 0 143
Tarija 7 19 23 12 1 0 62
Santa Cruz 84 123 173 223 27 4 634
Beni 29 29 56 33 9 1 157
Pando 8 11 25 13 1 0 58
Total 338 487 687 532 78 10 2132
Condición indígena
No 78 133 256 250 24 3 744
Si 251 336 412 263 51 8 1321
No sabe 5 17 14 19 3 0 58
No responde 3 1 5 1 0 0 10
Total 337 487 687 533 78 11 2133
Tamaño Municipio
Grandes + 250 188 234 345 260 43 5 1075
Medianos 40-250 72 111 165 122 15 1 486
Pequeños menos de 40 74 134 163 143 20 5 539
No Responde 3 7 13 8 0 0 31
Total 337 486 686 533 78 11 2131
Fuente: CERES. Encuesta Multi-modo Ciudadanía-Datacción, Diciembre 2020

IT1. Usted diría que la gente de su barrio o de su comunidad es [Leer alternativas)


Muy Algo Poco Nada
Departamento confiable confiable confiable confiable NS No responde Total
Chuquisaca 23 51 58 8 4 0 144
La Paz 62 176 151 36 15 2 442
Cochabamba 75 121 132 38 11 4 381
Oruro 16 43 40 7 2 2 110
Potosí 19 54 49 19 1 0 142
Tarija 10 20 20 9 3 0 62
Santa Cruz 128 200 224 61 16 6 635
Beni 41 35 51 24 6 0 157
Pando 13 15 24 8 0 0 60
Total 387 715 749 210 58 14 2133
Condición indígena
No 141 254 251 76 16 5 743
Si 239 438 479 119 38 7 1320
No sabe 6 20 18 9 3 1 57
No responde 1 2 2 4 0 1 10
Total 387 714 750 208 57 14 2130
Tamaño Municipio
Grandes + 250 211 353 363 109 32 8 1076
Medianos 40-250 80 156 186 49 14 2 487
Pequeños menos de 40 92 195 193 45 10 4 539
No Responde 5 11 8 6 2 0 32
Total 388 715 750 209 58 14 2134
Fuente: CERES. Encuesta Multi-modo Ciudadanía-Datacción, Diciembre 2020

108
Polarización y conflicto

PV6. ¿Qué tan de acuerdo está en que las personas ocupen calles y haga bloqueos
Departamento Muy de En Muy en
acuerdo De acuerdo desacuerdo desacuerdo No sabe No responde Total
Chuquisaca 7 31 81 27 0 0 146
La Paz 10 72 249 107 6 0 444
Cochabamba 5 74 222 76 4 0 381
Oruro 1 23 64 21 0 1 110
Potosí 3 43 81 14 1 1 143
Tarija 0 13 35 12 2 1 63
Santa Cruz 36 190 313 85 7 3 634
Beni 3 33 91 24 4 1 156
Pando 1 19 32 5 1 0 58
Total 66 498 1168 371 25 7 2135
Condición indígena
No 25 178 398 135 7 1 744
Si 39 296 738 228 14 5 1320
No sabe 2 21 27 3 4 0 57
No responde 0 3 3 4 0 0 10
Total 66 498 1166 370 25 6 2131
Tamaño Municipio
Grandes + 250 35 267 584 174 11 4 1075
Medianos 40-250 19 105 263 90 6 3 486
Pequeños menos de 40 10 119 304 101 6 0 540
No Responde 2 7 16 4 1 0 30
Total 66 498 1167 369 24 7 2131
Fuente: CERES. Encuesta Multi-modo Ciudadanía-Datacción, Diciembre 2020

RB10. La democracia del país está mal y hay que cambiarla por la fuerza.
Departamento Muy de En Muy en
acuerdo De acuerdo desacuerdo desacuerdo No sabe No responde Total
Chuquisaca 13 61 54 13 3 1 145
La Paz 32 151 188 59 10 3 443
Cochabamba 22 130 167 49 11 1 380
Oruro 7 28 58 14 1 1 109
Potosí 12 50 68 11 0 1 142
Tarija 4 20 31 6 2 0 63
Santa Cruz 44 225 288 56 14 7 634
Beni 6 61 75 8 5 2 157
Pando 2 24 27 4 1 0 58
Total 142 750 956 220 47 16 2131
Condición indígena
No 50 247 348 80 14 5 744
Si 89 481 577 135 27 12 1321
No sabe 2 18 29 2 5 0 56
No responde 1 2 3 4 0 0 10
Total 142 748 957 221 46 17 2131
Tamaño Municipio
Grandes + 250 70 404 463 108 28 3 1076
Medianos 40-250 35 156 227 54 8 7 487
Pequeños menos de 40 36 182 249 56 10 6 539
No Responde 2 7 18 2 2 0 31
Total 143 749 957 220 48 16 2133
Fuente: CERES. Encuesta Multi-modo Ciudadanía-Datacción, Diciembre 2020

109
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

PV9. Qué tan importante es para usted la libertad individual?


Departamento Mucho Algo Poco Nada No sabe No responde Total
Chuquisaca 88 33 18 4 1 0 144
La Paz 310 77 36 16 4 0 443
Cochabamba 267 68 25 17 1 2 380
Oruro 71 26 12 2 0 0 111
Potosí 96 33 11 3 0 0 143
Tarija 47 10 3 1 1 0 62
Santa Cruz 470 94 41 18 8 2 633
Beni 112 21 16 5 1 1 156
Pando 44 10 1 0 2 1 58
Total 1505 372 163 66 18 6 2130
Condición indígena
No 559 113 42 19 11 0 744
Si 900 249 114 45 6 6 1320
No sabe 38 9 6 3 2 0 58
No responde 8 1 1 0 0 0 10
Total 1505 372 163 67 19 6 2132
Tamaño Municipio
Grandes + 250 759 183 77 39 14 4 1076
Medianos 40-250 342 78 43 18 4 1 486
Pequeños menos de 40 387 100 41 10 1 1 540
No Responde 17 10 3 1 1 0 32
Total 1505 371 164 68 20 6 2134
Fuente: CERES. Encuesta Multi-modo Ciudadanía-Datacción, Diciembre 2020

PV10. Qué tan importante es para usted la igualdad social?


Departamento Mucho Algo Poco Nada No sabe No responde Total
Chuquisaca 101 26 9 9 0 0 145
La Paz 332 61 34 12 4 0 443
Cochabamba 294 39 28 13 5 1 380
Oruro 82 15 12 1 0 0 110
Potosí 103 13 18 6 1 2 143
Tarija 41 8 8 2 3 0 62
Santa Cruz 470 71 57 23 12 1 634
Beni 108 24 17 5 1 1 156
Pando 48 7 2 1 0 0 58
Total 1579 264 185 72 26 5 2131
Condición indígena
No 545 101 54 30 13 1 744
Si 994 154 123 38 9 3 1321
No sabe 35 7 8 4 4 0 58
No responde 5 3 1 1 0 0 10
Total 1579 265 186 73 26 4 2133
Tamaño Municipio
Grandes + 250 782 133 92 49 16 3 1075
Medianos 40-250 349 69 49 12 7 0 486
Pequeños menos de 40 430 57 38 10 3 1 539
No Responde 18 6 7 1 0 0 32
Total 1579 265 186 72 26 4 2132
Fuente: CERES. Encuesta Multi-modo Ciudadanía-Datacción, Diciembre 2020

110
Polarización y conflicto

Ficha Técnica

Los datos presentados provienen de dos muestras de alcance nacional, una telefónica y otra
presencial, totalizando 2.213 casos en total.

La muestra presencial fue realizada por Ciudadanía entre el 27 de Noviembre y el 5 de Diciembre


de 2020, en una selección aleatoria de municipios en los 9 departamentos del país, en base a un
procedimiento polietápico de muestreo que permitió obtener datos a 1.200 personas mayores de
edad con un margen de error de +/-2,8 puntos al 95% de confianza.

Se tomaron todos los recaudos para preservar el anonimato de los encuestados y se hizo una estricta
supervisión de los encuestadores, registrando la ubicación por GPS y escuchando el 80% de las
encuestas, pues ellas fueron grabadas al tomarse los datos.

La muestra telefónica fue realizada por Datacción SRL. entre el 30 de Noviembre y el 7 de


Diciembre de 2020, en base a una selección aleatoria simple del total de rangos de números
telefónicos asignados en el país. El procedimiento fue totalmente aleatorio y se inició con un
mensaje de voz enviado a 20 mil casos para consultar previamente su disposición a participar de la
encuesta. Se obtuvieron 1.013 encuestas a personas mayores de 18 años con un margen de +/-3,08
puntos al 95% de confianza. Se considera que el universo muestra es el 86% de la población adulta
boliviana que, de acuerdo a información estadística del INE, tiene acceso a la telefonía celular.

El diseño de las boletas y los procedimientos muestrales realizados permiten analizar las dos
muestras por separado o agregarlas, como se ha hecho en general en el proyecto.

El procedimiento multi-modo ha sido supervisado por especialistas y es objeto de un análisis


metodológico especializado que permitirá comparar ambos métodos y apreciar sus diferencias y las
ventajas o desventajas que ellas pudieran ofrecer.

111
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

Anexo 3 al capítulo. Datos12

Satisfacción con el funcionamiento de la democracia (PN4)


Muy Muy
satisfecho Satisfecho Insatisfecho insatisfecho No
Departamento (a) (a) (a) (a) No sabe responde Total
Chuquisaca 1 55 62 23 3 0 144
La Paz 14 149 199 54 21 7 444
Cochabamba 16 127 168 48 15 6 380
Oruro 1 35 58 11 4 2 111
Potosí 8 49 63 14 7 2 143
Tarija 1 20 29 7 5 1 63
Santa Cruz 13 146 349 95 19 12 634
Beni 4 33 81 19 13 6 156
Pando 2 20 25 10 1 0 58
Total 60 634 1034 281 88 36 2133
Sexo
Masculino 34 321 448 115 27 19 964
Femenino 27 313 587 167 59 16 1169
Total 61 634 1035 282 86 35 2133
Pertenencia indígena
No 18 158 409 129 23 9 746
Si 42 459 594 147 56 23 1321
No sabe 2 14 28 6 8 1 59
No responde 0 3 5 0 0 2 10
Total 62 634 1036 282 87 35 2136
Grupo de edad
Menores de 30 19 241 381 106 31 11 789
31 a 45 24 211 352 98 32 14 731
45 a 60 15 135 213 53 20 7 443
61 y más 4 47 87 25 2 3 168
Total 62 634 1033 J no 85 35 2131
Condición urbana
Mpios. grandes + 250 29 344 511 127 45 20 1076
Mpios medianos 40-250 14 144 229 70 20 9 486
Mpios pequeños 17 140 278 82 18 6 541
(rurales)
No Responde 1 7 17 3 3 0 31
Total 61 635 1035 282 86 35 2134
Fuente: CERES. Encuesta Multi-modo Ciudadanía-Datacción SRL., Diciembre 2020

12 Las sumas del total no son siempre las mismas porque el procesamiento se basa en la muestra ponderada y los
datos son redondeados automáticamente por el programa para tener valores absolutos que representan personas.

112
Polarización y conflicto

Expectativas en los próximos 12 meses (IDIO2P)


Departamento Mejor Igual Peor No sabe No responde Total
Chuquisaca 56 31 38 20 0 145
La Paz 237 89 51 61 6 444
Cochabamba 201 62 58 56 3 380
Oruro 56 22 15 15 2 110
Potosí 57 39 31 15 1 143
Tarija 33 9 11 9 0 62
Santa Cruz 262 136 119 112 4 633
Beni 66 34 32 21 3 156
Pando 24 10 7 18 0 59
Total 992 432 362 327 19 2132
Sexo
Masculino 469 200 145 141 9 964
Femenino 522 232 218 186 10 1168
Total 991 432 363 327 19 2132
Pertenencia indígena
No 319 194 138 89 5 745
Si 647 228 215 218 13 1321
No sabe 20 11 9 18 1 59
No responde 7 0 1 2 0 10
Total 993 433 363 327 19 2135
Grupo de edad
Menores de 30 353 153 139 136 8 789
31 a 45 345 130 134 114 10 733
45 a 60 206 113 65 58 2 444
61 y más 87 37 25 19 0 168
Total 991 433 363 327 20 2134
Condición urbana
Mpios. grandes + 250 476 209 204 176 10 1075
Mpios medianos 40-250 237 93 78 78 0 486
Municipios pequeños (rurales) 265 124 79 63 9 540
No Responde 13 6 2 9 0 30
Total 991 432 363 326 19 2131
Fuente: CERES. Encuesta Multi-modo Ciudadanía-Datacción SRL., Diciembre 2020

113
Polarización y conflicto – Midiendo los riesgos de la violencia

Puede el gobierno de Arce resolver los problemas del país? (PV1)


Departamento Mucho Algo Poco Nada No sabe No responde Total
Chuquisaca 17 61 31 23 11 1 144
La Paz 144 176 73 28 17 5 443
Cochabamba 114 135 80 31 15 5 380
Oruro 28 43 27 6 6 0 110
Potosí 32 61 21 24 4 0 142
Tarija 17 26 12 3 4 0 62
Santa Cruz 165 198 157 89 23 3 635
Beni 41 50 46 11 8 0 156
Pando 19 21 12 2 4 1 59
Total 577 771 459 217 92 15 2131
Condición indígena
No 146 266 187 111 31 4 745
Si 417 480 257 101 53 13 1321
No sabe 11 23 12 4 8 0 58
No responde 4 3 2 1 0 0 10
Total 578 772 458 217 92 17 2134
Sexo
Masculino 265 373 201 92 28 5 964
Femenino 312 398 257 125 64 12 1168
Total 577 771 458 217 92 17 2132
Grupo de edad
Menores de 30 208 273 180 86 33 8 788
31 a 45 194 271 147 77 38 4 731
45 a 60 122 171 90 40 17 3 443
61 y más 54 56 41 13 4 1 169
Total 578 771 458 216 92 16 2131
Condición urbana
Mpios. grandes + 250 286 405 232 100 46 8 1077
Mpios medianos 40-250 124 169 107 57 28 2 487
Municipios pequeños (rurales) 159 189 114 58 13 6 539
No Responde 9 9 6 2 6 0 32
Total 578 772 459 217 93 16 2135
Fuente: CERES. Encuesta Multi-modo Ciudadanía-Datacción SRL., Diciembre 2020

114
Informe de la calidad de los resultados obtenidos
Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social

Ludwing Ernesto Torres Carrasco*


Diciembre de 2020

Resumen
El presente informe da cuenta de criterios técnicos para verificar la calidad de los re-
sultados del Proyecto de Polarización en Bolivia, utilizando la base de datos multimodal
(BDM) que toma en cuenta el relevamiento de información de la encuesta presencial y
la telefónica de manera conjunta, construyendo factores de expansión y estratificación de
riqueza. La construcción y uso de los factores de expansión para la BDM, considera co-
mo referente procesos estadı́sticos mayores como son las Encuestas de Hogares (EH) del
Instituto Nacional de Estadı́stica 2017, 2018, 2019 y el Censo Nacional de Población y
Vivienda 2012 (CNPV), replicando concordantemente su estructura y proyección pobla-
cional. Mediante la construcción de un factor de expansión que considera la base de datos
con observaciones completas, se replica la estructura de procesos estadı́sticos mayores,
genera su composición de estratos sociales de manera consistente; para ello se hizo una
conjunción de técnicas, que comprenden la compatibilización de variables entre procesos
estadı́sticos, la microestimación a niveles propios de la BDM en las proporciones de in-
terés y el cálculo de un indicador generado por componentes principales que estratifica
las observaciones en quintiles de riqueza. Los resultados muestran que la aplicación de
los factores de expansión, generan cambios poco marcados, en la base de datos conjunta.
La aplicación de los factores de expansión, generan cambios marginales en la aplicación
conjunta del ponderador, argumento que sustenta el criterio de procesar resultados auto-
ponderados, sin embargo, no es el caso al considerar los datos de manera aislada, es decir
ver solo las observaciones para la encuesta presencial, o solo las observaciones para la en-
cuesta telefónica, donde los sesgos son evidentes. El resultado final sobre la calidad de los
datos relaciona utilizar la BDM, de manera conjunta, como un proceso estadı́stico, que en
el relevamiento de datos, se complementa entre modalidades.

Palabras clave: Polarización, encuesta presencial, encuesta telefónica, factor de expansión,


quintiles de riqueza.

*
Los puntos de vista y opiniones contenidas en el documento no necesariamente reflejan la posición de ninguna
institución con la que el autor está afiliado. Los errores, omisiones o virtudes en el documento son de exclusiva
responsabilidad de su autor. Para mayores referencias y consultas contactarse con Ludwing Torres, cel.: (591) -
72540105, correo electrónico: ludwingtorres@hotmail.com

1
Índice

1. Antecedentes 3

2. Estructura, proceso y contenido de los informes de evaluación de datos y calidad


de resultados 3

3. Metodologı́a para la construcción del factor de expansión 4

4. Análisis de variables coincidentes entre las encuestas de hogares, el censo y la base


de datos multimodal 5
4.1. Estimación de proporciones poblacionales de micronivel para la base de datos
multimodal utilizando variables coincidentes entre las encuestas de hogares,
censo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
4.2. Construcción de la variables de estratificación social para la base de datos mul-
timodal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
4.3. Construcción del factor de expansión en la base de datos multimodal . . . . . . 8

5. Resultados de la base de datos multimodal 8

6. Conclusiones 17

Referencias 17

Índice de figuras
1. Esquema del proceso del proyecto de termómetro de polarización para el análi-
sis de datos y resultados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4
2. Quintiles socioeconómicos por departamento, sin factor de expansión para la
base de datos multimodal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
3. Quintiles socioeconómicos por departamento, con factor de expansión para la
base de datos multimodal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12
4. Quintiles socioeconómicos por departamento, sin factor de expansión para la
encuesta presencial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
5. Quintiles socioeconómicos por departamento, con factor de expansión para la
encuesta presencial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
6. Quintiles socioeconómicos por departamento, sin factor de expansión para la
encuesta telefónica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
7. Quintiles socioeconómicos por departamento, con factor de expansión para la
encuesta telefónica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16

Índice de tablas
1. Esquema de compatibilización de variables de la base de datos multimodal con
variables coincidentes de las encuestas de hogares y el censo . . . . . . . . . . 6
2. Resultados de la base de datos multimodal con y sin factor de expansión . . . . 9
3. Estadı́sticos del peso de la base multimodal por variables observables . . . . . 10

2
1. Antecedentes
El Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (CERES) viene desarrollando el
Proyecto Termómetro de Polarización, el cual busca detectar la emergencia de conductas fa-
vorables o tolerantes a comportamientos y actitudes violentas, a través de estudios de opinión
basados en revisión de bases de datos, grupos focales y encuestas de alcance nacional.

La intención fundamental es la de crear mecanismos de alerta temprana que ayuden a redu-


cir las probabilidades de violencia polı́tica en Bolivia, buscando alertar con anticipación sobre
la posible emergencia de situaciones de violencia, y de persuadir a las autoridades y a quienes
tienen influencia en la opinión pública.

El estudio se basa en una combinación de métodos de recolección de datos, entre los que se
encuentran los grupos focales que exigen una interacción directa entre grupos de personas y
moderadores, a razón de definir contenidos de una boleta que recaba datos bajo dos modalida-
des: encuesta presencial multietápica (cara a cara) y Encuesta telefónica CATI1

Las dos modalidades de encuesta fueron realizadas por empresas distintas, por un lado la en-
cuesta presencial fue realizada por Ciudadanı́a, y la encuesta CATI, fue realizada por DATAC-
CION.
En este sentido, CERES contrata a un profesional experto en manejo de métodos cuantitati-
vos, estadı́stica, análisis de datos, quien es el autor del presente informe, con los objetivos de
proporcionar asesoramiento técnico en métodos de recolección de datos al proyecto, desde el
diseño de la muestra y la boleta hasta la preparación de la base, y ası́ también revisar la calidad
de los resultados obtenidos y compararlos entre modalidades.

Los resultados del análisis encomendado se presentan en dos informes, uno primero que con-
templa un informe de la evaluación de los datos obtenidos, y un segundo informe de la calidad
de los resultados; el presente documento es el segundo de los dos informes que enfatizará en
la construcción de complementaciones técnicas en la base de datos para dar paso al análisis de
los resultados.

2. Estructura, proceso y contenido de los informes de eva-


luación de datos y calidad de resultados
El Proyecto Termómetro de Polarización, que en su proceso realizó estudios de opinión
basados en revisión de bases de datos, grupos focales y encuestas de alcance nacional, para el
análisis de datos y resultados se lo estructura como se describe en la figura 1, a continuación.

Lo que presenta la figura 1 es una esquematización del proceso del proyecto, donde el elemento
central es el termómetro de polarización. Este proceso, para su análisis de datos y resultados, se
lo ha dividido en 3 fases, una primera ex ante al trabajo de campo, donde se realizó un rastreo
de investigaciones, conceptualizaciones sobre la temática, que también como soporte insumió
información proveniente de grupos focales de interés a razón de lograr un trabajo preparatorio
1
La encuesta telefónica CATI, comprende una entrevista telefónica asistida por computador, relaciona el
acrónimo en inglés: Computer Assisted Telephone Interview.

3
y la generación de la boleta a aplicarse en campo.

La segunda fase, de campo, comprende la realización de las encuestas en sus dos modalida-
des presencial y telefónica, para en una tercera fase ex post, se tiene los principales resultados
de este proceso de relevamiento de fase 2, comprendiendo la base de datos, informes, como el
que ahora es propósito el presente documento y publicaciones de corte académico cientı́fico.

Se debe señalar que este proceso deja de lado el trabajo de coordinación de los diferentes
equipos de trabajo, ası́ como las reuniones de inducción, o las presentaciones preliminares de
resultados, entre otros, que están fuera del alcance de análisis de lo que comprende verificar
datos y resultados.

Es ası́, que los informes se estructuran en la lógica del proceso presentado en figura 1, te-

Figura 1. Esquema del proceso del proyecto de termómetro de polarización para el análi-
sis de datos y resultados

Fuente: Elaboración propia, en base a la explicación brindada por


el Dr. Roberto Laserna, en reunión Zoom de 5 de noviembre de 2020.

niendo en un primer informe de evaluación de datos obtenidos, anterior a este, donde se brindó
la mirada analı́tica comparativa entre modalidades, presencial y telefónica, de la fase ex ante, en
el presente informe se dará cuenta de la mirada ex post, analizando los resultados logrados con
la base de datos final, y para ello, se explorará en variables coincidentes entre modalidades, ası́
como la construcción del factor de expansión en sección 3, para luego verificar las principales
tabulaciones, expresadas en representaciones gráficas.

3. Metodologı́a para la construcción del factor de expansión


El apunte metodológico para la construcción del factor de expansión para la base de datos
multimodal2 da cuenta de una estrategia de estimación basada en cuatro elementos conexos,
2
La base de datos multimodal junta la recolección de información de la encuesta presencial y la telefónica en
una sola.

4
primeramente, se relacionan variables coincidentes en tres procesos estadı́sticos de cobertura
nacional, como lo son las encuestas de hogares de los años 2017, 2018, 2019, y el Censo Na-
cional de Población y Vivienda de 2012, que brinda el marco muestral ı́ntegro de la población
nacional, este análisis se lo presenta en la subsección 4.

Con la referencia del análisis comparativo de variables de la base de datos multimodal y los
procesos estadı́sticos más grandes, como son las encuestas de hogares y el censo, se realiza un
proceso de microestimación para cuantificar las proporciones poblacionales actualizadas en las
proporciones de la base de datos conjunta, buscando un balance entre dos consideraciones.

Si bien el CNPV comprende un marco poblacional completo para áreas geográficas reduci-
das, trata de una información con un rezago de una realidad de hace 8 años a la base de datos
multimodal, y por otro lado, las encuestas de hogares, pensemos en la última a disposición de
2019, si bien acorta el rezago temporal, su representatividad es nacional, departamental y de
áreas geográficas, lo que limita la inferencia estadı́stica hacia los estratos y subestratos utiliza-
dos para relevar información de las unidades observacionales en campo.

En este sentido, en subsección 4.1 se acude a una estimación usando las técnicas de (Elbers,
Lanjouw, y Lanjouw, 2003), (Elbers, Lanjouw, y Lanjouw, 2002), (Fujii, 2005), para superar
la limitante referida y poder contar con las proporciones poblacionales de la población asocia-
da a su cobertura y actualizada con proyecciones poblaciones a 2020, luego, se construye una
variables de estratificación socioeconómica, basada en variables que capturan las caracterı́sti-
cas de la vivienda y la tenencia de activos, mismas que se utilizaron de manera coincidente en
el proceso de microestimación, utilizando la técnica de (Filmer y Pritchett, 2001), (Filmer y
Pritchett, 1998), (Neyman, 1992), elemento que se desarrollará en subsección 4.2, para con los
insumos anteriores, construir el factor de expansión en subsección 4.3.

4. Análisis de variables coincidentes entre las encuestas de


hogares, el censo y la base de datos multimodal
El análisis de variables coincidentes entre las encuestas de hogares 2017, 2018, 2019 y el
Censo Nacional de Población y Vivienda es un elemento fundamental para la estrategia de es-
timación, ya que como se indicó anteriormente, es el insumo esencial para la estimación de
proporciones micronivel para la base de datos multimodal, la generación de la estratificación
socioeconómica mediante componentes principales y finalmente la generación del factor de
expansión.

La tabla 1 muestra el esquema de compatibilización de variables de la base de datos multi-


modal con variables coincidentes de las encuestas de hogares y el censo; se debe notar que
como categorı́a base de comparación se utilizan las preguntas textuales de la boleta cuestiona-
rio de la encuesta presencial y telefónica, haciendo la comparación, en función de esta a los
otros procesos estadı́sticos.

Otro elemento de consideración es que si bien existen plenamente concordancia en variables


de la base de datos multimodal, en ı́tems de respuesta, pueden existir divergencias menores, ası́
como en la redacción de la pregunta, pero las cuales son plenamente homologables, teniendo
el cuidado de compatibilizar la función de respuesta en un orden de prelación descendente, si-

5
guiendo el criterio de jerarquización con el que se construyen los componentes del indicador de
pobreza mediante necesidades básicas insatisfechas (Feres y Mancero, 2001), (Calvo y cols.,
2013), (Fresneda Bautista, 2007).

Ası́ también tomar en cuenta, que la tabla 1, refiere que las preguntas de tenencia de activos,
sobre:

Computadora o tablet PC,

Servicio de internet,

Servicio de telefonı́a fija,

Automóvil (para uso del hogar),

No se encuentran plenamente relacionadas como tal en el censo, sı́ en las encuestas de hogares,
para la compatibilización de reviste mayor dificultad, ya que en el análisis de componentes
principales, como relacionan (Wold, Esbensen, y Geladi, 1987), (Abdi y Williams, 2010), se
considerará la variabilidad de todas ellas de manera conjunta, no uno a una, como se verá en
subsección 4.2; situación que también refleja el desfase temporal y criterio técnico, propio de
cada proceso estadı́stico, hacia 2012, el censo no consideró pertinente incluir la consulta servi-
cio de internet, como una consulta individual, y a la vez buscó respetar los ı́tems consultados
en en proceso censal anterior de 2001, donde igualmente no se incluyeron tenencia de bienes
como computador portatil, por referir, algunas modificaciones, las encuestas de hogares, son
procesos estadı́sticos más próximos al Proyecto de Polarización, razón por la que se encuentran
todas las variables coincidentes.

Tabla 1. Esquema de compatibilización de variables de la base de datos multimodal con


variables coincidentes de las encuestas de hogares y el censo
Caracterı́sticas de la vivienda
Base de datos multimodal CNPV EH EH EH
2012 2017 2018 2019
SE1. ¿De qué tipo es la vivienda en X X X X
la que usted vive? Es una casa, un
departamento, cuartos sueltos, una
choza o es otro tipo de vivienda?
SE2. ¿Cuál es el material de cons- X X X X
trucción más utilizado en las pare-
des de la vivienda donde vive?
SE3. ¿Las paredes interiores de esa X X X X
vivienda tienen revoque?
SE4. ¿Cuál es el material más utili- X X X X
zado en los techos de esa vivienda?
Tenencia de activos. En el hogar en el que usted vive tienen,(. . . ):
Base de datos multimodal CNPV EH EH EH
2012 2017 2018 2019
Computadora o tablet PC X X X X
Tienen servicio de internet X X X
Tienen servicio de telefonı́a fija? X X X
Tienen automóvil (para uso del ho- X X X
gar)?

6
4.1. Estimación de proporciones poblacionales de micronivel para la ba-
se de datos multimodal utilizando variables coincidentes entre las
encuestas de hogares, censo
La estimación de proporciones poblacionales de micronivel utilizando variables coinciden-
tes entre las encuestas de hogares, censo y la base de datos multimodal usa la técnica origi-
nalmente planteado por (Elbers y cols., 2002), complementada en (Elbers y cols., 2002), y
mejorada en la estimación de varianzas para áreas reducidas por (Fujii, 2005); la técnica utiliza
las variables coincidentes de procesos estadı́sticos de mayor envergadura, como lo son las en-
cuestas de hogares y el censo, generando una función de predicción, para un proceso estadı́stico
de menor cobertura y actualidad como lo comprende la base de datos del Proyecto de Polari-
zación en Bolivia.
(k)
Teniendo la proporción sih que representa el k-ésimo componente de la proporción propia
de la base de datos multimodal, denotada como el proceso i que pertenece a Ish en el hogar
h 2 Hs del subestrato s 2 S 3 . Para el caso Ish en la base de datos multimodal será el núme-
ro de personas mayores de edad en el subestrato s, y S el número total de subestratos, es ası́
que Pshi
k
será un vector de proporciones de caracterı́sticas observables, permitiendo la siguiente
especificación:
(k) (k) (k)
sih = ↵Pshi + µshi

Asumiendo una perturbación estocástica para el término idiosincrático µkshi , que puede des-
(k)
componerse en el error especı́fico proveniente de la discrepancia del subestrato ⌘s , el error
procedente de la elección de hogares, de los procesos estadı́sticos mayores, como lo son las
(k)
encuestas y el censo, que se engloba en ✏sh y el error especı́fico de la variabilidad individuos
(k)
shi .

4.2. Construcción de la variables de estratificación social para la base de


datos multimodal
Para la estratificación social, se insume la relación de proporciones estimadas de la forma de
subsección anterior, y utilizando la técnica de (Filmer y Pritchett, 1998) y (Filmer y Pritchett,
2001), se aplican componentes principales (que alternativamente podrı́an utilizar, de manera
equivalente, el análisis factorial) para determinar una estratificación de categorı́as sociales uti-
lizando las caracterı́sticas de la vivienda y la tenencia de activos, que se presentaron en tabla 1,
en este sentido, se genera del listados de variables referidas, coincidentes en encuestas y censo,
una combinación ortogonal, que tome en cuenta, la siguiente composición:

(vj1 v1 ) (vjN vN )
Ej = f1 ⇥ + . . . + fN ⇥ +
s1 sN

(aj1 a1 ) (ajN aN )
f1 ⇥ + . . . + fN ⇥
s1 sN
Donde f es el factor de estratificación para las variables de vivienda v y las variables de tenencia
de activos a.
3
Donde se debe notar, que si bien el diseño muestral relaciona elección de subestratos geográficos departa-
mentales s, la unidad de análisis es el individuo j, que pertenece al hogar h, que es la unidad observacional en las
encuestas de hogares, donde la unidad de análisis son las personas j, al interior de h.

7
4.3. Construcción del factor de expansión en la base de datos multimodal
La base de datos multimodal consideró, desde su relevamiento de datos en campo, una to-
ma de datos acorde a diseños muestrales especı́ficos para la encuesta presencial y la encuesta
telefónica, referido en primer informe, recabando variables sociodemográficas y otras de in-
terés temática, que permiten replicar caracterı́sticas poblacionales a través de la construcción
de un factor de expansión; considerando como variables de interés a: si : sexo; esi: estra-
to socioeconómico, y depi : departamento, en relación de los estratos seleccionados, entonces
8i = 1, . . . , n, donde i representan a cada unidad observacional, y n es el total de observaciones
finales, entonces, para cada variables de interés se asocia una probabilidad de selección, tenien-
do a ⇧sexo , como la probabilidad de selección de la variable sexo, ⇧es , como la probabilidad
de selección para cada estrato socioeconómico, y ⇧dep , como la probabilidad de selección de la
variable departamento, probabilidades de selección que provienen de la composición poblacio-
nal de las encuestas de hogares, el ponderador wi = (⇧) 1 será el inverso de cada probabilidad
de selección, compuesto por el producto de las probabilidades de selección de cada variable de
interés, teniendo:
⇧BDM = ⇧sexo ⇥ ⇧es ⇥ ⇧dep
Donde cada ⇧i , relaciona el tamaño de la variable de la BDM que es la base de datos multimo-
dal, que replica la proporción de las categorı́as de interés, comprendiendo ⇧sexo,i = nsexo,i /Nsexo,i ,
⇧es,i = nes,i /Nes,i y ⇧dep,i = ndep,i /Ndep,i , donde n es la proporción en la base de datos mul-
timodal, y N la proporción en la encuesta de hogares, de manera semejante a como presentan
este procedimiento (Neyman, 1992), (Ekholm y Laaksonen, 1991), combinando la especifica-
ción brindada en subsección 4.1, en el entendido de que cada estrato socioeconómico se lo
construye a partir de las preguntas de nivel socioeconómico de la encuesta, que relacionan ma-
teriales de la vivienda y tenencia de activos, y mediante un análisis de componentes principales,
se genera una categorización de quintiles socioecómicos, del más precario al menos, la meto-
dologı́a utilizada para esta categorización es análoga a la desarrollada por (Filmer y Pritchett,
2001)..

5. Resultados de la base de datos multimodal


La tabla 2, presenta los resultados de la base de datos multimodal para las variables sexo,
estrato socioeconómico y departamentos, con y sin factor de expansión, en comparación con
resultados semejantes de las encuestas de hogares y el censo4 ; se debe notar, que la base de
datos del Proyecto de Polarización, replica, exactamente, la estructura de proporciones de las
encuestas de hogares, realizando una expansión consistente.
La tabla 3, presenta estadı́sticas descriptivas de los pesos construidos por caracterı́sticas ob-
servables para la base multimodal, ası́ también en figuras 2 a 7, se presentan las proporciones
de la variables sexo, por departamento, con y sin factores de expansión, y distinguidas para las
modalidades de encuesta presencial y telefónica, mostrando diferencias marginales.

La aplicación del factor de expansión no genera grandes distorsiones, dando un argumento


de que se existe ligeras distinciones en resultados para la base de datos multimodal completa,
que da cuenta de todas las observaciones en conjunto, las de la encuesta presencial y la telefóni-
4
La encuesta de hogares considerada, como dato oficial, es la de 2019, que es el último proceso realizado por el
Instituto Nacional de Estadı́stica, al cual se puede asemejar la estructura de la población nacional, ya que adopta,
para la construcción de sus factores de expansión, datos del censo, como marco muestral representativo nacional.

8
Tabla 2. Resultados de la base de datos multimodal con y sin factor de expansión

EH/CENSO EH/CENSO BDM BDM


sin factor con factor sin factor con factor
de expansión de expansión de expansión de expansión
Hombre 48,60 45,22 51,11 45.22
Mujer 51,40 54,78 48,49 54.78
Quintil 1 19,90 20,65 20,10 20,65
2 19,76 20,82 20,14 20,82
3 20,19 19,80 20,43 19,80
4 20,00 19,96 20,53 19,96
Quintil 5 20,15 18,77 18,80 18,77
Chuquisaca 8,84 6,79 5,24 6,79
La Paz 27,39 20,78 22,86 20,78
Cochabamba 20,97 17,84 17,94 17,84
Oruro 7,81 5,16 5,33 5,16
Potosı́ 6,68 6,67 5,29 6,67
Tarija 8,90 2,93 3,84 2,93
Santa Cruz 19,41 29,74 30,09 29,74
Beni 7,36 7,32 7,18 7,32
Pando 2,25 2,76 2,21 2,76

ca, y estos pueden ser considerados como autoponderados, y hacer los ajustes de pesos, si se
lo requiere, pero su aplicación, no corrige sustancialmente los resultados, sin embargo, si se
considera las bases de datos separadas por modalidad, los sesgos se hacen evidentes, y el factor
de corrección no brinda las proporciones que logra de manera conjunta.

9
Tabla 3. Estadı́sticos del peso de la base multimodal por variables observables

Variable Media Desviación Mı́nimo Máximo


estándar
pesohombre 0,8807 0,1107 0,6183 1,2153
pesomujer 1,1449 0,1339 0,8118 1,5956
q1 1,0295 0,1675 0,6791 1,5956
q2 1,0239 0,1896 0,6685 1,5707
q3 0,9544 0,1748 0,6280 1,4755
q4 0,9659 0,1707 0,6183 1,4528
q5 1,0086 0,1799 0,6299 1,4800
Chuquisaca 1,3019 0,1772 1,1065 1,5956
La Paz 0,9357 0,1319 0,7974 1,1498
Cochabamba 1,0633 0,1407 0,8621 1,2432
Oruro 0,9203 0,1394 0,8052 1,1612
Potosı́ 1,2061 0,1598 1,0602 1,5050
Tarija 0,7434 0,1014 0,6183 0,8917
Santa Cruz 0,9877 0,1376 0,8364 1,2061
Beni 0,6739 0,1271 0,7382 1,3029
Pando 0,8372 0,1829 0,7392 1,3912

10
Figura 2. Quintiles socioeconómicos por departamento, sin factor de expansión para la base de datos multimodal

11
Figura 3. Quintiles socioeconómicos por departamento, con factor de expansión para la base de datos multimodal

12
Figura 4. Quintiles socioeconómicos por departamento, sin factor de expansión para la encuesta presencial

13
Figura 5. Quintiles socioeconómicos por departamento, con factor de expansión para la encuesta presencial

14
Figura 6. Quintiles socioeconómicos por departamento, sin factor de expansión para la encuesta telefónica

15
Figura 7. Quintiles socioeconómicos por departamento, con factor de expansión para la encuesta telefónica

16
6. Conclusiones
El informe brinda criterios técnico estadı́sticos para la construcción y uso de los factores
de expansión para la base de datos multimodal BDM, que considera las observaciones de las
modalidades de encuesta: la presencial y la telefónica; a través del ejercicio de construcción
de un factor de expansión que considera la base de datos con observaciones completas, se re-
plica la composición demográfica de procesos estadı́sticos mayores como son las encuestas
de hogares del Instituto Nacional de Estadı́stica y del Censo Nacional de Población y Vivien-
da, asemejando concordantemente la estructura poblacional nacional y su recomposición de
estratos sociales, para ello se hizo una conjunción de técnicas, que comprenden la compatibili-
zación de variables entre procesos estadı́sticos, la microestimación a niveles propios de la base
de datos del Proyecto de Polarización en las proporciones de interés y el cálculo de un indi-
cador generado por componentes principales que estratifica las observaciones en quintiles. Los
resultados muestran que la aplicación de los factores de expansión, generan cambios ligeros,
principalmente ajustados por los criterios considerados en los diseños muestrales que toman en
cuenta áreas geográficas especı́ficas, argumento que sustenta el criterio de procesar resultados
autoponderados, de manera conjunta, no ası́ como bases separadas, por un lado la presencial, y
por otro la telefónica.

Referencias
Abdi, H., y Williams, L. J. (2010). Principal component analysis. Wiley interdisciplinary
reviews: computational statistics, 2(4), 433–459.
Calvo, J. J., Borras, V., Cabella, W., Carrasco, P., Campos, H. d. l., Koolhaas, M., . . . others
(2013). Las necesidades básicas insatisfechas a partir de los censos 2011.
Ekholm, A., y Laaksonen, S. (1991). Weighting via response modeling in the finnish household
budget survey. Journal of Official Statistics, 7(3), 325.
Elbers, C., Lanjouw, J. O., y Lanjouw, P. (2002). Micro-level estimation of welfare (Vol. 2911).
World Bank Publications.
Elbers, C., Lanjouw, J. O., y Lanjouw, P. (2003). Micro-level estimation of poverty and inequa-
lity. Econometrica, 71(1), 355–364.
Feres, J. C., y Mancero, X. (2001). El método de las necesidades básicas insatisfechas (nbi) y
sus aplicaciones en américa latina. Cepal.
Filmer, D., y Pritchett, L. (1998). Educational attainment profiles of the poor (and rich): Dhs
evidence from around the globe. Unpublished manuscript.
Filmer, D., y Pritchett, L. H. (2001). Estimating wealth effects without expenditure data or
tears: an application to educational enrollments in states of india. Demography, 38(1),
115–132.
Fresneda Bautista, O. (2007). La medida de necesidades básicas insatisfechas (nbi) como
instrumento de medición de la pobreza y focalización de programas. CEPAL.
Fujii, T. (2005). Micro-level estimation of child malnutrition indicators and its application in
cambodia. The World Bank.
Neyman, J. (1992). On the two different aspects of the representative method: the method of
stratified sampling and the method of purposive selection. En Breakthroughs in statistics
(pp. 123–150). Springer.
Wold, S., Esbensen, K., y Geladi, P. (1987). Principal component analysis. Chemometrics and
intelligent laboratory systems, 2(1-3), 37–52.

17

También podría gustarte