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“Dame un abrazo”

Las naciones y culturas del mundo tienen nociones marcadamente diferentes acerca de las muestras de afecto y el
espacio personal.

Las fiestas de recepción en los lugares de reunión internacionales, como las Naciones Unidas, pueden recordar un
elaborado ritual de apareamiento entre insectos, conforme los diplomáticos de diferentes países avanzan, se retiran y
dan pasos laterales. Cuando los estadounidenses hablan, caminan y bailan, conservan cierta distancia de los demás.
Los italianos o brasileños, que necesitan menos espacio personal, pueden interpretar tal “distanciamiento” como una
señal de frialdad. En la conversación entre pares, los italianos o brasileños por lo general se mueven hacia adelante,
mientras que los estadounidenses “instintivamente” se alejan de un “conversador cercano”.

Tales movimientos corporales no ilustran instinto, sino cultura: comportamiento programado por años de exposición
a una tradición cultural particular. Sin embargo, la cultura no permanece estática, como sugiere esta reciente
explicación del comportamiento de abrazar en las escuelas estadounidenses. Aprecie también que, por lo general,
cualquier nación posee diversos, e incluso conflictivos, valores culturales. Un ejemplo es la diversidad generacional, a
la que la afamada antropóloga Margaret Mead, una de mis profesoras, se refiere como “la brecha generacional”. Los
estadounidenses (en este caso padres y autoridades escolares frente a adolescentes) muestran diferencias
generacionales que involucran lo apropiado de las PDA y la preocupación por el acoso sexual.

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